Muchos no lo saben, pero tengo familia en Las Palmas. Casi todo el mundo lo sabe, la verdad. Un hermano de mi abuela Juliana, el tito Gabriel (tito Gabrielín allí), fue a Canarias a hacer la mili y ya no volvió. Mi padre cuenta que lloraron como malvas cuando supieron que no volvía. Allí se casó y montó una pastelería, mejor dicho, una 'industria', donde fabricaban pasteles. En Las Palmas, aunque la industria estaba en otro pueblo, Telde... no recuerdo. El caso es que en el año del señor de 1985 recibimos la visita de sus hijos en Santa Coloma. Mi tito Blasín (que no sé si vino o lo vimos allí luego), mi tita Juanita, y también vino su madre... venían a Alimentaria y me llevaron a Alimentaria. Imaginar un chaval de diez años en Alimentaria. El apocalipsis. Fueron días caóticos, pero muy divertidos. Nosotros, tan acostumbrados a todo ordenadito, tan normalito todo, yo, tan cagón, tan repelentillo. Visitamos Montserrat (nunca había estado y creo que nunca he vuelto), dimos vueltas por Barcelona, creo que me salté días de colegio y todo. En agosto, bajaron con nosotros a Vilches, tremendo viaje. Y finalmente viajamos a Las Palmas en avión. 1985, pedazo de año.
Las Palmas. Yo no he estado en ninguna ciudad de América, pero he estado en Las Palmas. Si la visita ya me pareció entrar en un reino del caos, la estancia canaria fue la hostia. Tenía y tengo un carromato de primos, nos pasó de todo, visitamos la isla de arriba abajo, me bañé en todo tipo de playas, desayuné gofio, chorizo blanco, disparé una escopeta de balines, vi catorce veces la película 'Mátalo jefe, te ayudo', conocí todo tipo de primos, me monté en el BMW de mi tito Blasín, vi un volcán, tuvimos muchas risas, tuvimos un drama porque una prima mía creo se dio un porrazo con un bate de baseball y por poco... mis primos, Gabrielín, Guaté, Soraya... mi tito Juan Rafael desayunando... no había norma ni ley.
Para acabar de arreglarlo, como era agosto, finales de Agosto y comenzaba la liga, dijeron de ir a ver el fútbol al Estadio Insular. Las Palmas - Sporting de Gijón. Era el último año de Quini como jugador. En las Palmas jugaba Coque Contreras. El Sporting entonces era un equipo la mar de majo. Mesa, Redondo, Jiménez, Joaquín, Ablanedo, Eloy y Quini.
Nunca había estado en un estadio de fútbol. Todo era alucinante. La llegada, el campo, la gente comunicándose con silbidos, y el partido.
El partido fue un repaso del Sporting de principio a fin. Ganó el Sporting 1-3, con dos goles de Quini. Quini había sido jugador del Barça, por entonces yo era furibundamente anticulé, venía de disfrutar de las dos ligas de mi Athletic y de todo el asunto Maradona y no podía ver un culé ni en pintura. Pero Quini ya se había ido del Barça, ya había pasado todo aquello del secuestro y había vuelto a Gijón para retirarse. Me encantaba el fútbol. Conocía todos los jugadores, tenía los cromos, todo. Durante el partido Quini dio una lección. Era como el padre de todos los jugadores, tenía 36 años y parecía que tenía 50. Pero hizo lo que le dio la gana. El Sporting tenía un equipazo, con Mino, Eloy, Mesa (que era de la Línea de la Concepción), Cundi (que llevaba bigote), Esteban (que creo que llegó a jugar en el Madrid), pero en aquel partido no jugó Joaquín.
En Las Palmas jugaba Coque Contreras, el chileno, que era muy bueno. Un delantero que se llamaba Narciso. Y también Juanito, central que luego estuvo en el Atlético de Madrid y que debería ser un crío.
Ver a Quini fue la hostia, ver un estadio por primera vez, tan lejos, todo tan extraño, con mi padre y no sé qué tío vino con nosotros, el partido tan bestia que hizo aquel tío. Le sustituyeron en el minuto 60 y la gente recuerdo que se puso a aplaudirle, porque había sido una pasada.
No he vuelto a ir a Las Palmas. Últimamente mi tita Juanita ha vuelto a visitarnos. Es igual que mi abuela Juliana.
El tiempo pasa. Ayer se murió Quini, que todavía salía en la tele porque era algo del Sporting. Uno ve sus fotos jugando, un gol que le marca al Madrid desde su puñetera casa, esa foto en blanco y negro haciendo una tijera... y piensa en qué cojones se ha convertido el Fútbol. Y todo, así en general.
miércoles, 28 de febrero de 2018
martes, 27 de febrero de 2018
Crónica del #Plegramenet de Febrero. Ven y sube a mi nube.
Se hace largo
esperar. Con las elecciones municipales en mente, lo que nos queda hasta el
próximo mes de mayo de 2019 va a ser una larga campaña de gente que dice no
estar en campaña y que recrimina a los demás estar en campaña. Y en campaña,
creo, se está siempre. Pleno Municipal del mes de febrero, con mucho frío en la
calle, pero paradójicamente buen clima en la sala de plenos. Una sala de plenos
que registra una media entrada más o menos digna. O no. Hay temas importantes,
sobre todo en el capítulo de mociones, las relacionadas con el 8 de marzo y la
huelga feminista, así como la que pide el acercamiento de los Jordis y el resto
de presos políticos a prisiones catalanas. En otras ocasiones ha habido más
presencia de público para tratar estos temas, sobre todo en el tema de los
presos políticos o ámbitos relacionados con la ANC, y ayer se vio poco
ambiente.
Un pleno que son
dos plenos, un pleno que pareció lento y pesado, que pareció jugarse con una
marcha menos, pero que resultó ágil en una combinación ente tiempo real y
tiempo vivido que me lleva a pensar si la vida no es lo que realmente pasa sino
la sensación de lo que nos pasa. Un pleno en el que no pareció pasar nada, pero
en el que se dijeron cosas. Y como no apunto nada, muy posiblemente yerre en
muchas de las cosas que creo haber vivido en un tiempo real. Pero yo no vengo a
contarles el pleno, vengo a vivirles el pleno. Yo soy la resurrección, como
dice la canción.
Por situar la
cosa en un plano real, la única realidad que existe es que el Gobierno local,
el Ajuntament, lo gobierna el PSC. Este dato, abrumador para muchos, sigue
siendo poco conocido precisamente entre quienes se dedican a la política
municipal, ya sea de manera profesional o al modo militante. Es el PSC quien
gobierna. Lo tuvo que recordar ayer de nuevo nuestra alcaldesa Núria Parlon en
un arranque de sinceridad, ante una de esas finas andanadas que Dimas Gragera,
diputado electo de Ciudadanos en las pasadas elecciones marianoautonómicas de
diciembre, lanza a los socialistas, recordándoles sus muchas aportaciones a…
quizás cansada de tal osadía, la alcaldesa recordó que muchas gracias por
tantas aportaciones, pero que a fin de cuentas, gobiernan ellos. Es decir, tú
aporta, tú enriquece, pero el Ayuntamiento soy yo. Y parafraseando a Anna Pérez
de SOM, medalleta pam. Quizás, y seguro que no, para que no se me pasase su
presencia, Anna llevaba ayer puesto un resplandeciente suéter amarillo de Aire
Retro que no deja indiferente. Enriquecer el proyecto socialista, aportar,
contribuir, es perpetuar. Te lo tienen que decir en la cara para que te des
cuenta. Como al caballo blanco jerezano que van domando poco a poco y cuando se
da cuenta ya es arte y salero, pero ha dejado de ser ese caballo blanco
jerezano que se cree ser. Eres lo que te han hecho ser. Nunca lo que crees ser.
Atuendos. Como
una nube de las que vendían en la Nube, el portavoz del PP, el señor Zambrana,
ayer superó lo establecido y en plena alerta roja de frío se presentó como
alerta nube, con camisa rosa, pantalón clarísimo y unos calcetines de topitos
que ole. Y como calzado, ignorando las advertencias que piden llevar cadenas y
siendo un ejemplo vivo para quienes pensamos que el calzado de montaña es
completamente NO, unos suaves zapatos de esos azules con la suela blanca, que
llevan nuestros abuelos para ir al huerto, pero en plan fino. Y en esas cosas
se entretiene uno. Si en lugar de Zambrana estuviera delante del banco de
prensa otro responsable municipal, analizaríamos sudaderas, pañuelos al cuello,
coletas, recogidos y camisetas de promoción. Pero no. Es él. Y sí, había más
rosa chicle en el recinto. Lo que es, es.
Más política y
menos frivolidad. Los primeros puntos del orden del día no parecían dar juego
para demasiados debates, pero siempre hay algún momento para la reflexión. Nuevamente
nos encontramos con nuestro regidor de guardia, Jonatan Fornés, de Gent d’Esquerres
ICV-EUiA, solo ante el peligro mientras dure la baja por maternidad de
Alexandra Sevilla, batiéndose el cobre ante las circunstancias. Nuevamente vemos
la vocación coral de SOM, repartiendo juego entre sus regidores en las
intervenciones. Otra vez Ciudadanos dando una de mano tendida y otra de aspiracionismo,
quizás viéndose en un lugar que, ay, la vida, nos puede negar. El PP. El PP
como un partido que fue. Que es quizás en otras partes. Pero con aire residual.
Y el PSC dejando el peso de las actuaciones en un Esteve Serrano para todo,
mientras la alcaldesa se dedica a rematar en la línea de gol.
El pleno. Poco a
poco. No tengan tanta prisa por saber. La aspiración. Las ganas de tener algo
que se te escapa poco a poco. Saber qué pasó, qué piensa el comentarista de lo
que pasó, no pasó nada. Quizás eso nos alarme un poco. Quizás… hagamos la
prueba. ¿De verdad le interesa a alguien lo que pasa en un pleno? Rápido, haz
un tweet para decir que el PSC votó con los independentistas. Rápido haz un
Tweet para decir que el PSC ha votado con nosotros. Rápido, graba la
intervención. Rápido, prepárate la intervención. Lo vas a romper. Cuánta gente
quiere saber de eso. A quién le llega. ¿Merece la pena? Se habló, claro que se
habló, pero de qué. De falta de modelo, de que la ley tal del PP no nos permite
hacer lo que queremos hacer, de que cuando la alcaldesa prometió en campaña más
policía no tuvo en cuenta la ley, de que las bonificaciones a empresas son
buenas, pero las bonificaciones a empresas son malas, de que un día veremos a
las escuelas de baile y a los gimnasios pedir bonificaciones, de que una
persona fue engañada y cómo solucionamos esa estafa y se habla de vivienda y de
vivienda social y de ese plan de vivienda que llegará un día. Y se habla del ‘desgabell’
del Mercat de Singuerlin, que no es desbarajuste sino que es bien y no es como
dices pero tú lo dijiste, pero no es así. Y se habla de cláusulas para una
empresa y esas cláusulas, total. Y se habla de algo tan así como que yo tengo
unos criterios que pongo en la web de transparencia y los cumplo pero eso no
significa que sean transparentes, solo significa que se cumple lo que hay en la
web, no… y encuentre usted que dijo qué y quién. Y se habla de ruidos, y de que
no hay una ordenanza de ruidos.
Y se habla de
cuántos somos. Se habla de que somos 118.775 colomenses y colomensas. Que somos
110 más que el año pasado, así que ya tiene explicación esa sensación de que
hay más gente por la calle. Que la rotación interna, es decir, gente de santako
que se cambia de piso en santako, es las que entran por las que salen. Que lo
del padrón. Ay. Lo del padrón. Y acabamos hablando del padrón abierto, del
ajuntament de Barcelona que sí que lo hace, y que a ver si se puede hacer algo,
así como diciendo. Y que hay un 20% de población migrante. Que no sube ni baja
el porcentaje, por lo que no hay efecto llamada ni nada de eso, ni nos invaden,
ni cojonadas.
Y se habla con el
micro apagado de enchufados al hablar de un inspector fiscal y hay tiritos
entre Ciudadanos y el PSC con el tema. Y se habla de procesos participativos de
ocho personas para hablar de la ordenanza de ruidos, de la que hablamos más
arriba. Y son estos los temas de los que se habló, grosso modo, y seguro que
extraerá consecuencias la ciudadanía porque eso es así.
Y llegan las
mociones. ¿Se han enterado de lo de la huelga feminista del 8 de marzo? ¿Les
suena lo de la brecha salarial? Bueno. Se presentaron dos mociones, porque por
un nosequé, el PSC no se quiso sumar a la moción que presentaba Gent d’Esquerres.
Bueno, el nosequé es que somos todos y todas feministas, pero claro, quién es
quien lleva la bandera. Y aquí en Santa Coloma, el asunto traerá cola. Sea como
sea, las dos mociones presentadas, con sus matices, son aprobadas, con los votos
de PSC, Som e ICV-EUiA. Hace su presentación el grupo de mujeres de En Comú
Podem, de la gente que ha trabajado como En Comú Podem, que nos estamos
organizando en los pueblos y ciudades de nuestra querida Catalunya de nuestra
alma. Una intervención de dos compañeras defendiendo lo que debería ser de
sentido común, pero no lo es. The Suffragettes defiende más o menos lo mismo
pero quejándose de que si había una mención a la independencia en un manifiesto
previo y demás asuntos. La alcaldesa se convierte también en portavoz de The Suffragettes
para abundar en el tema, sin querer entrar, pero entrando. Había prevista una
intervención de UGT y CCOO, pero no llegan a tiempo. Ciudadanos se abstiene
porque cuando ellos no quieren, no les interesa. Y si ven su twitter local,
verán que el tema, no les interesa. Ellos tienen su tema. Un tema concreto. El
bolsillo del ciudadano, el plato de migas y el separatismo. Y ahí siguen. Sobre
el PP, un mensaje tan rancio y tan fuera de sitio que no merece la pena, porque
lo mejor estaba por llegar.
Moción por la
defensa de los derechos humanos del pueblo sahraui. Siendo uno fervoroso
partidario, no es necesario hacer pasar el mal rato que pasó la portavoz de
Santa Coloma amb el Sáhara. Ya está hecho. Aplausos y votos a favor por parte
de unos y otros. Pero que sepas que tú no haces nada.
Moción de SOM, en
cierto modo réplica de una presentada por nuestros hermanos Comuns en Barcelona,
para pedir el acercamiento de presos catalanes, petición de palabra de ANC ya
comentada y debate. Pero poco debate. Ciudadanos desde arriba de su pedestal lo
despachan con un ‘vete al juzgado’ y rápida mirada al CM cuando el PSC vota a
favor de la propuesta. El CM, muchacho o muchacha que lleva el Twitter y el
Facebook. Las redes sociales. El impacto. No llegar a nada. Llegar a mucho.
Moción de apoyo a
la reivindicación de la AMAP para rechazar el incremento de la tarifa del agua
en alta por parte de ATLL. La privatización de ATLL es un pufo que pagamos
todos. Un pufo cuyos responsables pueden gobernar mañana en loor de multitudes.
Porque somos de fácil olvidar o porque nos pensamos que lo primero es antes. Porque
nos creemos que los políticos no tienen pasado, ni ideología quizás. Y la
tienen. Elsa Artadi, posible futurible candidata a presidenta de la
Generalitat, es responsable de ese pufo. Pero el amarillo lo tapa todo. Y el
agua por las nubes. Y qué le vamos a hacer.
Moción para
permitir paradas intermedias a demanda en los trayectos de autobús nocturno. Es
decir, permitir parar fuera de la parada, porque no quieres caminar medio
kilómetro hasta casa desde la parada a las cuatro de la mañana. El Fornés dice
que esto debe ir a un plan más amplio, pero que está bien. Se aprueba la
moción.
Pero es que llega
la moción. Laura Rodera, que casi no ha hablado durante toda la noche salvo para
la delirante argumentación contra la huelga feminista (el tópico ‘solo puede
hacer huelga quien trabaja), se marca una moción para asumir el compromiso por
la igualdad de oportunidades entre mujeres y hombres que es un vídeo
promocional de lo bien que va todo, las mujeres fantásticamente, todo es
estupendo y cuándo hemos estado mejor. Eso es estar en una nube. Ya lo anunciaban, ya. La nube. Caras de espanto. Morro infinito. Se
vota en contra y nos fuimos. Y hasta siempre y tal.
Ah. Final. Paseo Alameda.
¿Se acuerdan del Paseo Alameda? ¿Del proceso participativo? ¿Del yo voto la 2?
¿De todo aquello? Ciudadanos pregunta que a ver cuándo va a empezar el tema y
qué se tiene pensado. Jordi Mas lo resuelve diciendo que todavía hay tiempo y
que hasta el año que viene, nada. Ah, incluye la coletilla ‘recogiendo las
aportaciones de los ciudadanos’. Es decir, que después de las votaciones hay
aportaciones nuevas. Caramba. Qué manera de torear. Es decir, que puede que
donde ponía A… igual es mejor que vuelva a poner B. Y Ciudadanos dice que se
dan por conformes con la respuesta y no sabes qué es más así.
Y para casa. Y
hace frío. Y como no hay mucho más que contar, pues sigamos adelante todos
juntos y yo el primero hasta el mes que viene. Y finalmente no ha pasado nada grave en el incendio de la calle Prat de la Riba. Y esos sustos.
lunes, 26 de febrero de 2018
Nina Simone vive. Esmeralda Colette sigue.
¿Hay que pasarlo mal para ser artista? ¿Una persona que tenga un trabajo en una cadena de montaje, que regente una tienda, que sea instalador eléctrico, que tenga familia e hijos amantísimos, puede ser un artista? ¿El arte es solo para excéntricos?
Preguntas que surgen tras contemplar y escuchar a la soberbia Esmeralda Colette que ha estado este fin de semana en La Colmena con la obra 'Lovely Precious Dream', donde nos lleva, junto al pianista David Anguera, a través de la cantante norteamericana Nina Simone.
