domingo, 27 de septiembre de 2020

Petra - Jaime Rosales


Petra es un nombre que me gusta. Mi tita se llamaba Petra, la hermana de mi madre. Petra es un nombre antiguo, como dicen en la propia película. Petra es el nombre de la protagonista de la película de Jaime Rosales, un director del que creo que es la primera película que veo. Petra es también el nombre de una de las actrices del reparto, Petra Martínez, que interpreta a la madre de la protagonista, precisamente. 

La película es un peliculón. Y fui descubriéndola poco a poco. Tenía curiosidad por las películas de Jaime Rosales y no sabía que esta era suya también. Tengo curiosidad por todas las películas en las que aparezca Bárbara Lennie. Y sin embargo, con todos esos condicionantes a favor, he tardado dos años en verla, pese a ser de fácil acceso en múltiples plataformas y demás. Porqué. Porque vi un tráiler. Y viendo el trailer no sé qué vi. No sé qué pasó con el trailer que me imaginé otra película. Una película sobre arte. Y es una película sobre arte. Y es una película sobre más cosas. Pero lo importante es:

¿Puede ser un artista, un creador, alguien que crea lo que según los cánones establecidos podemos considerar como arte, digo, puede una persona así ser una hijadelagranputa?

Puede.

Los ejemplos a lo largo de la historia son múltiples y no entraremos en ellos. La película se estructura en capítulos desordenados que nos van descubriendo partes de una historia que tiene uno o varios finales. Puede tener un final, pero tiene un segundo final. Tiene un final que quizás sería un final de la boca abierta y tiene otro final que te la cierra. Petra es una artista que llega a una masia catalana donde vive un artista del que pretende aprender. En la casa vive el artista, su hijo y su mujer junto a una familia que le ayuda. La película empieza siendo eso y termina siendo muchas otras cosas.

Es una película a la que hay que llegar sin saber muchas más cosas. Así que tampoco vamos a contar muchas cosas más. 

Es una película para ver tranquilamente, una película para dejar el móvil al lado y no mirarlo mucho. O mirarlo para... no, para nomirarlo. Una película para pensar en cómo somos y lo que aguantamos y lo que transigimos con quien se lo ha montado de tal manera que parece que el mundo está para disculparle todo. Ya no cuento nada más. 

sábado, 26 de septiembre de 2020

Sonic Youth - Washing Machine


Son muchas efemérides y no vamos a poder llegar a todas. Hoy, por ejemplo, también cumple años Bryan Ferry, 75 concretamente. Efemérides. 25 aniversario hoy mismo del Washing Machine de los Sonic Youth. No fue el primer disco de Sonic Youth que escuché, pero posiblemente fue una de las experiencias de concierto en vivo que más me han impresionado. Hace 25 años yo tenía 20 años y supongo que estaba todavía en la facultad. Con el Soldat, el Cucurull y el Nandete. Ya había escuchado más discos de Sonic Youth, nunca los había visto en directo. De hecho, ya me había comprado el Experimental, Jet Set, Thrash & no Star. Que me gustaba un huevo, como el Dirty que lo tenía en cinta y que podemos decir que fue el disco con el que empezó todo gracias a la canción 100%. Seguro. 

Concierto en el Pop Festival. Fuimos mi amigo Mario y yo. Tocaban Beck, Yo la Tengo, Siniestro Total, Paul Weller, Babes in Toyland, y alguno más importante que me dejo seguro. Un pedazo de festival en Badalona que no se volvió a repetir. Nosotros íbamos a ver a Siniestro sobre todo y luego lo que surgiera. Más o menos conocíamos a todos los demás. Nos lo pasamos de puta madre. El penúltimo concierto era de Sonic Youth. Salieron y empezaron a hacer ruido. Y tocaban canciones del disco nuevo que iban a sacar. El Washing Machine. Ruido. Ruido con las baquetas tocando la guitarra, una atmósfera, una cosa. Nos quedamos a cuadros. Los idolatré desde entonces. Al final del concierto, se marcaron Diamond Song, una canción eterna de esas de 20 minutos que me dejó alucinado. Creo que era la primera vez que escuchaba en directo algo así. 20 minutos dejándose llevar y dejándolo todo. No sabíamos si la canción había acabado, si se habían ido... Cuando salió Siniestro, trajeados, empezaron a hacer ruido, distorsiones, acoples... homenaje a Sonic Youth, dijo Julián Hernández. 

Unos meses después vinieron de gira a presentar el disco. Mario me dijo que teníamos que ir. O le dije yo de ir y se apuntó. Volvió a ser una experiencia alucinante. Recuerdo tener en cinta el disco y ponérmelo de camino a la universidad y volver de la universidad... No Queen Blues a todo trapo, que era la canción de la lavadora por más que la canción de la lavadora, Washing Machine, fuera otra. 

¿Porqué este disco y no otro? El disco de la lavadora y la portada con los chavales con la camiseta de la lavadora. El ruido de una banda como una lavadora. El disco que empezaba con Becuz, con la Kim Gordon a caballo de un riff repetitivo, la repetición, siempre y para siempre. Y seguía con la de Junkie's Promise que dicen que era una canción que le dedicaron a Kurt Cobain, que se había quitado de en medio hacía poco. Y luego la de Saucer Like que es otra del Lee Renaldo. Y llegamos a Washing Machine y ya son palabras mayores porque aunque empieza como una canción más o menos normal se va terminando para dar lugar a la canción de verdad. A una lavadora funcionando. Como una lavadora. A partir de ahí todo el disco es cuesta abajo y sin frenos. Hay una parada técnica con Little Trouble Girl, donde cantaba también Kim Deal nada menos, preciosa canción. Y nos poníamos ya de cara con No Queen Blues. Que es la de la lavadora de verdad. Las que iban detrás siempre eran las que estaban detrás de No Queen Blues y no se puede poner esa canción ahí porque todo lo que venga detrás ya no importa nada.

Ahora cuento lo de la camiseta y ya lo dejamos.

En no sé qué concierto, supongo que fue el del Razzmatazz con el Mario, me compré una camiseta de Sonic Youth. Se la compré a mi hermano. Yo me compré otra, del Bad Moon Rising, que no me llegué a poner ni tres veces, no sé dónde me compré esa camiseta. La camiseta de la lavadora se la compré a mi hermano. Se la ponía mi hermano, me la ponía yo. Días alternos. Era lila o violeta, la dejamos casi blanca. Qué camisetón. Para mis 45 cumpleaños le dije al Juanra de la Tienda que me hiciera una camiseta con la lavadora. 

Creo que cuando tocamos con eltoni, el pako... siempre acabamos haciendo canciones que se parecen a Sonic Youth. No me gustaría nada más que sonar como una lavadora. 

Hace 25 años. Ya no somos tan Sonic Youth y nos vamos acercando cada vez más a la Sonik Death. Pero aguantamos como podemos. 

El estigma autoinfligido

 


No hace falta que disimulen, sé lo que están pensando. Santa Coloma y su estigma. En la película de Manuel Picazo, Extramuros, basada en una novela de Jesús Fernández Santos, una monja interpretada por Mercedes Sampietro simulaba tener las llagas de Cristo en la palma de las manos para salvar su convento. La cosa salía mal. Autolesionarte nunca es una buena idea.

Hace unas semanas nos despertamos con el reportaje que un periodista del programa de Ana Rosa había llevado a cabo haciendo la patrulla nocturna en un coche de la USIR, una unidad especial de la Policía Local creada recientemente para actuar contra la delincuencia. Allí, el periodista era testigo de un festival de actividades donde se mezclaban robos, violencia de género, conductas incívicas, rematada con una entrevista a un supuesto delincuente reincidente que confesaba una maldad sin remordimiento. Sensacionalismo del bueno.

