martes, 30 de noviembre de 2021

Juan Pablo... Silvestre


Este artículo se debería sumar a otros artículos que he ido escribiendo cada vez que ha desaparecido uno de esos programas legendarios de Radio 3, que uno piensa que están ahí desde siempre y que van a durar para siempre y luego pasa lo que pasa. Así, pasa que el sábado vas en el coche por la mañana, sintonizas Radio 3 esperando escuchar la voz de Juan Pablo Silvestre o alguna de las músicas de cualquier parte del universo conocido que a él le viniera bien colocar para ilustrar el tema que a él le diera la gana y te encuentras con que está hablando alguien que no es Juan Pablo Silvestre. Y dialoga con otro que tampoco es Juan Pablo Silvestre. Y hablan y hablan. Y tu compañera se cansa de escuchar hablar y cambia de emisora. ¿Qué está pasando? ¿Dónde está Mundo Babel?

Juan Pablo... Silvestre. Era yo un chaval preadolescente o semiadolescente o lo que se quiera y en mi casa se escuchaba Radio 3. Mi padre escuchaba Radio 3 los sábados por la tarde, mientras se ponía a pintar o leer o hacer nada. Y le entusiasmaba un programa de radio especialmente que se llamaba Escápate mi amor. Un programa conducido por un personaje con una voz muy particular y con una forma de conducir el programa completamente fuera de lo que uno espera escuchar en la radio, o no tan fuera, o no tan raro, pero a mí me lo parecía y supongo que a mi padre también. Un programa en el que escuchabas unas músicas que no escuchabas en ninguna parte. Música de cualquier parte del mundo, sin ningún prejuicio. Y esas cuñas en las que una voz de chica que a veces compartía el micro con Juan Pablo Silvestre decía... Juan Pablo... Silvestre. Este programa duró unos pocos años, no sé cuántos, cinco o seis años, pero se me quedó grabado para siempre. Entonces supongo que yo ya empezaba a querer punkarrear y escuchar aquellas músicas te llenaba la cabeza de cosas que luego nunca te volverían a sonar extrañas. Salsa, música africana, boleros, coplas, lo que hiciera falta. Mi padre era un fan absoluto. Y me enganchó. 

Después de aquel programa, que acabó, Juan Pablo Silvestre se me perdió hasta que lo volví a localizar en Mundo Babel. Mundo Babel era un programa muy particular, y las ideas de Juan Pablo Silvestre no siempre casaban con lo que uno piensa, pero cuando te cansaba o te aburría o directamente entraba en contradicción con lo que uno profesa, pues con cambiar de emisora y esperar a que la semana siguiente acertara, lo tenías listo. En Mundo Babel se hablaba de todo, se elegía un tema, supongo y a partir de ahí se rellenaba con música, con alguna entrevista, con grabaciones, con saludos, con una sintonía que era como el programa mismo, una sintonía en múltiples versiones que aparecía constantemente en el programa. Un programa de dos horas que podía ser un programazo, un programa para dejarlo de fondo, o un programa que podía llegar a irritarte. Pero jamás dejaba indiferente, alguna canción, algún comentario, los nombres exóticos o extraños que aparecen en la sintonía... 

Pues así sin previo aviso, el programa se acaba. Radio 3 arguye que si el convenio que si tal y que se acabó. Y se acabó. Y no le dejaron despedirse de su audiencia. Una audiencia numerosa, es uno de los programas con más audiencia. 

Pero debe ser un programa viejo. Un programa para gente ya no como yo, cuarentón, sino incluso mayor. Y ahora toca cambiar el espectro y redirigir la emisora hacia otros campos, es comprensible. O no. Porque supongo que esas músicas y esa forma de hacer deberían tener algún hueco. Alguien las debe estar escuchando, incluso gente joven, pongamos la línea de la juventud donde la queramos poner. Y la verdad, escuchando los programas que han entrado a sustituir a los grandes clásicos, a riesgo de parecer un boomer que no entiende de nada, creo que los programas nuevos con un poco coñazo. Coñazo de rollo, de no sonar música, ni buena ni mala, de gente hablando y tal pero sin poner música. Y Radio 3 es música y descubrir música y escuchar música que tú no te imaginas. Y eso no está pasando. Y para qué Radio 3 entonces. 

El caso es que Juan Pablo Silvestre ya ha encontrado acomodo, en un podcast. Mundobabel.com, donde por el momento hace el programa con sus músicas, porque también era músico o es músico, hizo discos, y con un rollo todavía más 'evocador'. Es que he leído que su estilo era 'evocador'. Y ya se me ha quedado. 

Así que ahora, los sábados por la mañana, se nos va de la radio, pero lo tenemos en otra parte. Juan Pablo... Silvestre. 

lunes, 29 de noviembre de 2021

Es todo mucho


No tengo Disney+ y solo me guío por lo que he ido leyendo aquí y allí sobre el documental monumental y tal que ha dirigido Peter Jackson sobre las jornadas de grabación que se dieron allá por el año del señor de 1969 y que desembocaron en la grabación de un disco, la medio confección del siguiente y la posterior disolución de la banda de rock más importante de todos los tiempos, The Beatles. Hoy, que es el 20 aniversario de la muerte de George Harrison, puede ser un día como otro cualquiera para comentar un documental, una serie, lo que sea, que no he llegado a ver. La banda más importante de todos los tiempos, nuevamente en el candelero por un documental que recoge las grabaciones de una banda ensayando y relacionándose entre sí, algo que en teoría no debería interesar demasiado más allá de la música de la banda, pero que en nuestros días, en los que estamos expuestos todo el día en las redes sociales y tenemos ganas de saber qué hacen los demás y nos morimos por que los demás sepan qué hacemos, parece que es absolutamente necesario saber cómo eran los Beatles, qué decían, qué se decían, quién era quién, más allá de la imagen beatífica que tenemos de cada uno de ellos. Y de Yoko Ono. Yo ví, hace muchos años, junto con mi joven hermano, el Let it Be, el documental o película que recogía precisamente las mismas imágenes, o un extracto de esas imágenes, con el famoso concierto en el terrado de Abbey Road y las escenas de la grabación de un disco primero en un espacio diseñado para ser filmada toda la grabación y en el propio Abbey Road. Lo que ahora se ve en Disney es el conjunto de todo lo que se grabó y se grabó muchísimo y lo que salió en Let it Be solo es una pequeña parte. Aquel documental, aquella película, dejaba un regusto amargo, porque ya sabías que después de aquello no habría más Beatles y cuando sabes el final de algo pierde gracia. Lo que pasaba en aquella película te dejaba un mal sabor de boca, les veías trabajar, les veías componer, pero veías que el único que parecía tener ganas de algo era Paul McCartney y George Harrison ya parecía un poco de mala sombra y el Lennon pues a su rollo con Yoko y Ringo pues allí porque estaba allí y si no allí pues en otra parte. Y sin embargo de esas sesiones salen dos discamentales tremendos y si eso lo hacían con esas ganas... dicen que la nueva serie le quiere dar otro color a lo que fueron esas sesiones, que no fueron tan agrias, que no fueron tan sombrías, y se esmeran en trasladarnos cortes con ellos riendo y haciendo el memo todo el rato. Yo, la verdad, es que me muero de ganas de verlo. Y creo que con eso ya está casi todo dicho. No tanto por quitarme aquel mal sabor del Let It Be como simplemente por poder ver a los cuatro trabajando en algo durante rato largo. Si se puede, porqué no verlo. Aunque ya sepamos mucho y hayamos visto de todo y nos sepamos la vida de pe a pa de todos, pero... con the Beatles es todo mucho. 