Voy a hacer un spoiler, no canta la de My baby just care for me, pero canta todas las canciones conocidas de la norteamericana, llevadas a un terreno muchas veces diferente, más desnudo, más pasional si es que las canciones de Nina Simone no eran ya suficientemente pasionales.
Esmeralda Colette aparece en el escenario con un traje blanco, cantando un pequeño espiritual, para introducirnos en la infancia de una hija de hija de hija de hija de hija de esclavos, que tiene un don. El don de la música. Una infancia terrible, de miseria y religión como única vía de escape. Y canciones que van brotando, como golpes, para situarnos en un tránsito por la vida donde hay euforia y bajones. Y qué bajones.
Y qué canciones. Canciones que salen en anuncios, canciones que no suenan como la canciones que salen en los anuncios, porque las canta Esmeralda Colette de una manera diferente, no igual. No es Nina Simone, pero ni puñetera falta que hace. Esmeralda Colette puede parecer una niña, puede parecer una anciana, puede parecer frágil o puede parecer frenética, pero no deja de ser ella, aunque sea Nina Simone. Puede parecer Nina en una entrevista o ponernos los pelos de punta siendo Nina cuando recrimina o demanda o exige o implora a su amante, a su compañero, que la quiera, que se deje querer, que no le toque las pelotas, que ella no hace nada por nadie y cocinará para él aunque ella no haga nada por nadie.
Y no sabemos si tenemos que saber algo sobre Nina Simone para ver la obra. Para disfrutarla. Saber si quiera cómo era la cara de Nina Simone. Si esas canciones que escuchamos en los anuncios son canciones de Nina Simone. ¿Hace falta? No sabemos. ¿Hace falta saber tanto?
Hace falta dejarse llevar. Dejarse impresionar por la enjuta figura de Esmeralda Colette y comprender que nos está contando una vida. Una vida de una mujer que cantaba, que interpretaba, que estaba en su tiempo, que sufrió, que quiso, que fue golpeada, que tampoco fue una santa, que fue una diva, que murió durmiendo. Pero eso no lo sabemos. Porque no nos lo dicen. Y no hace falta.
No hace falta nada.
Mola ir al teatro, desconocer si lo va a hacer bien o mal, si estuvo en La Voz o no, conocer que es una de la única colomense en el institut del Teatre y que es muy buena. O por ser más llano, lo hace muy bien. Mola ir al teatro, con el morro subido, pensando que, y encontrándote con que te han dado un repaso, que te han apabullado con una interpretación brutal.
Nina Simone. Dieron hace un tiempo un concierto suyo por la tele. Tocaba, cantaba, pero se interrumpía, se cortaba, se saboteaba cuando quería. Y cuando Esmeralda Colette se te pone a un palmo a cantar, tienes miedo, porque sabes que Nina Simone te la podía liar. Y te la crees. Y es eso.
¿Puede alguien ser artista si no es así? ¿Puede ser Kafka un artista por no tener una vida complicada? ¿Es ser excéntrico un problema?
No nos vamos a poner a discutir.
Creo que lo mejor que podemos hacer es ir tirando, no meternos en política, hacer deporte y cuidarnos.
Preguntas que surgen tras contemplar y escuchar a la soberbia Esmeralda Colette que ha estado este fin de semana en La Colmena con la obra 'Lovely Precious Dream', donde nos lleva, junto al pianista David Anguera, a través de la cantante norteamericana Nina Simone.
Voy a hacer un spoiler, no canta la de My baby just care for me, pero canta todas las canciones conocidas de la norteamericana, llevadas a un terreno muchas veces diferente, más desnudo, más pasional si es que las canciones de Nina Simone no eran ya suficientemente pasionales.
Esmeralda Colette aparece en el escenario con un traje blanco, cantando un pequeño espiritual, para introducirnos en la infancia de una hija de hija de hija de hija de hija de esclavos, que tiene un don. El don de la música. Una infancia terrible, de miseria y religión como única vía de escape. Y canciones que van brotando, como golpes, para situarnos en un tránsito por la vida donde hay euforia y bajones. Y qué bajones.
Y qué canciones. Canciones que salen en anuncios, canciones que no suenan como la canciones que salen en los anuncios, porque las canta Esmeralda Colette de una manera diferente, no igual. No es Nina Simone, pero ni puñetera falta que hace. Esmeralda Colette puede parecer una niña, puede parecer una anciana, puede parecer frágil o puede parecer frenética, pero no deja de ser ella, aunque sea Nina Simone. Puede parecer Nina en una entrevista o ponernos los pelos de punta siendo Nina cuando recrimina o demanda o exige o implora a su amante, a su compañero, que la quiera, que se deje querer, que no le toque las pelotas, que ella no hace nada por nadie y cocinará para él aunque ella no haga nada por nadie.
Y no sabemos si tenemos que saber algo sobre Nina Simone para ver la obra. Para disfrutarla. Saber si quiera cómo era la cara de Nina Simone. Si esas canciones que escuchamos en los anuncios son canciones de Nina Simone. ¿Hace falta? No sabemos. ¿Hace falta saber tanto?
Hace falta dejarse llevar. Dejarse impresionar por la enjuta figura de Esmeralda Colette y comprender que nos está contando una vida. Una vida de una mujer que cantaba, que interpretaba, que estaba en su tiempo, que sufrió, que quiso, que fue golpeada, que tampoco fue una santa, que fue una diva, que murió durmiendo. Pero eso no lo sabemos. Porque no nos lo dicen. Y no hace falta.
No hace falta nada.
Mola ir al teatro, desconocer si lo va a hacer bien o mal, si estuvo en La Voz o no, conocer que es una de la única colomense en el institut del Teatre y que es muy buena. O por ser más llano, lo hace muy bien. Mola ir al teatro, con el morro subido, pensando que, y encontrándote con que te han dado un repaso, que te han apabullado con una interpretación brutal.
Nina Simone. Dieron hace un tiempo un concierto suyo por la tele. Tocaba, cantaba, pero se interrumpía, se cortaba, se saboteaba cuando quería. Y cuando Esmeralda Colette se te pone a un palmo a cantar, tienes miedo, porque sabes que Nina Simone te la podía liar. Y te la crees. Y es eso.
¿Puede alguien ser artista si no es así? ¿Puede ser Kafka un artista por no tener una vida complicada? ¿Es ser excéntrico un problema?
No nos vamos a poner a discutir.
Creo que lo mejor que podemos hacer es ir tirando, no meternos en política, hacer deporte y cuidarnos.
viernes, 23 de febrero de 2018
Miscelánea
No soy mucho yo de estas cosas. Soy más de otra manera. Soy de una manera que quizás ya no se lleva, más chapado a la antigua. No soy tan excéntrico como parece. Soy más de hacer las cosas de una manera tradicional, conservando la esencia de lo que uno sabe que es lo que la gente reconoce y entiende y así llegar al corazón auténtico de la verdad. Ese es mi objetivo siempre. Llegar. Ser una persona cercana, un ser humano que tiene en su corazón el anhelo de servicio. Eso es. El anhelo de servicio me llena y me guía. El servicio a los demás. Las ganas de estar constantemente pensando en cómo ser útil. No soy tanto de buscar una actuación en un momento dado como de ir progresivamente incidiendo. Soy más de una manera que a lo mejor muchos consideran ya pasada de moda. Pero no apuesto tanto por la espectacularidad como por el resultado constante y una vocación de servicio. El servicio. No soy yo de hablar por hablar, ni de hacer por hacer, soy más de ir como una hormiguita aportando mi granito de arena y detrás de mi granito de arena otro granito de arena y otro granito de arena y otro granito de arena más. Soy así. Y no puedo cambiar. Y creo que uno debe ser auténtico. En la autenticidad, en la vocación de servicio y en el no ceder ante las presiones de quien te quiera torcer el brazo se encuentra el éxito de nuestro camino. El camino. Eso es.
https://www.youtube.com/watch?v=_XXKqLMRG3Q
Si se me permite, voy a hablar un poco de The Beatles, de los Beatles. Me parece que no se ha hablado suficiente del impacto de esta banda en el curso de los acontecimientos. The Beatles son claves para entender la música pop. Sin su legado no podríamos entender de qué manera ha ido colocándose la música como un elemento clave de educación de las masas. Los Beatles han proporcionado no sólo un cancionero, un repertorio de temas, también toda una suerte de caminos estilísticos que luego han sido transitados con mayor o menor fortuna por toda una serie de bandas y solistas que han repetido moldes y esquemas. Creo, sin miedo a equivocarme, que todo aquel que pretenda formar una banda de rock o pop bebe sin duda del ejemplo de The Beatles. Porque The Beatles no son solo el comienzo, también el fín de la música pop. Sus relaciones interpersonales, las relaciones de poder dentro de la banda, son también un ejemplo de cómo funciona todo lo que conocemos como una banda de rock o pop. No entenderíamos lo que se conoce como las dinámicas de grupo sin el ejemplo fundacional de Los Beatles, en tanto en cuanto, son el arquetipo por el que luego han ido desarrollándose todo el resto de bandas de rock y pop.
https://www.youtube.com/watch?v=NCtzkaL2t_Y
Me acuerdo como si fuera ahora mismo de la primera vez que escuché aquella idea. Me la repitieron bastantes veces, en lugares diferentes, con tonos de voz que oscilaban entre la dulzura y la rabia. Entre la ira y el cariño. Entre la ternura y la locura. Y ninguna de aquellas veces me convenció. Creo que fue entonces cuando me comenzaron a llegar otras ideas, completamente diferentes de aquella idea primera. Ninguna me convenció. Aunque me las presentaron de mil maneras diferentes. Ninguna. Luego, con el paso de los años, siendo cada vez más viejo y más sabio, me han ido llegando ideas que me han ido pareciendo más pobres, con menos sustancia. Más viejo y más sabio, has dicho. Sí. Más viejo y más sabio. De todas las cosas que podrías decir has dicho más viejo y más sabio. Qué te crees que haces diciendo esas cosas. Más viejo y más sabio, pareces un facha de esos que están de vuelta de todo. Más viejo y más sabio. Un anuncio de vinos. Un anuncio de seguros. Está sentado en una silla y dice porqué a mí si nunca he dado un parte. De todas las ideas, al final te has quedado con la primera. Con aquella idea que no te gustaba, porque cuando te haces viejo te vuelves conversador. Conservador. Conversador.
https://www.youtube.com/watch?v=DyCcHMvkblo
Me gusta mucho más como lo cuentas tú. Cuando lo cuentas tú adquiere otro tono. Otra gravedad. El viaje en avión, llegar al aeropuerto como si estuvieras escondiéndote. Visitar a alguien en un lugar que no puede ser confirmado hasta última hora. El puntito rojo apuntándote en la sien. Te das cuenta de que están a punto de matarte y te cagas. Te cagas vivo. Una mancha marrón líquida va traspasando los pantalones y todo el mundo huele a caca líquida, a caca de enfermo. A caca de estar malo, líquida. Y piensas que es mejor así, porque la caca líquida se va antes que la caca dura. Y estás equivocado, porque da lo mismo cualquier tipo de caca. Hoy en día, las lavadoras pueden limpiar cualquier cosa, en cualquier momento, con cualquier textura. Cualquier tipo de mancha. Si lo cuento yo, parece que estoy hablando de caca, pero si lo cuentas tú, es otra cosa. Porque adquiere un simbolismo que no tiene que ver con la caca en el tejano, sino con la sensación, con la sensación viva de estar metido en un problema, un problema con aviones, con teléfonos móviles sonando y no coges la llamada y me estoy empezando a preocupar.
https://www.youtube.com/watch?v=KWbTZuEWjnc
Te crees que me he ablandado con el tiempo, porque ya no utilizo todo aquello que antes te daba miedo. Crees que ahora soy parte del sistema, pero eres el primer engañado de todo esto. Soy el peor enemigo del sistema. Estoy en el número uno, en lo alto de la lista de personas a las que el sistema odia. Porque expreso mis opiniones en un código imperceptible para el ser humano, pero completamente en la frecuencia del enemigo. Como los silbatos esos que solo oyen los perros. Porque están en una frecuencia diferente. No lo sabías, eso de los perros. Pues ya sabes otra cosa. Menos mal que de vez en cuando sacas un poco de tiempo para juntarte conmigo y te puedo contar estas cosas, porque sino estarías todavía pensando en un tiempo que ya no es. Soy el enemigo público número uno. Soy el verdadero enemigo del sistema, no te rías. Soy quien está poniendo en jaque continuamente a un sistema que está cada vez más enfermo. Lo tengo cogido por las gónadas. No sabes tampoco lo que son las gónadas, tienes que llamarme más. Ya no me llamas nunca y a mí también me gusta que me tengan en cuenta.
https://www.youtube.com/watch?v=OJehu0Lum2U
Me parece brutal. Me parece de verdad, salvaje. Una pasada. Una barbaridad. Todo eso. Si me tomo un café a las cinco de la tarde no duermo por las noches. Me pongo a dar como patadas, como si tuviera unas cuerdas que me quedasen cortas en los brazos y no me dejaran estirarme. Ni encogerme. No quiero no dormir, quiero dormir, quiero estar dormido, tranquilamente, pero no sé porqué tengo que tomar café. Un cortado. Dos cortados. Un café con leche por la mañana. Haciendo más cortas las cuerdas de los brazos. Las mismas cuerdas en las piernas. Voy dando patadas al aire. Eso era una canción de los Mártires del Compás. No me gustaban mucho. Iba a poner nada. Pero no es verdad. En realidad soy muy como vosotros, aunque me esfuerzo en parecer lo contrario. Una vez que escuchas una canción de rap en español, ya vas hablando como si fueras el niño que se cayó en la marmita y los demás unos palluses. ¿Y lo de la capucha? Se acaba el día y no digo nada de lo de ir con capucha. Como si te estuvieran buscando. Nadie te está buscando. No te protejas, eres jugador del Madrid, eres un nin en los pinos. Eres una cara tapada por una capucha, pero todo el mundo te ve la cara. No estás en el bronx. Estás aquí. Te conozco. No sé como te llamas, pero en la rueda de reconocimiento, me chivaré. Ahora digo que dormiré tranquilo y redondeo el texto.
https://www.youtube.com/watch?v=Awti16G2850
Me alegro mucho de que estéis bien todos. A ver si eso.
https://www.youtube.com/watch?v=_XXKqLMRG3Q
Si se me permite, voy a hablar un poco de The Beatles, de los Beatles. Me parece que no se ha hablado suficiente del impacto de esta banda en el curso de los acontecimientos. The Beatles son claves para entender la música pop. Sin su legado no podríamos entender de qué manera ha ido colocándose la música como un elemento clave de educación de las masas. Los Beatles han proporcionado no sólo un cancionero, un repertorio de temas, también toda una suerte de caminos estilísticos que luego han sido transitados con mayor o menor fortuna por toda una serie de bandas y solistas que han repetido moldes y esquemas. Creo, sin miedo a equivocarme, que todo aquel que pretenda formar una banda de rock o pop bebe sin duda del ejemplo de The Beatles. Porque The Beatles no son solo el comienzo, también el fín de la música pop. Sus relaciones interpersonales, las relaciones de poder dentro de la banda, son también un ejemplo de cómo funciona todo lo que conocemos como una banda de rock o pop. No entenderíamos lo que se conoce como las dinámicas de grupo sin el ejemplo fundacional de Los Beatles, en tanto en cuanto, son el arquetipo por el que luego han ido desarrollándose todo el resto de bandas de rock y pop.
https://www.youtube.com/watch?v=NCtzkaL2t_Y
Me acuerdo como si fuera ahora mismo de la primera vez que escuché aquella idea. Me la repitieron bastantes veces, en lugares diferentes, con tonos de voz que oscilaban entre la dulzura y la rabia. Entre la ira y el cariño. Entre la ternura y la locura. Y ninguna de aquellas veces me convenció. Creo que fue entonces cuando me comenzaron a llegar otras ideas, completamente diferentes de aquella idea primera. Ninguna me convenció. Aunque me las presentaron de mil maneras diferentes. Ninguna. Luego, con el paso de los años, siendo cada vez más viejo y más sabio, me han ido llegando ideas que me han ido pareciendo más pobres, con menos sustancia. Más viejo y más sabio, has dicho. Sí. Más viejo y más sabio. De todas las cosas que podrías decir has dicho más viejo y más sabio. Qué te crees que haces diciendo esas cosas. Más viejo y más sabio, pareces un facha de esos que están de vuelta de todo. Más viejo y más sabio. Un anuncio de vinos. Un anuncio de seguros. Está sentado en una silla y dice porqué a mí si nunca he dado un parte. De todas las ideas, al final te has quedado con la primera. Con aquella idea que no te gustaba, porque cuando te haces viejo te vuelves conversador. Conservador. Conversador.
https://www.youtube.com/watch?v=DyCcHMvkblo
Me gusta mucho más como lo cuentas tú. Cuando lo cuentas tú adquiere otro tono. Otra gravedad. El viaje en avión, llegar al aeropuerto como si estuvieras escondiéndote. Visitar a alguien en un lugar que no puede ser confirmado hasta última hora. El puntito rojo apuntándote en la sien. Te das cuenta de que están a punto de matarte y te cagas. Te cagas vivo. Una mancha marrón líquida va traspasando los pantalones y todo el mundo huele a caca líquida, a caca de enfermo. A caca de estar malo, líquida. Y piensas que es mejor así, porque la caca líquida se va antes que la caca dura. Y estás equivocado, porque da lo mismo cualquier tipo de caca. Hoy en día, las lavadoras pueden limpiar cualquier cosa, en cualquier momento, con cualquier textura. Cualquier tipo de mancha. Si lo cuento yo, parece que estoy hablando de caca, pero si lo cuentas tú, es otra cosa. Porque adquiere un simbolismo que no tiene que ver con la caca en el tejano, sino con la sensación, con la sensación viva de estar metido en un problema, un problema con aviones, con teléfonos móviles sonando y no coges la llamada y me estoy empezando a preocupar.