Santa Coloma y su fama. Santa Coloma y los barrios de extrarradio. Santa Coloma y esa ciudad trabajadora salida del fango, como dijo la periodista local Odei A.-Etxearte. Una ciudad que se desvive por la construcción de una imagen amable, moderna, abanderada de la solidaridad, la música y el feminismo y que, en cinco minutos de televisión, se presenta ante el mundo como una suerte de escenario post apocalíptico digno del mítico programa Cops.

No hace falta que disimulen y que nos miren como si no supiéramos lo que piensan. Sabemos qué es Santa Coloma. Las calles colomenses son una barbaridad de gente, de culturas, de historias de vida alucinantes, de dignidad trabajadora. Una ciudad con mucho avanzado desde el desastre de su crecimiento desordenado, pero también con mucho por hacer. Por eso, como le dijo una vez Alfredo Di Stéfano a su portero durante su etapa de entrenador en el Valencia C.F., ‘no te pido que pares las que vayan dentro, pero por lo menos no te metas las que van fuera’. No hagamos como la monja y nos provoquemos los estigmas nosotros mismos, por favor.

Artículo publicado en El Periódico de Catalunya el 25 de septiembre de 2020

miércoles, 23 de septiembre de 2020

Batucadas


En un momento como este, la discusión sobre las batucadas es de lo más pertinente. Así que pasemos a lo que parece pertinente. Que es qué está pasando. Porque no sabemos qué está pasando. Si volvemos a las mismas que en marzo o eso ya no va a volver a ser. Madrid. No sabemos pero lo de Madrid. En la tele ya no nos faltaba nada más que Madrid. Más Madrid. La gente ya empieza a ver que esto de Madrid no sabemos a dónde va. Que lo de Madrid no tiene explicación. Pero así a lo bruto. No tiene explicación. Porque pasa lo de siempre. Que nos reímos, que la llamamos IDA y que al otro le llamamos Carapolla. Pero vendrán las elecciones y volverán a ganar. Y nos reiremos mucho, pero están ahí. Y no sabemos qué pasó el lunes cuando se reunieron pero seguro que mucha gente de izquierdas pensaba que iba a pasar algo. No pasó nada. No pasa nada. Pensaban que Pedro Sánchez iba a plantarse y no. Y no pasó. Como no pasa nada con el Partido Socialista en Madrid y seguimos sin saber qué pasa con nosotros. Y hay a quien no le gustan las batucadas o que ha descubierto que ser de izquierdas, incluso la rupturista que venía a derribarlo todo, también tiene sus momentos de mirar así como a lo lejos y que haya una cámara cerca que te capte y digas cualquier frase que parezca profunda pero no profunda pero profunda pero cercana. Y eso era bueno o era malo o era normal o mirar hacia el horizonte mientras el vuelo de esa chaqueta resulta tan así no significa que te hayas olvidado de nada porque oiga usted, que sabe tanto, póngase usted. No sabemos qué pasa pero esto no pinta bien. Mientras que la ministra de trabajo va haciendo cosas uno tiene la sensación de que la dejan hacer. De que nos están dejando hacer y que llegará el momento en el que nos digan, que hemos cambiado la cerradura y esas caras y esos ademanes serán olvidados y todo será paz y armonía entre los que la tienen que tener. Si es que no la están teniendo ya. No sabemos qué ocurre pero lo sabemos perfectamente. Estamos viviendo momentos históricos para las organizaciones de izquierdas en las que lo podemos perder todo o podemos por una vez echar cabeza. Por enésima vez. Elecciones en Italia, los malos no avanzan, pero no desaparecen. Qué tenemos en Italia. No lo sabemos. Aquí, aquí cerca, seguimos sin saber qué tenemos. Aquí al lado no sabemos qué nos pasa. Qué pasa que siempre acaba ganando lo mismo, que siempre acaba ganando la ilusión. Lo que nos haga sentir mejor y pensar menos. Y nadie es más tonto que nadie. Nos gusta pensar que IDA y Torra son lo mismo. Y si lo son, porqué van a ganar siempre. Ganan siempre. Mientras nosotros, que somos más listos, nos conformamos con reírnos y ellos nos joden la vida. Siempre ganan y nosotros nos atacamos desde la izquierda. Porque siempre nos atacamos desde la izquierda porque el que ataca siempre es más de izquierdas. Sin saber. Sin pensar. La izquierda. Qué difuso. Qué poco matizado. Qué quieres decir con izquierda. No sabes lo que quieres ni lo entiendes. La política se basa en ir haciendo creer que todo es como tiene que ser. En Santa Coloma usted no tiene porqué entender nada. Menos aún. No sabe nada. Las cosas pasan porque pasan y son así porque alguien tiene que hacerlas y si eso pues mejor que las hagamos nosotros y los míos. Y las mías. Y todas juntas organizamos el rebaño y nos lo repartimos y somos la mejor ciudad del mundo. Y lo que viene detrás no es mejor. No es más nuevo. Es evangelizar entre indígenas las bondades de la cultura superior. Es hacer gala de lo más gárrulo de todo lo que podemos ser y hacer de eso bandera. Por eso, yo te digo, querido o querida lectora, que creo que las manifestaciones son más divertidas con las batucadas. Las manifestaciones no tienen que ser divertidas. Las manifestaciones deben implicar un riesgo, que se sienta el peligro, la amenaza para el sistema. La amenaza para el sistema. Somos una amenaza para el sistema. Somos una amenaza para el sistema. El sistema está en peligro. Díaz Ayuso haciendo declaraciones en la radio y nosotros amenazando al sistema. Desde dentro. Desde el interior. Saliendo en tromba a replicar el tweet de turno. Estamos organizados. Nos lo pasamos. Lo hacemos, hemos alcanzado el objetivo. Gente viviendo en la calle. La isla de Lesbos. Noticias que han de pasar rápido. Una cuña del teatre Lliure que te deja con el culo torcido. Som el comunisme. El comunisme. 

Miércoles por la tarde. Todavía no hay un acto solidario al que apuntarse. La vida todavía no ha vuelto a la normalidad. La nueva normalidad va a ser lo mismo pero con el pavo más subido todavía.  

martes, 22 de septiembre de 2020

Crucero


Le conocimos durante el crucero por los fiordos aquel que yo no tenía ganas de hacer. Nos dijo que era alemán, que se llamaba Jens y que era un fanático de los fiordos y de todo lo nórdico. Yo inmediatamente lo identifiqué como uno de esos racistas que van de vikingos y de toda esa mierda. Es que ni siquiera eso. Era la persona más tonta que yo me crucé jamás. Ya te digo que yo no soy partidario de pasar frío en verano, pero mi compañera se empeñó, en cambiar, en hacer algo diferente y como los precios estaban tirados, pues mira. Desde el primer día, mal. El crucero era un rollo, la gente era como muy mayor, y muy de ir a hacer cruceros por los fiordos. Es decir, que no. Y aquel Jens era el peor. Nos dijo que estaba casado pero que su mujer ya no le acompañaba a estos viajes. Que era el quinto crucero como ese que hacía pero que había visitado los fiordos por lo menos unas 30 veces. Que durante un tiempo había pensado en irse a vivir a Noruega. Que su padre había estado en Noruega de joven (¿?) y que por eso él se llamaba Jens y que su padre había sido siempre un enamorado de esa parte del mundo y de la cultura nórdica. Nos iba contando todo lo que íbamos viendo, junto con cosas que iba apuntando además, trazos culturales, características de la cultura nórdica, diferencia entre los diferentes pueblos, la evolución de la cultura, todo.

Un día, le comenté que yo era historiador. Fue un día en el que comenzó a relatar los viajes de los vikingos que les llevaron no solo a América sino a dar la vuelta al mundo. Le dije, que yo era historiador y que bueno, que había alguna cosa a discutir sobre el tema. Me dijo que ser historiador no era suficiente, que él era ingeniero y que eso no era suficiente para discutir sobre el trazado de una carretera. Le dije que era historiador especializado en la Edad Media. Me dijo que no era suficiente. Le dije que me había licenciado en la universidad de Gotemburgo y que era profesor allí. Me dijo que nunca lo hubiera dicho y que en todo caso me hubiera tenido que haber identificado antes, que no había dicho nunca nada y que... 

