Qué pollas haces con el día de Andalucía, ni qué Día de Andalucía ni mierda. Qué Andalucía ni qué Andalucía. Andalucía es tu padre diciendo que ya hay que ser tonto para ser andalucista, nacionalista andaluz, cuatro tontos. Andalucía es tu padre diciendo Vilchis Vilchis Vilchis cuando subes por la cuestecilla que supera las vías de la Renfe. Andalucía es una carretera que en un momento parece que se ha convertido en un campo de minas antes de llegar a Pueblo Nuevo. Andalucía es una feria en San Gregorio que parece un baile de disfraces. Andalucía es que aparezca Granada al final de una curva bajando por la autovía. Andalucía es tu prima Juani llamando por teléfono y alargar la llamada para escucharla un rato más. Andalucía es tu primo Jesús en manga corta en febrero. Andalucía es la virgen, nene. Andalucía es tu madre haciendo migas. Andalucía es la feria de abril de Can Zam o la feria de Abril en el Fòrum. Andalucía es una página de Facebook de Montornés.
https://www.youtube.com/watch?v=gtJeaQVOExg
Parece que nos estemos volviendo locos con los temas. Andalucía oliendo a Hazard. El pueblo oliendo a flores. El pueblo oliendo a purines, toda la vida y lo que te queda. El pueblo quedándose pequeño. El pueblo haciéndose grande. El pueblo. Yo ya hace mucho tiempo que no soy andaluz. Antes fui andaluz, pero muy poco, porque tan blanquito y sin el pelo rizado y la barba poblada y la pintilla. Ay la pintilla de andaluz, qué difícil. Yo no he sido nunca capaz. Tengo la pinta de charnegojovsk. La verdad es que no tengo a nadie así en la familia que tenga la pinta de andaluz. Mi prima Juani. Es posible que mi prima Juani salga en el texto varias veces. Casi todas las veces. Mi padre no tenía pinta de andaluz. Porque era de Jaén y los de Jaén son de una pinta especial. No sabría distinguir a un polaco de un esloveno, pero a uno de Jaén lo detectas a la mínima. Mira siempre quién está llevando la contraria. O quién está mirando a la cámara con esa cara de ya está el tonto con el móvil. Deja ya el móvil, tonto.
https://www.youtube.com/watch?v=1dbmlnETobc
Un momento, mi hermano lleva el pelo rizado. Y patillas largas. Andalucismo. Las casas regionales, las peñas flamencas. La casa de nuestra Señora del Rocío de la Calle San Joaquín, que mi padre era aficionado a ir aunque a él la Virgen del Rocío le pareciera una cosa de la Nasa, pero ahí encontraba a gente y sobre todo encontraba cervecita con tapa. Y fresquita. Andalucía y peñas flamencas. El olor a peña flamenca, a los barriles, a nosequé. Ir a las peñas flamencas de pequeño y aburrirme tanto, pasarlo tan mal, no se podía. Qué aburrimiento. Mi padre no sé si lo pasaría mejor. Mi madre, ay mi madre, mi madre igual sí que se lo pasaba bien. Bah, en realidad a los dos les iba un jaleo más que un tonto un lápiz. Andalucía. Cuando coño se dice ole. Andalucía y vasos de cerveza fresquita en vasos de plástico caliente. Andalucía y la música a toda ostia en la feria de San Gregorio de La Carolina, qu seguro que no es San Gregorio y es otra cosa. Andalucía en la televisión con sus playas y sus gentes. Andalucía graciosa y chirigotera. Andalucía y las botas llenas de barro y la gorrilla esa que ahora no sé cómo se llama.
https://www.youtube.com/watch?v=sYE-HxR5sdg
Nuestro glorioso pasado en cada una de las piedras del camino. Viva Andalucía Libre. Andalucía Liebre. Tienes menos papeles que una liebre. No sabes a qué ley perteneces. No tienes conocimiento ninguno. Eres un ser de trapo. Refranillos y charanguillas. Mirando a cámara con cara de a ver si dejas de hacer el tonto ya con la cámara. Andalucía, andaluces levantaos, perdona que no me levante pero estoy mejor sentao. Andalucía moderna en la alameda de Sevilla, discutiendo sobre el futuro de la nación andaluza y la apropiación cultural. El temita tú sabes. Mis amigas de Sevilla no tienen acento sevillano. Tienen acento de Vilches. El tito Manolo parece Cipollini en sus buenos tiempos. Andalucía es mi padre y el Robin contando cosas de cuando llegaron a Barcelona. De cuando llegaron a Santa Coloma y Sant Joan Despí. Nuestro glorioso pasado, volver a ser lo que fuimos. Intelectuales poniendo Andalucía en el centro del debate. Los andaluces poniéndose en el centro. Piensa en esa imagen. En el centro.
https://www.youtube.com/watch?v=i3sj8xx0aDk
Andalucía es aburrimiento en las siestas. Andalucía es La Mancha. Andalucía buscando su espacio vital. El triunfo de la voluntad de ser andaluces. Granada en agosto o en primavera o en invierno. Granada es más bonita que todo. Granada. Mi padre estuvo en Granada y siempre hablaba mucho de Granada y nunca volvió a Granada porque él qué pollas iba a hacer en Granada. Aquí qué polla pasa. A Baza si que le gustaba ir. A ver a su primo Basilio. O que su primo Basilio fuera a verle a él. Andalucía es Ciudad Badía jugando a lima con mis primos y repitiendo como un mantra que en el piso de mi tito Basilio vivía un famoso, el cantante de Bordón 4. Andalucía es mi madre presionando por todo el campo para ir a la sala Mi Carreta a bailar sevillanas. Andalucía en los ojos de quien no ha ido a la feria de abril del Fòrum y ve a toda esa gente con esa gracia levantando los brazos para arriba y taconeando como se merece. Andalucía es escuchar de fondo el reggetón sonando. Cerveza fresquita, un posturón bueno y el cocido esperando en casa.
https://www.youtube.com/watch?v=i3sj8xx0aDk
Ya han venido los bomberos y hasta la guardia civil, ya está todo controlado, ya nos podemos dormir. Andalucía son los discos de Carlos Cano. El disco de Carlos Cano. Es no controlar las lágrimas cuando suena la Casida del Rey Chico. Y acordarte. Y no saber cómo coño has estado dos meses y algo sin llorar y de repente, tracatrán. Por eso es mejor hacernos los modernos y poner canciones modernas e imaginar una Andalucía diferente a esa de tu padre mirándote y pensando, ya está el tonto este con el movil haciendo fotos que a ver qué coño hace con el móvil. Andalucía es acordarte de ese hombre levantándose los sábados y domingos por las mañanas e ir corriendo al tocadiscos a poner a Carlos Cano cantando el canto del Muecín y tú intentando no escribir sobre tu padre o sobre tu madre o sobre tu pueblo o sobre una Andalucía que no sea la que tú recuerdas o la que tú conoces. Andalucía en el barrio de la estación, en la Estación de Vilches, sentado en las siestas. Y tu padre diciéndote que la gente le pregunta si ese que está allí leyendo en las siestas es tu hijo. So tonto.
https://www.youtube.com/watch?v=qtkzSwzw7no
Feliz día de Andalucía a todos los que creen que hoy es un día de esos como para recordar. Si nos vemos por ahí, nos tomamos una por nuestros hermanos y hermanas y primos y primas y titos y titas. Pero una.
viernes, 28 de febrero de 2020
lunes, 24 de febrero de 2020
El más grande
Cuentan que en tiempos del gran Califa Harún al Rashid, se presentó en su palacio un viajero que decía venir de Oriente. Quería ver al gran Califa y contarle las noticias que habían sucedido en aquel confín del mundo y proponerle de paso una empresa que debía ser muy beneficiosa tanto para el propio Califa como para todas las almas creyentes.
El viajero no hablaba con acento extranjero y por la pinta, parecía más bien uno de los buscavidas que habitaban en los poblados de casuchas que se amontonaban fuera de la muralla. Sin embargo, consultado el propio Califa por el asunto, le dejaron entrar y exponer lo que había anticipado en la puerta.
- Soy Guzmán Álvarez de Tolosa y vengo, Gran Califa, a contarte lo que en el extremo del mundo oriental he hallado. Vengo de Catai y te propongo que en este preciso instante, pongas bajo mi mando una fuerza de diez mil hombres, diez mil soldados valientes que serán suficientes para conquistar ese imperio de sedas y especias. Si me concedes este privilegio, te juro que te daré esas tierras y su riqueza y sus gentes, que no son pocas, te tendrán como nuevo gobernante y Alá todopoderoso se complacerá al tener cada vez más fieles.
Aquel día pilló de buenas a Harún al Rashid y este le concedió su deseoo de ir a conquistar Catai con 5000 hombres. Diez mil le parecieron al Califa mucho desperdicio.
Al cabo de tres meses, el viajero regresó ataviado con ropas excéntricas y solo. Ni uno de los 5000 soldados habían regresado con él. Pidió audiencia con el gran Califa.
- Vengo, Gran Califa, para comunicarte que Catai ha sido conquistado y que de los cinco mil valientes, ninguno ha vuelto porque la guerra fue dura y los supervivientes allí se han quedado y ahora son los que en tu nombre gobiernan esa feliz tierra ahora bajo el manto de Alá.
- Enséñame pues, cuál es la riqueza que me traes.
Guzmán Álvarez de Tolosa se quedó en blanco. No supo que responder. Balbuceó algo de los cinco mil soldados. Habló vaguedades sobre su ropa. Dijo algunas palabras en lo que consideró que era el idioma de Catai...
Y como a Harún al Rashid tampoco es que le importaran mucho 5.000 soldados más o menos, dejó marchar al pretendido viajero.
Cuando este regresó a su casa, en la barriada, le preguntaron sus amigos que qué. Y él contestó:
- Lo más extraño es que ni aquí ni en Catai nadie se extraña de mi nombre.
- ¿Y porqué se habían de extrañar?
- Pues también.
El viajero no hablaba con acento extranjero y por la pinta, parecía más bien uno de los buscavidas que habitaban en los poblados de casuchas que se amontonaban fuera de la muralla. Sin embargo, consultado el propio Califa por el asunto, le dejaron entrar y exponer lo que había anticipado en la puerta.
- Soy Guzmán Álvarez de Tolosa y vengo, Gran Califa, a contarte lo que en el extremo del mundo oriental he hallado. Vengo de Catai y te propongo que en este preciso instante, pongas bajo mi mando una fuerza de diez mil hombres, diez mil soldados valientes que serán suficientes para conquistar ese imperio de sedas y especias. Si me concedes este privilegio, te juro que te daré esas tierras y su riqueza y sus gentes, que no son pocas, te tendrán como nuevo gobernante y Alá todopoderoso se complacerá al tener cada vez más fieles.
Aquel día pilló de buenas a Harún al Rashid y este le concedió su deseoo de ir a conquistar Catai con 5000 hombres. Diez mil le parecieron al Califa mucho desperdicio.
Al cabo de tres meses, el viajero regresó ataviado con ropas excéntricas y solo. Ni uno de los 5000 soldados habían regresado con él. Pidió audiencia con el gran Califa.
- Vengo, Gran Califa, para comunicarte que Catai ha sido conquistado y que de los cinco mil valientes, ninguno ha vuelto porque la guerra fue dura y los supervivientes allí se han quedado y ahora son los que en tu nombre gobiernan esa feliz tierra ahora bajo el manto de Alá.
- Enséñame pues, cuál es la riqueza que me traes.
Guzmán Álvarez de Tolosa se quedó en blanco. No supo que responder. Balbuceó algo de los cinco mil soldados. Habló vaguedades sobre su ropa. Dijo algunas palabras en lo que consideró que era el idioma de Catai...
Y como a Harún al Rashid tampoco es que le importaran mucho 5.000 soldados más o menos, dejó marchar al pretendido viajero.
Cuando este regresó a su casa, en la barriada, le preguntaron sus amigos que qué. Y él contestó:
- Lo más extraño es que ni aquí ni en Catai nadie se extraña de mi nombre.
- ¿Y porqué se habían de extrañar?
