miércoles, 23 de julio de 2025

Crónica del #PleGramenet de julio. Como estamos en Julio hablamos de que hace calor.


La memoria, si pierdes la memoria, pierdes la identidad y pierdes también el título del texto que estabas pensando escribir. Tenía un titular y lo he perdido. Tenia una frase, algo, y no sé dónde está. Cinco horas de pleno, resumidas en una frase, ingeniosa quizás, quién sabe, se perderá como lágrimas en la lluvia. Tengo claro la foto y el momento de la sustitución de un jarro de agua que se ha calentado por otro jarro de agua fría. ¿Tenía que ver el titular con un jarro de agua fría? No me acuerdo. Dejaré el titular para el final, por si me viene a lo largo de la confección del texto. El pleno municipal del mes de julio fue bastante más denso de lo que suelen ser los plenos municipales del mes de julio, cuando ya todo el mundo está pensando en las vacaciones y se ahorra en tiempo y espacio para descongestionar un poco la cabeza de esto de la política municipal, que ya volveremos en septiembre y a partir de ahí que se encienda la candela. Pero eso era antes, ahora los plenos en julio, como los plenos de diciembre, se aprovechan hasta el último rescoldo ya que cualquier comentario, intervención, sonrisa a cámara o alegato diarreico pueda ser emitido sin compasión. Incluso los plenos de julio, este pleno de julio, da para asuntos de relato ciertamente importantes. Así, por ejemplo, la usual digresión sobre cosas de Blanca Padrós que todo lo convierten en una cosa gris grisáceo, fue mutada en un alegato político en el que, por primera vez creo que en mucho tiempo, el grupo socialista tuvo a bien en calificarse como socialista. Sí, para confrontar con Vox por si fuera poco, Blanca Padrós dijo que el PSC era socialista y que eso tal y cual. Parecerá una tontería, pero no es baladí. Incluso en el comentario del regidor Charkis para defender creo que fue el tema de la moción de los residuos también tuvo un tono ya no confrontativo sino incluso de cierto orgullo grupal. Pero hay cosas de la comunicación política que deberían tenerse en cuenta de alguna manera, o quizás se tienen en cuenta y a mí me llaman la atención y se hacen conscientemente. En el pleno se aprobó inicialmente la Zona de Bajas emisiones para Santa Coloma, tema polémico y que ha ido postponiéndose en el tiempo con el acuerdo expreso de todas las formaciones políticas con representación actual en el pleno que han ido tirando la pelota para delante porque ninguna quiere, incluso las que están a favor, cargar con el muerto de algo que se percibe como un perjuicio para la población colomense, cuando no deja de ser un intento de ganar calidad de vida. De vida. Pero bueno. Ya tenemos la publicación de turno en facebook de los voceros de la gente que piensa que están jodiendo al pueblo obrero cuando lo que más le jode al pueblo obrero es no poder respirar. Que parecerá una tontería. Como digo, para presentar el proyecto, el regidor Atienza hizo una exposición soberbia, reflejando los problemas para la salud de la emisión de humos y sobre lo necesario que era por fin llevar a cabo la implantación de esta Zona de Bajas Emisiones. Daban ganas de aplaudirle y todo, oiga. Pero, durante las respuestas a las barbaridades tanto de Vox como de los submarinos que presenta Vox en cada pleno a hablar como representantes vecinales o sindicales (¿?), así como a la indignada perorata del señor Jurado del PP, el teniente de alcaldesa Toni Suárez afirmó que aprobaban el tema por imperativo legal, para recibir una