jueves, 30 de septiembre de 2021

Crónica del #plegramenet de septiembre. Fuera de juego.


Hay ciertos momentos en los que uno se siente fuera de juego. No en línea y por unos pocos pasos. Sino fuera de juego. Que la jugada ha ido por un sitio y tú te has quedado como encantado y de repente la jugada ha vuelto y te ha cogido pillando moscas. Fuera de juego. Y todos te miran y no te miran porque te has quedado en fuera de juego, sino porque les ha jodido. Les has tirado por tierra todo el trabajo. Este comentario, el título de la crónica, lo del fuera de juego, todo eso, en realidad no tiene nada que ver con el pleno que tuvo lugar el pasado lunes y que yo comento el jueves, cosa que me hace pensar que quizás lo que está fuera de juego es ya una crónica de algo obsoleto, algo que tampoco, nuevamente, otra vez, interesó a nadie, unas 30 personas en el momento de máximo esplendor. Nada entonces tiene que ver con el pleno del pasado lunes. En realidad, el pleno del pasado lunes, las casi cinco horas de pleno del pasado lunes, no existieron para nadie, no tendrán una trascendencia realmente importante para casi nadie, quizás sí para las personas que vieron confirmados sus puestos de trabajo durante la fase de los decretos, la gente de la Vinya del Sabater por lo de la DO Alella, o las personas que verán que van a cobrar por haber hecho algo durante la Festa Major. Quizás a ellos y a otra serie de personas que podríamos ser usted y yo, por ejemplo, este pleno del pasado lunes que yo comento un jueves, y no es la primera vez que pasa, les sea de cierto interés. Fuera de juego. La política municipal en un estado de fuera de juego, la política municipal colomense como la cara de Dani Salgado mirando al techo durante buena parte del pleno, buscando algo, mirando algo que había en una esquina del techo. La política municipal que pasa fuera del pleno municipal, con la noticia de que Mireia González tendrá una tenencia de alcaldía, la octava tenencia de alcaldía de nuestro ayuntamiento, en el que ya podemos decir, casi a boca llena, que hay más jefes que indios. Más jefes que indios, más esto que lo otro. Que si esto que si lo otro. Este blog está fuera de juego, este blog es como un programa de televisión cuando ya nadie ve la televisión, es como un magazín de tarde cuando a nadie le importan los magacines de tarde, este blog no está ya en la realidad, este blog en el que se escribe mucho pero que no divierte a nadie cuando antes divertía y recibía palmaditas en la espalda en las plazas, en los parques, en las avenidas, en las calles, en los pasajes, en las glorietas, en las rotondas. Este blog no se ha dado cuenta de que las nuevas tecnologías están ahí para quedarse. Alguien dijo el otro día, durante el pleno, 'estaría bien que alguien hiciera una retransmisión del pleno en directo en plan sarcástico'. Este blog ya no está en línea con la vida, con la actualidad, con nada. Ya nadie me asalta por los pasillos para decirme que muy bueno el blog, no lo entiendo mucho, pero muy bueno lo que escribiste. Siempre me leo lo que escribes de los plenos, te enteras de más cosas que.. ya pasó. Ya estuvo. Ya fue. Ya nunca más. Intenté también hacer eso de la patada hacia delante, de la fuga completa, si a nadie le interesa lo que pasa en el pleno, a mí tampoco, y no conté nada de lo que pasaba, y me centraba en mis cosas, en pajaradas, en reflexiones para llenar texto y texto y texto, pero para qué, si el mundo ya está en otro sitio. El mundo pide otros medios, otras gentes, perspectivas nuevas, formatos distintos. El mundo, la ciudad, ya no está para coger un micrófono en una plaza y ponerte a contar cosas. La vida ha dado un vuelco. No podemos estar pendientes de tanto mazacote, las cosas cortas, comentarios jocosos, estaría bien que alguien lo hiciera. Que alguien lo haga. Terminemos de una vez. Como terminó Ciudadanos, aquel partido que existió. Aquella ilusión. Aquella idea. Ciudadanía frente al poder establecido, ciudadanía liberal o socialdemócrata o demócrata frente al nosequé. Y hoy, qué fue de aquello. Qué pasó con Ciudadanos, en qué momento. Cuándo aconteció. Y cuánto durará. Un partido que tiene a gente, que tiene personas con preparación, dedicándose a hacer cosas como estrambóticas, casi ridículas, para taponar lo que parece inevitable, la llegada de una extrema derecha salvaje. Y lo triste es que demos por sentado que vendrán, que estarán aquí, que les tendremos delante, una extrema derecha que asumimos que será. Y no podemos hacer nada por evitarlo. Podemos hacer algo por evitarlo. Evitar el qué. Usted. Qué dice. Por qué me mira, usted no sabe cómo está el barrio. Nosotros, los Comuns, presentamos una pregunta en este pleno. Una pregunta compleja. Resulta que en el Passeig Llorenç Serra hay un edificio en el que ocurren cosas, cada cierto tiempo hay mossos o guardia urbana, ahora hay unas cuantas semanas en las que no parece que haya movimiento, pero lo hay. Unos vecinos están recogiendo firmas. En principio, el mensaje que se registra en la recogida de firmas no tiene ningún contenido más allá que el de señalar que en el barrio la cosa está very hot. Pero podría derivar en otras cosas. Así que hacemos la pregunta para ver qué pasa con ese edificio, un edificio que es propiedad de un banco y del que se desentiende absolutamente. Qué pasa con la gente que vive ahí, en qué condiciones vive. Qué pasa con el BBVA. Y el riesgo de hacer algo que parezca que le da la razón a lo que hace Ciudadanos. Pero algo hay que hacer. Y que no sea lo que pide Ciudadanos, más policía, que es al final lo que accede a hacer el PSC, más policía, más fotos de policías. Algo más se tendrá que hacer, o algo diferente. Y en eso estamos. En mociones de seguridad e incivismo y en preguntas sobre cosas del barrio. Y la vida sigue y hay más mociones y se habla sobre el aeroport d'El Prat y así te lo digo o estás o no estás, no puedes estar y a la vez no estar, no puede ser una cosa y la contraria, no puede ser todo, todo a la vez, todo se puede y todo es bueno, porque no es verdad. O sí o no, pero sí y no a la vez, sí y todo sí o no y todo no. Y así nos pasamos la vida. Y hacemos mociones sobre la factura de la luz y aquí todo el mundo tiene la culpa y todos nos comprometemos a hacer cosas que al final es como si te dijera que yo que sé, no. Y luego está lo del tema de la educación y la FP, con un Govern que bueno, las cosas así como pedestres como que le quedan lejos porque lo que hay que dilucidar es temas como de más altos vuelos y el resto de cosas pues más de lo mismo, la privada, la concertada y vamos tirando, que este es un país de emprendedores. Y la moción del Viopet también está aprobada, como aquel que dice, a punto de caramelo para que la alcaldesa lidere el tema, que no es como aquel que dice, sino que lo dijo la regidora que lo recogió. Hemos dicho ya lo de la Mireia, no diremos más cosas sobre la Mireia para no gafarla, pero este salto hacia arriba... ¿no?. Y toma la palabra la Pahv en las mociones de Ciudadanos para decirnos que en Santa Coloma se echa a gente de sus casas y a las que se les suspende viven con la angustia de cuándo será. Pero eso ya son temas como que no hacen gracia. Y que te dejan fuera de juego. Así todo corrido. Todo seguido. Todo hacia delante. Tú te acuerdas de los partidos políticos, los de ante, los de toda la vida, cuando iban los partidos políticos, se presentaban los partidos políticos, con los políticos, que estaban en la política, la política de la calle, la política de los despachos, la política de los mítines, la política de las grandes frases, la política de ese personaje que aparece en el documental de La lluita continua que habla emocionado de todas las cosas que pasaban y piensas en él de joven haciendo mítines y tú diciendo, no sé si soportaría yo tanta carga emocional. No sé. Digo cosas, me enredo, y acaban pillándome en fuera de juego. Ya quisiera ser como vosotros, con esa juventud y ese ánimo para hacer cosas y emprender y eso. Yo no digo nada más ya. A ver el próximo pleno qué se deslía. Igual es presencial ya. Y ahí sí que vuelve la mandanga de la buena. Que si hace frío, que si hace calor, que si te ríes, que si qué miras, qué me estás mirando. Qué te pasa. 

martes, 28 de septiembre de 2021

Crónica de la Festa de la Mercé 2021. Blanco y Pelea.


El cartel de la Mercé no tuvo polémica aunque supongo que estuvieron buscando algún resquicio o alguna arista a ver qué. Finalmente nada. La Mercé ha coincidido esta año con el Santako Blues, el festival de música más molón de Santa Coloma, si no contamos al Sintonizza y seguro que me dejo algún otro festival más que es molón y ya estoy metiendo la pata. Así que vaya por delante que otro año, pensemos en las personas y no programemos el Santako Blues al mismo tiempo que la Mercé, porque a las personas nos gustan las cosas y luego pasa lo que pasa. Este año, pues, ha tocado Mercé y ha tocado ir a la Mercé, después de que el año pasado no hubiera manera humana. Tres días de Mercé, tres días de conciertos gratis. Empecemos por el jueves.

La Orquesta Àrab de Barcelona en el Teatre Grec. Un combo de músicos afincados en Barcelona que hacen música árabe, pero una música árabe muy apta para el oído de los blanquitos europeos que no queremos vernos excesivamente aturdidos con lo que es la música árabe. Una música árabe que se quiso mezclar con algo de flamenco, con algo de música urbana, con algo de jazz, y que bajo mi humildísima opinión, terminó siendo algo excesivamente blanco. Blanco y blando. No sé cómo explicarlo y me vale y me ha valido también para la sensación de algunos conciertos de Blues. El excesivo refinamiento le quita a las cosas algo de alma. Algo de suciedad. Algo de no sé. Carne. El concierto fue técnicamente perfecto y se dijo lo que se tenía que decir y todo, pero me dejó algo frío. Así que al acabar, una cervecita y bocadillo. Cerveza a dos euros y bocadillo a 8 pavos. 8 pavos europeos. En fin. El entorno era agradabilísimo y los jardincitos del Teatre Grec invitan tanto a estar que no fuimos a ver el segundo concierto de la noche. Unos italianos de nombre alargado que no conocíamos y que a pesar de que desde fuera no sonaban nada mal, no nos llamaron la atención como para interrumpir nada. Nos reservamos para la Barcelona Gipsy Balkan Orchestra. No voy a decir que la sensación que me quedó fue la misma que con el grupo de música árabe, pero un poco así. La verdad es que los músicos eran buenísmos y daban un rollo de la ostia. Y la verdad tampoco sé decir qué espero yo de algo así cuando digo que quizás si fueran más... ¿más qué? No tengo ni idea, la verdad. Uno busca lo auténtico y a lo mejor lo auténtico cuando llega le da miedo. 