jueves, 25 de noviembre de 2021

Control


En estos momentos creo que lo necesario es mantener un control exhaustivo sobre las acciones a tomar. No dejar nada al azahar. No dejar que ningún fleco se escape de lo que debería ser una toma de decisiones formada y centrada en lo que debe ser y lo que es. Ahora mismo, lo que está pidiendo la situación concreta en el tiempo exacto es lo que estamos debatiendo en este preciso instante. Una fórmula que no es de consenso sino que expresa de manera clara y evidente el sentir de lo que creemos que es lo que se nos está pidiendo. No podemos apelar ahora al consenso cuando lo que estamos viendo es como se ningunea de forma categórica el factor diferencial y la cháchara que nos está llevando camino de la irrelevancia y lo que es peor, la irrelevancia. La irrelevancia y la intrascendencia. La intrascendencia y la anomalía. La anomalía y lo superfluo. Superfulo. Superfluor. Dos y dos son cuatro, pero no siempre suman cuatro. Es ahora cuando nos damos cuenta de que debemos ser precisos. Somos exactos y somos completamente científicos en la manera de definir lo que está sucediendo. Analizamos el proceso y llevamos a cabo un diagnóstico. Ese diagnóstico nos permite trazar unas líneas de actuación que son exactamente minuciosas y no dejan ningún resquicio a la improvisación. Porque de la improvisación nace el albedrío o al menos en esa línea se han expresado ya antes otros. La imaginación, como bien se dijo, la imaginación no es más que un recurso que se emplea para confundir el verdadero objeto de la razón, que es el análisis y la propuesta. Por eso, es nuevamente ahora cuando se nos reclama, escuchando la voz que nos llega desde el corazón del pueblo, que hagamos lo que estamos haciendo ahora. Una vez más, como ya se nos pidió antes y otros antes que nosotros, a los que no olvidamos ni olvidaremos jamás porque a ellos y a su mirada escrutadora, inquisidora y tal nos debemos y nos postramos, a esa mirada y a ese deber contraído con todos los que antes estuvieron y están todavía mirando arrebolados cómo llevamos a cabo esta intervención que ahora mismo voy a proceder a finalizar, una vez más, como digo, procedemos a hacer lo que tenemos que hacer. Y en ese trance, os esperamos con los brazos abiertos, el gesto franco y la mirada limpia. 

miércoles, 24 de noviembre de 2021

Lola - Israel del Santo


El caso es que uno va con la mejor intención a ver esta serie sobre Lola Flores con la idea de que estamos recuperando casi todo lo recuperable de casi todas las cosas y cómo nos vamos a detener en Lola Flores y sale de la serie pensando si no nos estamos pasando con el ensalzamiento y el todo vale y lo mismo da una cosa que otra. Esta serie de cuatro episodios sobre la vida y milagros de Lola Flores es un buen trabajo para conocer la vida, o al menos la vida que interesa, de Lola Flores, la lola de España, y su pretendida huella en los artistas que se puedan llamar sus herederos. Pero lo que pasa con la serie es que está hecha de una manera que los y las artistas que salen en ella, haciendo declaraciones sobre momentos puntuales de su vida, escuchando su música, valorando sus ideas, en definitiva, opinando sobre Lola, es que quedan espantosamente retratados. Rosalía, La Mala, C Tangana, Nathy Peluso (menos), Silvia Pérez Cruz, La Shica... lanzan opiniones absolutamente infantiles, reflexiones tan escasas, todo es uuau, es que era muy grande, es que hacía lo que le daba la gana... intervenciones sobre sus ideas políticas, ay ese momento, las intervenciones que justifican el derechismo o el filofranquismo de Lola Flores se salvan diciendo que si Lola se presentara a unas elecciones ellos la votarían o que, como dice C Tangana, si Franco duró tanto es porque al menos la mitad de la gente era franquista. Tan ancho. Las opiniones de las hijas y  su hermana, que es cuando menos auténtica, son las de la creación del mito de Lola más allá de Lola y que son, además, las que han puesto la pasta para la serie, así que tampoco se iba a dar una imagen de la folclórica excesivamente... pero se da. Y se da la imagen de una mujer que hizo de su vida una carrera de supervivencia, que vivió por lo que parece a mil por hora y que por eso mismo no supo cuidarse y le pasó factura. Una mujer que no se privó de nada ni de nadie y que, distancia ideológica a parte, es un símbolo de muchas cosas. Lo que no sé es si está bien justificado por parte de muchos y muchas de las que aparecen en el documental. Hay, eso sí, tres o cuatro intervenciones regulares, las de Andrés Peláez y las de su sastre así como dos personas más que ahora no sé decirte quiénes son, pero son personas ya maduras, que ponen un poco las cosas en su sitio cuando se desmadra el baboseo. Son impagables sus declaraciones, tremendos los momentos como los del 'que no se puede casar', 'si me queréis marcharse', 'si cada español diera una peseta', y bastantes más que ya forman parte del acerbo popular. Una serie que te engancha y que, si tiene la intención de mitificar en exceso la figura de la folclórica o de las folclóricas en general, lo que hace es un retrato del artisteo y del famoseo patrio, sea modernito o no, bastante lamentable. Esas imágenes reiterativas de artistas escuchando a la Lola o poniendo sus discos o viendo sus revistas, dan un retrato, creo, de que tenemos un poco lo que va saliendo y que no pidamos mucho más. No pidamos opiniones críticas, una reflexión, algo. Todo es como poner un megusta en el insta y un wapa como comentario. Dicho todo esto, que parece que la serie me haya gustado menos que nada, decir que hay que verla porque es muy interesante y lo es también, como me dijo una compañera nada más empezar a verla, la ceremonia del blanqueo que se hace de sus tropelías fiscales, sus opiniones políticas y demás. O bien, lo expresionista que es su vida, líos, amoríos, consumos varios, excesos, y lo en segundo plano que queda su relación con su hijo Antonio o con su propio marido Antonio El Pescaílla, a quién no se le escucha decir una palabra más alta que otra, como si su papel en vida se trasladara también a la muerte. Vamos, que hay que verla y criticarla a saco. Que para eso estamos. 

Català, llengua estimada


Fa una setmana va tenir lloc un acte a Santa Coloma de Gramenet sobre la situació del català en la nostra ciutat. Santa Coloma és la ciutat bressol de la immersió lingüística pel qual es va impulsar l'educació en català precisament en ciutats on el seu coneixement i el seu ús era mínim, pel fet d'haver crescut i haver-se desenvolupat com a tal arran de l'arribada de desenes de milers de persones que no coneixien ni parlaven la llengua. Aquesta situació, a dia d'avui ja no és tal. Les dades aportades per les persones que es trobaven fent la ponència, organitzada dintre dels actes del Correllengua, deien què el català ha experimentat un creixement exponencial a Santa Coloma, tot i què no és la llengua predominant o hegemònica com sí que passa a d'altres zones de Catalunya. Això és així, tot i que les dades deien tambè que aquest creixement en coneixement i ús, potser s'ha estancat i inclús ha baixat. Aquestes dades poden ser interpretades de moltes maneres i es poden fer moltes interpretacions sobre aquest fet. Aquestes interpretacions, poden ser polítiques. Aquestes interpretacions poden tenir com a objectiu justificar, amb el català i la seva situació, que sols amb un estat propi el català estarà preservat i continuarà creixent. No em vaig poder quedar a escoltar les reflexions que es podrien llençar des del públic així que deixaré aquí. Salto. Ahir una sentència d'un tribunal que ara no sé si és el supremo, o el Superior o quin, va dir que l'educació en català ha de tenir un 25% en castellà, cosa que contradiu la llei Lomloe, és a dir, que la Lomloe guaya i que aquesta sentència no és sinó una tocada de pebrots. Però ja tenim el lio fet. El català i el seu creixement, el seu coneixement, la seva pervivència s'interpreta des de molts sectors de la política catalana com una amenaça. Parlar en català en una ciutat com Santa Coloma, parlar català 'als barris obrers', fer política en català 'pels castellanoparlants' encara avui, s'utilitza com a argument per a justificar moviments polítics, crítiques, justificacions per fracassos polítics, teories de fa 100 anys. Encara avui hem de llegir que tal polític marxa de tal partit perquè no es tracta amb respecte als castellanoparlants. No hem d'oblidar que Ciutadans va sorgir com una reacció vers la progressiva extensió del català com a llengua vehicular i com a llengua de carrer i la por de moltes a que 'els catalanitzessin', com una pèrdua de la seva essència. Davant la possibilitat de construïr 'un sol poble', millor quedar-se enclaustrats en un món apart. I d'altra banda, tenim a qui ha fet del català una eina per justificar un altre projecte polític, que té com a objectiu l'estat propi. Al menys en principi. Potser el que es busca és també la creació de dues comunitats. I, com acabo de sentir a la ràdio ara mateix i no precissament per boca d'un constitucionalista, fer del català una llengua antipàtica per la gent castellanoparlant. Una llengua identificada amb l'independentisme. Una llengua que parla la gent de bé. La gent que estima el país de la manera com s'ha d'estimar. I que vota el que ha de votar. La resta no deixarem de ser mai un element estrany. Som catalans, però, nyecs. I els actes que es fan en defensa de la llengua catalana els patrocinen entitats que tenen un projecte polític i no un altre. Hi ha també un debat sobre perquè els i les joves no parlen en català, l'absència de productes culturals que enganxin al jovent més enllà dels ja ideologitzats... Jo mateix. Jo no sóc jove ja, però ho vaig ser, fa temps. Jo mateix no he parlat mai en català. Mai és mai. Sóc més graciós en castellà, utilitzant els recursos apresos dels meus pares, i en català perdo força. Ara parlo molt en català, un català molt merdós, ple de castellanismes, lent, però el parlo. No sempre. No amb tothom. Perquè parlo ara més en català? Suposo que per molts factors, el principal és que des de fa uns 10 anys, em relaciono més amb catalanoparlants. Fer del català una llengua estimada és fàcil. A l'escola, ensenyant, contribuïnt a la seva coneixença, produïnt en català, en positiu. Parlar de la mort del català, imminent, per tota una sèrie de factors, sense seer conscients de totes les eines i recursos públics tant estatals com autonòmics que es tenen per poder fer avançar i què el català és un idioma de totes, és fer política interessada i un mal terrible al català. Si en un cartell per fomentar activitats per la llengua hi ha una estelada, doncs ja has perdut a molta gent. Si l'Ajuntament fa cartells amb informació únicament en castellà, pensant que així no et diran catalufo o que no s'enten... malament. Si hi ha polèmica perquè a la TV3 hi ha gent parlant castellà i ja tot és una merda... pues eso. 