- Pues también.
viernes, 21 de febrero de 2020
Eres más
Ernesto Guevara, Ché, más. Más que el Ché. No sé ni porqué he puesto la imagen del Ché cuando tendríamos que haber puesto la tuya. El Ché, no, más. Más que el Ché, más que Lenin. Más que todos ellos. Mucho más. Con una wifi buena eres capaz de todo. Más que el Ché. Más que Durruti. Mucho más. Más, mucho más. Más. De la punta alante. Con una wifi buena y con los enlaces a todos los diarios que cuentan realmente La Verdad. Esos diarios. La verdad. Estamos al servicio de la clase trabajadora y de los jóvenes y de las mujeres y te vamos a contar la verdad. Absolutamente la verdad y nada más. Ni el Ché te alcanza. Si no fuera porque ahora citar a La Polla está fuera de onda, sería como citar a La Polla cada dos por tres. Pero ya no. Ya no se puede. Pero estás más allá del Ché, que murió en Bolivia y era argentino y cubano, soldadito de bolivia soldadito boliviano. Eres mucho más que eso. A ti, a ti, que has sido todo y más, que gracias a ti y a tu esfuerzo denodado hemos conseguido absolutamente nada, a ti, a ti y a los que como tú se esfuerzan en nada y hacen absolutamente cero, a ti, gracias a ti, vamos a conseguir la nada peor, la nada de verdad, el cero negativo, la barbarie.
Sí, a ti, que ni tienes nombre ni tienes apellido y que tienes el rostro de la verdad y de la lucha, que has comprobado lo que es tener razón de manera inmisericorde y que con nadie estás de acuerdo siempre que no sean nadies como tú. A ti, nada de nada, nada en absoluto, nada de toda la vida. De los nada de siempre, de los nadie que siempre han estado ahí para recordarnos que de nadas ha habido en todas partes pero que a nosotros nos suelen tocar los más nadas del mercado. A ti. Y a ti también, que tienes la tentación de pensar que siendo nada se es mejor, que siendo absolutamente al margen y que sin tragar sapos se vive de fábula y nos haces vivir de fábula a todos y a todas, a ti, a ti también se te queda corto el traje de Ché. El Ché Guevara, Ernesto, que murió por ti y por todos tus compañeros y que mira cómo te bajas aplicaciones para ver vídeos más rápido.
Ay, quién fuera argentino y cubano o bien como tú y tuviera el don de estar siempre en el sitio donde estás solo.
Hay un jugador argentino del Atalanta, y con esto acabo, que contaba ayer en un diario, que desarrolló la habilidad de estar solo y desmarcado poniéndose siempre al lado del árbitro. Siempre el árbitro está solo en un campo de fútbol y él encontró una manera nueva del desmarque.
Esa es tu manera.
Al final siempre estás solo y siempre estás al lado del árbitro. Buscando los cuatro likes de cuatro solos como tú. Buscando el cero. Buscando sumar a ninguno. Auténtico. Nada. Sigue escarbando. El pozo, este pozo, no tiene chapa al final.
Sí, a ti, que ni tienes nombre ni tienes apellido y que tienes el rostro de la verdad y de la lucha, que has comprobado lo que es tener razón de manera inmisericorde y que con nadie estás de acuerdo siempre que no sean nadies como tú. A ti, nada de nada, nada en absoluto, nada de toda la vida. De los nada de siempre, de los nadie que siempre han estado ahí para recordarnos que de nadas ha habido en todas partes pero que a nosotros nos suelen tocar los más nadas del mercado. A ti. Y a ti también, que tienes la tentación de pensar que siendo nada se es mejor, que siendo absolutamente al margen y que sin tragar sapos se vive de fábula y nos haces vivir de fábula a todos y a todas, a ti, a ti también se te queda corto el traje de Ché. El Ché Guevara, Ernesto, que murió por ti y por todos tus compañeros y que mira cómo te bajas aplicaciones para ver vídeos más rápido.
Ay, quién fuera argentino y cubano o bien como tú y tuviera el don de estar siempre en el sitio donde estás solo.
Hay un jugador argentino del Atalanta, y con esto acabo, que contaba ayer en un diario, que desarrolló la habilidad de estar solo y desmarcado poniéndose siempre al lado del árbitro. Siempre el árbitro está solo en un campo de fútbol y él encontró una manera nueva del desmarque.
Esa es tu manera.
Al final siempre estás solo y siempre estás al lado del árbitro. Buscando los cuatro likes de cuatro solos como tú. Buscando el cero. Buscando sumar a ninguno. Auténtico. Nada. Sigue escarbando. El pozo, este pozo, no tiene chapa al final.
jueves, 20 de febrero de 2020
¡Me cago en Godard! - Pedro Vallín
Tengo un montón de revistas del Col·legi de Periodistes sin abrir. Dentro de la bolsita que les sirve de funda. Ahora mismo no recuerdo ni cual es el nombre de la revista. No las abro porque me siento mal, me siento fuera del periodismo y los temas interesantes que proponen me duelen. Porque yo no soy ni seré periodista.
Pedro Vallín es un descubrimiento de esos que te gustan y que te duelen. Te gusta cómo escribe, lo que escribe y todo eso pero te duele porque te demuestra que se puede y tú no. Te gusta lo que dice. Y de tanto gustarte dedicas veinte euros a comprarte su libro '¡Me cago en Godard!'.
El detonante de la compra fue el debate grabado frente a las periodistas de La Script, entre ellas la diosa María Guerra. En aquel debate, Vallín defendía con uñas, dientes y mucha ironía que Joker en realidad no era ese revolucionario que nos querían vender, sino un reaccionario, un elemento pernicioso, que no venía a cambiar ni denunciar nada. Venía a hacer daño y ya está. Aparece este debate justo cuando se estaba presentando su libro '¡Me cago en Godard!'.
Jean Luc Godard. La única vez que recuerdo haberme puesto malo, pero malo de verdad, físicamente, en un cine fue con una película de Godard, en la Filmoteca. Entré bien, creo, y me fui encontrando mal. Terminé con fiebre. Nos tuvimos que ir sin acabar. Creo que también llegué a ver aquello que hizo mientras los Rolling Stones grababan Simpathy for the devil.
La premisa del libro de Pedro Vallín es la siguiente. Todo ese rollo de que el cine americano, el cine de Hollywood, Hollywood en sí, es Satán si eres una persona de izquierdas, es una trola. Nos dejamos llevar por el dogmatismo y nos creemos que un director de cine norteamericano, un guionista, un productor, no deja de ser un agente de la CIA que nos la quiere colar. Y sin embargo, compramos como bueno todo aquello que viene del cine europeo sin preguntarnos si lo que estamos viendo es cine progresista o el simplemente retratos de burgueses que hablan de cosas interesantes tan interesantes que te da lo mismo.
Era yo pequeño y ya era así. Sobre todo con el cine de Hollywood. Criado en una casa donde lo más bonito hacia lo yanqui era... ni vi en su momento Rambo, ni Acorralado, ni siquiera E.T... porque todo era fruto del imperio del mal. El niño soviético no quería y no quería.
Como tengo las revistas del Col·legi de Periodistes sin abrir, no me siento capaz de hacer un resumen del libro y de sus diversas aportaciones. Así que intentaré aproximarme con la brocha gorda.
Lo que nos cuenta Pedro Vallín primero es la separación entre arte y artesanía, entre artesano y arte, entre lo que consideramos arte y lo que no, lo que nos han dicho que es arte y lo que no. Sobre repeticiones, sobre el valor del arte, sobre la diferencia entre novela y narración, arquetipos, géneros, actores utilizados como modelos, actrices utilizadas como modelo y luego ridiculizadas en otras películas, películas que pensamos progresistas y no lo son, directores que creemos en nuestro bando y no lo están, filmografías contemporáneas de países que nos dan gato por liebre y sobre todo una reivindicación de lo que es pasárselo bien.
Las películas para pasárselo bien, el mero hecho de pasárselo bien sin que haya alguien que te venga a decir que cómo se pueden hacer películas lúdicas con todo lo que está pasando en el mundo.
Y la diferencia entre la mirada positiva sobre el mundo y la mirada del todo mal, del así no, de no querer darse cuenta de que el mundo es de una manera y que para un mundo nuevo hacen falta soluciones nuevas.
Y es un libro bueno porque te amplía el punto de vista, si tienes un montón de revistas que no quieres abrir. Y ya no volverás a ver las películas igual.
Pedro Vallín es un descubrimiento de esos que te gustan y que te duelen. Te gusta cómo escribe, lo que escribe y todo eso pero te duele porque te demuestra que se puede y tú no. Te gusta lo que dice. Y de tanto gustarte dedicas veinte euros a comprarte su libro '¡Me cago en Godard!'.
El detonante de la compra fue el debate grabado frente a las periodistas de La Script, entre ellas la diosa María Guerra. En aquel debate, Vallín defendía con uñas, dientes y mucha ironía que Joker en realidad no era ese revolucionario que nos querían vender, sino un reaccionario, un elemento pernicioso, que no venía a cambiar ni denunciar nada. Venía a hacer daño y ya está. Aparece este debate justo cuando se estaba presentando su libro '¡Me cago en Godard!'.
Jean Luc Godard. La única vez que recuerdo haberme puesto malo, pero malo de verdad, físicamente, en un cine fue con una película de Godard, en la Filmoteca. Entré bien, creo, y me fui encontrando mal. Terminé con fiebre. Nos tuvimos que ir sin acabar. Creo que también llegué a ver aquello que hizo mientras los Rolling Stones grababan Simpathy for the devil.
La premisa del libro de Pedro Vallín es la siguiente. Todo ese rollo de que el cine americano, el cine de Hollywood, Hollywood en sí, es Satán si eres una persona de izquierdas, es una trola. Nos dejamos llevar por el dogmatismo y nos creemos que un director de cine norteamericano, un guionista, un productor, no deja de ser un agente de la CIA que nos la quiere colar. Y sin embargo, compramos como bueno todo aquello que viene del cine europeo sin preguntarnos si lo que estamos viendo es cine progresista o el simplemente retratos de burgueses que hablan de cosas interesantes tan interesantes que te da lo mismo.
Era yo pequeño y ya era así. Sobre todo con el cine de Hollywood. Criado en una casa donde lo más bonito hacia lo yanqui era... ni vi en su momento Rambo, ni Acorralado, ni siquiera E.T... porque todo era fruto del imperio del mal. El niño soviético no quería y no quería.
Como tengo las revistas del Col·legi de Periodistes sin abrir, no me siento capaz de hacer un resumen del libro y de sus diversas aportaciones. Así que intentaré aproximarme con la brocha gorda.
Lo que nos cuenta Pedro Vallín primero es la separación entre arte y artesanía, entre artesano y arte, entre lo que consideramos arte y lo que no, lo que nos han dicho que es arte y lo que no. Sobre repeticiones, sobre el valor del arte, sobre la diferencia entre novela y narración, arquetipos, géneros, actores utilizados como modelos, actrices utilizadas como modelo y luego ridiculizadas en otras películas, películas que pensamos progresistas y no lo son, directores que creemos en nuestro bando y no lo están, filmografías contemporáneas de países que nos dan gato por liebre y sobre todo una reivindicación de lo que es pasárselo bien.
Las películas para pasárselo bien, el mero hecho de pasárselo bien sin que haya alguien que te venga a decir que cómo se pueden hacer películas lúdicas con todo lo que está pasando en el mundo.
Y la diferencia entre la mirada positiva sobre el mundo y la mirada del todo mal, del así no, de no querer darse cuenta de que el mundo es de una manera y que para un mundo nuevo hacen falta soluciones nuevas.