Cuando bajamos del Teatre Grec nos pasamos por la Plaça Espanya para pillar el metro. Serían las doce y algo. Había gente. No voy a decir mucho más que no haya dicho alguien que sepa más de juventud que yo, pero solo quisiera apuntar que tengo 46 años y que yo también, pecador, me declaro culpable de haber buscado bebida y comida cuando no debía y que, de haber tenido 17 o 18 años, me hubiera ido de botellón como se ha hecho siempre y que me hubiera vuelto a casa pues como te volvías a casa y que no por eso, pero que a lo mejor. Es decir, que la gente se flipa mucho y que lo que pasa es que hay ganas de utilizar políticamente cualquier cosa. Y lo sé porque me lo ha dicho un colega. 

Segundo día dedicado en exclusiva a preparar desde por la mañana el concierto de Los enemigos en la Vall d'Hebron. Los Enemigos molan. No le molan a mucha gente, no es un grupo de masas, ni cuando estaban en actividad plena. Los Enemigos molan porque tienen un rock que puede molarle a los indis, a los rockeros de Rosendo, a melómanos de diferente pelaje. El Camp Municipal de la Vall d'Hebron no está en la parte de arriba de la ronda, sino en la de abajo. Ahí ya tenemos una confusión. Encontrado el sitio, vamos. Cerveza a dos euros, bocata a cuatro. Bocata de batalla, pero bocata. No puedes entrar cerveza al recinto así que ambientazo en el bar. Primero vemos terminar el concierto de Senior i el Cor Brutal, y oye, pues tampoco tan mal, porque hacen una versión super apañada de Neil Young, del Don't Cry No tears, No ploris més o algo así. Muy buena. Los Enemigos. Vemos a la gente que teníamos que ver, quedamos en vernos dentro, pero no nos vemos. Pues una pena. Vemos el concierto sentaditos. Las primeras palabras de Josele sobre el escenario ya denotan que la cosa no va muy fina. El concierto será un compendio de cancionazas, brutales, otras del nuevo disco, y todo un poco deslavazado. Un poco frío, también. Una pena. Porque no sé porqué unas canciones de Los Enemigos que a mí no me decían mucho, ahora las entiendo. Tocan, y lo anuncian como una novedad, No me caigo bien, me caigo mal, mi canción fetiche, mi himno, la únca cosa que me tatuaría alguna vez. La tocan y lo hacen medio medio, porque a Josele se le olvidan los estribillos. Pero yo me la sé y la canto y la disfruto. Y así será el concierto y así lo recordaré. Me da igual cómo iban. Canta Fino la de No se lo cuentes, que es una canción que me gusta más que todo también. No sé, cantan muchas canciones de las muy buenas. Pero cuando acaba el concierto nos vamos para casa y no sé, tengo una sensación rara. Como de que la cosa no ha ido derecha. 

El día siguiente estaba previsto para un recital de música afrocubana en el Moll de la Fusta. No íbamos solos, nos acompañan dos colomenses, una bailona y el otro no. La cosa promete. Llegamos y vemos que en el moll de la fusta hay dos escenarios, uno para el Bam y otro para lo otro. Y que puedes ver los dos. Vaya. El primer concierto que vemos es de una gente que hace son cubano, pero con pocos cubanos en el escenario. Son muy buenos. Mucho. Vamos a por una cerveza. Tres euros una lata. Una lata que te sirven en vaso y de la que no te ponen el dedo que falta. 3 euros por una lata. Hamburguesas a 8 y frankfurt a 4. En fin. Acaba este primer concierto y nos vamos al Bam a ver qué hay. Escuchamos reguetón. De repente vemos a gente bailando, perreando, gente joven, ojo. Qué pasa aquí. Hay un tipo poniendo música, suena la Gasolina, qué ocurre. De repente, sale una chica a cantar acompañada por dos coristas. Rápido a mirar quién es, qué sucede. Es Bea Pelea. 

Y aquí llego al momento cumbre de la Festa de la Mercé y a la revelación magnífica de un espectáculo que me dejó absolutamente desnortado y consciente de que todo, absolutamente todo, es posible encima de un escenario y de que siempre hay alguien de quien aprender. Bea Pelea es la reina del reguetón romántico o al menos una de ellas. Acompañada de un dj y dos coristas como digo (me tapaba algo la palmera así que no sé si son dos o tres), Bea Pelea aparece en el escenario y comienza a cantar sus canciones de tema más o menos regular. Dónde estás, vámonos juntos, me tienes mala, te voy a devorar, etc. Pero todo ello salpimentado con unos comentarios entre canción y canción que te desarman por completo. La artista malagueña pero afincada en Barcelona, pide al público cantar con ella porque 'esta no se la sabe mucho', o bien que necesita un poco ponerse en situación para la siguiente canción porque es muy triste 'e igual lloro'. Comenta que mucho está durando con los tacones o que va a hacer una entrada para la siguiente canción sobre una base de Beyoncé y que si se cae mientras la hace que no se ría la gente. Ídola. Público entregado y ausencias sobre el escenario para crear expectativa. La verdad es que uno no deja de sorprenderse con esto de la música y sobre el poder del autotune. Y que una canción empieza y tiene que acabar porque le apetece a Bea Pelea, pues se le da al botón y se acaba. Mágica. Genial. Sin duda, una forma de ir acabando la Mercé muy en alto. 

A continuación un durum en la plaza del Tripi en una excursión fuera de los confines (se podía entrar y salir del recinto de los conciertos, no como si estuviéramos en una cárcel turca) y preparados para ver a Samantha Hudson. Personaje mediático y referente en lo suyo, Samantha Hudson le pone voz a mucha gente que está cansada de andarse con ostias y con subterfugios y mucho más allá, cansada de ser personajes que 'mamarracheen' sin más. Aquí se hace lo que se tiene que hacer y se mete discurso. Discurso contra la terfada, contra la ranciada y contra todo lo que te parezca 'como debe ser'. Así que no es apto para remilgosos. Canta y canta canciones con bases de chimpún y destacaría la canción del final, una suerte de himno de España con un verso glorioso como 'déjame coqueta para enterrarme en la cuneta'. O, por ejemplo, hacer una intro con el himno de la URSS y la gente puño en alto, etc. No  hacía falta ir a la fiesta del PCE. Muy bien, la verdad, pero me sigo quedando con el shock que me produjo Bea Pelea. 

Para finalizar, una vuelta por el escenario de la música afrocubana donde otro pedazo de bandón estaba regalando un conciertazo increíble. Conseguí moverme un poquejo, pero poco, pies para un lao y para otro, incapaz de seguir el ritmo de bailongos colomenses y colomensas de nivel (o no), y absolutamente destrozado y cansado de vivir ya, enfilamos el camino de regreso, subiendo Ramblas arriba a eso de las 1 de la madrugada y nos parecía que fueran las 5. 

¿Te acuerdas de ir a las cinco de la mañana por las Ramblas?

viernes, 24 de septiembre de 2021

30 años del Nevermind


 Te das cuenta de que eres viejo de muchas maneras. Pero caes en la cuenta de bastantes cosas más cuando te encuentras con efemérides. Las efemérides, a las cuales tengo que reconocer que he cogido el gusto, te colocan en tu sitio. Te ponen en situación de pensar en las cosas que piensas y de decir las cosas que dices. Las dices y las haces porque tu tiempo fue otro y porque tus referencias culturales, sentimentales, están lejos. En otro tiempo. 

No encuentro en casa el cd del Nevermind. Igual lo tiene mi hermano o está en casa de mis padres. Esto da cuenta del caso que le he ido haciendo progresivamente al Nevermind de Nirvana y a todo lo que fuera Nirvana en general, de manera bastante injusta. Ya sabemos. La música me gusta si me gusta a mí, pero no si empieza a gustarle a demasiada gente. Y durante algún tiempo la camiseta de Nirvana era demasiado habitual para mis exquisitos gustos. 

Me compré el Nevermind de Nirvana en el viaje de fin de curso que hicimos en Tercero de BUP a Praga. El Edu creo que se compró la cinta del Incesticide al año siguiente en el mismo viaje. Así que creo que me compré el Nevermind en mitad de la explosión del Grunge, que me pillaría con 16 añitos. Con 16 añitos yo tenía en mi cabeza que me gustaba el punk y que tenía una desviación hacia algo que yo consideraba rock sinfónico o progresivo, especialmente Pink Floyd. Todavía no me gustaban de manera enfermiza ni los Beatles ni Kinks ni Who... etc. Escuchaba Radio 3 y quería estar al tanto de lo que sonaba. Y empezó a sonar Nirvana. Y molaba. Y no solo me molaba a mí, es que le empezaba a molar a mucha gente. 

El Nevermind de Nirvana abre el melón del Grunge, ese estilo de rock duro, pesado, pero que se quitaba de encima la parafernalia del metal y que digamos que abre la música independiente, la música alternativa al gran público. Un grupo minoritario como The Pixies llegará un pelín tarde al Grunge, pero será el padre de la música indie. No me voy a poner a hacer genealogías, pero una vez escuché a alguien decir que el grunge, especialmente Nirvana, eran el cruce entre Black Sabbath y otro grupo que no recuerdo, vete a saber si los Beatles o los propios Pixies. Es igual.

Me gustaba el Nevermind. Me gustaban los otros discos. El In Utero me gustaba bastante. No pude ver en directo a Nirvana cuando vinieron porque tenía un examen, examen que suspendí además. El Edu sí que pudo ir a verlos. Yo tuve una camiseta de Nirvana, de manga larga. Yo llevaba las camisetas de manga corta por encima de las de manga larga. Yo me empecé a dejar el pelo un poco más largo. 

El disco era como una canción, como el esquema fundacional de todo esto, el fuerte flojo. Canciones lentas, canciones rabiosas, tenía la canción comercial del Smell like teen spirit, tenía el Come as you are, tenía Lithium, tenía un montón de canciones que es que tenían que gustar y ser muy obtuso para que no te entraran. Y luego estaban ellos. El bajista que caía bien porque era el típico alto y tonto, el batería que le daba una tralla que te cagas y el rubito guaperas que en realidad era un ser humano con todos los problemas del mundo. Del mundo occidental, claro. 

Te tenía que gustar el Nevermind y me gustaba el Nevermind. De eso hace 30 años. Hoy es muy difícil que ponga alguna canción de Nirvana. Digo más. En una reciente playlist de pepinacos, hemos ido poniendo canciones de aquella época. Y no sé recordar si yo he puesto alguna de Nirvana. 

Justo en este mismo día se editó también el Blood, Sugar, Sex and Magic de los Red Hot Chilli Peppers. A todos nos gustaba la de Giviruwei giviruwei giviruwei nau, pero he de reconocer que ahí me quedé. Y hoy también hace 30 años del Badmotorfinguer de los Soundgarden. De ese disco no recuerdo ninguna y yo siempre era de la canción Black Hole Sun que vino después. A mucha, muchísima gente les enganchó a los Red Hot Chilli Peppers. Yo fui siempre más de sus primos mayores, los Jane's Addiction. 

Nos hacemos viejos. El día que Kurt Cobain se suicidó íbamos a Falset con el Soldat y el Cucurull creo a hacer un trabajo de la Uni. 