https://www.youtube.com/watch?v=KWbTZuEWjnc
Te crees que me he ablandado con el tiempo, porque ya no utilizo todo aquello que antes te daba miedo. Crees que ahora soy parte del sistema, pero eres el primer engañado de todo esto. Soy el peor enemigo del sistema. Estoy en el número uno, en lo alto de la lista de personas a las que el sistema odia. Porque expreso mis opiniones en un código imperceptible para el ser humano, pero completamente en la frecuencia del enemigo. Como los silbatos esos que solo oyen los perros. Porque están en una frecuencia diferente. No lo sabías, eso de los perros. Pues ya sabes otra cosa. Menos mal que de vez en cuando sacas un poco de tiempo para juntarte conmigo y te puedo contar estas cosas, porque sino estarías todavía pensando en un tiempo que ya no es. Soy el enemigo público número uno. Soy el verdadero enemigo del sistema, no te rías. Soy quien está poniendo en jaque continuamente a un sistema que está cada vez más enfermo. Lo tengo cogido por las gónadas. No sabes tampoco lo que son las gónadas, tienes que llamarme más. Ya no me llamas nunca y a mí también me gusta que me tengan en cuenta.
https://www.youtube.com/watch?v=OJehu0Lum2U
Me parece brutal. Me parece de verdad, salvaje. Una pasada. Una barbaridad. Todo eso. Si me tomo un café a las cinco de la tarde no duermo por las noches. Me pongo a dar como patadas, como si tuviera unas cuerdas que me quedasen cortas en los brazos y no me dejaran estirarme. Ni encogerme. No quiero no dormir, quiero dormir, quiero estar dormido, tranquilamente, pero no sé porqué tengo que tomar café. Un cortado. Dos cortados. Un café con leche por la mañana. Haciendo más cortas las cuerdas de los brazos. Las mismas cuerdas en las piernas. Voy dando patadas al aire. Eso era una canción de los Mártires del Compás. No me gustaban mucho. Iba a poner nada. Pero no es verdad. En realidad soy muy como vosotros, aunque me esfuerzo en parecer lo contrario. Una vez que escuchas una canción de rap en español, ya vas hablando como si fueras el niño que se cayó en la marmita y los demás unos palluses. ¿Y lo de la capucha? Se acaba el día y no digo nada de lo de ir con capucha. Como si te estuvieran buscando. Nadie te está buscando. No te protejas, eres jugador del Madrid, eres un nin en los pinos. Eres una cara tapada por una capucha, pero todo el mundo te ve la cara. No estás en el bronx. Estás aquí. Te conozco. No sé como te llamas, pero en la rueda de reconocimiento, me chivaré. Ahora digo que dormiré tranquilo y redondeo el texto.
https://www.youtube.com/watch?v=Awti16G2850
Me alegro mucho de que estéis bien todos. A ver si eso.
jueves, 22 de febrero de 2018
Estamos perdiendo
Así, con el tono cansado. Estamos perdiendo. Con pereza, con aburrimiento. Pero no pasa tampoco demasiado, a fin de cuentas como dijo la galerista que ayer retiró la obra que había expuesto por orden de... a fin de cuentas es una obra de arte, tampoco pasa nada. A ver, vamos a exponer cómo va la cosa hasta el momento.
Lo del rapero. Pero qué rapero. El de hace unas semanas o el de ahora. Da igual. El cantante de Def con Dos de hace algún tiempo más. Da igual. No hace falta decir ni el nombre. O sí. O aquella vez que hace años empezaron a perseguir a Soziedad Alkoholika por... o cuando iban persiguiendo a Fermin Muguruza por... o al propio Manu Chao por llevar en su gira a Fermin Muguruza. Años de cárcel por cantar cosas que se consideran... qué.
Estamos perdiendo. No somos exagerados los del Athletic. Forges era del Athletic y no lo parecía porque aún tenía algo de... sería del Athletic y vasco. Los vascos del Athletic son más optimistas por regla general. Se ha muerto Forges el día en el que pasan cosas cada vez más normales. Porque empieza a ser normal todo.
Empieza a ser normal vivir por debajo de los niveles mínimos. Empieza a ser normal no vivir con el sueldo, a que se empiece a plantear como normal trabajar sin cobrar, trabajar a disposición de lo que se diga, a cobrar una pensión que sube un euro bajo sospecha porque eres mayor y estorbas, empieza a ser normal que parezca normal que se anuncien cosas como esa de no cobrar cuando ya pasa y pasa mucho ya que mucha mucha mucha gente trabaja y trabaja más de lo que le dicen sin cobrar. Y es normal para esa gente. Anormal para algunos, pero no para otros que ya lo han asumido como normal. Lo que hay. Por cierto, el creador de la idea, el presidente de la CEOE es catalán. Por si acaso pensábamos que... pues sí.
Es normal que haya gente que se vaya a Suiza porque considera que aquí no hay justicia y está en riesgo. Que el posible presidente de la Generalitat esté en la cárcel. Que el más votado esté huido. Que se esté a favor o no de las ideas de esta gente, no se piense que eso, que puedan ir a la cárcel, que estén incluso ya en la cárcel, sea algo que no es normal. Que estamos en una contrarrevolución, en una involución. Que alguien exponga una obra en la que se llame presos políticos a los que ilustran unas fotos y se diga que eso ha de ser retirado. Que la portavoz del PSOE diga que es que en estos tiempos, mejor no echar más leña al fuego. Oiga, mire usted. Que nos estemos olvidando de quienes han ido a la cárcel antes en este país por piquetes, por su acción en huelgas, por haberse reído del cabrón de Carrero Blanco. Esto empieza a ser normal.
Estamos en un país en el que se está empezando a ver normal ir más allá. Pero es más o menos lo que hay. Estamos en un país en el que vamos perdiendo, no sé ya quién va perdiendo, pero es una derrota sin paliativos. Ni sé tampoco qué país. En el que un expresidente diga en la radio que el rollo en el que llevamos metidos desde hace ya años, en realidad no servía para nada, porque de lo que estábamos hablando era de otra cosa. Un expresidente que lo dice en público, en la radio, pero no vale de nada porque la guaracha sigue y seguirá hasta que deje de ser útil.
Es la diferencia entre una revolución y una contrarrevolución. Podía pasar y pasa. Está pasando. Aquí, en este país.
Podría haber habido una revolución. Pequeña. Casi socialdemócrata. Con todo aquello del 15m y del arriba y abajo, y la casta y todo eso. Y no. Nos encontramos con que solo unos años después de aquello estamos en pleno proceso de involución. Una involución de la que no sé cómo vamos a escapar.
Hoy manifestaciones de pensionistas en todo el país. En cualquier parte del nombre del país o Estado o como le quieras llamar. La manifestación de Barcelona no ha sido la segunda menos numerosa. No ha sido la primera, tampoco la segunda. Pero este país, este, el de aquí, es de izquierdas. Es muy de izquierdas. Pero mucho. Pues no. No mucho.
Exposición en el Born, aquello del busto de Franco para señalar la apropiación del Fascismo del espacio público. Se montó una guapa, verdad. Porque somos muy tolerantes y eso. Y la Colau una cabrona, verdad. Y la quitaron, claro. Y allí mucho y aquí poco. Y bueno. Pues eso. Que vamos tirando. Libertad de expresión, pero de mi expresión.
Hoy un tertuliano en la radio ha justificado la retirada de la obra de los presos políticos de ARCO. Un tertuliano que hace de progresista a veces. Le parece que no todo vale.
Y vamos tan deprisa que vamos hacia atrás. Y no pedimos perdón. Pero no para atrás. Porque yo me crié con Kortatu, Eskorbuto, La Polla, Os resentidos (eres minusválida, non podes bailar). Y eran años ochenta. Y ni siquiera entonces. Pero ahora empezamos a verlo normal.
Y seguimos esperando a que las manifestaciones sirvan de aldabonazo para que el Gobierno... este gobierno. Y lo que viene parece peor. Al menos Girauta no ha dicho de quitar las fotos de los presos políticos. Por llevar la contraria, será.
Es igual. No sé. Es aquello de decir que estás a favor de Valtronyc, de Pablo Hasel, de los titiriteros, de los sindicalistas, de los escritores, de... antes parecía lo normal.
Pero lo normal ahora es asumir que esto es lo normal. Que lo mejor es no mojarte mucho. Buscar un grupo de gente con la que estés a favor y camuflarte en él. No disentir, no discutir, darnos la razón, no conocer a nadie del otro bando.
Estamos perdiendo de mucho.
Y todavía no había leído lo de Joaquín Reyes.
Lo del rapero. Pero qué rapero. El de hace unas semanas o el de ahora. Da igual. El cantante de Def con Dos de hace algún tiempo más. Da igual. No hace falta decir ni el nombre. O sí. O aquella vez que hace años empezaron a perseguir a Soziedad Alkoholika por... o cuando iban persiguiendo a Fermin Muguruza por... o al propio Manu Chao por llevar en su gira a Fermin Muguruza. Años de cárcel por cantar cosas que se consideran... qué.
Estamos perdiendo. No somos exagerados los del Athletic. Forges era del Athletic y no lo parecía porque aún tenía algo de... sería del Athletic y vasco. Los vascos del Athletic son más optimistas por regla general. Se ha muerto Forges el día en el que pasan cosas cada vez más normales. Porque empieza a ser normal todo.
Empieza a ser normal vivir por debajo de los niveles mínimos. Empieza a ser normal no vivir con el sueldo, a que se empiece a plantear como normal trabajar sin cobrar, trabajar a disposición de lo que se diga, a cobrar una pensión que sube un euro bajo sospecha porque eres mayor y estorbas, empieza a ser normal que parezca normal que se anuncien cosas como esa de no cobrar cuando ya pasa y pasa mucho ya que mucha mucha mucha gente trabaja y trabaja más de lo que le dicen sin cobrar. Y es normal para esa gente. Anormal para algunos, pero no para otros que ya lo han asumido como normal. Lo que hay. Por cierto, el creador de la idea, el presidente de la CEOE es catalán. Por si acaso pensábamos que... pues sí.
Es normal que haya gente que se vaya a Suiza porque considera que aquí no hay justicia y está en riesgo. Que el posible presidente de la Generalitat esté en la cárcel. Que el más votado esté huido. Que se esté a favor o no de las ideas de esta gente, no se piense que eso, que puedan ir a la cárcel, que estén incluso ya en la cárcel, sea algo que no es normal. Que estamos en una contrarrevolución, en una involución. Que alguien exponga una obra en la que se llame presos políticos a los que ilustran unas fotos y se diga que eso ha de ser retirado. Que la portavoz del PSOE diga que es que en estos tiempos, mejor no echar más leña al fuego. Oiga, mire usted. Que nos estemos olvidando de quienes han ido a la cárcel antes en este país por piquetes, por su acción en huelgas, por haberse reído del cabrón de Carrero Blanco. Esto empieza a ser normal.
Estamos en un país en el que se está empezando a ver normal ir más allá. Pero es más o menos lo que hay. Estamos en un país en el que vamos perdiendo, no sé ya quién va perdiendo, pero es una derrota sin paliativos. Ni sé tampoco qué país. En el que un expresidente diga en la radio que el rollo en el que llevamos metidos desde hace ya años, en realidad no servía para nada, porque de lo que estábamos hablando era de otra cosa. Un expresidente que lo dice en público, en la radio, pero no vale de nada porque la guaracha sigue y seguirá hasta que deje de ser útil.
Es la diferencia entre una revolución y una contrarrevolución. Podía pasar y pasa. Está pasando. Aquí, en este país.
Podría haber habido una revolución. Pequeña. Casi socialdemócrata. Con todo aquello del 15m y del arriba y abajo, y la casta y todo eso. Y no. Nos encontramos con que solo unos años después de aquello estamos en pleno proceso de involución. Una involución de la que no sé cómo vamos a escapar.
Hoy manifestaciones de pensionistas en todo el país. En cualquier parte del nombre del país o Estado o como le quieras llamar. La manifestación de Barcelona no ha sido la segunda menos numerosa. No ha sido la primera, tampoco la segunda. Pero este país, este, el de aquí, es de izquierdas. Es muy de izquierdas. Pero mucho. Pues no. No mucho.
Exposición en el Born, aquello del busto de Franco para señalar la apropiación del Fascismo del espacio público. Se montó una guapa, verdad. Porque somos muy tolerantes y eso. Y la Colau una cabrona, verdad. Y la quitaron, claro. Y allí mucho y aquí poco. Y bueno. Pues eso. Que vamos tirando. Libertad de expresión, pero de mi expresión.
Hoy un tertuliano en la radio ha justificado la retirada de la obra de los presos políticos de ARCO. Un tertuliano que hace de progresista a veces. Le parece que no todo vale.
Y vamos tan deprisa que vamos hacia atrás. Y no pedimos perdón. Pero no para atrás. Porque yo me crié con Kortatu, Eskorbuto, La Polla, Os resentidos (eres minusválida, non podes bailar). Y eran años ochenta. Y ni siquiera entonces. Pero ahora empezamos a verlo normal.
Y seguimos esperando a que las manifestaciones sirvan de aldabonazo para que el Gobierno... este gobierno. Y lo que viene parece peor. Al menos Girauta no ha dicho de quitar las fotos de los presos políticos. Por llevar la contraria, será.
Es igual. No sé. Es aquello de decir que estás a favor de Valtronyc, de Pablo Hasel, de los titiriteros, de los sindicalistas, de los escritores, de... antes parecía lo normal.
Pero lo normal ahora es asumir que esto es lo normal. Que lo mejor es no mojarte mucho. Buscar un grupo de gente con la que estés a favor y camuflarte en él. No disentir, no discutir, darnos la razón, no conocer a nadie del otro bando.
Estamos perdiendo de mucho.
Y todavía no había leído lo de Joaquín Reyes.
miércoles, 21 de febrero de 2018
Maestras de la costura
¿Va a ser este el típico texto de 'mamá cuánto te quiero y qué bla bla bla? Pues un poco sí. Pero avisando previamente. Es decir, absténgase gente con problemas de azúcar. Seguro que me han visto por la calle estos días y me verán con un pantalón que tiene el bolsillito pequeño de las monedas roto, agujereado. Esto es porque ya no llevo los pantalones a que me los arregle. A que me haga un parche para los agujeros que salen en la ingle. Tampoco le llevo camisetas que me vienen grandes para que les haga el apaño.
Hace un par de semanas se estrenó en la 1 'Maestros de la costura'. El funcionamiento del programa es similar al Master Chef, pero en esta ocasión, en vez de cocinar, cosen. Dejando a un lado el frikismo de algunos de los participantes, el programa sirve para redescubrir una profesión a la que se han dedicado millones de mujeres en nuestro país, de manera invisible. 'La que cose sin dedal, cose poco y cose mal'. Es una de las frases que dijo una de las concursantes en el último programa. Mi madre, viéndolo, dijo que en El Porrosillo decían que coser sin dedal es de marranas. Mi madre ha cosido toda la vida. Si lo decían en el Porrosillo es porque lo ha escuchado decir desde siempre. Toda la vida cosiendo. Toda la vida pegada a la máquina cosiendo ropa. Ropa para sitios, empresas en las que cosía. Casi nunca con contrato. Trayendo ropa a casa, encargos de ropa que luego se llevaba mi padre. Cosiendo para ella. Aún hoy casi toda la ropa que lleva mi madre se la hace ella. Te hace lo que quieras. Ayer miraba el programa y no decía nada. No criticaba. Muy elegantemente se interesaba por las tropelías que cometían los concursantes, pero sabiendo que eso que hacían ella lo hacía con los ojos cerrados.
Supongo que debe ser el mismo caso de miles de madres, de mujeres de la edad de mi madre. También había hombres que cosían, claro, en aquel tiempo, pero la mayoría eran mujeres. Que cosían en casa, que cosían en talleres.
El otro día fuimos a ver a unos primos que hacía 32 años que no veíamos. Aún se acordaban de unos chándals o sudaderas que mi madre les hizo. Eran los chándals de los parches. Cogía tela, hacía un chandal y le colocaba un logo de lacoste. O una sudadera chula de verdad con un logo de Gulf. Y daba el pego completamente. Una vez en el instituto o la Uni, no sé cómo se me ocurrió que sería molón tener un chaquetón de cuadros blancos y negros. Y me lo hizo. Al poco de ponérmelo el chaquetón dejó de gustarme, era demasiado cantoso, pero había que ponérselo. Así que dejé de pedirle cosas a mi madre, porque iban a dejar de gustarme y para qué... mi hermano en cambio siguió vistiendo cosas, chaquetas sobre todo, que le hacía. Y las gorras.
La gorra que llevo me la hizo. Me la pongo poco. Me la pongo más. Mi hermano se compró una máquina de coser y se hizo una gorra. Alguna cosa más se ha hecho. Bolsos y algo así. Yo no tengo ni idea.
De pequeño, jugando con los coches, tirado en el suelo, me metía por entre la silla donde se sentaba mi madre y miraba el pedal de la máquina. Si tocaba me daba calambre. Máquinas Alfa. Singer. Llevar la máquina a lo de Pedrito el Mergo a que la arreglara. Hilos por el suelo. Misiones especiales: ir a comprar hilo o una cremallera a la mercería, te llevas un trozo de tela y que te den un color parecido. Momentos especiales: ir a mirar telas. Este recuerdo es de los más así. Ir a mirar telas a la tienda que había encima de lo que es ahora el Casa Fuster ese. Había que subir unas escaleras. Los rollos de tela. Las tijeras enormes cortando la tela. El silencio en esa tienda.
En estos días que se prepara y se debate sobre la huelga Feminista del 8 de marzo, creo que es necesario recordar a los millones de mujeres que en nuestro país se han deslomado a trabajar, dejándose la vista, la espalda, los nervios por no llegar a tiempo, por no saber resolver un problema y echarle imaginación. Sin asegurar. Sin cotizar. Encontrándose al final con que la jubilación y la pensión es una mierda. Y han trabajado como el que más. Más que el que más.
