sábado, 30 de noviembre de 2013

Color azul, color azul


Color azul con letras blancas. Qué claras y definidas. Qué color azul tan atrayente. Es azul. Un color azul que da ganas de estar mirando color azul, color azul, color azul. Con letras blancas. Qué letras blancas tan claras y definidas. Son letras que se leen muy bien. Letras blancas con fondo azul. Pero el fondo azul no es sólo un fondo azul. El fondo azul es algo más. El azul es más. Es un azul que va más allá del mero fondo. El azul me está diciendo cosas. Es un color azul que tiene el tono exacto, preciso, certero, para perderse dentro del color azul. Vivir dentro de ese color azul, ser también azul. Azul, color azul. un color azul que no es tibio, ni celestial, ni demasiado oscuro, ni demasiado claro, es el color azul más azul que puede una mente imaginar. Es el color azul. Y las letras blancas. Esas letras blancas, tan bien hechas, tan bien escritas, tan bien definidas. Unas letras blancas en las que cabe dentro el color azul. Y si dentro está el color azul... el color azul es tan bonito. Podría estar horas mirando el color azul, pulsando las cosas que se encuentran dentro, o alrededor, o cerca, o en el contorno, del color azul. Quiero que cada vez que aparezca algo en mi vida, algo que tenga que ver, algo que tenga que leer, que comer, que pensar, que respirar, sea con un fondo azul, con las letras blancas. Dicen que hay diferentes cuerpos de letra, no, miento, tipos de letra. Este tipo de letra no sé cuál es. Será helvética. Será... no puede ser otra letra que helvética. La helvética es la mejor letra. No puede haber nada mejor. El azul y el blanco. El azul más bonito que existe. Es ese color azul que ha debido ser estudiado por alguien para ser así de azul. Un color azul. Ese color azul. Color azul con letras blancas. El color azul me da tranquilidad. Me da ganas de seguir mirando ese color azul. Y de no dejar de mirarlo. De que aparezca ese color azul con esas letras grandes blancas. Letras tan bien definidas. No me importa qué dicen esas letras blancas. Es un color azul tan estimulante. Da tranquilidad, da paz, da ganas de que todo sea de color azul con letras blancas. Qué letras blancas. Con el logotipo de la empresa en blanco. Que no molesta nada, que es parte del todo. Letras blancas con el logo blanco, con el fondo que es más que un fondo en color azul. El color azul del fondo. Que es más que un fondo, el color azul es todo. Todo debería ser color azul. Y ese color azul con esas letras blancas. Debería ser todo azul, todo azul con letras blancas. Todo con algo alrededor que se pueda pulsar. Que cuando pulses ese color azul con esas letras blancas, aparezcan cosas que también tengan en algún sitio letras blancas, azul al fondo. Color azul, color azul, color azul, color azul, color azul, letras blancas y logo. Letras blancas y logo. Me rindo. Color azul, para siembre. Verdadero color azul. Azul, azul y blanco. Azul con letras diáfanas blancas. Letras blancas y limpias. Limpias letras blancas. Color azul. Todo de color azul. Color azul. Azul. Y no, no es ese azul. Ese azul, no.

jueves, 28 de noviembre de 2013

Con sus propios ojos

El testimonio del profesor Zippermann nos ha dejado de piedra:
'Como todos ustedes saben, nunca he considerado de ninguna manera como ciertas o simplemente creíbles las teorías del Doctor Almayr respecto al concepto de su invención llamado 'mirada ovoide'. Como saben, durante mis años de enseñanza e investigación en la Universidad de Botita, he sido un fiero adversario de quien yo consideraba un trilero de la ciencia, un mentecato vestido de blanco y un embaucador de incautos. Pues bien, tengo que decir que estoy atravesando una grave crisis de conciencia, a raíz de la experiencia que les relato a continuación. Acabadas mis clases, me disponía a regresar a mi casa, a disfrutar de la compañía de mi esposa y una reunión de amigos que habíamos concertado para celebrar el aniversario de algo que no recuerdo cuando, con las prisas, me dí un señor golpetazo contra el marco de una puerta. Un tortazo de aúpa que me dejó atontado durante unos minutos. Sin embargo, pese a ser un hombre de ciencia, no quise darle mayor importancia a mi golpe y a sus consecuencias. Comencé a ver algo borroso, pero consideré que no sería más que algo pasajero, que ya se me iría. Bien. Monté en mi coche y no había avanzado más que unos kilómetros cuando, al empezar a coger velocidad el coche por la carretera que lleva a mi casa, la vista se me nubló de repente, perdí el control del automóvil y me estampé contra un murete que anunciaba un concierto de una banda de rock. El coche quedó hecho trizas y yo salvé la vida milagrosamente, aunque perdí un ojo. Como algunos de ustedes sabrán, estuve convaleciente durante unos meses y los doctores del Hospital Ben Furión pensaron en implantarme una técnica revolucionaria, en base a unos globos oculares encontrados en un fondo marino, pertenecientes a una especie de calamar (eso me dijeron), que a medida que va creciendo, va autoexpulsando sus ojos y los deposita en unos recipientes que los conservan de una manera absolutamente milagrosa, casi intactos. Como un kilómetro cero de los ojos. Con el consentimiento de mi familia, que parece mentira, pensaron en implantarme a modo de prueba uno de esos ojos. El primer intento no resultó, pero el segundo parece que se adaptó buenamente a mi cavidad ocular. En fin.
El caso es que desde que tengo este nuevo ojo, por el que veo de una manera más que aceptable, o al menos, de una manera igual a la que lo hacía con mi ojo auténtico o propio, he sentido que, progresivamente, algo ocurría en torno a mi vista. Sentía que podía... que podía dirigir, siempre que tuviera el ojo 'mío' tapado, la vista hacia un objeto y... moverlo. Ojo, nunca mejor dicho. Este objeto no es necesario que estuviera en mi presencia. Basta que yo sepa dónde se encuentra, en otra sala por ejemplo, para poder moverlo. No les diré más que este texto que están leyendo ha sido escrito estando yo en la taza del váter y el bolígrafo y el papel en la sala contigua, sin tenerlo yo en la mano. No hace falta que digan nada, que yo también estoy alucinando.'

miércoles, 27 de noviembre de 2013

El paro, las flores, la música, Filadelfia

El día comienza con un plan. Todos los días tienen un plan, a veces el plan consiste en pasar el día. Pero hoy tengo una tarea. Tengo que encontrar la Oficina de Treball de Berlín. ¿Cómo perdimos Berlín? He pasado la noche congelado y con sensación de que alguien ha introducido en mi oído un chorretón de poliespán o algo. Pero tengo un plan. El plan consiste en encontrar la Oficina de Treball de Berlín, porque me han dicho que yendo allí, directamente, podré acceder a ofertas de trabajo directamente relacionadas con lo mío. Allí hay muchas oficinas, despachos, empresas de marketing, y quizás sea más fácil. Pero tengo que ir allí e insistir en que me enseñen las ofertas ellos. Directamente. Ya son muchas cosas esas cosas. Bueno. Voy, miro la dirección ya en el andén. Calle Berlín. Leo en el metro. Leer en el metro, como cuando iba a trabajar, me reconcilia con la humanidad. Me reconcilia con 'migomismo'. Tengo unos puntos... hago reír a la gente. En la línea azul coincido en el mismo vagón con un muchacho que, a la trompeta, interpreta conocidos y movidos temas de hoy y de siempre, intentando animar a un personal que no quiere ni oír, ni entender.
Llego y allí, en el sitio, en el lugar que incluso aparece en el mapita salvador del TMB, no hay nada. Nada de nada. Empezamos bien la mañana. Buscando algo que no existe. Qué metáfora. Qué falta de previsión. Consulto otra vez y descubro que la Oficina está en la calle Mallorca. Bien. La calle Mallorca está ahí al lado, no debe ser difícil encontrarla. ¿No? Media hora, con una ridícula vuelta a una manzana que no tiene nada que ver con la dirección incluida. Estoy por irme cuando me decido a dar otro vistazo. Ya la he encontrado. Entro y es una oficina distinta a la de Santa Coloma. Tienen una maquinita o dos al entrar. Hago unas gestiones que ya tenía pensadas y me dispongo a hacer la consulta. Y veo entonces al cantante de Tarántula, que es inconfundible, allí, esperando también. Qué mundo este. La música, el arte, no nos salva. Los artistas, los talentosos, los graciosos, los de la nariz de payaso, no tenemos escapatoria. Me toca.
La mujer que me atiende lleva la chaqueta por encima de los hombros. Da sensación de frío, de poca predisposición, de estar tan aburrida como yo. La chaqueta por encima de los hombros. Como si estuviéramos en los años del frío. Años sesenta, años setenta. No sé. Me dice que de dónde he sacado esa teoría. Que no es cierta. Que mire donde todo el mundo. Que no hay nada específico. Que todo está en Internet. Le digo que... y nada. Que mire la pantalla. Que está en la pantalla, que si no... Pues miro las ofertas de los cartapacios y lo de siempre. Nada. O algo, pero no para mí. Yo tengo otras miras mucho más altas. Claro.
Ya encuentro yo sólo la salida. A mi lado, el cantante de Tarántula está haciendo sus gestiones. He visto al cantante de Tarántula, digo. Y ya no digo muchas cosas más.
Vuelvo a casa, hago algunas gestiones más relacionadas con el ordenador portátil y a intentar pasar las horas planeando algo para las horas siguientes. Hoy los de la Acampada Santaco, los indignados, entre los cuales hay bastantes compañeros, organizan un debate sobre el paro. A qui interessa que hagi Atur? A quién le interesa que haya paro? Es a las siete. El compañero Salva López Arnal, profe de instituto, dará la charla. El Téllez está en la mesa, con el Jordi S. Martínez. Hay gente. Bastante, pero no la suficiente. Estamos los que tenemos que estar, pero falta algo más.
Salva López Arnal, en menos de una hora, expone por qué hay tanto paro, qué significa, habla del ejército de reserva de Marx y todos nos sabemos la cita y la expresión y nos miramos con cara de 'te lo dije'. Y las cosas que dice son ciertas, y las cosas que propone son como todas las cosas que propone todo el mundo. Yo ya te lo he dicho, ahora hazlo. Ahora. Hazlo. Todo. Sal del mercado, entra en el mercado, organízate, emprende, hazlo. Tú. Hazlo. Tú. Hazlo. La conferencia me ha gustado, como siempre se me hace (me se hace) un nudo en el estómago con según que cosas y justo cuando va a empezar el debate, que tuvo que ser muy enriquecedor, me tengo que ir.
Inauguración de la tienda. Mi madre ha completado el traslado y abren la tienda nueva. Están todos los amigos de mis padres, familiares de la jefa, compañeras del trabajo. Costureras. Llega también mi hermano. Mi madre se afana en presentarnos a todas sus compañeras. Como si fuéramos la repanocha. Qué hijos tiene. Qué lástima. Si pudiera de verdad presentar a alguien con cara y ojos. Este se parece a su padre y aquel a su madre. Una mujer me habla de Filadelfia, del Banco Mundial, de un proyecto muy interesante, del Facebook, de que sí. Pues sí, vale. Si, si, claro. Claro que sí. Lo importante es participar.
Las flores que le regalé a mi madre siguen en el florero. Han durado una semana. Y pueden durar algo más si le corta el tallo a las flores. Me lo dicen por línea interna. El día está a punto de acabar. Ya sólo queda ver si el Ajax se cepilla al Barça y elucubrar si eso nos va bien de cara al domingo o no. Y decir que no he tenido un día muy bueno. Y que mañana ya me animo.

