jueves, 29 de abril de 2021

Libertad de expresión


Yo. Yo mismo. Digo barbaridades sin medida. Hago Tweets que luego pienso y repienso y digo, pero qué haces, notas, diciendo estas cosas. Cuenta hasta diez. O no cuentes hasta diez. No cuentes y deja de querer parecer como que tu opinión cuenta para algo más que para hacer que alguien se cague en tus muelas y poco más. Qué consigues con hacer esas cosas, con decir esas cosas, con hacerte el gracioso diciendo estas cosas, qué consigues. Nada. No consigues nada. No consigues alterar nada más que la percepción que es tan insensato como tú como para hacerte caso y para responderte o como para lanzarte alguna pulla en otro lugar, en otra parte. Qué consigues ejerciendo tu digno derecho a la navajada digital, qué consigues perpetrando toda esta mierda de textos y de consignas y de acertijos, no consigues nada. Nada de nada. 

La libertad de expresión. Todos sabemos que El Mirall no publica lo que queremos. Los medios de comunicación publican y hablan de lo que les da la gana. Habitualmente hablan de lo que les da la gana a los anunciantes. Eso ya lo sabíamos cuando empezamos con esto. A veces, por ejemplo, publican artículos de Juanjo Gallardo cagándose en los comunes o en podemos. A veces publican noticias sobre cosas que a nosotros no nos molan. Nada. O nos ignoran. Mucho. Porque no somos tan importantes o no somos lo que nos creemos ser o no somos un elemento que les produzca un beneficio sustancioso. No me extenderé mucho en discutir sobre si El Mirall sí o El Mirall no.

Somos una ciudad pobre. Somos una ciudad muy pobre. Somos una ciudad tan pobre que solo tenemos un diario. El Mirall. No tenemos radio, no tenemos anunciantes para un segundo diario. No tenemos anunciantes, no tenemos nada. Si tuviéramos más cosas tendríamos más medios, pero quienes podríamos o deberíamos tirarlos adelante no tenemos un pavete. Nada. Santa Coloma es una ciudad muy pobre, tan pobre que solo tenemos un diario. ¿Es culpa del Mirall que no informe como tú quieres? ¿Tiene que ser El Mirall una cosa que no puede ser? El Mirall no puede ser el full informatiu, no debería serlo, y, como todos los diarios, tiene una línea editorial. Y ahí hay que moverse. Si hubiera otro diario molaría que fuera de otra manera. Pero no lo hay. Montemos otro. Y entonces cuando diga lo que no nos gusta a los demás, le tiraremos pintura.

Una pintada como libertad de expresión, te contesto. Una pintada en la pared, un mural, una forma de expresión de una queja, una afirmación, una denuncia, un algo. Una pintada en una pared, claro, ha existido siempre. Una pintada en una pared, un mural. Es libertad de expresión. Pintar en puerta de un diario o de un partido político o de una entidad deportiva o de lo que sea, que son unos mierdas, eso, qué quieres que te diga, llámame menchevique, no lo veo como libertad de expresión. Libertad de expresión es denunciar que El Mirall es un diario de mierda. Libertad de expresión es decir que el Borbón es un cabrón. Hacer una pintada en su puerta, en la puerta del Mirall, es otra cosa. Y no es lo mismo. Y, llámame socialdemócrata otra vez, no está bien. Porque mañana te la pintarán a ti y pasado a mí y al otro y nos andaremos pintando las puertas y lanzándonos huevos y cosas de mucha libertad y de mucha protesta y nos reiremos tanto que. No está bien, este es mi sistema de valores. Infantil y poco argumentado.

Pero eso puede que de igual y que estemos en guerra y haya que hacer como en la guerra. No sé. Estaré equivocado. 

Foto extraída de algún blog o algo de Chema Corral

miércoles, 28 de abril de 2021

Gramsciano


Este hombre no es Gramsci. Es un actor que debe hacer de Antonio Gramsci. Piazzale Loreto, sabrán lo que es. Es la plaza de Milán donde colgaron a Mussolini, junto a Clara Petacchi, Pavolini, Storace y el inefable Nicola Bombacci. Este hombre, el de la foto, no es Gramsci. Pero seguro que se ha tenido que aprender lo de la teoría de la hegemonía y todo eso. Las ideas no viven sin organización. Las frases, el contenido, la forma. Este señor es un actor, no es Antonio Gramsci. Todos somos un poco actores en esta vida. Todos, en algún momento, hemos interpretado un papel. La hegemonía, el partido, no sé qué más me sé yo sobre Gramsci. Gramsciano. Hace años, creo, escribí cosas sobre una especie de debate entre un gramsciano y otra persona. Una persona que no era gramsciana. Rocky Gramsciano. Un actor interpreta a un jugador de fútbol, se rodea de otros jugadores de fútbol. Hace una película. No parece el mismo actor que luego hará Rocky. No se parece a nada. Este señor no sé si se parece a Gramsci. Parece mayor que Gramsci. Pero pones el nombre de Gramsci en el google y te sale esto. ¿Tan mayor era Gramsci? Piazzale Loreto, hoy hace nosecuantos años que, después de fusilar a Mussolini y todos los anteriormente citados, también a Nicola Bombacci, los colgaron de la gasolinera de Piazzale Loreto, en Milán. Nicola Bombacci. No sé si conoció a Gramsci. No es obligatorio conocer a todo el mundo. Nicola Bombacci aparece de vez en cuando en mi pensamiento. El comunista que apoyó a Mussolini y que fue fusilado con él gritando viva el socialismo, viva Mussolini. Nicola Bombacci, que viajó a la Unión Soviética, que fundó el Partido Comunista y que en el marasmo, vio en el fascismo algo más interesante que el comunismo. O la síntesis perfecta. Qué vería. También parece ser que tenía un hijo enfermo y que Mussolini le ayudó. No sé. Sé que Steven Forti tiene su tesis sobre esto. Gramsci murió cuatro días después de haber salido de la cárcel. Ya lo sacaron para que se muriese. Son cosas que pasan. En la historia. Una historia triste. Muy triste. 

martes, 27 de abril de 2021

Crónica del #Plegramenet de Abril. Imperio y República.


Crónica del Pleno Municipal del lunes de abril de 2021. Voy a intentar hacer algo parecido a lo que hace Pedro Vallín. Tanto tiempo intentando calcar lo que hace Guillem Martínez y ahora me propongo un paso más. Ahora el que me gusta es Pedro Vallín. Pedro Vallín esto, Pedro Vallín lo otro, porque mira lo que ha puesto Pedro Vallín, porque Pedro Vallín tal. Pedro Vallín y sus parrafadas utilizando imágenes o metáforas basadas en el cine, especialmente en la Guerra de las Galaxias. Todo puede contenerse en la Guerra de las Galaxias. El Imperio, la República, los Jedis. Pues no. No me va a salir. Al menos hoy. Tengo prisa. Pongo la foto y vamos a ir a por faena de otra manera. 

El Pleno de Ayer, Ayer con mayúscula es quizás el último pleno del presente tal y como lo conocemos. La próxima vez que nos veamos, ya estaremos pensando en las municipales que vienen. Y ya está aquí. Todos, no lo disimuléis, estamos pensando ya en quién será. Cómo será. De qué irá. Quién será el que esté ahí. Van pasando cosas, van apareciendo nombres, se van destapando actitudes. Quién recibirá el testigo, quién se ceñirá la corona, a quién ungirán los dioses con la gloria de ser el próximo detentador del poder en esta ciudad. Quién será capaz de lidiar con la bestia. Quién será capaz de hacer lo que solo alguien único ha podido hacer. Con quién lo hará. Con quién contará. Cómo será. De qué manera. No digo nada y te lo digo todo. 

¿Quieres saber cuál es tu verdadera fuerza? ¿Eres un verdadero Jedi o eres un Yedai? ¿Eres digno de ser un caballero de la Orden o aspiras a algo más? ¿Te vas a conformar con un papel secundario en la obra o vas a demostrar que estás preparado para enfrentarte con los rebeldes? Ayer, fue el último y quizás el primero de los plenos donde empezamos a comprobar quién está y quién se posiciona. Lo más triste de todo, ¿sabes lo que es? Que no discutimos sobre quién podrá estar o quien no manejando la posibilidad de discutir el trono, sino quién sucederá en el trono. Es lo penoso. 