Los últimos años de mi madre como costurera los pasó en una tienda de arreglos, resolviendo eso, pantalones anchos, mangas largas, cuellos, meterle aquí, arreglar este vestido... porque cada vez sabemos menos hacer las cosas y nos conformamos con todo. Mujeres y hombres que van a por faena, que se la llevan a casa, que devuelven los encargos. Explicación de lo que te han hecho, de lo que te pueden hacer, de lo que se podía hacer con esa chaqueta que no tenía solución.
Se habla de brecha salarial, se habla de que no se reconoce el trabajo de la mujer. Supongo que viendo el programa de la tele, escuchando conceptos como contrahilo, pespunte, piquete, enhebrar... a muchos se nos ha revuelto algo.
Porque aquí a todos nos gusta ahora dárnoslas de foodies y de chefs y de artistas de la cocina. Pero amigo, cuando hablamos de coser y la costura, nos están removiendo el fondo de todo.
Honor y gloria a las costureras, siempre. Y bla, bla, bla...
Hace un par de semanas se estrenó en la 1 'Maestros de la costura'. El funcionamiento del programa es similar al Master Chef, pero en esta ocasión, en vez de cocinar, cosen. Dejando a un lado el frikismo de algunos de los participantes, el programa sirve para redescubrir una profesión a la que se han dedicado millones de mujeres en nuestro país, de manera invisible. 'La que cose sin dedal, cose poco y cose mal'. Es una de las frases que dijo una de las concursantes en el último programa. Mi madre, viéndolo, dijo que en El Porrosillo decían que coser sin dedal es de marranas. Mi madre ha cosido toda la vida. Si lo decían en el Porrosillo es porque lo ha escuchado decir desde siempre. Toda la vida cosiendo. Toda la vida pegada a la máquina cosiendo ropa. Ropa para sitios, empresas en las que cosía. Casi nunca con contrato. Trayendo ropa a casa, encargos de ropa que luego se llevaba mi padre. Cosiendo para ella. Aún hoy casi toda la ropa que lleva mi madre se la hace ella. Te hace lo que quieras. Ayer miraba el programa y no decía nada. No criticaba. Muy elegantemente se interesaba por las tropelías que cometían los concursantes, pero sabiendo que eso que hacían ella lo hacía con los ojos cerrados.
Supongo que debe ser el mismo caso de miles de madres, de mujeres de la edad de mi madre. También había hombres que cosían, claro, en aquel tiempo, pero la mayoría eran mujeres. Que cosían en casa, que cosían en talleres.
El otro día fuimos a ver a unos primos que hacía 32 años que no veíamos. Aún se acordaban de unos chándals o sudaderas que mi madre les hizo. Eran los chándals de los parches. Cogía tela, hacía un chandal y le colocaba un logo de lacoste. O una sudadera chula de verdad con un logo de Gulf. Y daba el pego completamente. Una vez en el instituto o la Uni, no sé cómo se me ocurrió que sería molón tener un chaquetón de cuadros blancos y negros. Y me lo hizo. Al poco de ponérmelo el chaquetón dejó de gustarme, era demasiado cantoso, pero había que ponérselo. Así que dejé de pedirle cosas a mi madre, porque iban a dejar de gustarme y para qué... mi hermano en cambio siguió vistiendo cosas, chaquetas sobre todo, que le hacía. Y las gorras.
La gorra que llevo me la hizo. Me la pongo poco. Me la pongo más. Mi hermano se compró una máquina de coser y se hizo una gorra. Alguna cosa más se ha hecho. Bolsos y algo así. Yo no tengo ni idea.
De pequeño, jugando con los coches, tirado en el suelo, me metía por entre la silla donde se sentaba mi madre y miraba el pedal de la máquina. Si tocaba me daba calambre. Máquinas Alfa. Singer. Llevar la máquina a lo de Pedrito el Mergo a que la arreglara. Hilos por el suelo. Misiones especiales: ir a comprar hilo o una cremallera a la mercería, te llevas un trozo de tela y que te den un color parecido. Momentos especiales: ir a mirar telas. Este recuerdo es de los más así. Ir a mirar telas a la tienda que había encima de lo que es ahora el Casa Fuster ese. Había que subir unas escaleras. Los rollos de tela. Las tijeras enormes cortando la tela. El silencio en esa tienda.
En estos días que se prepara y se debate sobre la huelga Feminista del 8 de marzo, creo que es necesario recordar a los millones de mujeres que en nuestro país se han deslomado a trabajar, dejándose la vista, la espalda, los nervios por no llegar a tiempo, por no saber resolver un problema y echarle imaginación. Sin asegurar. Sin cotizar. Encontrándose al final con que la jubilación y la pensión es una mierda. Y han trabajado como el que más. Más que el que más.
Los últimos años de mi madre como costurera los pasó en una tienda de arreglos, resolviendo eso, pantalones anchos, mangas largas, cuellos, meterle aquí, arreglar este vestido... porque cada vez sabemos menos hacer las cosas y nos conformamos con todo. Mujeres y hombres que van a por faena, que se la llevan a casa, que devuelven los encargos. Explicación de lo que te han hecho, de lo que te pueden hacer, de lo que se podía hacer con esa chaqueta que no tenía solución.
Se habla de brecha salarial, se habla de que no se reconoce el trabajo de la mujer. Supongo que viendo el programa de la tele, escuchando conceptos como contrahilo, pespunte, piquete, enhebrar... a muchos se nos ha revuelto algo.
Porque aquí a todos nos gusta ahora dárnoslas de foodies y de chefs y de artistas de la cocina. Pero amigo, cuando hablamos de coser y la costura, nos están removiendo el fondo de todo.
Honor y gloria a las costureras, siempre. Y bla, bla, bla...
lunes, 19 de febrero de 2018
Chaqueta de pana por las pensiones
La vida está llena de sorpresas. Puedes abrir una bolsa de patatas y encontrarte comiendo ganchitos. Puedes abrir una lata de cocacola y beber cerveza. Puedes creer que estás leyendo una revista y es un libro. Puedes pensar que vas a un acto y estás en otro acto. Y no es la primera vez que me pasa y supongo que no será la última.
Hablamos de pensiones porque es un tema peludo. De vez en cuando, o casi siempre, nos lanzan alarmas, las pensiones se acaban, no habrá dinero, no hay ya dinero, los viejos son muchos y chupan mucho, ya no hay trabajo fijo, nadie cotiza, algo hay que hacer. Y como hay que hacer algo y parece que lo de siempre no funciona, se organizan colectivos al margen de lo de siempre, como por ejemplo la Marea Pensionista. El acto lo organiza la Asociación de vecinos de Can Mariner. El acto lo presenta Sebastián Cuenca, asesor jurídico de la Asociación. En el acto participan la alcaldesa Núria Parlon, el miembro del colectiu Ronda Miguel Arenas (el colectiu Ronda es un grupo de abogados con conciencia, capaces de asesorar y ayudar a todo tipo de colectivos con una lucha que merezca la pena, que hoy son casi todas) y Domiciano Sandoval, responsable de la Marea Pensionista. Yo hubiera ido de cara y hubiera presentado a Núria Parlon como responsable del PSC local. Yendo de cara. Y quizás los otros ponentes hubieran puesto otra cara.
Entre el público, todos los regidores socialistas disponibles y cierto aire de que aquello era otra cosa. Les voy a decir una cosa, dentro de un año y medio empieza la campaña electoral. Entre el público dos regidoras, una de SOM y otra de Ciudadanos. Y bueno. El acto.
El acto tiene lugar en un momento en el que las pensiones peligran. Siempre peligran. Veamos. La intervención de Núria Parlon viene a decir que el capitalismo es lo que es, que es malo, y que con un modelo de socialdemocracia clásico, habría posibilidad de que esto se revertiera. Un discurso de izquierda clásica, un discurso que habría aplaudido cualquiera que pase por allí. Un discurso de ole. Pero no olvidemos que el PSC es parte del PSOE y que este partido últimamente, los últimos 40 años podríamos decir, es actor indispensable para llegar a donde hemos llegado. Reformas laborales como la de Zapatero que la propia Parlón defendió en su día, el proceso de reconversión industrial, el modelo productivo, todo ello es obra tanto del maléfico PP como del PSOE. Y sin embargo ahí estaba, marcándose el discurso más a la izquierda posible, como si allí fuéramos todos partícipes de un mismo ideario, todos los ponentes, y todo el público. Ella como representante de todos los ciudadanos colomenses… ¿de izquierdas? Vas a un acto de una cosa y te encuentras con otra. Si tenemos una sociedad con una precariedad como la que tenemos es obra de todo un modelo de país diseñado desde la Unión Europea con la colaboración de conservadores y socialistas, con una juventud que no sabremos si tendrá pensiones o no en su vida, ni un proyecto de vida jamás nunca, cuyo futuro es oscuro, pero un futuro oscuro que ellos y ellas ven normal. Así que todo muy bien.
La intervención de Miguel Arenas del Colectiu Ronda se basa en la cuestión de género con toda la razón del mundo. Es decir, las mujeres cobran menos pensiones, menos cantidad y menos todo. Por una vida en la que su trabajo no cotiza, su trabajo se paga menos y no se registra en ninguna parte. Señalarlo, una y mil veces, no es suficiente. El ponente aporta datos, números, cifras, que explican que en este país las pensiones no son el problema. Que las pensiones no son demasiadas ni son suficientes. Que en lugar de retroceder hay que avanzar. Que el dinero que se paga no es tanto como para poner excusas. Que hay que acabar con la brecha salarial. Que hay que acabar con la brecha de género. Y que está bien recurrir y mover cosas en juzgados pero hay que salir a la calle. Y pone en valor propuestas de la Cup y de Unidos Podemos que no han llegado a nada, una frenada por pdecat y erc y otra frenada por… sí, ya saben. Y ha dado los datos suficientes para que tengamos claro que… pero no sé si eso es lo que la gente busca.
Con menos datos, pero con un lenguaje más claro, Domiciano Sandoval hace una intervención sencilla en la que insiste en que las pensiones, el dinero, los mayores lo tienen mal o bastante mal, que el dinero de las pensiones es un nicho de negocio que no se puede desdeñar y las empresas lo saben. Y que los mayores mal, pero que la gente joven que sepan que mal fatal. Que está todo pensado para que el futuro de la gente mayor sea lo que en mi pueblo se llama ‘lampar’. Y ya está. Y que hay que luchar y que hay que movilizarse y que para eso están. Su discurso está muy bien, pero me mosquea ese acto de adoración hacia la alcaldesa, representante del PSC en la tierra, como si ella fuera otra cosa, diferente a su partido. Como si el PSC de Santa Coloma fuera independiente, fuera de la órbita de un partido que es lo que es y que acaba haciendo, sistemáticamente, lo que ya sabemos. Pero ahí está, marcando el gol año tras año. Saliendo en la foto. Siendo portavoces de algo que luego no aplicarán jamás.
El acto parece ir tan bien de tiempo que hay turno de palabras. A los mítines de rigor con las caras más o menos reconocibles animando a luchar y demás, cuando la desmovilización es alarmante, se suceden intervenciones que quieren poner el dedo en la llaga que son discutidas. Hemos venido a saber si hay futuro o hacer un canto a… hemos venido a hacer un canto a.
No me quisiera dejar un hecho que me mosquea y mucho. Teresa Franco, regidora de SOM, ha hecho su intervención en catalán. Ha sido la única persona durante las dos horas que ha hablado en catalán. No ha podido acabar su intervención porque una señora del público le ha espetado que hable en castellano. El moderador ha pedido respeto para todos, se ha medio aplaudido… Santa Coloma, año 2018. Vamos mal.
¿Han estado alguna vez en un colegio electoral? Los mayores votan por la mañana, temprano. Cuando recuentas los votos de abajo, los votos son de PP y PSOE. Clamamos por las pensiones, pero quién clama por las pensiones. Quién vota al PP. Quién va a votar a Ciudadanos.
Creo que vamos muy mal. Y que lo que hacemos para solucionar las cosas lo dejamos en manos de quien no debemos, cometiendo una y otra vez el mismo error.
Pero ahí estamos, para cambiarlo. Y no dejarnos tomar el pelo más veces.
Fe de erratas: Son dos regidoras de Som. No vi a Anna Pérez.
El desconocido perfecto
No le conozco
desde toda la vida. No sé cómo decirlo mejor. Le desconozco desde siempre.
Hemos vivido casi en la misma calle, hemos frecuentado los mismos sitios, pero
no le he visto en mi vida. A veces ocurre que alguien te suena, su cara te
resulta familiar, lo tienes visto de alguna parte. Te informas, quién es. Es
tal y entonces caes en que es cierto, que compartís algo. Otras veces ocurre
que alguien parece haber estado toda la vida ahí y tú nunca has sabido de él.
Ocurre otras veces que ese alguien no pasa desapercibido, que por una cosa o
por otra llama la atención. Y tú, que te precias de ser una persona observadora
y que, poco más o menos, puede decir que conoce ‘de vista’ a todo el mundo, has
de reconocer que alguien se te ha escapado del radar. Y te sientes mejor cuando
esto es común, que le pasa a más gente. Alguien a quien no conocemos desde
siempre, se ha colado en nuestra vida.
Y nos lo
encontramos en todos los conciertos de pequeño formato a los que solíamos ir y
en los que examinamos con lupa cualquier cara nueva o cualquier cara extraña o
cualquier cara familiar para certificar que hemos venido los que hemos venido,
que ha venido quien no es habitual. Y nos lo encontramos en los bares que
frecuentamos tan asiduamente que vigilamos la puerta para ver quién entra quién
sale, quién está hablando con quien, quién se ha sentado en un rincón que no le
pertoca. Y está ahí. Y está en lugares insospechados, y en otros que no guardan
relación con la vida festiva y alocada que llevamos en este pueblo de dios. Y
está caminando por la calle y te lo encuentras y entonces te das cuenta de que
no sabes quién es e indagas y resulta que es alguien que está ahí de toda la
vida y que dónde estás tú metido para no haber sabido nunca quién es.
Y no le conoces y
ya es parte de tu vida. Y todos, todos los días le ves en alguna circunstancia,
o te aparecen publicaciones en las que está presente, y participa en tu día a
día como si fuera uno más. Y caes en la cuenta de que ya forma parte de ti, y
quizás la cuadratura del círculo sería que os presentarais y que os conocierais
y que participarais juntos de un recorrido que, a fin de cuentas, estáis
haciendo ya en común. Y sería maravilloso, porque es perfecto. Es un
desconocido perfecto porque es como tú, incluso mejor que tú, una versión
perfeccionada y resulta que no lo conoces. Quizás deberías…
Y no. Lo mejor es
el misterio. Y en el misterio está todo. En no saber quién es, en no saber a
qué se dedica, en no saber cuál es su nombre, su profesión, su nada. Porque entonces
sería una historia convencional de desconocimiento y encuentro. Y lo mejor es
no saber. En mantenernos como desconocidos perfectos. Haciendo las cosas que
nos gustan, apareciendo en los sitios donde se debe estar, participando en las
cosas que nos hacen ser. Yo estoy, él está, no necesito más.Inspired by R.
sábado, 17 de febrero de 2018
Desde el principio
Te subes en un tren en marcha y te adaptas a lo que hay. Puedes decidir cosas y puedes cabrearte, adaptarte, medrar. O puedes participar en la creación de algo nuevo. Con todo lo que eso conlleva. Si decimos que es algo nuevo, que está por hacer, quizás la gente piense que no es de fiar. Muchos querrán algo que ya está. Subirse al tren en marcha. Puede ser más emocionante construir el tren. Hacerlo tú. Cómo quieres que funcione.
Hoy hemos tenido un taller de organización de Catalunya en Comú. No es lo que mejor se me da, organizarme. No sabría decir. Pero es interesante, es estimulante, es ilusionante saber que estás participando en algo nuevo, el algo que se está haciendo. Quizás para no repetir los errores del pasado, para no repetir dinámicas del pasado, para recuperar todo lo bueno del pasado. Hacerlo de nuevo, parecido a, sin nada que ver. Pero diciendo lo que te parece. Que te pregunten.
Qué es un militante. Porqué hay que llamarle militante. Mejor llamarle activista. Cómo pagamos la bombona de butano que calienta la reunión. ¿Se hacen más cosas de manera presencial, yendo a los sitios, acudiendo a las reuniones, soltando una chapa en una asamblea, o de manera virtual? ¿Cómo decidimos? ¿Quién lo decide? ¿Es mejor un líder elegido por todos en torno al que se cree un equipo? ¿Es mejor que no haya líder? ¿Es mejor dos que uno? ¿Es mejor que los cargos electos estén al margen de la vida del partido? ¿Quién vigila al vigilante? ¿Somos un partido o somos una organización? ¿Tenemos claro que a partir de ya somos todos compañeros? ¿Es lo mismo ser eficiente que eficaz? ¿Tiene que ser eficaz una organización? ¿Es todo un desastre si no se hace como a mí me parece o como yo recuerdo que se hizo en un tiempo mítico? ¿Funciona? ¿Todo el mundo es igual? ¿Cómo nos organizamos? ¿Aquí somos libres de decidir quiénes son nuestros aliados y quiénes son nuestros adversarios? ¿Tenemos claro que nos queda un año para las municipales? ¿Cuál es el horizonte? ¿Es demasiado electoralista? ¿Cómo solucionamos los conflictos? ¿Qué es un conflicto? ¿Quién paga todo esto? ¿Cómo se paga? ¿Cómo elegimos la dirección? ¿Tiene que haber una dirección? ¿Cuántos somos? ¿Me puedo llamar activista? ¿Qué es el activismo? ¿Deben pervivir la organizaciones previas? ¿Qué es la transparencia? ¿Qué significa que todo el mundo sepa lo que hacemos? ¿Debería estar escribiendo esto? ¿Sabemos lo que pasa en otros sitios? ¿Le interesa esto a alguien?