Ya me calentó tanto que le tuve que decir que yo era Odín. Y que parara ya. Se metió en su habitación y no le volvimos a ver. 

lunes, 21 de septiembre de 2020

Rastros de carmín - Greil Marcus


¿Qué necesidad tenemos de saber tanto? Me gustan los Sex Pistols. Me gusta el punk. Me gusta saber del punk. Jamás diría que soy un punk. Creo que me gustaba pensar, hace años, que era un poco punk. No era nada. Me gustaba saber de dónde venía el punk. Me gustaba conocer de dónde venía esa pulsión y si alguien la había tenido antes. Me gustaba encontrar trazas de punk en otras cosas. Me he leído algunos de los libros que parece que hay que haberse leído. He visto los documentales que más o menos creo que ha visto todo el mundo. Hace mucho tiempo que no escucho punk rock como el que escuchaba, que era más o menos el punk rock normal de toda la vida. Me gusta saber cosas. 

Pero esto es excesivo.

Voy a intentar explicar qué quiere este libro. Este libro de Greil Marcus, escritor que escribe sobre cultura y concretamente sobre música y sus relaciones con otros mundos, quiere contarnos, creo, quién dijo lo que el punk de los Sex Pistols cantó antes de que los Sex Pistols existieran. Y lo hace de una manera en la que finalmente no sabes si quiere contarnos eso, quiere reivindicar otras cosas, qué quiere. Qué es lo que quiere. Por qué se entretiene en contarnos, en contarnos de esa manera en la que nos lo cuenta, los pormenores de las internacionales letrista y situacionista. Por qué nos quiere meter en las cabezas contradictorias y extrañas de los dadaistas. Por qué tantas cosas si a nosotros, si a mí, con lo que yo sabía, ya tenía bastante para apreciar el punk o para saber que el punk es mucho más complejo o mucho más simple. No lo sé. 

Supongo que es evidente. Frena. Suponer que es evidente está mal. Digo que está claro que el punk no es solo lo que parece. Que hay más cosas. Pero qué más da. Un libro para saber más de todo, nunca está mal. Se hace farragoso en muchas ocasiones, no sabes por qué tiene que haber tanto contenido para decirnos que sí, que han habido momentos, personas, movimientos culturales, minoritarios, otros con mucha fama y revuelo, personas que han sabido estar ahí, cómo nos ha influido a todos, la publicidad, el cine, el arte. Estar en el mundo.

El trabajo, la familia, la sociedad, el capitalismo, el comunismo, la burocracia, tu familia, la burguesía, estudiar, saber, romper cosas, decir que vas a romper cosas, hacer manifiestos contra las cosas, proclamarte fuera de juego, estar en contra, ponerte a favor de lo que nadie se pone a favor, destruir, destruirte, ser expulsado, expulsar, odiar el trabajo, odiar la sociedad, ser absorbido por la sociedad, escupir hacia arriba, recortar diarios, ir al café, drogarse, ser un olvidado, olvidarte, cambiar de nombre, cambiar de país, hacer cosas sin sentido, darle sentido a la nada, aburrirte, contra el aburrimiento, inspirarte, traicionar a tus amigos, ser minoritario, ser aún menos, equivocarte, escribir, renunciar al texto, a la imagen, hacer una película sin imagen, recitar palabras sin sentido, berrear, destruir la idea de cultura, ser el Anticristo.

De eso va el libro. 482 páginas más nosecuantas de bibliografía dedicadas a explicarnos de qué va la cultura que no triunfó pero que siempre está ahí cuando algo nos parece que se sale, que no lo entendemos, que nos atrae porque es otra cosa, porque no se pide hora para expresarla, porque no hay un permiso ni una instancia para hacerla, porque la cultura ha muerto, porque el arte es un invento y porque yo que sé. 

viernes, 18 de septiembre de 2020

Los Planetas - Unidad de desplazamiento


Que te gusten Los Planetas es algo que aceptas como una cosa que es y que tiene que ser ya para siempre. Como ocurre con los grupos clásicos que tienen largas carreras, no tiene porqué gustarte absolutamente todo, no tienes porqué estar al tanto de sus movidas, no debes tener la obligación de ir a todos sus conciertos. Ni siquiera tienes que saber si un disco es este o aquel. Yo, hoy mismo, no sabría decir si este disco, Unidad de Desplazamiento, tiene tal o cual canción. O si pertenece al que sigue, o si hay alguna que era del anterior. 

Una semana en el motor de un autobús, Unidad de desplazamiento y el otro, el de Encuentros con entidades. Por ejemplo, me acabo de enterar que en este disco hay dos canciones que me gustan mucho, las que le gustan mucho también a mucha gente, la de Un buen día y la de Santos que yo te pinte. Y luego hay una nebulosa de canciones que para mí podrían pertenecer a cualquiera de los tres discos citados o al cuarto, al Contra la ley de la gravedad que ya no sabría decir qué ni porqué. Porque después viene La leyenda del Espacio y un poco menos la Ópera Egipcia y esas son palabras mayores. 

Se cumplen 20 años de la aparición de este disco de los Planetas y como digo, este disco de los Planetas a mí me viene a dar un poco igual porque a mí ya me habían ganado saliendo en Radio 3, en un directo de aquellos, presentando las canciones de Una semana... Ya antes, claro, pero aquel día fue lo más, aquella noche. Desde entonces, solo el flashazo de La leyenda del Espacio y todo lo que significó me impactaron tanto. Conciertos, más conciertos, y siempre con la misma canción. No me sé las canciones de uno de mis grupos preferidos. Mi nivel de desconexión es tal que ni siquiera sé si sacaron un nuevo disco o qué. La Nueva normalidad. Ni lo he escuchado. 

Se cumplen 20 años y la verdad es que se cumplen 20 años. Yo entonces tenía 25 años y casi todos mis colegas tenían esa edad. A muchos nos gustaban los Planetas y yo siempre iba con el Abel a ver a Los Planetas. Y con mi hermano. Recuerdo, supongo que fue para el Encuentros con Entidades, que fuimos a verlos a un BAM a la Estació de França y se escuchó como una puta mierda. Iban con Mercromina. Menudo churro de concierto. Yo solo quería decir que hace 20 años tenía yo 25 años y ya me gustaban los Planetas de aquella manera. 

No me gusta vivir en las canciones de los Planetas. No me gustaba vivir en las canciones de muchos grupos que me gustaban. Me gustan muchas canciones, pero no me gustaba creérmelo, el papel del Jota, de tía te quiero pero es que soy un desastre perdóname que lo he vuelto a hacer mal menos mal que estás ahí pero la voy a cagar otra vez seguro vete no te vayas. Me daba una rabia increíble y me la sigue dando. 

Íbamos a los conciertos y siempre nos lo pasábamos bien. Estábamos solos o con la gente o solos con la gente. Yo tenía 25 años y no recuerdo qué estaba haciendo. Una década perdida, la de los 20. Los Planetas son un poco eso también. Un grupo de una generación que hemos perdido el tiempo de manera miserable, o de manera gustosa, que tampoco vamos a dramatizar, que nos negamos a... en realidad no nos negamos a nada, pero joder lo hacemos lo mejor posible, darnos otra oportunidad. Ese rollo. Esa mierda. 

Santos que yo te pinte. Pedazo de canción casi de las de llorar. Un buen día, todo el mundo esperando a decir lo de las cuatro millones de rayas. Menos los Testigos de Jehová como yo que sentíamos cierta vergüencita. Cada vez más. 

Hace 20 años yo tenía 25 años yo iba con el Abel a todas partes y no recuerdo si el Edu se había ido ya. Creo que no. Al Edu no le gustaban los Planetas. 

