Hay que poner una foto de Almodóvar y no de la película de Almodóvar porque realmente quien sale en la peli es Pedro Almodóvar. Esto ya lo han hecho antes otros directores como por ejemplo este o aquel, lo de crearse un alter ego y contar su vida, pero que lo haya hecho Almodóvar tan así, tan evidentemente, pues tiene que tener su explicación.
Dolor y gloria es una peli blanda. No blanda porque sea sensiblera, o floja. Es blanda porque es como cuando estás contándole algo a alguien para darle pena. Soy Pedro Almodóvar y os pensáis que debo ser la hostia porque tengo Oscars y me quieren en todo el mundo, pero en realidad estoy hecho polvo y me pasan cosas así que no os sé explicar y me acuerdo mucho de cuando era pequeño y no salgo de una especie de bache. Es como si además el mismo reconociera algunas cosas: desde tal película, que yo por ejemplo podría decir que es Mujeres al Borde de un Ataque de Nervios y tirando más adelante Todo sobre mi madre, no hago nada que medio interese ni que medio le interese al parecer al propio Almodóvar.
La historia parece ser su historia porque Antonio Banderas, el protagonista, hace de Pedro Almodóvar. Incluso con el pelo alborotado y la barba. Incluso hablando. Todo. Es él. Que luego los personajes o las películas o según que cosas sean más o menos reales, importa poco.
Y pongo la foto porque siempre parece que con las pelis de Almodóvar acabe sucediendo eso de que: ey, que sale Penélope Cruz y Antonio Banderas, que son internacionalmente tal y cual y aquí están conmigo.
La película dicho todo esto que parece que vaya a ser un truño, en realidad no es tan así. No es ningún truño y si conoces algo al personaje y si te ha gustado alguna vez alguna película de Almodóvar, pues estás ahí, interesado en lo que le pasa y qué le pasa. Y hay cosas con las que empatizas y otras con las que no tanto y ver a gente fumando chinos no me hace ninguna gracia, pero lo que tiene la película es que, de alguna manera, estás volviendo a ver a Almodóvar contando algo que a él parece interesarle.
Ya no está queriendo que le tomes en serio como cineasta, que francamente siempre me ha dado igual, sino que le tengas algo de cariñete.
Y cuela. Aunque luego diga cosas que bueno, es que es de esa época y tiene esa mirada y lo que ha vivido es eso. Qué vas a recriminarle. Peor es que otros más jóvenes digan otras cosas.
Y para acabar el tema de los acentos. Si quieres hacer de manchego o manchega pon una actriz o actor manchego o manchega y no a una catalana como Julieta Serrano que por muy buena que sea se le nota y pierde la cosa autenticidad. No se trata de hacer de una peli de Almodóvar como si fuera la hora de José Mota, pero bueno.
A ver si la ve mi madre, que hace tiempo cogimos la costumbre de ir a ver las pelis de Almodóvar y lo dejamos. Creo que solo vimos una o dos, por eso. Pero mola contar cosas así también para que... ¿no?
lunes, 30 de septiembre de 2019
sábado, 28 de septiembre de 2019
Viva el Primero de Mayo
Hay muchos comentarios sobre el tema. ¿Por qué con los índices de precariedad laboral que hay no se manifiesta la juventud de esta manera que se está manifestando? Yo también me hago esa pregunta. Pero no para desprestigiar o hacer de menos las manifestaciones masivas que se están dando sino para saber qué habría que hacer para que la lucha por los derechos laborales, los derechos sociales, sea tan 'masiva' como las que estamos viendo.
Dirán los agonías que la lucha feminista o la lucha por el clima en realidad son luchas inocuas, que no tocan nada, que realmente pueden coexistir con el sistema tal y como lo conocemos. Que son movilizaciones posmodernas. Que en realidad son cosas que el sistema se inventa para perpetuarse y desviar el tiro de la lucha fundamental que es, pues claro, el cambio de sistema.
Y sin embargo, lo que más queda de estas luchas, de estas movilizaciones masivas, es que el capitalismo es culpable. Si algo queda de las imágenes y los discursos de Gretha Thurnberg es que, al final, llegando al final, por muchas acciones individuales que nos propongamos, por muchas tomas de conciencia colectiva, si no cambiamos el sistema capitalista, no hay nada que hacer. Recuerdo aquel debate en el que nuestro Josep Ramón Aragó vino a resumir todos los programas electorales y todas las medidas anunciadas y posibles en una sola. El capitalismo es culpable. Y ayer, en la manifestación de Barcelona, lo que finalmente creo que queda claro es que sí, que los plásticos, que sí, que la alimentación, que sí, que el petróleo, que es el capitalismo. Que sin cambio de sistema no hay nada que hacer.
Hasta ahí bien.
La pregunta es. ¿Por qué las luchas por los derechos sociales no arrastran ya esa movilización masiva? En la manifestación de ayer sé que no todo el mundo era anticapitalista y hay mucha gente bien, pero algo es algo y que el mensaje final, hasta en los niños de los colegios es que el sistema... ya lo he dicho. En la manifestación del primero de mayo, el Día del Trabajo, en cambio, el ambiente es otro. No hay gente joven. Hay gente joven, claro, pero no es todo el mundo tan joven.
Y ese es un tema.
Quizás hemos asumido que hay cosas que todavía se pueden abarcar, aunque sean a veces de difícil concreción como la posibilidad de parar la emergencia climática, pero sabemos que los derechos sociales, ay.
Porque en una manifestación como la de ayer o en las de los movimientos feministas, puede haber perfectamente gente que detenta posiciones de poder y hacerse pasar por tan antisistema como usted y como yo. Pero en una manifestación del primero de mayo... calla, antonio, que también.
¿Qué pasa pues con los derechos sociales? ¿Porqué las movilizaciones en ese campo solo las protagonizan de manera ruidosa los pensionistas por ejemplo?
¿Cómo hacer atractiva, moderna, interesante una movilización? ¿Qué personaje, qué debe pasar para que la gente salga a la calle de esa manera festiva y alegre que sale para esas movilizaciones?
Está claro que los asesinatos diarios de mujeres son un motivo más que suficiente para salir a la calle todos los días y a todas horas, no hay duda. Y que el cambio climático está ahí y que, como digo, es una forma de poner al sistema, creo, ante su reverso tenebroso.
Pero en cambio parece que lo de los derechos sociales es como, antiguo. O una pérdida de tiempo, porque al final ya sabes, los sindicatos... y si no serán los partidos y si no... al final siempre mal.
Orgulloso de participar en estas manifestaciones y aprender tanto de esa gente no organizada que hace carteles, que canta, que baila, que hace esas cosas que en las otras manis nos parecen poco serias.
Algo habrá que hacer. Voy dándole una vuelta.
Dirán los agonías que la lucha feminista o la lucha por el clima en realidad son luchas inocuas, que no tocan nada, que realmente pueden coexistir con el sistema tal y como lo conocemos. Que son movilizaciones posmodernas. Que en realidad son cosas que el sistema se inventa para perpetuarse y desviar el tiro de la lucha fundamental que es, pues claro, el cambio de sistema.
Y sin embargo, lo que más queda de estas luchas, de estas movilizaciones masivas, es que el capitalismo es culpable. Si algo queda de las imágenes y los discursos de Gretha Thurnberg es que, al final, llegando al final, por muchas acciones individuales que nos propongamos, por muchas tomas de conciencia colectiva, si no cambiamos el sistema capitalista, no hay nada que hacer. Recuerdo aquel debate en el que nuestro Josep Ramón Aragó vino a resumir todos los programas electorales y todas las medidas anunciadas y posibles en una sola. El capitalismo es culpable. Y ayer, en la manifestación de Barcelona, lo que finalmente creo que queda claro es que sí, que los plásticos, que sí, que la alimentación, que sí, que el petróleo, que es el capitalismo. Que sin cambio de sistema no hay nada que hacer.
Hasta ahí bien.
La pregunta es. ¿Por qué las luchas por los derechos sociales no arrastran ya esa movilización masiva? En la manifestación de ayer sé que no todo el mundo era anticapitalista y hay mucha gente bien, pero algo es algo y que el mensaje final, hasta en los niños de los colegios es que el sistema... ya lo he dicho. En la manifestación del primero de mayo, el Día del Trabajo, en cambio, el ambiente es otro. No hay gente joven. Hay gente joven, claro, pero no es todo el mundo tan joven.
Y ese es un tema.
Quizás hemos asumido que hay cosas que todavía se pueden abarcar, aunque sean a veces de difícil concreción como la posibilidad de parar la emergencia climática, pero sabemos que los derechos sociales, ay.
Porque en una manifestación como la de ayer o en las de los movimientos feministas, puede haber perfectamente gente que detenta posiciones de poder y hacerse pasar por tan antisistema como usted y como yo. Pero en una manifestación del primero de mayo... calla, antonio, que también.
¿Qué pasa pues con los derechos sociales? ¿Porqué las movilizaciones en ese campo solo las protagonizan de manera ruidosa los pensionistas por ejemplo?
¿Cómo hacer atractiva, moderna, interesante una movilización? ¿Qué personaje, qué debe pasar para que la gente salga a la calle de esa manera festiva y alegre que sale para esas movilizaciones?
Está claro que los asesinatos diarios de mujeres son un motivo más que suficiente para salir a la calle todos los días y a todas horas, no hay duda. Y que el cambio climático está ahí y que, como digo, es una forma de poner al sistema, creo, ante su reverso tenebroso.
Pero en cambio parece que lo de los derechos sociales es como, antiguo. O una pérdida de tiempo, porque al final ya sabes, los sindicatos... y si no serán los partidos y si no... al final siempre mal.
Orgulloso de participar en estas manifestaciones y aprender tanto de esa gente no organizada que hace carteles, que canta, que baila, que hace esas cosas que en las otras manis nos parecen poco serias.
Algo habrá que hacer. Voy dándole una vuelta.
viernes, 27 de septiembre de 2019
La opinión de la Krupskaya
Yo creo que ya empezamos mal con lo de 'la krupskaya'. Y como ya empezamos mal no sé cómo vamos a acabar. Te diré que yo siempre le decía que por aquí no o que por aquí vas mal y que te están tomando el pelo o que aquel me tiene a mi también un poco hasta el moño. Todo eso que lógicamente se dice porque se tiene que decir y porque teníamos que decírnoslo porque estas cosas si no se hablan pues no se avanza. Y se lo decía. Le decía, oye, esto, no sé si estás tú muy pendiente pero te están pasando la mano por la cara y mucho mucho mucho pero a la hora de la verdad hay una cantidad de gente que te tiene ganas que yo no sé qué haces. Y muchas veces le decía también que no se fiase. Anda que no se lo dije veces. Yo era mucho de decirle muchas cosas, porque todo el mundo piensa que estas cosas pasan porque uno tiene la iluminación y ya está, pero esto pasa porque hay mucha gente diciéndote cosas y lo que tú opines al final pues vale lo que te dije. Yo no sé. Pero al final, no sé si mereció la pena. El pobrecito lo malito que se puso y encima lo mató una de esas que se pensaba que era de la punta alante. Con lo que se había dejado él la salud en todos los países del universo y venir aquí y ya con casi todo tirado para delante, tracatrán, va y la chunga aquella se lo intenta cargar. Es que no sé. Yo le decía muchas veces muchas cosas, cómo no le voy a decir cosas. Porque yo parece que no, pero yo tengo también mis opiniones y mis cosas y no quiero ahora pasarte aquí todo el curriculum, pero que hacer, joder si he hecho cosas. Yo lo que te quiero decir es que todo esto, finalmente no sé si tiene sentido. Que si ahora bien con aquel, mal con este, con el otro peor, a aquel nos lo tendremos que quitar de en medio. Y es una mierda como un pan porque joder, que hemos estado en los peores tugurios de Europa y ahora tener que pasar por todo esto. Y reconozco que yo tampoco soy una santa ni que tampoco haya malmetido, porque una será lo que sea, pero ya te digo que mis pelotas son como las de cualquiera. Pero no sé. Es que es todo un tema que te pones a pensar y realmente no llegas a ningún sitio porque a lo mejor, y digo, a lo mejor, es que no tenemos que llegar a ningún sitio. Y yo le decía que no se fiase de nadie. Y la movida con el otro. Y con el otro. La movida del final. Aquello fue muy triste, pobrecito tan malito. Y que no se fiase de nadie. Pero él se lo tomaba a mal y me decía que a lo mejor de quien no tenía que fiarse era de mí. Y entonces sí que la liábamos Pravda. Ay. Perdón.
jueves, 26 de septiembre de 2019
Karpov
No siempre me vas a pillar de buen humor. Y hoy no estoy de humor. No siempre voy a poner esa cara de simón el simpaticón que se supone que debo de tener y de todo me da igual porque soy el ajedrecista impasible, pero igual hoy no es el día. Hoy igual mira lo que te digo. Igual hoy, y encima llevando blancas, igual hoy me vuelvo loco y la formo de verdad. Con mi banderita al lado y mi cara de no me toques las pelotas más que yo creo que ya va siendo hora de ir quemando las naves. Así, con blancas. Esto no se lo esperaba nadie, con las blancas, con la manta en la cabeza, liado completamente. A lo loco. El nuevo Karpov. Se acabaron las muestras de respeto reverencial y las muestras de colonia y las muestras de cariño. Se acabaron los sesudos razonamientos y a partir de ahora entramos en una era de romanticismo y de pasionalidad. Pasionalidad me lo marca como incorrecto, pero es que a partir de ahora me da igual todo. La vanguardia del juego. Se acabó el rollo especulativo y las combinaciones seriamente trabajadas que no nos han servido de nada. No se puede jugar contra quien lo tiene todo anotado. Yo pensaba que valía con anotar alguna cosa y veo que hay que anotarlo todo y tenerlo todo cuadriculado y yo pensaba que yo lo tenía todo cuadriculado y no lo tengo todo cuadriculado. No puedo dormir por las noches porque no lo tengo todo cuadriculado, anotado, contabilizado. Es hora de saltar por los aires. Es hora de poner cara de loco y de que te tengan miedo porque ojo, porque también estás loco. Locos contra locos. Tanto tiempo pensando que los locos no podían ganar y los locos ganan. Pues entonces habrá que estar más loco. Pero sin apuntar nada. Se acabó apuntar nada. No tengo libreta. No he traído boli. Yo no apunto nada. Te estoy mirando todo el rato en plan no me intimidas. Pero es en plan, estoy pensando en lo mío mientras te miro. No sé. Es que se me ha ido mucho la pinza y ya me he cansado de estar calculando. Tanto cálculo. Biliar. Biliar se parece a billar. Voy a empezar a decir cosas así, pero no salteadas, no, ahora todas de golpe, un torrente de gilipolleces que te van a dejar con ganas de no haberme conocido jamás. De hecho no sé si me conoces. Soy el mismo de antes. Pero ya no estoy de humor.
martes, 24 de septiembre de 2019
Érase una vez en Hollywood - Quentin Tarantino
Mucho cuidado con lo que vas a decir. Te gusta esta peli o no te gusta esta peli. Ojo. Hay que decir que a Tarantino ya se le ha pasado el arroz o no. Pues no. Quizás sea una peli que no gustará a quienes quieran pelis de Tarantino donde pasen cosas todo el rato muy escabrosas. Quizás sea una peli en la que pasan pocas cosas. Pero te está contando siempre cosas. Lo primero, una relación de amistad entre un actor y su doble. Un par de supervivientes que tienen que hacer lo que tienen que hacer y que se han de tragar sapos, carros y carretas para hacer lo que les gusta. Que debe ser el cine.