La Plataforma per la Llengua va participar en el debat que obre aquest article. La plataforma ha protestat perquè davant la contractació de 600 infermeres andaluses, no es garanteix l'atenció en català als pacients. No se m'acut una manera més torpe de fer el català aquesta llengua estimada i no una cosa que uns freaks llencen a la cara d'una gent nouvinguda que venen a treballar amb un tufo a salvinisme que espanta. Si aquests inferrmers estan i treballen a Catalunya i viuen aquí, aprendran el català i el faran seu, si no immediatament, amb el temps i el català seguirà creixent. Si del que es tracta és de parlar de colonització, de matar la llengua portant gent de fora, de victimisme, el català morirà. 

lunes, 22 de noviembre de 2021

Adelante Comuns!

De la misma manera que dicen que el fútbol es un estado de ánimo y ponen ejemplos de equipos que iban cuesta abajo, ponen en práctica un cambio de entrenador y por arte de tal comienzan a subir, quiero creer que más allá del símil futbolístico que usted perdone por haber utilizado, creo que esto va para arriba. Something has changed. Si en los últimos tiempos parecía que todo era un túnel tenebroso que nos llevaba al conformismo y a la desazón, a preguntarnos qué nos ha pasado para que lo que vivimos en 2015 y 2016 no se haya vuelto a repetir y que quizás la respuesta no nos gustara demasiado, lo vivido estos dos días durante la 3a Assemblea ha sido como un chute de energía positiva. Como si tuvieran razón los que hablan de inteligencia colectiva, es como si durante estos dos día nos hubiéramos agarrado a un optimismo encarnado en la figura de la Yolanda Díaz y el 'sotrac' que supone para la política en nuestro espacio, para quitarnos de encima miedos, complejos, temores y una cierta dependencia hacia factores externos para, al fin, reafirmarnos en un proyecto común. Al fin, aunque todavía queden resistencias y haga quien hace bandera de esas resistencias como palanca para buscar una suerte de... bah. La cosa va para delante y no piensa recular. Han sido, como digo, dos días no para recuperar nada, sino para cimentarlo. Porque veníamos de un espíritu comanche de los primeros años que fue cristalizando en algo que nos hizo perder a personas y organizaciones que aportaban cosas diferentes y nos fuimos quedando en algo demasiado reconocible aunque apelando a cosas nuevas. En ese vaivén nos hemos ido moviendo hasta que hemos llegado a una 3a Assemblea en la que al menos, sabemos hacia dónde vamos y tenemos claro en quién nos queremos mirar. El acto final de la asamblea, creo que es toda una declaración intenciones de quiénes somos, quiénes son como nosotros, con quien vamos a ir de la mano y cuál es nuestro papel en todo esto. Un papel que no es para nada menor y con el que tenemos fuerza suficiente como para poder decidir. Una asamblea que nos da confianza para poder hacer esa política que nos hemos propuesto poner en valor. Es fácil hacer como que nada es suficiente para ti, como que todo tiene que ser esa cosa tremendista de las frases célebres, y otra cosa es demostrar que, sin renunciar a lo que piensas y los objetivos, estás ahí para hacer algo. Y lo demás, pues patadas en el aire y convencimiento de que siendo cuatro o cinco o diez somos suficientes y que escuchándonos nosotros solos, estamos a gusto. Lo dijo Yolanda Díaz, lo dijo Alberto Garzón y lo dijo Jèssica Albiach. Y lo dijo o no sé si lo dijo la Mònica Oltra, que es la que más me gustó y con la que supongo más lejos me siento, pero y qué. Y lo hemos ido diciendo en los debates sobre enmiendas que finalmente han puesto las cosas donde debían estar. En el sitio de dejarnos de líos, dejarnos sobre todo de liantes y tirar hacia el lado por donde da el sol. Han sido dos días, pues, de buena onda, de recuperar confianza en nosotros mismos y de congratularnos de que tenemos a la mejor baza política del momento en nuestro bando, enganchando a la gente de una manera que vete tú a saber. Así que con debates teóricos, pero con política práctica, tenemos que plantearnos qué lugar es el que nos corresponde en la política catalana, pero también en la política nacional, y mucho ojo, también en la política local. Una Asamblea que nos ha de servir para que quien tiene ojos que vea, que los Comuns somos y estamos, y que no somos una anécdota, ni una cosa que ya no hace otra cosa más que... sino que estamos para hacer política y política útil para la gente. 

En definitiva, que desde Santa Coloma, seguimos construyendo Comuns y contribuyendo al cambio. Todo muy así pero es que es verdad ya. 

viernes, 19 de noviembre de 2021

A por la Tercera. Assemblea de Catalunya en Comú.