Ayer, no voy a hacer crónica del pleno porque es que no tengo tiempo y me tengo que ir, ayer, digo, fue uno de esos plenos que marcan un punto de inflexión. Un pleno que fue como son los plenos. Con un Equipo de Gobierno que pretende que todos seamos partícipes de sus decisiones por asentimiento, sí señor, sí señora, y nos queda nada más que admirarnos de la magnificencia y la sublime inteligencia de quienes nos gobiernan. Esto es lo fundamental de toda la gestión, que seamos capaces de levanta un poco la voz ante el brillo resplandeciente y cegador del poder. Y si somos capaces de eso, seguiremos adelante. Si nos conformamos con un lugar bajo el brillo dulce y balsámico de no saber ni entender pero qué bien se está, lo llevamos claro. Tan claro. 

No voy a hacer una crónica de lo que pasó ayer, punto por punto. Cada uno juega su papel y cada uno juega sus bazas de cara a lo que ha de venir. Todo está por venir y todo es perecedero. Nada está seguro y todo puede cambiar mañana. 

Qué pasó ayer que estoy diciendo sin decir. Solo tienen que ver las intervenciones en los plenos, quién habla, quién no dice nada, y quién, de repente adquiere un protagonismo que no ha tenido o a quién de repente se le va la mano con el exceso de celo. Esto pasó ayer en el pleno. En un pleno que no tiene que ver tanto con la Guerra de las Galaxias como con nosequé. Con alguna película nacional, con alguna película berlanguiana. Con alguna película de aquellas. En las que hay mucha gente, todo el mundo dice cosas, te quedas con algún apunte, acaba la película y dices, es que el cine coral... pero no es coral, es Berlanga. 

Ayer fue el último pleno de esta temporada, así como te lo estoy contando. Un pleno con mociones y con declaraciones institucionales que dices, y esto, y esta declaración, y esto... y es cierto, y algunas mociones y todas las mociones digamos, son interesantes y necesarias, pero estas mociones, digo mociones por decir declaraciones institucionales, a ver, que yo no digo nada. 

Pero es así. Se me está arrugando la cara, se me está agriando el carácter y ya solo veo señales, cosas, signos, movidas. A veces he publicado cosas en el Mirall. Incluso en Canal 150. Creo recordar que también en el Diari de Santa Coloma. Se me está pasando el tiempo y no voy a llegar a ser jamás Emperador, ni cónsul ni nada. Es así. 

El tiempo va pasando, tan deprisa. Y veo señales, discursos, broncas, gestos. Y no lo puedo evitar. 

lunes, 26 de abril de 2021

Txema Castiella - Antoni Gutièrrez Diaz. El Guti. L'optimisme de la voluntat.


La lucha contra el testimonialismo y cómo el testimonialismo te acaba alcanzando. La lectura de este libro, una biografía de Antoni Gutiérrez Diaz, importante dirigente, trascendental dirigente del PSUC, ha coincidido en el tiempo con la preparación del acto de presentación del libro de Chema Corral sobre la historia del PSUC en Santa Coloma de Gramenet. Así que han sido días de conversaciones, no tantas, pero alguna, sobre el PSUC, sobre la historia del PSUC, sobre las historias del PSUC y sus circunstancias. 

La vida de El Guti contada para comprender la historia de un Partido que fue El Partido y que ha terminado siendo algo que recordamos de manera diferente, unos pensando que estuvo bien, otros que debería seguir siendo, otros que existe, otros que fue una cosa que nunca fue y otros pensando que fue otra cosa. Un partido que, siguiendo lo que el autor nos va contando durante el transcurso de la vida del Guti, quiso ser una cosa, pero no pudo ser. O quizás lo fue y ese fue su mal. La vida del Guti es la de alguien que piensa en un partido que no debería ser solo un partido, sino una forma de entender la vida y la política. Una forma de comportarse en la que cuenta más lo que avanzas que el objetivo. Una forma de hacer que prima no quedarse solo antes que apuntarse medallas. Una forma de hacer en la que cuenta más lo que ha de venir que la acción y el resultado tangible para uno mismo. Una forma de hacer que consiste en reunir a gente muy diversa, con un pegamento básico, el antifranquismo, pero sin más ligazón que eso, al parecer y que, cuando eso se acaba, no se entiende. 

La vida del Guti es la vida de un cuadro del partido durante los años duros de la dictadura, no hubo años blandos, la vida en prisión, la gente que se conoce, la formación política sin demasiada teoría o al menos sin atender tanto a la teoría como a la práctica. Una vida de clandestinidad, de vivir en un mundo y el mundo siempre es otro. La vida política es una, la vida es otra cosa. Reuniones, asambleas, informes, decisiones, resoluciones, más reuniones, más asambleas. Una vida dedicada a organizar algo que ha de llegar. El fin del franquismo. Los tenemos acorralados, dice el Guti cuando le detienen una de las últimas veces. El optimismo de la voluntad. Están perdiendo, dices mientras te meten en la cárcel. 

Pergeñador de la Assemblea de Catalunya, donde el Partido era parte fundamental, no quiso ser la parte fundamental, no quiso capitalizar. No era su estilo. Lo unitario, no ser testimonial, no llevar la antorcha de la razón única, compartir, integrar. Todo eso está muy bien, es ideal. Todo eso da sus frutos. Todo eso te convierte en el partido, El Partido, ese espacio de prestigio en el que todo el mundo quiere estar. Intelectuales, pensadores, artistas, obreros, estudiantes, todo el mundo. Pero todo el mundo no es todo el mundo. 

Tengo una teoría. Teoría seguro que equivocada. El PSUC como partido que piensa que, una vez llegada la democracia, dado su talante poco dogmático, eurocomunista, partidario de un socialismo en libertad, muy en la línea del PCI, está en posición de convertirse en el partido hegemónico de la izquierda. Los socialistas están sin organizar y no se les ha visto el pelo durante la lucha. Ser el PCI. El partido de la izquierda italiana, en posición de disputarle el título de partido de poder a la derecha. Parece que tiene que ser así. Pero llegan las primeras elecciones, y eso no es. Y los socialistas están por delante, con mucho dinero, con mucha pasta, gracias al SPD, y se consigue aguantar en las municipales, pero ya la cosa no es como parecía. Y empiezan a discutirse las estrategias. Y quienes son más de un lado que de otro piden explicaciones. No somos suficientemente comunistas. Lo que pasa es que somos demasiado comunistas. Y en estas dos últimas frases llevamos así como 40 años. 

Y la historia del Guti es la del que lo ve, lo practica, lo idea, y ve que no le sale. Pero no se va a bajar del burro y persevera. Y sigue pensando que ese es el camino. Y vamos de fracaso en fracaso. Y ya no hay salida. Esto en el libro no aparece contado así, lo que se cuenta es esto, pero no así. El libro está ideado para dejar bien o muy bien al Guti. Y puede que tenga razón. Y puede que la idea fuera buena. Pero no salió. O salió demasiado bien para como podría haber salido. Y la fe por seguir ahí, por seguir probando, por aplicar ese espíritu de lo que el piensa que es el PSUC en otros proyectos y en otros lugares, en Iniciativa, en Europa, y cómo las cosas no son como están pensadas. Y cómo los compañeros y compañeras, incluso los que lo han pasado mal contigo, mañana te pueden dejar tirado. O tú a ellos. Aunque dicen que él siempre mantendrá al menos las buenas formas y la estima personal. Pero la vida política es muy amarga. 

Una vida para reflexionar porque son debates, los suyos, que todavía tenemos. El testimonialismo, la lucha por no quedarte solo con la pureza, saber hasta dónde tienes que llegar, la Transición, si se hizo lo que se pudo o si hay que exigir más, el testimonialismo, no quedarte solo, no ser irrelevante, no ser puro para que no sirva para nada, pero si eres demasiadas cosas y te pareces demasiado a otros que tienen el viento de cara siempre, acabas siendo eso, testimonial. Los debates nacionales, la idenditad propia, el comunismo, el socialismo, la ecología, Europa, una postura propia, una postura única, siempre complicada de explicar, siempre con matices, siempre argumentada y siempre al límite de no ser comprendida del todo. 

Una vida arriba y abajo. Una vida en un partido. Una vida sin el partido. Una vida que merece la pena ser leída y merece más la pena ser valorada y aún merece más la pena ser discutida. La vida del Guti y la vida de todos los que han ido pasando, dejándose algo, dejándoselo todo, para tanto o para tan poco. 