Una película que nos está contando principalmente eso. Esa historia. Y no es poco. Y una época. Los sesenta y su música, y sus programas de radio, y las series de la tele y las películas. Y el musicón. Un musicón endemoniado.
¿Quién está mejor Bradd o Leonardo? Pues están bien igual de bien los dos. Cada uno haciendo casi el mismo papel que hacen siempre, pero y qué. Siempre estamos haciendo el mismo papel, todos los días.
Estoy escuchando la canción esa de los coches del pasado. Enamorados de los coches del pasado. Coches grandes, coches con radio atronando, gente fumando en todas partes. Enamorados de las estéticas del pasado, de cómo eran antes, de lo de antes que sonaba mejor, los grupos eran más auténticos, los actores eran más auténticos, bruce lee era más auténtico, los psicópatas eran más auténticos.
La historia de Charles Manson y su secta hippie. Putos hippies. La historia de Sharon Tate, que tiene mucho que ver con el fin de la historia pero que te la podrías ahorrar y la película tendría el mismo sentido.
¿Mola la película? Mola mucho. Porque a pesar de que el común de los mortales dice que las dos primeras horas son lentas y no pasa nada, en realidad está pasando todo. Y lo que pasa al final es el Tarantino que esperamos. Que mola también, claro. Me recordó algo a la peli Jackie Brown, que estás esperando todo el rato que pasen cosas de Tarantino y no pasan. Y cuando acaba no sabes porqué te ha gustado la película si no parecía de Tarantino.
Y te ha gustado.
Una película que nos está contando principalmente eso. Esa historia. Y no es poco. Y una época. Los sesenta y su música, y sus programas de radio, y las series de la tele y las películas. Y el musicón. Un musicón endemoniado.
¿Quién está mejor Bradd o Leonardo? Pues están bien igual de bien los dos. Cada uno haciendo casi el mismo papel que hacen siempre, pero y qué. Siempre estamos haciendo el mismo papel, todos los días.
Estoy escuchando la canción esa de los coches del pasado. Enamorados de los coches del pasado. Coches grandes, coches con radio atronando, gente fumando en todas partes. Enamorados de las estéticas del pasado, de cómo eran antes, de lo de antes que sonaba mejor, los grupos eran más auténticos, los actores eran más auténticos, bruce lee era más auténtico, los psicópatas eran más auténticos.
La historia de Charles Manson y su secta hippie. Putos hippies. La historia de Sharon Tate, que tiene mucho que ver con el fin de la historia pero que te la podrías ahorrar y la película tendría el mismo sentido.
¿Mola la película? Mola mucho. Porque a pesar de que el común de los mortales dice que las dos primeras horas son lentas y no pasa nada, en realidad está pasando todo. Y lo que pasa al final es el Tarantino que esperamos. Que mola también, claro. Me recordó algo a la peli Jackie Brown, que estás esperando todo el rato que pasen cosas de Tarantino y no pasan. Y cuando acaba no sabes porqué te ha gustado la película si no parecía de Tarantino.
Y te ha gustado.
domingo, 22 de septiembre de 2019
Arma de Construcción Masiva en el Teatre Sagarra
Digo yo que con la cantidad de veces que nos lo han dicho, algo debería pasar. Pero no pasa. Y no quiero ser agonías pero no parece que vaya a pasar. Porque lo escuchamos, lo entendemos, pero ay, luego ya si eso. O lo escuchamos junto a los regidores del PSC que sabemos que, a ver, pueden programar todas las obras que quieran sobre el tema, pero a la hora de dormir, prefieren dormir tranquilos.
La obra se llama Armas de construcción Masiva y la compañía es José y sus hermanas. Un mensaje de Watsapp por la mañana me indica que hay entradas gratis si dices que eres de un grupo de teatro. Soy de un grupo de teatro. Me atrevo. Media entrada porque hay muchos grupos de teatro en este pueblo. Y eso significa que hay también muchos críticos en este pueblo. No entraré a criticar el montaje, la dicción y mucho menos la interpretación. Entraré a criticar el mensaje, pero no por criticar el mensaje, que no por sabido es menos necesario. Criticaré la necesidad del mensaje.
O la efectividad del mensaje. O la facilidad del mensaje. O la comodidad del mensaje. O lo conocido del mensaje. O lo cambio climático del mensaje. Un mensaje claro. Este mundo, pero concretamente este país, es de traca. Este país es un campo de pruebas, nos dicen, un campo de pruebas para todas las putas mierdas que luego se ensayan por ahí fuera. Este país, España, nos dicen, es pionero en sentar a los niños en sillas, en tenerlos quietos, en educar para nada, en desmovilizar con los bares, en quitar a la gente de las calles, en tantas cosas. Creemos siempre que el estado español es la risa, la tarara, y no lo es. Llevan toda la vida ahí y tú te ríes de ellos pero como que al final, la risa eres tú.
Y efectivamente, las interpretaciones me gustan, a veces no se escucha bien lo que se dice pero será por cosas ajenas a mi entendimiento. Pero todo lo que dicen se entiende aunque no se escuche. Las historias, la cotidianeidad, la vida, las desgracias, las casualidades, los miedos, la sociedad, los padres, la familia, los niños, la escuela.
Usted está viviendo en esta país, se llame como se llame y la verdad es que da igual. Da un poco de coseja, de repeluco, de miedete. Estar en reuniones preparando la revuelta sobre el cambio climático, junto a seis regidores del PSC, o más, que miran todo aquello como si fuéramos todos parte del mismo equipo y estamos todos preparando y concienciando, porque somos todos parte de lo mismo y todos un poco como que podemos hacer algo ¿no? Pues no. No podemos.
Y al día siguiente vamos todos y todas a manifestaciones juntos en la pancarta con quien te acaba de decir que no podría dormir tranquilo si te tuviera en el gobierno, porque eres peligroso, no eres peligroso cuando compartes la pancarta, cuando estás ahí, cuando parece que todos somos uno y que al final, todos somos lo mismo y estamos por la causa. Y vamos a la obra de teatro y analizamos luego la calidad del montaje, de la interpretación, del guión, del chimpón y que es quizás, no sé, como si... y asentimos y lo tenemos todo más o menos claro, el mensaje es espectacular. Esto es teatro.
Pero el teatro del bueno es el que hacemos nosotros cada día, pensando que estamos haciendo algo y creemos que efectivamente lo estamos haciendo. Al menos nos dejan subir al escenario, programan las obras, establecen un ritmo adecuado de emisión de mensaje contracultural y mañana tocará bendecir a la borriquita con la misma cara.
Eso es teatro.
sábado, 21 de septiembre de 2019
Crónica del concierto de Pau Riba en la Mercé. Dioptria siempre.
Yo pensaba que con un móvil diferente saldrían fotos diferentes. Definitivamente, no sé hacer fotos. Vamos al lío. ¿Cómo de pesado puede ser alguien con una cosa? Yo soy muy pesado con Pau Riba y especialmente con el Dioptria. Lo explicaré otra vez. Dos discos, uno del 69 otro de meses más tarde. Uno acompañado por Om y el otro por diversos músicos, entre ellos Sisa. Ambos dos son uno solo y como tal se considera como uno de los mejores discos de la historia del rock catalán, sino el mejor, y de la historia del rock español en general.
Pues bien, este año es el 50 aniversario del disco. Y aunque ya ha hecho conciertos celebrando este aniversario en el Barnasants por ejemplo, ayer tocaba en Barcelona, en la Mercé. Casi no voy al concierto porque no sabía nada de este concierto. O lo sabía y no me acordé. El caso es que tonteando con el móvil a ver si había algo en la Mercé que mereciera la pena, me encuentro con que Pau Riba toca el Dioptria en el Moll de la Fusta.
Para mí el Dioptria es un disco de música pero de muchas cosas mal. Hay canciones cuyo contenido es quizás algo discutible hoy día, pero el grueso de las canciones, son totales. Y me volví loco desde que oí a lo lejos cómo estaban interpretando Khitou.
Van a hacer el disco de corrido, dije. Metiendo la pata clamorosamente ya que después de Khitou cantó Rosa d'Abril, pero luego no vino Noia de Porcelana. Luego se fue a otra cosa. A Taxista.
Los discos del Dioptria son uno rockero y el otro folk. Tocó casi todas las canciones. No tocó tres del acústico. Tocó canciones de las que no me puedo separar jamás, como l'Home Estàtic, o la Cançó Setena en Colors. O la propia Rosa d'Abril. O animaladas como la Mort de la Besavia que no esperaba yo jamás haberla escuchado y gritado en vivo jamás. Ni cantar 'que jo tambè em faré pare, que jo també faré fills, tu pariràs nois i noies que voldran veure't morir'. Ni mucho menos cantar en directo, berrear en directo, dando palmas como un loco, con 'Helena, desenganya't'. O la barbaridad de Conxita Cases, si, si, no, no.
Se dejó algunas, tres. Una como la de la Cançó de Nadal y una que es un himno completo y total, la de Pugeu a la barca, que naufragarem, que si la hubiera tocado me hubiera ya muerto completo.
Pero no.
¿Cuánto de pesado puedes ser? Ocurre que había gente, que había colegas como el Jordi o el Alex y es el Alex el que me dice que me dejo una, que también se la ha dejado Pau Riba, la de la Cançó d'uns temps d'uns botons. Tremenda canción.
Un concierto en el que uno está como un loco y mira a los lados a ver si están los demás tan locos como uno. Y había algunas veces que sí, y otras veces que no. Pero casi todo el mundo tararea las canciones y casi todo el mundo es como yo o algo más joven incluso.
Y me acuerdo mucho de mi hermano Paco que le hubiera gustado estar, y del Gorka con el que hacíamos versiones la mar de apañadas del Dioptria....
Y la banda son los Mortimers, que no me gustan especialmente cuando le acompañan porque lo llevan todo al extremo del humor y la cucamona y aquí como banda formal creo que les falta algo de músculo. Pero y qué.
Y ya he visto a Pau Riba. Y hasta me emociono cuando sale Kiko Veneno, así como el que dice cualquier cosa y se le anuncia con los acordes de una de sus canciones, la de Joselito creo, y la banda se va y les deja solos para que canten L'Home Estàtic. Un maestro, le llama Kiko a Pau Riba.
Un maestro. De siempre. Hasta para lo peor. Que también.
Y acaba el concierto y se va uno con la sensación de que es otro de esos momentos que va a tener que ser muy bueno todo lo que pase después para que lo empate.
Después veremos una banda que podríamos calificar como 'Manolo el del Bombo interpreta éxitos de Orbital. Pero eso ya es otra historia.
Pues bien, este año es el 50 aniversario del disco. Y aunque ya ha hecho conciertos celebrando este aniversario en el Barnasants por ejemplo, ayer tocaba en Barcelona, en la Mercé. Casi no voy al concierto porque no sabía nada de este concierto. O lo sabía y no me acordé. El caso es que tonteando con el móvil a ver si había algo en la Mercé que mereciera la pena, me encuentro con que Pau Riba toca el Dioptria en el Moll de la Fusta.
Para mí el Dioptria es un disco de música pero de muchas cosas mal. Hay canciones cuyo contenido es quizás algo discutible hoy día, pero el grueso de las canciones, son totales. Y me volví loco desde que oí a lo lejos cómo estaban interpretando Khitou.
Van a hacer el disco de corrido, dije. Metiendo la pata clamorosamente ya que después de Khitou cantó Rosa d'Abril, pero luego no vino Noia de Porcelana. Luego se fue a otra cosa. A Taxista.
Los discos del Dioptria son uno rockero y el otro folk. Tocó casi todas las canciones. No tocó tres del acústico. Tocó canciones de las que no me puedo separar jamás, como l'Home Estàtic, o la Cançó Setena en Colors. O la propia Rosa d'Abril. O animaladas como la Mort de la Besavia que no esperaba yo jamás haberla escuchado y gritado en vivo jamás. Ni cantar 'que jo tambè em faré pare, que jo també faré fills, tu pariràs nois i noies que voldran veure't morir'. Ni mucho menos cantar en directo, berrear en directo, dando palmas como un loco, con 'Helena, desenganya't'. O la barbaridad de Conxita Cases, si, si, no, no.
