jueves, 11 de marzo de 2021

¡Ayuso! (revisited)


 ¡Ayuso! En un texto de hace 9 años recordaba una anécdota que contaba mi padre sobre el vino Ayuso. El vino Ayuso es de cuando el vino malo era el vino y el vino bueno sabías que existía porque alguien lo había visto. El vino Ayuso era el vino de batalla, el vino para mezclar, el vino de guerra. Mi padre contaba que había uno en el pueblo que cuando le llevaban a algún sitio y le colaban vino pretendidamente bueno, al probarlo gritaba ¡Ayuso!, para desenmascarar el timo. El grito de ¡Ayuso! ya pasó a ser una marca de la casa. Decir ¡Ayuso! era decir poco menos que estafa. 

La presidenta de la Comunidad de Madrid, como pasa con los políticos y especialmente con las políticas que nos caen mal, que no están en nuestras coordenadas ideológicas, o lo están pero que no y que no, nos parece ridícula, fuera de juego, que no está en sus cabales, que no rige, que está como una cafetera, que es tonta, que no sabe, que dice gilipolleces, que está IDA. Nos gusta pensar, y este es un tema que me asalta siempre, que los demás, los que no piensan como nosotros, son tontos. Nadie en su sano juicio puede pensar así, no puede ser. Y es. 

Decimos que está loca, que no sabe, que se le ha ido la pinza, que ha metido la pata. ¿Cuántos gobernantes llevamos ya que nos parece que les falta un bull? Aznar nos parecía gracioso porque era así como raro con el bigote y porque hablaba así con el mireusté. Rajoy nos hacía mucha risa porque no sabía o parecía que no se enteraba. Franco por ejemplo, también era muy cómico con esa voz de pito. Esperanza Aguirre era el hazmerreír de los programas de televisión. Nos parecen graciosos, cómicos, no son tan listos y tan bien puestos como los nuestros. O las nuestras. Si encima son mujeres...

Sea como sea, nos viene una temporada con mucho Ayuso. Mucha Ayuso. Y si nos pasamos el rato diciendo lo tonta que es, lo poco que sabe, que no se entera, que fíjate, nos la volverán a colar y no sabremos entender de qué va todo esto. 

Esto va de que o dejamos de creernos más listos que nadie, dejamos de hablar como si estuviéramos ante el XXIII congreso del PCUS, o nos la volverán a clavar por toda la escuadra. Y seguiremos riéndonos de sus cosas, sus tweets, sus declaraciones que no nos explicamos cómo las puede hacer sin que se nos caiga la cara de vergüenza... pero a mucha gente no se le cae. 

Ahí la tenemos, con María Teresa Campos, paseando por Madrid y soltando mensajes absolutamente contrarios a cualquier idea de progresismo, mientras nosotros nos creemos que suelta tonterías. 

Lo que está diciendo no son tonterías. Son ideas reaccionarias, ya no conservadoras, ideas que atacan lo que creemos que ya está conquistado. No es ninguna tontería. 

Es Ayuso. 

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