martes, 26 de noviembre de 2013

Una prueba

Del escritor austriaco Stefan Grensl, reproducimos uno de sus últimos (y no muy afortunados) textos, titulado 'Una prueba', aparecido en la revista 'Danubianos'.
'"Adelante", dijo la mujer. Ferdinand Krassmayer entró en la sala y, tras servirse una copa de licor del aparador, se acomodó en uno de los butacones. Recorriendo con la mirada la decoración de aquella sala tan suntuosa, se fijó en que uno de los retratos colgados de la pared, guardaba un asombroso parecido con él mismo. Distraído intentando reconocer a la persona retratada, no vio cómo la figura de la Duquesa de Pirmorino, salía de entre unas cortinas que separaban esa sala de otra más pequeñita, desde la que podía espiar la actitud de los solicitantes al entrar. La Duquesa se situó junto a la chimenea y llamó la atención de Krassmayer, quién inmediatamente comenzó su exposición. Krassmayer hizo una enumeración de las virtudes de la dialéctica, de lo importante y beneficioso que era saber decir, discutir, contar, argumentar y exponer. Krassmayer intentó levantarse para dar un poco más de énfasis a su exposición, intentando situarse en el mismo plano que la Duquesa, que seguía de pie junto a la chimenea, pero ésta le dijo que no se levantase, que siguiese en su sitio y que dijera lo que tuviera que decir desde ahí. Krassmayer consideró aquella advertencia como la constatación de que había cometido un error y siguió hablando pero con la sensación de que ya había perdido, por lo que, sin más ni más y dándole lo mismo ocho que ochenta, realizó el resto de su exposición cantando. Se remontó atrás en el tiempo, desde los antiguos maestros atenienses, pasando por los roedores, perdón, oradores romanos, la sabiduría encerrada en los monasterios y la elocuencia de los profesores universitarios parisinos... todo ello enmarcado en una canción que había escuchado de un familiar que se había embarcado a las Antillas a bordo de un carguero holandés y había pasado tiempo en la isla de Cuba. El verbo florido de Krassmayer, la profusión de datos y anécdotas, pero sobre todo, el ritmo sabroso y caliente con el que éste adornaba su exposición, causaron una profunda y grata impresión en la Duquesa que le recordó... Cuando en el reloj sonaron las campanas que señalaban la llegada de las seis de la tarde, la Duquesa cortó en seco la exposición y canto de Krassmayer y le invitó a abandonar la sala, agradeciéndole su tiempo y le informó de que en breve recibiría una respuesta. Krassmayer se levantó del butacón y tuvo tiempo para mirar ni que fuera unos segundos el retrato. Sorprendentemente el retratado era él, no cabía duda, pero desconocía cómo y cuándo podrían haberle hecho a él un retrato semejante, con tanta fidelidad a su expresión sin haber sido él consciente...
Unos días después, el pobre Ferdinand Krassmayer yacía muerto en una calle vienesa, de una puñalada. Y tan sólo unas semanas después la Duquesa de Pirmorino se casaba con un desconocido empresario que había hecho fortuna en las Antillas y que guardaba un asombroso parecido con el propio Krasssmayer. Tres cuerpos más fueron encontrados sin vida en el Danubio y los tres presentaban las mismas trazas físicas. No superaron la prueba.'

lunes, 25 de noviembre de 2013

El disgusto de su vida

Todo va mal y no puede ser. Dirán lo que quieran, pero todo va mal. Y lo estamos notando y mucho. Incluso en los relatos que nos van llegando. Aquí tenemos, por ejemplo, un pequeño cuento que nos ha enviado una joven escritora llamada Fiorina Algemesí, y que nos ha llegado al corazón. El relato, que no vamos a poder publicar en ningún sitio, lo dejamos aquí por si a alguien le interesa. Ah, se llama 'El disgusto de su vida'.
'Hola, me llamo Ana María Torrezuela y estoy muy triste. Ayer viví una experiencia terrible. Participé en un evento multitudinario que prefiero no citar, y en un momento dado, me dí cuenta de que estaba sola. Muy sola. Participé en el evento convocado por una entidad. Se presumía que iba a ser masivo, una de las mayores concentraciones humanas de la historia de la ciudad. No puedo decirles el qué, pero sabrán que era un evento convocado para dar fe de nuestra fe en la fe. Algo así. Ya me entenderán. Sabiendo, y creyendo, que era parte de esa masa que protestaba y que estaba ahí haciendo piña para... de repente me di cuenta de que estaba sola. Ayer fue terrible, pero no fue la primera vez. Sola en la plaza. Sola ante el mundo. Qué triste tener que matar el tiempo asistiendo a eventos a los que nadie, personalmente me convoca. Qué pena me dio, darme cuenta de que esa gente que asiste regularmente a esos eventos, se saludaba entre sí, se daban besos, se saludaban como si hiciera mucho tiempo que no se veían... algunos de ellos daban sensación cierta de que asistían a un reencuentro de viejos amigos. Y yo... estaba allí. Y hacía bulto. Físicamente. Pero no estaba para nadie. La gente que repartía pegatinas, octavillas, el diario Militante, todo el mundo... pasaba de mí. Parecía transparente. Yo, que pensaba que era parte de un colectivo, me di cuenta de que estaba sola, muy sola. Intentaba darle conversación a la gente, insistir en la injusticia de las cosas, y me daba cuenta de que nadie me escuchaba. Unos pasos más allá, escuchaba mi misma conversación y la gente la sentía con interés. En cambio yo, hablaba y nadie me comprendía. No soy necesaria. Me dí cuenta ayer y no había caído nunca antes en la cuenta. Nadie me llama, nadie me espera a llegar a la puerta del metro. 'Esperad, que no ha llegado Ana Mari', no. Nadie. Nadie me pide el móvil o el correo para enviarme información. Nadie me da una banderita. Nadie me pregunta si me vuelvo con ellos. No me saludan. No saben quién soy. Qué sensación. Treinta años acudiendo a estas reuniones y nadie... Qué disgusto. Debe ser por algo que no controlo. Un complot. Se deben hacer los tontos. Yo sé cómo se llaman todos ellos. Y ellos en cambio... Qué sola. Qué sola. Sola, sola, sola. Y visto como ellos, y llevo sus pañuelos, y me hago chapitas caseras... y nadie me hace ni caso. Qué y por qué. Me gustaría saberlo. Por qué no me hablan. Por qué soy invisible. Intento hacer memoria. Sólo una vez, hace mil años, una manifestación por la amnistía de nosequién. Quedé con una amiga del trabajo, llegamos juntas, íbamos a cruzar la calle y mi amiga me dijo 'cuidado al cruzar que vienen flechados', la perdí en la marabunta. Desde ese día. Nadie me ha vuelto a hablar. Qué sola estoy. Qué disgusto'.