Se dejó algunas, tres. Una como la de la Cançó de Nadal y una que es un himno completo y total, la de Pugeu a la barca, que naufragarem, que si la hubiera tocado me hubiera ya muerto completo.
Pero no.
¿Cuánto de pesado puedes ser? Ocurre que había gente, que había colegas como el Jordi o el Alex y es el Alex el que me dice que me dejo una, que también se la ha dejado Pau Riba, la de la Cançó d'uns temps d'uns botons. Tremenda canción.
Un concierto en el que uno está como un loco y mira a los lados a ver si están los demás tan locos como uno. Y había algunas veces que sí, y otras veces que no. Pero casi todo el mundo tararea las canciones y casi todo el mundo es como yo o algo más joven incluso.
Y me acuerdo mucho de mi hermano Paco que le hubiera gustado estar, y del Gorka con el que hacíamos versiones la mar de apañadas del Dioptria....
Y la banda son los Mortimers, que no me gustan especialmente cuando le acompañan porque lo llevan todo al extremo del humor y la cucamona y aquí como banda formal creo que les falta algo de músculo. Pero y qué.
Y ya he visto a Pau Riba. Y hasta me emociono cuando sale Kiko Veneno, así como el que dice cualquier cosa y se le anuncia con los acordes de una de sus canciones, la de Joselito creo, y la banda se va y les deja solos para que canten L'Home Estàtic. Un maestro, le llama Kiko a Pau Riba.
Un maestro. De siempre. Hasta para lo peor. Que también.
Y acaba el concierto y se va uno con la sensación de que es otro de esos momentos que va a tener que ser muy bueno todo lo que pase después para que lo empate.
Después veremos una banda que podríamos calificar como 'Manolo el del Bombo interpreta éxitos de Orbital. Pero eso ya es otra historia.
viernes, 20 de septiembre de 2019
Mawashi Geri
Levantas la piernecita así y zas. La gente. La gente un viernes por la tarde aporreando insistentemente algo, una pared, un algo. Obras domésticas que jamás acaban. Claxon que suena. Una discusión en plena calle. Una pierna que se levanta así y que en el aire hace pam. Onomatopeyas sin sentido. Argumentos rápidos para salir del paso. No parece que te hayas equivocado nunca. Estás siempre atento a la conversación aunque parezca que estás en las nubes. No estás nunca concentrado porque siempre tienes otra cosa en la cabeza. Lo que me cuentas me parece muy interesante pero me pierdo palabras concretas que me. No entiendo. Repítemelo. A la segunda. Contestar mal. No te estoy escuchando, lo siento. Se me está acumulando faena. Tengo que volver a poner en marcha el Proyecto Mawashi. Tengo que acordarme de qué iba el proyecto Mawashi. Tengo tantas cosas en la cabeza. Mira, soy de esos, de esa clase de gente que cuando hace algo y no le sale a la primera, ya no vuelve a hacerlo más. Cuando era pequeño (lo escondo en mitad del texto para que no huela) mi madre me apuntó a Karate. Como era flaquito y débil, pensó que con eso adquiriría algún tipo de. Y no. Cogía frío en el tatami. Hacía karate con calcetines y con camiseta de cuello alto. Cuello de cisne. No sé qué suena peor, si alto o de cisne. Lo único que cogía era frío. No me gustaba el karate. Hacía los ejercicios, ponía lo mejor de mi parte aunque se pareciera demasiado a hacer gimnasia y la gimnasia es lo peor. Cuando llegaba la hora de los combates, me cogía el Lagos, que era como dos veces yo y sin tanta posturita me daba dos tortas y me empujaba o me tiraba al suelo y ya. Y para qué tanto Mawashi Geri. Llegué a cinturón blanco dos rayas que según el karate kyokushinkay es como si estás sentado en el sofá y te levantas y vas a por agua sin caerte. Las artes marciales molaban cuando las veías en las películas de Bruce Lee, pero cuando veía una película de Bruce Lee si te digo la verdad, me aburría también. El mes de septiembre tiene estas cosas que no sabes si estás empezando algo, si ya habías empezado en enero o qué. El mes de septiembre parece el del final del verano y te obliga a estar algo mustio. Pero como estás empezando cosas no puedes estar triste. Tienes mala cara. Qué te pasa. No tienes mala cara pero te lo pregunto igualmente porque lo que me gustaría de verdad es que tuvieras mala cara. Me gustaría mucho que estuvieras mal, que te sintieras mal, y voy probando. Te voy preguntando. Te convoco. Nos reunimos. Te frío. Te congelo. Te paso dos vueltas por harina y te meto en aceite hirviendo. Me gusta cuando me miras esperando que reaccione mal. Levantas la pierna así como por encima de la cintura y lanzas la patada, zas. Cuando llega este tiempo te acuerdas de todas las camisetas guapas que no te has puesto y aceleras los cambios de vestuario. Me estoy convirtiendo en un experto de ir rellenando los ratos muertos. Converso amigablemente contigo. Nos estamos tomando una cerveza. Miro la hora. Me voy a casa. Parezco una canción británica de los smiths. O una canción norteamericana de los smithereens. No sé cómo se escribe. Me escribes cómo te llamas en un papel. Somos tan jóvenes. Hablamos de cosas rojas. De erudición roja. La pantera roja. Nombres de cosas rojas. Somos tan jóvenes. Tenemos tanto por medrar. Es un sueño. El paraíso. Te plantas delante del profesor y le lanzas la patada así. No te he escuchado bien, pensaba que me habías pedido un Mawashi Geri.
jueves, 19 de septiembre de 2019
Gastarbeiter
Toda la vida me había importado una mierda lo de correr, llegar el primero, estar ahí. Por eso me tuve que ir del pueblo, porque no hacían más que meterme prisa, corre, haz, tienes que ir, cantar, ahora baila, ahora saluda al señor alcalde, a las siete empieza la procesión y tienes que estar en el sitio correcto para que te vea la gente que has ido. Jamás. Nunca. No quería. Y en cuanto me bajé del tren, comencé a correr. No sé si es que todavía no me fiaba de que volvieran a meterme dentro y me devolvieran de nuevo para el pueblo o qué. Pero en cuanto el tren paró en la estación y tuve los bártulos controlados, me bajé como un espiritado. Comencé a correr por el andén y creo que todavía no he parado. Me muevo con prisa, con inquietud. Necesito estar todo el rato en danza, del trabajo a la casa, de la casa un rato al centro, del centro de nuevo a casa, de la casa a ver a la hija, de ver a la hija a ver cómo el nieto juega, del club al trabajo, sin parar, sin pensar.
Si un día me parase a pensar, ese día dice la mujer que me entrarían los remordimientos y la pena. Ella dice que de vez en cuando tiene pena. La conocí aquí, resulta que era del mismo pueblo que yo pero sus padres se habían venido antes. Yo no me acordaba de ella cuando estábamos en el pueblo, porque no crecimos juntos, supongo. Cuando llegué aquí la encontré en un baile, hablamos, su padre conoció al mío allí y ya pegamos hebra. Hasta hoy. Ella dice que de vez en cuando tiene pena, pero no sabe de qué, porque ella no estuvo allí. Dice que iba de pequeña con sus padres a poco que pudieron desplazarse. Iban algunos veranos, hasta que ella se hizo más mayor y a los padres se les murió la abuela y ya no volvieron más. Ella dice que de vez en cuando se acuerda de cosas de niña y eso. Eso es porque iba de vacaciones y no vivía allí, le digo yo siempre. Siempre corriendo, siempre teniendo que estar en algún sitio para que te viera la gente. Tenías que estar.
Por eso ella no corre nunca. Ella siempre parece que ya lo tiene todo. Porque lo tiene todo, claro. Está hecha ya a estar aquí y no tiene que correr para nada. En cambio, yo tengo miedo. Siento que si me paro un día me van a volver a llevar para allí. Mi hija no es tampoco de las que tienen prisa. Es como su madre. El nieto juega a fútbol y me gusta verlo, ya lo he dicho. Le dicen que es muy lento porque es medio español y los españoles somos lentos.
No tiene ni puta idea.
Si un día me parase a pensar, ese día dice la mujer que me entrarían los remordimientos y la pena. Ella dice que de vez en cuando tiene pena. La conocí aquí, resulta que era del mismo pueblo que yo pero sus padres se habían venido antes. Yo no me acordaba de ella cuando estábamos en el pueblo, porque no crecimos juntos, supongo. Cuando llegué aquí la encontré en un baile, hablamos, su padre conoció al mío allí y ya pegamos hebra. Hasta hoy. Ella dice que de vez en cuando tiene pena, pero no sabe de qué, porque ella no estuvo allí. Dice que iba de pequeña con sus padres a poco que pudieron desplazarse. Iban algunos veranos, hasta que ella se hizo más mayor y a los padres se les murió la abuela y ya no volvieron más. Ella dice que de vez en cuando se acuerda de cosas de niña y eso. Eso es porque iba de vacaciones y no vivía allí, le digo yo siempre. Siempre corriendo, siempre teniendo que estar en algún sitio para que te viera la gente. Tenías que estar.
Por eso ella no corre nunca. Ella siempre parece que ya lo tiene todo. Porque lo tiene todo, claro. Está hecha ya a estar aquí y no tiene que correr para nada. En cambio, yo tengo miedo. Siento que si me paro un día me van a volver a llevar para allí. Mi hija no es tampoco de las que tienen prisa. Es como su madre. El nieto juega a fútbol y me gusta verlo, ya lo he dicho. Le dicen que es muy lento porque es medio español y los españoles somos lentos.
No tiene ni puta idea.
miércoles, 18 de septiembre de 2019
El regreso de Conejillo Siniestro
Es como cuando Robert De Niro y Al Pacino hicieron aquella película, que luego resultó ser un poco truño aunque yo no la he visto, Ronin* creo que se llamaba, que todo el mundo se pensaba que ya habían trabajado juntos aunque realmente eso jamás había pasado, porque en El padrino no habían coincidido realmente. Pues este es el caso.
Lo primero e importante. Conejillo Siniestro fue salvado por aclamación popular. Nadie entendió que Conejillo Siniestro fuera enviado al cubo de la basura y del cubo de la basura fue rescatado y tuvo que ser limpiado a conciencia y una vez lavado y puesto a secar, algo o alguien desde algún sitio o puede que la pila hiciera conexión de alguna manera pero Conejillo Siniestro volvió a la vida.
Desde aquí quisiera agradecer todas las muestras de apoyo y comprensión hacia lo que significa un elemento como Conejillo Siniestro. Ese elemento sepultado entre papeles, entre cosas, entre esto y aquello y que, llegado el momento hay que decidir si vale o no vale, es víctima de las prisas, el foc nou, dejar atrás...
Pero no.
Y ahora lo encontramos de nuevo y mejor. Mejor porque está acompañado de otro elemento que está en casa desde siempre. La rata Minnen Ratta de Ikea. Ese elemento decorativo que no decora. Si Conejillo Siniestro no dejaba de ser un conejillo y los conejillos muy pocas veces son antipáticos, el caso de una rata y más de una rata del Ikea, la verdad es que nunca suscitó las simpatías de nadie. Siempre situada encima de la televisión, ha sido objeto de críticas, menosprecio, falta de atención, en primer lugar por mí mismo. Por quien lo compró. Ahí estaba, sí, siempre, pero sucio y sin que jamás nadie se preocupara por su bienestar.
Y ahora, ha llegado el momento del encuentro. Conejillo Siniestro y la Ratta en el espacio más frecuentado, más estimado sin duda de todo el domicilio particular. En su propio domicilio. El equipo de música. El espacio más mimado, donde se crea el verdadero clima del domicilio, de su propio domicilio, del domicilio particular. El equipo de música.
Conejillo Siniés ha vuelto, más limpio, más blanquito. Y a su lado la rata.
¿Cuántas veces más erraremos en nuestro juicio? ¿Cuántas veces más daremos por finiquitado, acabado, obsoleto, aquello que todavía tiene algo que aportar? ¿Cuántas veces más consideraremos que algo tiene algo que aportar o no vale? ¿Cuántas veces más nos dejaremos arrastrar por la nostalgia? ¿Cuántas veces más rescataremos de la basura nuestro pasado?
Ahí estás, Conejillo Siniestro. Tan feliz.
* No es Ronin, es Heat. Aportación de Xavi Chica, que sí que es periodista.
Lo primero e importante. Conejillo Siniestro fue salvado por aclamación popular. Nadie entendió que Conejillo Siniestro fuera enviado al cubo de la basura y del cubo de la basura fue rescatado y tuvo que ser limpiado a conciencia y una vez lavado y puesto a secar, algo o alguien desde algún sitio o puede que la pila hiciera conexión de alguna manera pero Conejillo Siniestro volvió a la vida.
Desde aquí quisiera agradecer todas las muestras de apoyo y comprensión hacia lo que significa un elemento como Conejillo Siniestro. Ese elemento sepultado entre papeles, entre cosas, entre esto y aquello y que, llegado el momento hay que decidir si vale o no vale, es víctima de las prisas, el foc nou, dejar atrás...
Pero no.
Y ahora lo encontramos de nuevo y mejor. Mejor porque está acompañado de otro elemento que está en casa desde siempre. La rata Minnen Ratta de Ikea. Ese elemento decorativo que no decora. Si Conejillo Siniestro no dejaba de ser un conejillo y los conejillos muy pocas veces son antipáticos, el caso de una rata y más de una rata del Ikea, la verdad es que nunca suscitó las simpatías de nadie. Siempre situada encima de la televisión, ha sido objeto de críticas, menosprecio, falta de atención, en primer lugar por mí mismo. Por quien lo compró. Ahí estaba, sí, siempre, pero sucio y sin que jamás nadie se preocupara por su bienestar.
Y ahora, ha llegado el momento del encuentro. Conejillo Siniestro y la Ratta en el espacio más frecuentado, más estimado sin duda de todo el domicilio particular. En su propio domicilio. El equipo de música. El espacio más mimado, donde se crea el verdadero clima del domicilio, de su propio domicilio, del domicilio particular. El equipo de música.