Ahora piénsalo fríamente. 30 años del Nevermind. Se abre la puerta de nuevo sobre lo antiguo, lo moderno, lo que tú te crees que es moderno y lo que ya hace tiempo que dejó de serlo. 

Creo que de todo esto ya habíamos hablado antes. 

jueves, 23 de septiembre de 2021

Merkel para siempre


El próximo domingo Alemania decide quién será su próximo presidente. Como son una República, eligen al presidente del Gobierno, digamos, al presidente de la República lo elige el Parlamento. Sigamos. Este domingo termina su carrera política, al menos en primera línea, Angela Merkel. Y resulta ciertamente devastador tener que leer o tener que ver cómo la despedida de la política que ha gobernado en Alemania durante 16 años, con políticas que no son precisamente ni mínimamente socialdemócratas, se contempla como un auténtico drama. Y debe ser un drama para quienes piensen como ella, pero no para los demás. Algo bueno tiene, claro que sí, y es algo que tiene que ver nada menos que con algo que debería ser tan de cajón que es bochornoso que se tenga que alabar. No ha pactado nunca, ni ha consentido que se pacte, con la extrema derecha. Y esto es algo que no parece tan sencillo de emular. Y no hay más que contemplar la política nacional, y diga usted nacional de donde quiera, para comprobarlo.

El hecho de que se vaya Merkel y que sea despedida como una política ejemplar, modélica, un referente al que aspiran a convertirse todos los políticos de bien, ese ejemplo de moderación, de no tener aparentemente ideología, de una pretendida fiabilidad alemana que luego casi siempre resulta más de cascarón que otra cosa, todo lo que rodea al 'drama' del final de una época ya supone un drama en sí. Porque a qué aspiramos entonces. Unas elecciones en las que por el mero hecho de que el partido de la derecha no presente a Merkel abre las posibilidades a un partido socialdemócrata que estaba prácticamente olvidado. Unas elecciones que deberían suponer el gran salto adelante, el asalto al poder real de los verdes y que, mucho me temo, se quedarán frustradas precisamente por el avance socialdemócrata. Unos socialdemócratas que han vivido a la sombra de Merkel durante años y años y que, me temo, sean los que mejor recogen el testimonio de esa política sin política, de gestión, que parece que los propios partidos de la derecha alemana se empeñan en perder. 

Hablamos de la retirada de Angela Merkel como un drama para Europa, y es un drama en sí mismo pensar así. Una Europa que parece más una especie de coraza de Alemania que una federación de países y que, sin ese poder estabilizador que le suponemos a la política alemana, ahora parece quedar al albur de lo que parece una jauría de países que no tienen nada en común y que no tienen ganas de tener nada en común. Aquí, tal y como dice Guillem Martínez y seguro que más analistas, nos estamos jugando que el centro del mundo pase a ser el pacífico, mientras que Europa se queda pequeña. 

Un drama que suponemos será suplido de alguna manera por los políticos del sistema de turno. Y que nos llevarán de nuevo a un posibilismo, al hacer lo que se tiene que hacer. 

¿Y no digo nada de Die Linke? Los sondeos parece que los sitúan ahí, más o menos donde siempre, quedándose en el furgón de cola. Los verdes que parecían favoritos no creo que lleguen al final. Pero Die Linke se va a ver de nuevo engullida por un sistema y por una manera de hacer que no sé si es por defecto de fábrica o porque las cosas tienen que ser así, nos condena a ser nada. Resistir, quedar los últimos, ser una fuerza minoritaria no es vencer. No influyes en la vida de la gente. 

Al menos parece que la extrema derecha se pegará un hostión. Al menos.

Merkel pues, para siempre. Porque parece que aunque no gobierne, la aspiración es ser Merkel todos. Pues vaya drama. 

miércoles, 22 de septiembre de 2021

Piccinino


Ahora ya es tarde para decir otra cosa, pero en aquel momento yo lo vi todo estupendo. No sé, me pareció bien. Lo discutimos y salimos a comprar. De camino hacia el supermercado, me tocó ir en el coche de Pietro Paolo. Que yo lo conocía poco y que él me conocía poco a mí. Y que se notaba que ninguno de los dos tenía nada en común con el otro. Pero bueno. Era un trayecto sencillo, ir al super, comprar con todos y volvernos a casa. Y eso era todo. Y eso estaba siendo todo hasta que, rompiendo el silencio un poco forzado que nos habíamos impuesto, dije algo sobre una casa que nos encontramos por el camino. Uno de esos viejos casoplones antiguos, no sé de qué época sería. Quien sí que lo sabía era Pietro Paolo. 'Ah, es una casa que perteneció al condottiero Piccinino. Un gran personaje Piccinino, pero era así como poca cosa, por eso le llamaban Piccinino'. Se quedó callado. Y empecé a escucharle mascullar entre dientes 'Piccinino, Piccinino, Piccinino, Piccinino...'. Poco a poco iba aumentando el tono de su voz, repitiendo 'Piccinino, Piccinino, Piccinino, Piccinino...'. Llegamos al supermercado, gran superficie comercial. Pietro Paolo no dejaba de decir 'Piccinino, Piccinino, Piccinino, Piccinino...'. Y así nos juntamos con todos y todas y acabamos la compra. Yo intenté acoplarme en el coche de alguien. Ni de broma quería... 'Piccinino, Piccinino, Piccinino, Piccinimo...'. No hubo manera y me tocó volver con él. Todo el viaje 'Piccinino, Piccinino, Piccinino, Piccinino...'. Pasamos por delante de la casa de nuevo. Se me ocurrió decir, 'vaya, así que Piccinino, no lo conocía. 'Piccinino, Piccinino, Piccinino, Piccinino...'. 

martes, 21 de septiembre de 2021

Rooney


Por 25 pesetas, me dijo, no sabes decirme el nombre de todos los maridos de Ava Gardner. Yo empecé a recitar los nombres de los maridos y me quedé en blanco, pensaba que me los sabía todos. Me dijo que me había dejado a Mickey Rooney y a alguno más. Y nos quedamos callados. No sabía que hacía allí realmente. Me habían dicho que me presentara a una prueba para participar en el concurso de la tele y cuando llegué me sentaron en una silla y empezaron a hacerme preguntas. Como al tuntún. Sin importancia. Me pareció una técnica un tanto rudimentaria para intentar cazar a los impostores. Yo respondía también como sin darme importancia. El caso es que cuando me preguntaron el nombre de los maridos de Ava Gardner la situación había cambiado y había llegado alguien que a mis espaldas parecía ser el que examinaba toda la situación. Cuando el silencio se hizo un poco incómodo después de mi fallo, la voz de atrás dijo algo como en un idioma extranjero. La persona que me hacía preguntas le contestó también en un idioma que no conocía. Por casualidad dije 'húngaro'. La voz de atrás, me dijo que era correcto. Me preguntó cómo me llamaba. Le dije que me llamaba Antonio y que me había apuntado mi compañera para participar en el concurso, que lo veíamos todas las tardes. La voz de atrás me preguntó el nombre del concurso. Se lo dije. 

Y ambos se pusieron a conversar en su idioma. La voz de atrás se convirtió en una persona delante de mí. Era el presentador del concurso. Me miraba fijamente. Volvió a decir algo en húngaro y su compañero se hizo también presente cuando hasta ese momento solo había sido otra voz. No supe reconocer su rostro. 

'Todos dicen primero a Mickey Rooney menos tú, a todos les llama la atención que ese mequetrefe con cara de niño pudiera ser esposo de Ava Gardner. Tú en cambio no lo has recordado'. Dijo la voz. El presentador seguía mirándome fijamente. 'Déjale, no sabe nada'. Dijo el presentador. 

Y así fue como les engañé a todos. Y así fue como conocí a tu madre.  Y a tu padre. Y les maté. 

lunes, 20 de septiembre de 2021

La confesión - Costa-Gavras


Hablar con eslóganes, repetir frases que has leído en otros sitios, confirmar el ritual, olvidar qué es realmente lo que es ser comunista. No es lo mismo olvidar qué es ser comunista que confundir lo que es ser comunista. A vueltas con ser comunista o con lo que significa pertenecer a un partido comunista. Ayer vi la película La confesión, del director franco-griego Costa-Gavras. Y la verdad que esa y otras muchas reflexiones asaltaron mi cabeza. Pero no son reflexiones nuevas, ni mucho menos. Ni que nos lleven a nada. Pero están ahí. Y regularmente le vienen a uno. No todos los días, ni mucho menos. Hablar con citas, aprenderse el himno, ir donde tienes que ir, estar donde tienes que estar. 

La Confesión es una película del año 1970, protagonizada por Yves Montand, que fue militante del Partido Comunista Francés hasta finales de los 50 y por Simone Signoret, su compañera, que no fue militante pero siempre estuvo ahí. La película se basa en una obra del checo Arthur London, con aportaciones del español Jorge Semprún, que fue expulsado del partido comunista español a mediados de los sesenta. La película es sencilla. Un día, un alto cargo del gobierno, el gobierno checoslovaco, empieza a ver cómo le van siguiendo. Tanto a él como a un grupo de ex combatientes en la Guerra Civil española. Un día, le detienen. Le acusan de traición. De burgués, de cosmopolita, de titista, de nacionalista, de sionista, de espía. Le acusan y le someten a diversos tipos de interrogatorio. Tiene que confesar. No solo le detienen a él. Detienen también al redactor jefe del periódico del partido, detienen hasta al propio secretario general del partido. Detienen y detienen. Nadie sabe bien por qué les detienen. 

Uno de los interrogadores resulta ser un antiguo represor de comunistas. Este, decide ir poquito a poquito minando la resistencia del detenido. Poco a poco va teniendo que admitir una serie de culpas que acaban sumando para la gran culpa. Casi todos los detenidos son condenados a muerte. Y otros condenados a cadena perpetua. 

El protagonista aparece durante la película ya en Francia, como exiliado, y explicando que él se sigue sintiendo comunista pese a todo, quizás precisamente por el propio proceso. Se supone que con los cambios en la URSS le liberan y puede salir del país. Decide volver y...

Llama la atención que el personaje de la mujer del detenido, Arthur Ludvik, ella es 'la francesa', por convicción o por salvar los muebles, en ningún momento discute lo que le está pasando a su marido y considera que si eso está pasando es porque tiene que pasar. Si el Partido lo ha dicho, si así lo ha decidido, será lo mejor. Mejor equivocarse con el partido que acertar en su contra. 

Una película dura, que en 1970 tuvo que sentar como lo que te dije. Una película para reflexionar. 