viernes, 22 de noviembre de 2013

Miscelánea

¿Pero qué dicen? ¿Panorama negro? Pero por el amor de dios... Si va todo estupendamente. Si uno mira a su alrededor o ve las noticias y no deja de recibir imputs positivos. Inputs. Imputs. La crisis. Va todo estupendamente, copón. Ya vale de mentir. Ya está bien. Va todo dabuten. Va todo rodando. Va todo cojonudamente. Está todo remontando. Está todo muy bien. Va todo fantástico. Va la mar de suave. Está todo limpio. Lo hacen cada vez mejor. Está todo dabuten. Está esto cada vez más lleno. Lo mejor de todo, está aquí. Hay un asombro mundial. Estamos mejor que nunca. Es una etapa maravillosa para quienes quieran aprovechar las oportunidades. Está todo mejor que antes, si lo sabes ver, naturalmente. Glutamato YeYe. Qué grupo. Dedíquenle una tarde de su vida a repasar alguno de sus éxitos. El Dabuten es mundial, pero no se olviden del Comamos Cereales, o el Todos los negritos, o el Hare Krashni o el Canta con nosotros. Himnos. Cancionones.
http://www.youtube.com/watch?v=nfAe1ewSuAA

A la cabeza Catalunya, con más turistas que nadie. Barcelona es la capital mundial del... De lo que quieran. Somos los mejores. Somos los mejores, oé, oé, oé. Bueno. El disco Studio One Rockers, es, sin duda, de lo mejorcito de la música jamaicana de aquí a Pamplona. Todas son buenas. Un disco recopilatorio en el que todas, todas las canciones, son buenas. De las buenas de verdad. Algunas son tan buenas que incluso son recuperadas en otros discos por otros artistas para hacer otras canciones. La canción Real Rock, de Sound Dimension, por ejemplo, es recuperada por los perlas Michigan & Smiley para su clásico Nice up the Dance, que más de una vez hemos escuchado ya. Tremenda esta de Real Rock. Es instrumental, así que pueden cantar lo que quieran. Papapapa. Tatatata. Nananana. Lo que les cunda más.
http://www.youtube.com/watch?v=OPVJRXkQfhc

Cada vez me cuesta más descubrir grupos nuevos. Escuchar grupos así de ahora, que medio me interesen. Hace un par de semanas, me dio por sumergirme en el AllMusic y mirar a ver grupos que se parecieran a... A un grupo que dijo Elchristian que le molaba. Puso un disco un día, dijo que eran los Melody's echo chamber y, la verdad, aunque se parecían a veces demasiado a los Tame Impala, estaban muy bien. Y tan bien estaban que me bajé el disco. No he querido ver ningún vídeo suyo para que no me decepcione la imagen, para que no me caigan mal, para que no les coja manía. Y bueno, dicen que la chica es muy guapa y tal. Esta es la última canción del disco, una en la que sale un niño medio cantando. Son franceses. Me gustan bastante, así muy... de estar con los ojillos cerrados y eso.
http://www.youtube.com/watch?v=zzYjU1izZws

Y como consecuencia de unos, vienen los otros. Estos son los Unknown Mortal Orchestra, y su disco II me gusta tanto o más que los anteriores. En concreto dos o tres canciones que me gustan de verdad, como hacía tiempo que no me gustaban las canciones. Esta se llama The Opposite of Afternoon y la tocan en directo. Aquí no he podido sustraerme y he acabado mirando a ver cómo eran. En realidad me lo enseñó mi hermano. Pues nada, que me gusta mucho esta canción y el disco entero. Tienen también un tono general tristón y ceniciento que, en este punto, me agrada bastante. Si pueden escuchar el disco entero, háganlo, que merece la pena.
http://www.youtube.com/watch?v=p8qp94T_o18

Caramba! Es que es Santa Cecilia! Lo acaba de recordar mi hermano y no he caído en el tema. Santa Cecilia, patrona de la música. De los ciegos y los poetas. Nosotros somos los poetas. Pues aprovechando la coyuntura, vamos a poner a la mítica Cecilia con otra canción de aquellas bonitas y de una alegría desbordante. Me quedaré Soltera, de Cecilia. Claro. Una canción que ella misma se encarga de presentar ante un público que la mira un poco... de aquella manera. Yo no quiero vestir sedas de soltera. Santos de madera, eso no es para mí. Hubo un tiempo en el que con Matilda Parker, nos la cantábamos mucho. Haciendo broma. Pues la broma no duró mucho. A ninguno. Me quedaré soltera, aunque yo no quiera. Con quién casaré...
http://www.youtube.com/watch?v=2HwVIgmWlkg

Oigan! Hoy tienen dos eventos. Se presenta el libro de relatos Mujeres en la Historia, en el que la Dame Masquée colabora con un relato, en Madrid en el Café Cósmico a las 20h. Y por otro lado, el que aquí suscribe participa en un sarao llamado Narradores colomenses en Movimiento. A las nueve, en el Teatro Sagarra de Santako. Son cinco pavetes la entrada. Que no lo avisé ayer. Cinco pavetes. En fin. Vengan y se echan unas risas, y si eso, al final, nos tomamos unos algo. Si eso. Hay que aprovechar el tiempo. Que un día, y ese día igual no llega nunca, nos viene a ver la desta y entonces qué. Aprovechar el tiempo, disfrutarlo, los años pasan y uno no se da cuenta. Vamos. Specials, Enjoy yourself!!
http://www.youtube.com/watch?v=Dj8Sb0rMGe8

Pues nada, a pasar buen fin de semana y que eso. Que a ver si eso!!

jueves, 21 de noviembre de 2013

Narradores colomenses en movimiento

Ahí lo tienen. Narradores Colomenses en Movimiento. Este viernes 22 de noviembre, a las 21h, mañana mismo si lo leen hoy jueves, tendrá lugar en el Teatre Sagarra de Santa Coloma de Gramenet, un evento organizado por Paralelo Sur, con la colaboración de ACOLITE, y otra serie de entidades que salen en el tarjetón que más abajo les enseño.
Se presentará el nuevo número de la revista Paralelo Sur, en el que hay un espacio para estos Narradores Colomenses entre los cuales se me ha incluido, creo que de manera exageradamente generosa. Relatos, dramatizaciones, música, puesta en escena... no faltará detalle! Y ahí estaremos. Plural mayestático, que no decaiga.
Vengan, vengan, que será digno de ver!!
Esto para los del Área Metropolitana de Barcelona... para los madrileños, mañana a las 20h se presenta en el Café Cósmico de Madrid el libro Mujeres en la historia, de M.A.R. Ediciones... compendio de relatos escritos por mujeres que se engrandece al contar entre sus páginas con un relato de nuestra queridísima Madame Diana de Méridor, la gran Dame Masquée. Casi nada.
No se lo pueden perder.
Pedazo de viernes cultural.

martes, 19 de noviembre de 2013

Opinión cualificada

Yo no es que tenga mucho que decir al respecto, pero me parece que ya que me das la oportunidad de decir algo sobre el tema, pues no me voy a quedar callada. Ya digo que no tengo el conocimiento concreto de lo que estáis tratando, pero la suelto y si cae bien, pues bien. Y si no, pues espero que no os lo toméis a mal. A ver, por decirlo de una manera sencilla, lo que estáis haciendo me parece una puta mierda. Ya está. Ojo, no os lo estoy diciendo con ánimo de tirar por tierra un trabajo que estáis haciendo con todo el cariño del mundo, que ya se ve que le dedicáis muchas horas y eso, pero la verdad, si os alejáis un poco y lo miráis con perspectiva, es eso, una puta mierda. Que ahora me diréis que yo no hago nada ni medio parecido y que me dedico únicamente a mirar por encima del hombro vuestro trabajo y el de todos los demás, pues sí, pero cuando me pidáis la opinión sobre algo mío, si es que lo hubiera, que ya me cuidaré mucho de enseñarlo, pues me la diré gustosamente. Pero no nos desviemos del tema. Una puta mierda. Pintada de colores, como lo quieras ver. Una puta mierda. No me ha hecho gracia desde que salís hasta que os volvéis a meter dentro de eso que hacéis luego. Nada. No me han gustado ni los colores, ni las ropas, ni cómo lo decís, ni la tipografía de las letras, ni los rombos, ni las rumbas, ni la guitarra del segundo que está detrás, ni los acordes, ni cuando sale la chica esa danzando, ni la mezcla de los colores, ni la antigua disposición de los elementos, ni el interlineado, ni la maquetación, ni el diseño gráfico, ni la campaña de publicidad, ni los motivos que habéis anunciado para llevar a cabo la acción, ni la acción en sí, ni el motivo de la acción, ni tu color de pelo, ni lo que haces con la lengua cuando cantas como queriendo decir, ni la forma de caminar de ese muchacho al salir de escena, ni las baterías programadas, ni el canto del cisne, ni los poemas recuperados de un baúl, ni la camiseta de Raul, ni la programación de las películas elegidas, ni la elección de la actriz principal, ni la forma de besar de la rubia, ni la textura de la pasta, ni lo salado de las galletas, ni el relumbrón, ni el oropel, ni la falsa modestia, ni la miseria fingida, ni la miseria, ni la pobreza, ni el hastío que queréis plasmar, ni la silla que me habéis ofrecido, ni el agua caliente, ni la pretendida falta de pretensiones, ni las momias, ni un poquito así. Nada. No me ha gustado nada. Que se os agradece el esfuerzo, pues sí, porque mejor que hagáis esto que no manipuléis elementos químicos, -y a lo mejor os estoy dando una idea, y ya me estoy arrepintiendo- pero que mejor que os lo penséis un poco más. O da igual. Hacer lo que queráis. De hecho creo que me quiero apuntar yo también.