Conejillo Siniés ha vuelto, más limpio, más blanquito. Y a su lado la rata.
¿Cuántas veces más erraremos en nuestro juicio? ¿Cuántas veces más daremos por finiquitado, acabado, obsoleto, aquello que todavía tiene algo que aportar? ¿Cuántas veces más consideraremos que algo tiene algo que aportar o no vale? ¿Cuántas veces más nos dejaremos arrastrar por la nostalgia? ¿Cuántas veces más rescataremos de la basura nuestro pasado?
Ahí estás, Conejillo Siniestro. Tan feliz.
* No es Ronin, es Heat. Aportación de Xavi Chica, que sí que es periodista.
martes, 17 de septiembre de 2019
Vamos para bingo
No sé si me había jugado algo, pero lo he perdido. Juré y perjuré que no habría elecciones porque finalmente nos iba a dar el ataque de responsabilidad consabido y después de una ejemplar actitud de firmeza y tal, al final el argumento de que 'unas elecciones nos traen a la derecha y antes de voto útil, votemos útilmente a Sánchez'. Por la cara.
Pero es que parece ser que ni eso. Que ni siquiera por la cara. La situación en este momento, si es que yo me estoy enterando de algo, va de que alguien ha decidido que tiene que haber elecciones para apuntalar del todo al Partido Socialista como 'el partido' que garantice que todo está como tiene que estar. El partido que acabe con la nueva política, sea la de derechas de Ciudadanos o sea la de izquierdas de Podemos. Por ambos lados. Estas nuevas elecciones, alguien les ha dicho, que para delante. Que eso va a pasar.
Pero resulta que hay quien dice que se están pasando de optimismo. Que esto de que la cosa está tan clara no es así. Que los votantes se desmovilizan y que solo van a seguir adelante los de derechas. Y que las derechas solo perdieron por 70.000 votos, que eso no es nada y que ya el rollo de que viene Vox no engaña a nadie.
Ay.
Nosotros ya hemos dicho lo que teníamos que decir y hasta el sector más así ha dicho que lo que haga falta, que hay que votar que sí y que es que viene la derecha y lo que haga el PSOE nos va a dar igual. Un PSOE que hace cosas rarísimas como difundir un documento programático 'para no depender de las fuerzas independentistas catalanas', mientras ERC en Madrid da lecciones de responsabilidad que ni Carrillo, oiga. Un PSOE al que Ciudadanos manda una propuesta así como cafre para facilitar su abstención como una cosa de responsabilidad de estado y el partido socialista ante las demandas de firmeza en Catalunya, cero absoluciones, bajar impuestos y la movida navarra fuera, dice que todo eso ya lo están haciendo. Tan anchos.
Quieren elecciones. Esta tarde se anunciará todo y vamos para bingo.
Y este es el nivel. Alguien les ha dicho que esto es lo que nos conviene. Otras elecciones que clarifiquen el panorama, que eliminen a toda esa mugre piojosa que ha osado a contestar el dominio de los grandes dinosaurios. Y nosotros a pasar a la comodidad de la resistencia. A seguir construyendo alternativa. A toda esa mandanga que nos convierte en folclore, en una anécdota, en el apoyo necesario para no hacer nada. Se acabó el futuro.
¿Entonces de qué ha servido todo esto? Pues ha servido para algo que quizás haga que les salga rana a quienes piensan en las elecciones como el fuego purificador. Igual lo que nos encontramos es que la sociedad se alarmó hace unos meses ante la posibilidad de que una extrema derecha rampante pudiese dar un susto de verdad. Parece que ese susto ha pasado y ya no queremos sustos.
Ayer, el conseller de Esquerra Republicana de Catalunya, el PSOE local, dijo que eso de la crisis que dicen que viene, aquí no nos va a afectar tanto porque aquí estamos bien. Catalunya bla bla bla. Y el Banco de España ha dicho que a ver, que el precio de la vivienda, que tampoco hay que preocuparse.
No hay que preocuparse.
Todo va bien.
No sé, pero nos va a venir una hostia y todavía no sabemos quién nos la va a dar, pero que la hostia viene, eso hay que tenerlo por seguro.
Pero es que parece ser que ni eso. Que ni siquiera por la cara. La situación en este momento, si es que yo me estoy enterando de algo, va de que alguien ha decidido que tiene que haber elecciones para apuntalar del todo al Partido Socialista como 'el partido' que garantice que todo está como tiene que estar. El partido que acabe con la nueva política, sea la de derechas de Ciudadanos o sea la de izquierdas de Podemos. Por ambos lados. Estas nuevas elecciones, alguien les ha dicho, que para delante. Que eso va a pasar.
Pero resulta que hay quien dice que se están pasando de optimismo. Que esto de que la cosa está tan clara no es así. Que los votantes se desmovilizan y que solo van a seguir adelante los de derechas. Y que las derechas solo perdieron por 70.000 votos, que eso no es nada y que ya el rollo de que viene Vox no engaña a nadie.
Ay.
Nosotros ya hemos dicho lo que teníamos que decir y hasta el sector más así ha dicho que lo que haga falta, que hay que votar que sí y que es que viene la derecha y lo que haga el PSOE nos va a dar igual. Un PSOE que hace cosas rarísimas como difundir un documento programático 'para no depender de las fuerzas independentistas catalanas', mientras ERC en Madrid da lecciones de responsabilidad que ni Carrillo, oiga. Un PSOE al que Ciudadanos manda una propuesta así como cafre para facilitar su abstención como una cosa de responsabilidad de estado y el partido socialista ante las demandas de firmeza en Catalunya, cero absoluciones, bajar impuestos y la movida navarra fuera, dice que todo eso ya lo están haciendo. Tan anchos.
Quieren elecciones. Esta tarde se anunciará todo y vamos para bingo.
Y este es el nivel. Alguien les ha dicho que esto es lo que nos conviene. Otras elecciones que clarifiquen el panorama, que eliminen a toda esa mugre piojosa que ha osado a contestar el dominio de los grandes dinosaurios. Y nosotros a pasar a la comodidad de la resistencia. A seguir construyendo alternativa. A toda esa mandanga que nos convierte en folclore, en una anécdota, en el apoyo necesario para no hacer nada. Se acabó el futuro.
¿Entonces de qué ha servido todo esto? Pues ha servido para algo que quizás haga que les salga rana a quienes piensan en las elecciones como el fuego purificador. Igual lo que nos encontramos es que la sociedad se alarmó hace unos meses ante la posibilidad de que una extrema derecha rampante pudiese dar un susto de verdad. Parece que ese susto ha pasado y ya no queremos sustos.
Ayer, el conseller de Esquerra Republicana de Catalunya, el PSOE local, dijo que eso de la crisis que dicen que viene, aquí no nos va a afectar tanto porque aquí estamos bien. Catalunya bla bla bla. Y el Banco de España ha dicho que a ver, que el precio de la vivienda, que tampoco hay que preocuparse.
No hay que preocuparse.
Todo va bien.
No sé, pero nos va a venir una hostia y todavía no sabemos quién nos la va a dar, pero que la hostia viene, eso hay que tenerlo por seguro.
lunes, 16 de septiembre de 2019
Una, dos, tres Santa Colomas
Dónde estaba usted el sábado por la tarde. Un, dos, tres. El sábado por la tarde era una de las quinientas, doscientas o setenta personas que participó en la manifestación en la que los vecinos de Santa Coloma clamaron por la seguridad. Puede que fuera una de esas personas. Puede que fuera una de esas personas que pasaran absolutamente del tema. Puede que sea una de esas personas que en los grupos de Facebook locales clamen por que no hubo toda esa gente que uno espera que vaya a las manifestaciones que uno convoca. No hemos informado lo suficiente. Puede que sea usted uno de esos políticos locales que no fueron a la manifestación pero que, como Raúl en sus tiempos del Real Madrid, marque el gol debajo de la portería. O al menos usted piensa que es Raúl y simplemente es Vinicius. Políticos locales jugando con fuego. El fuego que nos va a ir calentando y que un día, quizás ese día no lo veamos nosotros, nos abrasará.
Es usted quizás uno de los que salieron a la calle el otro día en el barrio de las Oliveras para reclamar la expulsión del barrio de unas personas conflictivas. Familias conflictivas. Es usted quizás una de las personas que se enfrenta a la decisión del qué hacer. Es quizás una de esas personas que ha tenido que decidir que el pueblo manda y el gobierno obedece. Que el poder de la calle es mayor y que para ello es necesario desalojar a esa familia conflictiva de ese piso ocupado y acabar con el problema. Es usted quizás la persona que sienta un precedente en la ciudad justo el día de antes de que tenga lugar una manifestación. Es usted quizás consciente de que vivimos en una ciudad que tiene manchitas en marrón oscuro en los mapas donde el marrón oscuro significa pobreza. Pobreza de gente que necesita mucho de muchas cosas. Quizás deberíamos saber qué significa vivir en una ciudad con necesidades y donde el caldo de cultivo para que si no ponemos los medios y alejamos los miedos, un día pasará una desgracia. La desgracia que vive día a día la gente que no tiene. Pero ese tema no nos interesa.
Puede ser que usted sea de los que considere que lo necesario es relanzar un barrio. Otro barrio. Un barrio que nos van a quitar, que se van a llevar. El barrio que puede desaparecer. Y se vuelque en ese barrio que, precisamente, sale con las manchitas más verdes donde dice que las manchitas verdes oscuro corresponde con aquellos barrios que más mejor están. Es una opción.
Vida en tres Santa Colomas. Cuál es la suya. Puede que sea una tercera si es que nos hemos dejado alguna opción o una cuarta si es que consideramos que una son dos. Siempre nos queda otra Santa Coloma que no sale en ningún sitio, que no sale, que está ahí, yendo y viniendo, para aquí y para allá, que no se entera absolutamente de nada de lo que pasa en las redes pero que va y viene y que está ahí y que ha salido a comprar y que tiene que ir mañana al médico o que tiene que ir a buscar al nieto al cole o va a quedar con los amigos y amigas para ir al corretapa o si no hay corretapa pues lo que sea. Y para esa Santa Coloma todo va relativamente bien o relativamente regular. No es ajena a lo que pasa y no es partícipe porque ya se va haciendo todo más o menos. Y los demás montan y montamos cosas y cosas y ahí estamos.
Pero esos somos los demás. Ni usted ni yo sabemos nada de esto.
Es usted quizás uno de los que salieron a la calle el otro día en el barrio de las Oliveras para reclamar la expulsión del barrio de unas personas conflictivas. Familias conflictivas. Es usted quizás una de las personas que se enfrenta a la decisión del qué hacer. Es quizás una de esas personas que ha tenido que decidir que el pueblo manda y el gobierno obedece. Que el poder de la calle es mayor y que para ello es necesario desalojar a esa familia conflictiva de ese piso ocupado y acabar con el problema. Es usted quizás la persona que sienta un precedente en la ciudad justo el día de antes de que tenga lugar una manifestación. Es usted quizás consciente de que vivimos en una ciudad que tiene manchitas en marrón oscuro en los mapas donde el marrón oscuro significa pobreza. Pobreza de gente que necesita mucho de muchas cosas. Quizás deberíamos saber qué significa vivir en una ciudad con necesidades y donde el caldo de cultivo para que si no ponemos los medios y alejamos los miedos, un día pasará una desgracia. La desgracia que vive día a día la gente que no tiene. Pero ese tema no nos interesa.
Puede ser que usted sea de los que considere que lo necesario es relanzar un barrio. Otro barrio. Un barrio que nos van a quitar, que se van a llevar. El barrio que puede desaparecer. Y se vuelque en ese barrio que, precisamente, sale con las manchitas más verdes donde dice que las manchitas verdes oscuro corresponde con aquellos barrios que más mejor están. Es una opción.
Vida en tres Santa Colomas. Cuál es la suya. Puede que sea una tercera si es que nos hemos dejado alguna opción o una cuarta si es que consideramos que una son dos. Siempre nos queda otra Santa Coloma que no sale en ningún sitio, que no sale, que está ahí, yendo y viniendo, para aquí y para allá, que no se entera absolutamente de nada de lo que pasa en las redes pero que va y viene y que está ahí y que ha salido a comprar y que tiene que ir mañana al médico o que tiene que ir a buscar al nieto al cole o va a quedar con los amigos y amigas para ir al corretapa o si no hay corretapa pues lo que sea. Y para esa Santa Coloma todo va relativamente bien o relativamente regular. No es ajena a lo que pasa y no es partícipe porque ya se va haciendo todo más o menos. Y los demás montan y montamos cosas y cosas y ahí estamos.