Y es un libro bueno porque te amplía el punto de vista, si tienes un montón de revistas que no quieres abrir. Y ya no volverás a ver las películas igual.
martes, 18 de febrero de 2020
Vamos a hablar de blues
Estamos hablando de blues. Estamos hablando de una canción que es igual a otra canción que has escuchado pero no sabes de quién y que tiene los mismos acordes y el mismo toque de batería y cambia la letra y cambia el intérprete y cambia el autor, pero es la misma canción. Una y otra vez. No hay mensaje oculto, no hay nada detrás. Estamos hablando del blues. El blues de los tres acordes. De los cuatro acordes. ¿Cuántos acordes tiene el blues? Estamos hablando del blues. Otra vez. Me he levantado esta mañana y he sentido que todo iba bien. Que tenía dinero, que mi familia estaba conmigo, que mi coche estaba limpio, que tenía la tensión en orden. Estaba feliz. Y se ha muerto el blues. Y el blues se me ha aparecido en sueños y me ha dicho que debo ser un perro callejero. Y no le he entendido. No entiendo el blues. Están clavadas dos cruces en el monte del olvido. Uno por lo que nosequé y otro por el blues. Los amantes del blues menean el pie al ritmo de un batería que siempre toca la misma melodía, el mismo ritmo, que no se permite innovar. El bajista siempre está serio y en un segundo plano. El guitarra hace todo el espectáculo pensando en el blues, o en el rythm and blues, o en el blues rock, o en el hillbillie, o en el rockabillie, o en el rock, pero siempre disimulando. En realidad no estoy tocando nada de eso que estáis pensando, ya sabéis que todo es blues. El blues en esta ciudad se vive en las barras de los bares donde antiguos militantes se lamentan de su poca fortuna y miran con rencor al joven advenedizo que ha conseguido nada en absoluto. El blues lo está cantando el jovencito. Tú no cantas nada, porque no sabes cantar blues. El otro día en el cruce de caminos me puse a cantar un viejo blues y me salió como una chirigota. No me tomaron en serio. El viejo blues reaccionó enseguida y me dijo que lo hiciera instrumental. Vino el demonio, el diablo, Lucifer, Satán, y me dijo que qué estaba buscando. Le dije que quería venderle mi alma para cantar el blues y el ángel caído me dijo que en su vida había visto cantar tan bien un blues. Por eso esta mañana me he levantado y estaba todo bien.
En un oscuro local de nuestra ciudad, una chica canta un blues mientras agarra a su chico que no entiende el blues, y escucharía un blues, un tango, una polka o un Lied de Schubert. La Schubertiada entera. El Blues de Santa Coloma. Santa Coloma Blues. El blues del que nunca distinguió una canción de Cole Porter de una de Bob Marley. El blues de quien fuera una gran estrella del blues y ahora se conforma con grabar las actuaciones de otro. Un día volverás a cantar y a ser la reina del escenario. El blues del que mira desde fuera a la gente y hace retratos completamente errados. El blues del que mira desde dentro del escenario y hace los retratos. El blues de quien quiere hablar de blues.
Vamos a hablar de blues. No me gusta el blues pero ya no me queda ninguna bala más en mi revolver y ahora tengo que apostarlo todo a una carta y mis botas de montar me aprietan en la punta porque no están hechas para bailar. Están hechas del material del que está hecho el blues. El viejo blues. El blues del que no tiene nada. El blues que no sabemos lo que es. Me gusta escuchar el viejo blues como si fuera nuevo blues.
En un luminoso lugar de nuestra ciudad, alguien piensa en cómo terminar con el Blues. Vamos a hablar del blues.
En un oscuro local de nuestra ciudad, una chica canta un blues mientras agarra a su chico que no entiende el blues, y escucharía un blues, un tango, una polka o un Lied de Schubert. La Schubertiada entera. El Blues de Santa Coloma. Santa Coloma Blues. El blues del que nunca distinguió una canción de Cole Porter de una de Bob Marley. El blues de quien fuera una gran estrella del blues y ahora se conforma con grabar las actuaciones de otro. Un día volverás a cantar y a ser la reina del escenario. El blues del que mira desde fuera a la gente y hace retratos completamente errados. El blues del que mira desde dentro del escenario y hace los retratos. El blues de quien quiere hablar de blues.
Vamos a hablar de blues. No me gusta el blues pero ya no me queda ninguna bala más en mi revolver y ahora tengo que apostarlo todo a una carta y mis botas de montar me aprietan en la punta porque no están hechas para bailar. Están hechas del material del que está hecho el blues. El viejo blues. El blues del que no tiene nada. El blues que no sabemos lo que es. Me gusta escuchar el viejo blues como si fuera nuevo blues.
En un luminoso lugar de nuestra ciudad, alguien piensa en cómo terminar con el Blues. Vamos a hablar del blues.
lunes, 17 de febrero de 2020
Aldebarán
Con aquella gracia que tenía el Igor para decirnos las cosas, un día apareció diciendo que había estado en Aldebarán. Ya está el flipado con sus cosas de flipado, pensamos. El Igor siempre estaba con historias raras. Siempre le pasaba a él todo. Lo más bizarro, lo más extraño. Encontraba los locales más infectos. Se liaba con las tías más extrañas. Aparecía con amigos que resultaban como poco exóticos. Le gustaba la música más absurda. Era del Levante. No había nunca por donde cogerlo. Se apareció aquella vez bastante temprano para lo que era habitual en él. Nos saludó y algo parecía tener diferente. Parecía mayor, parecía cansado, pero se le veía feliz.
Nos dijo, chavales, Aldebarán. Así. Sin más. Aldebarán. En un primer momento la reacción fue la de pensar en un bar nuevo, en alguna discoteca de por ahí. Una discoteca, quién iba ya a discotecas. Solo el Igor. No pensamos de ninguna manera en la posibilidad de que Aldebarán fuera realmente Aldebarán. Y comenzamos a hacerle preguntas.
Y no es que ninguno de nosotros sea astrónomo, ni ingeniero aeroespacial, ni haya hecho más viajes de lo común. Pero con el google a mano y con un poco de sorpresa por nuestra parte, el Igor nos contó una historia que poco a poco iba encajando. Había estado en Aldebarán. Resulta que yendo en metro hacia el Raval donde dice que había quedado con una amiga, se metió en un túnel en el trasbordo del Clot y ahí se encontró con un par de chavales que iban en chándal, unos chándales muy raros, como de hace tiempo, de los noventa, de aquellos de táctel. Pegó hebra con ellos porque le pidieron fuego y pensó, mira los chavales como se la suda lo del tabaco. Se creyó joven otra vez y estos le dijeron que si quería una caladita. Dijo que no y que le estaban esperando. Cuando pilló el metro que estaba llegando se subió y se quedó dormido. Cuando despertó estaba de viaje. Por el espacio. Todo iba muy deprisa. Llegó a Aldebarán. Le estaban esperando. Iba en un avión o en un cohete privado. No estaba tripulado. No sabe porqué le eligieron a él. Al bajar había gente esperándole como digo. Unas caras familiares. Preguntó que dónde estaba. En Aldebarán. Les dijo que si era un disco de Pink Floyd. Se rieron de él. Dijeron que no. Esas caras familiares. Preguntó si se habían visto alguna vez antes. Aquella gente dijo que sí. Que ya les había visitado otra vez cuando era pequeño. Con sus padres. El Igor dice que flipaba. Nos describió una estrella que por fuera era brillantísima, pero que por dentro estaba bien. Era como nuestro sol, dijo el Igor, pero diferente, como si él ya hubiera estado en el Sol. Le preguntamos si había estado en el Sol. Nos dijo que no se acordaba, pero que igual sí. Se le notaba algo más moreno de lo habitual, pero es que el Igor siempre había estado blanquísimo. Nos estuvo contando más cosas. Que había una tía que se parecía mucho a su padre y que resultó ser como una prima suya o algo. Que se ve que los de su familia, le contaron, tenían contacto con Aldebarán desde siempre. Pero que él no se había enterado.
Es que el Igor con su familia no está bien.
Nos dijo, chavales, Aldebarán. Así. Sin más. Aldebarán. En un primer momento la reacción fue la de pensar en un bar nuevo, en alguna discoteca de por ahí. Una discoteca, quién iba ya a discotecas. Solo el Igor. No pensamos de ninguna manera en la posibilidad de que Aldebarán fuera realmente Aldebarán. Y comenzamos a hacerle preguntas.
Y no es que ninguno de nosotros sea astrónomo, ni ingeniero aeroespacial, ni haya hecho más viajes de lo común. Pero con el google a mano y con un poco de sorpresa por nuestra parte, el Igor nos contó una historia que poco a poco iba encajando. Había estado en Aldebarán. Resulta que yendo en metro hacia el Raval donde dice que había quedado con una amiga, se metió en un túnel en el trasbordo del Clot y ahí se encontró con un par de chavales que iban en chándal, unos chándales muy raros, como de hace tiempo, de los noventa, de aquellos de táctel. Pegó hebra con ellos porque le pidieron fuego y pensó, mira los chavales como se la suda lo del tabaco. Se creyó joven otra vez y estos le dijeron que si quería una caladita. Dijo que no y que le estaban esperando. Cuando pilló el metro que estaba llegando se subió y se quedó dormido. Cuando despertó estaba de viaje. Por el espacio. Todo iba muy deprisa. Llegó a Aldebarán. Le estaban esperando. Iba en un avión o en un cohete privado. No estaba tripulado. No sabe porqué le eligieron a él. Al bajar había gente esperándole como digo. Unas caras familiares. Preguntó que dónde estaba. En Aldebarán. Les dijo que si era un disco de Pink Floyd. Se rieron de él. Dijeron que no. Esas caras familiares. Preguntó si se habían visto alguna vez antes. Aquella gente dijo que sí. Que ya les había visitado otra vez cuando era pequeño. Con sus padres. El Igor dice que flipaba. Nos describió una estrella que por fuera era brillantísima, pero que por dentro estaba bien. Era como nuestro sol, dijo el Igor, pero diferente, como si él ya hubiera estado en el Sol. Le preguntamos si había estado en el Sol. Nos dijo que no se acordaba, pero que igual sí. Se le notaba algo más moreno de lo habitual, pero es que el Igor siempre había estado blanquísimo. Nos estuvo contando más cosas. Que había una tía que se parecía mucho a su padre y que resultó ser como una prima suya o algo. Que se ve que los de su familia, le contaron, tenían contacto con Aldebarán desde siempre. Pero que él no se había enterado.
Es que el Igor con su familia no está bien.
viernes, 14 de febrero de 2020
Cartelazo en Can Zam
La Polla Records, Boikot, Reincidentes, Def Con Dos, Toy Dolls... una pasada de cartel para otro festival en Santa Coloma. Y en Can Zam. Hay que reconocer que. ¿Qué hay que reconocer?
Supongo que ahora es el turno de poner el cartel en las redes, estar orgullosos de que en nuestra ciudad, nuevamente, tengamos ahí mismo a los grandes ídolos de nuestra juventud. Poder disfrutar de un concierto de La Polla de nuevo en Santa Coloma. Yo no fui al del Longarón. No voy a ir a este tampoco.
Nuevamente un festival en Santa Coloma a modo de zasca. Un festival para ahogar aún más la reivindicación de un parque verde en Can Zam. Un zasca más para que todos los que tanto venimos reivindicando el parque verde tengamos que pasar por taquilla o por debajo del arco de quien sea para poder ir a ver a nuestros ídolos en Can Zam y comernos la quina, tragarnos la mierda, de esconder durante unas horas, durante unos días, que queremos un parque que en realidad ya nadie parece querer en Santa Coloma.
De nuevo tener que convencer a los amigos jevis locales de que el festival está cojonudo, genial, fantástico, pero en otro sitio. Can Zam debería completarse como parque. Y lo que quepa después, adelante. La Polla Records o lo que sea. Ojalá.
Pero no. Un festival más a modo de zasca. ¿Quiénes son los que más podrían oponerse a que Can Zam siga sin ser el parque que Santa Coloma necesita? ¿Quiénes de entre los múltiples componentes de las tribus urbanas se han significado más por la reivindicación de los espacios naturales, de la ecología, del respeto al medio ambiente, de la alienación que produce vivir entre el asfalto? Pues de esos. Un festival. Que se jodan.
Que se jodan y se lo traguen.
Nos jodemos y nos lo tragamos.
Está bien. Lo habéis conseguido. Seguro que un montón de amigos y compañeros pasarán por taquilla y enriquecerán más si cabe las arcas de Rock'n'Rock. Y todos los punkililis locales dejarán de ser tan tan tan radicales y volverán de nuevo a reconocer que, a ver, las cosas como sean, pero es que esta alcaldesa es que se enrolla. Calimocho a tope.
Pero la vida es muy larga. Y ese parque terminará completándose. Un día triste como el de hoy (de orgullo para muchos y les entiendo), porque todo el trabajo de concienciación, de divulgación, de lo que se necesita un parque en Can Zam, completo y verde, se viene abajo al ver a nuestros ídolos participar de otro festival justo en el espacio que reivindicamos algunos, muchos, unos cuantos, bastantes, como necesario para aumentar la calidad de vida de los ciudadanos de Santa Coloma.