Qué va. No vean la película. Total, todo esto ya no pasa ni pasará, son cosas del estalinismo, ni se detiene a nadie, ni nada. Eran otros tiempos. Otras gentes. 

viernes, 17 de septiembre de 2021

Grandes casos mal resueltos de la Historia


Nuevos casos de la agencia de detectives Monder & Lironder. Nuevos casos que registran la actividad de esta ilustre casa de investigadores capaces de intentarlo, al menos. Casos como el del señor Hurrur, nacido en un bonito pueblo de la Bretaña y encontrado muerto en su casa un soleado día de otoño del año 1953. En su cráneo, una bala de revolver. A su lado, una carta manuscrita por él mismo en la que asegura que se está suicidando por un tema de desengaño amoroso. Jean Philippe Monder, uno de los integrantes del despacho, fue requerido por la policía, porque no acababan de confiar en las pruebas. La carta, no se encuentra el revolver, el señor Hurrur jamás había tenido contacto con seres humanos de sexo cualesquiera ya que vivía en un estado semi monacal, no se le conocía pareja y era prácticamente inviable que hubiera tenido un desengaño tal a los 75 años. El señor Hurrur yacía en el suelo envuelto en una bata que le tapaba su vestimenta habitual, consistente en pantalón oscuro, zapatos, camisa blanca y corbata, recuerdo de cuando trabajaba como inspector de la Administración agropecuaria e iba por esos campos de Dios comprobando que los honrados campesinos lo eran de verdad. El señor Hurrur solo tenía un contacto conocido, Gaston Troissière. Troissière era un vecino del edificio donde vivía el señor Hurrur. Jean Philippe Monder quiso interrogarle y se hizo acompañar por Auguste Lironder. Monder y Lironder en acción. Monder comenzó su interrogatorio con un Buenos días, que no fue más que una maniobra de distracción. Troissière iba vestido como un propio agente de investigación. Cuando Troissière recibió el buenos días, no dijo nada. Monder también se calló. Lironder bebió un sorbo de café. Le ofrecieron café a Troissière. Troissière no hizo un gesto. Lironder tampoco. Monder observaba. Troissière parecía tranquilo. Monder también. Lironder lo mismo. Todos tranquilos. Monder quiso hacer una pregunta. ¿Conocía usted al señor Hurrur? Troissière miró a Monder y luego a Lironder. Monder no dijo nada, Lironder tampoco. Dejaron transcurrir algo de tiempo. Lironder se apuró el café. Monder llamó a los agentes de policía y les pidió que detuvieran a Troissière. Troissière sonrió. Troissière fue esposado. Llevado al edificio de nuevo para que reconociera el cadáver del señor Hurrur. Troissière no movió un músculo. Entraron en casa de Troissière. Toda la casa estaba llena de recortes de películas de detectives, policías, asesinatos. Troissière estaba obsesionado con ese mundo. Seguro que lo había matado él. Se había vuelto loco. Monder y Lironder trazaron todo el hilo argumental del caso. Troissière fue internado en la cárcel de Grandciclon a la espera de juicio. 

En una cajonera de la habitación en la que dormía el señor Hurrur se escondía una caja llena de cartas que el señor Hurrur había escrito durante años. Cartas que se escribía a sí mismo expresándose al principio de manera tímida. Se había enamorado de alguien. Ese alguien era él mismo. Y no se atrevía a decírselo. Poco a poco fue ganando en confianza y declarándose abiertamente. El señor Hurrur vivió una tórrida relación amorosa consigo mismo durante años. Pero, ay, una mañana, el señor Hurrur se tropezó en la escalera con el señor Troissière. En las cartas Hurrur expresaba primero su curiosidad hacia Troissière. Luego el señor Hurrur, después de otros encuentros casuales, se confesó a sí mismo que sentía algo por Troissière. El señor Hurrur en otras misivas se encontraba destrozado por que no sabía como dejar la relación si ya no estaba enamorado. Amenazaba con quitarse la vida. Se la quitó. ¿El revólver? Una pistolita de imitación que el propio Hurrur pensaba que era un simple pongo, recuerdo de una visita al pueblo, resultó ser un arma de verdad. Tan infame era la pistolita que nadie creyó que aquello pudiera ser un arma mortal. 

Por su parte, Troissière era feliz cumpliendo condena. Estaba siendo el protagonista de una película en vida. Y sin mover un músculo, como sus héroes. 

jueves, 16 de septiembre de 2021

El PSUC a Santa Coloma de Gramenet. 1936-1979 - Josep Maria Corral i Belorado


Un libro sobre la historia del PSUC en Santa Coloma de Gramenet tiene que tener irremediablemente un final agridulce. Aunque el libro termine en el año de la victoria electoral en las elecciones municipales que llevó a la alcaldía a Lluís Hernández, 1979, el autor, Chema Corral, también protagonista de los hechos, no se priva de anticipar que lo que seguirá en los años siguientes no será precisamente una historia de éxito. 

El libro que ha escrito Chema Corral tiene la virtud de reivindicar el papel del partido y, más aún que el papel del partido, de unas siglas, de una organización, de una manera de entender la política y la acción política y sus aciertos estratégicos y tácticos, más allá de eso, tiene la virtud de reconocer el papel de la gente, de los y las militantes que, en tiempos duros, muy duros, se jugaban la piel por unas ideas, al servicio de una idea. 

El PSUC en Santa Coloma tiene un recorrido que va en sintonía con el crecimiento de la ciudad. Una ciudad que pasa de pueblo a suburbio y que recoge en la propia composición del partido la idiosincrasia de la población que va recibiendo. Un PSUC que nace en 1936 como la fusión de cuatro partidos y que rápidamente adquiere una identidad propia, algo que me maravilla teniendo en cuenta las circunstancias actuales, donde tan difícil es abandonar los identitarismos partidarios. Un partido que se sitúa en Santa Coloma entre dos poderes ya constituidos, como son el de la CNT y el de ERC, y que desde un principio pugnará con ellos para adquirir su sitio y hacer política. Llama la atención el hecho de que la CNT negara al PSUC la presencia en el consistorio tal y como le pertocaba según la legislación republicana, y llaman la atención las excusas esgrimidas para no ceder los puestos que les correspondían en su momento en número de concejales. Sin embargo, el partido nace y crece pero con la derrota de la República sufre la represión y la persecución. 

Los datos de militantes presos, exiliados, los esfuerzos por la reconstitución y con el tiempo, la formación de una estructura que lleve adelante las consignas del partido, van desfilando y nos sitúan hasta el momento trascendente de la 'caída del duro' en 1961, momento en el que muchos militantes son detenidos y lo que provoca una reconstitución del PSUC que comenzará así a recoger tanto a la militancia de los emigrantes como a empezar a ver entre sus filas algunos de esos nombres que han quedado en la memoria colectiva de Santa Coloma.

Y digo esto tirando de ironía. Nombres que son trascendentales para la historia de Santa Coloma y para la lucha por los derechos de todos y todas que hoy día son prácticamente desconocidos para la ciudadanía. Los responsables de los boicots al transporte, la huelga del 3, los líderes vecinales, los que movieron la lucha por el ambulatorio, los semáforos, los curas que se implicaron en la lucha, las mujeres que tuvieron un papel tan trascendente, los que pagaron con palizas y prisión que les dejaron secuelas perdurables, nombres, personas, vidas, que recordamos cuando esos militantes van desapareciendo y nos van dejando, pero que mientras tanto, son olvidados en aras de una ciudad que se esfuerza por presentarse desde las instituciones como algo diferente. No entenderíamos la ciudad sin todos esos nombres de militantes del PSUC que estaban en todas y cada una de las movidas. Me quiero detener especialmente en un nombre que se repite, el de Manuel Pérez Ezquerra, que lejos de atemorizarse por las detenciones, se mantiene en el ajo contra viento y marea. 

Muchos de esos nombres son todavía hoy militantes destacados, como es el caso del Téllez y la Epi, o la Montse Martínez, o la Remei Martínez, o Eloy Jurado y Alicia Ruzafa, y tantos otros y otras. Otros ya no están. Recuerdo el caso de Lola Solís, militante importantísima a la que se le hizo un homenaje hace algunos años y que, viendo su trayectoria, bien merecería algo más. 

Es un libro de nombres y es un libro de luchas. lPor ejemplo, huelgas como la de Casadesport donde se da un interesante enfrentamiento entre las corrientes anticapitalistas y otras corrientes sindicales, sobre cómo encarar una huelga y en definitiva, cómo encarar la lucha contra el sistema que todavía hoy sigue siendo objeto de discrepancia entre el mundo de los Comuns y el de la izquierda alternativa. 

Un partido que crece y que es capaz de nutrir todo un sindicato como las CCOO, liderar las luchas vecinales, incluso la planificación entera de la ciudad a través del Pla Popular. Un partido total, en definitiva, capaz de articular todo tipo de luchas y de llegar a todo tipo de estratos sociales. Tan total que es capaz incluso de ayudar a la formación de un Partit Socialista para encuadrar a personas de izquierdas no comunistas. Ojos como platos. 

Un partido total que, en la cima de su éxito, cuando tiene que recoger el fruto de todo el trabajo realizado, cuando se ha de dar aquello por lo que se ha luchado, comienza a tambalearse. En el libro, el autor da una explicación sobre los motivos por los cuales el PSUC, también el de Santa Coloma, entra en crisis. La llegada de la democracia mediante una reforma pactada y no la ruptura por la que se había peleado, coloca al partido en una situación difícil. Las disensiones entre las vías a seguir y los primeros reveses electorales, aunque se consiguiera la victoria en las elecciones locales, empiezan a hacer mella. El libro se detiene justo ahí y no entra más allá en las crisis posteriores y los procesos que llevaron a las divisiones que todavía hoy, duelen. 

Un partido que lo fue todo y que gracias a personajes tan carismáticos entre la población colomense como Lluís Hernández, cuya figura es todavía venerada y que es como un tótem sobre cómo vivir la política y la vida para bien y para mal, y que hoy queda en el recuerdo como una experiencia de lo bueno y de lo glorioso, que lo fue y mucho, pero que también es un ejemplo de cómo puede torcerse todo. Un libro, el de Chema Corral, escrito desde el amor hacia unas personas, unos militantes, gente trabajadora, no hablamos de grandes pensadores y los líderes carismáticos como Lluís Hernández o Xavier Valls, que de hecho ocupan un lugar en el libro que no destaca sobre los demás y es de agradecer que no se haga el libro como únicamente una hagiografía de estos dos grandes personajes y se reparta juego con el resto de militancia. 

Un libro que se detiene en el papel de los jóvenes, de las mujeres, de la propaganda, de todo aquello que hace grande a una organización. 

Una organización que se supone que parte del amor hacia la clase trabajadora, hacia la gente, y que se pone en marcha por la consumación de unas ideas que lleven a esa gente hacia la dignidad, el socialismo, la lucha contra la dictadura y la lucha contra el capital y la especulación. Un partido que, se supone, se basa también en el amor, en la solidaridad, en la camaradería con quienes pertenecen a la misma organización. El libro nos habla de las personas y sus circunstancias pero se ahorra explicarnos las luchas de poder si las hubiere, o de las tiranteces internas. Qué interesante y qué doloroso sería un libro del 79 en adelante. 

Así que Chema Corral ha hecho un libro necesario para conocer y conocernos todos los que formamos parte de esa herencia política que deja el PSUC. Y un libro que merece una continuación que el propio autor no quiere llevar a cabo y que nos enseñaría, que por desgracia las buenas intenciones y los ejemplos heroicos, pueden quedar en nada y olvidarse en el tiempo porque a nadie le hace bien recordar lo que duele. 