Esta tercera asamblea de Catalunya en Comú llega en un momento trascendental para la reconfiguración, la eterna reconfiguración, del espacio de la izquierda. Y llega en un momento trascendental porque, pese a todo, Catalunya en Comú se sitúa como el elemento sobre el que puede pivotar una manera de entender la izquierda diferente, de la mano de la figura de una Yolanda Díaz que parece empeñada en romper las costuras de los espacios y los partidos y las cosas irreconciliables. Lo que es irreconciliable es convertir la izquierda a la izquierda del PSOE en un espacio resistencialista, un espacio enfadado con el mundo, bronquista, que le hable a la gente en un idioma que ya no entiende y que si lo entiende, no le interesa. Esta asamblea de Catalunya en Comú debería servir para hacer eso. Para consolidar el espacio como una izquierda que sirve para dirigirse a la gente común, cosa que no es tan fácil. Esta asamblea también debería servir para, de una vez, construir una organización. Al menos en la cabeza de quienes somos Comuns, eso ya pasa, pero no es tan común como parece. Y así todavía tenemos a quien quiere construir pensando en las proporciones, las realidades democráticas, lo que realmente se es y no lo que se querría ser. Pues ya está bien. Esta organización debería ser una organización y debería tenerse en cuenta su ideario y sus planteamientos políticos si se quiere participar en ella. Es decir, si eres Comú, es porque lo que pone en el ideario, lo compartes. Parece sencillo. Como también parece sencillo querer compartir este espacio con compañeros y compañeras. Estar obligados a compartir espacio con personas que no comparten ni el ideario, ni la manera de funcionar, ni siquiera el concepto de compañeros y compañeras, no parece la mejor forma de avanzar en ningún sentido. Quizás esa apuesta clara por lo que deberíamos ser y somos y no tanto por lo que podemos perder si clarificamos las cosas... aunque yo mismo hace años pensaba que lo mejor era ser difuso, no ser claro, ser vago para poder ser inclusivo, llega un momento en el que si hay gente que quiere remar en otra dirección, cuál es el motivo por el que debemos estar en el mismo barco. Así esta Asamblea de Catalunya en Comú puede ser un momento casi tan fundacional como todo el proceso fundacional al que nos hemos estado dedicando todos estos años. Una organización en constante proceso de fundación, de cristalización, de delimitación, y al mismo tiempo, con la mirada puesta en algo que a día de hoy no parece que vaya a ocurrir así como de momento, como es la integración con los compañeros y compañeras de Podem Catalunya. Y porqué no vamos a hablar del momento 'verde'. Porque será un momento interesante. La petición de entrada en el grupo de los verdes europeos es algo que parece que puede ser definitorio del camino que tomen los Comuns, que tomemos como Comuns. Ser de los verdes o al menos pedir entrar en los verdes parecería que restringue nuestra pertenencia a otros grupos, como el de la izquierda, pero no debería ser así. Está claro que lo de los verdes es lo que ahora peta en muchos sitios, pero no peta en todos y no todo el mundo se define tan claramente como verde. Eso habrá que pulirlo. ¿Qué opino yo? Que la gente no está para rojos que vayan super de rojos porque hace ya muchos años que lo rojo clásico no funciona, pero lo de lo verde solo por serlo no significa demasiado y habrá que vestirlo de más cosas y más colores. De rojo también. Y ese parece ser el tema fundamental de la Asamblea, porque el resto de cosas bien pudieran asimilarse a una asamblea de los socialistas y sus cosas de todo está ya bien y para qué vamos a ir más allá si esto es fabuloso y son cuatro los que lo quieren romper. Otras cosas no merece ni siquiera la pena comentarlas. Y luego están los que pretenden hacer de Catalunya en Comú una cárcel turca, esa gente que pretende que la militancia o el activismo consista en leer unos estatutos como el que lee una torah y en querer hacer que convivan en un mismo espacio gentes que ya hace tiempo que no se pueden mirar a los ojos. Bueno, poder pueden, pero lo que ven... Y entonces qué quedará de la Asamblea que comienza mañana. Pues supongo que un nuevo día. Espero que un nuevo día y que demos un golpe de timón importante al calor de lo que estamos viviendo en los últimos tiempos, la esperanza de ser pieza capital del reordenamiento de una izquierda que está por el objetivo de siempre, pero de otra manera. Nosotros somos los de la Ada Colau. Nosotros somos los de la Yolanda Díaz. Yo creo que ya me quedaría satisfecho con eso. Y creo que ya es mucho. Y que lo tenga claro todo el mundo, de dentro y de fuera.   

miércoles, 17 de noviembre de 2021

Baal


No era pronto ni tarde, ni estaba lejos ni estaba cerca. No había llovido ni estaba seco. Parecía de día y era de noche. No era de noche y daba la luz. Estabas triste y sentías algo bueno en tu interior. Todo estaba confuso y es que Baal estaba confuso. Era un tiempo difícil, hace mucho tiempo de eso, no os acordaréis, pero ya entonces Baal creyó haber ido demasiado lejos, omnipotente y magnífico, creador y pensador, pergeñador de todo lo que vemos y conocemos, sintió que la duda le atenazaba. Era una duda en principio estúpida, en principio no tenía la mayor importancia. Sintió que quizás, como omnipotente, podría tener límites que él mismo desconociera. Quizás, pensó, un día me encontraré con algo que será como una pared contra la que no podré enfrentarme. Quizás, yo que soy quien lo hace y quien lo piensa, quien lo sueña y quien lo dispone, un día me encontraré con una imprevista circunstancia que me obligará a pensar. Quizás, pensó, este momento de duda es el mojón en el camino que estoy imaginando. Y Baal, fabuloso, entró en un periodo en el que deambulaba, en el que no se hallaba, en el que sintió que todo a su alrededor era inestable, que él mismo no era el pilar de nada, ni creador, ni pergeñador, ni imaginador, y llegó a pensar que pudiera ser que esa idea de debilidad se debiera a que él mismo no fuera Baal. Y pensó Baal que no era Baal. Y tuvo la certeza Baal, repasando las cosas de su vida, su trayectoria, su nacimiento, su infancia, su juventud, su madurez, su vejez y su muerte, de que él no había sido más que un humano más. Y reflexionó Baal sobre su estado, sobre qué estaba pasando, sobre el vacío, sobre la nada. Sobre Baal. Baal pensó a Baal. Y lo volvió a intentar. 

- Y así es que yo, Baal, me genero y me destruyo y siempre soy.

Magnífico y poderoso Baal, eterno y oscilante Baal. ¡Oh Gran Baal!

martes, 16 de noviembre de 2021

Bee Gees. How can you mend a broken heart - Frank Marshall


Los Bee Gees no te tienen que gustar, no te pueden gustar. Puedes hacer la chufla con la canción del Stayin' alive todo lo que quieras y más. Y puedes saber que los Bee Gees, antes de todo eso, eran un grupo de pop. Sabiendo eso, no hay que saber nada más ni tener ninguna tentación malsana. Hasta que caes en la tentación. Tentaciones que te pueden acabar fastidiando la vida. Espero que no me pase a mí. Pero por lo pronto, ayer me puse el disco Odessa enterito y mi compañera se descubrió diciendo 'pero qué cancionón esta última no?', y ya está el daño hecho. 

Los Bee Gees eran tres hermanos y desde pequeños se pusieron a cantar. Y querían llegar donde tenían que llegar. Y van haciendo cosas y buscando su camino. Y te queda claro que eran un grupo de pop, que seguro que has escuchado mierdas muy inferiores a las que les has dado mil oportunidades más que a los Bee Gees, pero claro, es que los Bee Gees no te pueden gustar. Es imposible. Y sale el Gallagher de la guitarra hablando de ellos en plan, molaban. El Gallagher de la guitarra... yo le tengo cierto respetillo. El caso es que los tres hermanos no se llevan bien. El alto de la barba y el que siempre parece como más joven, Barry y Robin. Mal. Maurice es como que está allí y tiene que hacer de hermano simpa. Y llega el disco Odessa, aunque en el docu no lo dicen, que lo he visto luego, y el hermano Robin dice que ya. Y se separan. Pero duran separados muy poco tiempo. Y vuelven. Y cuando vuelven ya es el año 69 y en el 69 o 70, vuelven en el 70 perdón, la música ha cambiado mucho. Y no dan pie con bola. 

Y van navegando y navegando hasta que descubren dos cosas. Miami y el falsete. En Miami, como son colegas de Eric Clapton (¿?) pues se ponen a grabar temas en plan... y descubren el falsete de Barry, el alto. Y le dan. Y le dan tanto que hacen las cinco canciones de la banda sonora de Fiebre del Sábado noche y lo petan tanto, pero tanto, tanto, que acabas odiándoles. 

Y aquí hay que hacer un alto. Yo era uno de esos, uno de esos a los que la música disco les daba repelús del bueno. Y gracias, gracias y gracias al mágico libro 'Loops. Una historia de la música electrónica', del grandísimo ex compañero de facultad Javier Blánquez, me redimí. Y le vi cosas que yo, cortito, no había entendido. Pero en aquella época de los finales de los setenta, demasiado homófobo y demasiado racista, hizo campaña contra la música disco. Música de negros y maricas. Y los Bee Gees entraban en el paquete. La música disco apesta. Y los Bee Gees apestan. Y no pueden molar. Y la campaña es tan feroz, pero tanto, que plegan. Y se repliegan. Y acaban haciendo canciones para otras. Ojo, pero qué canciones y para qué otros... que salen las de Barbra Streissand que dices vale, esto lo sé, pero la de Heartbreaker de Dionne Warwick... o la de Islands in the Stream, la de Dolly Parton y el otro, la que hizo luego el Tomeu Penya. Carajo. 