Son preguntas que han salido o que no han salido. Pero que nos hacemos. Porque estamos haciéndolo desde el principio. Y casi es mejor hacerlo desde el principio que acostumbrarnos a la comodidad de lo que había. Aunque muchos prefieran estar cómodos con lo de siempre, para hacer lo mismo, vistiéndolo de nuevo. Aquí lo estamos haciendo nosotros. Sabiendo mucho o sabiendo poco. Desde tu casa o yendo al Mas Fonollar un sábado por la mañana. Con gente de Badalona, de Barcelona, de Taradell o del Bages. Da lo mismo. Los mayores y los jóvenes. Los mayores jóvenes y los jóvenes viejos. Todos y todas. Portavoces y portavozas.
Y lo estamos haciendo. Y hace ilusión pensar que cuando esto salga, cuando se ponga en marcha, caminará porque lo hacemos entre todos y todas. Y lo hacemos porque esto, lo que hay, no nos gusta. Las cosas no se hacen por arte de magia. En mi casa se dice eso de que si quieres saber quién trae el agua, derrámala. Y ya estamos en marcha.
Hoy hemos tenido un taller de organización de Catalunya en Comú. No es lo que mejor se me da, organizarme. No sabría decir. Pero es interesante, es estimulante, es ilusionante saber que estás participando en algo nuevo, el algo que se está haciendo. Quizás para no repetir los errores del pasado, para no repetir dinámicas del pasado, para recuperar todo lo bueno del pasado. Hacerlo de nuevo, parecido a, sin nada que ver. Pero diciendo lo que te parece. Que te pregunten.
Qué es un militante. Porqué hay que llamarle militante. Mejor llamarle activista. Cómo pagamos la bombona de butano que calienta la reunión. ¿Se hacen más cosas de manera presencial, yendo a los sitios, acudiendo a las reuniones, soltando una chapa en una asamblea, o de manera virtual? ¿Cómo decidimos? ¿Quién lo decide? ¿Es mejor un líder elegido por todos en torno al que se cree un equipo? ¿Es mejor que no haya líder? ¿Es mejor dos que uno? ¿Es mejor que los cargos electos estén al margen de la vida del partido? ¿Quién vigila al vigilante? ¿Somos un partido o somos una organización? ¿Tenemos claro que a partir de ya somos todos compañeros? ¿Es lo mismo ser eficiente que eficaz? ¿Tiene que ser eficaz una organización? ¿Es todo un desastre si no se hace como a mí me parece o como yo recuerdo que se hizo en un tiempo mítico? ¿Funciona? ¿Todo el mundo es igual? ¿Cómo nos organizamos? ¿Aquí somos libres de decidir quiénes son nuestros aliados y quiénes son nuestros adversarios? ¿Tenemos claro que nos queda un año para las municipales? ¿Cuál es el horizonte? ¿Es demasiado electoralista? ¿Cómo solucionamos los conflictos? ¿Qué es un conflicto? ¿Quién paga todo esto? ¿Cómo se paga? ¿Cómo elegimos la dirección? ¿Tiene que haber una dirección? ¿Cuántos somos? ¿Me puedo llamar activista? ¿Qué es el activismo? ¿Deben pervivir la organizaciones previas? ¿Qué es la transparencia? ¿Qué significa que todo el mundo sepa lo que hacemos? ¿Debería estar escribiendo esto? ¿Sabemos lo que pasa en otros sitios? ¿Le interesa esto a alguien?
Son preguntas que han salido o que no han salido. Pero que nos hacemos. Porque estamos haciéndolo desde el principio. Y casi es mejor hacerlo desde el principio que acostumbrarnos a la comodidad de lo que había. Aunque muchos prefieran estar cómodos con lo de siempre, para hacer lo mismo, vistiéndolo de nuevo. Aquí lo estamos haciendo nosotros. Sabiendo mucho o sabiendo poco. Desde tu casa o yendo al Mas Fonollar un sábado por la mañana. Con gente de Badalona, de Barcelona, de Taradell o del Bages. Da lo mismo. Los mayores y los jóvenes. Los mayores jóvenes y los jóvenes viejos. Todos y todas. Portavoces y portavozas.
Y lo estamos haciendo. Y hace ilusión pensar que cuando esto salga, cuando se ponga en marcha, caminará porque lo hacemos entre todos y todas. Y lo hacemos porque esto, lo que hay, no nos gusta. Las cosas no se hacen por arte de magia. En mi casa se dice eso de que si quieres saber quién trae el agua, derrámala. Y ya estamos en marcha.
viernes, 16 de febrero de 2018
Tren
Un tren sale de una estación sin concretar a una hora concreta. Lo anuncia el propio tren con unos altavoces que tiene que anuncian que sale a una hora para llegar a otro sitio a una hora que se prevé, si no ahora, será en breve. Mucha gente acude a la estación de tren a decirle al tren que vaya ideas, que a quién se le ocurre salir hacia no se sabe dónde, hacia una parte, que cómo puede ser eso de que un tren decida que sale a una hora y que no sale a la hora que está convenida, a la hora que todo el mundo sabe que se tiene que salir. El tren contesta que va a salir y que le da igual y anuncia a todo dar que se va, que se está yendo. Y anima a todos los trenes del mundo a que sigan su ejemplo. Otros, en un trance diferente, aparecen en la vía del tren para animar al tren para que se vaya, que tire hacia delante, que no afloje, que siga por la vía que el tren se ha marcado y que no haga caso. Que todo tiene un principio y tiene un final y si no es una cosa será otra, pero que adelante. Los del otro lado de la vía siguen criticando que el tren se vaya, que el tren parta, que el tren tenga que irse, que el tren siga su camino. Y no ven bien ni el color del tren, ni las paradas anunciadas, ni las conexiones, ni la mercancía, ni el coste del pasaje, ni la máquina, ni los modelos de los vagones, no ven nada bien. Y el tren anuncia que va a salir el tren y que todo está a punto para salir. Que el tren se va.
Y unos y otros van diciendo lo que tiene que hacer el tren. Y el tren con más decisión y más fuerza dice que va a salir el tren. Y el tren, sí, efectivamente dice que va a salir el tren, pero el tren no se va. El tren no se está yendo. Y lo tiene todo muy claro y muy decidido. El tren va a salir, el tren se está yendo. Llegan otros trenes, llegan mercancías, llegan viajeros, llegan y se van diversos trenes. Los trenes van pasando y el tren se sigue quedando allí, pero anuncia que el tren va a salir.
Un tren sale de una estación sin concretar una hora. Con la firme decisión de salir y de llegar. A cualquier sitio, porque para eso es un tren. Porque para eso ha sido pensado como tren y no como otra cosa. Un tren autónomo que puede hacer lo que quiera. Hasta que quizás el tren deja de pensar que la vía es la correcta. Que la vía es la buena. Que la vía es la definitiva. Que quizás no haya vía.
Un tren no sale a ninguna hora de ninguna estación si el tren no quiere salir. Y finalmente han ganado los que piensan que el tren, donde mejor está, es en su puñetera casa sin salir o saliendo hacia ninguna parte. O saliendo para donde quiera el jefe de estación.
El caso es que el tren había hecho pensar que era un tren. Y no era un tren. Y ahora a ver cómo nos creemos a más trenes que digan que van a salir a tal hora de tal sitio. A una velocidad constante.
Ahora volverá a ser un tren de aquellos. El típico tren. Y pensábamos que iba a ser un tren.
Y unos y otros van diciendo lo que tiene que hacer el tren. Y el tren con más decisión y más fuerza dice que va a salir el tren. Y el tren, sí, efectivamente dice que va a salir el tren, pero el tren no se va. El tren no se está yendo. Y lo tiene todo muy claro y muy decidido. El tren va a salir, el tren se está yendo. Llegan otros trenes, llegan mercancías, llegan viajeros, llegan y se van diversos trenes. Los trenes van pasando y el tren se sigue quedando allí, pero anuncia que el tren va a salir.
Un tren sale de una estación sin concretar una hora. Con la firme decisión de salir y de llegar. A cualquier sitio, porque para eso es un tren. Porque para eso ha sido pensado como tren y no como otra cosa. Un tren autónomo que puede hacer lo que quiera. Hasta que quizás el tren deja de pensar que la vía es la correcta. Que la vía es la buena. Que la vía es la definitiva. Que quizás no haya vía.
Un tren no sale a ninguna hora de ninguna estación si el tren no quiere salir. Y finalmente han ganado los que piensan que el tren, donde mejor está, es en su puñetera casa sin salir o saliendo hacia ninguna parte. O saliendo para donde quiera el jefe de estación.
El caso es que el tren había hecho pensar que era un tren. Y no era un tren. Y ahora a ver cómo nos creemos a más trenes que digan que van a salir a tal hora de tal sitio. A una velocidad constante.
Ahora volverá a ser un tren de aquellos. El típico tren. Y pensábamos que iba a ser un tren.
jueves, 15 de febrero de 2018
Brienne de Tarth
No sé cómo acabará la serie ni el personaje, pero mi preferida es Brienne. Brienne, alta como lo más alto. Brienne de Tarth, embutida en una armadura. Brienne de Tarth, enfrentándose contra un oso. Brienne de Tarth, que parece que le mola Jaimie Lannister pero ni se lo dice ni se le puede notar, pero se le nota. No diré que a Jaimie Lannistern no le molara un poco. No sé cómo acaba la serie, porque no la he visto acabar, pero yo ya tengo mi personaje favorito.
Brienne. El nombre incluso me gusta. Brienne. Brienne de Tarth. Montando a caballo a toda hostia, persiguiendo a los malosos del tal Meñique mientras su escudero no sabe ni cómo coger las riendas. Brienne, que podría estar en pantalla todo el rato. Pero no está todo el rato en pantalla. Brienne, con el pelico así peinado para atrás, corto, rubio. Brienne con la cara redonda y los ojos redondos y azules. Brienne empuñando un espadón grande como un demonio y poniendo esa cara de me cago en la puta qué os pensáis que porque soy una tía no os voy a dejar tiesos a todos o qué. Pero a la vez con esa cara. Brienne explicando que de jovencita se bufaron de ella. Brienne explicando que ella fue feliz una vez pero que nunca más, porque se rieron de ella. Poniendo esa cara de tengo un juramento que cumplir y voy a cumplir el juramento. Brienne cumpliendo el juramento porque quizás no quiere cumplir con nada más. Y se la bufa todo. Y parece que vaya a tener un papel importante en la serie, porque si no, mantener ahí su historia colgando como si estuviera suspendida en el aire del relato durante capítulos y capítulos no se entiende.
Pero no quiero que me cuenten el final. Voy apurando capítulos de la quinta temporada. Quizás hoy vea los últimos. Juego de Tronos. Ver series. Estoy viendo series de hace un siglo. Tampoco me importa demasiado. Veo series de hace un siglo y no leo nada. No he leído nada en todo el año. Me tumbo en el sofá y me pongo a ver la serie. En dvd. Salen personajes, intrigas, lugares remotos, gente hablando en idiomas que no entiendo. Pero es cuando sale Brienne de Tarth cuando me engancho.
Igual exagero y lo que hago es decir que me gusta el personaje que menos interesa a todo el mundo. Brienne, sin interés. Brienne, con un escudero. Brienne con Arya en los capítulos anteriores. O no. Arya estaba con el otro. O estaba con ella. Es que la cuarta temporada la vi hace... no recuerdo. No recuerdo nada. Solo me acuerdo de la cara de Brienne cuando tiene miedo y cuando está atacando como si no hubiera nada más en el mundo. Atacar. Con todo. Participando en un torneo.
Brienne. Ese nombre. Brienne. Los nombres de esta serie están como cambiados. Como alterados. Pero me gusta Brienne. El nombre de Brienne. Con ese pelo corto, peinadito sin que se le caiga el flequillo para delante. Brienne de Tarth. No quiero saber cómo se llama la actriz, la he visto en la vida real, en fotos, no me interesa.
Brienne de Tarth. Qué le pasará. Me interesa. Quiero saber. Y no quiero saber. No quiero que nadie me diga nada. No quiero que se muera en una de esas masacres que se organizan al final de cada temporada. Juego de Tronos. La gente analizando Juego de tronos y la forma de proceder en juego de tronos como si juego de tronos fuera el príncipe de Maquiavelo. No quiero encariñarme con el personaje y que se muera porque me mola. Me pasa mucho. Si me encariño con un personaje se jode. Se va a morir. Va a palmar. Verás como no sale más. Por eso me gusta que salga poco. Que no salga demasiado.
Con esa cara de miedo y con esa cara de hacer daño. Con esa cara y con esa espada. Fuerte. Alta. Con armadura. Capaz de arrancarte la cabeza si quiere.
Brienne. Brienne de Tarth.
Brienne. El nombre incluso me gusta. Brienne. Brienne de Tarth. Montando a caballo a toda hostia, persiguiendo a los malosos del tal Meñique mientras su escudero no sabe ni cómo coger las riendas. Brienne, que podría estar en pantalla todo el rato. Pero no está todo el rato en pantalla. Brienne, con el pelico así peinado para atrás, corto, rubio. Brienne con la cara redonda y los ojos redondos y azules. Brienne empuñando un espadón grande como un demonio y poniendo esa cara de me cago en la puta qué os pensáis que porque soy una tía no os voy a dejar tiesos a todos o qué. Pero a la vez con esa cara. Brienne explicando que de jovencita se bufaron de ella. Brienne explicando que ella fue feliz una vez pero que nunca más, porque se rieron de ella. Poniendo esa cara de tengo un juramento que cumplir y voy a cumplir el juramento. Brienne cumpliendo el juramento porque quizás no quiere cumplir con nada más. Y se la bufa todo. Y parece que vaya a tener un papel importante en la serie, porque si no, mantener ahí su historia colgando como si estuviera suspendida en el aire del relato durante capítulos y capítulos no se entiende.
Pero no quiero que me cuenten el final. Voy apurando capítulos de la quinta temporada. Quizás hoy vea los últimos. Juego de Tronos. Ver series. Estoy viendo series de hace un siglo. Tampoco me importa demasiado. Veo series de hace un siglo y no leo nada. No he leído nada en todo el año. Me tumbo en el sofá y me pongo a ver la serie. En dvd. Salen personajes, intrigas, lugares remotos, gente hablando en idiomas que no entiendo. Pero es cuando sale Brienne de Tarth cuando me engancho.
Igual exagero y lo que hago es decir que me gusta el personaje que menos interesa a todo el mundo. Brienne, sin interés. Brienne, con un escudero. Brienne con Arya en los capítulos anteriores. O no. Arya estaba con el otro. O estaba con ella. Es que la cuarta temporada la vi hace... no recuerdo. No recuerdo nada. Solo me acuerdo de la cara de Brienne cuando tiene miedo y cuando está atacando como si no hubiera nada más en el mundo. Atacar. Con todo. Participando en un torneo.
Brienne. Ese nombre. Brienne. Los nombres de esta serie están como cambiados. Como alterados. Pero me gusta Brienne. El nombre de Brienne. Con ese pelo corto, peinadito sin que se le caiga el flequillo para delante. Brienne de Tarth. No quiero saber cómo se llama la actriz, la he visto en la vida real, en fotos, no me interesa.
Brienne de Tarth. Qué le pasará. Me interesa. Quiero saber. Y no quiero saber. No quiero que nadie me diga nada. No quiero que se muera en una de esas masacres que se organizan al final de cada temporada. Juego de Tronos. La gente analizando Juego de tronos y la forma de proceder en juego de tronos como si juego de tronos fuera el príncipe de Maquiavelo. No quiero encariñarme con el personaje y que se muera porque me mola. Me pasa mucho. Si me encariño con un personaje se jode. Se va a morir. Va a palmar. Verás como no sale más. Por eso me gusta que salga poco. Que no salga demasiado.
Con esa cara de miedo y con esa cara de hacer daño. Con esa cara y con esa espada. Fuerte. Alta. Con armadura. Capaz de arrancarte la cabeza si quiere.
Brienne. Brienne de Tarth.
miércoles, 14 de febrero de 2018
Ohio
Hacía... ni me acuerdo que no mirábamos el buzón y nos hemos encontrado con una gratísima sorpresa. Daniel Discepolo ha publicado una nueva colección de relatos bajo el título 'América', que nos ha parecido francamente interesante. Compartimos aquí el texto 'Ohio', delicioso.
'Johannes Maria Albertas trabajó duramente durante su infancia y juventud en Finlandia hasta que consiguió el dinero suficiente para salir de su país. Nacido en un pueblo pequeño junto a Turku, no hizo mucho caso de las vicisitudes políticas de su tiempo, que pasaron por su vida como los rayos de sol y los rayos de luna, que sabes que están pero no te das cuenta. Ni la primera guerra mundial, ni la revolución, ni la contrarrevolución, ni la independencia, ni la no independencia, hicieron mella en su verdadero afán que no era otro que salir de Finlandia. Así, cuando tuvo 19 años recién cumplidos y con todo el dinero ganado escondido debajo de un colchón de la casa que compartía con su padre y su hermano Robertas -su madre Ekka falleció cuando tuvo a su segundo hijo-, dejó una nota encima de la mesa avisándoles de que se marchaba. A América. Y partió en un buque inglés que hacía el recorrido entre Helsinki y Londres para de ahí partir para los Estados Unidos. Los motivos por los que escogió marchar a Estados Unidos y no a otro lugar, no nos han sido revelados. Llegó al puerto de Boston un 17 de marzo de 1922 e intentó conectar con la colonia escandinava de la ciudad. No llegó a establecer contacto duradero con nadie más que con un sueco llamado Nils que trabajaba en una cervecería y soñaba con ser policía. Tras varias conversaciones, ambos planearon viajar al interior del país, a Ohio, para trabajar en alguna granja y hacer algo de dinero que les permitiera comprar sus propios terrenos. Nils no viajó con Albertas, que americanizó su nombre para llamarse John Albert. Albert se trasladó a Ohio y, efectivamente, consiguió su sueño de ser propietario de unas tierras, se casó con una americana de origen sueco llamada Margaret Larsson y tuvieron una hija, Echo.
