viernes, 17 de diciembre de 2021

Dos años ya


Es una cosa porque parece que este hombre solo vivió en Vilches y no es así, pero repasando no tengo muchas fotos colomenses de él, o al menos fotos... claro que tengo fotos, pero no sé. Hoy hace ya dos años que nos dejó mi padre. El Molina, el Moli, Paco, Paquito, Lagarto que no le gustaba que le dijeran Lagarto porque no era Lagarto, el hijo del Chispico y de la Montora, el pequeño Lavín. Hace dos años que nos dejó y creo que absolutamente todos los días hay algún momento, alguna palabra, algún gesto, algún ejemplo, alguna tontería, alguna manera de hacer, alguna cabronada que superar, alguna filia, alguna fobia, algún gol que no llega, algún comentario que te podrías haber ahorrado y que sueltas porque qué coño no?, alguien en la tele que la suelta y te pone en ebullición, alguien que agarra un lápiz y garabatea alguna cosa sobre cualquier superficie, algún pincel que aparezca en alguna película, alguien que puedes ser tú mismo sueltas un suputamadre por cualquier motivo o circunstancia, alguien, algo, alguno, tú, cualquiera. Siempre está en la cabeza. Han sido dos años en los que han pasado muchas cosas, pero que se han pasado la mar de deprisa. Dos años en los que los recuerdos de mi padre cada vez tienen menos que ver con el tiempo que pasó en hospitales o el tiempo de después del pirfo y más con el Molina de antes. Aunque creo que muchas veces se nos escapan cosas de cuando estaba postpirfo, como sus expresiones, sus gestos, sus qué, su no, su mierda, su y pom pom y pom pom y pom pom. Dos años después de que nos haya dejado, quisiera referirme también a la persona que aparece en la foto junto a mi padre, mi madre. Porque si estos dos años han sido lo que han sido, para mi madre estos dos años han debido ser tremendos. Toda la vida con mi padre y haciendo todas las cosas con mi padre, siendo mi padre una persona con unos gustos y aficiones tremendamente de mi padre y aunque llevable en la mayoría de ocasiones así de primeras como que no y en eso ha tenido una descendencia como en otras muchas cosas casi calcada. Y ahí ha emergido la Isabelita como una mujer que decide no quedarse en casa, no se le va a caer el tejado encima, y hace lo que le gusta, sale, pasea, canta y procura estar bien, pasarlo bien, aprovechar el tiempo... en definitiva seguir adelante con la mejor cara posible. Hace dos años pues que la vida nos situó en un plano desconocido, vivir sin mi padre. Recurriré al tópico para decir que aunque se haya ido vive siempre en nuestro recuerdo, pero es que es realmente cierto, a veces los tópicos son verdad. Dos años sin una presencia que nos o me ha marcado tan profundamente que muchas veces no sabe uno si está siguiendo el mismo patrón o todo consiste en no querer seguir el patrón para acabar dándote cuenta de que eres tu padre. Y te escuchas mientras estás explicando algo y estás oyendo una voz interior que dice, igualito, igualito, y pones sus discos y hasta te vistes con su ropa y escuchas las emisoras que él escuchaba e insistes en situarte en la vida en un espacio que era el que a él le gustaba ocupar. Solo que a él le salía mucho mejor. A él le salía bien y la copia únicamente es un pálido reflejo. Hoy hace dos años y aunque sea lo que sea, quien se acuerde de él que se tome una cervecita o un vino y que se acuerde de lo divertido que era hacerlo con él.    

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