Pero nos jodemos. Otra vez.
Pero resistimos y seguimos diciendo lo mismo. Can Zam como parque verde de Santa Coloma. Porque nos tragaremos la foto de la alcaldesa y su equipo de Gobierno con Evaristo, con el de los Reincidentes (Andalucía entera como Can Zam?)... haciendo sus cuernecitos y mirando, por una vez, a la cámara sonriendo y sonriéndose y diciéndonos: os jodéis.
Bien.
Todo es como tiene que ser, todo va como tiene que ir.
Supongo que ahora es el turno de poner el cartel en las redes, estar orgullosos de que en nuestra ciudad, nuevamente, tengamos ahí mismo a los grandes ídolos de nuestra juventud. Poder disfrutar de un concierto de La Polla de nuevo en Santa Coloma. Yo no fui al del Longarón. No voy a ir a este tampoco.
Nuevamente un festival en Santa Coloma a modo de zasca. Un festival para ahogar aún más la reivindicación de un parque verde en Can Zam. Un zasca más para que todos los que tanto venimos reivindicando el parque verde tengamos que pasar por taquilla o por debajo del arco de quien sea para poder ir a ver a nuestros ídolos en Can Zam y comernos la quina, tragarnos la mierda, de esconder durante unas horas, durante unos días, que queremos un parque que en realidad ya nadie parece querer en Santa Coloma.
De nuevo tener que convencer a los amigos jevis locales de que el festival está cojonudo, genial, fantástico, pero en otro sitio. Can Zam debería completarse como parque. Y lo que quepa después, adelante. La Polla Records o lo que sea. Ojalá.
Pero no. Un festival más a modo de zasca. ¿Quiénes son los que más podrían oponerse a que Can Zam siga sin ser el parque que Santa Coloma necesita? ¿Quiénes de entre los múltiples componentes de las tribus urbanas se han significado más por la reivindicación de los espacios naturales, de la ecología, del respeto al medio ambiente, de la alienación que produce vivir entre el asfalto? Pues de esos. Un festival. Que se jodan.
Que se jodan y se lo traguen.
Nos jodemos y nos lo tragamos.
Está bien. Lo habéis conseguido. Seguro que un montón de amigos y compañeros pasarán por taquilla y enriquecerán más si cabe las arcas de Rock'n'Rock. Y todos los punkililis locales dejarán de ser tan tan tan radicales y volverán de nuevo a reconocer que, a ver, las cosas como sean, pero es que esta alcaldesa es que se enrolla. Calimocho a tope.
Pero la vida es muy larga. Y ese parque terminará completándose. Un día triste como el de hoy (de orgullo para muchos y les entiendo), porque todo el trabajo de concienciación, de divulgación, de lo que se necesita un parque en Can Zam, completo y verde, se viene abajo al ver a nuestros ídolos participar de otro festival justo en el espacio que reivindicamos algunos, muchos, unos cuantos, bastantes, como necesario para aumentar la calidad de vida de los ciudadanos de Santa Coloma.
Pero nos jodemos. Otra vez.
Pero resistimos y seguimos diciendo lo mismo. Can Zam como parque verde de Santa Coloma. Porque nos tragaremos la foto de la alcaldesa y su equipo de Gobierno con Evaristo, con el de los Reincidentes (Andalucía entera como Can Zam?)... haciendo sus cuernecitos y mirando, por una vez, a la cámara sonriendo y sonriéndose y diciéndonos: os jodéis.
Bien.
Todo es como tiene que ser, todo va como tiene que ir.
jueves, 13 de febrero de 2020
Black Sabbath - Black Sabbath
50 años del primer disco de la banda de Ozzy. Hoy nos acordamos de Ozzy por aquel programa. Por que acaban de decirnos que está chungo. Por muchas cosas. Black Sabbath es un grupo al que hay que tenerle respeto infinito. Pero no por que sean 'los primeros en hacer un disco de heavy metal, que es precisamente este mismo'. Si no por hacerlo de una manera descerebrada, sencilla, sin excesivos artificios, sin hacerlo complicado, pareciendo que esos riffs son en realidad algo que está en el aire, que simplemente lo han escrito en un papel y tocado con unos instrumentos sin mayor dificultad.
No sé quién hizo la camiseta esa de que todo está en los primeros discos de Black Sabbath. Del Black Sabbath al Sabbotage. Efectivamente todo está ahí. Todo lo que podemos extraer del heavy metal, del hard rock, del rock satánico, del rock de cuernos al aire está ahí. Led Zeppelin o Deep Purple, por hablar de los otros dos totems, están en otra cosa. No mejor, no peor. No lo sé.
Es la hora de hablar de la música y de las canciones de este primer disco pero es que paso porque de todo el disco yo me quedo con N.I.B. y con Warning. Sé que todo el disco mola mucho y que la primera es prácticamente todo pero me quedo con:
Your love for me has just got to be real, before you know the way i'm going to feel.
Y también:
My name is Lucifer, please take my hand.
Yo creo que con esto está todo dicho. Pónganle la música de fondo que quieran y ya está. Es todo.
Así que 50 años de este disco. No sé qué decir. Todo lo que ha venido después está ya ahí y si no está están los otros cinco discos para acabar de rematarlo.
En algún lugar, tanto hablar de Ozzy, tendremos que hablar de Tommy Iommi. Claro que los otros dos, los de la sección rítmica son importantes, pero en este caso es que Iommi con su guitarra lo define todo. Si quieres punteos y cosas virgueras los tienes, pero es algo que ya hemos comentado antes y vamos a volver a repetir. Hay algo de simpleza, de cosa natural en lo que hace, que te invita a meterte en sus discos de una manera que no lo hace creo que ninguna otra banda de metal. Y te molan otras bandas, claro que te molan, pero de quienes se aprende mucho es de esta gente y de los otros lo que te gusta es hacer guitarras de aire y poco más. Bueno, algo más.
Discos antiguos.
Música Rock de guitarra bajo batería y cantante. Una cosa arcaica y trasnochada y de la que nos gusta seguir escribiendo y nos gusta escuchar sus discos y pensar que la gente que tiene menos de 30 años ya no va a acercarse a este tipo de música para nada. Una música que ya no tiene que ver con nada.
Padres poniendo discos de Black Sabbath a sus hijos a ver si cae algo. A ver qué. Y las generaciones se van consumiendo y cada vez habrá menos gente que una noche, escuchando esto en su casa, mire hacia el infinito y grite me llamo lucifer, dame la mano.
Y por eso vamos a peor.
No sé quién hizo la camiseta esa de que todo está en los primeros discos de Black Sabbath. Del Black Sabbath al Sabbotage. Efectivamente todo está ahí. Todo lo que podemos extraer del heavy metal, del hard rock, del rock satánico, del rock de cuernos al aire está ahí. Led Zeppelin o Deep Purple, por hablar de los otros dos totems, están en otra cosa. No mejor, no peor. No lo sé.
Es la hora de hablar de la música y de las canciones de este primer disco pero es que paso porque de todo el disco yo me quedo con N.I.B. y con Warning. Sé que todo el disco mola mucho y que la primera es prácticamente todo pero me quedo con:
Your love for me has just got to be real, before you know the way i'm going to feel.
Y también:
My name is Lucifer, please take my hand.
Yo creo que con esto está todo dicho. Pónganle la música de fondo que quieran y ya está. Es todo.
Así que 50 años de este disco. No sé qué decir. Todo lo que ha venido después está ya ahí y si no está están los otros cinco discos para acabar de rematarlo.
En algún lugar, tanto hablar de Ozzy, tendremos que hablar de Tommy Iommi. Claro que los otros dos, los de la sección rítmica son importantes, pero en este caso es que Iommi con su guitarra lo define todo. Si quieres punteos y cosas virgueras los tienes, pero es algo que ya hemos comentado antes y vamos a volver a repetir. Hay algo de simpleza, de cosa natural en lo que hace, que te invita a meterte en sus discos de una manera que no lo hace creo que ninguna otra banda de metal. Y te molan otras bandas, claro que te molan, pero de quienes se aprende mucho es de esta gente y de los otros lo que te gusta es hacer guitarras de aire y poco más. Bueno, algo más.
Discos antiguos.
Música Rock de guitarra bajo batería y cantante. Una cosa arcaica y trasnochada y de la que nos gusta seguir escribiendo y nos gusta escuchar sus discos y pensar que la gente que tiene menos de 30 años ya no va a acercarse a este tipo de música para nada. Una música que ya no tiene que ver con nada.
Padres poniendo discos de Black Sabbath a sus hijos a ver si cae algo. A ver qué. Y las generaciones se van consumiendo y cada vez habrá menos gente que una noche, escuchando esto en su casa, mire hacia el infinito y grite me llamo lucifer, dame la mano.
Y por eso vamos a peor.
miércoles, 12 de febrero de 2020
Català, català, català.
Si estàs avorrit de ser català, ara tens un nou repte. Pots semblar català. Pots intentar-ho. Pelegrí Pelegrí Pelegrí. Català, català, català. L'alcaldessa de Vic, Anna Erra, ha posat el dit a la nafra i ha parlat francament. 'Si no sembla català'. No semblar català. Els meus amics no semblen catalans, jo mateix no semblo català. No ho dic en broma. Suposo que per a l'alcaldessa i per a tanta i tanta gent, un extremeny pel carrer no sembla català, o un sicilià. Sembla un català sicilià? S'assembla? I a un basc? Els catalans ens assemblem als bascos? L'alcaldessa de Vic ho ha dit i ha expressat allò que ja sospitàvem. Els catalans han de semblar catalans. Els catalans semblen catalans. Els reconeixeràs pel seu aspecte, per la seva fesomia, pel color de la seva pell, pels rinxols del seu cabell, pel seu nas, pel seus ulls, per la seva millor adaptació al medi, per les seves brànquies, pels seus alerons, per les pegatines de focs als seus cotxes, per que llegeixen amb fruïció a JV Foix, perquè saben detectar als que no són catalans, per que saben la diferència entre perquè i per que, perque parlen en català. Parlen en català, que és la llengua que ens agermana, no és ja la bandera del Barça, les llengües ens han d'unir, d'agermanar als que semblem catalans i als que no.
Jo, com Messi per exemple, semblo català. No parlo molt català i potser escric millor i tot el català que el parlo. I mira que l'escric malament. L'alcaldessa de Vic suposo que em sabria detectar. Miro amb desconfiança, soc de pell blanqueta, mai parlo en català. Soc com Messi. Iñaki Williams no és basc. Va nèixer a Bilbao, però no és basc. Això es veu.
Qué tenim? Tenim un país on comencem a preguntar-nos on és l'extrema dreta més nostrada. No és solament muntant actes amb el FnC, també és a uns altres llocs. També a qui pensa que només és català qui ho sembla. Qui te els trets característics d'un bon jan català o una bona dona, la ben plantada arquetípica que després va ser un altre arquetip per uns altres classistes de merda.
Classistes. Gent que no pot ajuntar-se amb una altra gent perquè no semblen el que haurien de semblar ni són com ens agradaria que fos tothom. Gent que pensa que hi ha catalans... i ha catalans. Catalans, catalans, catalans. Gent que assimila tot, absolutament tot, lo espanyol, lo nyordo, amb el feixisme. Escoltar avui a la Ponsatí parlar d'Espanya (España), com el país que va inspirar Hitler, com un país amb pulsions genocides. Aquesta idea, aquest xup xup. Aquesta merda de pensament. Aquest eixamplar la base perquè ja hi ha una base de catalans catalans catalans que naturalment pensen que hi ha per naturalesa una gent que estima la terra i una altra gent que, encara que no pensi naturalment que això és, ho podria pensar per uns altres motius. Pots ser català si és que penses com hauria de pensar un català que veritablement ho fos.
Que ho pensés.
Que ho semblés.
Com Messi a Vic.
Jo, com Messi per exemple, semblo català. No parlo molt català i potser escric millor i tot el català que el parlo. I mira que l'escric malament. L'alcaldessa de Vic suposo que em sabria detectar. Miro amb desconfiança, soc de pell blanqueta, mai parlo en català. Soc com Messi. Iñaki Williams no és basc. Va nèixer a Bilbao, però no és basc. Això es veu.