lunes, 18 de noviembre de 2013

La defensa - Vladimir Nabokov

Voy a ponerme un pelín presuntuoso. Presunto en portugués, creo que significa jamón. No me voy a poner grasiento. A veces, uno lee cosas que piensa que ha estado escribiendo (aquí entra la presunción) o intentado escribir, durante mucho tiempo. Esto es como lo que me gustaría hacer, y ya estaba hecho. Y muy bien.
De Vladimir Nabokov, escritor ruso, emigrado a Estados Unidos y muerto en Suiza, no había leído servidor de ustedes nada de nada. Ni Lolita, ni Ada y el ardor..., nada. La defensa. En la portada, como ven, tablero, jugadores, piezas... la defensa. Creo haber visto la película La defensa Luzhin. Con John Turturro, creo, de protagonista. El recuerdo de esta película me acompaña durante toda la lectura, pero creo que es una versión muy libre del libro y que, realmente, tiene poco que ver. O que no me acuerdo yo mucho, realmente de la película. O que el protagonista del libro en realidad no se parece en nada a Turturro y eso ya...
No nos compliquemos. Describamos el libro de una forma clara. Hay gente que no vale para nada más que para una cosa que el resto del mundo considera una chorrada. Y punto. Una chorrada con la que se puede ganar dinero, una chorrada que puede ser tan importante como la propia vida. Una chorrada que puede ser algo tan importante y complejo como el ajedrez.
El joven niño Luzhin no parece tener ninguna habilidad especial. En el colegio los niños se meten con él, él pasa de los niños, en casa el padre es escritor y parece que tiene un rollo con la tía del joven niño... el crío no parece interesarse por nada, realmente. Hasta que un día, la tía le enseña a jugar al ajedrez. Y ya está. Se forma el lío. El niño sólo piensa en el ajedrez. Juega muy bien. Tan bien que se convierte en una especie de mono de feria, participa en torneos, se convierte en maestro.
El joven niño pasa a ser Luzhin. El maestro Luzhin, que juega en torneos, a veces gana, otras pierde. Ha perdido un poco el mojo, pero sigue siendo muy bueno. En un torneo... ah, antes conoce a una joven, Natalia, también de origen ruso, emigrada como él tras la revolución (aunque parece que Luzhin ni se hubiera enterado de que hubo una revolución en Rusia, ni nada). La joven se encariña con él. Él... parece que... también la quiere pero... claro, él está fuera del universo. Sí, la quiere, la necesita, pero él parece que lo único que tiene en la cabeza es el ajedrez.
Empieza un torneo en el que se enfrentará a Turatti, un gran maestro, su competencia. Luzhin está feliz, porque la vida le trata bien. La chica le quiere, se quieren casar, y él está jugando de narices. Pero empieza a portarse de una forma rara. El ajedrez le tiene atrapado. Atrapadísimo. Sólo hay ajedrez, parece ido. el día de la partida con Turatti se produce el colapso. Cae fundido. Se derrumba. Colapso. El ajedrez se lo ha comido. La descripción de la partida. Esa descripción de esa partida.
El resto del libro es recuperarse, recuperar el tono, adaptarse a una nueva vida. Casado, asexuado, no vale para nada. No pinta nada. Está en el mundo. Es un maniquí al que probarle un traje. Es un trozo de carne. No vale para nada. No pinta nada. No lo pueden enseñar en ninguna parte. Está ahí, pero no está. Intentan evitar que mire nada que tenga que ver con el ajedrez. El ajedrez me da sed. El ajedrez mata. Ajedrez para adultos. No sabes ni tentarlas. No tienes ni puta idea. Los pipas miran y dan tabaco. A mí con estas gafas no me ha ganado nadie. Rey, nuevo rey. Compongo. Esa es muy buena. El chaval de las gafas sabe un huevo. El ajedrez. El ajedrez. El centro del tablero. Distracción por un flanco. Lo importante se mueve siempre en el otro sitio, en otro lugar. Estás haciendo algo que no tiene nada que ver con lo importante, que ya te lo encontrarás. El ajedrez para adultos. Ajedrez cantado.
Pero siempre hay algo que te lleva al ajedrez, el ajedrez está ahí. Luzhin entra en contacto con el ajedrez nuevamente. Por azar, por casualidad, sin querer, de escondidas. El ajedrez le vuelve a atrapar. Sin quererlo él. Pero es lo único que es capaz de tenerle concentrado. Aunque esté aquí, él no está. No está en ninguna parte. La gente le habla, le dice, su mujer le quiere... él está en otra partida. En una partida que ha retomado. Está construyendo una defensa. Y cuando ve que no, pues tira el rey.
No hablaré del cuerpo que me ha dejado el libro, si no es en presencia de mi abogado.

jueves, 14 de noviembre de 2013

Círculo Projorelov XII

No recuerdo bien cómo fue, pero aprovechando que estaba de visita por la ciudad, a uno de nuestros socios se le ocurrió que sería interesante contar con la presencia del viajero profesional, el periodista Amadus Triclini-Johnson, autor de toda una serie de libros de viajes que, a juicio de muchos, entre quienes me incluyo... uy, qué párrafo con tantas comas y tantos qués. Vamos, que a mí no me hizo mucha gracia contar con aquel petulante Triclini-Johnson en nuestro Círculo Projorelov, pero hubo quien dijo que sí y uno no es de discutir. Cada vez hago esto peor. Qué primeras líneas, madre mía.
Bueno, Amadus Triclini-Johnson vino con la condición autoimpuesta de no romper con las normas del Circulo y prometiéndonos que no iba a hacer publicidad de sus trabajos, si no a comportarse como uno más de los integrantes de nuestro 'queridísimo club', tal y como lo llamó. Triclini-Johnson dijo que el Círculo Projorelov era uno de los lugares más respetados por los viajeros de todo el mundo y que, de no ser por su trasiego continuo y 'profesional' -recalcó-, sería muy gustosamente socio. Bueno.
El caso es que, en casa del herrero, cuchillo de palo. O cuchara de palo. Como se diga. Triclini-Johnson vino a contarnos su último viaje, que le había llevado a recorrer la Baja Sajonia durante una semana, hospedándose en toda una serie de hoteles magníficos y comiendo en los restaurantes más representativos de la zona. En cada pueblo que iba atravesando se encontraba con uno de los cronistas locales, que le ayudaba a conocer cada rincón del pueblo, su tipismo, sus costumbres, algunas leyendas de interés para el lector, el porqué de las onomásticas, el esto y el lo otro de cada pueblacho sajón.
Y, tengo que decir, y no sólo lo dije y lo aprecié yo, si no que también lo apreciaron el resto de asistentes a lo que fue una de las fechas más concurridas del Círculo Projorelov, que aquello fue un auténtico coñazo. Triclini-Johnson se eternizaba contando como filetes de ternera se deshacían en su boca, cómo el vino de aquel restaurante le recordaba a cuando en otro local de París, patatín patatán, que el verde caminar por los caminos y las pistas de... media sala mirando para otro lado, que si el simpatíquísimo alcalde de Froposwerthaus o como fuere le enseñó cómo cordar botas de vino como no se hacía en otra parte del globo, que entró en una casa y una señora de nombre que todos olvidamos inmediatamente le enseñó unas gachas riquísimas y él se las comió y todo le parecía fabuloso, y todo era magnífico, y todo era una oportunidad para los ojos, y que se enriquecía uno conociendo a gente tan agradable, y que la Baja Sajonia era el lugar más bonito que había visto, y que el alcalde de otro pueblo, y venga con el alcalde, y con el cronista, y que su querido amigo tal, y su querido amigo, y su querido amigo, y su querido amigo. Un coñazo. Un coñazo mortal.
Murmullos, vistazos al reloj, y el hombre encantado de escucharse. Tres horas tres, tres horas tres, como un parto o sepa Dios lo que dure un parto. A la señora Quiñones, que se había leído todos los libros de Triclini-Johnson y que estaba emocionada cuando le vio llegar, casi nos la dejamos dentro cuando cerramos el local del Círculo, porque se quedó dormida en un rincón y nadie hizo caso de ella hasta que no la oímos chillar 'que me dejen salir, que me dejen salir'.

