martes, 19 de enero de 2021

Capítulo 4. La Fai.


La comida en casa de los padres de Pistolas transcurre con normalidad. No hay que lamentar daños personales. El Toni no habla demasiado, mira la tele y se trabaja el redondo de ternera sin mayor dificultad. El padre del Pistolas le pregunta una vez más, es la enésima vez desde que las cosas se torcieron en Barcelona, qué va a hacer con su vida. El padre del Pistolas piensa que ya tiene a uno enmoheciendo en casa y que no quiere tener al otro también consumido en vete tú a saber qué tristezas. El Pistolas le dice que quiere empezar a mirar algo rápido para no quedarse… no continúa. La madre cambia de tema. Cuando la madre saca el café y alguna pasta, el Pistolas recibe un mensaje en el móvil.

- Me han dicho que has vuelto. Y no dices nada. ¿Te hace tomar algo luego?

Es la Fai. La Fai fue su compañera durante mucho tiempo. Se conocieron al salir del Instituto. Pandillas que se conectan. Todo parecía que iba a ir bien. Compartían los mismos gustos, el mismo rollo, la misma gente. Empezaron a mirarse algo. Pero el Pistolas se fue. Ella no quiso irse. Que si los padres, que son mayores, que si nos vamos a ir a Barcelona y aquí hay un huevo de cosas por hacer, que si la peña, que si la movida, que si es todo más caro, que si para vivir en Roquetas no me muevo de aquí, que si yo no sé si esto lo vamos a aguantar si tú te vas, que si no va a ser lo mismo, que si no es lo mismo, que mejor lo dejamos un tiempo y vemos y ya está. Mantuvieron el contacto, claro. Ella está ahora con el Ramonet. El Raimon de toda la vida. El Ramone. El Ram. Al Ram siempre le moló la Fai. Cuando lo dejó con el Pistolas se dió un tiempo y una noche de cervezas se lanzó. La Fai. El Pistolas siempre pensó que el Ram, el Ramone, el Ramonet, era un gilipollas. Un bruto sin sustancia. Mucha camiseta de punkarreo, mucho es que soy así, salvaje, pero era un gilipollas. La Fai qué hacía con ese animal. Pero ahí estaban. La Fai. La Fai se metió en un grupo de jóvenes que empezaban a concienciarse políticamente. El Pistolas también era del rollo, pero mucho menos constante. Iba con ella, participaba, pero no lo veía claro. El Pistolas quería salir de allí. Cuánto más se atara con algo a Santa Coloma, peor. Fai siguió metida en rollos políticos. La Fai había llegado a ser regidora, ocho años, ahora ya no participaba como antes pero todo el mundo sabía que ella era alguien, alguien con ascendiente, alguien a la que había que escuchar en la ciudad, al menos entre aquel grupo de gente que querían cambiar la ciudad y hacerlo de otra manera. Solo un detalle. La Fai se había pasado al lado oscuro. Había sido poco después de empezar con el Ramonet. O poco antes. Fai había terminado de estudiar la carrera de Sociología. Se enteró de que había una plaza en el Ajuntament. De seis meses. La cogieron. Las risas. Trabajando para el enemigo. Se acabaron los seis meses. Otros seis meses en otra área. Más risas. Cada vez menos reuniones con los de siempre. Le proponen que opte a una plaza de técnica. Acepta. Ya no hay tantas risas. Antes de los cuatro años le proponen ser regidora. Acepta. Ella siempre dice que no ha cambiado. Que desde dentro también se hacen las cosas. Que una vez dentro te das cuenta que la maquinaria es muy chunga y que cuesta mucho moverla, pero que prefiere estar ahí. El Pistolas no sabía que pensar. Ella le contaba que estaba haciendo muchas cosas. Los colegas de siempre ya no hablaban de la Fai. Alguien dijo que podía ser Alcaldesa de Santa Coloma. Alguien parece que lo tenía en la cabeza. Venía del mundillo alternativo, era joven, pero no pudo ser. Es otra historia. La Fai siguió trabajando para el partido que gobierna en Santa Coloma en otra cosa, pero desde Santa Coloma. Ya no va con los amigos de siempre. El Ramonet sigue siendo igual de gilipollas y ahora se ríe de la peña. No tienen hijos, la Fai siempre estaba muy liada. El Ramonet para mucho por la plaça de la Vila. Tenemos que hablar de la Plaça de la Vila.  


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