subvención y que lo hacían además los últimos porque no les quedaba más remedio. La alcaldesa, por si fuera poco, abundó en el tema y dijo que lo aprobaban porque no les quedaba más remedio. Siendo así, este ajuntament, este equipo de gobierno, aprueba las cosas y las legisla sin creer en ellas, sin la voluntad de aplicarlas y sin ver la necesidad de imponer una opinión a los bulos y las contrainfirmaciones y falsedades de la extrema derecha, dando a entender que entiende la indignación pero que ellos no pueden hacer nada y que bueno, al final, tampoco es para tanto. Esto es así con la Zona de Bajas Emisiones, esto es así con la Taxa de Residus y así es con todo aquello que pueda significar perturbar la tranquila vida de los colomenses. Y las colomenses. En el pleno también se dio respuesta a nuestra, la de Comuns, sorpresa por el galardón de Santa Coloma como ciudad más verde de Catalunya y se nos dijo que se habían medido unos parámetros y unos valores y unos criterios por los cuales... vamos que no somos la ciudad más verde, sino la que cumple unos criterios X. Ya nos parecía. Además, se nos dijo (y muy bien dicho además por la otra Mireia del pleno, si yo hubiera hablado así de bien con 18 años sería ya ministro emérito) que no es verdad que seamos la ciudad con menos metros cuadrados de zona verde por habitante porque el parque fluvial, torribera y el entorno. Completar esto con que cogiendo el M30 estás en la playa en un segundo y que la estación del Ave de Sagrera nos permitirá viajar a sitios verdes mucho más rápido. En fin. Si ellos son felices con esto, pues estupendo, pero que lo de vender Santa Coloma como la ciudad más verde de Catalunya es un ligero flipe. Un pleno denso en el que en la cara de un migrante que venía a hacer de palmero de un voxero este mismo voxero le dijo en su cara que sobra gente en Catalunya. Pero el voxero no se dio por enterado. El voxero pidió incluso una palabra para decir que cogía la palabra para expresar una opinión y como José Isbert, decir que esa opinión la iba a dar. La palabra la cogió, reivindicó su derecho y nos quedamos sin saber qué era lo que esa opinión quería lo que fuere. Emisor, receptor, mensaje. Mensaje. El mensaje es que llevamos ya un año de nueva alcaldía y nuevo equipo de gobierno tras la marcha de Nuria Parlón y tocaría hacer un balance de lo que ha sido este primer año de Mireia González como alcaldesa y decir cualquier otra cosa que no sea continuidad pero con otro perfil, sería mentir. Decir que el Partido Popular mantiene la Opa a la badalonina y que no dejan de encontrarse por la calle a socialistas que les dicen cosas. Decir que al de Vox se le apareció Jesús Lobato para decirle cosas sobre coches. Decir que hubo metapleno porque no paró ni un segundo de decir cosas, de aplaudir a diestro y a extrama diestra, de rezongar y de rezongar y rezongar y que madre mía de mi vida qué desconcierto. Y no daré pistas, pero la semiótica nos enseña que nada en el escenario es inocente, nada en la composición de los espacios, nada en la presentación ante la audiencia, nada en el significado y en el significante está dejado al azar y menos en un espacio en el que a veces se tiene que decir cosas que no se pueden decir. Mis dieces. Así las cosas, tenemos ya encarada la legislatura hacia lo que sería la superación del ecuador y los tambores de las próximas municipales sonando en cuanto deje de tronar el último petardo de la Festa Major, que por cierto, la Festa Major. Y calla, que me ha venido el titular. Ídolo.