Gracias a Marga Dordella por el préstamo. 

viernes, 23 de abril de 2021

¿Qué hacer?


¿Tú qué hubieras hecho? ¿Te hubieras levantado y hubieras abandonado el debate? No lo sé. Supongo que no. No lo sé. Ante la situación en la cual la política de la extrema derecha te dice que te largues, que sobras, que te pires, que ojalá te vayas para siempre... ¿había que irse? La opción que nos dice la gente que sabe es que con la extrema derecha no se discute, no se argumenta, no se debate. Tienen toda la razón. Pero, ¿te tienes que ir cuando te dicen que te pires? No sé. Yo no lo sé. Supongo que uno espera que cuando esto pasa, el resto de candidatos de más o menos tu mismo espacio, se levanten y se vayan contigo y no se queden allí lanzando duras condenas y pretendiendo convencer a la facha de que su comportamiento es incorrecto. Ya lo sabe. Ya lo saben y van a eso. 

La actitud de la extrema derecha y también del PP de Madrid, como representantes de la extrema derecha mayoritaria, nos está enseñando una puerta que pensábamos que no se podría abrir nunca. Un agujero. Nos quejamos de la democracia, de lo imperfecta que es, de lo arbitraria que es la justicia que es capaz de mandar al talego a gente que no hace más que decir cosas, a veces barbaridades, que es todo fatal y todo mal. Pero todavía podemos ir a un sitio y no irnos si no nos da la gana. Que nadie nos eche de un lugar, de un espacio. Ni por dignidad ni por hostias. La actitud es no darles bola, no darles carrete, la actitud correcta es no amplificar su discurso. Estoy de acuerdo. Pero una vez que estás allí y estás seguro de que tus supuestos compañeros no te van a seguir y no va a haber solidaridad, no te vayas. Quédate. Porque es lo que les jode. Que estemos. Es lo que verdaderamente quieren, que nos piremos, que solo se escuche su discurso.

¿De qué nos sirve que la gente escuche sus mierdas sin que se les argumente nada en contra? ¿Les importa una mierda lo que digamos? Pero ¿y si se quedan solos la gente, el común de los mortales qué entiende? ¿Cuánta gente no pensará hoy que la facha ha echado a Pablo Iglesias? ¿Acaso no dijo Ayuso cuando se presentó Iglesias que España le debía una por haberlo quitado del gobierno? ¿No lo venderán como un triunfo el hecho de que no haya debates y que la gente no tenga que escucharnos? Cada vez estoy más perplejo por cómo se nos cuela por todas partes y cada vez estoy más perplejo por la respuesta de los medios.

Los medios de comunicación y en concreto la Cadena Ser. No entraré en la actitud de Angels Barceló, que supongo que ha hecho lo que se supone que debe hacer una periodista de los años 80. Consenso, demócratas, la palabra, la democracia, el derecho. Entraré en la cantidad de mierda que se ha vertido una vez que ha pasado el debate, una vez que alguien les ha dicho a Gabilondo y a Mónica Martínez que debían largarse de ahí inmediatamente. Al final de todo, cuando ya ha acabado el debate y ha empezado la valoración de los periodistas. Y lo que se ha escuchado ha sido lo que me da miedo de verdad. Porque la maquinaria ha comenzado a funcionar, en la SER, y se ha dictaminado que Pablo Iglesias tenía todo esto preparado y que le ha servido para. Así de sencillo. Uno tras otro, los comentaristas de la SER han ido destripando a Pablo Iglesias. Incluso se han permitido interrumpir el debate post para entrevistar... a Monasterio otra vez. 

Los medios de comunicación. Los periodistas, yo el primero, no existimos. Somos, sobre todo si se hace información política, extensiones de los partidos políticos. Nada más. No somos medios, somos boletines del partido. Y así han actuado los comentaristas. Como hooligans de un sistema que quiere ver a Pablo Iglesias, a Unidas Podemos, fuera del tablero. Fuera de circulación. Ha sido tan infame que casi he olvidado lo infame del debate con Monasterio. Y he pensado, la Ser, mi madre escucha la Ser, cuánta gente de izquierdas sigue escuchando la Ser. Qué se habrá oído en Onda Cero, en la Cope, en esas emisoras. 

No sé. Ya han dicho que no va a haber más debates. Lo han conseguido. Que nadie diga nada. Que solo ellos aparezcan. Incluso nosotros hacemos vídeos en los que les dejamos que suelten sus mierdas y nosotros nos conformamos con mostrarlas, como si solo eso bastara. La gente querrá oír otras cosas, digo yo. Los fachas ya sabemos que son fachas, ellos ya lo saben, no necesitamos escuchar su voz, necesitamos escuchar la nuestra. 

Algún mensaje de esperanza. Que el 4 de mayo la gente va a salir de debajo de las piedras para parar a esta amenaza. Ayuso y Monasterio. La extrema derecha que se ríe mientras te cabreas, mientras te desesperas. Que no necesita argumentar, que solo se ríe y te deja que te soliviantes. Hay que votar hasta aburrirse. 

jueves, 22 de abril de 2021

En la calle


El primer día que salió a la calle, después de todo aquello, Sharif no supo que hacer. Deambuló por las calles de la ciudad y todo le pareció diferente. Demasiado diferente. No se encontraba a gusto. Quiso volver a meterse dentro. Se fue a la tienda de Mahmud y preguntó por su amigo. El dueño de la tienda no estaba y había contratado a un dependiente que no conocía a Mahmud. Sharif se lo describió. El nuevo dependiente le dijo que ese chico se había ido, hacía algunos meses. Que había decidido irse a Alemania. Sharif se sorprendió de la decisión de Mahmud. Salió de la tienda y se fue a casa de su hermano. A su hermano hacía tanto que no le veía que se imaginó que ahora tendría una familia numerosa y que ahora tendría más sobrinos de los que cuidar. Cuando llegó a casa de Farid, su hermano, se encontró con un solar. Preguntó a una mujer que estaba vendiendo utensilios de limpieza en un pequeño puesto. La casa de su hermano había sido derribada hacía unos cuantos meses. Algo le había pasado a Farid, se quedó sin su empleo en el Ejército y probó con un negocio de ropa militar que le llegaba de contrabando. Le pilló la policía y le habían dado una paliza brutal. Su mujer se fue con los hijos a casa de sus padres y Farid se había dado a la fuga. 

Sharif quiso preguntar algo más a la mujer y esta le dijo que no preguntase más, no quería meterse en problemas. Un hijo de Farid, al parecer, estaba trabajando en un horno. Sharif fue a ese horno. Él estuvo trabajando en ese horno. Hace bastantes años. Allí conoció a Babu y juntos empezaron a hablar, a pensar en cosas que habían escuchado o que alguien les había dicho. Babu quería ir a la Universidad. Es una historia que ya conocéis. Babu se puso a trabajar y conoció a Sharif y pensaron y les metieron en la cárcel. 

Cuando entró en el horno, su sobrino estaba leyendo un libro. No le dijo nada. Sharif se acordó de su padre. Y de su madre. No sabía a dónde ir. Como este texto. 

martes, 20 de abril de 2021

40 años de Pakito


40 años. Seguro que os ha pasado. Que esa persona que cumple 40 años en vuestra cabeza sigue siendo pequeña. El pequeño. El niño. Aunque durante la vida haya pasado que el pequeño ha pasado a ser el grande en más de una y más de dos ocasiones. Pero siempre parece que sea el chico, el Paquito. Aunque a mi padre también le gustaba que le llamaran Paquito. Hoy mi hermano ha cumplido 40 años. Lo que significa que se nos hace mayor, bastante mayor, un mayor que ya no es que te llamen señor por la calle, es que eres ya una persona, persona de esas que en teoría ya hace tiempo que has hecho muchas de esas cosas que hace la gente. Persona. 

40 años. A partir de ahora todo es más fácil. Porque ya no hay que disimular. Ya no hace falta. La nostalgia por un tiempo pasado, por lo que pudiste hacer, por lo que vendrá. Nostalgia por nosequé. Ansia por hacer cosas que antes pensabas que no. Yo que sé. Qué hago yo diciendo lo que es pasar de los 40. Qué hago yo intentando hacer un texto en el que parezca que doy un consejo sobre cómo encarar lo que viene más allá de los cuarenta. El ridículo. 