Y llega el final y van muriendo los hermanos y se queda solo el Barry Gibb. Y la historia es triste porque los hermanos una vez que se muere el Maurice, vuelven a distanciarse. Y los hermanicos no se tienen que pelear. Y todo esto para decir que... ayer escuché el Odessa y que si no ves que Stayin' alive es un cancionarro mayúsculo, pues a la mierda todo. 

lunes, 15 de noviembre de 2021

Crónica del #Plegramenet extraordinario de noviembre. Fucking money man


Este sí que va a ser el último. El último pleno municipal telemático. Ahora sí, de veras. ¿Habéis escuchado la última canción de Rosalía? Qué fiasco. Qué manera de involucionar, o mejor dicho, no se trata de una involución, se trata de un estancamiento. Rosalía había encontrado su hueco con esa mezcla de clichés flamencos y ritmos contemporáneos que volvía a poner de manifiesto que el flamenco mezclado con algo siempre es rompedor y mola. Pero no, se ha dejado llevar por el camino de lo latino de tal manera que ha acabado haciendo una bachata completamente impersonal y como adelanto del nuevo disco, no parece que prometa gran cosa. Que cada uno es libre de hacer lo que quiera, pero creo que va a frustrar a mucha gente. Frustrar a gente es sencillo. Hazme ciento y márrame una y no me habrás hecho ninguna. Desengañar, herir, dañar a alguien es sencillo. Hay gente especialista en hacer estas cosas y han hecho de ello carrera. Hay gente que tiene la habilidad innata de hacer esto y que parezca un accidente. Pero qué accidente. Frustrar a la gente de manera inconsciente es un arte mucho más valorado. Hacerlo sin querer, sin que se sepa realmente qué había en tu cabeza o en la cabeza de quien te otorgó una responsabilidad que pudiera frustrar a alguien. En fin. Hoy había pleno con dos únicos puntos y habrá que comentarlos, aunque solo sea por que no se diga que no hablamos de política ya en este blog. De política municipal. Es como si me atenazara algo. Como si comprobara que hay blogs, referentes, otras páginas, que han conseguido hacer esos análisis a los que yo ya no llego y que lo mío se ha quedado simplemente en la cucamona y poco más. En diarreas mentales que no van a incidir realmente en nada que no se sepa ya. Todos nos conocemos y todos sabemos de lo que va todo esto. Y todo el mundo es más listo de lo que parecía a primera vista. Hay nivel en este pueblo y nada pasa por casualidad. Hablemos de los dos puntos del pleno. Un primer punto dedicado a ratificar que, finalmente, habrá una municipalización del servicio de Escola Bressol y nosotros nos alegramos de eso, aunque haya sido un proceso atribulado y que podría haberse masticado mejor, porque todo lo podríamos hacer mejor si lo hiciéramos nosotros que somos así, de lo mejor, o si no, otros que son aún mejores que nosotros, infinitamente más preparados, más tal. Qué negatividad. El caso es que de manera inopinada, Santa Coloma tendrá un servicio de Escola Bressol municipalizado que esperemos que sirva exactamente para que los derechos de las trabajadoras estén garantizados, para que el servicio sea realmente de calidad. Esas cosas que se dicen y que ya las tienen por descontadas, ya las tienes por descontadas, querido lector. Qué más necesitas leer. El segundo punto. El punto relativo a los presupuestos del año que viene. Nos hemos abstenido en esto. Porque es la aprobación inicial y falta mucha tela por cortar. Pero bueno, lo de siempre, los mejores presupuestos por parte del mejor gobierno municipal que hemos visto porque prácticamente es el único que hemos visto y si son mejores es porque tenemos a un partido que está en la Generalitat y que prácticamente con su presencia única y mágica y si no es porque tenemos al otro partido que ya tal. Y así vamos caminando por la senda que nos llevará a las próximas elecciones municipales donde vete tú a saber qué va a pasar. Y yo lo iría dejando aquí porque pormenorizar las cosas ya a estas alturas como que no. No soy yo de esos. 

domingo, 14 de noviembre de 2021

Cien años de PCE


Os creéis que por ser domingo por la tarde no voy a decir nada sobre el centenario del PCE. Pero cómo no. No hablar del centenario del Partido Comunista de España es como no hablar de que hoy es domingo por la tarde. No hablar del centenario del Partido, es una falta de respeto por la fuerza política que llevó sobre sus hombros el peso de la lucha antifranquista y que combatió desde todos los órdenes y de las más diversas maneras, contra el régimen. Y no hablar del centenario del Partido es cagarse directamente en la memoria de tantas personas que lo dieron todo por algo, algo que nunca sucedió o que sucedió de una manera que fue la única a la que se tuvo posibilidad de acceder. Por eso, de todas las fotos que podrían ilustrar este texto de mierda, la foto es la de la Pasionaria, Carrillo, Alberti, López Raimundo y creo que Gallego en el congreso de los diputados, debe de ser en el año 77. Porque es en esos años en los que el PCE se encuentra con la encrucijada real de su historia. Fundado en el 1921 y capeando las vicisitudes de una Dictadura y el encaje del ideal revolucionario con una República que no se asimilará a la primera, crece durante la Guerra Civil hasta ser el único partido que plantará cara, como he dicho, de diversas maneras a la dictadura franquista durante casi 40 años. Esa forma de encarar la lucha desde los años 50 es un sello que se irá manteniendo hasta nuestros días en una manera de hacer política que, aunque con dogmatismos a la interna, será el sello de la casa. La retórica es una, lo posible es otra cosa. Y habrá escisiones, expulsiones, crisis, virajes ideológicos que consolidarán una manera de hacer y se llegará hasta esos años, los de la llamada Transición, donde las expectativas de cambio, de ruptura, se tendrán que asumir como imposibles y se verá que lo que queda es una democracia liberal donde habrá que competir en lo electoral. Y la fuerza en la calle y la fuerza sindical, se desvirtúa. Y lo que quedará después del 1982 hasta nuestros días es intentar encontrar el espacio, como parte de, como elemento troncal de, como aportadora de cuadros, como referente, como acelerador o como freno. Y tantas veces se le ha dado por anacrónico, por viejo, por fuera de tiempo, y sigue ahí. E incluso la próxima esperanza de cambio de este país proviene del PCE, como es Yolanda Díaz, pero claro, quién no proviene del PCE. Menos yo. Tanta gente considerándose heredera y parte, referente y sucesora, alabando y halagando cuando se les ha querido relegar al papel de comparsa, de muleta, de tribu urbana. Tanta gente que quiso enterrarles allá por el 15m y ahora son su día y su noche. De la misma manera, tanta gente del PCE que consideró todo lo que pasaba una maniobra del averno y ahora asumen como parte de su ser lo que pensaban que era un globo, un globo que sostienen con la mano para que no se caiga. El PCE cumple cien años y una vez más se abre el debate de qué hacer con el PCE. Más partido, menos partido, más fuerte o con un perfil menos marcado. No se trata ya tanto de recordar el pasado y de reconocer los innumerables méritos de tantos y tantas, sino de saber leer lo que hay y lo que tiene que venir. Y yo, que no sé nada, no sé qué recomendar, porque tampoco me toca. Solo soy un humilde militante que ni siquiera me he afiliado nunca al Partido ni a sus referentes aquí. Así que me abstendré de decir nada al respecto. Toca reconocer que, mientras otros partidos comunistas no pudieron soportar el tirón que supuso la caída del Muro y se han ido diluyendo o buscando formar parte de otros escenarios más amplios, hoy el PCE en este país se ha convertido prácticamente en el sostén de toda una coalición de gobierno y casi en el sostén del partido que iba a barrerlos de la historia. Y eso tiene mucho mérito. Felicidades. 

viernes, 12 de noviembre de 2021

Santo y seña


El santo vagó por los caminos durante mucho tiempo hasta que llegó a una ciudad de tamaño mediano y buscó una iglesia en la que solicitar auxilio. Contó que le habían estado persiguiendo malos pensamientos durante los últimos días y que no había querido descansar hasta que encontrase la ayuda necesaria en el lugar idóneo. El párroco le acogió y le preparó una estancia en la pequeña casa que tenían los religiosos para las visitas. Cuando habían pasado seis semanas desde la llegada del santo, el párroco le informó que posiblemente tuvieran que utilizar las habitaciones ya que esperaban la llegada de un prelado que traería consigo un séquito importante. El santo comprendió lo que le quería decir el párroco y preparó sus cosas para marcharse no sin antes advertirle que esos malos pensamientos podrían volver a aparecer en cualquier momento y que él ahora iba a ser responsable. El párroco le preguntó, curioso, qué cuáles habían sido esos malos pensamientos. El santo dudó. Y respondió. 'Dudo'. El párroco sintió cómo un terrible escalofrío recorrió su cuerpo y un escalofriante tal le sacudió de los pies a la cabeza. La duda era, sin duda, el peor de los males que podían amenazar la fuerza de un santo. Así las cosas el párroco le conminó a que volviera a entrar de nuevo a la casa y que en cualquier rincón podrían hacerle un hueco o en cualquier hueco podrían hacerle un rincón. Y así las cosas el santo convivió con el séquito del prelado y con el propio prelado y juntos debatieron sobre cosas de fe. Y cuando se fueron, el párroco le habló al santo de la posibilidad de que se convirtiera en su adjunto y el santo le agradeció visiblemente la muestra de confianza y le dijo que debía partir. Y el párroco le preguntó qué pasaba con su duda. Y el santo le dijo que se habría equivocado y que él no tenía ninguna duda espiritual o profunda respecto a sus percepciones. Quizás de vez en cuando, cuando caía la noche y se encontraba solo en su catre, le asaltaban preguntas sobre el futuro y el devenir de ciertas personas que conoció antes de alcanzar su condición. Y que dudaba si esos pensamientos eran dignos de su condición o si debería dejarse ir. El párroco pensó entonces que todo el mundo no puede ser santo, claro.