miércoles, 13 de noviembre de 2013

Círculo Projorelov XI

La tónica habitual de los viajes relatados en el Círculo Projorelov era positiva. Créanme. Prácticamente todos los viajeros que acudían al Círculo a contar su peripecia dejaban un eco de buen rollo, experiencias agradables, paisajes magníficos y amistades perdurables. Si en el transcurso de los relatos que han ido apareciendo quizás se ha dado otra impresión... quizás ha sido por una cierta querencia del que transcribe por las historias un poco extrañas. Aquí les presentamos, por ejemplo, el relato de Doña Ulrike Sanchidrián. Esta impetuosa mujer, aventurera y de carácter independiente (pincelada que suele decirse siempre de las mujeres, no se dice por ejemplo, 'era un hombre independiente', no crean que no me he dado cuenta), decidió emprender un viaje a la Patagonia argentina y chilena. Por una ventolera. Sin motivo aparente, sin ninguna excusa, por que sí.
Doña Ulrike Sanchidrián contaba por entonces con la utilísima edad de 36 años y se embarcó en un crucero que tenía como objeto única y simplemente conocer la Patagonia y tal. El viaje del crucero, una vez embarcados en Cabo Verde, según contó de manera segura y directa Doña Ulrike, fue muy placentero. Un galán maduro, de nombre Humberto Thibaudi, le dio conversación, amena conversación, durante todo el trayecto. Al llegar a Buenos Aires, Thibaudi desembarcó y no volvió a verle. Los paisajes australes la impresionaron mucho, el frío, extremo, la soledad, el carácter duro pero amable de los lugareños, la sensación de estar alejada absolutamente del mundo tal y como lo conocía...
Tan sólo un hecho perturbó el viaje. El galán maduro Thibaudi no volvió a embarcar, pero en su lugar apareció un rufián llamado Thibaut Uberti que guardaba un parecido asombroso con el maduro de antes. Sin embargo, si uno era educado, atildado y un tanto anticuado en sus modales, el otro era un gañán que miraba a Doña Ulrike con ojos viciosos.
Afortunadamente, según Doña Ulrike, no ocurrió nada que tuviese que lamentar, ya que ella, simplemente había acudido al viaje para disfrutar de esos paisajes tan impresionantes. El relato de Doña Ulrike, como decimos, resultó ameno y muy visual. Doña Ulrike es una gran contadora de historias y sus relatos siempre han sido muy apreciados en el Círculo Projorelov.
Pero a más de uno se nos quedó cara de saber más sobre lo que ustedes ya imaginan.

martes, 12 de noviembre de 2013

Círculo Projorelov X

No siempre las reuniones del Círculo Projorelov eran proclives a la ensoñación, al viaje glamouroso, a la evocación de lugares míticos, exóticos, lejanos y misteriosos. Como ha quedado claro en alguna ocasión, también a veces los viajes resultaban esquemáticos, rutinarios, planos, decepcionantes. Y había veces en los que nada era previsible. Esto ocurría especialmente cuando nos visitaba Ceferín Ceferinovich Priaskovnik. Era este un viajero de lo más curioso. Acudía al Círculo regularmente, se sentaba en uno de los butacones más cercanos a la ventana y, mirando en lontananza, comenzaba a reír por debajo de la nariz. No paraba hasta que se iba. Cuando algún otro viajero nos relataba alguna de sus andanzas, él, siempre situado en ese mismo lugar, seguía riendo 'por lo bajini'. Nadie se lo tomaba a mal, puesto que todo el mundo consideraba al bueno de Ceferín Ceferinovich como un 'cachondo mental', sin malicia alguna. No se reía de nadie, simplemente se reía. Algunos, sin embargo, porque de todo hay en un grupo humano, contaban que había sido un agente doble durante una guerra lejana, otros que en realidad, bajo su nombre ruso, se escondía un gallego socarrón, otros que era un policía secreta que nos estudiaba a todos y que se reía de nuestras historias. En realidad, Ceferín Ceferinovich era realmente ruso, y había hecho fortuna con un negocio de envasado de fruta que traía desde Crimea. Asentado entre nosotros, y atraído por lo eslavo del Círculo Projorelov, participaba en nuestras reuniones y de vez en cuando, cuando realizaba un viaje por motivos de su negocio, nos hacía partícipes de su peripecia. O no.
Por que las intervenciones de Ceferín Ceferinovich eran como siguen. Anunciaba por correo su llegada a la ciudad, y por ende al Círculo Projorelov, con un día de antelación y la totalidad de los socios se daba cita en el local. Realizaba un viaje o dos al año y, como una cita mítica, todos considerábamos que era uno de los mejores momentos del año, de asistencia casi obligatoria. Ceferín Ceferinovich llegaba a la sala, todos nos apartábamos y le saludábamos muy afectuosamente mientras Ceferín Ceferinovich iba avanzando, con su cuerpo chaparrete y su cabeza gorda y rubiona. Ya, al entrar a la sala, presentaba esa sonrisa de quién se está acordando de algo, o está preparando alguna. Ceferín Ceferinovich se sentaba en su butaca y uno de nosotros le colocaba al lado una botella de orujo blanco prácticamente helado -por lo que muchos consideraban que era gallego realmente- y sin haber probado una gota del licor, comenzaba a querer explicar su viaje. Pero no podía, porque inmediatamente después de abrir la boca, comenzaba a reír. No paraba de reír. Le entraba la risa y la risa nos entraba a nosotros. Una risa contagiosa, nada carcajeante, una risa sorda de quien se aguanta y se aguanta y estalla. Lloraba de risa sin haber empezado a contar nada. Y el ser humano, si hay algo que no puede evitar en ningún momento, es reír con quien se ríe. Y venga a reír. Todos ji ji y ja ja. Y Ceferín Ceferinovich, rojo como una sandía, sin parar de reír. Y de vez en cuando hacía un gesto con las manos queriendo decirnos que parásemos por favor, que le dejásemos que iba a empezar y no podía. Así podíamos estar una hora aproximadamente. Hasta que Ceferín Ceferinovich, cogía el vasito con el orujo, se lo bebía y decía 'vaya, ya se me ha calentado otra vez', se levantaba y se iba. Y eran las únicas palabras que decía. Y sin acento gallego ni nada.

lunes, 11 de noviembre de 2013

Círculo Projorelov IX

La temporada estaba siendo bastante insulsa. Pocos eran los viajeros que venían al Círculo Projorelov para contar sus historias y los que lo hacían, contaban más o menos las mismas experiencias. Viajar se había convertido en algo anodino, insulso, programado. Algunos incluso planteaban la posibilidad de clausurar el Círculo Projorelov y dedicar el espacio a otras actividades. Y apareció Gulba Frenández.
Gulba Frenández inició un viaje con el objetivo de encontrar algo que se le había escapado, decía, en su juventud. Al parecer, Gulba Frenández había sido policía y no había tenido una vida demasiado clara. Nunca contaba demasiadas cosas sobre los años anteriores a su aparición en el Círculo Projorelov. Tenía el aspecto de quien quiere olvidar algo y no sabe cómo. Al principio, se conformaba escuchando los relatos y leyendo las peripecias de otros viajeros. Un día, quiso ser él el protagonista, como suele ocurrir, y nos anunció que partía hacia el lugar que había perdido.
Volvió al cabo de muchos años y el día que apareció por el Círculo Projorelov, hubo que hacer un esfuerzo enorme para congregar a los socios que habían perdido un tanto la fe en la labor del Círculo. Se dejó descansar a Gulba Frenández un día y, como siempre, se le citó para que contase su historia en presencia del resto de socios. Se invitó incluso a personas ajenas al Círculo para así revitalizar su actividad, y acudió mucha gente, ávida de escuchar historias de quien hacía tantos años que había partido.
Gulba Frenández llegó y rápidamente se acomodó en uno de los sillones principales. Pidió un bourbon y comenzó su relato diciendo que sería breve. Esto nos dejó algo confundidos. No esperábamos que después de tanto tiempo... ¿cuánto tiempo? Un socio, Enedino Loscertales, que no sé si recordarán de otras peleas, dijo que concretamente llevaba fuera siete años. Todos le miramos con asombro, y nos dijo que es que llevaba una cuenta con los viajes... bueno, lo normal en el Círculo Projorelov.
¿Siete años y una explicación breve? Pensamos que sería algo irónico. Gulba Frenández no había sido nunca demasiado simpático, pero pensamos que quizás el viaje le había dulcificado el carácter sacando a relucir cierta ironía. Comenzó su relato y lo terminó de la siguiente manera:
'Partí hace muchos años buscando algo que había perdido. No sólo no lo he encontrado en un sentido concreto, ni siquiera he hallado rastro de ello en todo el viaje. Ni siquiera aquí encuentro lo que perdí. Ya digo que ni en un sentido figurado, ni en un sentido más abierto. En ningún sentido. No hablaré más con medias palabras. Me fui por un desengaño. Enfermo de celos, abandoné a la mujer que amaba. Le dije que no quería volver a verla. No la pude olvidar. Decidí venir aquí para soñar con otros mundos, a medias lo conseguí. Decidí completar la evacuación y partir yo mismo, viajar. Quizás encontraría otra vez lo que perdí. Pues bien. No he encontrado a una sola mujer en todo el viaje. Siete años. Ni una mujer. Nada. Casualidad, maleficio, que no las he sabido ver... opinen lo que quieran. Ni una mujer en siete años. Ni de lejos, ni de cerca. Quizás nunca vuelva a ver a ninguna. Los que no lo crean, les aconsejo que no me acompañen si no quieren vivir este martirio. Del resto del viaje, ya se imaginarán que no guardo recuerdos principales, porque solo un pensamiento me absorbe. No he encontrado nada.'
Y nos dimos cuenta de que sí, que era verdad. Y no se sabe si por una cosa o por otra, pero ni Gulba volvió por el Círculo, ni nosotros le invitamos más.