Hay que llamar al Abel.  

jueves, 17 de septiembre de 2020

Gran Biblioteca Universal del Pensamiento


Me llamaron por teléfono y no lo cogí. No conocía el número. Luego otra vez. Después otra vez. Quise escribir un pequeño relato sobre el tema. No cojo el teléfono a nadie y seguro que esa llamada era importante. Seguro que me estaba perdiendo algo, seguro que era una editorial que había visto mi blog y se interesaba por publicarme los relatos. Y lo iba a dejar pasar por el placer de escribir un relato sobre mi desgracia perenne, mi falta de talento y la desdichada vida del escritor de medio pelo. Pero finalmente escribí un relato en el que finalmente cogía la llamada y era, efectivamente mi editor, que además me proponía participar en un programa de televisión y así seguía engordando mi cuenta corriente, muy en la línea de todos mis relatos, claro. 

Le he dicho a Jan que abandone la banda. Finalmente hemos tomado la decisión de separar nuestros caminos y que pruebe suerte en solitario si tanto tanto tanto tanto tanto tanto tanto tanto tanto tanto tanto tanto tanto tanto se le estaba coartando su libertad creativa, si no podía desarrollar todo lo que llevaba dentro como músico, que se vaya. Que coja la pandereta y el cuenco ese tibetano que siempre lleva encima y que se largue. Conocimos a Jan en un concierto, él estaba en otra banda, hacían un Metal así con regusto clásico muy pasable y él tocaba la percusión. Nos vio tocar un día y dijo que estaba pensando abandonar el grupo. Le dijimos que podía venir a tocar, que ya teníamos batería, pero que lo podíamos intentar. Dijo que él se acoplaba. Nosotros hacemos una música un poco dispersa. Vino ayer con el cuenco tibetano.

No soy muy amigo de la poesía pero reconozco que Kyra Von Gramsternberg me tiene absolutamente fascinado. Su poemario me invita a transitar por espacios de mi vida que me resultaban ciertamente incómodos. Y con sus palabras, lo hago con facilidad, de manera sencilla, sin esfuerzo. Es una poeta ligera, casi sedosa, no, sedosa del todo, que con una obra breve consigue refrescar tu cerebro y darle sentido a muchas cosas que tienes dentro sin resolver. Kyra Von Gramsternberg había sido cantante de un grupo de punk berlinés y no componía las letras, pero se lanzó con un par de temas y la expulsaron de la banda. Así que decidió emprender una carrera como escritora y dentro del campo de la poesía se ha hecho ya un nombre. Su primer libro 'Cuenco tibetano', transmite una especie de amplitud que me tiene absolutamente fascinado. Fascinado. Su segundo libro se llama así 'Fascinación'. No puedo parar de repetir fascinado lentamente. Me transporta.

Utte Siczek presentó el otro día en el Centro de Convenciones Braunn una nueva novela que lleva por título 'Concentración'. En ella nos relata otra vez de manera bastante autobiográfica, sus problemas creativos de los últimos años y cómo ha aprendido a mantener la calma pese a ser la escritora viva que más libros ha vendido en la última década. En esta novela, Atta, su alter ego, conoce a un chico magnífico, un jugador de tenis que además está escribiendo también una novela sobre el mundo del deporte y la concentración que se requiere para jugar. Es una obra fascinante. Me fascina esa capacidad de Siczek de explicarnos cómo es su mundo, un mundo que nos puede parecer desde fuera superficial y vago pero que encierra toda una serie de trampas y peligros y disolución que no te hacen querer estar en la piel de Utte Siczek en ningún momento.

La concesión del último Premio Espasa de Poesía ha resultado ser un escándalo o al menos ha provocado un revuelo importante en redes. Qué entendemos por poesía, qué es la poesía, qué es la literatura, es la poesía literatura, es este poeta un farsante, es un poeta malo, es todo una broma de mal gusto, es una broma de buen gusto, es la poesía una broma, tienen que ser los poetas provocadores, tienen que ser los poetas intérpretes de sus propios poemas, tienen que creerse los poetas lo que dicen, debo dejar de hablar de poetas, quizás no tengo ni idea de lo que haría yo si fuera un poeta, no entiendo la poesía, entiendo que la poesía son como las películas que no entiendes pero que según quién lo haga pues lo justificas. Yo que sé. 

miércoles, 16 de septiembre de 2020

Qué quiero decir


Mañana posiblemente la Generalitat de Catalunya se quede sin President. La inhabilitación del President Torra por el tema de la pancarta colocada en el balcón del Palau y que podemos considerar como un tema más de la disputa entre pirómanos e incendiarios en la que vivimos, pero sin llegar nunca a ninguna parte, salvo a hacer de la institución un mero instrumento y a utilizar la represión como elemento que define nuestra relación con todo lo español y ya me estoy liando y creo que me he perdido y yo que sé. 

Es que estoy viendo el debate sobre política general en el Parlament. Es que uno quisiera decir algo y no sé qué es que no hay a dicho ya. He estado escuchando al portavoz de Junts per Catalunya, Albert Batet. Antes escuché al portavoz de ERC, Sergi Sabrià. No pareciera que ambos partidos compartan un gobierno. No parece que estén gestionando nada a la vez. Escuchando al portavoz de Junts, el señor Batet, uno piensa lo siguiente. 

Uno piensa que si hay elecciones, si alguna vez hay elecciones que yo ya no sé si de verdad habrá elecciones, en el caso de que haya elecciones, ERC gane las elecciones como dicen las encuestas y JXC sea segunda fuerza y esta idea la vengo repitiendo muy insistentemente y ahora pensarás que qué ego más grande tiene el niño que presupone que estamos todos al caso de lo que escribes o dejas de escribir, digo que en el caso de que eso pase, que JXC sea segunda fuerza indepe, qué narices pueden pactar, qué gobierno pueden hacer de nuevo ERC y JXC si la actitud del portavoz y del partido de la derecha populista (es derecha populista por mucho que se disfracen, por mucho que muten, por mucho que hayan dejado de ser convergentes, por mucho que indepes de izquierda o que se autodenominan de izquierda ya no vean a JXC como lo que son), digo, que si la actitud de esta derecha populista es la que es. Confrontar, no gobernar, no gestionar, romper, liar la troca, torpedear lo que pueda hacer o dejar de hacer ERC, etc.

Entonces qué. Entonces cualquier persona mínimamente de izquierdas es lógico que piense que un pacto de esas características no es para nada lo que uno buscaría.

Pero claro, es significaría que se es de izquierdas antes que independentista o bien piensa que no solo con la independencia, estado propio, república, se deben hacer políticas de izquierdas. Y no parece el caso. No porque no lo piensen, es porque no lo pueden expresar.

Entonces. 

Entonces para qué hay que votar a ERC. Escuchando a JXC. Qué sentido tiene que gane ERC.