miércoles, 10 de noviembre de 2021

Poco y peor


El artista acudía a casa de sus padres cada cierto tiempo para coger inspiración. Los modales sencillos, austeros, toscos de sus padres le hacían bajar del cielo de refinamiento y extravagancia en el que se había instalado. pasaba con ellos un fin de semana y se volvía a la ciudad. Se acostaba tarde mientras escuchaba a su padre relatar historias del pueblo y su madre recogía la casa y le preparaba la habitación. Luego era la madre la que le contaba más historias del pueblo. En su pueblo siempre hacía frío. Se acostaba arropado por miles de mantas y se quedaba dormido al instante. No extrañaba la cama, porque fue su cama. Sus padres no sabían quién era. Sus padres todavía pensaban que su hijo, que había ido a estudiar a la ciudad, había encontrado trabajo en una empresa donde hacía los dibujos de los anuncios que se encontraban en la tienda de Steinberg o en la estación de tren. Y realmente esos habían sido los comienzos del artista, pero ahora su obra se exponía en los principales salones del país y los hombres de negocios de toda Europa se rifaban hasta sus más insignificantes bocetos. El artista se levantaba temprano, cuando notaba ruido en la casa, normalmente era su padre el que salía al campo y él se afanaba por acompañarle. No entendía una palabra de las cosas que su padre le contaba. Cosas de campo. Plantas, irregularidades del camino, el trino de algún pájaro, hierbajos, las huellas de algún animal, el tiempo, la vida pasar lentamente. El trayecto siempre acababa en una tabernucha que había en un recodo del camino. En aquella taberna pedían un aguardiente y un trozo de salchicha cocida. Allí su padre seguía contando historias. De vez en cuando el artista hacía algún garabato casual en una libreta que escondía en el bolsillo junto a un lápiz diminuto.  El artista se afanaba en pagar las consumiciones y su padre siempre se negaba. Volvían a casa y la madre les estaba esperando con algún guiso a base de pocas cosas. El artista nunca se negaba a comer aunque su estómago ya no estaba hecho para aquellos condimentos. El artista, al cabo de dos días se volvía para su ciudad y allí se reunía con su compañero y le explicaba las cosas que había visto en el pueblo. Al cabo de unas horas se levantaba y cogía una lámina y dibujaba el trino de un pájaro, un hierbajo saliente del camino, la idea de un garabato, el fondo de un plato de guiso de col, la madera gastada de un taburete, la mella de la boca de su padre.  

martes, 9 de noviembre de 2021

Tarde y mal


La primera vez no me di cuenta. Iba a contar la historia larga pero al final os contaré la versión corta. La primera vez no me di cuenta. Me estaba apurando el culo de una cerveza caliente y a punto de irme porque no encontraba a nadie conocido, cuando entró con dos o tres amigos más. Venían de una obra de teatro, de escuchar a otro amigo que cantaba, de algún recital de poesía de alguien que formaba parte del grupo. Ella venía con ellos y no me di cuenta. Luego me dijo, cuando ya era demasiado tarde, que venía mucho por aquel bar. Yo era la primera vez que iba, me habían dicho que allí estarían y no estaban. Unas semanas después volví. Y volvió a aparecer. Me fijé porque el vestido era el mismo. Volvía a estar acompañada de amigos y amigas. Se reían y no paraban de bromear unos con otros y de darse abrazos muy fuerte y de palmetearse las espaldas con mucha efusividad. Yo había ido con otro amigo. Esta vez sí que nos encontramos. Charlamos. Estábamos a punto de irnos cuando ella me dijo que me conocía. Se había acercado a la barra para pedir algo y me preguntó si yo era Tal. Efectivamente, le dije. Siempre me gusta decir efectivamente en lugar de afirmativo o sí. Efectivamente. Quiso dibujar una sonrisa en su rostro pero se contuvo. Ya era demasiado tarde. La primera vez no me había dado cuenta, pero la segunda vez ya no podía dejar de mirar hacia la esquina donde estaban. Llevaba el mismo vestido. ¿De qué me conocía? Empecé a repasar la historia de mi vida para saber en qué momento yo... mi amigo me sacó de dudas, ella era Cual. Ahora lo entendía. Claro que nos conocíamos. Pero hacía mucho tiempo. No me había dado cuenta. Pero ya era demasiado tarde. Nos fuimos y no volví a aparecer por allí hasta unos pocos días después. Había quedado con una amiga para tomar algo. Le dije que había descubierto un bar. Se vino conmigo. Fue ese día cuando la volví a ver. Volvía a venir con unos amigos de algún tipo de actividad cultural que no supe adivinar. Volvió a aparecer por la barra. Me dijo entonces, fue ese día, que venía mucho por ese bar porque yo le pregunté si venía mucho por ese bar. Ya era demasiado tarde. No me había dado cuenta. 

lunes, 8 de noviembre de 2021

Agotados de esperar. 104 años de la Revolución Rusa


La Krupskaia nos mira desde el 1890 y ya lo hace con cara de entonces qué. 104 años de la Revolución Rusa y muchos nos encontramos en ese momento en el que no sabes porqué eres tan menchevique y qué te ha pasado. Cómo ha podido pasar que nos hayamos conformado con tan poquito. Qué hemos hecho mal o dónde está el truco. Me hablan de un grupo de revolucionarios perdidos en las islas de Filipinas que están controlando el país y te preguntas en tu fuero interno para hacer qué. No sabemos qué es. No sabemos dónde están. La Krupskaia nos mira con los brazos cruzados y ya desde 1890 es capaz de aventurar con la mirada que algo no va a ir bien. O fue bien. Fue bien. Escucho un podcast por casualidad de unos chavales que hablan de Trotsky, mal, y de Stalin, bien. La Revolución salió bien pero pudo salir mal. El pasado es pasado y por él nada hay que hacer. Cómo puede ser que dediquemos nuestra vida a mencheviquizarnos y a evitar que otros nos mencheviquicen todavía más o peor aún, en qué momento hemos creído que lo mejor que nos podría pasar es ser unos mencheviques de tomo y lomo, tirando a mucho, tirando a muchísimo, y que mejor eso que algo peor. Qué es lo peor, me preguntas mientras me señalas con el dedito mientras hablas sobre cosas que huelen ya a pescado en mal estado, a bolsa de basura que abres y salen mosquitas, qué es lo peor. Tu mirada se clava en nosotros, Krupskaia, y nos invitas a que reflexionemos, que hagamos autocrítica, que seamos vanguardia o yo que sé. Cuántos conceptos clásicos más puedo aportar en esta conversación, Krupskaia, cuántos cliches más puedo introducir en la charla, cuántas veces más me voy a tener que reír de los impíos que no saben dibujar hoces y martillos en los márgenes de la libreta. Hoces y martillos, hoces y martillos, hoces y martillos. 104 años y un día desde que el crucero Aurora disparara la salva con la que se anunció en Petrogrado, la ciudad de Pedro, que comenzaba la insurrección. La Aurora, la revolución rusa, la guerra civil, la nep, lenin, trotsky, kamenev, zinoviev, stalin, kollontai, krupskaia, zasulich. Zasulich no. Plejanov tampoco. Martov tampoco. Tsereteli tampoco. Unos con mayúscula y otros con minúscula porqué. Krupskaia nos mira así ya desde el 1890 y lo hace con cara de cabreo con toda la razón. Porque estos detalles cabrean. 104 años y un día desde que dio comienzo un proceso histórico que todavía no hemos acabado de resolver. La revolución se hace así o se hace de otra manera. Hay un esquema o es tema libre. Volverá a hacerse o lo dejamos. Nos conformamos con ir poco a poco o ya vamos mirando otros temas. La Krupskaia no debe entender nada de lo que digo. La Krupskaia piensa también que me meta la lengua en el culo. 