Pero esos somos los demás. Ni usted ni yo sabemos nada de esto.
viernes, 13 de septiembre de 2019
En la coronación de Carlos X
Justo en la entrada me encontré con Adolphe de Morignan y le pregunté cómo iba la cosa. Bien, me contestó. No me dijo nada más. Intenté estar unos segundos de cortesía a su lado hasta que me aburrí de esperar e intenté pasar. No se puede todavía, me dijo. Le dije que porqué. Se ve que están contando algo. Y qué es. Pues no sé. ¿Pero la ceremonia ha empezado? Sí. ¿Entonces no van a dejar pasar a nadie hasta que acabe? Supongo que sí, está medio vacío. Deben haberse dado cuenta de que algo no va bien y han parado para asegurarse. ¿Qué va a ir mal? Algo, no sé. Cuando dices que algo irá mal será porque sabes algo, qué sabes. No sé nada, pero supongo que si han parado y no dejan entrar a nadie será porque hay algo que no es normal. Todo es normal, igual te digo que dejan entrar como que no, es más, supongo que dejarán entrar al final y no antes. Entonces porqué me has dicho que dejarían entrar y cuando he dudado me has preguntado que qué, porqué me pones mal cuerpo y me haces esas preguntas, ¿no estarás tú escondiendo algo? ¿Yo? Si, tú. Cállate ya, enreda, que eres un enreda. Tú si que eres un enreda, que me has intentado hacer un interrogatorio como si yo fuera alguien sospechoso de algo y no he hecho nada y sabes que soy leal y fiel desde siempre. Claro. Claro. Como todos. Pues como más de uno sí. Me tienes hasta los mismísimos cojones. Me tienes hasta los cojones tú. Pues te jodes. Pues jódete tú. Pasa si quieres y a ver qué te dicen, como eres más leal que muchos... Pues si se me pone en mis cojones entraré y seguro que me harán más reverencias de las que has visto en tu vida. Seguro, eres un ídolo aquí. Más que tú. Más que yo, claro. Qué pasa. No pasa nada. Porqué estás tan raro conmigo que siempre he estado a tu lado y las hemos pasado como me cago en... No te cagues en nada que no hace falta. Pues entonces qué. Nada te digo. Bueno, pues tranquilo entonces. Yo estoy tranquilo todo el rato. Voy a pasar. No se puede. Pero porqué no se puede. Porque han dicho que no se puede. Porqué. Porque dicen que están contando algo. Qué están contando. Pues no sé, pero parece que se ha colado alguien o algo. Quién se va a colar. Napoleón. Cómo se va a colar Napoleón. Eso dicen. Si Napoleón soy yo. Vete a la mierda.
jueves, 12 de septiembre de 2019
Diada Nacional de Catalunya nen
No tengo imágenes de la manifestación de la Diada porque no fui. No es que no fuera, es que no vi ni la tele. Pero sí que escuché por la radio las primeras valoraciones. No eran buenas. Y la pregunta era como siempre la de 'ahora qué'. Y salió el President, Molt Honorable, y dijo unas cosas así como si no se hubiera enterado de nada y que la sentencia verás, y que arriba los faroles.
Este año se veían como siempre a las cuatro de la tarde a los que iban camino del metro de Santa Coloma con las banderas y las camisetas. Este año, como siempre, no se podía decir que no iba a ir gente. Iba a ir gente. Porque siempre va a ir gente. O al menos, los próximos años.
Hubo unos años en los que todavía hacíamos el propósito de ir. Por ir o por curiosidad o quién sabe. Hace años que esto no pasa. No vas a las manifestaciones de otro. Ha costado entenderlo, pero cada vez es más claro. Son manis de otro, de otra gente, que en todo caso están cómodos cuando haces la conversión y te pasas a su bando. No vayas si no lo compartes. No es necesario.
Dicen que en una mani espontánea un grupo de gente comenzó a gritar que 'había que echar a los colonos'. Aquí, en nuestro pueblo, a la gente se le calienta el morro. Comienza a escribir tweets criticando cierta gestión de las actuaciones en la Festa Major y acaba soltando también lo de los colonos. Siendo criticable o no la gestión, llamar colono, paternalisme colonial, hace que uno se pregunte. ¿Estarán satisfechos con el cero? ¿Querrán más?
Aquí en el pueblo se fastidió la SeptemberManifestazionen por la lluvia y la verdadera vanguardia no participó del acto institucional. En el acto institucional gente por los pelos porque iba a llover y en una hora todo ventilado. Hicimos este año marca mundial de rapidez en dejada de ramo. Todo el mundo allí. Un todo el mundo cada vez más reducido.
Colonos, botiflers, ñordos. La Diada que menos me ha interesado. Por la mañana en la tertulia los opinadores seguían dándole vueltas a conceptos a historias a movidas a soluciones. El de Esquerra con ampliar la base y a ver si convencen a más comunes de la buena nueva de la República. Temo por Xavi Domènech, siendo sincero. Una periodista de nombre Astrid y apellido Bierge sigue encaparrada en la desobediencia en los políticos que no hacen nada... en la tertulia de ayer el Jaume Barberà hablaba del riesgo de que estuviese naciendo un populismo de derechas. Es que el Barberà fue con nosotros en unas elecciones.
Nosotros veníamos diciendo desde hace tiempo que esto del procés, por mucho que lo vistieran de república, de revolución, etc., tenía pinta de cosa de derechas. De cosa de gente bien. De orden. Con mucha gente de buena fe implicada, naturalmente, pues claro, pero que al final de la cosa, nada.
Y si decías que esto era nada, eras y sigues siendo equidistante.
¿Cómo era aquello que me dijeron en twitter en aquellos tiempos de que no teníamos que tener miedo que el movimiento nos hiciera caer el sombrero? ¿Qué se cayó al final?
¿Qué se estaba moviendo?
Marta Rovira diciendo que puede que el 1 de octubre no tenía toda la legitimidad. No me jodas. Dos años después, no se podía decir.
Dicen que han habido seiscientas mil personas en la mani. Mucha mucha gente. ¿Y? Con más gente qué ha sucedido. Qué se está haciendo. Qué hay.
Un año más, manifestación, valoraciones, conclusiones, próximas fechas. Dentro de nada será la sentencia del procés. Otra fecha. Otro 'qué va a pasar'. Y mientras tanto todo pasa y la política va volviendo a ser lo que fue. La nada.
Muchas gracias por todo.
Este año se veían como siempre a las cuatro de la tarde a los que iban camino del metro de Santa Coloma con las banderas y las camisetas. Este año, como siempre, no se podía decir que no iba a ir gente. Iba a ir gente. Porque siempre va a ir gente. O al menos, los próximos años.
Hubo unos años en los que todavía hacíamos el propósito de ir. Por ir o por curiosidad o quién sabe. Hace años que esto no pasa. No vas a las manifestaciones de otro. Ha costado entenderlo, pero cada vez es más claro. Son manis de otro, de otra gente, que en todo caso están cómodos cuando haces la conversión y te pasas a su bando. No vayas si no lo compartes. No es necesario.
Dicen que en una mani espontánea un grupo de gente comenzó a gritar que 'había que echar a los colonos'. Aquí, en nuestro pueblo, a la gente se le calienta el morro. Comienza a escribir tweets criticando cierta gestión de las actuaciones en la Festa Major y acaba soltando también lo de los colonos. Siendo criticable o no la gestión, llamar colono, paternalisme colonial, hace que uno se pregunte. ¿Estarán satisfechos con el cero? ¿Querrán más?
Aquí en el pueblo se fastidió la SeptemberManifestazionen por la lluvia y la verdadera vanguardia no participó del acto institucional. En el acto institucional gente por los pelos porque iba a llover y en una hora todo ventilado. Hicimos este año marca mundial de rapidez en dejada de ramo. Todo el mundo allí. Un todo el mundo cada vez más reducido.
Colonos, botiflers, ñordos. La Diada que menos me ha interesado. Por la mañana en la tertulia los opinadores seguían dándole vueltas a conceptos a historias a movidas a soluciones. El de Esquerra con ampliar la base y a ver si convencen a más comunes de la buena nueva de la República. Temo por Xavi Domènech, siendo sincero. Una periodista de nombre Astrid y apellido Bierge sigue encaparrada en la desobediencia en los políticos que no hacen nada... en la tertulia de ayer el Jaume Barberà hablaba del riesgo de que estuviese naciendo un populismo de derechas. Es que el Barberà fue con nosotros en unas elecciones.
Nosotros veníamos diciendo desde hace tiempo que esto del procés, por mucho que lo vistieran de república, de revolución, etc., tenía pinta de cosa de derechas. De cosa de gente bien. De orden. Con mucha gente de buena fe implicada, naturalmente, pues claro, pero que al final de la cosa, nada.
Y si decías que esto era nada, eras y sigues siendo equidistante.
¿Cómo era aquello que me dijeron en twitter en aquellos tiempos de que no teníamos que tener miedo que el movimiento nos hiciera caer el sombrero? ¿Qué se cayó al final?
¿Qué se estaba moviendo?
Marta Rovira diciendo que puede que el 1 de octubre no tenía toda la legitimidad. No me jodas. Dos años después, no se podía decir.
Dicen que han habido seiscientas mil personas en la mani. Mucha mucha gente. ¿Y? Con más gente qué ha sucedido. Qué se está haciendo. Qué hay.
Un año más, manifestación, valoraciones, conclusiones, próximas fechas. Dentro de nada será la sentencia del procés. Otra fecha. Otro 'qué va a pasar'. Y mientras tanto todo pasa y la política va volviendo a ser lo que fue. La nada.
Muchas gracias por todo.
martes, 10 de septiembre de 2019
Cuento indio
Cuentan que fue entonces cuando Rani se acercó a aquel misterioso hombre que tocaba aquel instrumento endemoniado y cayó rendida a sus pies. Suplicó que, por favor, dejara de tañer aquel malvado instrumento y que, por el contrario, recuperase los viejos cantos de su tierra, que se alzase sobre la corrupción y la medianía que transmitían aquellos sonidos malévolos y que se acordase de su madre, de su dulce madre, que seguro que estaba sufriendo porque él, perdido y loco, había olvidado las viejas enseñanzas y se había entregado a la corrupción y la medianía, etc.
Aquel hombre levantó su cara del instrumento que estaba tocando y miró a la muchacha para contarle lo siguiente:
- Joven, me llamo Rock y como bien dices vengo de lejos y tengo una madre que sufre, pero no lo hace por mí, sino por todos aquellos que todavía no han escuchado la palabra del Rock, que no han conocido a Elvis y que no se han dejado seducir por sus Satánicas Majestades. Joven, hoy el Rock es lo que mueve a millones de personas y son millones, esos millones, los que han descubierto que mediante estos sonidos, se puede alcanzar una sabiduría homogénea, no particular, colectiva, que nos iguala y nos enseña que la rebeldía es buena, que la rebeldía es cómoda y que tú y yo, joven, podemos construir un mundo mejor si nos sentamos alrededor de un aparato reproductor de música y nos dejamos llevar. Joven, vengo de un lugar que tú conoces, mi padre y mi madre son dueños de un vasto imperio y aunque tú no lo sepas, yo sé que te llamas Rani y que eres la esperanza de tu pueblo. Pero la esperanza de tu pueblo no puede estar atada a viejos ritmos y a cantos que nos condenan al atraso y a la continua explotación del pueblo. Yo, aunque me veas como un pobre harapiento, soy rico también. Y he abandonado todo lo que tengo por el Rock. Y con el Rock voy por el mundo. Y mi madre, que sufre, lo hace porque me concibió a lomos del Rock y por eso me llamó Rock, aunque por mi aspecto podría pasar por alguien de tu familia. Pero no lo soy. Joven, únete a mí en esta nueva movida que está partiéndolo por todo el planeta y que se baila así.
Y no contento con tañer la guitarra eléctrica, que así se llamaba el instrumento, se puso a bailar moviendo la pelvis y abriendo los brazos.
Y la joven Rani lloró y suplicó que cesase aquel infierno.
Y tras mucho discutir llegaron a una síntesis y nació un híbrido de Rock y música india que todavía hoy no sabemos entender.
Aquel hombre levantó su cara del instrumento que estaba tocando y miró a la muchacha para contarle lo siguiente:
- Joven, me llamo Rock y como bien dices vengo de lejos y tengo una madre que sufre, pero no lo hace por mí, sino por todos aquellos que todavía no han escuchado la palabra del Rock, que no han conocido a Elvis y que no se han dejado seducir por sus Satánicas Majestades. Joven, hoy el Rock es lo que mueve a millones de personas y son millones, esos millones, los que han descubierto que mediante estos sonidos, se puede alcanzar una sabiduría homogénea, no particular, colectiva, que nos iguala y nos enseña que la rebeldía es buena, que la rebeldía es cómoda y que tú y yo, joven, podemos construir un mundo mejor si nos sentamos alrededor de un aparato reproductor de música y nos dejamos llevar. Joven, vengo de un lugar que tú conoces, mi padre y mi madre son dueños de un vasto imperio y aunque tú no lo sepas, yo sé que te llamas Rani y que eres la esperanza de tu pueblo. Pero la esperanza de tu pueblo no puede estar atada a viejos ritmos y a cantos que nos condenan al atraso y a la continua explotación del pueblo. Yo, aunque me veas como un pobre harapiento, soy rico también. Y he abandonado todo lo que tengo por el Rock. Y con el Rock voy por el mundo. Y mi madre, que sufre, lo hace porque me concibió a lomos del Rock y por eso me llamó Rock, aunque por mi aspecto podría pasar por alguien de tu familia. Pero no lo soy. Joven, únete a mí en esta nueva movida que está partiéndolo por todo el planeta y que se baila así.
Y no contento con tañer la guitarra eléctrica, que así se llamaba el instrumento, se puso a bailar moviendo la pelvis y abriendo los brazos.
Y la joven Rani lloró y suplicó que cesase aquel infierno.
Y tras mucho discutir llegaron a una síntesis y nació un híbrido de Rock y música india que todavía hoy no sabemos entender.
lunes, 9 de septiembre de 2019
Mirando al mar
Soñé, que estabas junto a mí. El mar me quedaba lejos entonces. Me había vuelto a casa de mis padres, en Hjellsfords y el mar se había alejado de mí cientos de kilómetros. Cada mañana, después de levantarme y desayunar, me sentaba junto a la ventana y miraba hacia el mar. Siempre se está mirando hacia el mar porque aunque la vista no lo alcance, el mar sigue allí. El mar, que siempre nos acompañará, que siempre estará ahí. Como aquella tarde. Siempre recuerdo aquella tarde. Estábamos paseando después de haber asistido a aquella charla del profesor Almayr y no dejábamos de bromear sobre las sandeces que habíamos escuchado. Me cogiste de la mano en un momento y me preguntaste una cosa.
- Grüne, si un día me pasara algo, si un día me tuviese que marchar, ¿qué harías?