viernes, 8 de noviembre de 2013

Miscelánea

Está atacando. Nuestro Señor ha decidido plantar el ataque. Ha dejado dos o tres días de medio frío para volver a mandar una ola de calor. Estoy muerto. Lo está lanzando con todo. Está enviando todo lo que puede contra mí. Contra nosotros. Estoy pegado a los kleenex, estoy atado a los sobres de Bisolgrip, a las pastillas... Estoy malo. Me duermo en cualquier parte. Me duele todo. No vale uno para nada. Deben ser los aliens, será cosa, seguro, de los aliens. Los MGMT han sacado ya el vídeo oficial de la canción Alien Days. Las críticas que está recibiendo el disco oscilan entre la desilusión y el palo total. En Rockdelux hablan de un grupo al que ya no hay que seguir. Vaya viajes. A mí, sin embargo, esta canción Alien Days, me parece de lo mejorcito que se ha escuchado. El vídeo, pues bueno, tengo mi interpretación. Pero se basa siempre en lo mismo y no voy a dar la brasa.
http://www.youtube.com/watch?v=QBu_bzxvgdI

Está atacando con todo. Tercer o cuarto pañuelo que me cargo en este bendito día. Miren que sol. Miren qué día de verano. Y a mí me parece un infierno. Rockin' pneumonia. Siniestro Total tenía una versión y no recuerdo ahora en qué disco, de esta canción. Es una original de Huey Piano Smith and the clowns. Tengo la rockin neumonia y la boogie boogie flu. Qué mal me encuentro. Qué manera de encarar el fin de semana. Qué semana, en definitiva, de dolores, cansancios, pesadumbres y mal rollo. Y ahora que viene el viernes y que podríamos hacer algo, me encuentro como el demonio narigón. Qué mal. Esta canción tiene un rollo así pesadote que adaptada al sonido contemporáneo que se lleva ahora mucho, podría estar hasta bien. Pero es que tengo la cabeza como el corcho y no puedo pensar.
http://www.youtube.com/watch?v=KiRlF2plIik

Mi hermano me recomendó una canción de Nirvana y cuando la escuché recordé lo mucho que me gustó en su momento. No recuerdo el disco, ni el recopilatorio, ni el EP en el que estaba. No sé si estaba en el Incesticide o dónde. Pero me parecía muy buena. Se llamaba Sappy, y aquí la vemos interpretada en directo en Austria en el año de la castaña. Bien. La letra, pues eso, que si esto pues tu creerás que eres feliz pero en realidad nada de nada. En este número del Rockdelux también hablan del In Utero de Nirvana y no lo dejan mal salvo algunas canciones. Una de las dos canciones que dejan mal, a mí me gustaba también. No estoy para nada en la onda, ciertamente. Pero nada.
http://www.youtube.com/watch?v=0mlXVIxQotM

Ando buscando otra canción de Nino Rota, pero no la encuentro. Recuerdo haber cogido muchas veces en la biblioteca un cd con las bandas sonoras de Nino Rota para Fellini. Igual tenía más canciones además de las que compuso para Fellini, seguro, pero no lo recuerdo. El caso es que no tengo toda la mañana para estar investigando cuál era la canción. Pondremos una, pero por poner, la verdad. Porque casi todas son buenas. Pondremos la del Jeque Blanco. No he visto esta película, pero sólo por cómo empieza la canción, merece la pena. Uno escucha esos acordes y ya sabe de qué va a ir la película, o quién es el director, el sello, no sé. De verdad que hoy estoy algo espeso.
http://www.youtube.com/watch?v=Vl9Yeb-PT04

El citado Rockdelux le dedica su espacio llamado Revisión a Leño. Oh, en este espacio de moderneces y demás, dedicarle unas páginas a Leño... bueno, no es la primera vez que pasa. Y aquí los dejan muy bien, no tanto a algunos de sus seguidores y émulos. Pero a Leño, lo que se dice Leño, les dejan muy bien. A mí me gustan bastantes cosas de Leño, pero no puedo decir ni mucho menos que sea un seguidor de Leño, o que haya sido fan de Leño. Me pasa igual con Rosendo. Puedo ir a todos los conciertos que haga falta, pero no tendré nunca un disco suyo, porque todo entero no. No. Todo entero, no. Ahora, piezas como este Si, señor, no las supera casi ningún otro grupo de los que haya habido o habrán. Corre, corre, también. Maneras de vivir. Etc. Si, señor, si señor. Que me tienes que despedir gratis, si señor. Que es bueno trabajar un mes a prueba y luego si me viene bien te contrato, si señor. Claro que sí. Lo que haga falta para levantar el país. Qué bien suenan aquí Leño, ¿verdad? Las reflexiones de Rosendo en la revista, muy bien también.
http://www.youtube.com/watch?v=fPnkTzQRly0

Y para despedirnos, una de las cortas. De un cd que me regaló mi hermano, el Studio One Groups, vamos a poner la última. Una de esas que cuando termina no sabes realmente cuándo empezó, ni qué hacías cuando empezó, ni donde estás ahora, ni en qué te has metido. Nada de nada. The Silvertones con su canción Cheating and Lying. Engañando y mintiendo. Nada más cercano a la realidad. Engañando y mintiendo. Vamos para allá, con sólo diez minutos de canción. Vamos para allá. Venga. Tranquilamente, con esos coros. Quién, de verdad, quién no ha querido ser alguna vez coro de un grupo de reggae. Poniendo vocecitas... todo eso. Qué grandes.
http://www.youtube.com/watch?v=PilTkqKss-o

Y bueno. Que a ver si salimos de esta. Buen fin de semana para todos.

jueves, 7 de noviembre de 2013

Concomitancias de lo mismo

Durante el último Congreso de Escritores celebrado en Valparaíso, concretamente en las jornadas dedicadas a 'Experiencia y reflexión', el famoso escritor y crítico Fermín Etchepare Garaygorri, realizó una intervención que fue comentada a su vez en la revista 'Palabas y fases' y en 'Estornudos dialalogados', como una puerta abierta hacia no se sabe dónde. La reproducimos aquí:
'Son muchos los que se suben a un estrado como este pensando en lo que sucede segundos después de haberse bajado del estrado. Otros no piensan. Yo no sé. Yo, la verdad, hace tiempo que dejé de preguntarme muchas cosas. Me pregunto algunas cosas, pero creo que en mí, ha muerto la curiosidad. Ya veo que algunos de ustedes me miran con sorpresa dibujada en sus... Como ven, mi discurso no está escrito, esta morcilla no la podía haber pensado. No se preocupen. Ahora saco de mi bolsillo un papelito, que procedo a desdoblar para que ustedes se queden más tranquilos. No improviso. Lo tengo todo pensado. He dejado de preguntarme por qué. Por qué ustedes me miran con esas caras. Me da igual. No quiero saber qué esconde el señor Pereticot en su maletín, si es otra novela de tema histórico, o si son revistas deportivas. Me da igual. Tampoco quiero conocer los misterios de la vida. No quiero que me cuenten nada más. Me da igual. No me interesa. Me lo voy a inventar todo. Me dan igual los datos, los hechos, me da igual que sea verdad, que me estén engañando. Lo acepto. Tienen ustedes mi consentimiento para contarme lo que quieran. El otro día terminé de leer una novela sobre la conquista de Perú por parte de Pizarro y me creí que todo era tal y como lo contaron los españoles. Luego asistí a un congreso indígena en el que contaron otra versión y me la creí igualmente. No pregunté. Me da igual. No tengo intención de preocuparme más. Tengo por el contrario, la idea de seguir escribiendo pero abriendo un nuevo campo para mi obra. Quiero no tener que perder más tiempo haciendo caso del rigor, del trabajo, de la curiosidad. La curiosidad ha guiado al ser humano a lo largo de la historia. Siempre queremos saber cómo podemos conseguir más, ir más rápido, cómo se hace para hacerlo mejor. Yo ya no. Quiero ser un hombre nuevo. Mi escritura se va a basar a partir de ahora en otra cosa, tampoco tengo interés en saber el qué. Ahora doblo mi papelito y me lo guardo en el bolsillo, pero no piensen que he terminado. Ahora he terminado.'