Por su parte, Jon Arrospide nació en un caserío cerca de Lekeitio y se dedicó al pastoreo como su padre y como su abuelo. La familia Arrospide era una de las más importantes de la zona, con los rebaños más nutridos, las ovejas más fuertes y productivas. Sin embargo, su padre, Carlos Arrospide, lo apartó del campo y lo puso a estudiar. En principio su objetivo era el de hacer de él un hombre leído capaz de expandir el negocio. Lo que ocurrió es que Jon Arrospide, cuando marchó a estudiar a San Sebastián, estudió Leyes y a la edad de 19 años entró a trabajar como ayudante en un despacho, el de López de Eguilaz, de los más prestigiosos. Corrían los años de la Primera Guerra mundial y por un asunto de correspondencia y negocios entre metalúrgicos vascos y norteamericanos, Arrospide fue destinado a una oficina que el despacho de López de Eguilaz abrió en Nueva York. La metalurgia norteamericana se desarrolló en esos años de manera salvaje y era Pittsburg la ciudad más pujante en este aspecto. Sin embargo, a Arrospide no le convenció la jugada y se comunicó con San Sebastián y les dijo que, a la edad de 24 años su intención era establecerse por su cuenta. Y se fue a Cleveland, Ohio, quizás movido por las voces que le hablaban de unos pastores vascos que corrían por esos terrenos. No sabemos si alguna vez llegó a contactar con alguno de ellos. Se estableci´en Cleveland y montó su propio despacho, como tenía ideado, el Arrows Buffet. John Arrows, como comenzó a llamarse, conoció a una política local, la señorita Eunice Bernstein y se casaron. Tuvieron un hijo, al que llamaron Echo.
Ambos Echo se cruzaron un día abril de 1946 en la Universidad de Chicago mientras estudiaban Ciencias económicas. Comenzaron una relación. No vivieron en Ohio como sus padres.'
'Johannes Maria Albertas trabajó duramente durante su infancia y juventud en Finlandia hasta que consiguió el dinero suficiente para salir de su país. Nacido en un pueblo pequeño junto a Turku, no hizo mucho caso de las vicisitudes políticas de su tiempo, que pasaron por su vida como los rayos de sol y los rayos de luna, que sabes que están pero no te das cuenta. Ni la primera guerra mundial, ni la revolución, ni la contrarrevolución, ni la independencia, ni la no independencia, hicieron mella en su verdadero afán que no era otro que salir de Finlandia. Así, cuando tuvo 19 años recién cumplidos y con todo el dinero ganado escondido debajo de un colchón de la casa que compartía con su padre y su hermano Robertas -su madre Ekka falleció cuando tuvo a su segundo hijo-, dejó una nota encima de la mesa avisándoles de que se marchaba. A América. Y partió en un buque inglés que hacía el recorrido entre Helsinki y Londres para de ahí partir para los Estados Unidos. Los motivos por los que escogió marchar a Estados Unidos y no a otro lugar, no nos han sido revelados. Llegó al puerto de Boston un 17 de marzo de 1922 e intentó conectar con la colonia escandinava de la ciudad. No llegó a establecer contacto duradero con nadie más que con un sueco llamado Nils que trabajaba en una cervecería y soñaba con ser policía. Tras varias conversaciones, ambos planearon viajar al interior del país, a Ohio, para trabajar en alguna granja y hacer algo de dinero que les permitiera comprar sus propios terrenos. Nils no viajó con Albertas, que americanizó su nombre para llamarse John Albert. Albert se trasladó a Ohio y, efectivamente, consiguió su sueño de ser propietario de unas tierras, se casó con una americana de origen sueco llamada Margaret Larsson y tuvieron una hija, Echo.
Por su parte, Jon Arrospide nació en un caserío cerca de Lekeitio y se dedicó al pastoreo como su padre y como su abuelo. La familia Arrospide era una de las más importantes de la zona, con los rebaños más nutridos, las ovejas más fuertes y productivas. Sin embargo, su padre, Carlos Arrospide, lo apartó del campo y lo puso a estudiar. En principio su objetivo era el de hacer de él un hombre leído capaz de expandir el negocio. Lo que ocurrió es que Jon Arrospide, cuando marchó a estudiar a San Sebastián, estudió Leyes y a la edad de 19 años entró a trabajar como ayudante en un despacho, el de López de Eguilaz, de los más prestigiosos. Corrían los años de la Primera Guerra mundial y por un asunto de correspondencia y negocios entre metalúrgicos vascos y norteamericanos, Arrospide fue destinado a una oficina que el despacho de López de Eguilaz abrió en Nueva York. La metalurgia norteamericana se desarrolló en esos años de manera salvaje y era Pittsburg la ciudad más pujante en este aspecto. Sin embargo, a Arrospide no le convenció la jugada y se comunicó con San Sebastián y les dijo que, a la edad de 24 años su intención era establecerse por su cuenta. Y se fue a Cleveland, Ohio, quizás movido por las voces que le hablaban de unos pastores vascos que corrían por esos terrenos. No sabemos si alguna vez llegó a contactar con alguno de ellos. Se estableci´en Cleveland y montó su propio despacho, como tenía ideado, el Arrows Buffet. John Arrows, como comenzó a llamarse, conoció a una política local, la señorita Eunice Bernstein y se casaron. Tuvieron un hijo, al que llamaron Echo.
Ambos Echo se cruzaron un día abril de 1946 en la Universidad de Chicago mientras estudiaban Ciencias económicas. Comenzaron una relación. No vivieron en Ohio como sus padres.'
martes, 13 de febrero de 2018
Cuatro desahucios en #SantaColoma.
Bueno. Pues esas cosas que pasan un martes por la mañana en nuestra ciudad tan así que es Santa Coloma, que te puedes encontrar con que hay cuatro desahucios. Cuatro desahucios. Igual ustedes ya no tienen interés por este tema, o piensan que estos temas jamás tuvieron interés, pero sí, pasan. Cuatro desahucios. Por unas cosas o por otras, cuatro familias en cuatro domicilios de Santa Coloma, han vivido hoy la incertidumbre de verse en la calle. Desahucios. Fuera de su casa y ya veremos.
Las cifras dicen que no engañan. Y al parecer las cifras que no engañan dicen que está volviendo lo que tuvimos y lo que vivimos hace unos años. Los precios del alquiler por las nubes. Mucha gente vuelve a por los pisos en propiedad. La gente de los bancos dice que ahora no hay riesgo de burbuja inmobiliaria, que las condiciones han cambiado, que no volverá a pasar lo que pasó. Hoy han habido cuatro desahucios. El jueves pasado hubo unos cuantos. Este jueves, pasado mañana, se han anunciado otros. Si quieren estar al caso de lo que ocurre, visiten el twitter de la PAHV Gramenet o según que redes sociales y conocerán qué se cuece ahí.
Al fondo. Detrás de todo lo que ocurre, la vida, la miseria, la situación extrema, la miseria, la ruina, la lucha por la dignidad, la guerra a muerte por sobrevivir, la falta de escrúpulos, el voluntarismo, la implicación, la ignorancia, la pobreza, la riqueza, los que hacen mucho, los que cogen un micrófono y se encantan hablando y soltando arengas que llegan a ningún sitio, los que cogen un micrófono y gritan y gritan y gritan hasta que se les acaba el fuelle y no hace falta que digan nada que los has entendido perfectamente, los que pasan por tu lado y preguntan qué huelga es esta, los que preguntan si los desahuciados tienen hijos, los taxistas que pitan apoyando, los de las furgonas que pitan apoyando, casi todos son extranjeros. Casi todo el mundo es extranjero. Casi todo el mundo.
En la calle Jacint Verdaguer, el tercer desahucio, los dos primeros se han parado muy a primera hora. Mejor no entrar dentro, porque la finca es un desastre. Una vía de agua cae justo al lado de la caja de... es una familia con hijos. El banco malo. Son las once y media de la mañana. Hay gente de la Pahv de Santa Coloma y al cabo de unos minutos llegan los de la Pahv de Badalona. Los de Badalona gritan mucho más que los de aquí. Hace meses que no voy a ningún desahucio, pero los desahucios siguen produciéndose. Quizás no lo queramos ver, quizás parezcan o les parezcan realidades muy alejadas de sus realidades, pero están ahí. Un par de aceras más allá de sus bares con terrazas y nuevos establecimientos de vino bueno, hay gente a la que van a echar de sus casas no ahora, igual dentro de dos semanas.
Hablan de que todo vuelve a ir bien. Que los precios suben, es bueno, eso significa que hay. Que ya estamos en el camino. Que la inversión. Que el capital. Que ha sido efectivo todo lo que ha pasado. Sigue habiendo desahucios. Bancos rescatados con dinero público juegan con la vivienda de la gente. Sin escrúpulos.
Los escrúpulos. Vamos a la calle Sant Francesc que es a las doce el desahucio y no hay nadie todavía. Llegamos. Hace un frío espantoso. Nos dicen que en ese domicilio llevan dos años sin agua. La historia de ese domicilio, de ese desahucio, es tan así que es mejor correr un tupido velo y no contar nada. La miseria, la falta de escrúpulos, la pobreza peleando contra la pobreza. Los vecinos del piso han bajado. Los cerrajeros están esperando un poco más allá, para hacer su trabajo. Llega el personal especializado, hablan con el residente en ese piso. Antes vienen de hacerlo en la calle Jacint Verdaguer. Han suspendido uno y ahora van a ver si suspenden este. Uno lo han suspendido hasta el día 4 y el otro lo suspenden también hasta el día 9.
Sí se puede, dice la gente. La lucha. Se hacen discursos desde las tripas, llamando las cosas por su nombre, nombres zafios, nombres de trazo grueso, pero todos los entendemos. Y cuando se intenta ir más allá, chirría.
Y ahí sigue la cosa. Se presenta una moción en el pleno pasado. Se pide... bueno. Se pide, se exige. Este finde pasado hubo una mani contra la precariedad laboral. Éramos pocos, muy pocos. No conseguimos cortar la calle del todo. La mayoría, gente mayor. La precariedad laboral. No ganar lo suficiente, trabajar ya no significa salir de la pobreza.
Si no puedes pagar, no puedes vivir.
Si no podemos vivir, da igual un poco todo.
Pero hablemos de otra cosa.
Las cifras dicen que no engañan. Y al parecer las cifras que no engañan dicen que está volviendo lo que tuvimos y lo que vivimos hace unos años. Los precios del alquiler por las nubes. Mucha gente vuelve a por los pisos en propiedad. La gente de los bancos dice que ahora no hay riesgo de burbuja inmobiliaria, que las condiciones han cambiado, que no volverá a pasar lo que pasó. Hoy han habido cuatro desahucios. El jueves pasado hubo unos cuantos. Este jueves, pasado mañana, se han anunciado otros. Si quieren estar al caso de lo que ocurre, visiten el twitter de la PAHV Gramenet o según que redes sociales y conocerán qué se cuece ahí.
Al fondo. Detrás de todo lo que ocurre, la vida, la miseria, la situación extrema, la miseria, la ruina, la lucha por la dignidad, la guerra a muerte por sobrevivir, la falta de escrúpulos, el voluntarismo, la implicación, la ignorancia, la pobreza, la riqueza, los que hacen mucho, los que cogen un micrófono y se encantan hablando y soltando arengas que llegan a ningún sitio, los que cogen un micrófono y gritan y gritan y gritan hasta que se les acaba el fuelle y no hace falta que digan nada que los has entendido perfectamente, los que pasan por tu lado y preguntan qué huelga es esta, los que preguntan si los desahuciados tienen hijos, los taxistas que pitan apoyando, los de las furgonas que pitan apoyando, casi todos son extranjeros. Casi todo el mundo es extranjero. Casi todo el mundo.
En la calle Jacint Verdaguer, el tercer desahucio, los dos primeros se han parado muy a primera hora. Mejor no entrar dentro, porque la finca es un desastre. Una vía de agua cae justo al lado de la caja de... es una familia con hijos. El banco malo. Son las once y media de la mañana. Hay gente de la Pahv de Santa Coloma y al cabo de unos minutos llegan los de la Pahv de Badalona. Los de Badalona gritan mucho más que los de aquí. Hace meses que no voy a ningún desahucio, pero los desahucios siguen produciéndose. Quizás no lo queramos ver, quizás parezcan o les parezcan realidades muy alejadas de sus realidades, pero están ahí. Un par de aceras más allá de sus bares con terrazas y nuevos establecimientos de vino bueno, hay gente a la que van a echar de sus casas no ahora, igual dentro de dos semanas.
Hablan de que todo vuelve a ir bien. Que los precios suben, es bueno, eso significa que hay. Que ya estamos en el camino. Que la inversión. Que el capital. Que ha sido efectivo todo lo que ha pasado. Sigue habiendo desahucios. Bancos rescatados con dinero público juegan con la vivienda de la gente. Sin escrúpulos.
Los escrúpulos. Vamos a la calle Sant Francesc que es a las doce el desahucio y no hay nadie todavía. Llegamos. Hace un frío espantoso. Nos dicen que en ese domicilio llevan dos años sin agua. La historia de ese domicilio, de ese desahucio, es tan así que es mejor correr un tupido velo y no contar nada. La miseria, la falta de escrúpulos, la pobreza peleando contra la pobreza. Los vecinos del piso han bajado. Los cerrajeros están esperando un poco más allá, para hacer su trabajo. Llega el personal especializado, hablan con el residente en ese piso. Antes vienen de hacerlo en la calle Jacint Verdaguer. Han suspendido uno y ahora van a ver si suspenden este. Uno lo han suspendido hasta el día 4 y el otro lo suspenden también hasta el día 9.
Sí se puede, dice la gente. La lucha. Se hacen discursos desde las tripas, llamando las cosas por su nombre, nombres zafios, nombres de trazo grueso, pero todos los entendemos. Y cuando se intenta ir más allá, chirría.
Y ahí sigue la cosa. Se presenta una moción en el pleno pasado. Se pide... bueno. Se pide, se exige. Este finde pasado hubo una mani contra la precariedad laboral. Éramos pocos, muy pocos. No conseguimos cortar la calle del todo. La mayoría, gente mayor. La precariedad laboral. No ganar lo suficiente, trabajar ya no significa salir de la pobreza.
Si no puedes pagar, no puedes vivir.
Si no podemos vivir, da igual un poco todo.
Pero hablemos de otra cosa.
lunes, 12 de febrero de 2018
Momento Buda
Como todo el mundo sabe, soy un enamorado del folklorismo oriental. Hace poco, relativamente poco, un año o así, me leí un libro sobre budismo. Era en inglés. Digamos que las enseñanzas que extraje del libro son más o menos las mismas que pude haber sacado de la wikipedia. No por lo sencillo del libro, sino por mi comprensión lectora en inglés. Antes, muchos años antes, leí un libro de Borges sobre budismo. Ahí si que me enteré de poco. De muy poco. Creo que en una época intermedia, hice una asignatura en la facultad sobre pensamiento chino. En uno de aquellos momentos en los que me conseguía mantener despierto, creo que algo se habló del tema, creo que fue lo que más se me quedó grabado.
En general, las enseñanzas y teorías relacionadas con el espiritualismo oriental me interesan desde un punto de vista más bien anecdótico. Me quedo, como me pasa también en otros órdenes del pensamiento como pueden ser el marxismo y demás, con el trazo grueso, con las ideas generales, con los tópicos con los que todo el mundo puede reconocerse. Avanzo poco y pienso que, realmente, no me interesa adentrarme más. No me interesa hacerme el religioso cuando, por muy diferentes que sean las religiones, finalmente yo no sigo la religión mayoritaria por considerarla, digamos poco fiable, no creo pues que el resto de religiones vayan a aportarme mucho más, por mucho que haya quien me explique de muy buena fe que no son religiones sino maneras de comportarse y relacionarse con el mundo y los demás. Sea como sea, por que la ignorancia es muy atrevida, soy capaz de colocarme banderitas tibetanas en la terraza y un niño jesús en el recibidor. Y una póster del PSUC en el pasillo. Y una cara de Mao pintada con Warhol cuando encuentro el blue tag o tak. En fin.
Un Buda. Desde hace años he tenido el deseo de tener un buda en casa. Un año, hace muchos años, en una feria de nadal de estas de la plaça del Rellotge, me compré una cajita donde había unos budas pequeñitos. Y en casa estuvieron puestos, en casa de mis padres, en una estantería, durante mucho tiempo, creo que los perdí porque no los he vuelto a ver. También he querido tener siempre una camiseta de Buda, un buda, de esas que ocupan casi toda la camiseta. Nunca la he encontrado. Sé que hay tiendas orientalistas por todos lados, por todas partes. Una vez, descubrí cerca del curro una Casa Nepal y allí que me fui a buscar una camiseta y encontré una, pero con un mandala y creo que en el centro pone Nepal. Compré una para mí y otra para mi hermano.
En mi casa tengo un elefante, una lámina con un elefante, que creo que es el dios Ganesh, chulísimo que me dieron de cuando cerraron el bar donde trabajaba la Marina y que tenían pegado en un cristal. No me acuerdo del nombre del bar. Tengo una especie de virgen de Lourdes que me trajo mi tito Antonio de Lourdes, claro. Es una especie de adorno pequeñito, un cuadrado de plástico con la virgen dentro. Creo que tengo muchas más cosas. Sí, tengo una foto de Elvis personificado como si fuera el mismo Jesús. Esta foto me la llevé de la última mudanza, o penúltima mudanza que hizo la hija negra.
Un año, en pleno delirio, me pillé la contraportada o portada interior del disco de George Harrison en la que salía 'Krishna peleando con Arjuna' y me hice una camiseta. La camiseta era en vinilo o no sé qué, el caso es que la camiseta, que era de color morado y era una pasada de guapa, me duró un verano. Se peló. De esa misma tongada me hice una portada de un disco de Os Mutantes que duró lo mismo.