Qué sentido tiene absolutamente nada en la política de este país. Catalunya. 

martes, 15 de septiembre de 2020

El Twitter


Es cierto. Estoy enganchado a Twitter. Me levanto por las mañanas muy temprano, o temprano a secas, voy al lavabo porque soy una persona mayor que tiene que ir al lavabo antes de levantarse y miro cosas y miro twitter y mirando twitter me puedo pasar un cuarto de hora con la cabeza apoyada en la pica de las manos y cayéndome de sueño. Pero tengo que mirarlo. Tengo que verlo. Intereses. Política, música, fútbol, tontunas, no sé si se me escapa alguna cosa. En política incluyo el ámbito local. Sigo a mucha gente, soy de los que siguen más gente de los que me siguen a mí. Sigo a gente que piensa como yo y a gente que no piensa como yo y que comparte cosas que me dan ganas de escribir cosas y no. No. Me pongo, se me ocurren respuestas a cosas que me repugnan y no contesto. Cuando contesto, la respuesta no suele ser brillante. Sigo a gente brillante. Sigo a gente que hace comentarios y da respuestas brillantes. A muchas de ellas no las conozco porque no ponen su verdadero nombre. Yo tampoco lo pongo aunque desde hace algún tiempo pongo mi apellido. Se supone que tengo una excusa para estar enganchado a twitter principalmente 'y es que por temas de curro' lo tengo que ir mirando por si tengo que compartir cosas. Y conozco a gente que es peor que yo. Reconozco que en reuniones sociales miro el twitter casi como un zombi, pero no me acabo de desconectar del todo de la vida y de la gente para mirar el móvil. Conozco a gente que es peor que yo. Yo estoy muy mal. Sigo a gente que me cae bien y sigo a gente que no me cae bien o sigo a gente que me cae terriblemente peor desde que les sigo en twitter y muchos días me los paso repitiendo que les voy a contestar o que voy a poner un tweet que se va a cagar pero para qué se va a cagar si luego a lo mejor te lo vas a encontrar y yo que sé y si no sería mejor simplemente dejar de seguirlo y ya está, pero entonces se daría cuenta de que le has dejado de seguir y sería como una victoria y me parece más así que sepa que estoy ahí y que me repugna. Todo. Absolutamente. Y acaba cayéndote tan mal que no sé si el puto móvil lo sabe y todas y cada una de las cosas que pone me la tengo que leer porque me sale. Claro, supongo que si me paro mucho encima me sale más. Y si me paro a pensar todas las cosas que le diría, me sale más. El twitter. Me entero de cosas. Comparto tweets, me entero de las efemérides, quién se ha muerto, de quién es el cumpleaños, pongo una canción y comparto el texto del blog. De vez en cuando me enzarzo en alguna discusión. Discusiones con el Tovar de Ciudadanos o con alguien de ERC de Santa Coloma. No suelo ser muy brillante. Comparto tweets que veo que me gustan en los grupos que les corresponden. Política, fútbol, cine, música, tontunas. Leo artículos que descubro en twitter, retuiteo como un loco, ahora le pongo también me gustas solo a las cosas y antes no lo hacía tanto. No entiendo cómo puede haber alguien que esté en el mundo y que no utilice twitter. Que no considere que twitter es estar en el mundo y que no utilizar twitter para todo es como estar muerto. Cuando pongo un tweet luego me paso el día mirando a ver si le han dado muchos me gusta. Comparo con otros tweets de otra gente. Me desespero. Me da dolor de barriga. Me cabrea pensar que dentro de mi grupo hay gente que no tiene twitter o que lo tiene y no tiene espíritu de grupo como si tienen otros. Me pongo nervioso. Me cabreo. Tengo que ir al lavabo. Miro el Twitter. Estoy enganchado. 

lunes, 14 de septiembre de 2020

Un problema de forma


Y volviendo al tema, nos empezó a contar lo poco que trabajaba. Nos hizo una exposición completa de todas las cosas que hacía durante el día y ninguna de ellas tenía que ver con trabajar. No conseguimos entender cómo, detrás de toda esa actividad relacionada con el cultivo del saber, la filantropía, sociabilizar, alternar aquí y allí y proclamarlo a los cuatro vientos, podía llevar el tren de vida que llevaba. Pogorensky le espetó que era un vividor. Y rápidamente reaccionó con un argumento que se notaba que llevaba preparado o bien que no era la primera vez que debía utilizar.

'Hay mucho trabajo que no se ve. Hay mucho trabajo que no es material. Hay mucho trabajo que la gente no sabe apreciar'.

Tiempo después nos lo encontramos en una excursión que hicimos a la aldea de Vlajenskoi. Estaba sentado en la puerta de un caserón bastante desvencijado y presentaba un aspecto bastante diferente al que siempre le había caracterizado. Adiós al uniforme blanco impoluto. Ahora iba vestido como un campesino y su cara siempre bien afeitada y perfumada se ocultaba ahora tras de una barba descuidada. Llevaba una gorra y fumaba en pipa. Nos reconoció y quiso venir a saludarnos. Tras una pequeña presentación cortés a las personas que no conocía, se apremió a contarnos cómo pasaba las horas contemplando la insignificancia del tiempo, el lento devenir del ocaso, la mentira que es todo, la sencillez de la vida de los humildes, el valor de la soledad, la dignidad de la palabra justa, el olor de lo natural. Esta vez fue la condesa Grupskaia la que le preguntó de qué vivía en aquel lugar. Y repitió:

'Hay mucho trabajo que no se ve. Hay mucho trabajo que no es material. Hay mucho trabajo que la gente no sabe apreciar'.

Lo último que supimos de él lo vimos publicado en la Gaceta. Los campesinos habían terminado con su vida. Uno de ellos, durante el juicio, había declarado que no le habían asesinado (al parecer de una paliza) por vago o por aprovecharse de su trabajo. Hablaron de la manera, del modo, de cómo lo vestía, la forma de decir. De una manera que según los campesinos se les hizo más insoportable que cualquier explotación.

Tenet - Christopher Nolan


Ya he ido al lavabo pero tendré ganas de ir al lavabo. Voy al lavabo porque ya he ido al lavabo. Estoy en el lavabo y ya he estado en el lavabo. Estoy en el lavabo porque iré al lavabo. Vengo del lavabo y me he encontrado en el lavabo. Estoy en el lavabo pero estaré en el lavabo. Hago pipi o he hecho pipi. No sale Tom Cruise en toda la película. Y te extraña. 

jueves, 10 de septiembre de 2020

Divina


 Estábamos comentando el otro día qué fue de Tal. Y Cual nos contó lo siguiente:

- Cuando pasó todo aquello terminó trabajando en una imprenta. Allí estuvo unos meses, haciendo folletos y publicidad hasta que en el setenta y siete o así se afilió al PSC o a alguno de los partidos que luego tal, y le encargaban toda la publicidad, le escogieron para un cargo en las primeras municipales y lo dejó al cabo de dos años. Se largó a Francia porque había conocido en uno de esos veranos locos a una francesa y habían mantenido la relación por carta y se ve que la dejó embarazada y se fue allí a vivir con ella. También se metió en política y le metieron en una especie de departamento de Cultura de uno de los departamentos que controlaban los socialistas. Escribió un libro de recuerdos de la época loca en Barcelona y tuvo un éxito arrollador, empezó a salir por la tele y le llamaban a la radio nacional cada semana para que comentara la política española. La mujer se le murió de cáncer como por el 89 o así y se volvió para Barcelona con el hijo. Se puso a trabajar en un diario en la sección de publicidad, pero duró poco y volvió otra vez a tener un carguito en la Dipu y ahí sigue.

- ¿Tal?

- Sí.

- Pero tal no se había quedado medio colgado después de todo aquello y se había ido a Menorca a vivir y estuvo allí como mucho hasta el 82 y se volvió para Barcelona y quiso montar un bar y montó un bar creo que por la Barceloneta y terminó peor porque se bebía lo del bar y lo de los demás bares y se lo tuvo que llevar el hermano al Montseny y allí estuvo más o menos hasta las olimpiadas que ya curado se vino otra vez a Barcelona y se montó con otros zumbados del Montseny una especie de centro de terapias naturales y se montó en el dolar el cabrón. Ahora creo que vive con una chica uruguaya en Esplugues con la hija de ella. No le reconocerías.

- ¿A Tal?

- Sí.

- No será el miso Tal.