Funeral eléctrico para Ozzy Osbourne


Hace unos pocos días se celebró un festival para celebrar la retirada de los escenarios de Black Sabbath y Ozzy Osbourne en Birmingham, la ciudad natal de la banda pionera de un cierto estilo de heavy metal, germen de un sonido que ha tenido ramificaciones y seguidores desde que en 1970 editaran su primer disco. El final del concierto, fue la interpretación de Paranoid, quizás la canción más conocida de la banda y de Ozzy. Los vídeos y reels parecían premonitorios: era la última vez que veíamos a Ozzy cantando 'can you help me', aunque fuera sentado y sin poder moverse. Ayer por la tarde, nos enteramos de que Ozzy no había podido superar una operación y que había fallecido. Se ha muerto Ozzy cuando parecía que, como pasa con tantos otros, Ozzy no podía morir porque Ozzy podría haber estado muerto desde hace años y si no lo estaba era que, finamente, Lucifer mismo le había dado la mano (o se la había soltado) y le había prodigado una suerte de vida eterna. Pero no. Hay una camiseta que reza que solo puedes confiar en ti mismo y en los seis primeros discos de Black Sabbath. Los que no hemos sido heavys nunca jamás, pero hemos picoteado en el género, vemos los primeros discos de Black Sabbath algo donde podemos reconocernos. Yo me encuentro entre los que son incapaces de escuchar un disco de Judas Priest, Iron Maiden, Helloween, yo que sé, pero veo que entre los riffs gordos de Tony Iommi hay algo con lo que me puedo sentir cómodo. Algo en la intro de Iron Man, algo en los riffs de N.I.B. y su amor satánico, algo en Electric Funeral, algo en Sympton of the Universe, algo en todo el Master of Reality y en ese comienzo de ataque de tos después de un primer calo de Sweet Leaf, algo en ese giro que tiene la canción Killing yourself to live que describe exactamente lo que te pasa cuando te estás matando para vivir, algo en el Sabbath Bloody Sabbath, algo en esa tremenda balada extraña que es Changes y que Ozzy cantaba como lo cantaba todo Ozzy pero no sabes porqué sonaba tan auténtico cuando Ozzy solo podía ser un zumbado del copón y, aunque suene extraño, algo en la portada del Vol.4 que te empuja de manera completamente irracional a pensar que te tiene que molar lo que suene ahí dentro o que te da igual lo que suena ahí dentro pero que quieres tener algo que ver con esa banda y con ese chalado que aparece con los brazos en alto. Quieres ser ese chalado, en algún momento, no sabes si podrás serlo siempre, pero quieres estar así, como Ozzy en la portada del Vol.4. Y no sé si es eso lo que ha hecho que Ozzy haya sido un referente o si ha sido su capacidad para convertirse en una suerte de bufón involuntario cuyos méritos musicales han estado por debajo de su exposición mediática y sus escándalos tópicos de consumidor de todo tipo de estupefacientes. Solo sé que ayer, cuando nos enteramos de que Ozzy se había muerto, sentimos que nos estaba faltando algo. Nunca vi a Ozzy en directo y nunca vi ni veré a Black Sabbath en directo. Tuve una camiseta de Black Sabbath, aquella que tenía la forma de la cruz dibujada y el nombre dentro, pero como muchas camisetas se me quedó pequeña y al poco pasó a mi hermano y ya jamás supe de ella. Ahora sería oportunista pedirle al Juanra una camiseta del Vol.4. Pero a Ozzy no le importaría. Gracias por todo, Ozzy.  

lunes, 21 de julio de 2025

Los Sin Nombre - Pau Freixas


¿Qué? ¿Qué ha dicho? Nuevos comentarios sobre el sonido y las series españolas. Nuevas observaciones acerca de lo que ha dicho, si lo he entendido, sube el volumen, bájalo bájalo, ponlo para atrás porque no me he enterado de nada. Toda una tesis sobre el tema de que si dos personas están hablando detrás de un cristal, no tenemos porqué escucharlos mal, porque entonces no los escuchamos y si no los escuchamos, no entendemos y si no entendemos pues qué. Si están detrás de un cristal y los escuchamos mal, qué nos quieres decir, ¿que la cámara está detrás del cristal y por eso no coge bien el sonido? ¿y cuando la cámara ya ha entrado en el espacio entonces ya se escucha bien? ¿Pero qué es esto, Dogma? La serie Los Sin Nombre, dirigida por Pau Freixas e inspirada en la película de Jaume Balagueró del mismo título, un Balagueró que ejerce también de productor, entretiene, no te voy a decir que no entretiene, pero ese caos sonoro que acompaña a todo el metraje, añadido a una banda sonora con coros de esos como de misterio, con coros de esos de como cuando en Excalibur la dama del lago salía con la espada, omnipresentes, constantes, para todo, pues como que te distrae y te quita como las ganas de otras cosas. Una serie que no pasará a la historia de las series de misterio y que termina de aquella manera y el personaje del argentino que tiene como una historia detrás y que se queda todo como muy a medio camino de nada y luego está el tema de la protagonista que ojo, lo hace bien, dentro de este criterio universal sobre el actoraje que es 'hacerlo bien', que es como no decir nada, pero ya estás diciendo que al menos no da pavor, claro, lo hace bien pero como es una actriz cómica, estás esperando el momento en el que suelte algo y te tengas que reír, cosa que no pasa durante toda la serie. La chica que hace de resucitada, pues no sé qué decirte y así un poco todo y sale también el chico que hacía de novio de la Rosa Peral en la otra serie y que también hizo la otra serie también aquella del cataclismo de Amazon del de Callejosos que era reguleras. En fin, que así podríamos pasar la tarde y supongo que todos tenemos cosas que hacer. 

