Ese señor que se parece a Diego Carrasco es el Jota de los Planetas. Ayer, por sorpresa, anunciaron un concierto de Los Planetas con muy poca antelación y muy poca gracia. Pero fue, sin duda, lo mejor de la noche. Hola, es viernes y ha caído una nube que se ha cagado la perra por decirlo mal y pronto. Qué cosa tan graciosa que se pusiera a llover como si se acabase el mundo y el universo todo. De todas maneras vamos. La San, que es más valiente que todos nosotros ya está allí cuando está diluviando y ha visto a uno que hace versiones de Gainsbourg. Nosotros vamos a ver a los Planetas y luego que sea lo que dios quiera. Los Planetas empiezan a las nueve y media. Antes tocan los Kokotscka. Son unos chavales muy jóvenes que molan. Están bien, no me esperaba que fueran así. Luego hablamos de música si quieren. Hay bastante gente. Digo yo que podrían haber traído a los Solynieve aquí también. Ya no están el Erik con los Planetas, llevan a un batería jovencillo. Qué bien, qué bien, los Planetas a cada momento.
El concierto de los Planetas es un poco raro, que no han ensayado y se les nota que están..., pero están muy apañadas las canciones y lo que importa es el detalle. Romance de Juan de Osuna para empezar y Alegrías de un incendio para acabar. Mira que eres bonita, qué guapa eres, eres la más bonita de las mujeres. Ea. Cómo será la cosa para que uno de delante se ponga a llorar y todo. Así están las cabezas. Uno porque es muy fuerte y muy así, pero no se crean que no tocan la patata. Qué bueno. Así, en una carpa, tan recogiditos, y no con el mocazo que se marcaron con los Solynieve.
Y bueno. Casi decir que hasta aquí llega la crónica del día de ayer. Es el día en el que he hecho menos cosas de la historia del Primavera Sound. Mal síntoma. O no conozco a los grupos, o no me gustan, o algo pasa. Vamos a ver a los Pixies. Los Pixies sin la Kim Deal ya he dicho que a mí me dan un poco lo mismo. Si, tocan canciones muy guapas, porque son muy buenos, pero la verdad es que les falla algo. Y no les falla, porque suenan casi igual. Pero... y así me paso la noche. Es canela o es veneno. Y así toda la noche. Es canela, pero sabe a veneno, pero sabe a canela, pero es veneno. No me han disgustado, pero me han parecido igual. Las canciones del nuevo disco son... las que se parecen a las de antes, son como imitaciones, y las que no se parecen en nada... pues eso. Se acaba el concierto y mucha gente va a ver a The National. Y nosotros no.
Y mucha gente va a ver a muchos grupos. Y nosotros no. Hay unos que se llaman Slint que están tocando y que parece que no son malos pero... justo cuando estamos ahí integrados, terminan. Y no nos enganchamos con nada más. Vamos a comer algo, y ahí nos echamos las risas de la noche, con la peña rara que hay en el mundo, con ese muchacho con las botas de agua que debe ir recocido el muchacho... y eso. Que preocupa que nos lo pasemos mejor mirando a la gente que con la música. Hay otros que empiezan a tocar ya casi a la hora de irnos en el escenario principal... suenan a pumpumpum. Casi todo suena a pumpumpum. La gente va a bailar. Mayoritariamente la gente busca la primera excusa para ponerse a bailar. 'Aquí no podemos estar porque no podemos bailar'. Es lo último que se me hubiera ocurrido, ir a bailar. No quiero bailar. Quiero escuchar algo de música. No estar con otro conjunto de seres humanos saltando y con el bracillo para arriba moviendo la cabeza... pues no. Ya no. O nunca. No sé. Hemos estado con la tropa, pero hemos ido desertando. Al final hacía mucho frío.
Hoy será diferente, hoy veremos más cosas, pero no sé. Una sensación rara ayer. Como de que hemos desperdiciado el día. Si no llega a ser por los Planetas, no hubiéramos pintado nada. Y tampoco nos arriesgamos a ver cosas que no nos gusten. Ponemos malas caras, nos enfadamos con la gente, un horror.
Va, venga, que hoy termina. Vamos a llevarnos bien.
sábado, 31 de mayo de 2014
viernes, 30 de mayo de 2014
Primavera Sound - Jueves
Crónica de un jueves que es como un viernes. El Primavera Sound llega de nuevo a nuestras vidas, convirtiendo al necesitado en esponsorizado. Si el festival está esponsorizado hasta la náusea, yo también. Bueno. Todo viene precedido de un miércoles espantoso de nervios y chascos, resueltos con un muy bien y unos cuerpos de aquella manera. Pero la vida no para y uno está para lo que haga falta y el jueves no se descansa. Vamos. Al lío.
Todos concentrados en el bar de rigor, en Rambla Prim. Qué majos son los del Bar Nou de la Rambla Prim. Y la sola mención de la Rambla Prim ya me pone triste. Porque más allá de la Rambla Prim, ay. Y al final, no es nada tan peliagudo como parece. Las cosas son como son. Han dicho que iba a llover y estamos acojonados por el frío. Así que me llevo paraguas, suetercillo, camisa manga larga, chaquetilla con capucha. Por si acaso. Coger la targeta y la entrada cuesta tan poco y es todo tan rápido que uno se pregunta qué coplas hacían los años anteriores para organizar los pitotes que montaban para una operación tan simple. Vamos. La alineación es la siguiente, elpako, eltoni, elchristian, elabel. Estamos en el bar y pitando a ver a los Solynieve.
Han puesto a los Solynieve allí al final del mundo, casi en Hospitalet. Vamos, corriendo, que ya han empezado. Al entrar nos dan unas bolsitas muy cómodas para llevar toda la mierda que nos hemos traído. Hay mucha gente ya y no hemos sino empezado la tarde. Son las seis. Vamos. Llegamos y nos llevamos el primer chasco de los muchos que se lleva uno en este festival, al que jura y perjura que ya no va a volver, pero que siempre termina picando. Resulta que han puesto una zona vip delante del escenario, por lo que hay como unos veinte metros delante del escenario en el que no hay nadie. Los Solynieve tocan ante una gente que está viéndoles así como a lo lejos. Tocan con poco entusiasmo, porque quizás desde lejos no se aprecia el ánimo. Tocan, las conocidas, más o menos. No sé, creo que yo me he cansado más llegando que ellos tocando. El Jota se despide de la gente, con una barba que se ha dejado que parece Diego Carrasco. El Ferrón ha hecho un cambio de look tan grande que parece otra persona. Decidimos, después del alegrón de concierto, volver al bar de fuera y tomarnos todas las birras posibles. Mil puntos para las dos muchachillas del barrio que ante el aluvión de rubios declaran un sonoro 'ay los payos ya con la prisa'. Mil puntos a sus pinzas en el pelo. Mil puntos a poner los puntos sobre las íes.
Entramos al cabo de hora y algo otra vez. No tenemos claro qué queremos ver. Hay disensiones en el grupo. Se suman lalíder y laana. Y lamar. Más incertidumbre. Yo quiero ir a ver a SVPER, pero también algo a los Neutral Milk Hotel. Hay mucha gente para ver a los Neutral... me decido a no verlos cuando salen y cantan esa de i love you jesuschrist. Me quedo a ver la canción y en cuanto acaban... a correr, al escenario del frío y el viento, allí donde el año pasado tocaron Hidrogenesse a ver a los SVPER. Al final nos quedamos lalíder y yo. Perdemos al resto. Por el camino, me cruzo con Servando Carballar de Aviador Dro, le saludo, le doy la mano. En el concierto vuelve a estar allí y me hago una foto con él. Qué grande. Nuclear sí, por supuesto. Me gustan los SVPER. Me obligo a que me gusten. Un chico y una chica con sus cacharretes. Me molan. La del afilador la tocan al final y me gusta mucho. Todas. Muy bien. Venga, a ver a los Queens of the stone age.
Tengo prevención hacia este concierto, sospecho que va a ser un ñordo. Nos encontramos de nuevo con toda la gente. Venga. El Josh Homme ya es todo el grupo. Empieza con una del Songs for the deaf. Si va a tocar muchas de este disco, bien. Pero toca pocas. El concierto es así así. Toca la que abre el Rated R, cancionón. Y se despiden con otra del Songs for the deaf. Brutal. Muy bien. Salto y bailo como si no hubiera un mañana. Y se me suben los gemelos. Qué mierda llegar a mayores.
Siguiendo a laana vamos a ver a los Arcade Fire. Le gustan a laana, a la mar... y a nadie más. Estamos allí un rato, tres canciones, mucha gente, me tiran dos cervezas al suetercillo, las manos llenas de birra. Un horror. Vámonos a donde sea. Mi hermano quiere ver a Charles Bradley.
No conozco a ese señor. Vamos igualmente. Es un cantante de soul, un señor mayor que lo hace muy bien. La banda es de jovencitos aplicados, lo hacen todos muy bien. Pero a mí me da el bajonazo y me agobio. No me dicen nada. Empiezo a plantearme lo de pirarme. Mi hermano intenta convencerme de que molan pero no hay manera. Terminan y vamos a ver qué hacemos. Es tarde ya. Vamos para el escenario de la entrada donde tocan unos que se llaman... Materia... no Moderat. Una chufla. No me gustan nada, pero a la peña le vuelve loca el tema de unos falsos kraftwerk. Me estoy agobiando de verdad y me quiero ir ya para casa. Finalmente convenzo alabel para que se venga y ya mañana con más tiempo.