- No será.  

miércoles, 9 de septiembre de 2020

El arte está muerto


Y al final le dije que siempre estábamos hablando de cosas que nos definen. Que terminábamos hablando de libros, de películas, de películas que no habíamos visto, de movidas que nos habían llamado la atención en exposiciones, de obras de teatro que estábamos escribiendo y le dije que lo que nos pasaba era que no queríamos hablar de la vida real. Patilleramente le dije que el arte, por disparar por elevación y quiera decir eso lo que quiera decir, no era más que el refugio de quien quería pensar en otra cosa que no fuera el sustento. Me dijo que se ganaba la vida escribiendo novelitas y que eso que acababa de decir era una gilipollez. Entonces le dije que lo que de verdad me pasaba era que tenía una envidia tremenda porque se ganaba la vida con eso y yo no era más que un humilde conserje que jamás llegaría a nada y que le tenía un odio cerval a los artistas. Y me preguntó que si yo le odiaba. Le dije que sí. Me dijo que entonces porqué quedábamos todos los jueves a tomar cervezas si le odiaba. Le dije que no sabía. Me dijo que le parecía extraño que siguiéramos quedando después de tantos años de una amistad forzada desde el colegio cuando ni yo le soportaba a él ni él a mí y me contó que hacía tiempo que pensaba que esto de quedar los jueves le aburría. Y le dije que le aburría porque yo no era artista y que por eso le odiaba. Y me dijo que le aburría porque yo era aburrido. Y me levanté y le di una hostia. Y él me dio otra. Y nos fuimos. Y el jueves siguiente volví al bar y allí estaba él. Y nos pedimos una cerveza. Y le dije que había empezado a escribir. Y me dijo que él había dejado de escribir. Y le dije que le odiaba. Y él me dijo que él a mí más. Y me dijo que nosequé. Y le dije que se había saltado el turno. Y me pidió perdón. Y le dije que el arte, le dije que el arte, le dije que había reflexionado durante este tiempo sobre el arte y había ampliado mi teoría con nuevas referencias. Y me dijo que en una semana no me había dado tiempo. Y le dije que sí y que. Y me dijo que eran dos cosas. Y le dije que el arte era la consecuencia de la desazón humana ante la imposibilidad de sustraerse a la búsqueda de sustento. Y me dijo que menuda chorrada. Y le volví a levantar la mano. Y él se rió. Y le dije que de qué se reía. Y me dijo que estaba a dos semanas de decir que el arte está muerto. Y le pregunté que a qué se refería. Y me dijo que ya vería.  

martes, 8 de septiembre de 2020

¿Es esto Santa Coloma?


Estábamos en esta ciudad de Santa Coloma a la que quiero yo más que al alma mía, preguntándonos qué sorpresa nos depararía el fin de NO fiestas, concretamente calculando a qué hora caería la tormenta que finalmente cayó, cuando esa gente, esa, la que ve el AR, el programa de Ana Rosa u otra gente que ahora no sé quién pudo ser, comenzó a difundir el vídeo. Un equipo del programa había recorrido la ciudad en un coche de la patrulla de la Guardia Urbana, del cuerpo del USIR, recientemente estrenado, para dar fe del aumento de la delincuencia en nuestra ciudad y de los medios que se ponen en combatirlo.

Así, la realidad superaba a la ficción y todas nuestras bromas sobre el vídeo de presentación que debería haber sido a ritmo del Bad boys de Inner Circle se quedabn cortas. Y hasta ahí la broma. Un breve repaso por el vídeo, el comienzo nada más, ya le deja a uno la duda. ¿Por qué? ¿Cuál es el motivo para dar una imagen así de nuestra ciudad? El rédito político que se puede alcanzar poniendo de manifiesto que se ha creado un cuerpo de policía de élite o de acción rápida para atajar la delincuencia no sé, estoy convencido de que no, no compensa la imagen de la ciudad que se da. 'En 20 minutos hemos visto nosecuantos delitos', dice en un momento el periodista. El repaso a las imágenes nos habla de un recorrido por el Fondo, plaça del Rellotge, etc., una vez más los escenarios preferidos a la hora de hablar y poner marco (o fondo) a lo mal que está todo en nuestra ciudad. Luego una entrevista con el responsable del cuerpo y con la alcaldesa intentando hacer vendible lo que parece una ida de castaña en toda regla completaban el reportaje. 

Santa Coloma, y este es un tema recurrente, vive pendiente de su imagen. El Equipo de Gobierno se ha desvivido en los últimos años por vender una imagen al exterior que nos redimiese del 'estigma' de ser simple y llanamente una ciudad pobre. Somos la ciudad del Rock y por ello hipotecamos un parque de la ciudad para que durante tres días parezca que. Somos una ciudad gastronómica porque tenemos la universidad ahí y un sector de restauración potente. Somos la ciudad feminista gracias al proyecto inmenso cuando se le de contenido de la CIBA. Somos una ciudad que aspira a ser balneario, residencia de estudiantes, lo que sea, antes que asumir que tenemos el nivel de vida que tenemos y que la ciudad es toda la ciudad. Reportajes en diarios distintos publicitando todos y cada uno de los proyectos de un Ajuntament que tiene en el tratamiento de la comunicación y la proyección de la ciudad, uno de sus puntos principales de preocupación, y que hasta ahora alardeaba de innovación, de proyectos modelo...

Y de repente, esto. Telecinco en el abyecto programa de Ana Rosa Quintana, reina ultra de las mañanas, viene a Santa Coloma y, para regocijo de políticos amarillistas, nos enseña una ciudad por la que no se puede caminar. Es invivible Santa Coloma. 

El inicio del curso político este mes de septiembre nos señala que la ciudad afronta muchos retos. Supongo que los más importantes tendrán que ver con el parón de la actividad económica y cómo afecta a una población que ya viene baqueteada de crisis anteriores. Las colas aquí al lado en el Banc d'Aliments son largas. Algo está pasando. Cómo irá lo de la vuelta al colegio. Qué futuro le espera a una ciudad que tiene en la hostelería un escaparate y que funciona a medio rendimiento. En fin, las cosas. 

Pero no. Parece que volvemos a donde estábamos. Después de la marejada de las ocupaciones y cómo se ha demostrado que esto de las ocupaciones es lo que es y no esa fiebre loca de no poder salir ni a comprar porque 'se te meten', llega el equipo de Gobierno y se desmarca consintiendo este reportaje en prime time. Bad boys. 

Septiembre en Santa Coloma. No ha habido fiestas porque no se ha buscado ninguna alternativa, pequeña, que mantuviera la vida cultural, algo, en la ciudad. Septiembre que empieza a lo vivo. Ciudad sin ley. Más mano dura. 

¿Es esto lo que somos? ¿Es esto lo que queremos ser? ¿Son las redes y los voceros tremendistas los que realmente marcan la agenda del Ajuntament?

¿Qué nos queda por ver?

lunes, 7 de septiembre de 2020

Otra encuesta. Más de lo peor.


Una nueva encuesta sobre unas posibles elecciones en Catalunya que ya no serán este año y serán en febrero si es que eso. El eso es muy importante porque según que eso igual no hay elecciones y algo se inventa la gente de JXC para no perder el mango y la sartén y todo. Más todavía con estos resultados. Comencemos por nosotros mismos, en el caso, tan improbable como el de las propias elecciones, que nuestros resultados propios nos importen algo. Perdemos un diputado. De 8 a 7, que puede que no le interese a nadie y puede que le interese a alguien. Es perder, aunque sea menos que en el País Vasco y menos todavía que en Galicia. Pero no es avanzar. Insisto en que este resultado nos interesa principalmente a nosotros y poco más si es que nos interesa y nos demuestra que, rascar, rascar, queda poco de rascar ya entre nosotros. No vamos a ir a mucho peor e incluso solo nos queda crecer. Ese es el espíritu optimista y si no, siempre queda ese ADN resistencialista tan nuestro de que resistir es vencer y que ahora toca organizarse y esas historias que nos suelen ir tan bien. 

Digamos que el resultado que marcan las elecciones y las reflexiones que se están haciendo tanto desde ERC como desde PSC nos marcan un escenario en el que ERC volvería a gobernar con JxC y sin ser necesario el apoyo de la CUP volveríamos al mismo sitio, pero con otro orden, por lo que no habría orden. ¿Un govern con president de ERC y JxC mirando? El enloquecimiento sería gordo. ¿Cuánto duraría? ¿Tendría viabilidad? Quizás se quedaría como ahora, con un president queriendo parecer que hace algo y finalmente sin nadie más que sus fieles a su alrededor mientras los demás hacen lo posible por putearlo. Ya me imagino quién saldría al rescate. Así las cosas, el resultado que ansiamos, victoria de ERC, PSC bien y nosotros ahí, para favorecer un tripartito y cambio de mayorías a lo que apostamos y fiamos nuestra suerte, parece una utopía. Aunque cosas peores se han visto.