La sombra del pasado - Florian Henckel von Donnersmarck


 Pues ahora no sé si iba a decir que la película me gustó o no. Cuando acabó como acabó, pensé que el final era un poco de aquella manera. Que el final no resolvía los entuertos que había planteado ni había cerrado con lo que se merecía el causante de los males de la pareja protagonista. Luego, como soy una persona de fácil convencer y mis ideas preconcebidas se estampan contra la realidad, he visto que no, que al parecer lo que vimos ayer fue un películón, frío, más preocupado por la estética y por el proceso que por el final, pero yo ayer, ya que la película consiguió engancharme, quizás pedí más. 

La película va de lo siguiente. Un crío y su tía visitan una exposición de arte degenarado, en 1937, que fue como llamaban los nazis al arte de vanguardia. Allí reciben una explicación de porqué el arte que ahí se expone atenta contra los valores verdaderamente sanos del pueblo alemán. La tía le explica al chaval que a ella ese arte le gusta y pronto descubrimos que la tía es una persona con una sensibilidad especial. Y que a veces tiene ciertos momentos de alteración. Y que esto en 1937 con la Alemania nazi buscándole las cosquillas a todo lo que no fuera pureza pues mal. Y pasa lo que pasa. Que la tía es internada y la tía es una de las víctimas de las cámaras de gas. Así por la cara y porque lo decide un doctor. 

Este doctor se volverá a cruzar en el camino del niño un tiempo después, cuando el niño es ya un joven que quiere dedicarse a pintar, es un artista. La búsqueda del verdadero sentido del arte, las conexiones que se buscan entre lo que los nazis piensan del arte y lo que piensan los comunistas (¿?), el no saber situarse en el mundo del arte ni cuando tienes libertad para hacerlo, la experimentación, todo eso, ocupa una buena parte de la película que tú crees que va a alternar esto con la búsqueda de justicia por parte del joven sobre lo que le pasó a su tía. 

Pero no. Porque la película, aunque apunta hacia que se va a acabar descubriendo el pastel, no lo descubre, y todo se centra en la evolución de esta persona y su pareja, una diseñadora de modas, hija del doctor, y con esto yo creo que ya digo demasiado y lo voy a ir dejando aquí. Que tú crees que la película va a hacer una revisión crítica del pasado nazi y de la búsqueda de respuestas o cómo el trauma de la desnazificación... pues más bien no. Como que no. Como que te da la impresión de que hubo nazis que se escaparon por la cara y otros pringados, pues pringaron. Ya sí que lo dejo aquí. 

Porque la película son tres horas, tres horas que ciertamente no se hacen pesadas aunque paré para cenar una sopita porque no estaba el día para alardes, y que al final todo se reduzca a una especie de bueno pues vamos tirando para delante y no voy a hurgar mucho en la herida porque podemos salir todos cagados, pues eso. Decir que es el director de La vida de los otros, que por eso la enganchamos, y que La vida de los otros mola bastante más. 

viernes, 5 de noviembre de 2021

Un cuento


Había una vez un oso que vivía en un bosque. En el bosque encontraba todo lo que quería, tenía un río donde poder pescar, árboles de los que recoger frutos y la cabaña de un personaje estrafalario que había decidido vivir apartado del mundo por la que merodear y entretenerse. Ese oso murió. El personaje estrafalario se lo encontró muerto en un recodo del camino que le llevaba hacia la cima de un pequeño monte al que le gustaba subir para reencontrarse con el mundo. Aquel estrafalario creía que se comunicaba con los pájaros que trinaban o cantaban una vez que él llegaba a la cima de aquel monte. El estrafalario personaje murió. Se lo encontraron muerto en un recodo del camino unos pájaros. Los pájaros comunicaron su muerte a otros pájaros. En este momento se corta la transmisión de sucesos de unos personajes a otros dentro de este cuento para pasar a una parte de la narración que os interesará menos y que tiene que ver con nuestra relación con la naturaleza y el conocimiento meramente superficial que tenemos sobre lo que hacen y dicen los animales. Os lo podéis saltar. Ya habéis llegado al final del cuento. Un día, la señorita Hürtwengler ciruclando por el recodo del camino que la llevaba a visitar las granjas de cerdos que regularmente tenía que inspeccionar, se fijó en un montículo. Aquel montículo llevaba tiempo allí pero aquel día, sin saber porqué, quizás porque tropezó con algo, se fijó más detenidamente. Dio una patada el montículo con la intención de escarbar dentro y como poseída por una locura transitoria siguió escarbando con pies y manos. Y encontró muchos huesos. 

jueves, 4 de noviembre de 2021

L'home dibuixat. Una conversa amb Jaume Sisa - Joan Celdran i Àngel Leiro


 Acabo de leer una entrevista con Sisa y no la tendría que haber leído, pero de todas maneras voy a escribir como si no la hubiera leído. No por nada, pero estas cosas siempre influyen. El documental de una hora, una hora que se hace cortísima y que se deja en el tintero mil cosas, mil preguntas, mil misterios, mil asuntos, letras, compañeros y compañeras de viaje, sí, algo de salseo en el mundo hermético del cantautor galáctico que nos ha volado la cabeza a más de uno y del que seguimos sin conocer realmente porqué y porqué no. 

Así, el documental 'L'home dibuixat. Una conversa amb Jaume Sisa', hace un repaso más o menos cronológico de la carrera del cantautor barcelonés Jaume Sisa, acompañada por una entrevista donde se le preguntan asuntos diversos y donde el propio Sisa aparece a lo largo del tiempo contestando a asuntos varios. El potente archivo de imágenes, de actuaciones, hace del documental una joya para el disfrute de los fans de Sisa de valor incalculable y como ya digo, una hora se hace corta y se sufre al saber que después de esto, puede que no haya nada. 

Y ahora vayamos a otra cosa. Porque hasta ahora, estos dos párrafos anteriores están contando algo que no es lo que quería contar. Quería contar lo que me pareció un documental que me encantó porque me encanta la música de Jaume Sisa. Él y Pau Riba son dos referencias para muchas cosas que van más allá de la música y que ahora mismo no sabría explicar. Una actitud y una manera de hacer, o de contar, que parece infantil, pequeña, que no va a lo trascendente, pero que me parece mil veces más interesante que otras mucho más sentidas, más profundas o pretendidamente 'políticas'. La carrera de Sisa, sus inicios, la eclosión de Qualsevol nit pot sortir el Sol, los discos que hace hasta que se asienta la democracia y cómo se va desarmando lo que parecía un discurso uniforme para acabar diluído y con ganas de huir. En el documental no se habla de discos concretos, se habla de algunas canciones, de los cambios que va haciendo a lo largo de su carrera y deja en el tintero muchos misterios. ¿Por qué se descolocó? ¿Qué tuvo que ver el triunfo de la derecha catalana de Pujol en que esos zumbados como él o Riba dejaran de tener hueco en la cultura oficial? ¿Por qué irse a Madrid a hacer algo que ya entonces parecía fuera de lugar, la aventura del cantante Ricardo Solfa, y que visto en documental parece una salida en falso inmensa? En el documental se cumple lo que se anuncia. Es una conversación con Sisa y nadie más. No hay amigos, amigas, influencias, influenciados. Sólo él. Por un lado está muy bien porque permite disfrutar del Sisa de todas las épocas y eso es genial. Por otro lado no hay contrapunto. Aunque el contrapunto lo da el propio Sisa.

Porque en el documental, junto con un musicón tremendo, Sisa nos lanza mensajes contundentes. Sobre todo uno sobre la conciencia del fracaso. Considera fracasado su proyecto musical, su carrera, confiesa habérselo pasado muy bien, pero parece que deja un poso de algo que no conocemos. O me lo parece a mí. O que me gusta a mí inventarme películas. Que también. Habla de la muerte, habla de su relación con su madre y habla de muchas cosas que hace que sientas que por algún extraño motivo, está hablando de verdad. Incluso cuando habla de que no puede decir o saber o exponer o sacar o mirarse sobre quién es de verdad porque no sabe si le gustaría. Y sobre el fingimiento. Y sobre el problema de la catalanidad. Y sale el vídeo de Cantautor català que es como una punkarrada con todos los clichés imaginables sobre el bon català, que ya está absolutamente superado porque ahora el bon català tiene otra pinta. 