Qué tenim? Tenim un país on comencem a preguntar-nos on és l'extrema dreta més nostrada. No és solament muntant actes amb el FnC, també és a uns altres llocs. També a qui pensa que només és català qui ho sembla. Qui te els trets característics d'un bon jan català o una bona dona, la ben plantada arquetípica que després va ser un altre arquetip per uns altres classistes de merda.
Classistes. Gent que no pot ajuntar-se amb una altra gent perquè no semblen el que haurien de semblar ni són com ens agradaria que fos tothom. Gent que pensa que hi ha catalans... i ha catalans. Catalans, catalans, catalans. Gent que assimila tot, absolutament tot, lo espanyol, lo nyordo, amb el feixisme. Escoltar avui a la Ponsatí parlar d'Espanya (España), com el país que va inspirar Hitler, com un país amb pulsions genocides. Aquesta idea, aquest xup xup. Aquesta merda de pensament. Aquest eixamplar la base perquè ja hi ha una base de catalans catalans catalans que naturalment pensen que hi ha per naturalesa una gent que estima la terra i una altra gent que, encara que no pensi naturalment que això és, ho podria pensar per uns altres motius. Pots ser català si és que penses com hauria de pensar un català que veritablement ho fos.
Que ho pensés.
Que ho semblés.
Com Messi a Vic.
martes, 11 de febrero de 2020
Flos Mariae de la Fe
Imagina que cantas o bailas o escribes o actúas o haces lo que quiera que hagas movido por la Fe y que una vez que estás ahí, todo te parece bueno. Y poco. Y nada es suficiente. Y una vez que has encontrado tu voz y tu camino para expresar eso que para ti es importante, te sientes tan cómodo con ello que da igual si los demás lo entienden o no, lo que importa es lo que te importa a ti. Imagina que eres parte de una familia y algún miembro de esa familia está embarcado en un proyecto que puede parecer descabellado y un sinsentido de tomo y lomo, pero ves tan feliz, tan dispuesto, tan entusiasmado a ese miembro de tu familia que te unes a él y dices, claro, vamos, que se hunda todo, que nos vayamos todos al garete. O ascendamos al cielo si nos sale bien.
Uno ve los vídeos de Flos Mariae y lo entiende. Lo entiende todo. La hermana que compone y canta las canciones y que enrola a toda su sangre en el apasionante mudo de la canción indescifrable, en el contenido que puede ascender a lo más glorioso o bajar a lo más prosaico. La hermana que lo vive con pasión y las que siguen su camino y piensan, si piensan en algún momento en lo que están haciendo y dónde están y a qué se debe todo, qué hacemos aquí, qué está pasando.
Dónde está el límite.
Uno piensa viendo las diferentes canciones de Flos Mariae o las alocuciones de Victoria Bellido Durán en su videoblog que todavía queda esperanza. Que no todo consiste en imitar lo que se supone que es transgresor y rupturista, quedando siempre en una mera réplica que algo que ya existe. Uno piensa, y sueña, que hay caminos no trillados para estar fuera, para la excentricidad, para lo bizarro que es más bizarro cuando es menos consciente de que lo es, cuando se hace desde la buena voluntad y el convencimiento de que es bueno. Bueno de bondad, sin importar la calidad. Bueno de benéfico, sin importar lo que digan los demás.
Porque, ¿qué es bueno? ¿Qué es mejor? Los cantantes y cantantes que se esfuerzan por parecer algo exactamente a algo que ya existe y que está más que masticado y que aparecen en los concursos de talentos. ¿Son mejores los cantantes que calcan cosas más que vistas en Operación Triunfo? ¿Son más dignos? ¿Son arte?
¿Qué es el arte y qué no lo es? ¿Acaso no nos quedamos absortos contemplando todas y cada una de la canciones de Flos Mariae sin entender absolutamente nada y sin esperarnos ninguno de los giros musicales, rítmicos, líricos que nos proponen en sus canciones? ¿No nos pica la curiosidad por saber más? ¿Por indagar? ¿Por conocer quiénes son y qué las mueve? ¿No querremos conocer a quien hace de batería en Feliz Cumpleaños y golpea y aporrea los tambores como si estuviera haciendo las delicias del octogenario público que acude al RockFest? ¿No daríamos lo que no tenemos por tener esa creatividad? ¿No daríamos lo que no soñamos por conocer a quien les dijo por primera vez, adelante, es bueno, no tengáis miedo?
¿Qué es el arte? ¿Qué es un artista? ¿Dónde está la frontera? La diferencia entre un proyecto como los Space Surimi y Flos Mariae ¿dónde estriba? Ambos quieren lo mismo, no dejarte indiferente ni con sus bases ni con sus letras. Y lo consiguen.
La Fe mueve montañas pero no tiene nada que ver con la buena música porque la buena música no existe. La buena música es una mierda.
Con la Fe Bob Dylan hizo discos y canciones que hoy siguen conmoviendo y sin embargo nos tomamos a Flos Mariae como un objeto risible cuando nos están proponiendo traspasar una nueva frontera. Un nuevo reto.
Dinamitarlo todo desde la bondad más inconsciente de su propio peligro.
Bravas.
Uno ve los vídeos de Flos Mariae y lo entiende. Lo entiende todo. La hermana que compone y canta las canciones y que enrola a toda su sangre en el apasionante mudo de la canción indescifrable, en el contenido que puede ascender a lo más glorioso o bajar a lo más prosaico. La hermana que lo vive con pasión y las que siguen su camino y piensan, si piensan en algún momento en lo que están haciendo y dónde están y a qué se debe todo, qué hacemos aquí, qué está pasando.
Dónde está el límite.
Uno piensa viendo las diferentes canciones de Flos Mariae o las alocuciones de Victoria Bellido Durán en su videoblog que todavía queda esperanza. Que no todo consiste en imitar lo que se supone que es transgresor y rupturista, quedando siempre en una mera réplica que algo que ya existe. Uno piensa, y sueña, que hay caminos no trillados para estar fuera, para la excentricidad, para lo bizarro que es más bizarro cuando es menos consciente de que lo es, cuando se hace desde la buena voluntad y el convencimiento de que es bueno. Bueno de bondad, sin importar la calidad. Bueno de benéfico, sin importar lo que digan los demás.
Porque, ¿qué es bueno? ¿Qué es mejor? Los cantantes y cantantes que se esfuerzan por parecer algo exactamente a algo que ya existe y que está más que masticado y que aparecen en los concursos de talentos. ¿Son mejores los cantantes que calcan cosas más que vistas en Operación Triunfo? ¿Son más dignos? ¿Son arte?
¿Qué es el arte y qué no lo es? ¿Acaso no nos quedamos absortos contemplando todas y cada una de la canciones de Flos Mariae sin entender absolutamente nada y sin esperarnos ninguno de los giros musicales, rítmicos, líricos que nos proponen en sus canciones? ¿No nos pica la curiosidad por saber más? ¿Por indagar? ¿Por conocer quiénes son y qué las mueve? ¿No querremos conocer a quien hace de batería en Feliz Cumpleaños y golpea y aporrea los tambores como si estuviera haciendo las delicias del octogenario público que acude al RockFest? ¿No daríamos lo que no tenemos por tener esa creatividad? ¿No daríamos lo que no soñamos por conocer a quien les dijo por primera vez, adelante, es bueno, no tengáis miedo?
¿Qué es el arte? ¿Qué es un artista? ¿Dónde está la frontera? La diferencia entre un proyecto como los Space Surimi y Flos Mariae ¿dónde estriba? Ambos quieren lo mismo, no dejarte indiferente ni con sus bases ni con sus letras. Y lo consiguen.
La Fe mueve montañas pero no tiene nada que ver con la buena música porque la buena música no existe. La buena música es una mierda.
Con la Fe Bob Dylan hizo discos y canciones que hoy siguen conmoviendo y sin embargo nos tomamos a Flos Mariae como un objeto risible cuando nos están proponiendo traspasar una nueva frontera. Un nuevo reto.
Dinamitarlo todo desde la bondad más inconsciente de su propio peligro.
Bravas.
lunes, 10 de febrero de 2020
Parasite - Bong Joon-Ho
Que le iban a dar el Oscar a mejor película internacional parecía claro. Que le dieran el Oscar a mejor película y a mejor director, ni por asomo. Así que he esperado hasta este momento para hacer el alarde de oportunismo habitual y hablar de esta película coreana que lo peta y a base de bien.
La primera vez que intenté verla fui arrastrado por un ataque inopinado de sueño hacia un limbo que me dejó frito en el sofá y yo no me duermo o dormía tan fácilmente si estaba viendo algo, pero los años no pasan en balde. Como quiera que mi partenaire sí que terminó el visionado y la calificó como que estaba bien, me decidí a verla yo también en serio. Y merece la pena aunque la haya tenido que ver en el sofá de casa, en la habitación de un hospital y de nuevo en casa en tres partes porque hay que sacar tiempo de debajo de las piedras.
Todos los prejuicios que tengan por las películas coreanas, destiérrenlos. Si es que hay prejuicios por el cine de este país. Si vieron Old Boy, no sé a qué vienen las prevenciones. Si es que vieron In the mood for love*, entonces les puedo llegar a entender. Pero ya.
Una película que habla de la supervivencia. Cuando ya no hay esperanza en el cambio, entonces hay que actuar por otras vías. El sabotaje y la ratonería. Hoy mismo, me ha sorprendido una entrevista con un señor que se presenta como sociólogo marxista que anuncia lo siguiente: el capitalismo solo terminará con una revolución de masas. Si tenemos que estar esperando a ese momento, lo llevamos clarinete. Así que en la película lo que se propone es actuar desde la precariedad aprovechando las rendijas que dejan los confiados burgueses y hacer lo que se pueda.
Puede que esto les parezca a muchos poco menos que apología de lo delincuencial pero hasta que no vean la película, mejor no hacer valoraciones por hacerlas.
De qué va la película. Una familia que vive como puede encuentra en una sobrevenida oportunidad laboral un poco fulaña por parte del hijo la oportunidad para salir de ese sótano donde corres riesgo de ser fumigado, meado o ahogado. Y a partir de ahí, a jugar. Y ahí juega todo el mundo.
Posiblemente haya películas con mayor presupuesto, espectacularidad en las imágenes, actores e interpretaciones carismáticas y retratos de un tiempo y un lugar más vistosos, pero de lo que se habla en esta película, Parasites (que en coreano es Gisaenchung), es de la supervivencia cuando todo ha ido mal. Y de que no hay plan.
Detalle este último que me llega a la patata totalmente porque cuadra con la filosofía de Hannibal del Equipo A, el plan es que no hay plan y con contradecir esa idea de que si lo piensas pasa y todo ese rollo cuántico de los mengues que no y que no. Y para preguntarnos quién es el parásito aquí.
Gran película y mejor persona.
*Fe de erratas. Cateto a babor. Me comunican que In the mood for love no es coreana sino Taiwanesa. Peor aún porque yo tengo el dvd en casa que me lo regalaron, oiga. fatal.
La primera vez que intenté verla fui arrastrado por un ataque inopinado de sueño hacia un limbo que me dejó frito en el sofá y yo no me duermo o dormía tan fácilmente si estaba viendo algo, pero los años no pasan en balde. Como quiera que mi partenaire sí que terminó el visionado y la calificó como que estaba bien, me decidí a verla yo también en serio. Y merece la pena aunque la haya tenido que ver en el sofá de casa, en la habitación de un hospital y de nuevo en casa en tres partes porque hay que sacar tiempo de debajo de las piedras.
Todos los prejuicios que tengan por las películas coreanas, destiérrenlos. Si es que hay prejuicios por el cine de este país. Si vieron Old Boy, no sé a qué vienen las prevenciones. Si es que vieron In the mood for love*, entonces les puedo llegar a entender. Pero ya.
Una película que habla de la supervivencia. Cuando ya no hay esperanza en el cambio, entonces hay que actuar por otras vías. El sabotaje y la ratonería. Hoy mismo, me ha sorprendido una entrevista con un señor que se presenta como sociólogo marxista que anuncia lo siguiente: el capitalismo solo terminará con una revolución de masas. Si tenemos que estar esperando a ese momento, lo llevamos clarinete. Así que en la película lo que se propone es actuar desde la precariedad aprovechando las rendijas que dejan los confiados burgueses y hacer lo que se pueda.