Mi hermano pequeño cumple hoy 40 años. Nos hemos ido a comer los tres y nos hemos puesto como osos. Nos hemos acordado de mi padre y nos hemos puesto a discutir sobre cualquier cosa. Jamás darle la razón al otro. Discutir nos hace lo que somos. A veces discutimos que no tenemos ganas de discutir. Solo porque hay otro que parece que sí que tiene ganas de discutir. 40 años. Ahora voy a contar algo de cuando era pequeño mi hermano que hoy cumple 40 años. 

Cuando mi hermano era muy pequeñito él era el diferente. Yo no hacía casi nada interesante y él era el polvorilla. Cuando me asomaba a su cuna me decía Uva. Cuando crecía le hacía jugar a los juegos que me regalaban a mí y en los que siempre acababa ganando yo, pero él jugaba. Porque el único elemento de juego que tenía por ahí era yo. Y se tuvo que acostumbrar a todas mis gilipolleces. Es un camino que no ha concluido. Estar siempre pendiente de las gilipolleces y manías y formas de pensar completamente idiotas de otro debe ser complicado. Y ahí ha estado. 40 años. 

40 años. Mi madre nos contaba hoy cosas de mi padre con 40 años y, sorpresa, mi padre me parecía mucho más mayor que nosotros. Yo hoy no soy tan mayor como era mi padre a su edad. Eso no es bueno. Nos han dicho que no es bueno. Mi padre tampoco era un carca. Mi madre no es ninguna carca. Mi madre nos gana a todos. 

Hoy mi hermano ha cumplido 40 años y vamos a hablar de mi madre. Los últimos días de mi madre han sido frenéticos en cuanto a actividad. Todos los días tiene algo que hacer. Hace cosas que no había hecho nunca. Va a sitios donde no había estado jamás. Mucha gente que no la conocía, hoy la conoce y se maravilla de lo buena gente que es. 

Mi hermano se parece mucho a mi madre. Y con eso yo creo que ya estaría. 

lunes, 19 de abril de 2021

El fútbol ha muerto, por fin.


¿De verdad nos vamos a quejar por que se haya anunciado la creación de una Superliga con los clubes más ricos y poderosos para que puedan sacar la tajada que se merecen por ser los clubes más poderosos y ricos del planeta (de fútbol)? ¿De verdad nos vamos a rasgar las vestiduras y considerar que esto es malo? ¿No es acaso la noticia que estábamos esperando desde hace tiempo? ¿No es lo que llevábamos persiguiendo desde hace tiempo? El fútbol anuncia su muerte, el final, se acabó. Nunca más. Y deberíamos estar contentos, felices, radiantes. Al fin podemos quitarnos de encima toda esa mierda. Tantas horas perdidas, tantas discusiones, amistades partidas y perdidas, debates bizantinos, pasiones desenfrenadas en torno de algo que, alguna vez hace tiempo, fue nuestro. Nuestro desde un punto de vista muy abierto y muy de pensar que hay una vinculación sentimental entre un club de fútbol, a veces que ni siquiera está cerca de donde vives ni nada, ni nada de nada. 

Qué pasa ahora. Qué tenemos que temer. ¿Que el fútbol deje de interesarnos? ¿Por qué tendría que seguir a partir de ahora a un equipo de fútbol, el mío por ejemplo, si va a pasar a ser poco menos que un equipo condenado a ser siempre un paria, nada, bulto, fondo, cero? ¿Qué interés tiene cualquier competición si hay otra competición que es la competición y los demás estamos únicamente para servir de figurantes en una comedia mayor?

No pasa nada. Pasemos del fútbol. Desmontémoslo todo. Fuera. No necesitamos el fútbol, no necesitamos nada de lo que es el fútbol hoy. Horas perdidas, tiempo empleado en la nada, dinero gastado, una afición que podría dedicarse mejor a otra cosa. Ya lo hacen bien. Que jueguen ellos. Los ricos. Los poderosos. Los que generan riqueza. Que jueguen ellos. Que ganen ellos. Que pierdan ellos. Que se lo hagan ellos. 

Me llama la atención escuchar o leer argumentos de culés o merengues, el papel de La SExta Deportes hoy verdaderamente infame, llamando las cosas por su nombre (escalofriante que ese canal que muchos pensaron de izquierdas se haya apresurado a informar que han echado a Mou porque empató ayer, no porque hoy se haya negado a salir a entrenar al enterarse de que su club, el Tottenham, iba a integrar esa Superliga y ha dicho que mierda para ellos y lo han echado y en la Sexta no han dicho nada de eso, porque es un canal de mentira y una mierda todo, vergüenza y asco, creo que la Sexta conmigo ya nunca más, veré TV3 que seguro que tienen una posición mucho más ecuánime). ¿Qué genera el Huesca? ¿Porqué ver un Eibar - Celta? Los que generamos riqueza tenemos derecho a sacar tajada del negocio. 

Pues juega tú. Pues síguelo tú. Yo ya he perdido el interés. 

El fútbol al fin ha muerto. Y se lo ha cargado el propio fútbol. Maravilloso. No lo ha prohibido nadie, no lo ha desmontado nada. El fútbol se va a morir porque ya no quiere o ya hace tiempo que no es lo que una vez, si es que hubo alguna vez, fue. Compañías, jugadores propiedad de empresas, jugadores que no son de nadie, clubes que nunca pierden. Compañías, empresas, inversores. Eso no tiene nada que ver con el fútbol. Cada semana un partidazo. 

Me importa una mierda. 

Gracias por quitarme de en medio una pérdida de tiempo semejante. 

domingo, 18 de abril de 2021

Pretemporada


Como íbamos diciendo, este partido de ayer, esta fina de Coma, perdón de Copa de ayer, no se jugó ayer, se jugó hace quince días contra la Real Sociedad en la otra fina de Copa. Pensar que las dos finales eran iguales, que las dos iguales valían lo mismo, que daba igual salir derrotados de la primera porque Athletic club Eup y beti zurekin y bizi ametsa y toda la mandanga de la gabarra y somos el Athletic y toda esa mandanga que está cojonuda para ir viendo el partido y calentando y eso, pero ya sabemos, porque lo sabemos a no ser que vivamos en la casa de la pradera o sintamos un irrefrenable deseo de ser el espíritu de la contradicción y no hay nadie más athleticzale que tal y lo que ya sabemos y que vamos a ganar porque somos el Athletic y el Athletic siempre sale ganador. El Athletic ya no sale ganador. 

El Athletic está sufriendo. Sufre un cambio de paradigma que tiene que ver mucho, pero mucho con la final perdida contra la Real. Sufre un cambio por el cual la Real ya es el primer equipo de Euskadi. Puede que todavía no en número de aficionados, pero ay. Y fuera no lo será nunca pero la visión que tenemos los aficionados de fuera es la de quien quiere que seamos pero sabemos que no somos. Somos aficionados a un equipo, a un club, que es más que eso, que es la confirmación de una forma de vida a la contra, siempre singular, siempre excéntrica. No normal. No convencional. Eso es el Athletic para los que vivimos fuera del botxo. Una forma de entender el fútbol y la vida. Siempre a la contra, incluso contra nosotros mismos. 

La final de ayer estaba perdida desde hace quince días. Porque el golpe fue muy duro. Mucho más duro que la final de Bucarest. Y ese fue funesto. Este es otra cosa. Esto ha sido un revolcón en toda regla. Lo de ayer fue un baño porque cualquiera pudo ver que nosotros no estábamos allí. No salimos a competir, salimos a aguantar, a estar allí, a mantener la portería a cero, a asumir que lo normal era perder. Y la primera parte la aguantamos como pudimos, con más suerte que otra cosa, hasta que en la segunda, cayó el primero, y el segundo y el tercero y el cuarto...

Una alineación que ya era una declaración de intenciones: esto es lo que hay. Y unos cambios que decían: por dios no os paséis. Y se pasaron. Muni y Berenguer fuera del campo y dentro Vesga y Lekue. Qué queríamos. Minuto cinco, balón al palo del Barça. Taquigol. No marcaron ahí, si marcan ahí nos llevamos los cuatro al principio y hubiera sido un desastre. No estábamos. Estábamos en el partido con la Real. 

El partido con la Real es la piedra sobre la que tiene que girar el proyecto nuevo del Athletic Club. Fíjate qué cosas digo. Un equipo que sepa tener la pelota, que sepa que la pelota es suya, que la mueva, que busque, que no se la quite de encima, con jugadores capaces de parecer estar en primera división, que les llegue un balón y no la pierdan. Solo eso. Solo eso y que son del Athletic Club y ya valdría para casi todo. ¿Será eso posible?