No tengo ningún Buda que yo recuerde. Y si lo tuviera, ay si lo tuviera. Si lo tuviera entraría en una dinámica diferente. Si tuviera un Buda de estos de metro y pico, en el salón de casa. Si lo tuviera. Creo que si lo tuviera, si lo tuviera, tendría un espacio para sentarme frente a mi Buda y experimentar. Experimentar y concentrarme. Quedarme con los ojos entornados y recitar algún tipo de... oración. Y así, ahí, cuando llego a lo de la oración, es cuando me echo para atrás. Y prefiero quedarme acostadico así en el... y casi llego al mismo sitio.
Y no será por que no tenga oportunidades para tenerlo.
En general, las enseñanzas y teorías relacionadas con el espiritualismo oriental me interesan desde un punto de vista más bien anecdótico. Me quedo, como me pasa también en otros órdenes del pensamiento como pueden ser el marxismo y demás, con el trazo grueso, con las ideas generales, con los tópicos con los que todo el mundo puede reconocerse. Avanzo poco y pienso que, realmente, no me interesa adentrarme más. No me interesa hacerme el religioso cuando, por muy diferentes que sean las religiones, finalmente yo no sigo la religión mayoritaria por considerarla, digamos poco fiable, no creo pues que el resto de religiones vayan a aportarme mucho más, por mucho que haya quien me explique de muy buena fe que no son religiones sino maneras de comportarse y relacionarse con el mundo y los demás. Sea como sea, por que la ignorancia es muy atrevida, soy capaz de colocarme banderitas tibetanas en la terraza y un niño jesús en el recibidor. Y una póster del PSUC en el pasillo. Y una cara de Mao pintada con Warhol cuando encuentro el blue tag o tak. En fin.
Un Buda. Desde hace años he tenido el deseo de tener un buda en casa. Un año, hace muchos años, en una feria de nadal de estas de la plaça del Rellotge, me compré una cajita donde había unos budas pequeñitos. Y en casa estuvieron puestos, en casa de mis padres, en una estantería, durante mucho tiempo, creo que los perdí porque no los he vuelto a ver. También he querido tener siempre una camiseta de Buda, un buda, de esas que ocupan casi toda la camiseta. Nunca la he encontrado. Sé que hay tiendas orientalistas por todos lados, por todas partes. Una vez, descubrí cerca del curro una Casa Nepal y allí que me fui a buscar una camiseta y encontré una, pero con un mandala y creo que en el centro pone Nepal. Compré una para mí y otra para mi hermano.
En mi casa tengo un elefante, una lámina con un elefante, que creo que es el dios Ganesh, chulísimo que me dieron de cuando cerraron el bar donde trabajaba la Marina y que tenían pegado en un cristal. No me acuerdo del nombre del bar. Tengo una especie de virgen de Lourdes que me trajo mi tito Antonio de Lourdes, claro. Es una especie de adorno pequeñito, un cuadrado de plástico con la virgen dentro. Creo que tengo muchas más cosas. Sí, tengo una foto de Elvis personificado como si fuera el mismo Jesús. Esta foto me la llevé de la última mudanza, o penúltima mudanza que hizo la hija negra.
Un año, en pleno delirio, me pillé la contraportada o portada interior del disco de George Harrison en la que salía 'Krishna peleando con Arjuna' y me hice una camiseta. La camiseta era en vinilo o no sé qué, el caso es que la camiseta, que era de color morado y era una pasada de guapa, me duró un verano. Se peló. De esa misma tongada me hice una portada de un disco de Os Mutantes que duró lo mismo.
No tengo ningún Buda que yo recuerde. Y si lo tuviera, ay si lo tuviera. Si lo tuviera entraría en una dinámica diferente. Si tuviera un Buda de estos de metro y pico, en el salón de casa. Si lo tuviera. Creo que si lo tuviera, si lo tuviera, tendría un espacio para sentarme frente a mi Buda y experimentar. Experimentar y concentrarme. Quedarme con los ojos entornados y recitar algún tipo de... oración. Y así, ahí, cuando llego a lo de la oración, es cuando me echo para atrás. Y prefiero quedarme acostadico así en el... y casi llego al mismo sitio.
Y no será por que no tenga oportunidades para tenerlo.
domingo, 11 de febrero de 2018
Texto B
Recuerda que cuando hay un cono, suele haber otro cono. Es muy posible que el encargado ponga el cono y que no ponga ningún otro cono. Es igual, en su cabeza está el poner un segundo cono. Vamos a contar una historia. Una de las cosas más espeluznantes que le puede ocurrir a uno es intentar abrir una bolsa de hielo. Hola, una de hielo. Está en la nevera, cógela tú. Y abres la nevera y están ahí y está la bolsa de hielo sin abrir. E intentas abrir y no puedes porque no tienes fuerza en los brazos, en la mano. Donde sea. Y tienes miedo a que venga el encargado a abrírtela él. Finalmente la abres como de milagro. Pero ya está el daño hecho, porque el encargado viene y te pregunta si te cuesta. Y te cuesta y cierras la nevera y le llevas la bolsa de hielo para que te la cobre y no sabes cómo ni por qué y acabas dentro de uno de los depósitos de gasolina y estás asustado y hace frío y tienes miedo. Y te van a meter fuego. Y los conos sirven para señalar que ojo, que ahí hay algo, que mejor no acercarse. Y tú estás ahí, y tienes tiempo para pensar y reflexionar sobre las cosas que le ocurren a uno en la vida. Y sabes que te van a ahogar en el depósito. Y piensas en la gracia que te hacía el cono. En el simbolismo del cono. En los usos del cono. En el cono como manifestación de algo. Algo que ya no tienes tiempo para desarrollar, porque oyes como viene el camión. Vas a morir.
Es un tema recurrente, la muerte. Morir. Que señalen tu muerte con un cono. Bueno. Puede pasar. Es la historia de un texto que no es el primero. Que no es la primera opción. Es la historia de una historia que no es más que un recurso. Es la historia de una historia que vale para lo que vale y está para lo que está. Todos tenemos una historia que contar y con la que sacar adelante algún momento gris de esos en los que parece que va a irse la vida sin que uno pueda hacer nada. Cuentas una historia, como aquella vez en la que estabas muerto y abrieron la tapa del depósito y te encontraron muerto y bien muerto y te fueron a enterrar en un cementerio y vino tu familia y no pudo hacerse la ceremonia porque estaban de obras y había un cono que señalaba que mejor no pasar por allí. Y con esa historia puedes resumir cualquier cosa. Todo lo que te puede pasar. Y no sabes cómo concluir la historia, con toda la familia esperando para hacer la ceremonia y finalmente viene un currante y retira el cono y todo puede volver a la normalidad. Y te entierran y nadie se pregunta nada, y a nadie le importa que te metieran en un depósito lleno de gasolina y cuál fue el motivo de la muerte. De tu muerte. El cono no tiene nada que ver pero se repite. El cono conifica. El cono es algo. No tengo ni idea de lo que estoy hablando, pero ya ha pasado un día más.
Es un tema recurrente, la muerte. Morir. Que señalen tu muerte con un cono. Bueno. Puede pasar. Es la historia de un texto que no es el primero. Que no es la primera opción. Es la historia de una historia que no es más que un recurso. Es la historia de una historia que vale para lo que vale y está para lo que está. Todos tenemos una historia que contar y con la que sacar adelante algún momento gris de esos en los que parece que va a irse la vida sin que uno pueda hacer nada. Cuentas una historia, como aquella vez en la que estabas muerto y abrieron la tapa del depósito y te encontraron muerto y bien muerto y te fueron a enterrar en un cementerio y vino tu familia y no pudo hacerse la ceremonia porque estaban de obras y había un cono que señalaba que mejor no pasar por allí. Y con esa historia puedes resumir cualquier cosa. Todo lo que te puede pasar. Y no sabes cómo concluir la historia, con toda la familia esperando para hacer la ceremonia y finalmente viene un currante y retira el cono y todo puede volver a la normalidad. Y te entierran y nadie se pregunta nada, y a nadie le importa que te metieran en un depósito lleno de gasolina y cuál fue el motivo de la muerte. De tu muerte. El cono no tiene nada que ver pero se repite. El cono conifica. El cono es algo. No tengo ni idea de lo que estoy hablando, pero ya ha pasado un día más.
viernes, 9 de febrero de 2018
Texto A
Este es un caso evidente de nada que decir. Una realidad palpable. Hablar de conos. Preocuparse por los conos. Estar identificado con los conos. Ver un cono en una calle y hacerle una foto porque el cono te identifica, te sientes él. Hay un cono en cada obra, no hay tantos conos en las obras. Yo antes no me fijaba en los conos, pero ahora veo conos por todas partes. Obras, obras con calles abiertas, con vallas, con vallas apoyadas en una pared que no significan nada, pero están ahí, trabajadores hablando entre ellos en una zanja, hablando y el cono mientras tanto está ahí sin tener nada que decir. El cono mirando, quieto, advirtiendo de que ahí puede pasar algo. El cono de color naranja y blanco, advirtiendo que ahí está ocurriendo alguna cosa. Los conos separando los carriles por los que pasan los coches, los conos. Los caraconos. Los caraconos con la doble o triple fila de dientes. Qué pocas cosas tienes que decir sobre las cosas que pasan. Cuando lo tienes todo dicho ya, te paras en cualquier parte buscando alguna cosa que sea de interés para quien está al otro lado y resulta que solo ves conos. Fotos de conos. Y esperas ansioso que se te ocurra algo relacionado con los conos. Pasan las horas, miras por la ventana mirando como el frío va poco a poco calándote hasta los huesos, y el tiempo no deja de correr y las historias ya las cuentan otros, otros que tienen algo que contar. Y vuelves a acordarte de la foto del cono y de cómo los conos son como una metáfora de algo que tú sabes que quieres contar. Y sigues mirando por la ventana y tarareas una canción, y es una canción de un grupo que escuchas mucho, y es una canción de un grupo que pones habitualmente en facebook y que no puedes poner tan a menudo porque la gente podría pensar que no sabes mucho de música. Y eso podría ser lo peor. Que la gente pensase. Punto y aparte.
Y si la gente piensa, y si no piensa. Y si pisas las placas de plástico amarillas siempre pensando que te vas a caer y no te caes, pero y si te caes. Y no hay nada que comentar sobre ningún tema de actualidad, ni de deportes, ni de libros que te hayas leído que te interese, nada. Nada. Qué te pasa. Qué te ocurre. Mírame. No. No desvíes la mirada. Mírame. Dime algo. No te escondas bajo un gesto de desesperanza, de falta de alegría, de desesperación. Desesperanza y desesperación. Y así va todo. Sin palabras, sin vocabulario. Transcurriendo las horas como si estuvieras en la obra Orgullo y Prejuicio y estuvieras esperando a alguien y no acaba de llegar. Y el cono te advierte que no ha llegado. Que se le advierte que va a llegar, que tenga constancia de mi presencia en este punto. Que por favor me llame si se le ocurre algo. Que tiene mi correo electrónico y que estoy ahí para lo que haga falta. Que tiene mi teléfono. Que no reconozco tu teléfono. Que te lo tendría que decir. Que han movido el cono de sitio y que ahora no sabemos qué significa. Que nada significa nada. Que todo debería ser de otra manera. Que hacia la repetición por el nosequé. Que me repito. Que he perdido el norte completamente. Que detrás de la valla hay otro cono. Y ese cono es una señal. Piso irregular. Ando mal.
Y si la gente piensa, y si no piensa. Y si pisas las placas de plástico amarillas siempre pensando que te vas a caer y no te caes, pero y si te caes. Y no hay nada que comentar sobre ningún tema de actualidad, ni de deportes, ni de libros que te hayas leído que te interese, nada. Nada. Qué te pasa. Qué te ocurre. Mírame. No. No desvíes la mirada. Mírame. Dime algo. No te escondas bajo un gesto de desesperanza, de falta de alegría, de desesperación. Desesperanza y desesperación. Y así va todo. Sin palabras, sin vocabulario. Transcurriendo las horas como si estuvieras en la obra Orgullo y Prejuicio y estuvieras esperando a alguien y no acaba de llegar. Y el cono te advierte que no ha llegado. Que se le advierte que va a llegar, que tenga constancia de mi presencia en este punto. Que por favor me llame si se le ocurre algo. Que tiene mi correo electrónico y que estoy ahí para lo que haga falta. Que tiene mi teléfono. Que no reconozco tu teléfono. Que te lo tendría que decir. Que han movido el cono de sitio y que ahora no sabemos qué significa. Que nada significa nada. Que todo debería ser de otra manera. Que hacia la repetición por el nosequé. Que me repito. Que he perdido el norte completamente. Que detrás de la valla hay otro cono. Y ese cono es una señal. Piso irregular. Ando mal.
miércoles, 7 de febrero de 2018
Pelo azul
Esta foto realmente no dice lo que es. Le llaman 'Merman', que es la nueva moda de teñirse el pelo y la barba de azul. No, no iré por ahí. El caso es que si esto ha llegado a ser moda es porque desde abajo, desde la base, desde donde se hacen las cosas, hay una revolución. La revolución de teñírse el pelo de azul. Puede ser la dependienta de tu tienda de moda favorita, la otra dependienta de tu tienda de moda favorita, una mecha que le hagan a tu madre en el pelo porque es moderno y se lleva, un chaval que vaya con el pelo azul, todo el mundo con el pelo azul. Y tú, que ya eres viejo, que ya no te teñirás nunca, que andas con cuidado por las aceras cuando ves a esos grupos de chavales con pantalón estrecho y tobillo al aire, que vas con miedo cuando ves una bicicleta o un diabólico patinete de esos que amenazan con hacer saltar todas las baldosas del universo. Tú, que hace mil vidas que no haces nada raro, que le doblas la edad a más de uno, ves todo esto del pelo azul y piensas que es cierto, que has entrado en esa horquilla en la que dejan de interesarte las cosas que hacen los jóvenes. No te importa el pelo azul, no te importa el pelo azul y blanco y rosa y verde todo junto a la vez en una combinación imposible y resultona. No te importa que lo que se canta y se baila en la final de la superbowl ya no tiene que ver con ninguna música que te resulte mínimamente reconocible. No te importa ya no saber ni tener el más mínimo interés en cómo ha quedado Operación Triunfo, aunque estás convencido de que es gente de tu edad la que en redes ha llevado este programa al paroxismo. No te importa no conocer ningún grupo más a allá de los de mayor cuerpo de letra y ni siquiera eso de los festivales de música como el Primavera o... ya no sabes qué festivales hay.
El eterno texto sobre la vejez y el pelo azul. El clásico texto sobre el pelo azul. Sobre el pantalón pitillo y el tobillo al aire. El texto arquetípico de sobresalto ante los avances del mundo. El texto que toca cuando ves una y otra vez el pelo azul. Ese considerar normal que lleves el pelo azul, hacer como que no importa, como que no te has dado cuenta, como que es algo que lo tienes muy asumido, porque eres muy de la calle y estás muy en el mundo y a pesar de que tienes más años de la tana... pero es que llevas el pelo azul y lo lleva todo el mundo y creo que a mi madre le han hecho mechas azules. Y sacan artículos en los diarios, y robo la misma foto que publican todos los diarios y es una moda, y también se tiñen la barba. La barba azul.
¿No había un pirata que se llamaba barba azul? No. Es igual. No lo he mirado, pero igual mi prima A. tiene el pelo teñido de azul. O igual eso ya está incluso desfasado para ella. Me gusta la idea del pelo teñido de azul. Un azul así como la E de internet explorer. Ese azul. Azul metálico. Azul brillante. Yo soy mucho del azul oscuro. Con esto no podrías entablar conversación con nadie. Debería haber puesto una foto con alguna chica con el pelo azul, creo que es más real. Moñetes, barbas cuidadas, cejas, solo sabemos hablar de tonterías. Qué se lleva ahora. El pelo azul. No hay una presentadora del telediario que lleve el pelo azul. No hay una comentarista deportiva con el pelo azul. Qué más gente puede existir. El pelo de punta, raparte una parte del occipital. Raparte por completo. Dejarte el cuerpo lleno de pelo. Bigote. Dejarte bigote. Pendientes, aretes, perforaciones, piercings, tatuajes. Los tatuajes. Katy Perry con el pelo azul en un vídeo. Hace años ya.
El pelo azul. O rosa. O azul y rosa. Azul y rosa es una bonita combinación. Pelo azul. Buenas tardes. Y gafas. El pelo azul sin gafas es como si no llevaras nada. Las gafas. Y un chandal. O un traje. O un disfraz de india.
¿De qué os vais a disfrazar?
El eterno texto sobre la vejez y el pelo azul. El clásico texto sobre el pelo azul. Sobre el pantalón pitillo y el tobillo al aire. El texto arquetípico de sobresalto ante los avances del mundo. El texto que toca cuando ves una y otra vez el pelo azul. Ese considerar normal que lleves el pelo azul, hacer como que no importa, como que no te has dado cuenta, como que es algo que lo tienes muy asumido, porque eres muy de la calle y estás muy en el mundo y a pesar de que tienes más años de la tana... pero es que llevas el pelo azul y lo lleva todo el mundo y creo que a mi madre le han hecho mechas azules. Y sacan artículos en los diarios, y robo la misma foto que publican todos los diarios y es una moda, y también se tiñen la barba. La barba azul.
