jueves, 17 de julio de 2025

Homenaje a Lluís Hernández. La Santa Coloma que sigue


El 20 de julio se cumplirán 10 años de la muerte de Lluís Hernández, quien fuera el primer alcalde democrático de Santa Coloma, pero que fue muchas más cosas. El primer alcalde comunista de Santa Coloma, el cura rojo de Santa Coloma, el cura, el Lluís, el Luís, una figura que para los que éramos unos críos mientras gobernaba, nos parecía mítica. Si ser de Santa Coloma ya era un hecho distintivo, no éramos como los demás, no nos miraban como a los demás, cuando decíamos que en nuestra ciudad el alcalde era un cura rojo comunista se nos llenaba el pecho de un orgullo por ser de ese sitio donde por delante estaba alguien que no podía dejar de ser peculiar, porque todos éramos un poco así, particulares, extraños, diferentes, auténticos. A 10 años de la muerte de Lluís Hernández, ese sentimiento colomense perdura de mil maneras diferentes y debe seguir siendo así por más que los fascistillas de turno se empeñen en querer convertirnos en algo que no somos, ni por más que las condiciones de vida y de acceso a la vivienda, estén encaminando a nuestra ciudad a convertirse en un nuevo territorio a explotar por los especuladores. La Santa Coloma de hoy no es, naturalmente, la Santa Coloma que se encontró Lluís Hernández y la gente del PSUC que entró a gobernar en 1979, recogiendo y poniendo en marcha una administración prácticamente de la nada y gobernando como se podía y como buenamente se sabía para hacer frente a los infinitos problemas de una ciudad que no es que estuviera por hacer, es que estaba hecha rematadamente mal, a conciencia, y a beneficio de unos pocos. Pero en la Santa Coloma de hoy debemos encontrar ese espíritu que encarnaba Lluís Hernández, una idea de ciudad y de comunidad, una ciudad que es de todos y que debe ser para todos. El homenaje que organizamos desde Comuns ayer, quiso sobre todo dejar claro que en esa construcción y en esa lucha por una Santa Coloma digna, hay que reconocer a todo el mundo. A todo el mundo que esté de este lado de la raya de quienes pensamos que la ciudad no puede caer en manos de quien la hizo espantosa, sino que debe ser un lugar del que nos sintamos orgullosos por ser lo que Lluís y esa Santa Coloma nos hacían sentir, un lugar auténtico, diferente, en el que es la gente la que encarna lo mejor que tiene, sin necesidad de accesorios. Y para ello es necesario organizarse, participar, asomar la cabeza, no resignarse, plantar cara ante un mundo que parece haber decretado que todo lo que Lluís Hernández representaba, está pasado de moda, está obsoleto, no sirve, no mola, no tiene likes en redes. Reivindicar la figura de Lluís Hernández pasa también por reconocer no solo su peculiaridad, su originalidad, su figura como activista-alcalde, sino también su papel institucional, su papel de alcalde. Un alcalde transformador, un alcalde que gobernó la ciudad, que tuvo un papel en su transformación y no solo en las luchas previas. Un alcalde que gestionó y que supo hacer y rodearse de personas que ponían su talento y sus conocimientos al servicio de una idea de ciudad y de una idea de vida. Quedarnos solo con el Lluís personaje y obviar el Lluís alcalde es hacerle un favor a quien nos quiere siempre detrás de una reivindicación, pero lejos de donde se deciden las cosas. Por eso era necesario darle un valor institucional al homenaje. Homenajeamos a muchos Luíses, pero también y especialmente al Lluís alcalde, que no es poco. El acto de ayer fue muy bonito y fue bonito casi de manera involuntaria. Fue bonito porque no tenemos muchas ocasiones de reivindicarnos, de querernos, de encontrarnos y de decir que sí, que lo que hicimos estuvo bien, que fue posible, que estuvimos. Y que seguimos. 

No hay comentarios:

Publicar un comentario