miércoles, 4 de mayo de 2022

Un desastre colomense


No les entretendré demasiado. A estas horas, en el día de hoy tres personas, tres vecinos nuestros, personas que vivían aquí, o que estaban viendo aquí, con las que me he cruzado yo o le se ha cruzado usted mismo, esas tres personas han muerto víctimas de un incendio. Otras cuatro personas han resultado heridas, una de ellas de gravedad. Tres personas han muerto en un incendio cuyas causas no podemos saber. Ni siquiera podemos conjeturar cómo ha podido ser, porque conjeturar, pensar o hacer caso a las especulaciones, significaría algo. Algo que no queremos ver. Preferimos pensar que todo es fruto de una infausta desgracia, la casualidad, un accidente. Y así no nos entretenemos demasiado. No. En realidad, nada de lo que ha pasado tiene que ver con eso que puede que hayan pensado. La miseria, la pobreza, la lucha por la vivienda. La vivienda. La miseria. La pobreza. Aquí mismo. No en uno de esos barrios que tenemos estigmatizados, no. Aquí mismo, pared con pared con el Teatre Sagarra, a la vuelta de la esquina de la Ciba, a solo dos minutos del metro santa Coloma y del Ajuntament. Muy bien comunicado. No lo verán en Idealista. En nuestra cara. Pero no sabíamos nada, no lo conocíamos, no teníamos constancia, no estaba en los registros, nunca habían ido a ningún sitio, ya estaban todos regularizados, pagaban religiosamente. Pagaban religiosamente. Eso es lo que nos define. Paga religiosamente. No nos entretendremos demasiado. ¿A qué le tenemos miedo en esta ciudad más que a cualesquiera cosa? A la mala publicidad. Santa Coloma otra vez, oh no. Otra vez. Una mala noticia. Pero no es tan mala, de hecho no es mala, de hecho no es noticia. Ha pasado sin que mediara ninguna cosa extraña o incidencia ni siquiera ya te digo, es que no lo conocíamos. Quién iba a pensar. Esto es que ha sido pues una cosa. Tres muertos. Tres personas muertas. Que no hay que especular y pensar que esto pudiera haber tenido de alguna manera alguien alguna responsabilidad. Jamás. Estaban regularizados, podían pagar y pagaban. En Santa Coloma de Gramenet hoy nos hemos levantado con una noticia que es un desastre. Esta mañana a las cinco de la mañana las sirenas sonaban por la calle Sant Joaquim, mi calle. Jamás pensé y lo pensé. Pensé que no iban allí, que podrían ir a otro sitio. Pero no quise pensar. Y cuando me desperté ya estaba el drama allí. Y la gente allí. Y cada vez más prensa. Y el pavo ese de telecinco. Y es en mi calle, joder, en la Sant Joaquim, joder. Y cada vez más rumorología y cada vez más alternativas a una historia que ya la sabemos todos, salvo si quieres contar otra historia que es la que quieres vender y que servirá para que pase menos de lo que pasa y que bueno. Bueno. No podemos decir nada, porque claro. Es que no se puede decir ni se puede saber. Quién iba a pensar, quién podía decir. Este texto ya se va a acabar. Triste. Pero muy triste. Y avergonzado. Pero bastante más triste. Porque no vamos a mejor. Por mucho que. 

No hay comentarios:

Publicar un comentario