Los políticos somos así, señora. 

En otro orden de cosas, la encuesta dice que por primera vez los independentistas ganarían tanto en escaños como en votos. Es decir, la abstención del voto no indepe (me niego a llamarlo unionista, constitucionalista o lo que sea porque en ese bando cada uno es de su padre y de su madre ¿no?, uno ya no sabe tampoco nada, los políticos, etc.), favorecería que los votos independentistas, que son dos millones y pico llueve o truene tengan más valor y por ende más representación, o al revés. Me da igual. 

Quizás el hecho de que el proyecto independentista se quede simplemente en un horizonte que no es tangible, que el riesgo a que eso pase de verdad sea menor, lo que desmovilice al voto no independentista. Vean lo de Ciudadanos, el riesgo de no ver la patria en peligro deja a la gente en casa. El resto de cosas que pasan, la política de cada día, da igual.

Y es una mierda.

Es una mierda que contemos que por primera vez el voto independentista sea mayoritario como si el voto independentista fuera el eje o la amenaza. Contemos los votos de los partidos de derecha, neoliberales o social liberales. Ya ni siquiera vamos a autoengañarnos con los votos de izquierdas y los de derechas. Lo verdaderamente preocupante es que el único eje sobre el que gire la vida política en este país sea el nacional. Independencia sí o no y una parte del electorado pasando del tema porque lo de la independencia ya no va a ser como quizás pudo haber sido. Así tenemos un electorado desmovilizado que quizás no encuentra quien le escriba. 

Un electorado que quizás espera algo que nosotros deberíamos saber lo que es y dárselo. Ofrecerle ese discurso. Y no veo que nuestro discurso sea malo, ojo, que es lo que tenemos que decir. Pero no sé si con eso nos va a bastar. En tiempos en los que la gente quiere orden o mandarlo todo a la porra, incluso todo junto, nosotros no sé qué punto ocupamos. 

Baja Ciudadano de manera ostensible, pero ese voto se va al PSC en menor medida de lo que debería ser lógico. El PSC también he dicho que no lo peta pero al PSC le da igual, ya solo se mueven en las locales. VOX entra con cuatro, lo que dará carnaza y más gresca inútil entre banderoides. 

Y lo demás qué. Qué nos queda. Seguiremos recordando aquella vez. No tan lejana. Qué pasó con.

Nos reunimos y ya os lo cuento.  

Foto: encuesta de Gad3 para La Vanguardia

Estoy pensando en dejarlo - Charlie Kaufman


Una película de Charlie Kaufman ya es sinónimo de aventura. Y lo podemos resumir todo con una frase que dice uno de los personajes y que estoy seguro de no trasladar perfectamente a este texto. Normalmente acostumbramos a pensar que nosotros viajamos en una línea del tiempo. El tiempo avanza y nosotros con él y las personas que nos acompañan. Pero puede ser que nosotros estemos fijos en el tiempo, en un tiempo, y que las personas y lo que nos rodea avance o vuelva en el tiempo. Podría ser. Pero no acostumbra a ser. Y por eso esta película de Charlie Kaufman como director y guionista, así como buena parte de su producción como director y guionista gira en torno a ese manejo del tiempo de una manera libre. Lo que está pasando en escena puede que no siga pasando dentro de un rato o que pase de otra manera y tú te sorprenderás y llegará un momento en el que no entiendas nada y otro momento decisivo en el que a) te de igual o b) no te de igual. 

Esta nueva película se llama Estoy pensando en dejarlo y se nos presenta como la fotografía de una pareja recién constituida o no que va a visitar a los padres de él como pareja por primera vez y ella piensa en dejarlo porque no acaba de verlo claro. Y a partir de ahí todo lo que pasa pues pasa, o ha pasado, o va a pasar, o pasa y ha pasado a la vez y los personajes son los mismos pero cambian y ahora son y ahora son otra cosa y ahora llevan la tirita aquí y ahora la llevan en el otro lado. Los personajes. La pareja, otra pareja que aparece en pantalla en una televisión que protagoniza una pequeñísima historia y que finaliza tan bien que en los créditos aparece dirigida por Robert Zemeckis, en lo que parece un zasca privado o una broma de colegas que ahora mismo no sabría decir porque no les conozco a ambos. 

La película me gustó. Me gustó que me tuviera en vilo una vez que ves que todo va a ir de sorpresas, de cambios, de imperceptibles cosas que no cuadran, que parezca a veces una película de terror, que sepas que no lo es porque no lo va a ser, que parezca una comedia porque te ríes o se te escapa una risa tonta y sabes que te estás riendo y no va a haber más risas, me gustó. Me gustó y me dormí. Que tampoco pasa nada por decirlo. Me gustó y me dormí porque la película tiene momentos de conversación espesa que en horario de siesta y con una edad como la mía no son compatibles, así que reconozco que algún coscorrón me dí, pero breve, ojo. Me los dí preferentemente en la parte del viaje hacia la casa de la madre y ya creo que nada más. Conversan los novios, la pareja, Jake y la chica.

La chica que no tiene nombre. La chica que se parece a Iciar Bollaín de joven y esa imagen de Iciar Bollaín de joven no me dejó durante toda la película y a mí me gustaba Iciar Bollaín de joven y por eso ya miro la película con simpatía y quizás todo ayude, aunque me diera algún coscorrón, a que el argumento lo vea y lo aprecie y que todo sea pues como uno espera.

Una historia que no sabe nadie porqué comenzó ni cómo y que no sabe si ha acabado o si está acabando en el momento en el que aparece el vigilante del instituto o qué narices pasa ahí. Qué narices pasa en todo momento. Qué pasa. 

Pasa lo de siempre. Que al que le gusta contar historias ya no le basta con contarlas, que cuando te pones a crear, pues te pones. Y si hay quien te lo financia pues avanti tutti. Y uno piensa, pues claro que sí, hombre, no hay miedo. 

sábado, 5 de septiembre de 2020

Sentido de la aventura


No suele ocurrirme con mucha frecuencia pero sabemos todos que no estamos nunca a salvo de caer en los errores más increíbles. El otro día, saliendo de casa, volví a ver el bar abierto debajo de casa después del periodo vacacional. Como iba a trabajar no quise entrar y lo hice después. Pedí una botellita de agua para poder dar conversación con la tranquilidad de estar consumiendo y me dispuse a preguntar por el mes de agosto. Cada uno contó sus vacaciones y yo conté mi periplo veraniego. Hasta que en un momento, cuando relataba los encantos de una villa, una de las camareras del Bar me preguntó si no había visitado unas ruinas prehistóricas que se encuentran en un monte de los alrededores y le dije que por supuesto que sí y que había llegado incluso a sentir cierta energía que había en el lugar, motivo por el cual seguro que aquellos antiguos pobladores habían llevado acabo aquella construcción. 

Alguien me preguntó que de qué energía le estaba hablando y yo completé mi narración explicando la vinculación desde antiguo de ciertos lugares con ciertas energías que habían llevado a considerarlos sagrados. Les conté lo que me ocurrió un día yendo a comprar al mercado.

'Aquel día iba yo a comprar pescado para hacer un arroz. Una sepia, lo normal. Y antes de llegar quise entrar en una tienda que hay en la calle en la que venden especias. Justo al entrar, la primera bafarada de olor me transportó a otro lugar. Me imaginé estar en un mercado de Lahore y me imaginé estar planificando un viaje desde Afganistán hacia algún lugar del Asia Central para conocer aquellas tierras y quién sabe si encontrar mi lugar en el mundo. Compré un bote de pimentón rojo y me fui'. 