domingo, 20 de julio de 2025

Beastie Boys Story - Spike Jonze


No podemos hablar de un documental al uso, con este Beastie Boys Story, dirigido por el gran Spike Jonze, sino de un relato necesario por parte de los propios protagonistas de la historia de explicar su vida y de recordar una vez más al amigo perdido. Adam Horowitz y Michael Diamond, se suben a un escenario para contar su historia y la de su amigo Adam Yauch y de cómo de esa amistad surgirá una banda que comienza como una broma, como un chiste, y acaba convirtiéndose en un referente de muchísimas cosas y todas buenas. Los dos amigos, los dos Beastie Boys supervivientes, ya que Yauch murió de cáncer hace unos años, nos cuentan sus vidas desde su infancia y sobre todo adolescencia como punkis o casi como punkililis si es que queremos aplicar un poco de mirada crítica al asunto y cómo a través de gente que conoce a gente que conoce a gente se van introduciendo en un mundo que les atrapa, les utiliza, les vende, les promociona y les exprimirá como se viene exprimiendo a cientos de artistas pipiolos en todo el mundo hasta que dejan de ser necesarios o hasta que estos pipiolos descubren que pueden tener su propia voz. Así vemos cómo Ad Rock y Mike D nos explican su paso de banda de punk descerebrado al hip hop patillerísimo acompañados por una amiga, Kate Schellenbach, a la que dejarán tirada porque sus nuevos colegas Rick Rubin y Russel Simmons son más molones y saben mucho y el hip hop y las fiestas y tal. ¿Han escuchado alguna vez el Some old Bullshit? Es un disco que recoge esas primeras grabaciones punkarras de los Beastie Boys y sus pinitos con el hip hop, como la canción Cookie Puss e incluye el temarral Beastie Revolution. De ahí saltamos a 'hacerse el rapero' y ser una especie de mono de feria con el que pretendían reírse de cosas de las que acabaron siendo la encarnación. Un trío de gilipollas con bases guapas y guitarras eléctricas que van de gira con Madonna, que sacan pollas en el escenario, latas de cerveza y chocan sus manos con sus hermanos de los Run DMC. Sacan el Fight for your right to party, dan el ultra pelotazo y la cosa se desmadra. Son ya la broma musical y todo el mundo espera el próximo chiste. Pero ellos, que vale que se creen el papel pero que al ser tres, alguno de ellos y ese alguno será Yauch, dirá, un momento, vamos a ver, esto cansa un poco, querrán hacer otra cosa. Y nadie espera que hagan otra cosa. Chimpún. Es entonces cuando empieza otra historia de la banda en la que la búsqueda de una idea de música y de, en cierto modo, reencontrarse con lo que quisieron ser, se convierte en lo principal. Ya no solo rodeándose de gente que les proporcione unas bases musicales y tecnológicas de campeonato, sino siendo ellos mismos los que 'hagan la música', es decir, introduciendo música tocada por ellos mismos con las manos de ellos. ¿Han escuchado el Aglio e Olio? Un disco de ocho minutos de hardcore punk que, como el Some Old Bullshit, no es mencionado en el documental. Todo eso sin dejar el festival constante y el hacer el payaso de manera sistemática, pero ya con un poco de cabeza. Así cuentan cómo graban esa obra maestra absoluta que es el Paul's Boutique, llenísimo de cosas y que será ignorado por todos los que esperaban otra astracanada y de ahí pasan al Check Your Head y de ahí al Ill Communication, conformando la trilogía que todo buen aficionado a cualquier tipo de música ha de tener o al menos saber referenciar cuando se le pregunta. Contesta cuando te pregunten por Jimmi James, por Funky Boss, cuando alguien diga como al vuelo 'this is the first song of our new album', cuando suene Sabotage en tu tardeo para cuarentones, cuando suene Superfly de Curtis Mayfield tú sabrás que la has escuchado en el Paul's Boutique sampleada, cuando suene Sure Shot sabrás que es una canción que habla de reconocer a las mujeres y redimirse de todas las tontunas del pasado, contesta cuando alguien te pregunte si sabes que es una bullabesa y tu digas que es el mix final del Paul's Boutique. Porque como dice Mike D que dijo Ad Rock en una entrevista 'prefiero ser un hipócrita que ser siempre la misma persona', y creo que ahí estriba todo el sentido de un documental que termina con una media hora final de homenaje y recuerdo al amigo MCA. Mola. Porque ves a dos colegas que sin el tercer colega han perdido la razón de ser y no hay necesidad de alargarlo más y porque en cierto modo, el trabajo ya está hecho. Así que los Beastie Boys son casa y están en otra dimensión. 