Tiene uno la sensación de que ha visto poca música para todo el rato que lleva en danza. Preocupante.
jueves, 29 de mayo de 2014
Karpov
Qué alegría tan maravillosa. Qué momento tan bonito. Me acuerdo como si fuera ahora mismo cuando nació mi primer hijo. De mi primera esposa. De mi primera relación. Podría tirar de tópicos y decir que fue la partida más importante de mi vida. Los tópicos. Qué recurso tan denostado, pero pienso que en realidad los tópicos nos ayudan a crecer como personas. Hay mucha gente que, por desgracia, no tiene demasiados asideros mentales a los que agarrarse y necesita recurrir a los tópicos, a los clichés para ser alguien. Ser en tanto en cuanto. Ser en un conjunto. Ser. Aquel niño es ahora ya un mocetón. O era moza. El ajedrez me ha destrozado los nervios. El ajedrez me jodió la vida. Es mentira, es otro tópico. El ajedrez me ha hecho una persona de bien. El primer hijo fue el movimiento más importante de mi vida. Pero ahora ya no vivo con aquella muchacha que fue la primera esposa que tuve. Y que se llamaba... el tópico diría que debería tener dificultades para recordar ese primer nombre, pero no es verdad, me acuerdo de ella perfectamente. Cómo no me voy a acordar. Tengo otra relación, estoy muy contento y vivo muy feliz. Qué tópico. El niño. No me acuerdo de cómo se llamaba aquel niño. O era una niña. Os estoy engañando, claro que me acuerdo. Me acuerdo de tantas cosas que soy capaz de recitar partidas que jugué hace tiempo. Hace treinta años. Otro tópico. El ajedrecista que se acuerda de todo. El tópico. La gente necesita los tópicos para definirse. El tópico del que hace las cosas porque es necesario hacerlas mientras los demás están de parranda, riéndose, sin ser conscientes de la gravedad del momento. El niño como el movimiento más importante de tu vida. No tener un niño como el movimiento por excelencia. Estar más solo que una rata. Las ratas están solas. Eso es otro tópico. No sé porqué las ratas deben estar solas. Miro la foto y no recuerdo el nombre de la chica. Creo que es verdad que no la recuerdo. Y me acuerdo de ella continuamente. Es contradictorio. Otro tópico más. La contradicción buscada. Es y no es. Era y ya no es tampoco. Es evidente y al mismo tiempo, tan oscuro. El niño, el amor, la chica que sale en la foto. Su pelo cortito. Su sonrisa. Creo que he olvidado cómo se llamaba. Y si ese niño es mío o no es mío. Quizás es una foto en casa de mi hermana, con un sobrino. Quizás. Podría ser. El ajedrez puede acabar con los nervios del más pintado. Yo soy así. Necesito descansar, recuperar a aquella chica del pelo corto. Aunque lo tenga largo ahora. No me acuerdo de cómo se llamaba, así que qué voy a recuperar. El ajedrez es mucho más complejo que la vida. Otro tópico. Ese niño dónde está. Por qué me estoy riendo tanto si debería estar triste. Por qué estoy triste si no estoy jugando a ajedrez. El ajedrez y un niño. Acabaremos volviéndonos locos de verdad.
miércoles, 28 de mayo de 2014
Grandes Semblanzas VI - Purificación Yovanovich de Santa Paula
Quizás a riesgo de resultar un poco repetitivo en el marcado perfil literario e intelectual de los biografiados, quisiera presentarles a continuación la figura de Purificación Yovanovich de Santa Paula, escritora y divulgadora científica peruana de mediados del siglo XIX y figura trascendental aunque, como no, típicamente incomprendida.
Por situarnos, nuevamente nos encontramos en una familia acomodada, señorial, residente en los mejores barrios de Lima, aunque con la tara de que el señor Yovanovich era un judío serbocroata que había hecho fortuna en América con el tráfico de cualesquiera cosa eminentemente ilegal y perjudicial al máximo para las saludes y que, ya mayor, había ido al Perú huyendo de quién sabe qué y con su dinero había conseguido abrirse paso en la sociedad, rancia naturalmente, peruana. Matrimonio apañado, primer hijo fallecido, hija posterior, nuestra Purificación Yovanovich. Bien.
Infancia y adolescencia tienen una importancia relativa en esta historia. La tienen en cuanto que están ahí, pasaron cosas, pero nada que nos desvíe de nuestra narración. Bien. Adelante. Vamos. Avancemos. Purificación Yovanovich tiene 35 años y, soltera aún, mientras está un día en una reunión con unos amigos, en un salón limeño, escuchando el tañir de una guitarra tocada por un negro costeño, sin qué ni por qué dice... Manchuria.
Ya está el lío. Manchuria. Sin que nadie entienda, todavía hoy, por qué, ni a qué se debe este interés de la Yovanovich por Manchuria, si hubo algún libro, algún comentario, algo... nada. Manchuria. Investigadores de la Cátedra de Filología de la Universidad de Princeton y los miembros del Cóngreso Internácional de Escrítores Esdrújulos, que veneran a la Yovanovich también sin un motivo aparente, aluden a una posible reminiscencia de rasgos asiáticos en el padre de la Yovanovich que le habría inducido quizás a manifestar un interés por esta región... en fin.
Manchuria. Sin una formación académica relevante, Purificación por su cuenta y riesgo se in... se in...
Uf. Se in...
Se zambulló, ya está. Se zambulló en el estudio de cualquier publicación que tuviera que ver con este extremo asiático, que, analizó desde una perspectiva histórica, literaria y cultural. Escribió cuatro novelas ambientadas en este entorno: Chuo ya no vive aquí, Entre las tinieblas de la llanura, Mi prima Yeye y su obra cumbre Catorce años en Manchuria, en el que narra las vivencias de una profesora latinoamericana que viaja a China y se pierde por Manchuria sin ninguna gana de volver. Hoy en día, eruditos de la Universidad de Pekín se enorgullecen al decir que la Yovanovich es una fiel y escrupulosa dibujante de lo que fue Manchuria en aquellos años, sin haber estado allí ni una sola vez. De oídas y con cuatro libros que le llegaban fue capaz de hacer incluso un 'Primer plan para el desarrollo de Manchuria', un 'Estudio de la conexión ferroviaria entre Manchuria, China y Rusia', así como una 'Construcción del canal entre el Amur y el Ussuri'.
Sus libros fueron ignorados ampliamente en su tiempo y su entorno. Purificación Yovanovich de Santa Paula murió con 76 años, víctima de una apoplejía. Su obra será descubierta por un sobrino nieto suyo, Eduardo José de Santa Paula, miembro de la Academia de las Ciencias Peruanas que situará la obra de la Yovánovich en su sitio.
Qué vida ésta.
Por situarnos, nuevamente nos encontramos en una familia acomodada, señorial, residente en los mejores barrios de Lima, aunque con la tara de que el señor Yovanovich era un judío serbocroata que había hecho fortuna en América con el tráfico de cualesquiera cosa eminentemente ilegal y perjudicial al máximo para las saludes y que, ya mayor, había ido al Perú huyendo de quién sabe qué y con su dinero había conseguido abrirse paso en la sociedad, rancia naturalmente, peruana. Matrimonio apañado, primer hijo fallecido, hija posterior, nuestra Purificación Yovanovich. Bien.
Infancia y adolescencia tienen una importancia relativa en esta historia. La tienen en cuanto que están ahí, pasaron cosas, pero nada que nos desvíe de nuestra narración. Bien. Adelante. Vamos. Avancemos. Purificación Yovanovich tiene 35 años y, soltera aún, mientras está un día en una reunión con unos amigos, en un salón limeño, escuchando el tañir de una guitarra tocada por un negro costeño, sin qué ni por qué dice... Manchuria.
Ya está el lío. Manchuria. Sin que nadie entienda, todavía hoy, por qué, ni a qué se debe este interés de la Yovanovich por Manchuria, si hubo algún libro, algún comentario, algo... nada. Manchuria. Investigadores de la Cátedra de Filología de la Universidad de Princeton y los miembros del Cóngreso Internácional de Escrítores Esdrújulos, que veneran a la Yovanovich también sin un motivo aparente, aluden a una posible reminiscencia de rasgos asiáticos en el padre de la Yovanovich que le habría inducido quizás a manifestar un interés por esta región... en fin.
Manchuria. Sin una formación académica relevante, Purificación por su cuenta y riesgo se in... se in...
Uf. Se in...
Se zambulló, ya está. Se zambulló en el estudio de cualquier publicación que tuviera que ver con este extremo asiático, que, analizó desde una perspectiva histórica, literaria y cultural. Escribió cuatro novelas ambientadas en este entorno: Chuo ya no vive aquí, Entre las tinieblas de la llanura, Mi prima Yeye y su obra cumbre Catorce años en Manchuria, en el que narra las vivencias de una profesora latinoamericana que viaja a China y se pierde por Manchuria sin ninguna gana de volver. Hoy en día, eruditos de la Universidad de Pekín se enorgullecen al decir que la Yovanovich es una fiel y escrupulosa dibujante de lo que fue Manchuria en aquellos años, sin haber estado allí ni una sola vez. De oídas y con cuatro libros que le llegaban fue capaz de hacer incluso un 'Primer plan para el desarrollo de Manchuria', un 'Estudio de la conexión ferroviaria entre Manchuria, China y Rusia', así como una 'Construcción del canal entre el Amur y el Ussuri'.
Sus libros fueron ignorados ampliamente en su tiempo y su entorno. Purificación Yovanovich de Santa Paula murió con 76 años, víctima de una apoplejía. Su obra será descubierta por un sobrino nieto suyo, Eduardo José de Santa Paula, miembro de la Academia de las Ciencias Peruanas que situará la obra de la Yovánovich en su sitio.
Qué vida ésta.
martes, 27 de mayo de 2014
Commie & the Uniteds
Yo tenía un grupo de rock que no sonaba ni muy bien ni muy mal, pero era mi grupo de rock. Ahora puedo decir -puedo, en tanto que yo soy una persona que patatín y patatán- que tenía un grupo de rock, pero en aquellos tiempos debía decir más bien 'era parte de' un grupo de rock. Nos llamábamos Commie and the Uniteds. Commie era uno que cantó en su tiempo, pero que había perdido buena parte de su voz atronante y decidimos entre todos que tocase la batería. Que pasase a tocar la batería. La base rítmica. Nuestro grupo no era demasiado estable. De vez en cuando un guitarra se piraba, el cantante se subía a la parra y decidía ir por libre... aún nos acordamos de cómo más de uno que nos llamaba flojos por haber abandonado el rock en algún tema y haber abrazado un rollo algo más pop, nos decía de todo, se cabreaba en mitad de una gira, se piraba y al cabo de unos años lo veías con una Big Band cantando standards. You make me feel so young... El grupo, la verdad, a lo tonto a lo tonto, tenía ya unos años y, aunque nunca teníamos éxito masivo, sí que notábamos que nos tenían en cuenta. Sobre todo para lo malo. Era curioso. Si sacábamos un disco de versiones, nos ponían a parir. Si sacábamos un disco de rock bestia, nos decían de todo. Si sacábamos un disco blandito, de baladas, por que a uno de nosotros le habían roto el corazón, más leña sobre nosotros. Éramos el grupo con peor prensa de la escena musical. Los medios se hacían eco inmediatamente en cuanto uno de la banda decidía pirarse. Que si están acabados, que si su sonido es rancio, que si esto que tocan lleva pasado de moda más tiempo que la polka, que si con esas pintas no les va a hacer caso nadie... Y sin embargo, pese a todo, teníamos nuestro público. Un público que iba oscilando de lo poco a lo más o menos, pero que nunca era bastante. Eso, la verdad, nos tenía en un sinvivir. Daba igual el giro estilístico, que tuviéramos un guitarra bueno, que el cantante fuera guapo, que consiguiésemos cierta estabilidad en la banda... no acabábamos de despegar. En fin. Ahí estábamos. De repente, la escena se movió.