Y la experiencia en Madrid, que parece una coda y es un intermedio. Porque el documental acaba con Sisa cantando Visca la Llibertat una vez que retoma su carrerra en 2001. Y no sigue adelante, como si a los directores ya no les importara el Sisa mayor. 

Y este texto es muy mejorable. Tenía yo muchas ideas y muchas cosas que decir de un documental que me ha gustado mucho, que no he ido a ver al In-Edit que vi por Filmin, y que da para más. Un documental que comienza con una canción del disco La Catedral, que es como un todo completo de Sisa y que no se acaba nunca. Jaume Sisa para siempre. 

miércoles, 3 de noviembre de 2021

Georgie Dann y el pecado


Honor y gloria para quien nos ha hecho bailar alguna vez. Alguna vez hemos caído en la trampa. Alguna vez nos hemos visto haciendo algo que pensábamos que jamás haríamos, dejarnos llevar por el ritmo, por las circunstancias, por algo o alguien que nos ha empujado a hacerlo, bailar, movernos, tararear una estrofa, canturrear inconscientemente algo que no está en nuestra lista de favoritos, no tenemos la camiseta, no nos hemos comprado el disco, no podremos poner la foto del vinilo. Honor y gloria para Georgie Dann por habernos hecho alguna vez discutir si lo que cantábamos era La Barbacoa o El Chiringuito. Honor y gloria para Georgie Dann que ya no está entre nosotros. 

Honor y gloria para Georgie Dann por ser la música del verano, pero también del invierno y del otoño y de la primavera, porque no hay merendero de los ochenta donde no haya sonado, ni autocar donde haya caído la cinta, el especial en televisión del sábado noche donde no saliera a presentarnos su combo de canciones inolvidables, porque son canciones inolvidables. Hace unos cuantos días, en el Saber y Ganar, hicieron eso de poner varias canciones sin el estribillo y a ver si la pillabas y fue divertido ver cómo quien alardea de conocimientos se queda empantanado entre el Koumbo y el Negro no puede o el Casatchok. 

Bailemos el bimbó, es sin duda mi favorita. Recuerdo en algún vídeo, supongo que sería un Cachitos o programa similar, en el que salía cantando esta canción, uno de sus primeros éxitos, y hacía un movimiento de piernas cuando decía lo de está causando seeeeeeeeeeeeeeeeeensación, así hacia un lado, que ya te ganaba para siempre. Esos dos pasos hacia un lado, cambio de mano del micro, y a seguir. Y sobre todo, la ausencia total de vergüenza.

Vergüenza. Yo mismo caigo en la trampa. Vergüenza porqué. Por hacer canciones sencillas, simples, con un estribillo, con el doble sentido, con el... Georgie Dann y sus camisas y sus cosas. También sus bailarinas detrás, no, no, no vamos a dejarlo pasar. Georgie Dann y esas cosas que nos retrotraen a otros tiempos, a otras épocas, y con varias toneladas de caspa encima. Cualquier pasado no siempre fue mejor. 

No hablaremos de Georgie Dann como de la Camarada Carrá, pero oigan, en algún momento hemos pecado. 

Se va Georgie Dann y corremos el riesgo de que algunos y algunas que cantan y aparecen en las listas sean los nuevos Georgie Dann y no lo sepan. 

martes, 2 de noviembre de 2021

El fin del mundo


 Ante una situación que se nos presenta ya como absolutamente desesperada, qué mejor que no ponerse nerviosos ni tomar decisiones precipitadas. Es una virtud del buen gobernante no dejarse guiar por lo que la corriente nos indica y ser consciente de los múltiples factores que intervienen a la hora de tomar cualquier decisión. Nada puede conseguirse a base de impulsos, nada se consigue con acciones espectaculares y todo debe ser fruto siempre de un proceso de maduración que haga que lo que uno pretende esté asentado en el tiempo y se consiga de manera perdurable. Si nos exigimos demasiado, si nos vamos a lo vistoso y lo efectista, posiblemente lo que obtengamos sea nada, porque en nada se convertirá todo lo que estamos intentando. Así, justo cuando se nos dice que o tomamos decisiones contundentes con el cambio climático, con eso que se ha dado en llamar emergencia climática, me parece muy conveniente el papel que han tomado los asistentes a la magna cumbre que se está celebrando en Glasgow en la que los principales mandatarios del planeta están discutiendo sobre qué medidas tomar al respecto. Y es ahí donde se demuestra porqué ellos están al mando y tienen la legitimidad otorgada por XXX para sopesar y valorar que no todo consiste en hacer esos cambios espectaculares que la calle demanda. La calle o cierta calle, interesada mucha veces en los fuegos de artificio y en las alharacas verdes, antes que pensar en todas las consecuencias que tienen nuestras acciones. ¿Es esto el fin del mundo? ¿Estamos de verdad ante un apocalipsis? ¿Nos hallamos ante el riesgo de la desaparición del planeta? ¿No es cierto que ya han habido experiencias previas de extinciones de especies y el planeta sigue adelante? Son preguntas que nos hacemos y a las que debemos responder no únicamente desde la visceralidad de los datos científicos, desde la frialdad que nos otorgan las predicciones muchas veces interesadas. Hay que valorarlo todo. Y todo es todo. Y todo es lo que tenemos entre manos desde hace siglos y siglos, como es el progreso humano y por ende el crecimiento económico que nos proporciona el bienestar del que gozamos en amplias zonas del planeta. Es una situación desesperada, ciertamente, la que se vive en determinadas partes del mismo planeta y esos efectos que pueden comenzar a sentirse en la puerta de nuestras casas nos debe hacer pensar. Pero no nos debe hacer precipitarnos. Así que me parece correcto que se hayan propuesto unos objetivos que bien pueden parecer modestos pero que a todas luces son los que sientan las bases para que ese camino seguro hacia la reversión de este proceso sea efectiva. Así en resumidas cuentas, yo digo que todo bien, porque otra cosa ya sería otra cosa. Y creo que no deberíamos confundirnos y que la cosa se convierta en otra cosa y creo que ya sabemos todos de lo que estamos hablando. Y por ahí no.  

lunes, 1 de noviembre de 2021

Resurrección


Decir que en un primer momento la resurrección de Angelo Balkidopoulos supuso un terremoto de consecuencias tremendas en la historia no solo del pensamiento o de cualquier otra disciplina, sino de la propia historia de la humanidad, lógicamente se queda corto. Todos recordamos como aquel primer día en el que, después de haber transcurrido casi tres años de su muerte, apareció en una plaza de su ciudad natal, comprando el diario y preguntando a los transeúntes si el equipo local se mantenía en la primera categoría. Angelo Balkidopoulos no ha sido, a día de hoy, capaz de dar una respuesta lógica o razonable a su resurrección o lo que entendemos como resurrección. Todos asistimos a su muerte, todos le acompañamos en la ceremonia de su tal, y todos recordamos la inmensa pena y dolor que nos supuso su ausencia en aquellos primeros meses. Pero cuando Angelo Balkidopoulos volvió, la verdad es que el mero hecho de haber vuelto eclipsó los sentimientos de alegría que nos embargaron porque había regresado. Y ahí está, todavía, ejerciendo la vida pública y opinando sobre esto y sobre aquello con el aura que da el haber vuelto desde otro plano, sabiendo que se toca la pared y se vuelve, conociendo lo que existe cuando se traspasa. Y no nos da muchos datos al respecto. Nos habla de luces, nos habla de una sensación de extrema paz, nos habla de un reencuentro con cosas que pensaba perdidas, pero sin embargo no es capaz de calificar todo eso como cielo o como limbo ni como infierno. Tampoco nos cuenta que se reencontró con ningún familiar, con algún conocido. Ni tampoco con ningún famoso. No hay pues cielo de famosos y mucho nos tememos que la experiencia del traspaso se vive en soledad, pero ni tan mal. Resucitar y seguir viviendo en una situación de cierta normalidad hoy ya nos parece algo asumido y casi descontado. Angelo Balkidopoulos nos habla y nos cuenta. Y nosotros ya asumimos que la resurrección es posible. Aunque nunca más nos hayamos encontrado con otro caso de resurrección. Los teólogos y sabios de toda condición nos han tratado de explicar lo que no es posible explicar. Que se vuelve de la muerte. Que hay billete de vuelta. Y que da igual.