miércoles, 6 de noviembre de 2013

Generación Alien o La madre de Dios

Es como coger a Darwin, a Charles Darwin, o a cualquier científico o arqueólogo y llamarle. Oye, ven. Cogerlo, atarle, ponerle de rodillas, extender los brazos y atarlos cada uno para tenerlo en cruz y empezar a pegarle patadas en la boca mientras un cánido se le orina en la...
Pues de esto va más o menos la broma. Uno tiene una vida social muy poco activa, aunque no lo parezca, y en vez de estar tomando cócteles en el Boadas o escuchando algún concierto molón en el Music Hall, me quedo en casa y veo la tele. Haciendo caso a sugerencias varias, dije, va, confía en Generación Alien, igual te hacen pasar dos horas entretenido. A ver qué cuentan... y entonces... Alienígenas Ancestrales.
Abreviando. El asunto está en que quieren demostrar que el hombre, el ser humano, tiene esa inteligencia y ese salero gracioso que le permite haber inventado la gomina, por ejemplo, gracias a que algo o alguien, desde fuera, vino y 'diseñó' a los hombres. Creacionistas. En el fondo, supongo, que lo que vienen a decir es que, sí, nos creemos que la evolución es algo impepinable, vale, aceptamos. Pero esa evolución fue dirigida por alguien. Dios, por ejemplo. Dios, envió a unos extraterrestres, a unos seres de otro mundo, que nosotros llamamos ángeles, o demonios, según, y ellos nos instalaron las modificaciones genéticas y biológicas necesarias para ser hombres.
¿Qué tal? ¿Cómo se nos ha quedado el cuerpo?
La evolución explicada de otra manera. Ojo, y en serio. Salen doctores, investigadores, divulgadores científicos, el doctor Giorgio A. Tsoukalos, un tal señor Noory que tiene un programa de radio... todos dicen lo mismo. Es evidente que los alienígenas ancestrales vinieron a la Tierra y enchufándonos una cosa, como cuando se manipula genéticamente una sandía, pues nos hicieron más inteligentes que el resto de bichos que hay sueltos en el planeta. Diversas teorías van avanzando a lo largo del programa, que dura casi dos horas, como digo. Todos los que salen, o prácticamente todos, dan por descontado que fueron aliens los que propiciaron el paso del simio al hombre. Que no hay nada que demuestre que la evolución por sí sola, tal y como la concibió Darwin, sea una explicación razonable para entender que de los simios pasáramos a ser Belén Esteban. Porque uno ve a un chimpancé y a un hombre y dice... es que no puede ser, tanta evolución. Si los árboles más o menos son árboles iguales a los que había, mucho, mucho, mucho, tiene que evolucionar un mono para... que no. No se entiende. No, es mucho más entendible que vinieran unos seres de otro planeta y con un plan concebido por un ente superior, Dios, por ejemplo, nos convirtieran en la madre del cordero.
Dos horas así. Con momentos cumbre, como por ejemplo el 'por qué no tenemos pelo si otros simios sí que tienen pelo y por qué dicen que se nos cae el pelo del cuerpo si el hombre cuando llega al Norte necesita precisamente pelo...'. O cuando metemos textos bíblicos de por medio. Ahora le han dado. Si hablamos de textos bíblicos, o el Popol Vuh, en todos ellos dicen que vinieron unos ángeles, o serpientes emplumadas, que trajeron la inteligencia al hombre y... y tan frescos. Y eso es así.
Y no es sólo que lo explique la voz en off, que dices... oye, pues una voz en off está en todo su derecho de contar una historia descabellada si se le ofrece, porque es una voz en off y no hay más que decir, pero... gente con su cara, con sus ojos, con sus bocas diciendo continuamente 'es evidente que fueron aliens los que propiciaron la aparición del hombre en la tierra', le da a uno hasta un poco de reparo. ¿Hablan en serio? ¿Empiezas haciendo con la boca el ruido de la espada láser y terminas...?
Que si Satán, o el Diablo (que es un alien ancestral), en realidad era bueno, porque él quiso que los hombres tuvieran inteligencia y se parecieran a ellos... Que si la posible llegada de las bacterias que propiciaron la vida en la tierra vinieron en meteoritos, que son súperindestructibles, y que venían como parte de un plan superior diseñado por Dios o por... Aliens. Y así.
Dos horas. Y la semana que viene me parece que dan la continuación. De verdad, de verdad, de verdad. Una barbaridad tras otra, seguida de otra, y luego otra más gorda. Que si los indios Hopi dibujaban petroglifos con gente con rayos en la cabeza, que si en Ninive... No hay duda, fueron los Aliens. Pero además, es que te lo dicen así. ¿Es que no lo veis? ¡Fueron los Aliens! ¡Y lo dice la Biblia!
Bueno, pues nada. La semana ya cuesta abajo. Muy difícil tirar para delante cuando sabes que hay gente que sí, que está dispuesta a creer que, efectivamente alguien por encima que nunca hemos visto, decidió que había que mandar a unos cuerpos especiales para fundar una nueva especie y así... en fin.
Que muy mal todo. Muy mal.

martes, 5 de noviembre de 2013

Primer amor. Humo - Iván Turgueniev

Por este orden. Pushkin, Tolstoi, Goncharov, Dostoyevski, Gogol, Turgueniev. Primer libro que me leo de Turgueniev, uno de los integrantes de ese elenco de estrellas de la literatura universal que tuvo a bien nacer en la Rusia decimonónica (o casi). Un libro de esos de Bruguera, como se ve en la imagen, con ilustraciones, dibujos en blanco y negro en los que el protagonista masculino tiene casi siempre el mismo aspecto. Bien. Son dos las historias de este pequeño volumen. Primer amor y Humo.
Primer amor. Vamos a ver. Si un ruso se enamora siendo protagonista de una novela de cualesquiera de estos simpáticos escritores, suelen pasar varias cosas: la amada se muere, la amada se va, la amada no le quiere, la amada se la juega, el protagonista se muere, el protagonista se va, el protagonista no ama realmente, el protagonista queda como robaesteras. Primer amor comienza de una forma que vale por todo el resto del relato. Simplemente ese recurso que ahora les contaré ya vale por todo el resto. Una reunión de señorones rusos en un salón después de comer. Con sus cigarros. Y el anfitrión se dispone a iniciar una conversación sobre ese primer amor que todos recordamos. Cuando le llega el turno a nuestro protagonista aduce que su historia es muy rara y que... mejor que escribe algo que ya les presentará en una semana o así. Grandioso. En lugar de contar la historia directamente, mejor os la escribo. Como si importase. Pues importa. Su primer amor se remonta a cuando era un mozalbete. Estudiaba, era aplicado... su madre estaba un poco histérica y su padre era un guaperas local, frío y distante. Se instalan unas princesas en uno de los pabellones colindantes y la hija, oh, la hija es tan guapa. Es un poco mayor que el prota... es tan guapa. Tiene una legión de admiradores. A él lo acoge como alguien especial. El chaval se enamora. Como no se puede enamorar uno más que la primera vez. Se enamora y se enamora y no sabe si ella le corresponde o no. Ay, la incertidumbre. Ay, qué nervios. Ella confiesa que está enamorada, o se lo hace entender. Y él se pregunta que de quién puede ser. Y a él lo quiere mucho. De una manera especial. ¿De quién está enamorada ella? ¿Con quién se ve por las noches? No puede ser, el amante es... Vale. Ya lo han entendido todos, ¿no? Pues eso. Donde menos te esperas, te surge la competencia.
Humo. Un joven y acaudalado propietario, de ideas liberales, un buen mozo a punto de casarse con la bella Taciana (la llaman así en el libro, pero yo creo que es Tatiana, incluso a veces la llaman Tania), llamado Litvinov, está en Baden. Allí hay más rusos que alemanes. Rusos de todas las ideas, socialistas, demócratas, occidentalistas, reaccionarios, militaristas, vividores por cuenta ajena, progresistas moderados... todos allí discuten y hablan y cuentan... Litvinov se ve envuelto en algunas reuniones de estos conspiradores de salón y un día, está en el salón de su domicilio y huele a heliotropos... oh. El heliotropo le recuerda... a Irene. Irene fue un amor de su primera juventud. Su primer amor. Era la chica rara del barrio, descendiente de una familia de nobles muy nobles pero muy pobres. Era rara, guapa, pero rara. Él la corteja y ella pasa de él completamente. Finalmente, cuando él ya casi se da por vencido, cae. Oh, qué bonito. Qué noviazgo. Qué felicidad. Qué bien va todo. Un baile. El Zar viene a Moscú y da un baile y los príncipes y princesas deben ir. Irene es invitada. El bueno de Litvinov, la alienta. Ve, ve, verás que bien te lo vas a pasar. Ella se huele algo. Mejor que no vaya. No, ve. Mejor que no. Que vayas, que no pasa nada, verás que bien. Y tan bien va que Irene es seleccionada para un premio. Viajar a Petersburgo y vivir en casa de un pariente ricachón que la podrá casar con un figura de allí. Toma Litvinov, que te has quedado sin novia por una tontería de baile. Los heliotropos le recuerdan a ella. Pero él ya superó aquel desengaño, aquel primer amor. No le volverá a pasar. Claro. Se encuentran casualmente en Baden, ella está casada con un general Ratmirov fatuo y maloso. Se ven, no se ven, y él... cae de nuevo en las redes de Irene. Y ella le corresponde. Ya está liado el asunto. Y ahora qué. Pues nada, patada a seguir, rompo el compromiso, me escapo con Irene, manta a la cabeza y Dios dirá. Que sí, que no. Que al final se queda sin nada. Sin Irene y sin Tatiana. Y venga a llorar. Y bueno. Podría haber acabado aquí la historia y quedar la cosa la mar de bien, pero al final Turgueniev arregla ahí la cosa y tal. Bueno. Se le puede perdonar.
Dos historias pues la mar de recomendables y de rusas. Un librito que se lee en un pis pas y que enseña muchas cosas que ya recordábamos de otros rusos, como que los rusos son muy rusos y se puede ser ruso de muchas maneras y seguir siendo ruso al fin. Y que todo lo que puede ir mal, a poco que uno sea un poco ruso, le irá mal.