Puede que esto les parezca a muchos poco menos que apología de lo delincuencial pero hasta que no vean la película, mejor no hacer valoraciones por hacerlas.
De qué va la película. Una familia que vive como puede encuentra en una sobrevenida oportunidad laboral un poco fulaña por parte del hijo la oportunidad para salir de ese sótano donde corres riesgo de ser fumigado, meado o ahogado. Y a partir de ahí, a jugar. Y ahí juega todo el mundo.
Posiblemente haya películas con mayor presupuesto, espectacularidad en las imágenes, actores e interpretaciones carismáticas y retratos de un tiempo y un lugar más vistosos, pero de lo que se habla en esta película, Parasites (que en coreano es Gisaenchung), es de la supervivencia cuando todo ha ido mal. Y de que no hay plan.
Detalle este último que me llega a la patata totalmente porque cuadra con la filosofía de Hannibal del Equipo A, el plan es que no hay plan y con contradecir esa idea de que si lo piensas pasa y todo ese rollo cuántico de los mengues que no y que no. Y para preguntarnos quién es el parásito aquí.
Gran película y mejor persona.
*Fe de erratas. Cateto a babor. Me comunican que In the mood for love no es coreana sino Taiwanesa. Peor aún porque yo tengo el dvd en casa que me lo regalaron, oiga. fatal.
viernes, 7 de febrero de 2020
Karpov
Me miro en el espejo y me veo gordo. Cómo he llegado hasta aquí, cómo puede ser que no pueda salir del sofá si que parezca que estoy movilizando a toda la división de cosacos del Don. Cómo puedo haberme convertido en una morsa. El elefante marino, la foca y el pinguino. Todo a la vez. Movimientos al tuntún. Movimientos sin sentido. Movimientos que no están calculados. Cosas que salen al azar. Al azahar. Los mismos chistes ante un público diferente. Es divertido preguntar si todo esto ya lo he contado antes. Mayor, lacio, gordo. Como una nutria. Como un barril. Como un vagón. Apretándome las camisas y recostado todo el día. Moviendo y jugando sin sentido alguno. Al montón, a voleo. Porque no tengo identificado al rival. Es decir. Estoy jugando y no tengo claro dónde está el rival. Igual es que de tan gordo me he quedado ciego o algo. No veo a quién está delante. Y no sé qué hace. Estoy jugando contra mí mismo, podría pensar, pero es que me canso. Me canso y me dan ganas de quedarme así traspuesto. Traspuestillo. Así, encajadito así un poco en el sofá, así poniendo los pies encima del sofá. Así. Mirando las piezas e imaginando las partidas que he jugado y repasando movimientos y quedándome dormido. Dormir y no parar. Y no despertarme para mirar en el espejo y ver la cara de esa persona hinchada, gorda, blandorra. Qué ha pasado. Cómo he podido criar yo esta barriga infame. Cómo me tengo que ver así, si yo era una persona que hacía gala de pequeñito de lo delgadito que estaba y con los bracitos que yo tenía y esas fotos en las que se me marcaban las costillas. Dónde están. Me quedan pequeñas todas las camisas y solo me quedan bien las que me quedaban grandes. No muevo con sentido, no muevo ya con ningún tipo de interés. Quizás estoy perdiendo el interés en identificar al rival. Se mueve tanto, va tan deprisa, es tan cambiante que me cuesta cuadrar una táctica. Me cuesta saber contra quién hay que ir. Y por eso, como que me da pereza ponerme ahora a pensar quién es el rival. Quién es el enemigo. Voy moviendo piezas a la espera de que caiga el golpe. Y tampoco me va a importar demasiado porque me quedo dormido y se acaba todo. Así, puestecito así. Mueve tú ahora, quien quiera que seas. Y me da igual. Me voy a hacer un vaso de leche o algo que son casi las seis.
jueves, 6 de febrero de 2020
Yo soy Espartaco
¿Cuántas veces has visto Espartaco? Los que somos un poco espartaquistas habremos visto esta película mil veces. En todas esperamos que finalmente Espartaco triunfe y su huida hacia la libertad no sea solo un camino hacia el desastre. Un desastre honroso, un desastre digno, pero un desastre al fin que acaba con la crucifixión. Y sin embargo, la volvemos a ver, y volvemos a sorprendernos con la solidaridad colectiva al grito de Yo soy Espartaco, con el que todos los esclavos se levantan para decir precisamente que todos somos los que nos levantamos contra la opresión. Y como los romanos no conocían la cara de Espartaco, podía ser cualquiera. Aunque para nosotros, la cara de Espartaco era y será siempre la de Kirk Douglas, padre de Michael 'daglas'.
Se ha muerto Kirk Douglas con 103 años y ha faltado tiempo entre la verdadera izquierda para echar su paletadita de lodo sobre el personaje. Como quiera que la izquierda progre hemos decidido tomarnos a mal esta muerte, ha vuelto a citarse la acusación de violación sobre Natalie Wood para decir 'ves como no hay nadie perfecto entre vuestros referentes?'.
Bueno. No entraremos en eso ahora. Entraremos mejor en el caso de un actor y también productor que en tiempos no muy amables para las gentes de izquierdas, sacó la cara por ellos con todo lo que eso podía suponer. Y le puso cara a Espartaco. Y le puso cara al coronel Dax, que intenta en plena Primera Guerra Mundial frenar una ofensiva que será una masacre simplemente porque uno de los generales quiere un ascenso. Y no solo les puso cara, sino que puso el dinero para hacerlas. Eso ya le podría convertir en un personaje mítico, en unos tiempos en los que todos estamos un poco a otra cosa.
Pero es que además fue El loco del pelo rojo, y ahí ya no soy para nada imparcial. Un tipo que le pone cara a Van Gogh y que ya jamás en la vida podrás quitarte de la cabeza que Van Gogh pudiera tener otra cara que no sea la de Douglas (o la de mi padre cuando llevaba la barba rojiza). En una casa en la que la pintura y más la pintura de Van Gogh era religión, se entenderá que nosotros por Kirk Douglas matamos.
Quizás no fuera el actor más mejor de todos. Pero en todas sus películas nos parecía genial. La del viaje submarino, la flipada aquella de los vikingos, o aquella ya de los años setenta o no sé si ochenta, la del Final de la Cuenta atrás que era otra flipada también de película en la que un barco norteamericano entraba en una especie de bucle temporal y se metían por medio del Ataque a Pearl Harbour.
Siempre ha estado ahí. Y siempre nos ha parecido, después de Espartaco, que era alguien que merecía la pena. Ojalá y se demuestre si fue un violador y si realmente nuestro héroe fue también otro puerco. Ojalá pasara y así nos quitamos de encima otro molesto judío ruso molesto que osó ponerse de parte de quien estaba perseguido y puso cara a lo que mucha gente, en muchos sitios, ha deseado siempre. Ponerse de cara y no esconderse más, hartarse de símbolos y de panoplias e ir de cara. Decir lo que uno piensa y hacer lo posible por que la gente pueda conocerlo.
103 años de Kirk Douglas y las imágenes nos lo querrán enseñar ya viejecito y desfigurado. Y sin embargo, le recordaremos con la cara de mala hostia mirando hacia los romanos que querían sangre, o cabreado como un mico soltando el speech final de Senderos de Gloria, o echo unas bascas pintando y cabreado con Gauguin, con el copón y con todo siendo Van Gogh.
No nos tendríamos que morir nunca, joder.
Se ha muerto Kirk Douglas con 103 años y ha faltado tiempo entre la verdadera izquierda para echar su paletadita de lodo sobre el personaje. Como quiera que la izquierda progre hemos decidido tomarnos a mal esta muerte, ha vuelto a citarse la acusación de violación sobre Natalie Wood para decir 'ves como no hay nadie perfecto entre vuestros referentes?'.
Bueno. No entraremos en eso ahora. Entraremos mejor en el caso de un actor y también productor que en tiempos no muy amables para las gentes de izquierdas, sacó la cara por ellos con todo lo que eso podía suponer. Y le puso cara a Espartaco. Y le puso cara al coronel Dax, que intenta en plena Primera Guerra Mundial frenar una ofensiva que será una masacre simplemente porque uno de los generales quiere un ascenso. Y no solo les puso cara, sino que puso el dinero para hacerlas. Eso ya le podría convertir en un personaje mítico, en unos tiempos en los que todos estamos un poco a otra cosa.
Pero es que además fue El loco del pelo rojo, y ahí ya no soy para nada imparcial. Un tipo que le pone cara a Van Gogh y que ya jamás en la vida podrás quitarte de la cabeza que Van Gogh pudiera tener otra cara que no sea la de Douglas (o la de mi padre cuando llevaba la barba rojiza). En una casa en la que la pintura y más la pintura de Van Gogh era religión, se entenderá que nosotros por Kirk Douglas matamos.
Quizás no fuera el actor más mejor de todos. Pero en todas sus películas nos parecía genial. La del viaje submarino, la flipada aquella de los vikingos, o aquella ya de los años setenta o no sé si ochenta, la del Final de la Cuenta atrás que era otra flipada también de película en la que un barco norteamericano entraba en una especie de bucle temporal y se metían por medio del Ataque a Pearl Harbour.
Siempre ha estado ahí. Y siempre nos ha parecido, después de Espartaco, que era alguien que merecía la pena. Ojalá y se demuestre si fue un violador y si realmente nuestro héroe fue también otro puerco. Ojalá pasara y así nos quitamos de encima otro molesto judío ruso molesto que osó ponerse de parte de quien estaba perseguido y puso cara a lo que mucha gente, en muchos sitios, ha deseado siempre. Ponerse de cara y no esconderse más, hartarse de símbolos y de panoplias e ir de cara. Decir lo que uno piensa y hacer lo posible por que la gente pueda conocerlo.
103 años de Kirk Douglas y las imágenes nos lo querrán enseñar ya viejecito y desfigurado. Y sin embargo, le recordaremos con la cara de mala hostia mirando hacia los romanos que querían sangre, o cabreado como un mico soltando el speech final de Senderos de Gloria, o echo unas bascas pintando y cabreado con Gauguin, con el copón y con todo siendo Van Gogh.
No nos tendríamos que morir nunca, joder.
miércoles, 5 de febrero de 2020
A cara de perro
Una mirada por encima sobre todo lo que está sucediendo estos días nos debe invitar a hacer una reflexión. Y esa reflexión la debería hacer otro y no yo. Esa reflexión, sosegada, con argumentario, con el catálogo de frases bonitas para que me abraces y me digas que no te vayas nunca, no la voy a hacer yo. Porque ni soy la persona escogida, ni la delegada, ni tengo la visión de conjunto que hay que tener. Es por eso por lo que voy a decir lo siguiente.
No tengo mucho que aportar. Soy una persona de ideas republicanas pero seguramente no soy lo suficientemente republicano porque no sé. Navegamos. Navegamos en un mar de sapos. Sapos que al parecer nadie se traga en ningún orden vital. Ni nada. Porque vivimos en un mundo de valientes que todos los días ganan un pequeño Stalingrado. Y cada mañana, el crucero Aurora surca el Besòs y anuncia la revuelta. Y siempre ganamos.
¿Para qué estábamos en esto de la política además de para perpetuarnos en los cargos a los que accedemos? Para acceder a más cargos. O para evitar que otros los ocupen. Jugar para construir o jugar para destruir. Estamos en un momento decisivo en el que nos jugamos el futuro de la izquierda. Teniendo en cuenta que la izquierda la representamos un poco todos nosotros, la verdad es que se le ponen a uno los pelos de punta. Perdón. No quería mirar a nadie.
Estamos construyendo un mundo mejor. Ahora me pongo a escribir en serio. Estamos esforzándonos en construir un mundo mejor, más amable, no sabemos si alternativo. No creo que nos de tiempo para eso ya. Una alternativa. Aplaudir al rey, declarar que solo vas a trabajar los días que te rote, afiliarte a Comisiones Obreras, ir a Perpignan a ver al santo, votar por error, colar una ley neoliberal como si fuera una ley anti oligarcas, contradicciones del sistema, peña en la calle reclamando que el campo no se vaya a la mierda pero el campo no es de nadie y es de todos y ya no sabemos quién capitaliza las movilizaciones y ahora nos da miedo que haya gente en la calle porque la verdad es que no sabemos quiénes son. Somos traidores a la clase trabajadora, pero me iría mañana mismo a Perpignan.
