martes, 18 de febrero de 2020

Vamos a hablar de blues

Estamos hablando de blues. Estamos hablando de una canción que es igual a otra canción que has escuchado pero no sabes de quién y que tiene los mismos acordes y el mismo toque de batería y cambia la letra y cambia el intérprete y cambia el autor, pero es la misma canción. Una y otra vez. No hay mensaje oculto, no hay nada detrás. Estamos hablando del blues. El blues de los tres acordes. De los cuatro acordes. ¿Cuántos acordes tiene el blues? Estamos hablando del blues. Otra vez. Me he levantado esta mañana y he sentido que todo iba bien. Que tenía dinero, que mi familia estaba conmigo, que mi coche estaba limpio, que tenía la tensión en orden. Estaba feliz. Y se ha muerto el blues. Y el blues se me ha aparecido en sueños y me ha dicho que debo ser un perro callejero. Y no le he entendido. No entiendo el blues. Están clavadas dos cruces en el monte del olvido. Uno por lo que nosequé y otro por el blues. Los amantes del blues menean el pie al ritmo de un batería que siempre toca la misma melodía, el mismo ritmo, que no se permite innovar. El bajista siempre está serio y en un segundo plano. El guitarra hace todo el espectáculo pensando en el blues, o en el rythm and blues, o en el blues rock, o en el hillbillie, o en el rockabillie, o en el rock, pero siempre disimulando. En realidad no estoy tocando nada de eso que estáis pensando, ya sabéis que todo es blues. El blues en esta ciudad se vive en las barras de los bares donde antiguos militantes se lamentan de su poca fortuna y miran con rencor al joven advenedizo que ha conseguido nada en absoluto. El blues lo está cantando el jovencito. Tú no cantas nada, porque no sabes cantar blues. El otro día en el cruce de caminos me puse a cantar un viejo blues y me salió como una chirigota. No me tomaron en serio. El viejo blues reaccionó enseguida y me dijo que lo hiciera instrumental. Vino el demonio, el diablo, Lucifer, Satán, y me dijo que qué estaba buscando. Le dije que quería venderle mi alma para cantar el blues y el ángel caído me dijo que en su vida había visto cantar tan bien un blues. Por eso esta mañana me he levantado y estaba todo bien.
En un oscuro local de nuestra ciudad, una chica canta un blues mientras agarra a su chico que no entiende el blues, y escucharía un blues, un tango, una polka o un Lied de Schubert. La Schubertiada entera. El Blues de Santa Coloma. Santa Coloma Blues. El blues del que nunca distinguió una canción de Cole Porter de una de Bob Marley. El blues de quien fuera una gran estrella del blues y ahora se conforma con grabar las actuaciones de otro. Un día volverás a cantar y a ser la reina del escenario. El blues del que mira desde fuera a la gente y hace retratos completamente errados. El blues del que mira desde dentro del escenario y hace los retratos. El blues de quien quiere hablar de blues.
Vamos a hablar de blues. No me gusta el blues pero ya no me queda ninguna bala más en mi revolver y ahora tengo que apostarlo todo a una carta y mis botas de montar me aprietan en la punta porque no están hechas para bailar. Están hechas del material del que está hecho el blues. El viejo blues. El blues del que no tiene nada. El blues que no sabemos lo que es. Me gusta escuchar el viejo blues como si fuera nuevo blues.
En un luminoso lugar de nuestra ciudad, alguien piensa en cómo terminar con el Blues. Vamos a hablar del blues.

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