No sé si hay culés que se bufan de Villalibre. No hay que reírse de los culés, que también son personas. Y tienen sus sentimientos. Nunca serán un club grande, siempre serán un sucedáneo. Ese otro equipo. Y cuando te arrasan tienes que agachar la cabecita un poco. Pero no mucho. Son ese equipo que no es el Madrid, ni nosotros. Ese sucedáneo.

¿Y nosotros? Queremos ser algo pero no sabemos cómo. Hay jugadores jóvenes en la cantera y son buenos. Pero ya estamos aburridos de jugadores jóvenes en la cantera, muy buenos. Y luego nada. Y habrá que hacer un pensa. Pensa de meter a peña nueva y que le den. 

El Athletic es el más grande. 

Una final perdida por 4 a cero, casi cinco, contra un equipo que era poco menos que un 30% de un Barça top de verdad. Y nosotros, dónde estamos. No estamos bien. Demasiados jugadores fuera de órbita, con muchas cagadas, con muchos fallos, con demasiada bula. Demasiados jugadores a los que les aplaudimos cualquier cosa. Y así no se puede. 

Ayer perdimos 4 a cero. Hoy camiseta y todo eso. Pechito palomo y cabeza arriba. Toda esa mierda. Mil Búfalos. Once Búfalos. Solo eso. El Athletic Club siempre vuelve. Y como dijo Vitas Gerulaitis, nadie gana al Athletic... 

A partir de ahora, pretemporada. Morcillo, Sancet, Zárraga. Vencedor. Villalibre. Estos siempre en el campo. A cualquier precio. Y que sea lo que tiene que ser. 

viernes, 16 de abril de 2021

Glisofato


Glisofato. Permanganato. Nitrato de Chile. Fertilizantes para hacer de nuestra tierra algo mejor. Glutamato. Acetato. Super mister Potato. Cosas que se nos ocurren para enriquecer nuestros textos con algo mejor. Personas que sumamos a nuestras causas para que todo quede redondo. Moderato cantabile. Especias para que el guiso sepa mejor. Nos fumigan desde los aviones con potingues para que no pensemos. En realidad, me dicen, todo es un invento. Todo es un plan preconcebido. Alguien sabe que nos puede joder y nos jode. No lo piensa uno. Lo piensan muchos. Estamos apañados. Estamos ciertamente apañados por una situación que nos está dejando el cerebro frito. Pensamos cualquier cosa. Nos fiamos de cualquiera. Nos dejamos llevar por una publicación de Instagram. Discutimos sobre si es posible que Miguel Bosé esté loco. Nos hace gracia que Victoria Abril aparezca en un programa de televisión friendo huevos. Tenemos a la gente preocupada. Pensamos cosas extrañísimas. 

En otras condiciones pensaríamos lo mismo. En las mismas condiciones en las que nos encontramos ahora, hacemos cosas disparatadas, pensamos cosas que no, no sabemos lo que pensar, necesitamos encontrarnos con alguien, juntarnos con gente, pensar que podemos hacerlo, pero no podemos hacerlo, tenemos una hora de llegada y una hora de salida. Solo tenemos vida útil hasta las diez de la noche. ¿es eso malo? ¿Tenemos que tener más vida? ¿Necesitamos franquear la barrera de las doce de la noche para seguir despiertos con gente? ¿Volveremos alguna vez a disfrutar de las cosas como son? Escucho el mismo programa de radio desde hace años, me cuentan cosas y me cuentan las contrarias, me explican cómo está la situación y me explican que la situación es compleja, diversa, con matices, que hay gente, que otra gente, que un día tras otro.

Me muero de ganas por escribir una cosa y no sé cómo hacerlo. No lo haré ahora, lo haré otro día. Pero tiene que ver con los aditamentos, los suplementos, las adiciones, las cosas y personas que añadimos, las personas que están para ser añadidas, las personas que se exponen para que se les tenga en cuenta y se les sume, las personas que te dan un abrazo cuando sea, cuando se diga, las personas que están ahí para escucharte cuando nadie parece haberte escuchado antes, las personas que se interesan por tu salud, por la salud de tus familiares, las personas que te cambian la contraseña del movil, las personas que lucen, que pueden lucir, que pueden estar. Ser, estar y parecer.

Padecer. Sufrir, pasarlo mal. Es viernes por la tarde y las cosas son las cosas. Como son. Las cosas son como todo. Añoro los tiempos en los que escribía. Me gustaba escribir. Me gustaba mucho escribir. Pensaba, con mi ignorancia, que lo que yo escribía era. Era algo. Escribía pensando. Ahora escribo sin pensar. Todo este texto, por ejemplo, no vale de nada más que para pasar un día más. Un día escrito más. 

Pero esto no es escribir. Lo puede ver cualquiera. 

jueves, 15 de abril de 2021

España avanza imparable hacia la 3a República


Antes de comenzar, advertirles, queridos lectores, de que no soy una persona optimista. No soy una persona que se crea mucho lo de que con palabras de ánimo vamos a conseguir lo que los hechos y la realidad nos indica que no va a pasar. Así que lo del título no es más que un recurso. Un recurso que he copiado de un artículo de Diario 16 en el que el autor nos dice que esto ya está al caer. En 2018. Una marea de referéndums y de convocatorias desde la base que está haciendo temblar a la monarquía. Estamos en 2021 y efectivamente, avanzamos inexorablemente hacia la República. Lo que no sé si nos está valiendo hasta ahora es el porqué queremos una República y si entendemos porqué mucha gente no quiere una República. O bien considera que esto ya es 'casi' una República, como nos intentan explicar y aplicar reiteradamente los compañeros socialistas. ¿Somos ya una República? Naturalmente que no, porque no tenemos un jefe del estado que haya sido elegido por los propios ciudadanos y lo que se llaman 'valores republicanos' no son los que nos rigen. Entonces, ¿porqué cuando hacemos concentraciones por la República (unitarias o partidarias) vamos un reducido número de personas tan reducido que no quisiéramos tener que volver a concentrarnos en estas circunstancias si lo que queremos es una República ya a no ser que lo que queramos con estas concentraciones es otra cosa?

Creo que en este país, en el que nos conformamos con tan poco, el concepto de democracia ha suplido al de república. Es decir, como ya tenemos una democracia, votamos, elegimos, podemos ir por la calle más o menos con cierta libertad de que no va a venir nadie a pegarnos dos hostias por pensar como pensamos, convocamos actos, manifestaciones, en algunas nos calientan el lomo y en otras no, pero como eso ya lo tenemos más o menos asumido, realmente... ¿qué es entonces una República? Y para explicar lo que es una República, zas, caemos en la trampa y nos ponemos trascendentes y explicamos lo que era la Segunda República. Una República que termina mal, no porque la república tenga que terminar mal, sino porque los fascistas y la derecha más chunga que te puedas imaginar, inició una guerra de exterminio que queda en la memoria. En la memoria de tanta gente que dice sí, República, pero que con esto yo ya voy tirando. 

Ir tirando es, creo, lo que define a este país. Y ahora me quiero referir a otra cosa que tampoco le importará a nadie pero es una sensación. ¿Por qué me parece más moderno, nuevo, actual, bien trabajado, estimulante, atractivo, joven, el proyecto de una República catalana que el de la República española? ¿Qué hacemos mal? ¿Es porque es mejor? No creo que sea mejor, de hecho la República catalana y quien la tiene en la boca con más pasión, muchas veces creo que no piensa en una República de ciudadanos catalanes sino en unos catalanes concretos. Pero aún así, hay más republicanos 'indepes' hoy que 'republicanos' ibéricos, por llamarlo de una manera que no me obligue a decir españoles. Al menos, esos republicanos catalanes tienen medios con pasta currándose campañas guapas, modernas, vistosas, actuales, con gente así como guay, que te irías con ellos de gintonics a cualquier parte. Y nosotros qué tenemos. Tenemos lo que podemos. Tenemos la nostalgia. Tenemos los slogans, tenemos las banderas, pero se nota que detrás no tenemos los medios. Es igual, la República va a llegar porque el Rey acabará cometiendo un error fatal y entonces...