La idea de Israel. Una historia de poder y conocimiento - Ilan Pappé


Creo que lo primero que deberíamos hacer es felicitarnos porque haya conseguido terminar este libro. Las condiciones no eran las mejores, el tema era árido y francamente desagradable, el tiempo disponible no era demasiado y todo se volvía espeso y doloroso. Pese a todo, el libro ha sido leído y aquí vienen las conclusiones. Primero hablaremos de las motivaciones para leerlo. Imaginen que a ustedes no les importara una mierda que en un rincón del planeta se estuvieran asesinando fríamente a unas 200 personas al día. Imaginen que están en un banquete, una boda y que cada día fueran asesinadas todas las personas de esa boda. Y mañana otras 150. Y mañana 200. Y mañana 175. Sin discriminar entre hombres, mujeres o niños. Niños. Imaginen que les importara un poco y que quisieran saber qué pasa en ese país que ha decidido que todo da igual porque hay un motivo superior que es Israel y la idea de Israel. Este libro, lo descubro mientras leo, no es reciente, no es actual, está editado en el 2015. En diez años han pasado muchas cosas y lo que ha pasado es la confirmación de algo que ya apuntaba el libro. El libro, de lo que va, es de describir cómo un grupo de pensadores, profesores, etc., discuten la visión y ideología del sionismo. Los judíos tienen derecho a un hogar nacional y ese hogar nacional es Palestina, tierra de la que fueron expulsados hace dos mil años. A partir de ahí, todo está justificado para que Israel, así se llamará el estado, exista y sobreviva y sea ese hogar nacional judío. Este grupo de pensadores que se llamarán o les llamarán postsionistas, lo que harán será discutir esas premisas fundacionales y especialmente, lo que acontece en torno a la llamada guerra de Independencia o la Nakba si eres palestino, la catástrofe. Este grupo de historiadores se propone discutir esa visión gloriosa de una guerra en la que unos pocos vencieron a muchos y dejar al descubierto las atrocidades cometidas para expulsar a los árabes de sus tierras. El relato oficial consiste en que allí prácticamente no vivía nadie, que la gente se fue porque quiso, que los árabes atacaron sin motivo, que los árabes no quieren la paz, que después del Holocausto Israel era la solución. Estos pensadores e historiadores postsionistas discuten la filmografía utilizada para vender el relato, las novelas, las series televisivas, todo aquello que justifica que Israel estaba en su derecho. Los pensadores postsionistas hablan también de las discriminaciones interiores, no solo con los árabes, sino con los judíos mizrajíes, aquellos que vienen de los países árabes, de Marruecos, de Irak, del Yemen, y que son 'llevados' a Israel como mano de obra y son discriminados por los askenazíes, judíos que vienen de Europa. Este resentimiento de los mizrajíes con los askenazíes no se materializará en una cosa de izquierdas sino que será el Likud quien aproveche ese resentimiento contra los Laboristas representantes de los judíos askenazíes. Y la cosa irá a peor. Quién nos discute que somos judíos, seremos los más. Esta corriente postsionista tendrá una influencia tenue en la vida cultural y política israelí, pero la suficiente como para que provoque una reacción del relato oficial. Así, con la desaparición de la preeminencia laborista y el decantamiento de Israel hacia la derecha o la extrema derecha o lo peor de todo del mundo, se establecerá un relato neosionista que consistirá en dar la razón a los postsionistas, es verdad, se cometieron todas esas cosas, pero es que eran necesarias, están justificadas y de paso, todo está justificado. Ya no se trata de maquillar, de falsear relatos, de subvertir la historia desde las escuelas hasta la cultura de masas, sino de plantear que la brutalidad es bien. Que no hay que tener complejos. Y en esas estamos y diez años después esa carencia de complejos ya es explícita y se habla de deportaciones masivas, de 'transferir población árabe' sin un ápice de vergüenza, de negar la humanidad y de convertirse en un estado que deja pequeño lo de fascista porque todo está justificado. El libro finaliza con los intentos de Israel, de sus gobernantes, que se dan cuenta de que se convierten en un estado paria, un estado antipático, para lavar su imagen, el pinkwashing, Israel como isla de democracia, Israel como aportadora de valores tecnológicos y científicos. Como vemos hoy, esa idea de vender Marca Israel sigue viva y sigue siendo un relato que sirve para justificar la barbarie. Y así, cada día pueden morir asesinadas 200 personas a sangre fría, personas que van a por un saco de comida y son tiroteadas simplemente por que sí, porque Israel lo vale, lo justifica, Israel se asienta en eso y sin eso no existiría. Al menos Ilan Pappé lo cuenta y lo explica. 