Y comencé a explicarte todo un plan de vida sin ti. Te conté que ya tenía previsto que alguna vez te marcharías y que debería comenzar una nueva vida y te asalté con toda una serie de proyectos que para nada eran nubes pasajeras sino que tenía ya muy avanzadas, porque te conocía y sabía que tarde o temprano meterías la pata o te enredarías en alguna idiota aventura o surgiría algún proyecto que te obligaría a seguir el impulso de la sangre esa que te bulle dentro y que por un lado me enamora y por otro me crispa hasta extremos inimaginables y que sé que te empuja a querer demostrar que nada está quieto, que todo se ha de ir de un lado para otro, que la vida no son más que instantes y que atarse a lo cómodo es contravenir las leyes del universo y que por eso mismo, porque sé que ese pensamiento es lo que es y nada se puede hacer contra quien tiene esa idea metida dentro de la cabeza, yo no podía hacer otra cosa que planificar mi vida sin ti, consciente de que ese paseo podría ser el último y que debía darle la trascendencia debida porque mañana, quién sabe si por eso me hacías la pregunta que me estabas haciendo, no tendrías que partir y por eso te explique una serie de caminos por los que debía transcurrir mi vida y para que no pensaras que te estaba tomando el pelo saqué de una preciosa mochila de piel que siempre llevaba conmigo y que me regaló aquella amiga común que también se fue y no volvió, saqué digo unas libretas, tres libretas en las que tenía apuntado y resumido todo lo que iba a hacer según fuera mi elección una u otra.
Y quizás te sentó mal mi contestación o no me entendiste o ya todo estaba perdido.
Al final tampoco hice nada de lo que tenía apuntado en las tres libretas.
- Grüne, si un día me pasara algo, si un día me tuviese que marchar, ¿qué harías?
Y comencé a explicarte todo un plan de vida sin ti. Te conté que ya tenía previsto que alguna vez te marcharías y que debería comenzar una nueva vida y te asalté con toda una serie de proyectos que para nada eran nubes pasajeras sino que tenía ya muy avanzadas, porque te conocía y sabía que tarde o temprano meterías la pata o te enredarías en alguna idiota aventura o surgiría algún proyecto que te obligaría a seguir el impulso de la sangre esa que te bulle dentro y que por un lado me enamora y por otro me crispa hasta extremos inimaginables y que sé que te empuja a querer demostrar que nada está quieto, que todo se ha de ir de un lado para otro, que la vida no son más que instantes y que atarse a lo cómodo es contravenir las leyes del universo y que por eso mismo, porque sé que ese pensamiento es lo que es y nada se puede hacer contra quien tiene esa idea metida dentro de la cabeza, yo no podía hacer otra cosa que planificar mi vida sin ti, consciente de que ese paseo podría ser el último y que debía darle la trascendencia debida porque mañana, quién sabe si por eso me hacías la pregunta que me estabas haciendo, no tendrías que partir y por eso te explique una serie de caminos por los que debía transcurrir mi vida y para que no pensaras que te estaba tomando el pelo saqué de una preciosa mochila de piel que siempre llevaba conmigo y que me regaló aquella amiga común que también se fue y no volvió, saqué digo unas libretas, tres libretas en las que tenía apuntado y resumido todo lo que iba a hacer según fuera mi elección una u otra.
Y quizás te sentó mal mi contestación o no me entendiste o ya todo estaba perdido.
Al final tampoco hice nada de lo que tenía apuntado en las tres libretas.
sábado, 7 de septiembre de 2019
En qué momento nos jodimos
Fue en ese momento. Quizá la cosa venía de antes, pero fue en ese momento cuando nos jodimos. En el Parlament nos representaba el heterogéneo mundo de Catalunya Sí que es Pot, un conglomerado más conglomerado que nunca con gente de Iniciativa, Esquerra Unida y Podemos, sin más pegamento entre ellos que compartir un mismo grupo. Pero sin conocerse. Ni reconocerse. Coscu, Rabell, Lienas, Nuet, Albano, Castells, de su padre y de su madre no, lo siguiente. Pero así éramos. Y así deberíamos ser. De nuestra madre y de nuestro padre. Con esos mimbres y ese cambalache y ese comancherismo, habíamos ganado dos elecciones como En Comú Podem.
Que nadie se olvide.
Y con un discurso impugnatorio, atrevido, imaginativo, que no dejaba fuera a nadie salvo a quien quería que nada avanzase. Que todo se quedase como estaba. Que todo fuera igual. Como va a ser ahora. Igual que antes. Y estaremos cómodos y la culpa será de quien corrió demasiado. O de quien hizo un discurso que solo aplaudió Ciudadanos.
Ese fue el momento en el que nos jodimos y cada vez tengo más claro que en realidad, todo esto que está pasando, no tiene otro objeto, todo lo que pasó, no tenía otro objeto de borrar cualquier esperanza de cambio. Nos metimos en la trampa y no hemos salido nunca más.
Eran los días 6 y 7 de septiembre de 2017. Se votaban las famosas leyes por las que se daba vía libre al referendum porque yo lo valgo sin más voluntad ni medios que la voluntad y medios de una mitad del país y sin ninguna garantía de nada, ni de que sirviera de nada ni de que pudiera siquiera hacerse de una manera mínimamente fiable. Como fue al final. En ese debate, esos días, al parecer en el grupo nuestro hubo tomate. O no hubo tanto tomate y se magnificó después. Pero Coscubiela, Joan, salió al estrado e hizo el discurso que todo el mundo elogia y todo el mundo denosta. Lo peor es que todo el mundo somos nosotros mismos. Y esa es nuestra muerte.
Un discurso en el que clamaba contra la ilegalidad, la irresponsabilidad que se estaba llevando a cabo, contra el conjunto de leyes que se aprobaban que suponían una patada en el culo a un estado de derecho más o menos democrático y se dejaba llevar por la voluntad, la voluntad de un pueblo, a sabiendas que nada de lo que se estaba proyectando iba a realizarse ni siquiera a poner un solo tornillo ni a hacer una fotocopia para que surtiese efecto.
Nos jodimos. Mientras Coscubiela hacía ese discurso, Angels Maria Castells recogía banderas españolas de los asientos y dejaba las catalanas. Angels Maria Castells era de los nuestros. Ahora anda haciendo de comparsa de Puigdemont.
Ese mes de septiembre fue jodido. Fue jodido octubre. Hubo elecciones que ganó Ciudadanos. Nosotros llamamos a Xavi Domènech para que diese la cara y se inmolase por la causa, no sirvió de nada. Ganó Ciudadanos, los indepes sumaron en el otro lado y finalmente, no pasó nada.
Sí que pasó. Hay gente en la cárcel.
Pero ya no se gobierna. Ni aquí ni allí.
Fueron semanas de mucha tensión, de muchos nervios, de enfrentamientos políticos, a veces personales. Para nada. Bueno, sí, hay gente en la cárcel por lo que pasó aquellos días. Pero para qué.
Nosotros ya no volveremos a ser lo que fuimos, salvo que ocurra un marasmo que debe venir y para el que tendremos que tener respuesta. Pero qué respuesta si ya no compartimos ni un mínimo diagnóstico común. Y ni es culpa de Coscu, ni de Colau, ni de Asens, ni... es colectiva.
Federalistas, soberanistas... ese fue el momento en el que nos jodimos. El discurso de Coscu como aldabonazo, la reacción de Castells y las siguientes llamaradas de Albano Dante. Hoy lees en twitter a gente que del mismo día hace análisis contrarios. Y estábamos (y lo más extraño es que seguimos estando en el mismo sitio). Tuvimos la oportunidad de tener discurso propio y lo perdimos. Un discurso que combinara lo que piensa Coscubiela y lo que piensa Xavi Domènech, por ejemplo. No sé si lo volveremos a tener.
El país funciona. Los recortes siguen vigentes, se proyectan más. Gobierna quien tiene que gobernar y va a seguir utilizando la lagrimita y la bandera y los presos y la estabilidad y el orden y la bandera para que nada cambia.
Y nosotros somos federalistas o soberanistas. Pero eso ya no le importa a nadie salvo para quien se lleve la parte del pastel.
Que nadie se olvide.
Y con un discurso impugnatorio, atrevido, imaginativo, que no dejaba fuera a nadie salvo a quien quería que nada avanzase. Que todo se quedase como estaba. Que todo fuera igual. Como va a ser ahora. Igual que antes. Y estaremos cómodos y la culpa será de quien corrió demasiado. O de quien hizo un discurso que solo aplaudió Ciudadanos.
Ese fue el momento en el que nos jodimos y cada vez tengo más claro que en realidad, todo esto que está pasando, no tiene otro objeto, todo lo que pasó, no tenía otro objeto de borrar cualquier esperanza de cambio. Nos metimos en la trampa y no hemos salido nunca más.
Eran los días 6 y 7 de septiembre de 2017. Se votaban las famosas leyes por las que se daba vía libre al referendum porque yo lo valgo sin más voluntad ni medios que la voluntad y medios de una mitad del país y sin ninguna garantía de nada, ni de que sirviera de nada ni de que pudiera siquiera hacerse de una manera mínimamente fiable. Como fue al final. En ese debate, esos días, al parecer en el grupo nuestro hubo tomate. O no hubo tanto tomate y se magnificó después. Pero Coscubiela, Joan, salió al estrado e hizo el discurso que todo el mundo elogia y todo el mundo denosta. Lo peor es que todo el mundo somos nosotros mismos. Y esa es nuestra muerte.
Un discurso en el que clamaba contra la ilegalidad, la irresponsabilidad que se estaba llevando a cabo, contra el conjunto de leyes que se aprobaban que suponían una patada en el culo a un estado de derecho más o menos democrático y se dejaba llevar por la voluntad, la voluntad de un pueblo, a sabiendas que nada de lo que se estaba proyectando iba a realizarse ni siquiera a poner un solo tornillo ni a hacer una fotocopia para que surtiese efecto.
Nos jodimos. Mientras Coscubiela hacía ese discurso, Angels Maria Castells recogía banderas españolas de los asientos y dejaba las catalanas. Angels Maria Castells era de los nuestros. Ahora anda haciendo de comparsa de Puigdemont.
Ese mes de septiembre fue jodido. Fue jodido octubre. Hubo elecciones que ganó Ciudadanos. Nosotros llamamos a Xavi Domènech para que diese la cara y se inmolase por la causa, no sirvió de nada. Ganó Ciudadanos, los indepes sumaron en el otro lado y finalmente, no pasó nada.
Sí que pasó. Hay gente en la cárcel.
Pero ya no se gobierna. Ni aquí ni allí.
Fueron semanas de mucha tensión, de muchos nervios, de enfrentamientos políticos, a veces personales. Para nada. Bueno, sí, hay gente en la cárcel por lo que pasó aquellos días. Pero para qué.
Nosotros ya no volveremos a ser lo que fuimos, salvo que ocurra un marasmo que debe venir y para el que tendremos que tener respuesta. Pero qué respuesta si ya no compartimos ni un mínimo diagnóstico común. Y ni es culpa de Coscu, ni de Colau, ni de Asens, ni... es colectiva.
Federalistas, soberanistas... ese fue el momento en el que nos jodimos. El discurso de Coscu como aldabonazo, la reacción de Castells y las siguientes llamaradas de Albano Dante. Hoy lees en twitter a gente que del mismo día hace análisis contrarios. Y estábamos (y lo más extraño es que seguimos estando en el mismo sitio). Tuvimos la oportunidad de tener discurso propio y lo perdimos. Un discurso que combinara lo que piensa Coscubiela y lo que piensa Xavi Domènech, por ejemplo. No sé si lo volveremos a tener.
El país funciona. Los recortes siguen vigentes, se proyectan más. Gobierna quien tiene que gobernar y va a seguir utilizando la lagrimita y la bandera y los presos y la estabilidad y el orden y la bandera para que nada cambia.
Y nosotros somos federalistas o soberanistas. Pero eso ya no le importa a nadie salvo para quien se lleve la parte del pastel.
viernes, 6 de septiembre de 2019
Con toda seguridad
Si no me equivoco, a esta hora un grupo de personas se reúnen en una parroquia (cómo ha cambiado la vida) bajo el alegato Recuperemos Santa Coloma y, sin apelar ni a izquierdas ni a derechas, quieren que la ciudad vuelva a un tono idílico de antes de. Antes. Como era antes. Recuperemos.
Al hilo del reportaje de Manuel Arenas en El Periódico y después de un verano calentito en el que Barcelona Ciudad Colau ha sido pintada como la ciudad del crimen, el caos, los asaltos, las palizas callejeras y el danger más absoluto, qué menos que decir algo.
Patrullas de gente que van por el metro cazando delincuentes. ¿Es que no hay una policía aquí? No te vayas de vacaciones que te entrarán dentro del piso. No se puede vivir. Manadas de menas sembrando el pánico. Y nadie hace nada. Y todos los días noticias de apuñalamientos, robos, palizas. No es un problema de derechas o de izquierdas, es un problema de la gente. Y encima quieren que vengan más... más inmigrantes. Más delincuentes. Mételos en tu casa.
Y así todo el verano. Y así va a ser creo que durante cuatro años. Y así ha sido durante cuatro años. Manteros, violencia, esto es un caos. Menos mal que al menos ahora hay un regidor de Seguridad que dice las cosas por su nombre... porque no es de la Colau.
Y no hace falta que sea la Colau. Santa Coloma de Gramenet también tiene su puntito. Cómo no. Mientras que en los sesenta y setenta la gente se organiza en las parroquias para combatir la injusticia, hoy en las parroquias se reúne gente para combatir no a la pobreza, sino a los pobres.
Porque al final, todo esto es un tema de pobres.
No nos molesta la delincuencia. Nos molestan los pobres y nos molestan los gobiernos que hacen políticas raras y que no se dedican a invisibilizar a los colectivos, que no siempre son pobres, de personas con otra forma de vida. La otra forma de vida que no es la nuestra si es que hay alguna forma de vida de aquí. Qué es ser de aquí.