¿La República va a llegar? Todavía nos enternecemos con los tweets de la JSC de rigor. Todavía sacamos la bandera tricolor y la colgamos de las fachadas del Ajuntament o las colgamos en los mástiles. Está a punto. El rey la cagará en algún momento y se tendrá que desmoronar todo y volverá otro 14 de abril. 

La República llegará cuando refundemos o se tenga que refundar este Estado. Y quiera dios que se refunde de la manera que a nosotros nos gustaría. Porque puede pasar, como nos pasa aquí mismo, que se esté refundando de una manera en la que no todos seamos iguales a ojos del Señor. La República deberá significa algo nuevo, algo joven (pero no de jóvenes diciendo cosas viejas), de fotos en color, de valores nuevos, no de olvido sino de futuro. Ya llevo mucho rato diciendo cosas y acaba uno soltando lemas y frases para quedar bien. 

No sé cuándo va a llegar la República. Pero que no es esto de ahora, seguro. Y que no podemos seguir vendiendo la misma República de hace 90 años, tampoco. 

martes, 13 de abril de 2021

Assemblea Constituent d'Esquerra Unida Catalunya. Nos conocemos desde siempre.


Una primera información que merece la pena señalar a la hora de leer este texto y que influye y mucho a la hora de escribirlo es que, ojo, soy miembro de la Coordinadora de Esquerra Unida Catalunya. De 58 personas que en Catalunya formarán este órgano de dirección, este primer órgano de dirección que en realidad es el segundo órgano de dirección, pero a mí me gusta más pensar que es el primero porque es el primero que se forma tras la Assemblea Constituent, yo, aquí donde me ven, soy uno de ellos. No se asusten, porque no pasa nada. No hay absolutamente nada que temer ni por mi parte. Las flores, el campo, la primavera, el picor de ojos, las imágenes de los campos de colza, amarillos, la búsqueda de las amapolas, las discusiones bizantinas acerca de la federación y qué significa esencialmente ser una federación y si ese significado de la federación influye mucho, poco o nada en el devenir de una organización que nace porque tiene que nacer y que va a vivir porque tiene que vivir. Soy una persona que, una vez superadas las votaciones de los documentos políticos y los estatutos de la nueva organización, seguirá fielmente todo aquello que dicen los documentos políticos y, afortunadamente, unos estatutos que han sido redactados para que personas como yo, militantes ojo, puedan desarrollar su actividad política de la manera más bonita y popular. Nos conocemos todos. Si hay caras que no me suenan es por mi culpa. Todos llevamos mucho tiempo en esto. Todos llevan más que yo en esto y me cuesta reconocer todas las caras, pero ya estamos en este barco. En este barco que es y que no es. O que tiene que ser pero que no ha de ser. Empezamos con los acertijos, pero quienes leerán este texto y quieran llegar al final, si superan lo del título y una foto donde no sale nada más que una serie de militantes, de compañeros y compañeras con el puño en alto mientras suena la Internacional y piensan, seguro que piensan, 'bueno, pues ni tan mal', quienes lean este texto hasta el punto final, lo entenderán todo. Y no les gustará demasiado a algunos y otros pensarán que tampoco hacía falta, pero creo que hay que dejar las cosas lo bastante difusas para que sigamos adelante. Y sí, soy un defensor acérrimo de la nada. No sé desde cuándo, pero hace algunos años, no podría poner una fecha clara al respecto, que me mantengo muy firme en posiciones de difusión, de nebulosa, de no querer la concreción. Como concepto. Solo con la banderita al hombro de la comunión y del vamos tirando, sin que lo escrito sea lo claramente nítido como para que alguien me pueda decir, perdona, pero creo que esto que estás escribiendo no se ajusta a lo que dijimos que. Es decir, más o menos. Lo que vengo a querer decir es que el sábado constituimos la nueva Esquerra Unida Catalunya y junto con el debate semántico, conceptual, genérico, ditirámbico sobre si somos el referente de Izquierda Unida en Catalunya o somos el referente de Izquierda Unida en Catalunya, que parece que es lo mismo pero si alejan ustedes los ojos de la pantalla y miran hacia otro sitio y vuelven a mirar ahora mismo a lo que está escrito verán que, claramente, hay un matiz. Un matiz que se nota mejor cuando lo lees. Digo, que después de discutir esto, llegamos al punto de decidir y quién. Quién. Y aquí se abre un tiempo nuevo y de novedad porque nuestra tradición no es esa tradición que dice que dos mejor que uno, sino que uno es uno y ese uno es el que tal. Y nosotros no éramos así que eso al final no sabíamos pero ahora lo vamos a saber. Y nos conocemos de toda la vida. Nos lo sabemos. Nos tenemos más vistos que todas las cosas que hay. Tan vistos y tan cerca. Tan lejos y tan desconocidos. En la misma casa, en el mismo recinto, con la de cosas que pasan fuera. Fuera es donde está la cosa. Lo tenemos todo para hacerlo bien. Tenemos la gente, tenemos la historia, tenemos las ganas. Pero es fuera. No dentro. Es fuera donde está la cosa de ganar. Y no es aquí. Aquí ya estamos y nos hemos dado la mano y lo tenemos claro o lo suficientemente claro para pensar que todos llevamos razón. Ahora, ya, es fuera. Porque fuera está la cosa rematadamente mal. Pero mal de asustar. Y no creo, pero qué sabré yo, que a nadie le importe demasiado lo que nos pasa dentro. O que nos proclamemos algo. O que saquemos ahora una pegatina nueva que poner en la carpeta. Lo que espera la gente, que ya hace tiempo que no nos espera, que espera bien poco de nosotros, es que al menos no hagamos el tonto. Hacer el tonto después de haber leído tanto, no es tan difícil. Tenemos una historia, pero esa historia no la interpretamos igual, porque nos conocemos desde siempre. Leo mucho. Leo vidas de dirigentes que apelaron a partidos sin partido, a partidos que se fueran disipando, que se fueran diluyendo, que se fueran haciendo invisibles. Y les fue mal. Creo. Y de la misma manera que no les entiendo, me gusta pensar que aquí yo pienso lo mismo y que el camino es el de estar, pero no estar. Estar pero fuera. Nosotros tenemos que estar fuera. Con el puño en alto, con la Internacional, con la bandera republicana, con la senyera y con el Cant dels Segadors. Es fuera. Es en un espacio común donde hagamos lo que tenemos dentro. No sé. Nos conocemos de toda la vida. Incluso los que llevamos tan poco en esto que tenemos que preguntar a cada segundo de qué episodio se habla, de qué saga se procede, de qué estirpe se apartó aquel. Todo eso. Y aún así, seguimos. 

Mucha suerte para todos y mucha suerte para la compañera Núria y también para el compañero Eduard y que no tengamos tiempo de. 

lunes, 12 de abril de 2021

Crónica de un concierto de punkrock en el Teatre Sagarra


No es tan fácil. No es fácil que en plena o en los estertores o en lo que sea de la pandemia, unas 150 personas se reúnan en un Teatro para estar sentadas durante dos horas y media (si es que no te fuiste cuando acabaron los Motosierras, claro) para escuchar, simplemente escuchar sin más, la música de dos bandas que nos autocalifiacamos como punk pero desde dos perspectivas diferentes. Diferentes en cuanto a que Motosierras beben directamente de las fuentes del punk ramoniano y nosotros eltoni, elpako & elaitor nos vamos más por las ramas queriendo hacer muchas cosas que se resumen en ruido. 

Un concierto en el Teatre Sagarra no es fácil. Un concierto de rock en este templo de la cultura colomense. Yo, que soy un poco refractario a eso de 'acercar la cultura popular a los templos institucionales' y que opto más por que la cultura popular se fomente en los espacios donde se da sin tener que 'normalizarse' en un espacio concreto como el Teatre, he de decir que la experiencia de tocar y sonar en un lugar donde el cuidado por el sonido es excelente, merece la pena. Contar con los medios técnicos para llevar a cabo un concierto ya no digno, sino brutal, con la iluminación, las proyecciones, el sonido brutal, es cosa de los técnicos que trabajan en el Teatre así como los que se sumaron como Víctor y Marc del Molinet. Y sin la colaboración de la Estefi en las proyecciones y del gran Sancho con la retransmisión en streaming. Tener la posibilidad de hacer un concierto así, es una gozada. 