Y la historia del PSUC, gloriosa, duele. 


miércoles, 15 de septiembre de 2021

Karpov


Venga, cógeme la mano fuerte. Muy bien. Qué fuerte. Madre mía. Cómo coge la mano de fuerte. Yo no sé a quién se le ocurrió la idea esa de que coger la mano fuerte es síntoma de confianza, de estar seguro de uno mismo. Qué manía con estar seguro de uno mismo y de tener que demostrar a cada momento que uno está seguro de uno mismo y qué fuerte coges la mano. Me impresiona que me cojas la mano tan fuerte. Me deja completamente descolocado. Estoy absolutamente fuera de juego porque me coges la mano fuerte. Venga, así, estrechando la mano con confianza. Bien fuerte. Claro que sí. Ya tienes media partida ganada. Parece que llegas con prisa. Seguro que te han dicho que llegar así con sensación de prisa es también conveniente. Que está bien que el otro vea que eres una persona ocupada, que llegas de algún sitio, que ya has estado resolviendo algo antes de llegar aquí mientras tú estás nervioso esperando que llegue el momento. Este es para ti otro momento más de los muchos momentos importantes que ya has tenido durante el día y que no terminará aquí, tendrás más. Eres una persona importante, segura, y te vas a desabrochar un botón porque eres una persona que no necesita las ataduras de las chaquetas ni de los chaquetas. Claro. Coge la mano bien fuerte, fuerte. Con confianza. Que note yo que no estás nervioso, ni que eres una persona de esas flojas que dan la mano así como muerta, como con asquete. No, tú no tienes asco, claro que no, tú coges la mano del otro y te la haces tuya. Una mano como el que coge toda la voluntad del adversario. Ya estoy en tu poder. Me has cogido la mano de una manera tal que más parece que ya has ganado la partida con ese gesto que jugándola. Anda, siéntate.  

martes, 14 de septiembre de 2021

Alguna pregunta més?


 És l'últim episodi però no serà l'últim, podriem dir que és el penúltim, però deixariem oberta la porta a alguna cosa que m'agradaria que terminés ara. Després d'una Diada que els mitjans públics s'esforcen en pintar com a idíl·lica, molt millor del que ningú preveia, blanca, sense disens, amb discursos èpics i amb reclamacions de més unitat i lo de sempre per part dels independentistes, quan pel que sembla el que hi va haver va ser esbroncada contra la gent d'ERC i inclús retorn als enfrontaments al carrer amb la policía, quan les últimes Diades havien estat un exemple de civisme i de serenor i de demostració de poble enraonat i culte, ens trobem que totes aquestes tensions entre la gent que ha de gestionar la cosa pública a Catalunya, esclaten. O no.

Al menys peten, les juntures xisclen i es produeixen enfrontaments al sí del Govern de la Generalitat per la representació en una Taula de Diàleg que, al menys una part del propi Govern, no reconeix com a efectiva. Estem parlant de Junts per Catalunya. Estem parlant d'aquest partit que ens han pretés vendre com a una sort d'esquerra populista que ja no té res a veure amb la dreta conservadora de Convergència, que és d'on provenen la major part dels seus quadres. Estem parlant d'un partit que no paeix que el seu paper en la política catalana ja no és el de pal de paller del nacionalisme català. Un partit que té un projecte polític que, a ulls de qualsevol, hauria d'estar molt lluny del que representa qualsevol força política d'esquerres. Però aquí ens trobem.

Un govern que acull al seu interior a ultraliberals amb persones de centre esquerra. Que no pot articular cap projecte de país que no sigui declaracions simbòliques, trobades de masses, performances i parafilia. Un Govern que ha demostrat que no va pel mateix camí amb el tema de l'aeroport. Un Govern on hi ha una part que no vol governar. 

Un país on hi ha una societat civil que vol representar a tot el poble i que oblida a la meitat del país. Una societat civil que en algún moment va tenir vocació totalitzadora i que poc a poc queda com una sort de partit a l'ombra dedicat a ficar llenya i pressió. No parlo de la societat civil, parlo de l'ANC, convertida en el pont entre els juntaires i la Cup. I parlo d'una societat civil com a Òmnium que pretèn fer passar per lluites compartides el que és una manera de reescriure una història en la línia d'ERC. Tot legítim, però que no pretenguin fer-nos creure que d'allà surt cap govern.

I mentrestant, l'altra meitat de Catalunya segueix mirant-ho com qui va esperant que alguna vegada el suflé baixi. Que això es passi. Que alguna vegada tornarem a una Catalunya de cançó de Serrat. De dos mons que viuen en armonia sense conèixer com va en l'altra banda. Ara tenim massa soroll. 

Avui hem vist un cas més, potser l'últim de desavinences entre ERC i Junts. Demà la culpa serà d'Espanya o ves a saber. Putos Comuns. 

I així seguim,  Camí de l'èxit.

lunes, 13 de septiembre de 2021

Prometheus y Alien: Covenant - Ridley Scott


 Entonces, haces las pelis para algo y no las haces para nada. Se supone que haces las pelis para darle un sentido a las otras pelis que ya habías hecho y para que, al cabo de los años, nos quedemos tranquilos sabiendo lo que todo el mundo quiere saber ¿de dónde vienen los monstruos? Y haces dos películas y en la primera resulta que lo que nos vas a contar es que los hombres venimos no del mono sino de los alienígenas ancestrales esos que nos dan tanta risa a altas horas de la madrugada, pero no, que no es eso, que lo que acaba pasando es que se descubre que por error nos hemos metido como género humano en un embolado de aquellos bestiales que han originado nada menos que seis películas, ocho si contamos las del Predator que no he visto ni voy a ver. 

Y entonces metemos ya a los bichos en la ecuación y pensamos, vale, pues entonces ahora veremos de dónde vienen los bichos y quién los ha creado y pasan no una sino dos películas y con toda la mala fe de la que son capaces los directores de cine y los creadores culturales en general, nos encontramos con que se acaban las dos películas y seguimos sin saber ¿de dónde vienen los monstruos?

Porque los monstruos, los aliens, los xenomorfos o neomorfos, cómo sean, parecen venir de cualquier parte. Te pueden salir de los huevos que pone un propio alien, pero te pueden venir de la creación de los propios ingenieros ancestrales que ellos mismos la cagan pero que no solo eso, es que se los quieren regalar al planeta Tierra por vete tú a saber qué conflicto o qué cosa hayamos hecho. Los monstruos pueden venir de un liquidillo en el suelo, de una flor y su polen, de unas plantas en el suelo. Los monstruos pueden venir de cualquier cosa. 

Vivir es peligroso.

Y pasa una película y pasa la segunda película y el androide pasa a ser bueno, pasa a ser malo, pasa a ser bueno y malo y pasa a ser espantoso. Y cuando ya pierdes la esperanza de saber qué pasa realmente con los monstruos, te centras en el Fassbender como androide, porque ya sabes, lo sabes, que todos van a morir. 

Y te quedan todas las preguntas pendientes. Y te quedan todas las respuestas colgando. 

¿Habrá una película que explique realmente de dónde vienen los monstruos?

viernes, 10 de septiembre de 2021

Gastarbeiter


Cuando salía de la fábrica, Hashiba caminaba los dos kilómetros que la llevaban hacia el piso donde vivía pensando en su madre. Su trabajo en aquella fábrica era mecánico y repetitivo, no le daba tiempo a pensar en nada, no podía tampoco hablar con nadie, con ninguna de las trabajadoras que compartían con ella el turno y que seguro que tenían historias más o menos parecidas a la suya. Escuchaba de vez en cuando hablar en su idioma y le parecía que eran ecos de las conversaciones que escuchaba en su tierra natal. Cuando iba de camino a su piso, a la habitación del piso que compartía con un matrimonio español y un joven estudiante alemán de provincias, pensaba en su madre. Su madre había muerto hacía diez años. Hashiba llevaba en Alemania desde hacía ocho meses. Pero el recuerdo de su madre era vívido, como si la estuviera esperando en la puerta cada día después de trabajar y hablase con ella. Pensaba en ella y le comentaba cómo le había ido el día. Su madre escuchaba todos los días atentamente el relato cansado de Hashiba. 

Aquel día, sin embargo, Hashiba notó a su madre ausente. Ella hablaba y comentaba que había tenido un problema con una máquina y que el encargado le había echado la bronca. Ninguna compañera se había acercado a consolarla. Estaba triste y su madre no parecía estar escuchando. Cuando llegó a su casa, el matrimonio español la llamó y le dijeron que se iban del piso, que habían encontrado otro pequeñito para irse a vivir allí, que estaban esperando un hijo y que les iba a faltar espacio. Le preguntaron si quería irse a vivir con ellos, que aunque el piso era pequeño podría haber una habitación minúscula para ella y podría ayudar con el niño pequeño. Hashiba se quedó en shock. Les pidió aquella noche para pensárselo. 

Durante la noche, Hashiba sintió un olor muy fuerte. Su madre estaba a su lado, durmiendo. Olía mucho a sudor. Hashiba sintió una tristeza muy grande. En un momento, su madre se giró, la miró y le dijo 'piensas demasiado'. Y se volvió a dormir. Hashiba también se durmió. A la mañana siguiente Hashiba les dijo a Pedro y Carmina que prefería quedarse allí y buscar a alguien más para compartir el piso, que yendo con ellos se convertiría en algo así como una criada, que se lo agradecía muchísimo pero prefería buscarse la vida. Y fue a hablar con el estudiante, Joseph. Joseph era un muchacho bastante nervioso, un tanto torpe, deslumbrado por la vida de la ciudad, atolondrado y al que se le notaba que lo de estudiar no iba a ser su camino. Hashiba le comunicó en un alemán muy pobre la situación. Joseph le dijo que ya lo sabía, que los españoles habían hablado con él. Joseph, además, le dijo otra cosa: ya que te tengo delante, me gustaría decirte que abrieras las ventanas de tu habitación, huele muy mal. 

Hashiba se quedó paralizada. Fue a su habitación y comprobó que las ventanas estaban abiertas y que allí siempre había ventilación. Pensó en su madre y ésta desde detrás le dijo... 'piensas demasiado'. Y desde aquel día no volvió a ver a su madre ni sentirla cerca. Pensaba en ella hasta que al cabo de poco tiempo conoció a un técnico yugoslavo que una tarde al salir del trabajo la invitó a tomar algo. Hashiba aceptó. Quedaron dos o tres veces más. A la cuarta, el técnico yugoslavo le preguntó si podía ir a su casa. Hashiba le dijo que no. Que vivía con un compañero de piso. El técnico yugoslavo, que se llamaba Momir, le dijo que a él le daba igual. 