A nuestros conciertos empezaba a venir algo más de gente. Notábamos que había un tipo de gente que hasta entonces no se había acercado a nuestros conciertos y que, determinados medios, nos preguntaban por nuestros proyectos. Sin haberlo pretendido, habíamos conectado con una gente que había descubierto en nosotros, en toda nuestra discografía, un sentido a su ansia de escuchar una música diferente. Es que teníamos nuestro punto, todo hay que decirlo, aunque nosotros no nos lo creyéramos demasiado. Podíamos tocar muchos palos y al mismo tiempo, sonar siempre reconocibles. Estábamos en un momento cojonudo para hacer algo bonito. Nos metíamos en el estudio y nos salían unos cancionazos de narices. Commie and the Uniteds estaba preparado para dar el salto, nos decían las revistas especializadas.
A nuestros conciertos venía una gente que, a veces, del club de fans que sin saberlo se había montado a nuestro alrededor, también se colaba en nuestros ensayos. Eran una gente muy maja, que nos caía de puta madre, la verdad. Un día, nos enteramos que habían montado un grupo y que estaban ahí buscando unos bolos para empezar a tocar. Hombre, dijimos, pues ya que son así de nuestro rollo y eso, pues, qué coño, pues vamos todos juntos a hacer una gira, que mola que haya gente con ideas nuevas y que le dé otro rollo a la música y así la gente ve que estamos por la labor. Pues nos dijeron que no. Que querían ir por su cuenta, que estaban empezando, que esto, que lo otro. Paul & the Pigtails. Bueno. Pues nada.
Sacamos el disco al mismo tiempo. Los dos discos eran iguales. Exactos. Habían captado todas nuestras ideas, en un tiempo en el que estábamos sembrados, y habían hecho un disco clavadito. Mejor producido, eso sí. Nosotros, como siempre, autoproducidos y con buena parte de los medios dándonos la matraca y ellos, sin que nosotros supiéramos por qué, todo el día en todas partes sonando a tope. Todo el rato. Continuamente. Y ya digo, igual, igual. Los ademanes del cantante eran algo más sobreactuados que el del nuestro, que ya llevaba unos años y tenía otros modos, pero... los medios empezaron a ignorarnos. A decir que éramos el pasado. Y yo no paraba de oír su disco y el nuestro y pensar... pero si suena igual... cómo puede ser que el suyo sea...
Y bueno, como somos así, queremos tocar con ellos en una gira, a ver si somos capaces entre ellos y nosotros de petarlo. Pero no sé. El batería dice que no. El bajista que sí. El cantante que ya antes les habíamos dicho de tocar y que ahora... Y ellos venga a petarlo y a nosotros me da la impresión de que nos quieren enterrar. No sé. Pues vamos a sacar otro disco que se va a cagar la perra, que nosotros ideas tontas tenemos para dar y recibir y para lo que nos queda en el convento...
A nuestros conciertos empezaba a venir algo más de gente. Notábamos que había un tipo de gente que hasta entonces no se había acercado a nuestros conciertos y que, determinados medios, nos preguntaban por nuestros proyectos. Sin haberlo pretendido, habíamos conectado con una gente que había descubierto en nosotros, en toda nuestra discografía, un sentido a su ansia de escuchar una música diferente. Es que teníamos nuestro punto, todo hay que decirlo, aunque nosotros no nos lo creyéramos demasiado. Podíamos tocar muchos palos y al mismo tiempo, sonar siempre reconocibles. Estábamos en un momento cojonudo para hacer algo bonito. Nos metíamos en el estudio y nos salían unos cancionazos de narices. Commie and the Uniteds estaba preparado para dar el salto, nos decían las revistas especializadas.
A nuestros conciertos venía una gente que, a veces, del club de fans que sin saberlo se había montado a nuestro alrededor, también se colaba en nuestros ensayos. Eran una gente muy maja, que nos caía de puta madre, la verdad. Un día, nos enteramos que habían montado un grupo y que estaban ahí buscando unos bolos para empezar a tocar. Hombre, dijimos, pues ya que son así de nuestro rollo y eso, pues, qué coño, pues vamos todos juntos a hacer una gira, que mola que haya gente con ideas nuevas y que le dé otro rollo a la música y así la gente ve que estamos por la labor. Pues nos dijeron que no. Que querían ir por su cuenta, que estaban empezando, que esto, que lo otro. Paul & the Pigtails. Bueno. Pues nada.
Sacamos el disco al mismo tiempo. Los dos discos eran iguales. Exactos. Habían captado todas nuestras ideas, en un tiempo en el que estábamos sembrados, y habían hecho un disco clavadito. Mejor producido, eso sí. Nosotros, como siempre, autoproducidos y con buena parte de los medios dándonos la matraca y ellos, sin que nosotros supiéramos por qué, todo el día en todas partes sonando a tope. Todo el rato. Continuamente. Y ya digo, igual, igual. Los ademanes del cantante eran algo más sobreactuados que el del nuestro, que ya llevaba unos años y tenía otros modos, pero... los medios empezaron a ignorarnos. A decir que éramos el pasado. Y yo no paraba de oír su disco y el nuestro y pensar... pero si suena igual... cómo puede ser que el suyo sea...
Y bueno, como somos así, queremos tocar con ellos en una gira, a ver si somos capaces entre ellos y nosotros de petarlo. Pero no sé. El batería dice que no. El bajista que sí. El cantante que ya antes les habíamos dicho de tocar y que ahora... Y ellos venga a petarlo y a nosotros me da la impresión de que nos quieren enterrar. No sé. Pues vamos a sacar otro disco que se va a cagar la perra, que nosotros ideas tontas tenemos para dar y recibir y para lo que nos queda en el convento...
lunes, 26 de mayo de 2014
Felicidades Fernandito
Cuando yo era pequeño jugaba a fútbol sala en el equipo del colegio. El primer año, en tercero de EGB, no jugué en los equipos 'normales' y tuve que curtirme en el canutero del patio del colegio junto a otros desechos de tienta a los que nos aparcaron para jugar entre nosotros. No éramos dignos de ser enseñados por esos mundos del deporte escolar. Ese año, con mi padre de esforzado entrenador, me apliqué en la posición de segundo delantero, de tirillas esquifido que nunca se metía en el barullo, de caquitas enclenque que no metía la pierna, de pasador para que el delantero bueno marcase goles. No chutaba muy fuerte, pero era capaz de pasar un balón cuando me llegaba. Me encantaba jugar. Éramos malísimos, pero nos reíamos mucho. El Comellas, el Edu, el Maño, el Obregón de portero fatal, y otros cuantos desastres para el deporte éramos el C. Aunque el Maño le daba fuerte, ojo. Y darle fuerte a un balón Mikasa de esos bien duros. Había un balón tan duro en el cuarto de los balones que le llamábamos 'la piedra'.
El año siguiente, en cuarto, volvieron a hacer una selección y entré en uno de los dos equipos, en concreto en el B. No teníamos mala gente. En punta jugaba el Fernando López. Fernandito. Era un delantero habilidoso. Regateaba muy bien, chutaba a puerta, era más o menos rápido... y había nacido el mismo día que yo. No nos parecíamos mucho. Yo seguía siendo un flaquito cabezón, con más miedo que vergüenza, que jugaba con el número 7 y aún no había descubierto las bondades del 6. Mi misión en el equipo era pasarle bolas al Fernandito. No había nada más que hacer. Chutar fuerte ya lo hacía el Maño. El Buci pequeño jugaba de defensa y la tocaba muy bien. El Fernandito arriba. El Sergio C., jugaba de portero y era otro de los 'buenos', del equipo. Estaba también el Puro, que una vez metió un gol en el Beethoven y nos volvimos todos locos. Y el Vega, que no le daba mal. Y yo ahí, chillando, gritando, 'chuta, dale, ahí no, cuidao, pásala, tira, saca tú'. A mí me gustaba jugar y chillar. Me pasaba el partido diciéndole a los demás qué tenían que hacer. Yo hacía más bien poco. Eso, si me venía alguna pelota, se la pasaba al Fernandito.
Creo que fue ese mismo año, jugamos quizás el mejor partido de buena parte de nuestras carreras. Partido en el Numancia contra el Numancia. Creo que fue en cuarto y ese año. El Numancia era un campazo, grandioso, y nosotros estábamos acostumbrados a jugar en el corral impracticable de nuestro colegio. Como siempre, los del otro equipo parecían nuestros padres. Nosotros éramos siempre más delgaduchos, más debiluchos, más flojitos. Pero teníamos nuestro qué.
Antes de escribir esto, creía tener más claro cómo fueron los goles, y el resultado del partido incluso. Creo que quedamos dos a cuatro, ganando. En aquel partido yo marqué un gol. De vez en cuando marcaba goles. Tenía mis cosas. Cuando empezábamos el partido, muchas veces hacía el numerito de darle las gafas a mi padre y ponerme mirando hacia mi portería, o hacia una canasta del lateral, haciéndome el ciego, el cegatrón. Teníamos estas cosas. En aquel partido creo que el Maño marcó un gol de falta desde lejísimos. Pero lejos, lejos. Un cañardo de los suyos. El Maño y yo éramos zurdos. El Vega, si no recuerdo mal, también era zurdo, pero escribiendo. No me acuerdo del orden de los goles. Sólo sé que yo le dí un pase al Fernandito López y que él hizo nosequé con el balón y marcó un golazo. Creo que el partido estaba muy igualado y el cuatro a dos... uff, qué grande. ¿Marqué yo un gol o el Fernandito marcó tres? Nos hemos pasado años recordando batallitas de partidos de fútbol y cosas del colegio con el Mario, el Abel y el Edu, aburriendo al personal y ahora no me acuerdo de estas cosas.