Alguien me volvió a preguntar por lo de la energía. 

viernes, 4 de septiembre de 2020

Extrañamente


- Pero eso no puede ser...

- Que sí. Me lo contó y jura y perjura que es real. Que cuando se lo contaron a él tampoco se lo podía creer, pero que pasó como lo cuenta. Que salió a pasear un día y se perdió por no seguir las indicaciones y actuar de memoria. Y entonces se metió por una vereda y la vereda le llevó a un camino y terminó frente a la casa de alguien. Y ese alguien parecía estar en la puerta haciendo algo, algún tipo de trabajo relacionado con la agricultura, no sabía. Y le preguntó que dónde estaba, porque sospechaba que se había perdido. Y este señor que estaba en la puerta dio una voz y llamó a su mujer por su nombre de ella y ella salió a la puerta e invitó al colega a entrar en la casa. Y éste dice que entró confiado en que le dirían algo o le darían algún mapa y al entrar por la puerta vió cómo había apoyado contra la pared un contrabajo y una guitarra y la mujer cogió la guitarra y le hizo un ademán para que cogiera el contrabajo y él no supo decirle que no sabía tocar el contrabajo y ella comenzó a tocar la guitarra, muy bonito, y a cantar, muy bonito también, y creyó reconocer la canción, algo de folk de los setenta e hizo ademán de mover la cabeza para que se entendiera que conocía la canción y que la podía tararear, pero la mujer quería que le acompañara al bajo y él no sabía cómo decirle que no y siguió haciendo como que prefería escuchar y entró el otro hombre en la casa y dijo 'pero qué pasa con este gilipollas, por qué no coge el contrabajo?' y entonces se vió en la obligación de afirmar que no, que no sabía tocar el contrabajo y el hombre le dijo 'pero cómo no vas a saber, cógelo ya joder'. Y ahí se ve que se asustó bastante.

- Eso es lo que no me cuadra.

- Que se asustara.

- Pues sí, porque nunca se sabe si tienes una habilidad adquirida y se te olvida por lo que sea que la tienes y temes que estés perdiendo...

- Pero tan joven.

- Es que claro, qué hacía por esos caminos...

miércoles, 2 de septiembre de 2020

Negociador - Borja Cobeaga


Si hay un género o estilo o categoría o recurso que me gusta y me gustaría practicar en la ficción, es aquel que consiste en contar cosas normales, escenas cotidianas, en un marco de aquellos trascendentes, grandiosos, momentos claves de la Historia, resultando relatos que en su normalidad parecen absurdos. 

Algo así creo que pasa con esta película de Borja Cobeaga, Negociador de 2014, en la que nos cuenta de manera figurada (aunque uno se huele que igual no tanto), las negociaciones entre Jesús Eguiguren y la cúpula de ETA que fueron un primer paso para el cese de las actividades de la banda. Todo con nombres figurados, claro. 

La película podría ser una reivindicación del papel del personaje que encarna Ramón Barea, un trasunto de Eguiguren, un personaje díscolo dentro del socialismo vasco, pero que siempre tuvo cargos en el partido. Sin embargo, no reivindica nada y pese a tener buenas intenciones, no deja de comportarse como un gipollas en cuanto tiene ocasión. De hecho, parece que la intención de la película, acertada en mi opinión, es la de pintar todo el cuadro como el de un conjunto de gente bastante gilipollas que tiene en sus manos asuntos importantes. Muy importantes. 

La trama es sencilla. El personaje de Barea va a comer a un restaurante y se ha cansado de que los parroquianos del lugar nunca le saluden aunque se conozcan desde el colegio. Saben que es un político socialista y se supone que los demás son abertzales. Así que se decide a emprender por su cuenta un diálogo o negociación (una de las discusiones semánticas entre las dos partes) con los representantes de ETA, se supone, para avanzar en algo. Así que pide permiso al gobierno, más bien avisa al gobierno y nada más y se va para el sur de Francia, donde tendrán lugar las conversaciones. En un hotel, supervisadas por una entidad internacional y con un representante del otro lado, al que reconoce en el hotel. El personaje del representante de la banda, si el socialista ya está caricaturizado, el otro corresponde con muchos de los tópicos que nos imaginamos. Malcarado, sin sentido del humor, hosco. 

Y como ya suponemos en cuanto se conocen, esperamos el momento en el que se caerán mejor y la cosa irá para delante. El asunto está en que el representante cambia en un momento, lo sustituye otro mucho más duro y todavía más gilipollas que el anterior, personaje que interpreta el bonico del tó, Carlos Areces. Llama la atención de que para interpretar a este personaje no hubiera un actor vasco, cosa que si que pasa con el otro. 

Al final lo que queda es una película extraña. Eso que anuncian en el trailer como una No comedia. Una película que nos retrata escenas de vida de personas que tienen cosas importantes entre manos y que, finalmente, hacen las mismas gilipolleces que el resto del mundo, por lo que no debemos extrañarnos que, detrás de tanta teoría, tanta tesis, tanta formación, tantos libros, tantas reuniones, tantos documentos, lo que quedan son personas con sus gilipolleces. 

Spoiler, en la escena final el político socialista consigue lo que quería. Y toda una peli en la que quienes esperaban ver otro Ocho apellidos vascos o alguna cosa profunda sobre la política vasca, se queda en eso. En que todo es cuestión de piel. 

Justo en el momento en el que se va a emitir Patria, serie basada en el libro que no he leído, y que ya antes de empezar ha causado polémica, Negociador parece un esfuerzo por contar una historia trascendente y que tanto dolor ha causado como una historia que en realidad protagonizan personas y personas bastante... ya no lo digo más.   

Volver sin fiestas

Cuando era pequeño y volvíamos de las vacaciones en el pueblo, en Jaén, bajábamos los

cristales del coche al entrar a Santa Coloma y recibíamos esa bocanada de aire caliente y

húmedo que nos decía que sí, que estábamos en casa. Y no me gustaba. Afortunadamente, la

Festa Major d’Estiu servía y sirve aún hoy como espacio de reencuentro para los colomenses

que regresan de sus días de descanso y también para prolongar durante el primer fin de

semana de septiembre la ilusión de que la vida puede transcurrir todavía entre actividades

fascinantes que nos preparan para el regreso a la cotidianeidad.

La Festa Major d’Estiu no se ha llevado a cabo este año por causa de la pandemia, así que nos

quedamos sin las actividades típicas, los conciertos en la Plaça de la Vila, los bocatas en la Fira

d’Entitats, las atracciones en Can Zam, las habaneras, las jotas o los fuegos artificiales que se

quedan en nuestra retina como último chispazo de un verano que, aunque falte un mes para

que sea científicamente así, se acaba.

Una Festa Major d’Estiu que en sus orígenes surgió como una manera de despedir a los

visitantes barceloneses que pasaban sus días de vacación en las segundas residencias y que

amortigua el golpe del regreso. Tengo un amigo que no volvía para las fiestas. Prolongaba su

estancia en el pueblo todo lo que podía y más y no le importaba lo más mínimo reencontrarse

con nosotros durante esos días. Pesaba más el pánico a volver a la realidad que las ganas de

vernos y disfrutar de la alegría y frenesí de las fiestas locales. La ciudad en la calle, la juventud

divirtiéndose en el Sintonizza, los mayores haciendo cola para el ron cremat, los niños en lo

que quiera que hagan los niños y toda Santa Coloma tirándose agua en los corretapas, todo

eso, todo estupendo.

De qué iba este artículo que me pierdo. Esa bocan
ada de aire caliente y húmedo entrando por

el Parque Europa, volver a Santa Coloma, la Festa Major d’Estiu. Aquella sensación agridulce.

Pues este año sin dulce.


Artículo publicado el 1 de septiembre en El Periódico de Catalunya