No sabemos quiénes son. Esos que se manifiestan.
Esos que están a las nueve de la mañana, y las nueve de la mañana ya es tarde, en la parada del autobús y que van a subir al autobús y tienen cara ya a las nueve de la mañana de estar hasta los huevos de vivir. Y acaba uno hablando como el Robe de Extremoduro y eso sí que es preocupante. Es el momento quizás de hacer una nueva reflexión.
Es el momento de encontrar nuevos amigos. Amigos que me hagan sentir importante, útil, necesario, capaz. En esta ciudad deberíamos ser todos útiles. Todos deberíamos abandonar la ideología y ponernos a pensar en cosas que sean realmente útiles, necesarias, realizables. Abandonar la ideología es ahora mismo lo primordial, porque con ideología se está poniendo un freno absurdo al progreso humano.Al progreso.
A la unidad. Necesito nuevos amigos que me envíen mensajes que me hagan sentir importante. Útil y necesario. Amigo y compañero. Todos remando en una misma dirección.
Creo, ahora hablando en serio, que lo que necesitamos es alguien que diga qué es lo que necesitamos. Creo que lo que necesitamos de verdad es a alguien que nos diga que somos unos gilipollas por pensar como pensamos y que deberíamos ser mucho más íntegros, valientes, clase, leer a Zizek o añorar al Dukla de Praga, es que hay veces que me pierdo con la gente que cita. Creo que necesitamos una izquierda como la que dicen que necesitamos.
Yo creo que es una buena manera de acabar y cuando algo me sale bien lo repito dos veces y así parece que se queda y el roller disco este del texto baja un poquito más y cuanto más escribes más feliz pareces.
Me gustaría una izquierda como esa que dicen que necesitamos. Sería genial.
No tengo mucho que aportar. Soy una persona de ideas republicanas pero seguramente no soy lo suficientemente republicano porque no sé. Navegamos. Navegamos en un mar de sapos. Sapos que al parecer nadie se traga en ningún orden vital. Ni nada. Porque vivimos en un mundo de valientes que todos los días ganan un pequeño Stalingrado. Y cada mañana, el crucero Aurora surca el Besòs y anuncia la revuelta. Y siempre ganamos.
¿Para qué estábamos en esto de la política además de para perpetuarnos en los cargos a los que accedemos? Para acceder a más cargos. O para evitar que otros los ocupen. Jugar para construir o jugar para destruir. Estamos en un momento decisivo en el que nos jugamos el futuro de la izquierda. Teniendo en cuenta que la izquierda la representamos un poco todos nosotros, la verdad es que se le ponen a uno los pelos de punta. Perdón. No quería mirar a nadie.
Estamos construyendo un mundo mejor. Ahora me pongo a escribir en serio. Estamos esforzándonos en construir un mundo mejor, más amable, no sabemos si alternativo. No creo que nos de tiempo para eso ya. Una alternativa. Aplaudir al rey, declarar que solo vas a trabajar los días que te rote, afiliarte a Comisiones Obreras, ir a Perpignan a ver al santo, votar por error, colar una ley neoliberal como si fuera una ley anti oligarcas, contradicciones del sistema, peña en la calle reclamando que el campo no se vaya a la mierda pero el campo no es de nadie y es de todos y ya no sabemos quién capitaliza las movilizaciones y ahora nos da miedo que haya gente en la calle porque la verdad es que no sabemos quiénes son. Somos traidores a la clase trabajadora, pero me iría mañana mismo a Perpignan.
No sabemos quiénes son. Esos que se manifiestan.
Esos que están a las nueve de la mañana, y las nueve de la mañana ya es tarde, en la parada del autobús y que van a subir al autobús y tienen cara ya a las nueve de la mañana de estar hasta los huevos de vivir. Y acaba uno hablando como el Robe de Extremoduro y eso sí que es preocupante. Es el momento quizás de hacer una nueva reflexión.
Es el momento de encontrar nuevos amigos. Amigos que me hagan sentir importante, útil, necesario, capaz. En esta ciudad deberíamos ser todos útiles. Todos deberíamos abandonar la ideología y ponernos a pensar en cosas que sean realmente útiles, necesarias, realizables. Abandonar la ideología es ahora mismo lo primordial, porque con ideología se está poniendo un freno absurdo al progreso humano.Al progreso.
A la unidad. Necesito nuevos amigos que me envíen mensajes que me hagan sentir importante. Útil y necesario. Amigo y compañero. Todos remando en una misma dirección.
Creo, ahora hablando en serio, que lo que necesitamos es alguien que diga qué es lo que necesitamos. Creo que lo que necesitamos de verdad es a alguien que nos diga que somos unos gilipollas por pensar como pensamos y que deberíamos ser mucho más íntegros, valientes, clase, leer a Zizek o añorar al Dukla de Praga, es que hay veces que me pierdo con la gente que cita. Creo que necesitamos una izquierda como la que dicen que necesitamos.
Yo creo que es una buena manera de acabar y cuando algo me sale bien lo repito dos veces y así parece que se queda y el roller disco este del texto baja un poquito más y cuanto más escribes más feliz pareces.
Me gustaría una izquierda como esa que dicen que necesitamos. Sería genial.
martes, 4 de febrero de 2020
Amanece Total
Me acuerdo de ser un chaval y estar en casa una noche viendo la tele y de repente aparecer, no sé si con mucho aviso previo o simplemente por sorpresa, a Agustín González vestido como de pastor y con un pueblo detrás. Y Agustín González decir 'Londres, año dosmil y pico', pero mirando a la cámara completamente en serio. Y uno ya no se despegaba de la pantalla porque cómo iba a ser ese pueblo Londres y ese señor decir que eso era Londres y un Londres del futuro. A partir de ahí una serie de personajes normales pero extraños, gente de pueblo con sus cosas de estar en el pueblo, pero un pueblo que es Londres y donde a la gente le pasaban cosas extrañísimas, pero normales. Normales dentro de su gravedad.
Se ha muerto José Luis Cuerda y supongo que muchos le recordarán sobre todo por Amanece que no es poco, que era la versión extendida de Total, que es el corto para televisión del que hablaba al principio. Amanece como es poco como película que nos ha regalado momentos y coletillas que durarán para toda la vida. Es curioso, pero debe ser de las pocas películas, comedias españolas, que han sido capaces de incorporar a nuestra lengua, a nuestra conversación, chascarrillos, frases, chanzas, tal y como lo han hecho películas americanas. Amanece que no es poco, tontería es decirlo, es una peli que abundaba en lo mismo que Total, pero con más personajes y más situaciones increíbles. Aquello era un disparate que con el tiempo fue ganando cada vez más adeptos. Tuvo una tercera parte, pero ya no la vi o no la recuerdo, incluso una cuarta que se llamó Tiempo Después que no quise ver porque el recuerdo de Total y de Amanece que no es poco creía que se iba a manchar.
También recordarán a José Luis Cuerda por que fue el director de La lengua de las mariposas, que no sé si he visto o no, pero que sé de qué va y sé que cuando se hizo fue de esas pelis que los fachas de turno se aprestan a cebarse con ella por ser de nuevo una peli de esas 'de la guerra' que siempre estamos con películas 'de la guerra'. Por eso quizás no la vi yo. Y cómo José Luis Cuerda se enzarzó en una polémica por defender no solo su película, sino sus convicciones políticas. Y la memoria. Eso tan aburrido.
Después también hizo la de Los girasoles ciegos y ahí no he visto la película tampoco y sí que he leído el libro. También hizo La marrana y esa película recuerdo que no me gustó nada. Y recuerdo haber visto, recuerdo, recuerdo, recuerdo, haber visto también hace mil años El bosque animado y esa sí que tengo ganas de volver a verla. A mi padre le gustaba mucho esa peli con Alfredo Landa asaltando a la gente por los caminos con la cara pintada y la peña pasando de él.
También se recordará a José Luis Cuerda por haber sido el descubridor, digamos, de Amenábar.
Y yo me acordaré, país de mierda, de esa época precisamente, cuando lo de La lengua de las mariposas, cuando defendía su película y más allá, y yo lo identificaba con 'uno de esos directores socialistas que utilizan la pena de la guerra para seguir con el cuento de que viene la derecha y que nunca nos quitemos de encima esta condena de socialistas que mucho la guerra y luego nada'. A pesar de todo lo que me había reído yo con Total y esa pareja con un Luis Ciges ciego a la que la mujer, María Elena Flores le ponía un plato vacío diciéndole que había huevos fritos y no había nada y Ciges mojaba el plato y decía 'insípido el huevo, insípido el aceite'. O que le hacía saltar subiendo trancos que no existían, caminando por la calle diciéndole 'Salta'.
Insípido el huevo, insípido el aceite. Siempre que había huevos en casa.
En fin, otro que se va. Uno de los culpables de que no nos tomemos nada en serio. Nunca. Y nada es nada.
Se ha muerto José Luis Cuerda y supongo que muchos le recordarán sobre todo por Amanece que no es poco, que era la versión extendida de Total, que es el corto para televisión del que hablaba al principio. Amanece como es poco como película que nos ha regalado momentos y coletillas que durarán para toda la vida. Es curioso, pero debe ser de las pocas películas, comedias españolas, que han sido capaces de incorporar a nuestra lengua, a nuestra conversación, chascarrillos, frases, chanzas, tal y como lo han hecho películas americanas. Amanece que no es poco, tontería es decirlo, es una peli que abundaba en lo mismo que Total, pero con más personajes y más situaciones increíbles. Aquello era un disparate que con el tiempo fue ganando cada vez más adeptos. Tuvo una tercera parte, pero ya no la vi o no la recuerdo, incluso una cuarta que se llamó Tiempo Después que no quise ver porque el recuerdo de Total y de Amanece que no es poco creía que se iba a manchar.
También recordarán a José Luis Cuerda por que fue el director de La lengua de las mariposas, que no sé si he visto o no, pero que sé de qué va y sé que cuando se hizo fue de esas pelis que los fachas de turno se aprestan a cebarse con ella por ser de nuevo una peli de esas 'de la guerra' que siempre estamos con películas 'de la guerra'. Por eso quizás no la vi yo. Y cómo José Luis Cuerda se enzarzó en una polémica por defender no solo su película, sino sus convicciones políticas. Y la memoria. Eso tan aburrido.
Después también hizo la de Los girasoles ciegos y ahí no he visto la película tampoco y sí que he leído el libro. También hizo La marrana y esa película recuerdo que no me gustó nada. Y recuerdo haber visto, recuerdo, recuerdo, recuerdo, haber visto también hace mil años El bosque animado y esa sí que tengo ganas de volver a verla. A mi padre le gustaba mucho esa peli con Alfredo Landa asaltando a la gente por los caminos con la cara pintada y la peña pasando de él.
También se recordará a José Luis Cuerda por haber sido el descubridor, digamos, de Amenábar.
Y yo me acordaré, país de mierda, de esa época precisamente, cuando lo de La lengua de las mariposas, cuando defendía su película y más allá, y yo lo identificaba con 'uno de esos directores socialistas que utilizan la pena de la guerra para seguir con el cuento de que viene la derecha y que nunca nos quitemos de encima esta condena de socialistas que mucho la guerra y luego nada'. A pesar de todo lo que me había reído yo con Total y esa pareja con un Luis Ciges ciego a la que la mujer, María Elena Flores le ponía un plato vacío diciéndole que había huevos fritos y no había nada y Ciges mojaba el plato y decía 'insípido el huevo, insípido el aceite'. O que le hacía saltar subiendo trancos que no existían, caminando por la calle diciéndole 'Salta'.
Insípido el huevo, insípido el aceite. Siempre que había huevos en casa.
En fin, otro que se va. Uno de los culpables de que no nos tomemos nada en serio. Nunca. Y nada es nada.
lunes, 3 de febrero de 2020
Lo nuestro - Eu Manzanares
Hay detalles. Hay detalles como por ejemplo el del hermano, el tete, que busca en la bolsa de la hermana un papel que le pide ésta y que en un primer momento no ve otro papel que le pide y que en un segundo momento sí que ve otro papel que nos tendrá en vilo el resto de la obra. Ese momento, ese detalle, esa búsqueda casual. Ese idear el momento, crear la situación, que parece fortuita, esos papeles que salen de la bolsa, qué habrá en la bolsa y que dirá ese papel. Y dices, qué bien hecho está eso ¿no?