¿No había un pirata que se llamaba barba azul? No. Es igual. No lo he mirado, pero igual mi prima A. tiene el pelo teñido de azul. O igual eso ya está incluso desfasado para ella. Me gusta la idea del pelo teñido de azul. Un azul así como la E de internet explorer. Ese azul. Azul metálico. Azul brillante. Yo soy mucho del azul oscuro. Con esto no podrías entablar conversación con nadie. Debería haber puesto una foto con alguna chica con el pelo azul, creo que es más real. Moñetes, barbas cuidadas, cejas, solo sabemos hablar de tonterías. Qué se lleva ahora. El pelo azul. No hay una presentadora del telediario que lleve el pelo azul. No hay una comentarista deportiva con el pelo azul. Qué más gente puede existir. El pelo de punta, raparte una parte del occipital. Raparte por completo. Dejarte el cuerpo lleno de pelo. Bigote. Dejarte bigote. Pendientes, aretes, perforaciones, piercings, tatuajes. Los tatuajes. Katy Perry con el pelo azul en un vídeo. Hace años ya.
El pelo azul. O rosa. O azul y rosa. Azul y rosa es una bonita combinación. Pelo azul. Buenas tardes. Y gafas. El pelo azul sin gafas es como si no llevaras nada. Las gafas. Y un chandal. O un traje. O un disfraz de india.
¿De qué os vais a disfrazar?
martes, 6 de febrero de 2018
Baal
Quiso Baal entrar en tu vida y no le dejaste y quedó pensativo Baal. Y quiso hacerlo de nuevo Baal, pues grande y valiente es Baal y todo cree poderlo hacer y fue de nuevo rechazado. Y Baal se retiró a una montaña que no existía y que creó para demostrarse que podía crear montañas Baal y allí planeó cómo conseguir lo que quería. Y Baal en la montaña creó un palacio y en el palacio un jardín y en el jardín una cabaña y era allí donde vivía Baal y donde pensaba Baal. Y dijo Baal 'creo que ya lo tengo'. Pero no le escuchaba a nadie Baal porque estaba solo Baal y creó a alguien para que le escuchara decir 'creo que ya lo tengo' a Baal. Y creó a una persona que estuvo con Baal y que escuchó a Baal y que ayudó a Baal y que desapareció cuando Baal creyó que ya Baal lo había hecho todo. Y deshizo la cabaña y deshizo el jardín y deshizo el palacio y deshizo la montaña Baal y volvió a dirigirse a ti, a encontrarse contigo en el metro, a caminar junto a ti mientras te bebes una cerveza en la entrada de un concierto, a hacerse el gracioso en la reunión, a comentar películas y series, a pronosticar cambios de tiempo, a preguntarte si estabas haciendo algo, a proponerte una salida al campo para respirar aire fresco. Y volviste a decirle que no a Baal. Y pensó Baal que debía ser más preciso y una noche, mientras dormías, destruyó nuestro planeta Baal y causó el fin de los tiempos y dejó en suspenso el paso del tiempo y alteró la correlación de fuerzas cósmicas y todo ello lo hizo para manifestarse en toda su magnificencia Baal ante ti, que despertaste sobresaltada, claro y en la cama suspendida en el espacio y protegida por Baal preguntaste qué pasaba, aunque ya sospechabas que aquella presencia, aquella energía que te pedía un momento para tomar un café no era de este mundo, y Baal con su voz más auténtica y sin disimular ya su acento mesopotámico, preguntó que qué. Y le dijiste a Baal que no pasaba nada, pero que no estabas por nada y Baal, magnífico y profundo, terrible y omnisciente, sabio y curioso, poderoso y todo, consideró que era un estado aquel en que no se está por nada que le resultaba difícil de calibrar ya que era Baal todo y siempre y a la vez y no estar no lo había probado jamás.
Y así fue como Baal inició una nueva era, no estando por nada, no siendo, fundiéndose y dejando de ser. Y Baal no fue Baal. Y no hubo Baal. Y no estuvo por nada. Y te dejó suspendida en el cosmos y falleciste por falta de oxigeno. Y nadie estuvo. Y hay quien dice que realmente te llevó consigo Baal, al final.
- Mortal. Si no estoy no estoy.
Oh, Baal, reaparecido y santo. Oh, Baal, grande y fausto. Oh, Baal, que vuelves a ser y a estar. Oh, Baal, qué nuevas experiencias nos prodigarás. Oh, Baal, creador y destructor. Oh, Baal, todo y uno.
- Mortal. Te creé para contar historias que me ayudaran a olvidarla. En cada historia me la recuerdas. Esta cabaña no es tan grande para los dos.
Y así fue como Baal inició una nueva era, no estando por nada, no siendo, fundiéndose y dejando de ser. Y Baal no fue Baal. Y no hubo Baal. Y no estuvo por nada. Y te dejó suspendida en el cosmos y falleciste por falta de oxigeno. Y nadie estuvo. Y hay quien dice que realmente te llevó consigo Baal, al final.
- Mortal. Si no estoy no estoy.
Oh, Baal, reaparecido y santo. Oh, Baal, grande y fausto. Oh, Baal, que vuelves a ser y a estar. Oh, Baal, qué nuevas experiencias nos prodigarás. Oh, Baal, creador y destructor. Oh, Baal, todo y uno.
- Mortal. Te creé para contar historias que me ayudaran a olvidarla. En cada historia me la recuerdas. Esta cabaña no es tan grande para los dos.
lunes, 5 de febrero de 2018
La Peña Centenario de viaje con el Athletic
Parecía que no había hecho frío durante todo el invierno, ni había llovido, ni nada. Los del Athletic somos muy de pensar así. Viene un equipo que no ha ganado en mil años, vendrá a Bilbao y nos ganará. Este portero no ha parado tanto en la vida. Somos los que levantan a los muertos, los que resucitan al moribundo. Si no llueve, lloverá. Si no nieva, nevará. Somos una Peña del Athletic Club de Bilbao en Santa Coloma de Gramenet. Estamos vivos, todavía.
No es fácil, no está siendo fácil. Hace mucho tiempo que no hacíamos un viaje, todos juntos, organizado, a ningún sitio. No queremos ir al campo del Barça, no queremos ir al campo del Espanyol. Fuimos una vez a ver al Villarreal y juramos no volver (perdimos, claro, nos enchufaron en un inframundo adornado con una viga que no nos dejó ver nada...). Vamos a Girona. Está aquí al lado, vamos a montarlo. Somos una Peña del Athletic en Santa Coloma. Hay peñas en Tarragona, en Rubí (la más antigua), en Sant Cugat y en Barcelona. Hay otras peñas, con otros problemas, con más o menos éxito, con más o menos historia.
Nosotros venimos de Santa Coloma. Estamos a punto de cumplir 20 años. Muy a punto. Creo que llegaremos. Nuestros padres fundadores han ido abandonando poco a poco el barco. Es cierto que sigue viniendo el incombustible Homobono y que mi padre también está allí. Pero hemos ido perdiendo efectivos. La edad, los horarios infames, internet en casa para ver todos los partidos, un año malo, dejas de venir un tiempo y cuesta reengancharte. Pero somos una Peña del Athletic Club en Santa Coloma.
No somos vascos. La mayoría no tenemos más vínculo con Euskadi más que el Athletic y si, en tiempos, nos gustó y nos gusta la música de allí. Pero somos del Athletic. Somos capaces de ir a Girona, el día más frío del mundo, a ver al Athletic Club. A ver perder de manera lamentable a nuestro Athletic Club. A ver cómo nuestro Athletic Club no es capaz de tirar a puerta en todo el partido, mientras nosotros estamos cagados de frío, aguantando el agua, helados. Pero vamos. Y ya que estamos, estamos pensando en ir a Bilbao. Ya nos da igual todo.
Volviendo, reflexionamos. Nos gusta el fútbol, pero ya no nos gusta el fútbol. Nos gusta el Athletic, pero ya casi no vemos fútbol. Yo ya no veo casi ningún partido que no sea del Athletic. No me gusta. Al final gana el Madrid, al final marca Messi. No me gusta. Se juega mal. Me aburro. Veo el Athletic Club. Vamos con el frío, con el calor, a ver el partido. Partidos como el de ayer.
El viaje. Un viaje a Girona. Todos con nuestra bufanda, con las camisetas los valientes. Mi padre está contento como un chavalín. Se quiere meter en el meollillo, canta el himno, grita Athletic! El hijo de Pulido se ha saltado un partido del Badalona por ver al Athletic. La Dolores, su madre, también ha venido. Con su muleta, después del accidente. No se lo ha querido perder. Eso es afición. Ver esa trufa del partido del Athletic. Amenaza frío y lluvia. Nos hacemos la foto y nos vamos. Una hora de viaje, se ha llevado convocado a Andoni López, no sabemos de qué juega, lateral izquierdo. Vamos. Llegamos. Decidimos que no tenemos sitio fijo para comer y vamos en plan bandolero. Vamos a coger las entradas, vemos la peregrinación de gente con bufandas, camisetas. Aupa Athletic! con cada uno que nos cruzamos.
Somos una Peña del Athletic Club en Santa Coloma. Cada vez que vemos a alguien del Athletic nos derretimos.
Sabemos que hay mucha gente del Athletic en Santa Coloma. Sabemos que muchos lo veis en casa. Cómodos en Internet. A nosotros nos gusta ver el partido con gente, con gente que sepa quién es Andoni López. Con gente que recuerde la final perdida contra el Betis, cuando Iribar lanzó un penalti que le paró Esnaola. Nos gusta tener una peña del Athletic, en Santa Coloma, aunque cueste. Y cuesta mucho. Y necesitamos más gente.
Hago fotos del río o del puente. No sé. No son las fotos bonitas de Girona. Nos juntamos en una plaza, la plaza de l'Ajuntament de Girona, para asistir al recibimiento que hace el consistorio a las peñas. Viene gente de Bilbao y las peñas catalanas. Todo el mundo hace un pequeño discurso y yo lo hago muy al final, ya cuando han acabado todos. Y porque me empujan. Bueno. Vamos a comer a un sitio en una plaza porticada. Comemos bien, nos reímos. Esperamos a las cinco. Vamos al campo. Recogemos a mi hermano que viene de currar en tren. Al campo.
Montilivi. No sabemos si alguien ha ido a Montilivi alguna vez. Es como una zona universitaria. Tenemos las entradas en un córner. Estamos todos allí. Los de Bilbao, el del gorro de piscina y bermudas, sacan el banderón. Llueve. Te cagas de frío. Salimos con tres centrales. Tres centrales que no se conocen. Yerai que vuelve de su larga y terrible enfermedad. Y vuelve hoy. Íñigo Martínez, recién fichado de la Real. Unai, que jugará de libre. Andoni López, debutando de lateral.
Un desastre. A los cinco minutos, penalti. Partido nefasto. No vemos a mi padre y a mi madre. Los hemos perdido, pero están por ahí. Media parte. Mi padre dice que 'mierda'. Segunda parte. Quizás peor. Cambios que no arreglan nada. Otro gol del Girona. Dos cero. Stuani los dos goles. Un uruguayo que es del Athletic se caga en toda su generación cuando lo sustituyen. Cuando acaba el partido, los jugadores se acercan a la grada a lanzar la camiseta y agradecer. Williams no, está muy cabreado, se le ve. Nosotros también estamos muy cabreados. Mucho. Qué trufa de partido, qué pocas ideas. Qué mal. Fatal. Nos tienen esperando allí con el frío. Nos vamos.
Vuelvo viendo twitter, fotos antiguas del Athletic que he descubierto. Fotos de Biurrun, el primer jugador al que le pedí una firma.
Como sea, decimos volver. Volver a ir a Bilbao.
Somos una Peña del Athletic Club de Bilbao en Santa Coloma de Gramenet. Estamos en la Avenida Ramón Berenguer. Nos gusta el fútbol, no nos gusta ver mucho fútbol, nos gusta el Athletic. Somos del Athletic. No somos ni una Euskal Etxea, ni una peña taurina con fotos de Zarra. Somos un grupo de gente que se reúne para ver partidos del Athletic. Y viaja.
Y estamos a punto de cumplir veinte años. Aúpa Athletic! Viva la Peña Centenario!
No es fácil, no está siendo fácil. Hace mucho tiempo que no hacíamos un viaje, todos juntos, organizado, a ningún sitio. No queremos ir al campo del Barça, no queremos ir al campo del Espanyol. Fuimos una vez a ver al Villarreal y juramos no volver (perdimos, claro, nos enchufaron en un inframundo adornado con una viga que no nos dejó ver nada...). Vamos a Girona. Está aquí al lado, vamos a montarlo. Somos una Peña del Athletic en Santa Coloma. Hay peñas en Tarragona, en Rubí (la más antigua), en Sant Cugat y en Barcelona. Hay otras peñas, con otros problemas, con más o menos éxito, con más o menos historia.
Nosotros venimos de Santa Coloma. Estamos a punto de cumplir 20 años. Muy a punto. Creo que llegaremos. Nuestros padres fundadores han ido abandonando poco a poco el barco. Es cierto que sigue viniendo el incombustible Homobono y que mi padre también está allí. Pero hemos ido perdiendo efectivos. La edad, los horarios infames, internet en casa para ver todos los partidos, un año malo, dejas de venir un tiempo y cuesta reengancharte. Pero somos una Peña del Athletic Club en Santa Coloma.
No somos vascos. La mayoría no tenemos más vínculo con Euskadi más que el Athletic y si, en tiempos, nos gustó y nos gusta la música de allí. Pero somos del Athletic. Somos capaces de ir a Girona, el día más frío del mundo, a ver al Athletic Club. A ver perder de manera lamentable a nuestro Athletic Club. A ver cómo nuestro Athletic Club no es capaz de tirar a puerta en todo el partido, mientras nosotros estamos cagados de frío, aguantando el agua, helados. Pero vamos. Y ya que estamos, estamos pensando en ir a Bilbao. Ya nos da igual todo.
Volviendo, reflexionamos. Nos gusta el fútbol, pero ya no nos gusta el fútbol. Nos gusta el Athletic, pero ya casi no vemos fútbol. Yo ya no veo casi ningún partido que no sea del Athletic. No me gusta. Al final gana el Madrid, al final marca Messi. No me gusta. Se juega mal. Me aburro. Veo el Athletic Club. Vamos con el frío, con el calor, a ver el partido. Partidos como el de ayer.
El viaje. Un viaje a Girona. Todos con nuestra bufanda, con las camisetas los valientes. Mi padre está contento como un chavalín. Se quiere meter en el meollillo, canta el himno, grita Athletic! El hijo de Pulido se ha saltado un partido del Badalona por ver al Athletic. La Dolores, su madre, también ha venido. Con su muleta, después del accidente. No se lo ha querido perder. Eso es afición. Ver esa trufa del partido del Athletic. Amenaza frío y lluvia. Nos hacemos la foto y nos vamos. Una hora de viaje, se ha llevado convocado a Andoni López, no sabemos de qué juega, lateral izquierdo. Vamos. Llegamos. Decidimos que no tenemos sitio fijo para comer y vamos en plan bandolero. Vamos a coger las entradas, vemos la peregrinación de gente con bufandas, camisetas. Aupa Athletic! con cada uno que nos cruzamos.
Somos una Peña del Athletic Club en Santa Coloma. Cada vez que vemos a alguien del Athletic nos derretimos.
Sabemos que hay mucha gente del Athletic en Santa Coloma. Sabemos que muchos lo veis en casa. Cómodos en Internet. A nosotros nos gusta ver el partido con gente, con gente que sepa quién es Andoni López. Con gente que recuerde la final perdida contra el Betis, cuando Iribar lanzó un penalti que le paró Esnaola. Nos gusta tener una peña del Athletic, en Santa Coloma, aunque cueste. Y cuesta mucho. Y necesitamos más gente.
Hago fotos del río o del puente. No sé. No son las fotos bonitas de Girona. Nos juntamos en una plaza, la plaza de l'Ajuntament de Girona, para asistir al recibimiento que hace el consistorio a las peñas. Viene gente de Bilbao y las peñas catalanas. Todo el mundo hace un pequeño discurso y yo lo hago muy al final, ya cuando han acabado todos. Y porque me empujan. Bueno. Vamos a comer a un sitio en una plaza porticada. Comemos bien, nos reímos. Esperamos a las cinco. Vamos al campo. Recogemos a mi hermano que viene de currar en tren. Al campo.
Montilivi. No sabemos si alguien ha ido a Montilivi alguna vez. Es como una zona universitaria. Tenemos las entradas en un córner. Estamos todos allí. Los de Bilbao, el del gorro de piscina y bermudas, sacan el banderón. Llueve. Te cagas de frío. Salimos con tres centrales. Tres centrales que no se conocen. Yerai que vuelve de su larga y terrible enfermedad. Y vuelve hoy. Íñigo Martínez, recién fichado de la Real. Unai, que jugará de libre. Andoni López, debutando de lateral.
Un desastre. A los cinco minutos, penalti. Partido nefasto. No vemos a mi padre y a mi madre. Los hemos perdido, pero están por ahí. Media parte. Mi padre dice que 'mierda'. Segunda parte. Quizás peor. Cambios que no arreglan nada. Otro gol del Girona. Dos cero. Stuani los dos goles. Un uruguayo que es del Athletic se caga en toda su generación cuando lo sustituyen. Cuando acaba el partido, los jugadores se acercan a la grada a lanzar la camiseta y agradecer. Williams no, está muy cabreado, se le ve. Nosotros también estamos muy cabreados. Mucho. Qué trufa de partido, qué pocas ideas. Qué mal. Fatal. Nos tienen esperando allí con el frío. Nos vamos.
Vuelvo viendo twitter, fotos antiguas del Athletic que he descubierto. Fotos de Biurrun, el primer jugador al que le pedí una firma.
Como sea, decimos volver. Volver a ir a Bilbao.
Somos una Peña del Athletic Club de Bilbao en Santa Coloma de Gramenet. Estamos en la Avenida Ramón Berenguer. Nos gusta el fútbol, no nos gusta ver mucho fútbol, nos gusta el Athletic. Somos del Athletic. No somos ni una Euskal Etxea, ni una peña taurina con fotos de Zarra. Somos un grupo de gente que se reúne para ver partidos del Athletic. Y viaja.
Y estamos a punto de cumplir veinte años. Aúpa Athletic! Viva la Peña Centenario!
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