Pena que ni durante ni después del concierto, un concierto de rock, se pudieran disfrutar de las circunstancias habituales a un concierto de rock, es decir, una cervecita y poder moverse uno más o menos al ritmo que le marque lo que uno sienta. Aguantar dos horas sentado escuchando simplemente el cañón de concierto de Motosierras, debe ser muy duro. Por eso, lo importante era que la gente se lo pasara lo mejor posible y hacerles entretenido el show. 

El Show. Comienzan los Motosierras con un set que no da tregua. Versiones y temas clásicos de su repertorio. La adición de Mario y Johnny de los Barrankillos o Kapiche Klú a la banda le da un vigor apabullante a la propuesta que comanda el inefable Morton. 50 minutos de tralla de la buena, con algún espacio para la balada tierna (¿?) en Maybe Tomorrow y flipadas como el Santa Coloma Primer Reich y el éxito motorierril 'Nene de Barna'. Gran concierto para una banda con más de 30 años de carrera. Y lo que le queda. 

Nosotros, eltoni, elpako & elaitor, presentamos nuestro disco 'Por la Paz y la Amistad'. Este disco lo grabamos el año pasado, en agosto, en los estudios del bueno de Christian Songstore. Un disco de 7 canciones donde nos ponemos estupendos y nos vamos de las canciones instrumentales de 9 minutos a las píldoras punkas. De Can Zam Salvatge a La Muerte. Y en medio canciones que quieren ser punk pero donde se nos ve la psicodelia que escuchamos y a la que nos rendimos. Así que el concierto se basa en las siete canciones más la incorporación de dos clásicas del repertorio, como Cuesta Abajo y No creía en el Amor y los mágicos finales de fiesta, la Bigotín Experience, Bigotín, Cobradora del Gas y una recuperada 'El amor es un sentimiento'. Para comenzar, como siempre, la intro de Urlstan Chulpadelasang. Muy dignamente hicimos un repaso de todo el disco y estas canciones y, como siempre, no solo haciendo algo de música, o intentándolo. Especialmente satisfecho de Por la paz y la amistad, la canción que da título al disco y que es para mí un reto. Un reto personal, como banda y también para el público. Y parece que salió bien. 

En definitiva, ya está hecho. Hemos hecho cosas que no pensábamos que podríamos hacer y ahora hay que volver a los conciertos que no sean tan fetén. Hay que volver a tocar en plan como sea. En plan como siempre. Con lo que haya, con lo que suene, delante de la gente a la que no le gustes, gente que no se espere nada, gente que venga a ver al otro grupo, gente que ya te ha visto y a la que hay que sorprender de alguna manera. Como sea. Todo eso que pasa en los conciertos. Y que debe volver a pasar.

Conciertos en Santa Coloma. Entrar en el Teatre Sagarra no es por nada. Es porque es un sitio molón para tocar. Como sería un lugar y es un lugar excelente la sala Miquelet del mismo teatro. Y nos quedamos cortos. El Auditori bien, pero no para el rock o músicas con percusión y follón sónico. Y quedaría mirar a ver si otros espacios se pueden habilitar. 

Espacios para la música y para la creación en general. Si nosotros lo hemos hecho, qué no harán otros más así. Y que siga viniendo la gente. Que se repita y pronto. 

jueves, 8 de abril de 2021

La música


La música es muy importante. Eso te lo puede decir cualquiera. La música tiene la capacidad de hacer que las personas se transformen. La música nos evade. La música tiene la virtud de hacernos entrar en mundos que de manera natural no nos parecen accesibles. La música la hace gente que tiene la necesidad de expresar cosas mediante sonidos más o menos modulados. O no. 

La música expresa una emoción. Las frases escritas tienen también la capacidad de expresar emociones. Las frases que tú dices también. Un cuadro expresa una emoción. Un vaso de agua puede ser una obra de arte. Los tópicos las frases hechas sirven para ir rellenando los espacios entre cosas más importantes. Lo que nos distingue de los animales, no lo sé. La vida es eso que pasa mientras encuentras otra canción que te gusta. Las listas de canciones que nos gustan se acaban convirtiendo en listas de canciones que están de relleno hasta que llega una nueva canción. Un disco. Un disco que nos gusta nos puede gustar entero o por partes o solo una canción. Y lo podemos odiar por lo mismo. Una banda, un cantante, un estilo concreto. Podemos hablar largo y tendido sobre el tema. Hablar sobre música. Ignorar a Frank Zappa. Hablar de críticos de música, leer lo que dicen los periodistas y los entendidos que no son periodistas sobre un concierto, un cantante, una solista, la tortuosa vida de una banda de renegados e inadaptados que se convierten en un éxito mundial por que las cosas son como son y pasan y uno de ellos se acaba suicidando y otro desaparece de la escena y un tercero acaba siendo aún más famoso porque es muy majo y la música que hace es así como fuertecita pero tampoco da miedo y le gusta a la gente. 

La música amansa a las fieras. La música de Almansa. El músico de rock. El músico de pop. El músico abierto de piernas y sujetando el mástil de la guitarra como si fuera una pata de jamón. Qué os habíais pensado, que iba a decir que sustituye el mástil de la guitarra por un símbolo fálico. Era eso. Al final siempre hablamos de lo mismo. El batería es un virtuoso, aporrea con fuerza. Me gustan también los baterías que no le dan tan fuerte. En realidad, me gusta lo que no te guste a ti. Si te gusta, me cansa. La música es como todo. 

La música de una banda que no está segura de hacer las cosas bien. La música de una banda que no quiere aceptar que ya no hace las cosas como quisiera. La música de una banda que sabe mejor de lo que piensas qué es lo que quiere. La música de una banda que no se oye. La música que tú haces y que no escuchas. La música de otros que no te interesa. 

La música es muy fácil de definir. Solo hace falta que escuches algo que te gusta y que no digas nada. Y que cuando escuchas música que no te gusta pienses en las ganas que tienes de escuchar música que sí.

Voy a decirlo mejor. Para definir lo que es la música, lo mejor es escuchar música que no te gusta y pensar en lo que te molaría escuchar música que sí. 

miércoles, 7 de abril de 2021

Derrota tras derrota


Cuando yo era chavalín, la Real, como Osasuna o el Alavés que siempre estaba en Segunda, eran equipos hermanos. No fue hasta ya bastante mayor cuando descubrí que esa especie de segundos equipos que para mí eran, no lo eran tanto, al menos para una parte de la afición de estos equipos. Es decir. Cuando hubo años malos para nosotros, escuchabas esos cánticos de 'a segunda', dirigidos hacia nosotros y me dejaban con el culo torcido. Cómo podía ser. Supongo que idealizo también a nuestra afición, la athleticzale y habría cafres que cuando bajara la Real se lo pasaran en grande. En fin. 

El sábado perdimos la final de copa contra la Real. Hicimos un partido nefasto y aunque la Real tampoco nos dio ningún baño, sí que fue mejor que nosotros y demostró que, efectivamente, lo que se había visto durante toda la temporada, se dio también en la final. Nos ganaron y no hay nada que apelar. Ponerse a buscar ahora excusas en el árbitro o minimizar la victoria rival porque patatas es no tener los ojos abiertos a una realidad que es inapelable. El Athletic, mi Athletic, jugó fatal. Pero no jugó de manera muy diferente a como lo hacía en los partidos previos a la llegada de Marcelino como entrenador. Juego escaso, pretendida solidez defensiva, una cagada apocalíptica, un penalty en contra tonto tontísimo, y derrota por la mínima que no sabes si justificar si esto o si lo otro. 

Esta derrota duele. Duele porque la final contra la Real era el partido. El partido. Un partido donde, podría ser, se estuviera dirimiendo algo más que una final de copa o un derbi vasco. Puede haberse dirimido un cambio de ciclo, o al menos la constatación de que la Real hace las cosas mejor y que estarán por delante nuestro durante un tiempo. Hacer las cosas mejor no es fichar jugadores de fuera. Hacer las cosas mejor para mí es que jugadores vascos prefieran jugar allí antes que en el Athletic y sobre todo, que juegan con chavales de la cantera. Que entre alineación y cambios había jugadores de la Real que no tienen el bombo que le damos a los nuestros y que juegan de maravilla. Viendo la alineación completa vemos jugadores que tendrían que haber jugado en el Athletic y otros que... 