Sea como sea, aquel año fue el único que jugué con el Fernandito de delantero centro. Luego ya me tocó con el Merchán, que era otro figuraza, y que creo que también cumplía años por mayo.
Hoy el Fernandito cumple años. A veces no veíamos en la Escuela de Idiomas, y casualmente siempre era en torno a este día. Creo que tiene un crío. Está en el facebook y cuesta poco mirarlo, supongo. Hace poco, unos cuantos días, me ha dado por mirar y buscar a la gente de mi clase. A la gente a la que no suelo ver.
Supongo que es porque me hago mayor y esas cosas. A saber.
Sea como sea, felicidades Fernandito.
El año siguiente, en cuarto, volvieron a hacer una selección y entré en uno de los dos equipos, en concreto en el B. No teníamos mala gente. En punta jugaba el Fernando López. Fernandito. Era un delantero habilidoso. Regateaba muy bien, chutaba a puerta, era más o menos rápido... y había nacido el mismo día que yo. No nos parecíamos mucho. Yo seguía siendo un flaquito cabezón, con más miedo que vergüenza, que jugaba con el número 7 y aún no había descubierto las bondades del 6. Mi misión en el equipo era pasarle bolas al Fernandito. No había nada más que hacer. Chutar fuerte ya lo hacía el Maño. El Buci pequeño jugaba de defensa y la tocaba muy bien. El Fernandito arriba. El Sergio C., jugaba de portero y era otro de los 'buenos', del equipo. Estaba también el Puro, que una vez metió un gol en el Beethoven y nos volvimos todos locos. Y el Vega, que no le daba mal. Y yo ahí, chillando, gritando, 'chuta, dale, ahí no, cuidao, pásala, tira, saca tú'. A mí me gustaba jugar y chillar. Me pasaba el partido diciéndole a los demás qué tenían que hacer. Yo hacía más bien poco. Eso, si me venía alguna pelota, se la pasaba al Fernandito.
Creo que fue ese mismo año, jugamos quizás el mejor partido de buena parte de nuestras carreras. Partido en el Numancia contra el Numancia. Creo que fue en cuarto y ese año. El Numancia era un campazo, grandioso, y nosotros estábamos acostumbrados a jugar en el corral impracticable de nuestro colegio. Como siempre, los del otro equipo parecían nuestros padres. Nosotros éramos siempre más delgaduchos, más debiluchos, más flojitos. Pero teníamos nuestro qué.
Antes de escribir esto, creía tener más claro cómo fueron los goles, y el resultado del partido incluso. Creo que quedamos dos a cuatro, ganando. En aquel partido yo marqué un gol. De vez en cuando marcaba goles. Tenía mis cosas. Cuando empezábamos el partido, muchas veces hacía el numerito de darle las gafas a mi padre y ponerme mirando hacia mi portería, o hacia una canasta del lateral, haciéndome el ciego, el cegatrón. Teníamos estas cosas. En aquel partido creo que el Maño marcó un gol de falta desde lejísimos. Pero lejos, lejos. Un cañardo de los suyos. El Maño y yo éramos zurdos. El Vega, si no recuerdo mal, también era zurdo, pero escribiendo. No me acuerdo del orden de los goles. Sólo sé que yo le dí un pase al Fernandito López y que él hizo nosequé con el balón y marcó un golazo. Creo que el partido estaba muy igualado y el cuatro a dos... uff, qué grande. ¿Marqué yo un gol o el Fernandito marcó tres? Nos hemos pasado años recordando batallitas de partidos de fútbol y cosas del colegio con el Mario, el Abel y el Edu, aburriendo al personal y ahora no me acuerdo de estas cosas.
Sea como sea, aquel año fue el único que jugué con el Fernandito de delantero centro. Luego ya me tocó con el Merchán, que era otro figuraza, y que creo que también cumplía años por mayo.
Hoy el Fernandito cumple años. A veces no veíamos en la Escuela de Idiomas, y casualmente siempre era en torno a este día. Creo que tiene un crío. Está en el facebook y cuesta poco mirarlo, supongo. Hace poco, unos cuantos días, me ha dado por mirar y buscar a la gente de mi clase. A la gente a la que no suelo ver.
Supongo que es porque me hago mayor y esas cosas. A saber.
Sea como sea, felicidades Fernandito.
viernes, 23 de mayo de 2014
Miscelánea - The Brian Jonestown Massacre
Como no tenemos otra cosa en la que pensar, centrémonos en que el día... no sé exactamente el día, creo que el miércoles a las mil... vamos, que tocan los Brian Jonestown Massacre. Entiendo que piensen que soy un brasas con esta gente, pero es de las pocas cosas en las que uno puede confiar. La música, la perra, el dvd. Unas poquitas canciones que justifiquen la obsesión y las palizas que les doy con el tema. Comenzaremos con una canción del disco nuevo, de ahora mismo, una canción que se llama Memory Camp y que se parece a las canciones que han molado toda la vida de este grupo. Los últimos discos son raros, algunos rarísimos, de difícil digestión. Pero parece que, sobre todo en los dos últimos, vuelven a meter cosas de las que han hecho felices a tantos y tantos niños en todo el mundo. Ese rollo abandonado, ese toque lentorro, esa pereza, ese imaginarse al Joel Giddon con la pandereta y esa cara de 'aquí estoy por que he venido'. En fin. Cancionazo.
https://www.youtube.com/watch?v=pVMMzJ2sSW4
Los que hayan seguido este espacio alguna vez, ya me habrán leído alguna vez contar que los conciertos de los Brian Jonestown Massacre son una moneda al aire. El primero al que fui, en Apolo serie b, fue un churro. No tenía ritmo, parones, jijis y jajas, no sé, me defraudó. El segundo, creo que fue en un Primavera Sound, levantó un poco el vuelo, pero fue también algo un tanto impersonal. El tercero, ya en Apolo bien, me gustó mucho. Ahí estuvieron más puestos y aunque el sonido no fuera muy bueno, lo bordaron. Esperemos a ver qué nos depara la fortuna. Anton Newcombe, líder y factotum de la banda, se queja últimamente por el Twitter de que los conciertos que le programan son muy cortos. Tengamos fe. El disco Their Satanic Majesties Request es flipante, eso lo sabe todo el mundo. Y flipante es In India You. A dejarse ir.
https://www.youtube.com/watch?v=Am3XiAPZgqo
Este grupo, durante un tiempo, titulaba sus discos como variaciones de discos o canciones clásicas de los Rolling o de Bob Dylan. Ahora ya hace un poco lo que le da la gana. Del disco Take it From The Man, tienen muchas canciones que, durante mucho tiempo, no podía dejar de escuchar. Viajes en metro interminables que si no llega a ser por esta música, hubieran sido mortales de necesidad. Mortales del todo. Esta canción, Cabin Fever, sin entender la letra ni un carajo, no sé porqué pero es balsámica. No la canta el Newcombe, si no Matt Hollywood. La historia con Matt Hollywood es de traca. Peleas en el escenario, malos rollos, odios eternos... y al final, ha vuelto al redil. Creo que el concierto bueno que les vi, fue porque estaba este muchacho ahí arriba. Otro caraza gafitas. Tenemos malas cartas los carazas gafitas. Aquí les vemos en directo. Muy buena.
https://www.youtube.com/watch?v=jKESkNvu_bY
Otro cancionazo del quince. If i love yo tiene dos versiones, una corta, sin descorche final, y una larga, con descorche final, claro. Está en el disco Bravery, repetition and noise, un disco así como escondido, que no parece a la altura de discos como los dos que he comentado antes, pero que esconde dentro unos temacos de asustarse uno. Esta interpretación en directo dice mucho de lo que es un concierto de Brian Jonestown Massacre, mucho bla bla bla, ju ju, chistes que sólo entienden ellos y los cuatro yankis o guiris que hay entre el público y de vez en cuando se deciden a tocar. Ahora, una vez que enganchan la historia, vaya cancionazo. El primer minuto y pico se lo pasan de cháchara y luego empiezan a tocar. Como digo, esta es la versión larga. Todo lo que es largo, duradero, es más bonito. Bah, cosas mías. Yo creo que si tocan esta, lloraré.
https://www.youtube.com/watch?v=DK0xT4BTVbY
Veremos ahora una interpretación de una canción antigua, del primer disco del grupo, el Methodrone. Era este un disco de guitarrazos y mucho ruido. Y tenía, claro cancionacas. Esta se llama Wisdom, y tiene también una versión posterior en otro disco, creo que el Give it Back, en la que canta también una chica. Como verán, muchas de las canciones que pongo aquí de este grupo tienen todas un tono así como pesaroso, de mal rollo, de chunguez. De pfff. De para qué. Bueno, son estados de ánimo. Carenciales. O algo así. Al parecer es lo que hay. No sé dónde leí hace poco que en las películas de los Cohen se demuestra que aunque seas bueno, estés al tanto de la ley, seas una persona competente, un pequeño error o la desgracia más idiota, te puede hacer caer hasta la situación más desesperada. Pues eso.
https://www.youtube.com/watch?v=w-s3cBXYJNg
Ya esta es la última. La última que será de las primeras. El EP We are the radio fue la puerta de entrada a este grupo fascinante. Eran unas cuatro o cinco canciones que te dejaban atontado del todo y que te animaban a buscar más. Como una droga. Este EP se abría con un himno, el Never been attached to a woman, beast or a child. Qué cosas. Seguía una que se llamaba Seer, que era una barbaridad. Y la tercera ya era esta Time is honey (so cut the shit). En todo este disco una chica Sara Tucek hacía voces, lo que le daba a todo un tono distinto. No era la primera vez, porque siempre han aparecido chicas cantando o haciendo coros, pero aquí era... no sé. Como fue lo primero, fue lo que más dolió. Una cosa...
https://www.youtube.com/watch?v=fwjsO_Qz3NQ
Y nada más. Perdón por la brasa, pero no está el horno para bollos. Que tengan un buen fin de semana todos y nos vemos ya el lunes. Quizás antes. Ah. Una cosa. Voten. Ellos siempre van y nosotros siempre tenemos algo muy cool y muy guay que nos exime de mojarnos. Mójense. Voten.