Hay detalles. Esos saltos en el sofá y esos pies encima del sofá y esos golpes al sofá. Eso en mi casa hubiera estado más que prohibido. Aunque hubieran proclamado a mi hermano marahá de Kapurtala, aunque hubieran escogido a mi madre para la pasarela Cibeles, aunque mi padre hubiera nosequé. Subirse saltando al sofá. Jamás. Nunca. Alguien, alguno de nosotros, hubiéramos dicho que qué haces ahí subido, o baja los pies del sofá, que esto no es un camping. Esto no es un camping como concepto divisorio entre civilización o barbarie en un domicilio particular.
Una familia como la suya y la mía, si es que usted y yo somos más o menos del mismo sitio y a la misma hora y nos vemos más o menos con las mismas personas. Es Nochevieja y todo puede pasar. En Nochevieja pueden pasar muchas cosas, una vez que sales de casa, es una noche mágica de esas en las que lo que nunca te sucedió te puede suceder o lo que ansiabas terriblemente se confirma como que no, jamás sucederá. Eso es fuera de casa.
Y en casa. En casa pueden suceder muchas cosas, conversaciones banales, las mismas conversaciones banales que se tienen cualquier día, en cualquier comida familiar, pero quizás con un vino mejor y con platos algo más elaborados. Temas que están ahí que no salen nunca y que nunca se acaban de decir, o bien temas que surgen recurrentemente y que preceden a escaladas de tensión de salga el sol por donde quiera.
Días felices, días de tensión, días de reencuentros, días de plantear el futuro que viene, de recordar el pasado que duele o el pasado feliz, de cantar canciones que nos conmueven, de mirar programas de televisión que nos recuerdan que el año pasado y el anterior y el otro miramos el mismo programa y las cosas se hacen así porque así se han hecho siempre y así le gustaban o le gustan a alguien a quien no queremos hacer daño, o si estamos flamencos, le buscamos las vueltas porque es que ya está bien de siempre lo mismo, coño.
Lo Nuestro es una obra de teatro para la que ya no quedan entradas disponibles escrita y protagonizada por la colomense Eu Manzanares, acompañada sobre el escenario por otros tres actores que completan a una familia de esas que tienen la conversación clásica sobre si somos o no somos, si estamos o no estamos, si somos fieles a nuestra generación, familia, ideales, carácter, si nos parecemos o no nos parecemos entre nosotros, si pensamos hacer algo con nuestras vidas o si nos debería interesar que el otro hiciera lo que queremos que haga o que haga lo que le de la gana y que le guste el vino que hemos traído que para eso lo hemos traído.
Una obra como usted y como posiblemente yo imaginamos que son la comidas de nuestras familias aunque con todas las diferencias del mundo porque claro, mi madre no es esa madre, ni mi hermano es ese hermano ni mi padre era ese señor... aunque igual sí.
Una obra en la que muy acertadamente aparece la cortinilla de The Simpsons porque a ver, ¿quién no ha dicho que somos un poco como los Simpsons cuando estamos en casa todos y parecemos mentira?
Una obra que lo está petando, amigos, y con razón, porque pocas veces ve uno una obra que le parezca auténtica, donde la gente que está cantando Camela no parezca que está Cantando camela para que digas, uala tío, es Camela qué fuerte no? No. Una obra que lo está petando y que en la Sala Flyhard ya va a ser díficil que la vean porque está todo agotado, pero que la verán en otros sitios y oiremos hablar de la tal Eu Manzanares.
Que no es amiga mía ni nada ni tengo necesidad ninguna de hablar yo de esto, oiga.
Hay detalles. Esos saltos en el sofá y esos pies encima del sofá y esos golpes al sofá. Eso en mi casa hubiera estado más que prohibido. Aunque hubieran proclamado a mi hermano marahá de Kapurtala, aunque hubieran escogido a mi madre para la pasarela Cibeles, aunque mi padre hubiera nosequé. Subirse saltando al sofá. Jamás. Nunca. Alguien, alguno de nosotros, hubiéramos dicho que qué haces ahí subido, o baja los pies del sofá, que esto no es un camping. Esto no es un camping como concepto divisorio entre civilización o barbarie en un domicilio particular.
Una familia como la suya y la mía, si es que usted y yo somos más o menos del mismo sitio y a la misma hora y nos vemos más o menos con las mismas personas. Es Nochevieja y todo puede pasar. En Nochevieja pueden pasar muchas cosas, una vez que sales de casa, es una noche mágica de esas en las que lo que nunca te sucedió te puede suceder o lo que ansiabas terriblemente se confirma como que no, jamás sucederá. Eso es fuera de casa.
Y en casa. En casa pueden suceder muchas cosas, conversaciones banales, las mismas conversaciones banales que se tienen cualquier día, en cualquier comida familiar, pero quizás con un vino mejor y con platos algo más elaborados. Temas que están ahí que no salen nunca y que nunca se acaban de decir, o bien temas que surgen recurrentemente y que preceden a escaladas de tensión de salga el sol por donde quiera.
Días felices, días de tensión, días de reencuentros, días de plantear el futuro que viene, de recordar el pasado que duele o el pasado feliz, de cantar canciones que nos conmueven, de mirar programas de televisión que nos recuerdan que el año pasado y el anterior y el otro miramos el mismo programa y las cosas se hacen así porque así se han hecho siempre y así le gustaban o le gustan a alguien a quien no queremos hacer daño, o si estamos flamencos, le buscamos las vueltas porque es que ya está bien de siempre lo mismo, coño.
Lo Nuestro es una obra de teatro para la que ya no quedan entradas disponibles escrita y protagonizada por la colomense Eu Manzanares, acompañada sobre el escenario por otros tres actores que completan a una familia de esas que tienen la conversación clásica sobre si somos o no somos, si estamos o no estamos, si somos fieles a nuestra generación, familia, ideales, carácter, si nos parecemos o no nos parecemos entre nosotros, si pensamos hacer algo con nuestras vidas o si nos debería interesar que el otro hiciera lo que queremos que haga o que haga lo que le de la gana y que le guste el vino que hemos traído que para eso lo hemos traído.
Una obra como usted y como posiblemente yo imaginamos que son la comidas de nuestras familias aunque con todas las diferencias del mundo porque claro, mi madre no es esa madre, ni mi hermano es ese hermano ni mi padre era ese señor... aunque igual sí.
Una obra en la que muy acertadamente aparece la cortinilla de The Simpsons porque a ver, ¿quién no ha dicho que somos un poco como los Simpsons cuando estamos en casa todos y parecemos mentira?
Una obra que lo está petando, amigos, y con razón, porque pocas veces ve uno una obra que le parezca auténtica, donde la gente que está cantando Camela no parezca que está Cantando camela para que digas, uala tío, es Camela qué fuerte no? No. Una obra que lo está petando y que en la Sala Flyhard ya va a ser díficil que la vean porque está todo agotado, pero que la verán en otros sitios y oiremos hablar de la tal Eu Manzanares.
Que no es amiga mía ni nada ni tengo necesidad ninguna de hablar yo de esto, oiga.
Full Chinese
Todavía temblando de la emoción porque los Kansas City Chiefs hayan ganado la Superbowl, creo que es preciso detenerse un momento en un asunto. No queremos a nadie. No nos gusta nadie. O nos gusta quien nos dicen que nos tiene que gustar. Ayer, en mitad del marasmo sobre el coronavirus y cuando, al parecer, se da una ola de desconfianza hacia 'lo chino', porque prácticamente todos los chinos son sospechosos de algo, de estar enfermos, de no ser de fiar, de quitarnos los bares, de ser chinos, ayer, digo, ayer mismo, en TV3, con esa perspicacia que nos caracteriza, convinieron emitir un reportaje sobre los uigures y la represión china.
¿Porqué no? Porqué no seguir agrandando el estigma, creando más prejuicios, poniendo más presión sobre 'los chinos'. Este viernes, dando una vuelta por el Fondo, me fijé en los faroles chinos. Están de celebración del año nuevo chino, en Barcelona han suspendido los actos en solidaridad por lo que está ocurriendo en China, la propia comunidad china lo ha hecho. Pero automáticamente se crea la desconfianza. El miedo.
Cuidado con los chinos. Los chinos nos comen, los chinos nos invaden, los chinos otra vez. Todos los bares son de 'la chinita'. Todos los todo a cien los llevan chinos y chinas jóvenes que no estudian. Qué raro ayer ver a una familia china acompañando a su hijo al partido de fútbol en las Oliveras, no estaban en la tienda.
Dicen que el coronavirus tiene una mortandad menor que la gripe. Nosotros, aunque estén dando en la tele noticias constantes sobre el tema, no nos enteramos de nada. El otro día, un programa se dedicó a seguir el trayecto de un avión que venía de Londres. Nos ponían cómo el avión estaba atravesando Francia. Era entretenido. Me extraña que no haya un canal de televisión únicamente dedicado a seguir aviones. Aunque estuvieran dando en la tele por un canal exclusivo noticias del coronavirus no sabríamos nada del coronavirus. Solo sabríamos que ojo con los chinos.
Los chinos. Fascistas con Hong Kong. Los chinos construyendo hospitales en dos días. Los chinos construyendo islas artificiales en el Mar de China. Los chinos reprimiendo a todas las poblaciones del mundo. Los chinos contagiando enfermedades. Los chinos comiendo murciélagos.
Vivimos en una mierda de mundo. De vez en cuando, nos dicen a quien tenemos que amar y a quien tenemos que odiar para que estemos entretenidos. Para que no nos odiemos a nosotros mismos. Hay momentos en los que nos dicen que nos odiemos a nosotros mismos también. Esos días.
Vivimos en un mundo maravilloso. Mi madre, cuando nació la nieta de la María del Moreira, le hizo una botella de esas que hace con fotos, con la foto de la nieta.
La mayoría de la gente sigue yendo a los bares. Porque el mundo es una mierda, pero nos importa una mierda también.
¿Porqué no? Porqué no seguir agrandando el estigma, creando más prejuicios, poniendo más presión sobre 'los chinos'. Este viernes, dando una vuelta por el Fondo, me fijé en los faroles chinos. Están de celebración del año nuevo chino, en Barcelona han suspendido los actos en solidaridad por lo que está ocurriendo en China, la propia comunidad china lo ha hecho. Pero automáticamente se crea la desconfianza. El miedo.
Cuidado con los chinos. Los chinos nos comen, los chinos nos invaden, los chinos otra vez. Todos los bares son de 'la chinita'. Todos los todo a cien los llevan chinos y chinas jóvenes que no estudian. Qué raro ayer ver a una familia china acompañando a su hijo al partido de fútbol en las Oliveras, no estaban en la tienda.
Dicen que el coronavirus tiene una mortandad menor que la gripe. Nosotros, aunque estén dando en la tele noticias constantes sobre el tema, no nos enteramos de nada. El otro día, un programa se dedicó a seguir el trayecto de un avión que venía de Londres. Nos ponían cómo el avión estaba atravesando Francia. Era entretenido. Me extraña que no haya un canal de televisión únicamente dedicado a seguir aviones. Aunque estuvieran dando en la tele por un canal exclusivo noticias del coronavirus no sabríamos nada del coronavirus. Solo sabríamos que ojo con los chinos.
Los chinos. Fascistas con Hong Kong. Los chinos construyendo hospitales en dos días. Los chinos construyendo islas artificiales en el Mar de China. Los chinos reprimiendo a todas las poblaciones del mundo. Los chinos contagiando enfermedades. Los chinos comiendo murciélagos.
Vivimos en una mierda de mundo. De vez en cuando, nos dicen a quien tenemos que amar y a quien tenemos que odiar para que estemos entretenidos. Para que no nos odiemos a nosotros mismos. Hay momentos en los que nos dicen que nos odiemos a nosotros mismos también. Esos días.
Vivimos en un mundo maravilloso. Mi madre, cuando nació la nieta de la María del Moreira, le hizo una botella de esas que hace con fotos, con la foto de la nieta.
La mayoría de la gente sigue yendo a los bares. Porque el mundo es una mierda, pero nos importa una mierda también.
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