lunes, 4 de noviembre de 2013

Hay una cosa que te quiero contar mal

- ...pues sale una señora y dice que conoció a un marinero. Lo vio y empezó a salir con él y le dijo que se llamaba Esperanza.
- ¿Pero quién se llamaba Esperanza?
- Ella, ella le dijo que se llamaba Esperanza.
- Por que se llamaba Esperanza, claro. Ya lo habría dicho cuando sale en el programa y la presentan ¿no?
- No, es que ella no se llamaba Esperanza. Es que ella tenía una amiga y salían las dos. Y se intercambiaron los nombres. Y ella le dijo al marinero que se llamaba Esperanza, pero en realidad no se llamaba Esperanza.
- Pues vaya.
- Ella era de Cádiz o así y el marinero era de Huelva. El caso es que ella tenía a otro chico que le iba detrás y que al parecer la quería mucho. Y como el marinero era de ida y vuelta pues ella al final se quedó con el chico, que era de su pueblo o algo así. Y cuando ya se iba a casar con el chico de su pueblo, el marinero la llamó el día de antes de la boda para decirle que no se casara con ese, que la iba a hacer infeliz toda la vida y que lo dejase.
- Qué bonito.
- Pues si. El caso es que se casó y el marido se ha muerto y ahora ella iba al programa para encontrar al marinero y ver si eso. Que era de Huelva.
- Ya, ya me has dicho que era de Huelva.
- Pues resulta que va al programa y encuentran al marinero, que claro, ahora es un señor mayor. Entonces están los dos, separados por... ¿tú has visto el programa no? Que los separan con una pantalla y eso.
- Si.
- Pues eso, que encuentran al marinero y le dicen que hay una persona que ha estado buscándole y que tiene una cosa muy importante que decirle. Y le dicen que si quiere ver a la persona que le quiere dar el mensaje y el hombre, claro, un hombre ya mayor, dice que bueno. Y le enseñan la imagen de la mujer.
- La mujer hoy, vamos, la que está en el plató.
- Si. El caso es que el hombre se queda mirando a la mujer así en la pantalla... y dice que no la conoce. Que no tiene ni idea de quién puede ser.
- Toma castaña. ¿Tanto había cambiado la mujer?
- No sólo eso, espera. Es que le dicen que esa mujer... así con las pausas y todo... que esa mujer... que hace muchos años salió con él, que le dijo que se llamaba Esperanza, que eran dos amigas, que eran de Cádiz... Y el hombre dice que no tiene ni idea de lo que le está contando.
- Tócate los...
- Sí. No te lo pierdas. Dice que no sabe quién es esta mujer, que no tiene ni idea de la historia que le están contando y que él está casado y que no quiere saber nada de esa mujer, ni la conoce, ni nada.
- Pues vaya. El hombre vería a la mujer aquella y diría... a mí ahora me vas a venir con historias.
- No sé, pero se quedaron todos...
- Y la mujer, también, vaya ideas. Ahora que ya se había muerto el marido, quería probar con el marinero... no sabe nada. ¿Y al final cómo se llamaba la mujer?
- Pues no lo sé.

viernes, 1 de noviembre de 2013

Miscelánea

Parece que está feo no decir nada del documental de Desechables que vimos el otro día. Pues muy bien, oiga. Como ya dije, yo de Desechables no tenía nada, no sabía nada... y ahora me pregunto por qué. Por que deberían tenerlo todo para que me gustaran y sin embargo no he tenido noticias de ellos. Es raro esto de la música. Grupos que, en teoría, son de tu cuerda, te son totalmente extraños y están ahí. Al lado. ¿Por qué? La historia de Desechables no es la de un grupo de éxito y quizás por eso se explica todo. A mí sólo me gusta lo que ya le gusta a todo el mundo. Y luego, si acaso, me hago el exquisito. Un documental muy guapo, inspirador, sobre un grupo que de sus limitaciones hizo virtud. Ya. Pero tenían una cantante que le puede a todos los vuestros con una mano solo. Grandiosa Tere. No me consigues divertir.
http://www.youtube.com/watch?v=1ymcPNeIO4E

Va, rápidamente. Igual de feo está no recordar otra vez la muerte de Lou Reed. El otro día, siempre es el otro día, me puse en casa el Loaded. En concreto el Fully Loaded. Hay ahí algunas canciones que merecen mucho la pena. Por ejemplo 'Train Round the Bend'. Una canción perfecta para los que no somos de campo. Devolvedme a la ciudad. Bien. Pero esta canción la hemos puesto muchas veces y ya vale. Pondremos otra también de este disco. Head held High. Una canción roquera, con Lou Reed gritando como todo un hombretón. En la versión del Fully Loaded la canción es más... clasicona, pero aquí está bastante mejor. Hay canciones que están mejor en un sitio que en otro. En fin. Una bonita canción de la Velvet Underground.
http://www.youtube.com/watch?v=HRhgReDQ2dg

En solitario, Lou Reed tiene canciones muy buenas también. Una que es un poco raruna, es la de Street hassle, que es larga como un día sin pan y que habla de... no tengo ni idea de lo que trata. El caso es que los Spacemen 3 tenían una canción que se llama Ode to Street hassle en la que calcan prácticamente lo que en la canción de Lou Reed hacían unas cuerdas. Los Spacemen 3 cuando querían, que era casi siempre, eran más la Velvet que la propia Velvet. Esta canción ocupó buena parte de mis pensamientos callejeros durante unos cuantos meses hace ya tiempo. Se te mete en la cabeza y ya no la sueltas durante meses. Los Spacemen 3 tenían canciones así. Lo que pasa es que los sobé tanto durante un tiempo que ahora me acuerdo poco de ellos. En esta canción vuelven a caminar con Jesús y eso siempre mola.
http://www.youtube.com/watch?v=PllqjVcmA4U

De todas las versiones que se han podido hacer de la Velvet, hay una de Derribos Arias que te roba el corazón. La canción de los que sabemos que no vamos a ganar. Hagamos lo que hagamos, pongamos lo que pongamos, tengamos lo que tengamos. Él sabe que no va a ganar. Pobre Cowboy. Él cree que es el mejor de todo el rodeo, pero él no sabe que... Pobre Cowboy Bill. Una canción que, si te llega, sabes que no vas a llegar. Él piensa que es fácil y que va a ganar, pero él no sabe que... Pobre Cowboy Bill. Un pedazo de canción que le deja a uno echo polvo. Aunque parezca una canción de coña, aunque los Derribos te los tomes a broma, a uno estas cosas le tocan la patata, la verdad.
http://www.youtube.com/watch?v=05UI8yEYU8I

Ayer fuimos a ver el documental Chulas Fronteras. Perfecto. Íbamos con algo de 'racança', que dicen por aquí, porque nos habían dicho que bueno, que sí, que bien, pero que... pero no, oigan, es un pedazo de documental. Con unos cancionazos que quitan el sentido. Aquí tenemos nada menos que a Flaco Jiménez intepretando El Mojado sin Licencia. En rigurosísimo directo para todos ustedes. Un documental sobre música tex-mex, un documental sobre mexicanos de una frontera de la otra, sobre la música popular, sobre la injusticia perenne. Nótese en esta canción el virtuosismo extremo de Flaco Jiménez y en esas notas que toca a veces que parece que se esté cayendo la canción en espiral. Y lo que mola ver a la gente bailando, feliz.
http://www.youtube.com/watch?v=YqBEQ0DpTKs

La última. Hoy nos toca ver el documental sobre Mr. Baker. El documental sobre la vida de Ginger Baker, que fuera batería de Cream y de más proyectos que se me escapan. El pelirrojo que tocaba como el mismo demonio. Aquí les tenemos en el concierto del Farewell, de 1968 tocando Politician. Politician no era suya, pero no creo que haya nadie que la haya tocado nunca así. Es una canción que se te abren los puntos. Tremenda. El trío calavera tocando como los dioses. Con Eric Clapton concentradito y notándose que le gusta lo que está tocando. Y ese batería, ese Ginger Baker que parece que está haciendo cosas raras con las baquetas y... está tocando. Nena, soy un político, entra conmigo al coche.
http://www.youtube.com/watch?v=vlvA0sMvnqo

Pues nada más. Que tengan un buen fin de semana y que disfruten el puente aquellos que lo tengan. Yo creo que me he constipado. Tanto rollo con el cambio de tiempo, pues me ha cazado pero bien cazado. Ale, buen finde.