jueves, 17 de julio de 2025

Homenaje a Lluís Hernández. La Santa Coloma que sigue


El 20 de julio se cumplirán 10 años de la muerte de Lluís Hernández, quien fuera el primer alcalde democrático de Santa Coloma, pero que fue muchas más cosas. El primer alcalde comunista de Santa Coloma, el cura rojo de Santa Coloma, el cura, el Lluís, el Luís, una figura que para los que éramos unos críos mientras gobernaba, nos parecía mítica. Si ser de Santa Coloma ya era un hecho distintivo, no éramos como los demás, no nos miraban como a los demás, cuando decíamos que en nuestra ciudad el alcalde era un cura rojo comunista se nos llenaba el pecho de un orgullo por ser de ese sitio donde por delante estaba alguien que no podía dejar de ser peculiar, porque todos éramos un poco así, particulares, extraños, diferentes, auténticos. A 10 años de la muerte de Lluís Hernández, ese sentimiento colomense perdura de mil maneras diferentes y debe seguir siendo así por más que los fascistillas de turno se empeñen en querer convertirnos en algo que no somos, ni por más que las condiciones de vida y de acceso a la vivienda, estén encaminando a nuestra ciudad a convertirse en un nuevo territorio a explotar por los especuladores. La Santa Coloma de hoy no es, naturalmente, la Santa Coloma que se encontró Lluís Hernández y la gente del PSUC que entró a gobernar en 1979, recogiendo y poniendo en marcha una administración prácticamente de la nada y gobernando como se podía y como buenamente se sabía para hacer frente a los infinitos problemas de una ciudad que no es que estuviera por hacer, es que estaba hecha rematadamente mal, a conciencia, y a beneficio de unos pocos. Pero en la Santa Coloma de hoy debemos encontrar ese espíritu que encarnaba Lluís Hernández, una idea de ciudad y de comunidad, una ciudad que es de todos y que debe ser para todos. El homenaje que organizamos desde Comuns ayer, quiso sobre todo dejar claro que en esa construcción y en esa lucha por una Santa Coloma digna, hay que reconocer a todo el mundo. A todo el mundo que esté de este lado de la raya de quienes pensamos que la ciudad no puede caer en manos de quien la hizo espantosa, sino que debe ser un lugar del que nos sintamos orgullosos por ser lo que Lluís y esa Santa Coloma nos hacían sentir, un lugar auténtico, diferente, en el que es la gente la que encarna lo mejor que tiene, sin necesidad de accesorios. Y para ello es necesario organizarse, participar, asomar la cabeza, no resignarse, plantar cara ante un mundo que parece haber decretado que todo lo que Lluís Hernández representaba, está pasado de moda, está obsoleto, no sirve, no mola, no tiene likes en redes. Reivindicar la figura de Lluís Hernández pasa también por reconocer no solo su peculiaridad, su originalidad, su figura como activista-alcalde, sino también su papel institucional, su papel de alcalde. Un alcalde transformador, un alcalde que gobernó la ciudad, que tuvo un papel en su transformación y no solo en las luchas previas. Un alcalde que gestionó y que supo hacer y rodearse de personas que ponían su talento y sus conocimientos al servicio de una idea de ciudad y de una idea de vida. Quedarnos solo con el Lluís personaje y obviar el Lluís alcalde es hacerle un favor a quien nos quiere siempre detrás de una reivindicación, pero lejos de donde se deciden las cosas. Por eso era necesario darle un valor institucional al homenaje. Homenajeamos a muchos Luíses, pero también y especialmente al Lluís alcalde, que no es poco. El acto de ayer fue muy bonito y fue bonito casi de manera involuntaria. Fue bonito porque no tenemos muchas ocasiones de reivindicarnos, de querernos, de encontrarnos y de decir que sí, que lo que hicimos estuvo bien, que fue posible, que estuvimos. Y que seguimos. 