Hashiba accedió a que Momir fuera a su piso. Estaban escuchando música en su habitación cuando Hashiba sintió un olor muy fuerte. No era su madre. Miró a Momir y le preguntó si pensaba mucho en sus padres. Momir le dijo que sus padres vivían en Alemania y que les visitaba a menudo. Entonces si él no era y ella ya no pensaba en su madre... salió de la habitación y se encontró a Joseph llorando. Había suspendido el curso, su padre le había dicho que volviera a casa, que su pobre madre muerta si le viera la iba a volver a enterrar. 'Tu madre ya está desenterrada', le dijo Hashiba. 

jueves, 9 de septiembre de 2021

Como el cemento


 Pues al final no me ha quedado claro quién ha hecho la jugada maestra aquí. El PSOE en el Gobierno, o la parte del Gobierno que es PSOE ha decidido que lo del Aeropuerto de El Prat, no se hace, por el momento. Se suspende. Después de un mes y pico calentando a la gente, ahora y escudándose en una pretendida falta de definición del Govern de la Generalitat, deciden suspender este proyecto. Proyecto que, tanto yo como mi organización, els Comuns, estamos radicalmente en contra. No tan solo por lo que signifique de atentado a un espacio que debería estar protegido. También porque es la perpetuación de un tipo de modelo económico que no nos trae riqueza precisamente, porque nos condena a más de lo mismo y por mucho que nos coloquen la palabra Hub o nos hablen de puestos de trabajo, para lo único que sirve es para traer más turistas y precarizar así la situación laboral, social... completa del país. Al final, es siempre lo mismo, más cemento, proseguir con un sistema que nos condena a la destrucción de lo que tenemos para el disfrute de unos pocos, que tampoco son los turistas, que son los que sacan un beneficio económico de la construcción de más hoteles, de menos vivienda, de menos servicios y de más catástrofe medioambiental. 

Que seguramente esto del aeropuerto y su relación con la catástrofe medioambiental parezca como una cosa lejana, pero no es para nada lejana y no es para nada un cuento. Está ahí y está delante nuestro. O nos lo tomamos en serio o nos vamos a la mierda. Y nos iremos a la mierda y esto ya digo yo que seguirá adelante de otra manera, pero sin nosotros. Y nadie se acordará de nosotros dentro de cien mil años. Pero no nos vayamos tan lejos, tampoco hay mucho de lo que acordarse.

Nuestra parte en el Gobierno ha dicho también que no al Aeropuerto. La ministra, vicepresidenta, Yolanda Díaz ha venido hoy a La Ricarda, a El Prat, con la Colau, con Ada Colau, para decir que no. Y ya lo tenían programado, antes de que el PSOE se bajara de la moto. Y uno no sabe si el PSoE le echa la culpa al Govern de la Generalitat porque sí o lo hace por no mandarnos a cagar a nosotros. Que tampoco creo que les tiemble el pulso. ¿Y el Govern de la Generalitat? Pues entre los que están por el sí a la ampliación, los que están por el sí pero, y los que están por el no, el lío es el que es. Pero es lo que tiene. Si tienes a un partido con un proyecto político y otro que dice tener otro, pues en algún momento se tendrán que diferenciar, que ser distintos, aunque digan que el objetivo es uno y nada más que uno. ¿De quién hablo?

Yo iba a decir otra cosa pero se me va. 

Que esto es un primer asalto que parece que hemos ganado. Y los trenes. Que esa inversión en aviones y en aeropuertos, que la destinen a reforzar las líneas férreas, los ferrocarriles de cercanías, los medias distancia, que vertebran el territorio de verdad y son más sostenibles que los aviones y los coches. Y el transporte por carretera, pues un poquito menos, hombre. Y hacer políticas que sean un poco como cuando te pones en la solapa algún pin de esos de desarrollo sostenible y esas cosas. 

Como si te las creyeras. 

miércoles, 8 de septiembre de 2021

El Reino - Marcelo Piñeyro y Claudia Piñeiro


Tampoco nos vamos a poner a investigar, por ejemplo, porqué un piñeiro es con i y el otro piñeyro es con y. Nos vamos a centrar en lo que es una de las series del momento y lo que significa. Lo que traslada. Yo me voy a quedar con una cosa. El poder de las sectas. El poder de los personajes sectarios que piensan que pueden hacer lo que consideren oportuno sin pararse a medir las consecuencias, todo porque creen estar llamados por algo o alguien a ser algo o alguien. Y son capaces de todo. Absolutamente de todo. 

Esta serie argentina viene precedida por la polémica por las amenazas que han recibido los autores por parte de los evangelistas de allí. Y no es para menos, ya que el retrato que se hace al menos de los jerarcas de estas iglesias evangélicas es desolador. No, desolador no es la palabra. La palabra sería más bien terrorífico. No así de la gente que desde la base trabaja ayudando a la gente, donde podemos encontrar a personas que se dejan la vida por... pero no hemos venido aquí a hablar de la gente de bien. Hemos venido aquí a tratar de lo que habla la serie.

Una serie cortita, con episodios no muy extensos, que va a por faena. La lucha por el poder en un país como Argentina, y los medios que se usan para ello. Se utiliza cualquier cosa y hay gente que no tiene ningún escrúpulo para sacar la mierda o para esconderla en función de lo que le interesa. Gente que son capaces de utilizar a personas inocentes para cualquier propósito. Gente que son capaces de ocultar los hechos más terribles para sacar un partido material. O no. Simplemente meterse en la cabeza de la gente, cosa que no parece poco. 

La serie nos habla de una campaña electoral, de un candidato a vicepresidente que es el líder de una iglesia evangélica y del asesinato del cabeza de lista en mitad de uno de los mítines de campaña. A partir de ahí se abre una investigación para saber qué ha pasado. Pero no por nada, simplemente por saber y saber si se puede utilizar de alguna manera. 

Una serie que habla del ascenso al poder, de lo que nos interesa, de la suciedad de la carrera por el poder, de la carencia de escrúpulos. Una serie que se devora sin pestañear y que es altamente recomendable para presenciar ante nuestros ojos cuál es la amenaza que nos espera a la puerta de la esquina. Una amenaza donde los débiles no van a tener dónde esconderse ni quién les proteja y donde los poderosos van a volver a contar con el amor de Dios. Bendiciones.  

martes, 7 de septiembre de 2021

Crónica de la Festa Major de Santa Coloma 2021. Con reservas.


Vaya por delante que no debe ser fácil. Pasar de 0 a 50, por lo menos, con el miedo a que a la gente se le vaya la mano con la alegría y la disbauxa, después de tanto tiempo sin 'hacer nada'. Teniendo en cuenta esto, vayamos a por la Festa Major de este año. Un año en el que he podido participar de la Festa Major sin estar recluido en la caseta, demostrando el amor por los colores y que no me dejo ni una centésima de mi ser mismo en el trabajo por la organización. Un año en el que la Festa Major, gracias a la supresión de la Fira d'Entitats, ha podido ser disfrutada con cierta amplitud por mi parte, aunque con las limitaciones de las reservas. La reserva ha sido el concepto del año. Reservar entradas, tener el qr, hacer la cola, la lista de espera, conversar con las personas de la puerta sobre el lugar, el tiempo y el espacio. La reserva y la anulación de las reservas. Y la gente. El otro tema de las fiestas. La gente. En las calles, en los eventos, aquí y allá. ¿Quién no ha visto a la gente? En la calle sant Carles, enfrente del Frankfurt de la Avenida Generalitat. Esa gente. Mientras que tú no, esa gente, la gente, podía. A ti, que te han quitado la posibilidad de hacer cosas, organizarlas para demostrar que organizas y que puedes congregar a un número de gente determinado, a ti, no. En cambio a la gente, esa gente de las calles, con sus altavoces y sus camisetas idénticas y sus bailes desenfrenados y sus mascarillas ausentes, a ellos sí. Una fiesta sin chiringuitos y sin Fiestas Alternativas. Estaría bien, por fomentar la comunicación entre la izquierda, (siempre y cuando nos consideremos de izquierda, o que el CM de determinado grupo de la izquierda colomense deje de hacer de vocero de Junts en la ciudad) el diálogo y el conocimiento mutuo, que se estableciera un diálogo entre quien organiza estas fiestas y esa gente a la que se le reclama un apoyo que antes, en tiempos, no solo no se necesitó sino que se negó. Y esas cosas perduran en la memoria. Y estaría bien solventarlas. Nos quedamos sin los bocatas y las cervecitas de los chiringuitos, pues, y nos quedamos sin la última en las Alternativas. A ver el año que viene.

Comencemos. La Festa Major comienza el jueves por la noche, presenciando la primera actuación de los Gegants en la Plaça de la Vila. Es tarde, saludo a la geganta conocida y para casa. Y esto es todo por el jueves. El viernes de Festa Major comienza con el Seguici Inaugural sin Seguici Inaugural, ante la no presencia de entidades por la negativa de l'Equip de Govern de hacer un seguici más o menos normal y limitarlo a una cosa simbólica, con presencia limitadísima y listos. Espero a los colegas en la Capfoguer o Sisqueta, que para las cervezas es Capfoguer y para otras es Sisqueta. No tiene importancia. Espero a la gente y viene a resultar que la gente se convierte en toda la gente y lo que parece imposible toma forma en torno a unas cervezas. Una mesa con la gauche birrine de Santa Coloma, con lo que podría ser y no es, una mesa con la izquierda que puede sentarse, si quiere y hacerse unas risas aunque segundo antes por redes sociales nos hayamos tirado los trastos. ¿Y? Esa mesa, circunstancial de lugar y tiempo, podría significar algo. Pero a veces, algunas veces, las cosas no son como parecen. 

Nos vamos hacia el concierto del Motocrós. Concierto de Ana Brenes, cantaora local y de la sublime Queralt Lahoz, que lo está petando fuertemente con su propuesta en solitario. El 'vamos a la Queralt', es el lema de las fiestas. Ir el viernes a lo de la Queralt, tenerlo asegurado, la entrada, las reservas, es el todo. Un must. Estar en la Capfoguer y luego al Motocrós. Y al Motocrós llegamos y cuando lo hacemos comprobamos por primera vez que esto de las entradas por internet no le llega a todo el mundo, ni siquiera el contenido en sí de la Festa Major. Gente que te pregunta qué hay ahí. Qué pasa. Qué hacen. Un concierto. Un concierto de qué. Pues eso. Por el internet. Qué internet. No lo sé. El caso es que entramos y nos dispersamos porque no estamos en el mismo sitio. Vemos el concierto. Ana Brenes lo revienta. Estupenda. Un repertorio que combina temas propios y las adaptaciones de rigor. Cuando se suelta, se quita el micro y canta a pelo. Se marca una de Lole y Manuel, pero también una del Lebrijano. Y la que canta que dice que es propia es más lebrijanesca todavía. Muy buena y muy bien el conjunto que la acompaña, con Steven Forti en la percusión y un violinista que da el toque diferencial. Muy bien todo, tan bien que al finalizar nos vamos a ver a los amiguitos y amiguitas para comentar la jugada antes de que empiece la Queralt. Me pierdo. Me encuentro en una de las barras de arriba. Me encuentro con la Jenni. Estoy dos horas hablando con la Jenni y me pierdo el concierto de la Queralt. Enterito. Esta es mi crónica del concierto. Quise echar una foto desde arriba para decir que esto, que he ido, la foto del Insta, tal. ¿Para qué? No se puede mentir. Nos vamos del concierto contentos por todo. Y con ganas de hablar. De hablar de Afganistán, de la geopolítica y de la miseria humana. Y de la memoria histórica y de lo que nos acordamos y de lo que nos gustaría que fuera. 