https://www.youtube.com/watch?v=pVMMzJ2sSW4
Los que hayan seguido este espacio alguna vez, ya me habrán leído alguna vez contar que los conciertos de los Brian Jonestown Massacre son una moneda al aire. El primero al que fui, en Apolo serie b, fue un churro. No tenía ritmo, parones, jijis y jajas, no sé, me defraudó. El segundo, creo que fue en un Primavera Sound, levantó un poco el vuelo, pero fue también algo un tanto impersonal. El tercero, ya en Apolo bien, me gustó mucho. Ahí estuvieron más puestos y aunque el sonido no fuera muy bueno, lo bordaron. Esperemos a ver qué nos depara la fortuna. Anton Newcombe, líder y factotum de la banda, se queja últimamente por el Twitter de que los conciertos que le programan son muy cortos. Tengamos fe. El disco Their Satanic Majesties Request es flipante, eso lo sabe todo el mundo. Y flipante es In India You. A dejarse ir.
https://www.youtube.com/watch?v=Am3XiAPZgqo
Este grupo, durante un tiempo, titulaba sus discos como variaciones de discos o canciones clásicas de los Rolling o de Bob Dylan. Ahora ya hace un poco lo que le da la gana. Del disco Take it From The Man, tienen muchas canciones que, durante mucho tiempo, no podía dejar de escuchar. Viajes en metro interminables que si no llega a ser por esta música, hubieran sido mortales de necesidad. Mortales del todo. Esta canción, Cabin Fever, sin entender la letra ni un carajo, no sé porqué pero es balsámica. No la canta el Newcombe, si no Matt Hollywood. La historia con Matt Hollywood es de traca. Peleas en el escenario, malos rollos, odios eternos... y al final, ha vuelto al redil. Creo que el concierto bueno que les vi, fue porque estaba este muchacho ahí arriba. Otro caraza gafitas. Tenemos malas cartas los carazas gafitas. Aquí les vemos en directo. Muy buena.
https://www.youtube.com/watch?v=jKESkNvu_bY
Otro cancionazo del quince. If i love yo tiene dos versiones, una corta, sin descorche final, y una larga, con descorche final, claro. Está en el disco Bravery, repetition and noise, un disco así como escondido, que no parece a la altura de discos como los dos que he comentado antes, pero que esconde dentro unos temacos de asustarse uno. Esta interpretación en directo dice mucho de lo que es un concierto de Brian Jonestown Massacre, mucho bla bla bla, ju ju, chistes que sólo entienden ellos y los cuatro yankis o guiris que hay entre el público y de vez en cuando se deciden a tocar. Ahora, una vez que enganchan la historia, vaya cancionazo. El primer minuto y pico se lo pasan de cháchara y luego empiezan a tocar. Como digo, esta es la versión larga. Todo lo que es largo, duradero, es más bonito. Bah, cosas mías. Yo creo que si tocan esta, lloraré.
https://www.youtube.com/watch?v=DK0xT4BTVbY
Veremos ahora una interpretación de una canción antigua, del primer disco del grupo, el Methodrone. Era este un disco de guitarrazos y mucho ruido. Y tenía, claro cancionacas. Esta se llama Wisdom, y tiene también una versión posterior en otro disco, creo que el Give it Back, en la que canta también una chica. Como verán, muchas de las canciones que pongo aquí de este grupo tienen todas un tono así como pesaroso, de mal rollo, de chunguez. De pfff. De para qué. Bueno, son estados de ánimo. Carenciales. O algo así. Al parecer es lo que hay. No sé dónde leí hace poco que en las películas de los Cohen se demuestra que aunque seas bueno, estés al tanto de la ley, seas una persona competente, un pequeño error o la desgracia más idiota, te puede hacer caer hasta la situación más desesperada. Pues eso.
https://www.youtube.com/watch?v=w-s3cBXYJNg
Ya esta es la última. La última que será de las primeras. El EP We are the radio fue la puerta de entrada a este grupo fascinante. Eran unas cuatro o cinco canciones que te dejaban atontado del todo y que te animaban a buscar más. Como una droga. Este EP se abría con un himno, el Never been attached to a woman, beast or a child. Qué cosas. Seguía una que se llamaba Seer, que era una barbaridad. Y la tercera ya era esta Time is honey (so cut the shit). En todo este disco una chica Sara Tucek hacía voces, lo que le daba a todo un tono distinto. No era la primera vez, porque siempre han aparecido chicas cantando o haciendo coros, pero aquí era... no sé. Como fue lo primero, fue lo que más dolió. Una cosa...
https://www.youtube.com/watch?v=fwjsO_Qz3NQ
Y nada más. Perdón por la brasa, pero no está el horno para bollos. Que tengan un buen fin de semana todos y nos vemos ya el lunes. Quizás antes. Ah. Una cosa. Voten. Ellos siempre van y nosotros siempre tenemos algo muy cool y muy guay que nos exime de mojarnos. Mójense. Voten.
jueves, 22 de mayo de 2014
Corre como un antílope
No es que no quiera quedarme, es que no puedo. No puedo quedarme. Tengo que irme. Si me quedo mucho rato en un sitio, siento que soy carne de cañón. Tengo que moverme. No es por que aquí no esté a gusto, qué va. Si en realidad, jamás he estado mejor. Pero es algo innato, tengo la sensación de que estoy en peligro. Continuamente. Noto que hay algo o alguien que me mira, que me acecha. Y tengo que correr. Sin ningún sentido, hacia ninguna parte. En algún momento, cuando ya no puedo más y creo que viene a dar lo mismo seguir corriendo que no, paro. Y hasta ahora, jamás ha ocurrido que haya parado y la muerte, eso que temo y que me mantiene vivo, me haya alcanzado. Tengo conocidos que piensan que les gustaría, aunque fuera sólo una vez, pararse a mirar quién es el que les persigue. Yo no. No tengo ningún interés por experimentar con nada de eso. Corro, corro y huyo. No quiero dejar lugar a las dudas. Corro, corro y me voy a otra parte. Una parte que está tan lejos como me permitan mis fuerzas. Tengo que correr. Correr y huir. Lo que está claro es que me tengo que largar. Pero ya. Porque estoy viendo y sintiendo otra vez que las cosas se van a poner feas. Mal. No me puedo quedar. Me tengo que ir. Rápido. Corriendo. Y ya. Es algo superior a mí. Pensarás, y te equivocas, que es por ti. Pero nada más lejos de la realidad. O sí. La verdad es que ya ha llegado un punto en el que desconfío de todo. Sí, he estado muy bien, muy a gusto, pero algo, y ese algo es completamente habitual en mí, me impele a salir corriendo. Correr. No sé qué me pasa que cuando corro, cuando estoy huyendo muy deprisa, rápido, que salgo un poco de mí. No sé. Es como si el riesgo, como si salir corriendo fuera mi vida. Mi única vida. No disfruto comiendo. No disfruto discutiendo contigo. No disfruto haciendo nada que no sea correr. Huir, ponerme a salvo, largarme. Correr. Correr mucho y sin sentido. Correr hacia allí, o hacia allá. Me da igual. Lo único que tengo en cuenta es no mirar, no comprobar, no hacer cábalas. No habrá próxima vez. Tengo que correr y correr mucho. Correr hasta perder el sentido. Fuera de control.
miércoles, 21 de mayo de 2014
Grandes Semblanzas V - Aurelito Errementería y Puig
Con su muerte, a la edad muy temprana de 16 años, se perdió uno de los más grandes proyectos de literato y pensador de su generación. Aurelito Errementería y Puig no llegó a publicar en vida ninguna de sus obras, pero dejó un amplio compendio de su trabajo y su pensamiento en una serie de escritos que han sido décadas después recuperados y editados bajo el ampuloso pero para nada desacertado título de 'Aurelito y su tiempo. La fugacidad de un pensador imberbe'-
Aurelito nace en una buena y noble ciudad, Lugo, en el año de 1886, en el seno de una honrada y eficaz familia en la que se mezcla el origen vasco de su padre, Don Aurelio Errementería Gorostiaga y lo catalán de su madre Doña Montserrat Puig i Puigflorit. Ambos, farmacéuticos de profesión, montan un establecimiento digno y sencillo en la capital lucense, donde prosperarán y podrán dedicarse convenientemente a asuntos espirituales, como la lectura, la reflexión y constituir el Ateneo Conservador Reflexionista de Lugo. Cuando Aurelito viene al mundo, sus padres tienen para él grandes planes. No toleran otro porvenir que el de Gobernador Civil de la provincia. Y Aurelito, desde buen principio, no se aparta de lo que sus padres le marcan. Sus primeros pasos en la Escuela Nuestra Señora de los Buenos Santos son espectaculares. Con sólo seis años, sorprende a sus profesores al quedarse extasiado mirando por la ventana de su aula. Al ser recriminado por sus profesores, Aurelito contesta: 'Miro y contemplo lo que afuera pasa, dado que lo que dentro tengo es para mí oscuro y me duele'. Maravillados ante la respuesta, la dirección el centro convoca a sus padres para felicitarles por la capacidad de reflexión y abstracción del muchacho.
Mirar por la ventana y expresar una cierta insatisfacción interior que para nada se verá reflejada en su actividad académica, serán las tónicas de su vida. Mirando de nuevo a la ventana, una suave mañana de mayo, y con diez años de vida, Aurelito expresará lo siguiente: 'El cristal es como una frontera que me invita a ser traspasada, pero el dolor de cristales rotos me atemoriza. Ese es el drama de nuestro tiempo. Ese es el drama de nuestra vida. La frontera del dolor. La aventura sin daño. Qué sería de nosotros sin el riesgo a que nos duela.'. Bravo.
Los profesores animan al muchacho a seguir expresando sus pensamientos. Hay días en los que no le imparten ninguna asignatura y se limitan a dejarle mirando a la ventana. Algunos profesores van anotando sus pensamientos aforísticos en cuadernos que luego darán lugar a su obra póstuma. Sus padres, orgullosos de que su hijo se haga un nombre como prodigio pensador, están asimismo contentos de que sus notas y su perspectiva laboral no se resienta.