En fin. Un artículo que recomendó el Gorka, sobre la necesidad de hundir la Gabarra, también me hizo pensar. Sigo la cuenta de la Peña El Txistu, que se dedica a poner fotos antiguas. Los últimos días antes de la final fueron eso, históricos. Goles que nos dieron copas, jugadores, etc. La presión de la historia y todo eso. Todo es histórico, nunca serás tan bueno como eran los de antes. Incluso los que no ganaron nada como Julen o Etxebe. Y nuestros jugadores jóvenes nunca serán tan buenos como Julen que con 17 años ya... y vosotros... no.

Vamos acabando. Ganar esta final era trascendental. Y no la ganamos. Ahora tendremos que jugar otra final contra el Barça, al que ya le hicimos el lío en la Supercopa, pero que veo chungo volver a repetir. No es imposible pero qué quieres que te diga. Mal. Hasta la victoria siempre, claro. Pero que eso. Mal. 

martes, 6 de abril de 2021

Arcadi Oliveres


La noticia ha llegado este mediodía, mientras estaban dando el Telenotícies. Era una noticia esperada porque desde hace semanas Arcadi Oliveres ya había comenzado a despedirse. Finalmente hoy nos ha dejado. 

Supongo que habrá quienes tengan un recuerdo cercano con él, o que hayan compartido con él muchas cosas. Habrá quién lo considere uno de sus referentes o la persona que encarna lo que debería ser el pensamiento crítico, al menos, crítico, con el sistema. Yo contaré lo mío.

Mi primera vez con Arcadi Oliveres fue hace muchos años pero no tantos años como para que parezca que yo ya conocía a Arcadi Oliveres hace tantos años como para que yo parezca algo o alguien. Cuando lo fui a ver por primera vez, Arcadi Oliveres ya era un referente de muchas cosas para mucha gente, pero no para mí, porque yo no lo conocía. Fui con mi amiga San que me llevó a verlo a la Biblioteca Central porque ella decía que le gustaba mucho lo que Arcadi contaba. Yo, un sectario como la copa de un pino, no tenía localizado a Arcadi Oliveres dentro de mi microcosmos de 'personas que pueden hablar contra el sistema' y por eso entré con la nariz hacia arriba, midiendo, mirando con extrañeza. Quién era esa gente. Yo entonces no militaba, no sabía casi nada aunque creía saber ya mucho más que mucha gente. Había tanta gente en la Biblioteca que no se le veía apenas. Y lo que contó fue otro punto de vista. No soltaba slogans, no tenía un tono mitinero, parecía un profesor que te estuviera explicando algo que parecía evidente, que está ahí desde siempre, que no hay que ser ningún profesor ni ningún erudito para entenderlo. Todo esto es injusto. Este sistema es injusto. No hace falta llevar a cuestas frases hechas, eslogans, marketing. Solo hay que explicarlo. El capitalismo es la barbarie.

El capitalismo es el porqué de todo. El capitalismo es la mierda.

Él no diría nunca el capitalismo es la mierda, naturalmente. 

El capitalismo nos jode la vida a nosotros y a todo el mundo. Y el militarismo es una mierda igual de grande. El capitalismo y el militarismo. Pan, techo y trabajo. Tan simple como eso. Y tan complicado. 

Fue una charla y luego fueron o han sido algunas más. Tampoco muchas más. No diré que gracias a él..., no. Pero es evidente que con él, con algunos más como él, uno no pierde la esperanza de que un día ese mensaje que daba, sencillo, simple, llegue cada vez a más gente. 

Explicar lo injusto de manera sencilla cuando todo parece estar en contra.  Y algo más importante, proponer una alternativa. Casi nada. 

Tu Semana Santa


Sirva este artículo como respuesta (o como reflexión entorno a) al artículo publicado en Infograma el pasado 1 de abril. 

La Semana Santa es compleja. Si quieres. No hace muchos días, me quedaba yo completamente anodadado con las reflexiones que se hacían desde la nueva izquierda andalucista o como se la quiera llamar en torno al hecho de la Semana Santa en Andalucía. Según esta nueva izquierda andalucista, representada en torno a la figura transgresora de Teresa Rodríguez, pero con más portavoces de peso, la Semana Santa, las procesiones, las hermandades, todo eso, no son un elemento a desdeñar desde la izquierda, porque son elementos populares, son parte de una cultura que va más allá de la mera celebración cristiana católica, sino que enlazaría con movidas de culturas anteriores y que, en definitiva, no son tanto cosas cristianas, sino cosas andaluzas. Y entonces, como lo andaluz ha de ser reivindicado y ensalzado frente a quienes lo quieren convertir en una cosa secundaria, doméstica, chabacana, menor, pues hacemos pesca de arrastre con todo y ponemos la Semana Santa, esa Semana Santa, y la aupamos a categoría de cosa nacional que merece lo que te dije. Y ahí me acuerdo yo de mis compañeros y compañeras y especialmente de mi compañero Bartolo, ex alcalde de Vilches por Izquierda Unida, y de su decisión de no asistir a las procesiones ni de semana santa ni de la virgen, porque un representante municipal... pero es que mi compañero es de Izquierda Unida y no somos la nueva izquierda, no nos acercamos al pueblo y su sentir. Las procesiones de Semana Santa y su sentir popular. Respetable, claro. No imponible. Si es que imponible se pude utilizar aquí, que uno ya no sabe ni qué decir ni cómo.

Y en el otro extremo nos encontramos la posición de una izquierda también transformadora y alternativa que, queriendo decir una cosa, se le acaba entendiendo otra. El artículo, sin firma, de Infograma, titulado Setmana Santa, processions i més, tiene, creo, la consabida intención de denunciar a nuestros gobernantes municipales que participan en las actividades religiosas de la Semana Santa, cuando bien pudieran hacer lo que mi compañero Bartolo y no acudir a ellas ya que no pasa nada si no se acude y si se hace a nivel personal porque uno se lo cree, pues estupendo, pero representando a todos y todas las colomenses, pues es otro cantar. Lo que no me queda claro del artículo es porqué se asimila la Semana Santa, en especial una Semana Santa de procesiones, con toda una suerte de males y de taras de la Iglesia católica. No le acabo de ver yo la intención, o se la veo pero me resulta tan repugnante que no la llego a comprender por parte de una izquierda transformadora y alternativa, capaz de asimilar la diversidad cultural siempre que no sea la que viene de una parte del Estado español. Es decir, en el artículo, el autor o autora, o autores, vienen a decir que la Semana Santa, esa semana santa de procesiones, es franquista. Que no es de aquí. Que viene impuesta por, que si la iglesia, que si Franco, que si las procesiones, que si la inmigración. Yo aquí lo mezclo muy a grosso modo y lo pueden leer en el artículo, y puede que se me diga que lo hago a mala fe. Pero si alguien me conociere, sabe que las procesiones me interesan como hecho antropológico y que, efectivamente, si puedo ver una de cerca, mejor, porque lo que a mí me gusta es el jaleo y ver quién es la gente que hace estas cosas. Pero ni soy creyente, ni practicante, ni me gustan especialmente las procesiones porque no dejo de ser un charnego de mierda. En el artículo, por ejemplo, se habla de la Iglesia Católica como pilar del franquismo, como hogar del machismo, como la quintaesencia de lo que hay que combatir, cosas todas ellas con las que uno puede estar de acuerdo, bastante de acuerdo. Pero el articulista olvida que precisamente en Santa Coloma, el poder de la Iglesia fue determinante para aglutinar movimientos antifranquistas. Lluís Hernàndez, no lo olvidemos, era cura. Así que en realidad, de qué estamos hablando. Si antes dije que la propuesta de la nueva izquierda andalucista me parecía un disparate, con las mismas digo que lo que propone el artículo me parece muy poco compartible por alguien de izquierdas, progresista, como se diga. Y con las mismas digo que me patea ver a la alcaldesa de Santa Coloma con la vara en la mano o a las regidoras con mantilla. 

No me voy a meter a valorar cómo tiene que valorar cada uno sus creencias y practicarlas y toda esa mandanga. En realidad este tema es un tema menor, un tema como pasado ya de moda, pero que de vez en cuando vuelve. Y no vuelve en tanto como eso, como debate sobre la religiosidad o sobre el laicismo. A nadie le parece franquista la Passió d'Olesa de Montserrat o la Dansa de la Mort de Verges. Pero sí las procesiones. Anticlericalismo o anti otra cosa. El debate vuelve como otra cosa. No como religión, sino como un hecho cultural. Y lo reivindicamos o lo denostamos según nos convenga o nos parezca más cercano o lejano.