Grupos en Facebook encargados de señalar que algo malo está pasando ahora mismo en el portal de tu casa. Algo malo porque nadie controla nada. Es necesario que la policía, que alguien por el amor de dios, haga algo. Y si no, tendremos que hacerlo nosotros mismos.
Todas las mañanas. Terrible lo que está pasando en Barcelona. La tele. Todas las mañanas.
La inseguridad, el miedo, la desconfianza hacia quien tiene que gobernar generada desde los mismos que tienen poder para hacerlo que suelen estar... en el propio gobierno o bien desean estarlo otra vez. Inseguridad, miedo al otro, pánico a un planeta negro, miedo a un país donde veamos por la calle a otra gente que no seamos nosotros. Gente que no viene a trabajar. Redadas a personas con perfil étnico determinado. Racismo institucional.
Ataques al buenismo. No cabemos todos. Algo se tiene que hacer. No me negarás que no se está apuñalando ahora como se estaba apuñalando antes. Vamos creando el calvo de cultivo, perdón, caldo de cultivo, para que la respuesta a lo que ha de venir sea otra.
No te fíes ya de quien te propone una salida alternativa a 'la crisis'. A partir de ahora, vuelve tus ojos a quien te diga que la culpa la tiene otro y que está siendo protegido por poderes extraños a quienes no les interesa que esto se solucione porque quiere entregar el país a...
A esta hora, supongo que debe estar en pleno auge una reunión a la que deben haber acudido pocas personas. No me atrevo a meterme en un grupo de Facebook por si la reunión se ha desconvocado finalmente y estoy escribiendo por escribir.
Qué necesitamos. Este texto está pensado para tener un final vibrante. Primero denuncio el clima creado de pánico. Luego propongo una solución.
Propongo dejar de hacer caso a fascistas de manual para seguir combatiendo la pobreza y la desigualdad con políticas que no recorten en educación, sanidad, lo clásico. Lo que siempre funciona. Y políticas de seguridad tendentes a fomentar la convivencia, el respeto por lo público, por lo que es de todos, por los demás, por los demás sean quienes sean. Y a reducir y eliminar la desigualdad. No invisibilizarla.
Lo que ya no se aplica nunca.
Yo sí que tengo miedo.
Al hilo del reportaje de Manuel Arenas en El Periódico y después de un verano calentito en el que Barcelona Ciudad Colau ha sido pintada como la ciudad del crimen, el caos, los asaltos, las palizas callejeras y el danger más absoluto, qué menos que decir algo.
Patrullas de gente que van por el metro cazando delincuentes. ¿Es que no hay una policía aquí? No te vayas de vacaciones que te entrarán dentro del piso. No se puede vivir. Manadas de menas sembrando el pánico. Y nadie hace nada. Y todos los días noticias de apuñalamientos, robos, palizas. No es un problema de derechas o de izquierdas, es un problema de la gente. Y encima quieren que vengan más... más inmigrantes. Más delincuentes. Mételos en tu casa.
Y así todo el verano. Y así va a ser creo que durante cuatro años. Y así ha sido durante cuatro años. Manteros, violencia, esto es un caos. Menos mal que al menos ahora hay un regidor de Seguridad que dice las cosas por su nombre... porque no es de la Colau.
Y no hace falta que sea la Colau. Santa Coloma de Gramenet también tiene su puntito. Cómo no. Mientras que en los sesenta y setenta la gente se organiza en las parroquias para combatir la injusticia, hoy en las parroquias se reúne gente para combatir no a la pobreza, sino a los pobres.
Porque al final, todo esto es un tema de pobres.
No nos molesta la delincuencia. Nos molestan los pobres y nos molestan los gobiernos que hacen políticas raras y que no se dedican a invisibilizar a los colectivos, que no siempre son pobres, de personas con otra forma de vida. La otra forma de vida que no es la nuestra si es que hay alguna forma de vida de aquí. Qué es ser de aquí.
Grupos en Facebook encargados de señalar que algo malo está pasando ahora mismo en el portal de tu casa. Algo malo porque nadie controla nada. Es necesario que la policía, que alguien por el amor de dios, haga algo. Y si no, tendremos que hacerlo nosotros mismos.
Todas las mañanas. Terrible lo que está pasando en Barcelona. La tele. Todas las mañanas.
La inseguridad, el miedo, la desconfianza hacia quien tiene que gobernar generada desde los mismos que tienen poder para hacerlo que suelen estar... en el propio gobierno o bien desean estarlo otra vez. Inseguridad, miedo al otro, pánico a un planeta negro, miedo a un país donde veamos por la calle a otra gente que no seamos nosotros. Gente que no viene a trabajar. Redadas a personas con perfil étnico determinado. Racismo institucional.
Ataques al buenismo. No cabemos todos. Algo se tiene que hacer. No me negarás que no se está apuñalando ahora como se estaba apuñalando antes. Vamos creando el calvo de cultivo, perdón, caldo de cultivo, para que la respuesta a lo que ha de venir sea otra.
No te fíes ya de quien te propone una salida alternativa a 'la crisis'. A partir de ahora, vuelve tus ojos a quien te diga que la culpa la tiene otro y que está siendo protegido por poderes extraños a quienes no les interesa que esto se solucione porque quiere entregar el país a...
A esta hora, supongo que debe estar en pleno auge una reunión a la que deben haber acudido pocas personas. No me atrevo a meterme en un grupo de Facebook por si la reunión se ha desconvocado finalmente y estoy escribiendo por escribir.
Qué necesitamos. Este texto está pensado para tener un final vibrante. Primero denuncio el clima creado de pánico. Luego propongo una solución.
Propongo dejar de hacer caso a fascistas de manual para seguir combatiendo la pobreza y la desigualdad con políticas que no recorten en educación, sanidad, lo clásico. Lo que siempre funciona. Y políticas de seguridad tendentes a fomentar la convivencia, el respeto por lo público, por lo que es de todos, por los demás, por los demás sean quienes sean. Y a reducir y eliminar la desigualdad. No invisibilizarla.
Lo que ya no se aplica nunca.
Yo sí que tengo miedo.
jueves, 5 de septiembre de 2019
Wyatting
Robert Wyatt es un músico inglés. Primero como batería y voz de los seminales Wilde Flowers, luego de los inmensos Soft Machine, de los increíbles Matching Mole y después en solitario, es uno de los músicos a los que se vuelve regularmente cuando la música satura. O al menos vuelvo yo. Una de las referencias del rock progresivo. Además, por si fuera poco para quererle, se define como comunista y en sus canciones cuela mensaje bastante a las claras.
Con estos mimbres, ya se habrá entendido que su música no es fácil.
Pues bien, en el Reino Unido al parecer existe el término Wyatting. Hacer Wyatting es aquello de que en los bares que existe la máquina de Jukebox, donde puedes elegir la música que quieres que suene, joder el ambiente, romper el rollo, poner una canción de Robert Wyatt y no la música 'molona' que nos pone a todos de pie. Con el paso del tiempo, el término se ha extendido a las listas de reproducción del Spoty, las compilaciones de mp3, las rondas de youtube. Poner una canción de Wyatt como sinónimo de cortada de rollo. Habrá pasado más de una vez, me ha pasado, que esos días en los que te dejan 'poner alguna canción', no aciertas y pones esa canción que te gusta tanto pero que claramente va a la contra de lo que estaba sonando.
Y eso lo podemos trasladar a tantas cosas. Tantos momentos en los que todo el mundo está en la flor, en la crema, en la ola, en la buena onda y llega uno y hace la observación inoportuna, saca el tema de conversación incómodo, hace el análisis en el que ya no somos todos amigos y amigas sino que habrá que buscar alguna cosa que haya fallado más allá de que esto es lo que es.
Hacer de pepito grillo o de gruñón. Pero no porque no estés de acuerdo con que todo sea fenomenal. Todo el mundo está de acuerdo en lo fenomenal cuando es idea de uno. Pero pese a eso no seguir la ola y reconocer que no todo va bien, amigo, eso es otra cosa.
Hacer Wyatting con la vida. Apostar por lo que a uno le gusta pese a que no sea del agrado de nadie. Poner de manifiesto que algo no es y no reirle las gracias a la gente porque así no se incomoda. Pasar por raro, heterodoxo, extraño. No seguir la norma, pero no por fastidiar a nadie, sino porque la opinión de uno es la que es y merece la pena ser escuchada, aunque moleste.
En 1973, durante una fiesta, Robert Wyatt pilló un papón de miedo y se cayó de una ventana. Se quedó paralítico. Lejos de abandonar la música, continuó tocando y sacando discos.
Aunque te caigas, tal y cual.
Ayer, viendo una de las últimas pelis de Stars Wars, Yoda le dice a Luke Skywalker que 'Enseñar lo que es el fracaso es ser un buen maestro'.
No sé a que viene todo esto, pero yo me entiendo.
Con estos mimbres, ya se habrá entendido que su música no es fácil.
Pues bien, en el Reino Unido al parecer existe el término Wyatting. Hacer Wyatting es aquello de que en los bares que existe la máquina de Jukebox, donde puedes elegir la música que quieres que suene, joder el ambiente, romper el rollo, poner una canción de Robert Wyatt y no la música 'molona' que nos pone a todos de pie. Con el paso del tiempo, el término se ha extendido a las listas de reproducción del Spoty, las compilaciones de mp3, las rondas de youtube. Poner una canción de Wyatt como sinónimo de cortada de rollo. Habrá pasado más de una vez, me ha pasado, que esos días en los que te dejan 'poner alguna canción', no aciertas y pones esa canción que te gusta tanto pero que claramente va a la contra de lo que estaba sonando.
Y eso lo podemos trasladar a tantas cosas. Tantos momentos en los que todo el mundo está en la flor, en la crema, en la ola, en la buena onda y llega uno y hace la observación inoportuna, saca el tema de conversación incómodo, hace el análisis en el que ya no somos todos amigos y amigas sino que habrá que buscar alguna cosa que haya fallado más allá de que esto es lo que es.
Hacer de pepito grillo o de gruñón. Pero no porque no estés de acuerdo con que todo sea fenomenal. Todo el mundo está de acuerdo en lo fenomenal cuando es idea de uno. Pero pese a eso no seguir la ola y reconocer que no todo va bien, amigo, eso es otra cosa.
Hacer Wyatting con la vida. Apostar por lo que a uno le gusta pese a que no sea del agrado de nadie. Poner de manifiesto que algo no es y no reirle las gracias a la gente porque así no se incomoda. Pasar por raro, heterodoxo, extraño. No seguir la norma, pero no por fastidiar a nadie, sino porque la opinión de uno es la que es y merece la pena ser escuchada, aunque moleste.
En 1973, durante una fiesta, Robert Wyatt pilló un papón de miedo y se cayó de una ventana. Se quedó paralítico. Lejos de abandonar la música, continuó tocando y sacando discos.
Aunque te caigas, tal y cual.
Ayer, viendo una de las últimas pelis de Stars Wars, Yoda le dice a Luke Skywalker que 'Enseñar lo que es el fracaso es ser un buen maestro'.
No sé a que viene todo esto, pero yo me entiendo.
miércoles, 4 de septiembre de 2019
Envíame una carta
Te envío esta carta para que me envíes una carta y me cuentes cosas. Sobre ti, sobre lo que has ido viendo, ideas que tengas. Que me envíes cartas donde me cuentes tus tormentos. Me interesa saber que estás mal, que no puede ser, que solo con el vino y los licores fuertes encuentras consuelo. Me gustaría que me contaras cómo te podría ayudar si estuviera en mi mano. Cómo podrían ser las cosas si no hubiera distancia entre nosotros y la posibilidad de que más allá de la carta, yo, a tu lado, pudiera serte útil. Ser útil. Me gustaría que pasado mañana, al abrir el buzón, hubiera una carta tuya y que me dijeras que todo podría ser mejor si yo estuviera allí, o tú aquí.
Quisiera que me enviaras una carta y me llamaras como el amigo de Rimbaud. El otro. El que no es Rimbaud. Yo. Y que me narraras sueños extraños y que el alcohol te provoca pesadillas y que amas apasionadamente e infructuosamente a alguien. O que amas de manera plácida y sencilla y que eso te hace albergar una llama de esperanza en el género humano. Me gustaría recibir una llamada tuya, pero más ilusión me hace la carta. No sabría hablar por teléfono contigo. No entendería tu idioma. En cambio con una carta todo podría ser diferente.
Llegar del trabajo, estoy ahora escribiendo un libro y me encierro durante horas en una habitación alquilada en la que me encierro y consigo exprimir mis ideas, encontrarme con tu carta en el buzón y pensar que es posible abandonarlo todo e irme contigo a esa ciudad donde hay barrios bohemios y personas que parecen autóctonas que beben por el placer de destruirse y no saben lo que es pasárselo bien o contar idioteces sobre experiencias a lomos de un bocadillo de lomo con queso. Y que en esa carta aparezca el olor de un auténtico bocadillo de lomo, pero lomo sin queso, como el que me comía en Motilla del Palancar en aquel bar de carretera cuando iba con mis padres al pueblo y me comía enfadado un bocadillo de lomo.
Tus historias ya no tienen importancia. Ya no es necesario que me envíes ninguna carta. He vuelto a recordar cosas de mi infancia.
Gracias de todas maneras.
Quisiera que me enviaras una carta y me llamaras como el amigo de Rimbaud. El otro. El que no es Rimbaud. Yo. Y que me narraras sueños extraños y que el alcohol te provoca pesadillas y que amas apasionadamente e infructuosamente a alguien. O que amas de manera plácida y sencilla y que eso te hace albergar una llama de esperanza en el género humano. Me gustaría recibir una llamada tuya, pero más ilusión me hace la carta. No sabría hablar por teléfono contigo. No entendería tu idioma. En cambio con una carta todo podría ser diferente.