Una niña del colegio, Azucenita Miriñán de las Sousas, quedará prendada de él, como cuenta en sus memorias años después, pero Aurelito no tiene tiempo para mozas. Con quince años declara ante el ventanal del claustro del Instituto de Enseñanza Varonil Hueberto Oriza y Sanadrián que 'Si mi porvenir traspasase el muro de mi cuerpo. Si mi futuro se viera ligado a otro ser. Si yo ya dejara de ser yo... qué alegría... qué desperdicio...'. Qué belleza. Azucenita mantendrá vivo el recuerdo de Aurelito hasta que se compromete con Don Julián Tronazo de Vuloneras, potentado del negocio del vino de Ribeiro y de Aurelito nunca más se acordará hasta que publica estas memorias.
Aurelito comienza a ver resentida su salud. Al parecer, contrae regularmente enfermedades respiratorias. Constipados, resfriados, gripes, que se van agrabando y complicando. Por lo visto, estar durante tanto y tanto tiempo al lado de ventanas, ventanales, etc., le perjudica. Pero Aurelito no quiere dejar de reflexionar. Ya como estudiante preuniversitario, muy malito de sus pulmones, ante un ventanal en una terrible mañana de marzo considera 'Son los pensamientos como gotitas de orbayo. Mojan y no me traspasan. Qué no daría yo por un remedio para tanto vendaval. Qué me ocurre que no me salvan'. Muchos ven en este último pensamiento una recriminación a sus padres, farmacéuticos a los que válgame la virgen.
Y así Aurelito Errementería y Puig morirá a los 17 años, con más mocos que una oveja, pero con una profundidad de pensamiento que ojo.
Aurelito nace en una buena y noble ciudad, Lugo, en el año de 1886, en el seno de una honrada y eficaz familia en la que se mezcla el origen vasco de su padre, Don Aurelio Errementería Gorostiaga y lo catalán de su madre Doña Montserrat Puig i Puigflorit. Ambos, farmacéuticos de profesión, montan un establecimiento digno y sencillo en la capital lucense, donde prosperarán y podrán dedicarse convenientemente a asuntos espirituales, como la lectura, la reflexión y constituir el Ateneo Conservador Reflexionista de Lugo. Cuando Aurelito viene al mundo, sus padres tienen para él grandes planes. No toleran otro porvenir que el de Gobernador Civil de la provincia. Y Aurelito, desde buen principio, no se aparta de lo que sus padres le marcan. Sus primeros pasos en la Escuela Nuestra Señora de los Buenos Santos son espectaculares. Con sólo seis años, sorprende a sus profesores al quedarse extasiado mirando por la ventana de su aula. Al ser recriminado por sus profesores, Aurelito contesta: 'Miro y contemplo lo que afuera pasa, dado que lo que dentro tengo es para mí oscuro y me duele'. Maravillados ante la respuesta, la dirección el centro convoca a sus padres para felicitarles por la capacidad de reflexión y abstracción del muchacho.
Mirar por la ventana y expresar una cierta insatisfacción interior que para nada se verá reflejada en su actividad académica, serán las tónicas de su vida. Mirando de nuevo a la ventana, una suave mañana de mayo, y con diez años de vida, Aurelito expresará lo siguiente: 'El cristal es como una frontera que me invita a ser traspasada, pero el dolor de cristales rotos me atemoriza. Ese es el drama de nuestro tiempo. Ese es el drama de nuestra vida. La frontera del dolor. La aventura sin daño. Qué sería de nosotros sin el riesgo a que nos duela.'. Bravo.
Los profesores animan al muchacho a seguir expresando sus pensamientos. Hay días en los que no le imparten ninguna asignatura y se limitan a dejarle mirando a la ventana. Algunos profesores van anotando sus pensamientos aforísticos en cuadernos que luego darán lugar a su obra póstuma. Sus padres, orgullosos de que su hijo se haga un nombre como prodigio pensador, están asimismo contentos de que sus notas y su perspectiva laboral no se resienta.
Una niña del colegio, Azucenita Miriñán de las Sousas, quedará prendada de él, como cuenta en sus memorias años después, pero Aurelito no tiene tiempo para mozas. Con quince años declara ante el ventanal del claustro del Instituto de Enseñanza Varonil Hueberto Oriza y Sanadrián que 'Si mi porvenir traspasase el muro de mi cuerpo. Si mi futuro se viera ligado a otro ser. Si yo ya dejara de ser yo... qué alegría... qué desperdicio...'. Qué belleza. Azucenita mantendrá vivo el recuerdo de Aurelito hasta que se compromete con Don Julián Tronazo de Vuloneras, potentado del negocio del vino de Ribeiro y de Aurelito nunca más se acordará hasta que publica estas memorias.
Aurelito comienza a ver resentida su salud. Al parecer, contrae regularmente enfermedades respiratorias. Constipados, resfriados, gripes, que se van agrabando y complicando. Por lo visto, estar durante tanto y tanto tiempo al lado de ventanas, ventanales, etc., le perjudica. Pero Aurelito no quiere dejar de reflexionar. Ya como estudiante preuniversitario, muy malito de sus pulmones, ante un ventanal en una terrible mañana de marzo considera 'Son los pensamientos como gotitas de orbayo. Mojan y no me traspasan. Qué no daría yo por un remedio para tanto vendaval. Qué me ocurre que no me salvan'. Muchos ven en este último pensamiento una recriminación a sus padres, farmacéuticos a los que válgame la virgen.
Y así Aurelito Errementería y Puig morirá a los 17 años, con más mocos que una oveja, pero con una profundidad de pensamiento que ojo.
martes, 20 de mayo de 2014
Emmanuel Carrère - Limónov
La última noticia que he visto sobre Limónov es de un posado que hace para la revista Rolling Stone con su nueva novia, desnuda y de espaldas, acompañado por dos guardaespaldas. Eduard Veniaminovich Savienko es su nombre y nació en Dherzhinsk en 1943. Su padre era un miembro de la Checa, del NKVD y no hace la guerra, su madre es una mujer dura. Limónov es un personaje.
Una frase presenta el libro, de Vladimir Putin nada menos: El que no siente nostalgia por el comunismo, no tiene corazón. El que quiera restaurarlo hoy día, no tiene cabeza. Glups.
Limónov es un proleta, que quiere ser un intelectual y un hombre de acción. Limónov se cría en Jarkov, en concreto en Saltov, un barrio de la periferia, lleno de trabajadores de las fábricas de la gloriosa Unión Soviética. Emmanuel Carrère nos cuenta la vida de Limónov, porque Limónov mismo no ha hecho otra cosa toda su vida que contarse. Limónov es un proleta que no quiere serlo. Un proleta soviético que está orgulloso de su país, de la guerra contra los nazis, de las glorias nacionales... pero que quiere vivir de la rifa. Por llamarlo de alguna manera. De chaval, se convierte por mimetismo en un pequeño granuja callejero, lo que le lleva a llevarse algún topetazo, un amago de detención y, cuando ya es algo más mayorcito, un paso fugaz por un psiquiátrico. Para que fuera entrando en razón. Un psiquiatra le deriva a que trabaje de ayudante en una librería, donde conoce a algunos intelectuales, escritores, poetas. Intelectuales y poetas como Anna Rubinstein. No se enamora de ella. Limónov es un trepa. Sabe que Anna es mayor, que todos se la han cepillado y sabe que si quiere prosperar en ese círculo tendrá que hacer lo propio. Se convierte en su novio, su chico, su compañero. No parece que como escritor vaya a llegar a ningún lado. Se relaciona con escritores disidentes. Pero no le molan. Él no es un disidente político. Los otros escritores que triunfan no le molan. A Limónov le gusta principalmente Limónov.
Yo creía que iba a ser más sencillo hacer un comentario sobre este libro, pero no es así. Estoy muy contaminado por lo que veo, lo que escucho, lo que soy yo y no soy capaz de dejarlo a un lado. Limónov cuenta su vida mil veces y Carrère nos cuenta lo que ha leído, lo que sabe, lo que Limónov le ha contado, sobre la vida de Limónov. Cómo conoce a una chica llamada Elena y se enamora de ella y juntos deciden irse a Estados Unidos a probar fortuna, porque ella puede ser modelo y él... Y fracasan. Y se cabrea con los disidentes, con los anticomunistas. Y Elena le deja. Y Limónov hace cosas raras. Él, machito ponce de barrio, experimenta con la homosexualidad en plan bestia. Dando tumbos se convierte en mayordomo de un richacho, al que luego pone de vuelta y media en otro libro... biográfico. Su vida es su obra. Vivir para contarlo.
La URSS se hunde. Ese país que acojonaba a esos mierdas de occidente, a esos blandos de los americanos, se pega un tiro en los pies. Limónov vuelve a su país y no quiere que su país sea eso que ve. Gente que ha perdido el orgullo de lo que fue. Aunque no fueran nada. Decide ser político, activista, hombre de acción. Funda el Partido Nacional Bolchevique, una mezcla de fascismo, comunismo, nacionalismo, ismo, ismo, ismo, ismo. Y se va a la guerra yugoslava a pegar tiros como el que va a una feria. Y se cree un soldado y no es más que un señor que se va haciendo mayor y todo lo que parecía que iba a ser se queda en un chascarrillo. La sensación de que poco a poco se va convirtiendo en alguien que pide 'hacerme caso, mira, ahora hago esto'. Y no parece mal tío, aunque tenga su pedrada.
Momento de mucho reír. Durante los sucesos de la Casa Blanca en Moscú en 1993, con Alexandr Rutskoi y Ruslán Jasbulatov enfrentándose a Yeltsin, Limónov reclama heroicidad en ese par que no acaba de decidirse. Él es un héroe y los demás no tienen huevos. Pero sale para asearse, ducharse, dormir un poco en su casa y cuando vuelve... ya está todo vendido. Se ha perdido una oportunidad histórica. Pobre hombre. El héroe, el más más... perdido por una ducha.
Y Putin. Hay un hilo que traza Carrère por el cual, Limónov, desprecia a su padre, por segundón, por conformista, y en cambio admira a otros compañeros de su padre que, sin escrúpulos, consiguen los mejores puestos. Putin es Limónov. Pero un Limónov que sabe colocarse, que consigue el poder y que, en resumidas cuentas, no dista mucho su pensamiento del de este este populista, que mezcla referencias místicas, fascistas, socialistas, patrióticas, nunca antisemitas... y que dará con sus huesos en la cárcel. Y será liberado televisivamente. Y se queda así, haciendo cosas raras, llamando la atención. Hacedme caso. Mírame ahora.