miércoles, 16 de julio de 2025

Pimientos rojos muertos


Nos gustan las cosas que pasan pero no nos gusta ver porqué pasan. Nos gusta esto de vivir así como vivimos en nuestros pequeños mundos pero no nos gusta saber porqué esos mundos funcionan y porqué todo va como va y cuando lo tenemos delante, pues no nos gusta, ya lo he dicho, no nos gusta, no lo queremos ver, no queremos saber, no queremos. Nos gustan los pimientos, pero no nos gusta saber quién coge los pimientos. Nos parece fatal que llueva, que nieve, que haya granizo y que le pase lo que le pase a la cosecha, pero no nos preguntamos si el señor que sale saliendo a decir que pasa lo que pasa, es el que lo recoge luego. Sale gente recogiéndolo todo luego. Salen, pero no los queremos ver. O bueno, los vemos trabajando, pero cuando acaban de trabajar se meten debajo de la tierra, o se esconden debajo de un árbol o se volatilizan y desaparecen y por la mañana ya están otra vez allí para recoger melocotones y todo eso. No nos gusta saber mucho más que eso. No nos gusta verlos sentados en las plazas, no nos gusta saber que viven en ese edificio y que bajan a comprar o que les gusta tomarse un café con leche con la leche bien caliente. No nos gusta para empezar porque somos unos racistas de mierda que han sido educados en un Estado que se ha basado en que nosotros no somos otra cosa que esto que usted ve aquí y no otra cosa. Nosotros, si lo hacemos bien, podemos llegar a ser españoles de bien, pero ni siquiera nacer aquí y ser rubio como la cerveza nos exime de no ser españoles de bien, de poder tomar algo en una plaza o de pedirnos un cortado con hielo. ¿Han escuchado a ese militar pedirle a los españoles de bien que griten en alto y con el corazón abrasado y el destello de la bandera? Españoles de bien. En realidad, Torre Pacheco, la mezquita de Piera, las batidas en Sabadell o cualesquiera de las antesalas del horror que estamos viviendo, son tan graves que no da para un texto medianamente irónico sobre el tema. Racistas de mierda que se sienten legitimados por un clima político y mediático y de comprensión por parte de esa derecha que nunca fue moderada pero que ahora ya da lo mismo todo porque Trump, fascistas de mierda que idem, todos ellos, están preparándose para algo que quizás no llegue nunca y podamos seguir convocando una concentración en la plaça de la Vila y no nos moverán y vete a saber, pero así a bote pronto parece que el clima de respeto y concordia que nos hemos dado entre todos, parece que nos lo están dando pero de otra manera. No nos gusta ver a la gente diferente, extraña, porque antes nunca la habíamos visto o porque se creen que son personas como los perretes que levantan la patita y les dices se creen que son personas. Eso es lo que les pasa, que se creen personas y no lo son, porque tanto aprender y tanto estudiar y tanta microfibra y tanta conexión wifi y tanto 5g nos ha servido únicamente para comportarnos como en un siglo XIII tecnificado en el que toda la vida se ha hecho, toda la vida ha sido así, esto es nuestro, es que antes no pasaba, es que hay que matarlos a todos. Por pimientos rojos.