Sábado por la mañana dedicado a dormir y a preparar un correcasas. A falta de corretapas con buyuyu en las calles, decidimos hacer pequeños tastets por las casas, en grupo reducido, y así suplir esa ausencia de la fiesta en la calle con una suerte de remedo casero. Hago mis famosas albóndigas, famosas por los trozos de ajo mal picado, y cumplo muy bien. Al salir a la calle, comprobamos que todo eso de que no vamos a poder hacer un corretapa como el de antes... es una llufa. Hay gente en la calle igual. No nos entretenderemos en eso. ¿Tenemos edad para tanto tute? Ya se verá. El caso es que a las 18h. o las 18.30h tenemos que irnos y abandonar esa nueva fiesta de la tolerancia para ir al Colegio Salvatella a 'lo de los jamaicanos'. Sin tener muy claro realmente a lo que vamos, ya que en el programa bien pareciera que fuera una especie de combinación entre deportes extremos y soundsystem, allá que vamos. Entre que se entra y que no. Que entras, el sol, que no sabes. El tema es que aquello está vacío o medio vacío o muy poco lleno, pero a nadie se le ocurre que hay gente en la puerta queriendo entrar y que no pueden y que bien pudieran disfrutar de la música, musicón por cierto, y de las actuaciones. Como quiera que he pasado el año y lo que lleva de post verano con la música jamaicana a cuestas, estoy contento. Estoy bien. El concierto de la Lil Russia, pues de aquella manera porque se oye flojo flojísimo. Pero tan flojo que yo que sé. Muy mal. Y el concierto de los de después un poco lo mismo. Nos llama la atención, dentro de la distribución de los espacios del Salvatella, uno que no tiene especial sentido, más allá que el de acoger a gente que no quiere ver los conciertos y que quiere simplemente estar allí, sentado en una mesa y pasando la tarde. El espacio para los que no. En fin. Que eso. Y al final nos acabamos yendo. Y nos vamos a tomar una birra y a buscar un frankfurt. Vamos a buscar un frankfurt y nos damos cuenta de que no es tan fácil ir a buscar un frankfurt. Damos vueltas por dos establecimientos conocidos por ser 'de los frankfurts' y acabamos en uno de los bares de la Rambla que no tiene tanto glamour como un frankfurt pero te lo comes igual. De tanto dar vueltas abortamos la misión de ir a ver, desde fuera, porque no tenemos entradas, a la orquesta Aquarium. Pero vemos pasar por debajo de casa el barco íbero del Manel de la Kinky. Y con eso para la cama.

El domingo por la mañana está dedicado íntegramente para Els Coloristes. Ahí voy yo para mantener la presencia de los Molina en la tradicional exposición de los sábados por la mañana. Un momento de aquellos de 'fer ciutat'. Por allí pasa casi todo el mundo, o al menos mucha gente, o al menos bastante gente. Vamos, que no pasa el séquito ni nada de eso, pero pasa la gente, mucha gente. Y mira los cuadros y a la gente le llama la atención uno del Boronat con un marco dentro del cuarto y el agua saliendo del marco. Un metacuadro, digamos. Hablo con gente, me preguntan por mi madre y mi madre llama por teléfono desde el pueblo para preguntar que cómo va. Que se lo está perdiendo. Els coloristes son nuestra familia y ahí estaremos mientras nos lo permita la agenda, al menos ese domingo de la exposición. Y se hacen mayores y hay que animar a la gente a que coja el relevo. Vale, pues después de todo, vamos a corretapear, que es lo que toca, ya que parece que se puede. Hacemos un recorrido un tanto errático hasta que decidimos seguir por la Rambla SAnt Sebastià hacia arriba y llegar hasta El Platazo. Nos queda, creo, un tapeo bastante correcto y nos volvemos para casa. No sin antes regocijarnos en la felicidad y camaradería que se vive en la Avenida Generalitat en frente del Frankfurt, epicentro de la fiesta. Está bien que la gente se lo pase bien y si es cerca del Ajuntament, mejor. Después de una siesta reparadora, al Sintonizza. Me he perdido la parte de la matinal, pero la obligación es la que es. Me dispongo a ver tres conciertos, Radioactivas, Tiburona y Guadalupe Plata. Radioactivas bien, bien de sonido, bien de actitud y bien todo. Incluso con la presencia del inefable Morton, mantienen el tipo... cantan Nene de Barna y Me gusta ser una zorra. Muy bien. Un tanto más floja me pareció la actuación de Tiburona. No sé, algo de actitud. Un poco paradas. Y para acabar Guadalupe Plata. Estuve como medio concierto sin ver nada porque fui a buscar un bocadillo y, sin ánimo de criticar el trabajo de la gente de las barras, pero quizás algo más de infraestructura en el tema de los bocadillos, hubiera sido genial. Los Guadalupe Plata sublimes, muy bien. No es un grupo al que yo tenga muy sobado, así que iba dispuestísimo a dejarme sorprender. Y a querer querer. Querer pasármelo bien en un concierto. Y así fue. Por momentos pensaba, con menos de esto en un concierto de los Jon Spencer Blues Explosion ya habríamos liado una que para qué. Qué tiempos aquellos. Concierto muy potente, la verdad. Dejo para el final la mención para ese ratito que hubo DJ, que muy bien y que puso una o dos canciones en italiano que oye, antes de los conciertos, y vuelvo a incidir en el tema de la camisa hawaiana como declaración de intenciones de quien la lleva. Estoy aquí y, aunque no te lo creas, tengo la intención de pasármelo tan bien que yo que sé qué puede pasar aquí. Camiseta de estar de fiesta. Las modas y hay que amoldarse a ellas. ¿No? En fin. Nos vamos de allí una vez que acaba todo y lo hacemos con la vaga intención de intentarlo en el concierto de la Plaga. Pero no lo hacemos. Nos quedamos por la cola y por los alrededores y nos vamos alejando ordenadaamente hasta que nos encontramos en casa. 

Tema reservas. Ha sido un poco extraño que muchos de los eventos programados tuvieran las entradas agotadas con mucha antelación y que luego te los encontraras medio llenos. El caso de los jamaicanos fue flagrante aunque ahí no había problemas de entradas, al menos para reservarlas, no te dejaban entrar sin ellas. El caso del Sintonizza fue peor, porque no había entrads desde hace mil y luego se veían multitud de espacios libres. Casi la mitad. Y quizás podría haberse dejado entrar a gente o hacer algo para que aquello no fuera lo lucido que se merecía. Por lo que dicen de otros eventos, la situación fue similar. Y es que creo que lo que sobre el papel parece perfecto, en  la vida real la cosa se complica, y lo planeado ya no lo está y se debería tener algo más de cintura para... pero ya he dicho que no debe ser fácil, aunque siempre nos queda esa sensación de que se podría hacer mejor y ahorrarse agravios comparativos. Tampoco eludiré que no fui a la reivindicación de las FMA, pero insisto, por mucho que me parezca genial que se hagan cosas alternativas, quizás debería haber algo más de comunicación entre las FMA y el resto del mundo, para que sepamos qué y porqué y cómo. 

Lunes. El lunes a trabajar y a hacer evaluación de daños. El lunes por la tarde noche, los fuegos artificiales y pocas cosas más. Ojo, antes de eso, excursión a la Feria. La Feria a reventar de gente, qué ambientazo y qué alegría aunque la presencia de tanta gente chocara un poco. Por lo que te dije. Pero no sé, te reconcilia con la gente, y sobre todo, con la gente de Santa Coloma, pasear por la feria. Esto somos nosotros y ya puedes construir pisos y alquilarlos por un pastón. Santa Coloma en Fiestas. Como les dije a unos recién llegados y recuperando un clásico del repertorio, esta ciudad es la gente, la gente en la calle. Y no tiene nada más. Y nada menos. Así que paseo por la feria y a ver unos fuegos que se asegura que se verán desde muchos lugares y nosotros lo hacemos desde el parque Europa. Bastante dañados, nos vamos a casa. Y llegando a la puerta, un sonido al final de la calle, viene del puente. Es el Prebe subido al barco de los íberos o lo que sea. Y justo cuando pasa debajo de casa se pone a cantar No hay Tregua de Barricada. Me ahorro decir que a mí Barricada no me gusta, ni me gusta el postureo con esta canción para saludar así con el dedito para arriba al Prebe cuando pasa por delante. Y estoy contento. 

Y nos vamos para casa y veremos el año que viene. Ojalá vuelvan los chiringuitos, pero tienen que cambiar muchas cosas para que disfrutemos de los chiringuitos de nuevo. El año que viene. Con reservas. 

lunes, 6 de septiembre de 2021

El trabajo


 Como nos aburrimos con lo que tenemos cerca, necesitamos abrir un poco el campo, por eso es bonito descubrir cosas como el delicioso volumen de relatos publicados por la editorial Intolerancia, del que destacaremos esta pincelada que nos propone el autor costarricense Anialdo Jesús Velascobeitia y que ha querido titular 'El trabajo.

'No me importa reconocer que de vez en cuando me gusta ir a lo del Frenado a tomar una copita. Los parroquianos ya me conocen aunque hace poco tiempo que llevo viviendo aquí. Da igual porque en este pueblo a poco que salgas a la calle ya eres un personaje conocido. Pido una copita de lo que se me ocurra, y aunque parezca mentira, en un lugar tan apartado, siempre tienen de todo. No me importa reconocer que alguna vez he acudido también a alguna misa, que he paseado por el cementerio, que he visitado a algún amigo o amiga, que me gusta quedarme sentado en algún banco de la plaza. 

No tengo ningún reparo en decir que al menos dos veces por semana voy a comprar al puesto de fruta, o a la carnicería de doña Juana, o visito el colmado de don Vilcando. Allí, converso con los lugareños, me intereso por sus cosas y ellos también lo hacen por las mías. 

No voy a esconder que intento ir a los partidos de fútbol del equipo local, en el poco tiempo que llevo aquí. También me gusta sentarme al lado de unos jugadores de ajedrez que se reúnen en el pequeño parque detrás de la casa del Ayuntamiento.

Tengo que reconocer que este bendito pueblo me ha acogido con extremo gusto y que cuando terminemos el trabajo y quede bien limpio, lo recordaré con cariño. Como recuerdo otros muchos.' 


viernes, 3 de septiembre de 2021

Alien: el octavo pasajero; Aliens: El Regreso; Alien Resurrection; Alient: Covenant

 

Nos lo dicen en la primera película, la canónica, con la que empieza todo. Nos lo dicen en la segunda, que es lo suficientemente buena como para empatar con la primera. Como no nos acabamos de enterar, porque los humanos somos así de cerraditos de cabeza, nos lo tienen que decir en la tercera, que es una película un poco más raruna. Y nos lo tienen que volver a repetir de una manera que ya dices a ver si es que ni así y ya llevamos cuatro películas cuatro, más las dos precuelas y las dos que se inventan con Predator que no tengo el gusto.