Un libro fascinante, la verdad. Un personaje fascinante. Una historia fascinante. Todo es fascinante. Una vida para vivirla. Para contarla. Con sus novias, sus locuras, sus zapoie (borracheras de varios días en marcha, viajes de tren, desapariciones...), su Asia Central, sus rusos blancos, comunismo, Brezhnev, Andropov, Gorbachov, Yeltsin...
Un libro y un personaje al que se acerca uno con prevención y que acaba cayéndole... no le puede caer bien, con esa bandera seminazi... pero ahí lo tienen con Kaspárov, protestando por el asesinato de Politkovskaia... Hay mucho Limónov suelto. ¿O hacen falta Limónovs? ¿Mejor no?
Leánselo y comentamos.
Una frase presenta el libro, de Vladimir Putin nada menos: El que no siente nostalgia por el comunismo, no tiene corazón. El que quiera restaurarlo hoy día, no tiene cabeza. Glups.
Limónov es un proleta, que quiere ser un intelectual y un hombre de acción. Limónov se cría en Jarkov, en concreto en Saltov, un barrio de la periferia, lleno de trabajadores de las fábricas de la gloriosa Unión Soviética. Emmanuel Carrère nos cuenta la vida de Limónov, porque Limónov mismo no ha hecho otra cosa toda su vida que contarse. Limónov es un proleta que no quiere serlo. Un proleta soviético que está orgulloso de su país, de la guerra contra los nazis, de las glorias nacionales... pero que quiere vivir de la rifa. Por llamarlo de alguna manera. De chaval, se convierte por mimetismo en un pequeño granuja callejero, lo que le lleva a llevarse algún topetazo, un amago de detención y, cuando ya es algo más mayorcito, un paso fugaz por un psiquiátrico. Para que fuera entrando en razón. Un psiquiatra le deriva a que trabaje de ayudante en una librería, donde conoce a algunos intelectuales, escritores, poetas. Intelectuales y poetas como Anna Rubinstein. No se enamora de ella. Limónov es un trepa. Sabe que Anna es mayor, que todos se la han cepillado y sabe que si quiere prosperar en ese círculo tendrá que hacer lo propio. Se convierte en su novio, su chico, su compañero. No parece que como escritor vaya a llegar a ningún lado. Se relaciona con escritores disidentes. Pero no le molan. Él no es un disidente político. Los otros escritores que triunfan no le molan. A Limónov le gusta principalmente Limónov.
Yo creía que iba a ser más sencillo hacer un comentario sobre este libro, pero no es así. Estoy muy contaminado por lo que veo, lo que escucho, lo que soy yo y no soy capaz de dejarlo a un lado. Limónov cuenta su vida mil veces y Carrère nos cuenta lo que ha leído, lo que sabe, lo que Limónov le ha contado, sobre la vida de Limónov. Cómo conoce a una chica llamada Elena y se enamora de ella y juntos deciden irse a Estados Unidos a probar fortuna, porque ella puede ser modelo y él... Y fracasan. Y se cabrea con los disidentes, con los anticomunistas. Y Elena le deja. Y Limónov hace cosas raras. Él, machito ponce de barrio, experimenta con la homosexualidad en plan bestia. Dando tumbos se convierte en mayordomo de un richacho, al que luego pone de vuelta y media en otro libro... biográfico. Su vida es su obra. Vivir para contarlo.
La URSS se hunde. Ese país que acojonaba a esos mierdas de occidente, a esos blandos de los americanos, se pega un tiro en los pies. Limónov vuelve a su país y no quiere que su país sea eso que ve. Gente que ha perdido el orgullo de lo que fue. Aunque no fueran nada. Decide ser político, activista, hombre de acción. Funda el Partido Nacional Bolchevique, una mezcla de fascismo, comunismo, nacionalismo, ismo, ismo, ismo, ismo. Y se va a la guerra yugoslava a pegar tiros como el que va a una feria. Y se cree un soldado y no es más que un señor que se va haciendo mayor y todo lo que parecía que iba a ser se queda en un chascarrillo. La sensación de que poco a poco se va convirtiendo en alguien que pide 'hacerme caso, mira, ahora hago esto'. Y no parece mal tío, aunque tenga su pedrada.
Momento de mucho reír. Durante los sucesos de la Casa Blanca en Moscú en 1993, con Alexandr Rutskoi y Ruslán Jasbulatov enfrentándose a Yeltsin, Limónov reclama heroicidad en ese par que no acaba de decidirse. Él es un héroe y los demás no tienen huevos. Pero sale para asearse, ducharse, dormir un poco en su casa y cuando vuelve... ya está todo vendido. Se ha perdido una oportunidad histórica. Pobre hombre. El héroe, el más más... perdido por una ducha.
Y Putin. Hay un hilo que traza Carrère por el cual, Limónov, desprecia a su padre, por segundón, por conformista, y en cambio admira a otros compañeros de su padre que, sin escrúpulos, consiguen los mejores puestos. Putin es Limónov. Pero un Limónov que sabe colocarse, que consigue el poder y que, en resumidas cuentas, no dista mucho su pensamiento del de este este populista, que mezcla referencias místicas, fascistas, socialistas, patrióticas, nunca antisemitas... y que dará con sus huesos en la cárcel. Y será liberado televisivamente. Y se queda así, haciendo cosas raras, llamando la atención. Hacedme caso. Mírame ahora.
Un libro fascinante, la verdad. Un personaje fascinante. Una historia fascinante. Todo es fascinante. Una vida para vivirla. Para contarla. Con sus novias, sus locuras, sus zapoie (borracheras de varios días en marcha, viajes de tren, desapariciones...), su Asia Central, sus rusos blancos, comunismo, Brezhnev, Andropov, Gorbachov, Yeltsin...
Un libro y un personaje al que se acerca uno con prevención y que acaba cayéndole... no le puede caer bien, con esa bandera seminazi... pero ahí lo tienen con Kaspárov, protestando por el asesinato de Politkovskaia... Hay mucho Limónov suelto. ¿O hacen falta Limónovs? ¿Mejor no?
Leánselo y comentamos.
lunes, 19 de mayo de 2014
Un hombre de verdad
Lévemente (¿?) inspirado en un relato de Quim Monzó.
Y entonces, aquella criatura, consiguió erguirse y mirar por encima de aquellos arbustos. Algo se había desencadenado en su interior, en su cabeza. Algún mecanismo se había puesto en marcha, una necesidad imperiosa de mirar más allá para ver qué podría hacer para conseguir lo que, de forma totalmente novedosa, se había propuesto conseguir.
Se levantó sobre sus dos pies por primera vez y vio que más allá de aquellos arbustos había algo que parecía un río. En el río, él y el resto de los integrantes de su grupo, habían tenido desde siempre problemas serios con algunas criaturas a las cuales no conseguían identificar. Caían en la trampa una y otra vez. Iban al río, a aquella corriente de agua a refrescarse y beber, y de repente unos bichos que reptaban se acercaban a ellos muy deprisa y les atacaban. Algunos de los miembros del grupo, que aquella criatura erguida comenzaba a relacionar con algo muy cercano a su persona, habían sido devorados ante los ojos asustados de sus compañeros y de él mismo.
Aquella criatura ya erguida miró el río y comprendió que si de nuevo se acercaban a aquella corriente, volvería a ocurrir lo mismo. Serían devorados por lo que ellos todavía no llamaban cocodrilos.
Y, sorprendentemente, aquella criatura erguida, no dijo nada. Dejó que sus compañeros, familiares, semejantes, se acercaran al río y fueran devorados, mientras él cogía una piedra y la chocaba contra otra...
Y entonces, aquella criatura, consiguió erguirse y mirar por encima de aquellos arbustos. Algo se había desencadenado en su interior, en su cabeza. Algún mecanismo se había puesto en marcha, una necesidad imperiosa de mirar más allá para ver qué podría hacer para conseguir lo que, de forma totalmente novedosa, se había propuesto conseguir.
Se levantó sobre sus dos pies por primera vez y vio que más allá de aquellos arbustos había algo que parecía un río. En el río, él y el resto de los integrantes de su grupo, habían tenido desde siempre problemas serios con algunas criaturas a las cuales no conseguían identificar. Caían en la trampa una y otra vez. Iban al río, a aquella corriente de agua a refrescarse y beber, y de repente unos bichos que reptaban se acercaban a ellos muy deprisa y les atacaban. Algunos de los miembros del grupo, que aquella criatura erguida comenzaba a relacionar con algo muy cercano a su persona, habían sido devorados ante los ojos asustados de sus compañeros y de él mismo.
Aquella criatura ya erguida miró el río y comprendió que si de nuevo se acercaban a aquella corriente, volvería a ocurrir lo mismo. Serían devorados por lo que ellos todavía no llamaban cocodrilos.