Llegar del trabajo, estoy ahora escribiendo un libro y me encierro durante horas en una habitación alquilada en la que me encierro y consigo exprimir mis ideas, encontrarme con tu carta en el buzón y pensar que es posible abandonarlo todo e irme contigo a esa ciudad donde hay barrios bohemios y personas que parecen autóctonas que beben por el placer de destruirse y no saben lo que es pasárselo bien o contar idioteces sobre experiencias a lomos de un bocadillo de lomo con queso. Y que en esa carta aparezca el olor de un auténtico bocadillo de lomo, pero lomo sin queso, como el que me comía en Motilla del Palancar en aquel bar de carretera cuando iba con mis padres al pueblo y me comía enfadado un bocadillo de lomo.
Tus historias ya no tienen importancia. Ya no es necesario que me envíes ninguna carta. He vuelto a recordar cosas de mi infancia.
Gracias de todas maneras.
martes, 3 de septiembre de 2019
Crónica de la #FestaColoma2019. Sin comentarios.
Y poco más. Si en años anteriores la Festa Major se había vivido de una manera muy tangencial y haciendo profundos esfuerzos por mantener la esperanza de asistir a acontecimientos varios, este año, nada de nada. Este año la única cosa que había que hacer para las fiestas era mantener el tour de force que supone el trabajo en la caseta de En Comú Podem. Una prueba de esfuerzo únicamente al alcance de personas hipermotivadas que hacen de esos cuatro días una suerte de ritual de purificación por los males pasados y por los futuros y que nos sujeta a tareas de montaje, desmontaje, plancha, bocadillos, tiradores de cerveza, preparación de combinados y puesta en marcha de toda suerte de actividades para mantener entretenido al personal.
Y eso es todo. Del resto de la fiesta, poco a comentar, salvo lo que llega de oídas y las percepciones que uno recoge durante los trayectos de la casa a la caseta y el tradicional sábado a mediodía en el que uno hace acopio de fuerza y valor para asistir al corretapa. El Corretapa. Un compañero del partido me dijo que lo que más le gustaba de la Festa Major es el corretapa y dentro del corretapa, lo de las pistolas de agua. Es como extraño. Es como una provocación. Te puede gustar el corretapa por lo que tiene de reencuentro, de camaradería del grupo de amigos y amigas que deambulan y hacen cola para comerse un algo y beberse una cerveza. La cerveza. Pero lo de las pistolas de agua... lo reconozco, es que soy poco de la juerga, de la juerga desenfrenada, del remojarse, del todo vale, de venga que un día es un día. No. No soy así. Soy de esas personas que, sin duda, alegran la fiesta. Porque no hay nada más divertido que mojar al que no quiere y esas cosas. Por lo demás, me comí unas albóndigas en las Tanis y poco más.
Porque fui a comer a las Alternativas. Efectivamente. Por motivos de índole me vi comiendo una paella que no pensaba comer y que al final me supo buena. Y acabé bebiendo la cerveza de la Capfoguer cuando no debería estar bebiéndola. O no. No recuerdo que bebí. Sobre las agrias polémicas en torno a las Alternativas y las cervezas que se ponen y los carteles que se publican, noto que me hago mayor y que ya no tengo ganas de polemizar. Así como el hecho de hacerme mayor me ha llevado a las Alternativas muchas (todas) más veces de las que fui como joven o treintañero, ahora mismo el ansia de polemizar, ahora que está mucho, pero mucho más a huevo que otras veces, me da pereza. No sé. Un tema tan sencillo de explicar, tan evidente y que unos y otros aprovechan como Neymar para tenernos el verano ocupado. Y como Neymar, al final todo es simplemente un tema de dinero.
Poco más. Sé que los conciertos estuvieron todos estupendos porque presumo que son todos grandes artistas y todas grandes artistas si cabe más y que Queralt y Esmeralda son ya, ahora mismo, las dos grandes damas de la canción colomense y que lo peor que podrían hacer ahora mismo es... creo que una de ellas ya lo hizo. Y como siempre, fue reconvenida porque eres una artista, pero eres una artista colomense. Y los artistas, los cualquiera, los periodistas, los colomenses en general, no pueden quejarse ni en público ni en redes sociales, sobre cualesquiera de los asuntos que les pasan por el forro porque inmediatamente se encienden las alarmas y se recibe el mensaje de rigor o la reconvención en público de quien considera que no solo gobierna sino que tiene la posesión de la razón y la verdad.
El PSC en esta ciudad no solo gobierna, es que pretende llevar la razón en todo. Y te lo va a explicar.
No tengo muchas más cosas que decir. Conseguimos escaparnos, después del tradicional concierto que levanta a las masas de sus asientos en la caseta, al Sintonizza. Venían los Sex Museum y había que traicionar y flaquear en el esfuerzo durante unos minutos para intuir siquiera dos o tres canciones de esta histórica banda madrileña. De rock. Sin cuernos ni esas cosas tan así. Que yo hice sobre el escenario. Porque sí, amigos, me subí al escenario del Sintonizza. Pero eso viene luego. Primero los Sex Museum de los que vimos tres canciones y flipamos como siempre. Y luego un rato para departir mientras esperamos a que salgan Motosierras que están de celebración y hay que venir a apoyar a la banda y disfrutar, qué narices cuando de repente... qué se oye... qué canción es esa... si somos nosotros! eltoni, elpako & elchristian en el Sintonizza, finalmente. Ahí estaba, No creía en el amor como entrada de Motosierras.
¿Es tocar techo? Es tocar techo. Otra vez gracias a Javi y a Mario y al resto de la banda por el inmenso detalle.
Con la emoción y ya subidísimos en el papel de estrellas comienza el concierto y van cayendo las canciones y en la última, Nene de Barna, invitan a la gente al escenario y a lo tonto a lo tonto me veo arriba del escenario gritando E! y haciendo el baile del reloj y los cuernos como si fuera fan de la alcaldesa y esas cosas y yo que sé. Y me doy cuenta de que estoy junto al Angel Pla y el Toni Esteban y somos tres militantes de EUiA y, jejejeje, qué tres militantes de EUiA, en Santa Coloma además, aquí, ni representando el sentimiento de una asamblea, ni siendo mayoría, ni con su confianza, ni nada. Qué mundo este.
En nuestra caseta, aparte de el denodado esfuerzo, actuaciones a las que hay que estar también agradecidos: el Marcos, los Puteados, el Dani haciendo de Dj y el Lozano. Y esa peña bailando ahí que parecía que...
Ah, y el Villena, la mejor flor sin regar, que me ha descubierto la canción de Ladilla Rusa y ya uno no puede dejar de tenerla ahí y demostrando que son capaces de remontar lo más oscuro y convertirlo en brillante. Y así será por siempre.
Y en nuestra caseta esos chavales que disfrutan de la noche de esa manera que lo hace la chavalada y que consiste en lo que consiste y que iban cayendo como por ensalmo. Y esa caseta del Rugby siempre a tope. Y las visitas a las casetas de PCPC, de Ciutadans, de ERC, del Singuerlin, del JAK, a pedir cosas... hasta la del PSC. Gracias sobre todo a PCPC y Ciutadans que han sido donde más he ido a dar la chapa, creo. A ERC iba a pegar hebra, pedir pedía pero nunca tenían de lo que...
Las Fiestas de Santa Coloma.
Ese espacio de reencuentro de gente que se ha ido durante unos días, que vuelve, que se encuentra con los que se quedan, con los que no han salido, como el Benju que no ha ido a ningún sitio este año, pero ha venido a la caseta a comerse la paella y hasta vino ayer a ver los fuegos en mitad del diluvio. Y que si hombre compañero, o qué quieres compañera, pues van pasando los días.
¿Cómo estuvo lo del Arraigo?
No lo sabemos. Fuimos a una entrevista con el Canal150, con la alcaldesa o regidora, no lo sé, y el Marcos, más majo. Y dijimos las chorradas sin sentido habituales e hicimos ese marketing de estrellas que quieren parecer inteligentes y somos un poco todos como Damon Albarn de blur yendo de listos. Porque lo somos.
Lo de la Rosarillo ya sabemos que se suspendió y me perdí el tradicional fin de fiesta en la plaça de la Vila y tampoco pude yo ni nadie disfrutar del inmenso placer de beber moritz en la nueva casa de lamoritz de la plaza de la vila. La cerveza.
Y así seguimos. Se acaban las fiestas y la gente se sorprende de que la caseta del PSC pese a la inteligente estrategia de los cuadros de baile con familias, no tenga gente y que luego ganen las elecciones con 17 regidores.
Regresa a la realidad.
Las casetas el PSC las tiene puestas por toda la ciudad.
Y por lo demás, pues hasta el año que viene o hasta la Diada a ver si soy capaz de apreciar si es verdad o es mentira o es un efecto del instagram o algún filtro o algo.
A propósito, dos botellas de whiky y una caja de cervezas. Si las ven por ahí, devolverlas.
lunes, 2 de septiembre de 2019
Hablar de política
¿Habrá elecciones? No. No habrá. Así categóricamente. Oiga, si usted está leyendo esto y no es capaz de afirmar categóricamente algo, cualquier cosa, categóricamente, no merece la pena que siga leyendo. Estamos hablando de política. De certezas. Categóricas. Cosas que son como dos y dos, cuatro. Cuatro cosas. No va a haber elecciones. Porque con lo que he leído es que no bajo ningún concepto. ¿Usted qué piensa que va a ocurrir?
Yo no pienso nada, eso para empezar.
Estamos hablando de política, de hablar de política. Estamos hablando de que usted debe saber que no hablamos de otra cosa que de política y no hacemos política. Estamos hablando. No nos molestes ahora con tus cosas y tus sueños y tus incertidumbres. No me hables. Estoy con unos amigos y amigas aquí esquivando el tema. Te contesto.
Yo creo que no va a haber elecciones porque finalmente vamos a tener que dar el apoyo al PSOE gratis y le vamos a dejar gobernar como quiera. Porque son así las cosas y lo pasaremos fatal. Y las elecciones pues como que no. Porque son como el fantasma que... o yo que sé. Ostia no, que habíamos dicho que no puede haber matices.
No va a haber elecciones. Porque nadie quiere morir. Morir es lo peor que te puede pasar. Peor que morir dicen que es ser irrelevante, no ser nada, no ser nadie, pero estar. Pero no es verdad, lo peor es morir. Lo peor es estar muerto y no saberlo. No sabemos si estamos muertos o nos van a matar. Quieren matarnos, eso es seguro, pero vamos a ver si somos capaces de, al menos, parecer malheridos.
No va haber elecciones. Te lo digo así, categóricamente, he estado con tal, he hablado con cual, no van a haber elecciones porque finalmente se tendrá que hacer un ejercicio de responsabilidad y un cordón sanitario contra la extrema derecha y la lucha por la democracia y el estado de derecho. La sentencia del procés y el incendio. La crisis.
¿Qué crisis? ¿Qué crisis?
No sabemos hablar de política porque tenemos muy poca experiencia. Usted, yo mismo, sabemos mucho de política, tenemos ya un gran bagaje en esto de la discusión. Pero hacer política es otra cosa. No va a haber elecciones. Porque no nos interesa que haya elecciones. Porque el PSOE no va a hacer lo que quiera. Ellos saben mucho de política. Tienen mucho bagaje. Categóricamente.
No sé escribir mucho más sobre el tema. Pienso que no va a haber elecciones. Pienso que llegados a este punto, no deberíamos haber apoyado la moción de censura, pienso que hemos vivido tiempos muy bonitos, pienso que vamos a regalar el balón al equipo contrario, pienso que es todo una maniobra de los poderes fácticos para que no hagamos lo que pensábamos hacer, pienso que es una mierda pensar que nuestro papel es el que teníamos, pienso que es un poco una mierda todo.
Yo no pienso nada, eso para empezar.
Estamos hablando de política, de hablar de política. Estamos hablando de que usted debe saber que no hablamos de otra cosa que de política y no hacemos política. Estamos hablando. No nos molestes ahora con tus cosas y tus sueños y tus incertidumbres. No me hables. Estoy con unos amigos y amigas aquí esquivando el tema. Te contesto.
Yo creo que no va a haber elecciones porque finalmente vamos a tener que dar el apoyo al PSOE gratis y le vamos a dejar gobernar como quiera. Porque son así las cosas y lo pasaremos fatal. Y las elecciones pues como que no. Porque son como el fantasma que... o yo que sé. Ostia no, que habíamos dicho que no puede haber matices.
No va a haber elecciones. Porque nadie quiere morir. Morir es lo peor que te puede pasar. Peor que morir dicen que es ser irrelevante, no ser nada, no ser nadie, pero estar. Pero no es verdad, lo peor es morir. Lo peor es estar muerto y no saberlo. No sabemos si estamos muertos o nos van a matar. Quieren matarnos, eso es seguro, pero vamos a ver si somos capaces de, al menos, parecer malheridos.
No va haber elecciones. Te lo digo así, categóricamente, he estado con tal, he hablado con cual, no van a haber elecciones porque finalmente se tendrá que hacer un ejercicio de responsabilidad y un cordón sanitario contra la extrema derecha y la lucha por la democracia y el estado de derecho. La sentencia del procés y el incendio. La crisis.
¿Qué crisis? ¿Qué crisis?
No sabemos hablar de política porque tenemos muy poca experiencia. Usted, yo mismo, sabemos mucho de política, tenemos ya un gran bagaje en esto de la discusión. Pero hacer política es otra cosa. No va a haber elecciones. Porque no nos interesa que haya elecciones. Porque el PSOE no va a hacer lo que quiera. Ellos saben mucho de política. Tienen mucho bagaje. Categóricamente.
No sé escribir mucho más sobre el tema. Pienso que no va a haber elecciones. Pienso que llegados a este punto, no deberíamos haber apoyado la moción de censura, pienso que hemos vivido tiempos muy bonitos, pienso que vamos a regalar el balón al equipo contrario, pienso que es todo una maniobra de los poderes fácticos para que no hagamos lo que pensábamos hacer, pienso que es una mierda pensar que nuestro papel es el que teníamos, pienso que es un poco una mierda todo.
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