Nos lo dicen clarísamente, aunque tengan que envolverlo en una historia con monstruos, monstruos que se van transformando, que se meten dentro de nosotros, que se parecen cada vez más a nosotros, que no podremos destruir jamas, una historia de terror, de horror, una historia sobre la maternidad, sobre la valentía, sobre el gregarismo, sobre las decisiones, sobre muchas cosas. Todo eso para envolver algo que va apareciendo película tras película. 

Nos lo dicen en todas y cada una de las películas que repiten una y otra vez la misma estructura, el mismo esquema argumental, más o menos, sabes que vas a morir, sabes que vas a morir y que solo se va a salvar la Teniente Ripley. Aunque en la última la Teniente Ripley ya no sabes ni lo que es y parece un bicho raro ella misma e incluso mucho más alta que todos los demás personajes juntos. Claro, si la ponen al lado de la Wynona Ryder, pues normal. Pero es como que aumenta de tamaño. Ojo, acabo de caer en la cuenta, claro, es más alta porque desto.

En definitiva. Cuatro películas cuatro y no sé si en las precuelas el mensaje es parecido, pero en estas películas el mensaje es evidente. El mensaje es tan claro que no hace falta que venga Ken Loach a decírnoslo. No hace falta ir a un ciclo de nosequé. Es que te lo están diciendo en Alien y da igual si la dirige Ridley Scott, o James Cameron, o el debutante David Fincher o el director frances de la última que no me acuerdo de su nombre. 

El mensaje es claro. Somos nada. No importamos una mierda. Las grandes empresas, los grandes poderes económicos, nos utilizan para lo que quieren y no importamos. No somos importantes. Podemos morir. Nos pueden matar. No valemos. 

Cuatro películas durante más de veinte años para que nos quede claro el mensaje y todavía nos hacemos ollas con que, a ver, es necesario que la economía, los actores económicos, los puestos de trabajo, el sistema... pues eso. Alien. 

jueves, 2 de septiembre de 2021

El fin del fútbol


Cada vez hay más gente que lo piensa y debe ser por algo. El fútbol empieza a no parecerse a nada de lo que nos gustaba. El fútbol mal, el periodismo deportivo, peor. Mucho peor. No sé en qué momento se fue todo a tomar viento, pero el fútbol, deporte con el que te identificas cuando eres pequeño, te haces de un equipo de fútbol, lo sigues y además sigues las distintas competiciones y conoces a los jugadores del resto de equipos, generando filias y fobias que te ayudan a tener un mundo a parte del mundo real, todo eso, se ha ido. Y lo que hemos vivido durante estos meses de verano, creo que ha sido una gran paletada de tierra a las aspiraciones de que, después de la Eurocopa que ha estado ciertamente entretenida, el fútbol podía volver. Pues no. El fútbol masculino es una patraña. Y el periodismo deportivo en este país es la patraña mayúscula. 

Todo el verano anunciándonos que ese ser superior, esa persona magnífica, ese empresario implacable, el amigo de todos los españoles y españolas de bien, Florentino Pérez, personaje melifluo cuya trascendencia en la vida de la gente debe ser mucha porque es el modelo de persona que 'funciona', que es eficaz, que hace lo que quiere, que toma lo que considera, con el tito Floren no se juega, hazlo papá, ese es el modelo que queremos, pues ese modelo de persona se ha recuperado de un pico de imagen pésima y ha salido reforzado y en los altares, dándole además jaque mate a esos moros pérfidos franceses que no han cedido ante lo que el español conquistador torero pretendía. Todo muy burdo, les puede parecer, no vean los programas deportivos. 

El fichaje de un delantero francés, joven, talentoso, rápido, veloz, como el maná salvador de un negocio, el del fútbol nacional. Sin Mbappé, esto será peor. Se fue Messi, no viene nadie más. El fútbol perderá interés si los equipos grandes no se gastan millonadas sin cuento en reforzar plantillas y llenar páginas de diarios. Menudo rollo. 

El Real Madrid, que recibe fondos ICO, se los gasta en traerse a un pavo por 200 millones. O al menos eso pensaban hacer. De hecho, estos últimos días he pensado que si la prensa hubiera anunciado que realmente Mbappé hubiera fichado por el Madrid, le hubieran puesto la camiseta, y hubieran pasado el año cantando las alabanzas del jugador incluso con este mismo jugando en el PSG, a la gente le hubiera dado igual. e

Y es que nos da igual la realidad. Queremos la fantasía. El mejor juega con nosotros, somos los mejores. Somos los mejores. Nos compramos lo más caro. Todo el mundo quiere estar con el tito Floren. Vivir en una burbuja. Y los periodistas nos lo venden, nos lo envuelven, nos lo machacan, hacen el ridículo, mienten, se lo inventan, se la bufa, nos da igual. 

El Barça es otra cosa pero es la misma cosa. Años viviendo en la ensoñación de que eran algo que no son, un club con dinero, poderoso, de los que puede y tiene. Y se han encontrado esquilmados y vendiendo como triunfos no fichajes, si no que se deshacen de jugadores como Griezmann. Lamentable. La huída de Messi. No han sabido como digerirlo, envueltos en una guerra cainita entre postnuñistas y laportistas. Un drama. No tener dinero y no poder ejercer ese capitalismo de buenas intenciones sobre los demás. Un orgullo que fiches por el barça. Este año ha sido el fin. 

El fútbol español no puede tener dinero. A no ser que cambien las tornas y el Gobierno insista en inyectar de nuevo dinero o hacer concesiones fiscales o dar manga ancha porque el fútbol es algo que interesa a la gente, el tiempo de las grandes cosas parece haber pasado. 

Y ya me imagino que eso pasará. Que eso será lo que pasará. La máquina debe seguir atontando a la gente, ahora con más medios y menos vergüenza. El fútbol como entretenimiento aburrido. El fútbol aburrido y gente chillando alrededor. Cada vez más machista, cada vez más violento. Cada vez más aburrido. 

Aburrido. 

miércoles, 1 de septiembre de 2021

El Passeig Salzereda como síntoma



Recién llegados de las vacaciones de agosto, l'Ajuntament de Santa Coloma edita un Full informatiu especial para explicar a la ciudadanía los beneficios del nuevo Passeig Salzereda, que por fin ve la luz después de un proceso de renovación que podríamos calificar cuando menos de curioso, si no fuera porque en Santa Coloma de Gramenet ya nada es curioso o deja de serlo, sino que las cosas son y l'Ajuntament del PSC las digiere como propias llegado el caso. Un proyecto de renovación del passeig Salzereda que se proclamó como uno hace unos pocos años y que, debido a la movilización vecinal (que no tanto de la Associació de Veïns del Riu Sud, precisamente) y con el apoyo de ICV-EUiA entonces y también de Ciutadans, todo sea dicho, se modificó sustancialmente para dar lugar mediante a un referendum a la consecución de un proyecto que, respetando el trazado original, le daba un importante lavado de cara y lo dignificaba sobrenamera. Antológico fue el giro de guión por el cual la alcaldesa pasó de defender con uñas y dientes un primer proyecto en una asamblea abierta a pedir el voto por la segunda opción en una entrevista con un diario justo antes de la votación. 

Justo antes de que concluyera el mes de Julio, tuvo lugar el encuentro entre el Equipo de Gobierno y los vecinos y vecinas dentro de la comisión de seguimiento de las obras del Passeig. La última reunión con la que concluía el proceso de renovación del Passeig y en la que se hacía balance de lo realizado. Vamos, la gente opinaba sobre cómo ha quedado y las cosas a mejorar, algunas de esas cosas nada tienen que ver con el Passeig en sí y sí mucho que ver con el concepto que tenemos los propios colomenses de nosotros mismos. Y esto me preocupa. 

Casi de manera automática, en esta ciudad tenemos la sensación de que nada bueno o nada bueno puede hacerse, algo que llega a transmitir el propio Equipo de Gobierno, ya que ocurrirá lo inevitable. La gente. Esa gente que no respeta nada, esa gente que ensucia, incívica, que tira papeles, que no cuida las cosas, que no respeta las señales, que hace lo posible por degradar el espacio. La gente. Y contra esa gente no valen señales, advertencias, anuncios. Contra esa gente no vale nada. Ya verás lo que tarda ese parterre en estar hecho polvo. Ya verás lo que tardan esas plantas en estar trinchadas. Ya verás. Un fatalismo un poco angustioso, la verdad. 

Y un fatalismo que exime al Equipo de Gobierno de cualquier responsabilidad porque ya más no se puede hacer. 

¿Qué nos pasa en Santa Coloma con nosotros mismos y con lo que esperamos de las instituciones? El Ajuntament hace cosas después de una demanda vecinal que el propio Equipo de Gobierno trató de minusvalorar y ahora tanto los propios usuarios de la obra como l'Ajuntament se ponen la venda antes de la herida. Una obra que ha costado un dinero considerable ya que el anterior Passeig se había dejado aquí sí degradar de una manera vergonzante y que tiene como objetivo mantener las señas de identidad del Passeig Salzereda, la vida que le dan las terrazas y la restauración, así como alejar los coches de la primera línea de los edificios, la circulación lo más alejada posible, sin que por ello tenga que quedar aislado el disfrute del margen del riu Besòs. Todo perfecto. Bien. 

Y sin embargo, la sensación con la que me fui de esa última reunión de seguimiento de la comissió, fue la que me queda cuando leo los planes y deseos de l'Equip de Govern impresos en uno de esos artículos en los que nos venden como ciudad de posibilidades. Una sensación como de que Santa Coloma de Gramenet está muy bien, pero claro, es que la gente no la sabe aprovechar, no la sabe disfrutar y cuidar. Es la gente la responsable, el Equipo de Gobierno ya lo hace, ya lo señaliza, ya hemos hecho la obra, qué más podemos hacer. 

Estaría bien contar con un equipo de gobierno que gobernara para la gente que está y no asumiendo que no tiene la población que tiene y que es fastidioso hacer más porque para qué. Está bien depositar las esperanzas en esa gente que podrá pagar los precios de las promociones de pisos que se están proyectando en el centro de la ciudad, pero no van a ser tantas personas. Santa Coloma sigue siendo Santa Coloma y hay que trabajar con su gente y para su gente. Y trabajar, insisto, en consolidar y mejorar los espacios de manera activa, conservar y aumentar la sensación de una ciudad confortable, limpia, habitable, donde lo público se protege y se mantiene, sin descargar continuamente la responsabilidad casi de manera exclusiva en una población que en una porción muy elevada en nuestra ciudad, aunque esas cifras no se quieran asumir, muchas veces suficiente tiene con poder subsistir. 

Y al final siempre es lo mismo. Una Santa Coloma que es y la Santa Coloma que se anhela. Unos la queremos mejorar y transformar. Otros ya no sé.