miércoles, 3 de marzo de 2021

La remontada


Hay equipos especializados en remontadas. Equipos que empiezan mal, equipos que te ilusionan porque van a perder y que finalmente, a la desesperada, consiguen darle la vuelta al partido. Hay vidas planteadas como una remontada. Hay una especie de sentido de la vida en según que personas que consiste en plantear el ciclo vital como una remontada constante, como si se hubiera perdido algo en algún momento y se tuviera que estar peleando por recuperar lo que se perdió, por devolver el agravio que una vez se hizo, por restablecer algo que en algún momento fue. Hay quien necesita vivir en una remontada permanente, aferrarse al espíritu de las grandes noches que han devuelto la esperanza a tanta gente con que era posible, con que se podía conseguir, con que todos los esfuerzos, sinsabores, soledades, malas sangres, momentos oscuros, pérdidas, todo ello, ha merecido la pena, porque se ve cerca, porque la remontada se intuye. Hay quien considera que la remontada debe conseguirse y también quien cree, como en todo, ya saben que todo es un poco como todo, que lo importante es el camino de la remontada, esa excitación que produce el proceso de remontar, llegar al final, quizás, no es lo mejor. Conseguir remontar o la remontada. Conseguir el último gol o la expectativa de conseguirlo. Quedarse a las puertas de la remontada, no pudo ser, estuvimos ahí, pero todavía queda tiempo para conseguirlo. La vida como una remontada que siempre estás a punto de completar. En los partidos de baloncesto equipos que van perdiendo de mucho y que se ponen a cuatro o cinco puntos y que no alcanzan a ponerse un punto por delante y que no completan la remontada. Psicológicamente están ahí. Psicológicamente, qué cosas tengo. Qué cosas se me ocurren. Psicológicamente nada, amigo. Estás a punto de conseguir la remontada, no te has puesto por delante, estás todavía pendiente de ese tiro de dos que te va a poner por delante pero tiras un triple y fallas. Y no completas la remontada, pero esperas que en el próximo partido, qué digo, en la próxima jugada, el otro falle, y vuelvas a tener la oportunidad. Completando la remontada. Una vida entera a completar una remontada, a darle la vuelta a un resultado adverso, a algo que pasó y que está ahí, guardado, heredándose de padres a hijos, de abuelos a nietos, completando jugadas, combinaciones, lanzamientos de falta, córners, penaltis, centros a la olla, multitud de balones arriba. Arriba, vamos. Mirando la hora. Siempre mirando la hora, queda tiempo, estamos ahí, vamos. Completando una remontada. Una vida yendo a remolque, una vida yendo a rueda, haciendo la goma, no parece que vayas nunca a alcanzar a los escapados, parece que estás alcanzando a la cabeza de la carrera, tete de la course, y los tienes a la vista. Ya los tiene a la vista, porque ya están ahí las motos. Completando la remontada, has ido a por ellos y estás alcanzándoles, los tienes a punto, pero no acabas de cogerles. Un último córner. Me acuerdo de una final de la Champions del Atlético de Madrid y el Real Madrid. No habíamos ido al lavabo en todo el partido y mi amigo Abel decidió ir al lavabo cuando el Real Madrid iba a sacar un córner en el minuto noventa y algo. Gol de Sergio Ramos. Era de cajón. Evidente. El Real Madrid como ejemplo. Vamos Real hasta el final. Una vida esperando ese córner. Que nadie se vaya al lavabo. 

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