Y, sorprendentemente, aquella criatura erguida, no dijo nada. Dejó que sus compañeros, familiares, semejantes, se acercaran al río y fueran devorados, mientras él cogía una piedra y la chocaba contra otra...
viernes, 16 de mayo de 2014
Miscelánea
Turquía. Yo estuve en Estambul hace muchos años. Típico viaje de fin de curso. Pasaron muchas cosas muy importantes en Estambul. Fui feliz. Me lo pasé muy bien, claro está pero es que fui feliz. Otro día ya... El caso es que el otro día dieron de nuevo Contra la Pared, Gegen die Wand en alemán, y (presencia de Meltem Cumbul a parte), me gustó la película otra vez. Bueno, que me voy. La película quiere tener una banda sonora así moderna y tal, pero la música que a mí me gusta de verdad en esta peli, es cuando aparecen estos muchachos de la foto. Selim Sesler & Orchestra interpretando la música. Ay, aquel sitio dónde íbamos a beber té, cómo se llamaba... la casa de la amistad balcánico-turca o bosnio-turca... qué días tan majos que pasamos. Bueno, pues he encontrado finalmente un vídeo en el que aparecen todos los cortes de Selim Sesler & Orchestra. A disfrutar.
https://www.youtube.com/watch?v=EKGkLsYynww
Quedan dos semanas, más o menos. Qué nervios. Vienen de nuevo los Brian Jonestown Massacre y crece la incertidumbre. Qué harán. Sus discos últimos son bastante raros y las veces que han venido a tocar por aquí han pasado bastante de ellos. Y ha habido un poco de todo. El primero al que fui me decepcionó mucho, el segundo me gustó bastante. Hubo uno en medio, que ni fu ni fa. En fin, habrá que confiar en los astros. Son muchas, muchas las canciones de los BJM que molan, pero bueno, que si hay que poner una, pondremos una de las largas. Sue, que si no me equivoco está en el Give it Back! A veces me recuerda un poco a la de Jesus shootin heroin de los Flaming Lips, la verdad. No sé.
https://www.youtube.com/watch?v=Y9qFymEcYe8
Estos son mis referentes. ¿Qué es la tradición? Había una canción de La polla records que decía que la tradición es una maldición. Yo me quedé con aquello. El sentimiento religioso es algo muy arraigado en multitud de ámbitos: la fidelidad a los padres fundadores, la pervivencia del rito, el reconocimiento de los símbolos, los guardianes de las esencias, la ortodoxia, seguir diciendo las misas en latín, fundar sectas de puristas, no fichar jugadores extranjeros, sacar al santo a pasear cada cierto tiempo para recordar que se sigue en la lucha, una camiseta, un himno, llorar ante el término 'praxis'... son cosas que nos unen. Que nos hacen sentir parte de algo. De algo tan bonito... Aquí está Silvio. Estos son mis referentes. Vengo buscando pelea. Y en las venas me hierve la sangre, cuando a alguno le escucho decir...
https://www.youtube.com/watch?v=iY0dachF01U
La maldición de ser español. La bendición de poder ser catalán. Ese es el dilema. La maldición de la caspa, de Cañete, del lorolo, de la patria. La maldición del otro lado del Ebro, de televisión española que se ve tan mal, de los toros. Ay dios mío de mi alma. Y la bendición de ser catalán, de ser europeos porque nosotros lo hemos sido siempre. Y la bendición de que los tubos de las cámaras de tv3 hacen que todo se vea mejor. Cuestión de técnica. La maldición de ser español. La bendición de ser de cualquier otra parte. Ser mujer. Superior intelectualmente, mentalmente, físicamente. No he querido entrar a matar. Cañete en la barra del bar. No he querido entrar a matar porque si no, es que me la llevo por delante. Pobrecita. A María Jiménez se lo tendría que decir. Se acabó.
https://www.youtube.com/watch?v=B4dhwoFg5SY
Eurovisión. Qué bonito fue todo. Las canciones, las lágrimas más falsas que una película de Bruce Lee o sus sucedáneos... Eurovisión. ¿Qué fue de Eurovisión? Creo, y seguro que me equivoco de fechas, pero fue en 1998 con la presencia de Dana International, cuando Eurovisión pasó a ser un espectáculo diferente. Diferente, nada más. Porque la canción Diva... incluso cuando salió... pues no estaba nada mal. Un chimpun chimpun de aquellos y a correr. Vamos, que antes salía el cantante de turno, soltaba su tema lacrimógeno y a correr. Pero a partir de Dana International... ya buscamos otra cosa. Espectáculo, algo que rompa, que haga pensar, que haga hablar a la gente, que les haga preguntarse... y por qué no. Y así estamos. Ah, y aquí seguimos lanzando bombas lacrimógenas.
https://www.youtube.com/watch?v=fZ5B6w-Baxs
Y nos vamos a ir con un giro de volante. Hay que volver a los orígenes, hay que tener claros cuáles son los referentes. Porque ya no se puede aguantar más. The Cramps cantando i Can't Stand it. Ya no se puede aguantar más. Tenemos que volver otra vez a lo que nos hizo famosos. A no aguantar más. Y a no callarnos. A no dar por ciertos los tópicos, los formulismos, lo bueno, lo que nos convierte en diferentes. Eso. No querer ser tan limpios, no querer ser tan puros, mancharnos un poquito. The Cramps cantando I can´t stand it. Estos son mis referentes. Mancharnos un poquito. Afeitarnos el bigote. Quitarnos las patillas. Cortarnos el pelo. Todos. Y mirar la realidad desde el punto de vista del que no te ha entendido. Qué grandes the Cramps y qué viejo los descubrí. Pues es como todo.
https://www.youtube.com/watch?v=qiFpkWN8frw
Pues eso es todo lo que hay que decir al respecto. Tengan un felicísimo fin de semana y nos vemos por ahí. A ver si eso.
https://www.youtube.com/watch?v=EKGkLsYynww
Quedan dos semanas, más o menos. Qué nervios. Vienen de nuevo los Brian Jonestown Massacre y crece la incertidumbre. Qué harán. Sus discos últimos son bastante raros y las veces que han venido a tocar por aquí han pasado bastante de ellos. Y ha habido un poco de todo. El primero al que fui me decepcionó mucho, el segundo me gustó bastante. Hubo uno en medio, que ni fu ni fa. En fin, habrá que confiar en los astros. Son muchas, muchas las canciones de los BJM que molan, pero bueno, que si hay que poner una, pondremos una de las largas. Sue, que si no me equivoco está en el Give it Back! A veces me recuerda un poco a la de Jesus shootin heroin de los Flaming Lips, la verdad. No sé.
https://www.youtube.com/watch?v=Y9qFymEcYe8
Estos son mis referentes. ¿Qué es la tradición? Había una canción de La polla records que decía que la tradición es una maldición. Yo me quedé con aquello. El sentimiento religioso es algo muy arraigado en multitud de ámbitos: la fidelidad a los padres fundadores, la pervivencia del rito, el reconocimiento de los símbolos, los guardianes de las esencias, la ortodoxia, seguir diciendo las misas en latín, fundar sectas de puristas, no fichar jugadores extranjeros, sacar al santo a pasear cada cierto tiempo para recordar que se sigue en la lucha, una camiseta, un himno, llorar ante el término 'praxis'... son cosas que nos unen. Que nos hacen sentir parte de algo. De algo tan bonito... Aquí está Silvio. Estos son mis referentes. Vengo buscando pelea. Y en las venas me hierve la sangre, cuando a alguno le escucho decir...
https://www.youtube.com/watch?v=iY0dachF01U
La maldición de ser español. La bendición de poder ser catalán. Ese es el dilema. La maldición de la caspa, de Cañete, del lorolo, de la patria. La maldición del otro lado del Ebro, de televisión española que se ve tan mal, de los toros. Ay dios mío de mi alma. Y la bendición de ser catalán, de ser europeos porque nosotros lo hemos sido siempre. Y la bendición de que los tubos de las cámaras de tv3 hacen que todo se vea mejor. Cuestión de técnica. La maldición de ser español. La bendición de ser de cualquier otra parte. Ser mujer. Superior intelectualmente, mentalmente, físicamente. No he querido entrar a matar. Cañete en la barra del bar. No he querido entrar a matar porque si no, es que me la llevo por delante. Pobrecita. A María Jiménez se lo tendría que decir. Se acabó.
https://www.youtube.com/watch?v=B4dhwoFg5SY
Eurovisión. Qué bonito fue todo. Las canciones, las lágrimas más falsas que una película de Bruce Lee o sus sucedáneos... Eurovisión. ¿Qué fue de Eurovisión? Creo, y seguro que me equivoco de fechas, pero fue en 1998 con la presencia de Dana International, cuando Eurovisión pasó a ser un espectáculo diferente. Diferente, nada más. Porque la canción Diva... incluso cuando salió... pues no estaba nada mal. Un chimpun chimpun de aquellos y a correr. Vamos, que antes salía el cantante de turno, soltaba su tema lacrimógeno y a correr. Pero a partir de Dana International... ya buscamos otra cosa. Espectáculo, algo que rompa, que haga pensar, que haga hablar a la gente, que les haga preguntarse... y por qué no. Y así estamos. Ah, y aquí seguimos lanzando bombas lacrimógenas.
https://www.youtube.com/watch?v=fZ5B6w-Baxs
Y nos vamos a ir con un giro de volante. Hay que volver a los orígenes, hay que tener claros cuáles son los referentes. Porque ya no se puede aguantar más. The Cramps cantando i Can't Stand it. Ya no se puede aguantar más. Tenemos que volver otra vez a lo que nos hizo famosos. A no aguantar más. Y a no callarnos. A no dar por ciertos los tópicos, los formulismos, lo bueno, lo que nos convierte en diferentes. Eso. No querer ser tan limpios, no querer ser tan puros, mancharnos un poquito. The Cramps cantando I can´t stand it. Estos son mis referentes. Mancharnos un poquito. Afeitarnos el bigote. Quitarnos las patillas. Cortarnos el pelo. Todos. Y mirar la realidad desde el punto de vista del que no te ha entendido. Qué grandes the Cramps y qué viejo los descubrí. Pues es como todo.
https://www.youtube.com/watch?v=qiFpkWN8frw
Pues eso es todo lo que hay que decir al respecto. Tengan un felicísimo fin de semana y nos vemos por ahí. A ver si eso.
Presentación del libro Mujeres en la Historia hoy en Gijón... con Madame Diana
Afortunados los gijoneses que hoy disfrutarán de la presentación del libro Mujeres en la Historia, de MAR Editor. En la ciudad asturiana, nuestra queridísima Madame Diana participará en la presentación de este libro al que ha contribuido con un relato.
Se trata de una antología de relatos sobre mujeres que han participado en la Historia desde el 1800 hasta el 1940, y quién mejor que Madame Diana para presentar un tema así, ya que desde su blog themaskedlady.blogspot.com.es nos ilustra y entretiene casi a diario con sus retales de la Historia.
Afortunados, pues, los gijoneses.
A las 19h en la librería La Central de Gijón.
No se lo pierdan.
Se trata de una antología de relatos sobre mujeres que han participado en la Historia desde el 1800 hasta el 1940, y quién mejor que Madame Diana para presentar un tema así, ya que desde su blog themaskedlady.blogspot.com.es nos ilustra y entretiene casi a diario con sus retales de la Historia.
Afortunados, pues, los gijoneses.
A las 19h en la librería La Central de Gijón.
No se lo pierdan.
jueves, 15 de mayo de 2014
250 pulsaciones por minuto
Cada mañana, antes de que salga el sol, salgo a la terraza y toco el arpa durante unos minutos. Estar concentrado pulsando este instrumento de dioses, me hace entrar en no pocas ocasiones en sintonía con el universo. Con el Cosmos. El Cosmos era el equipo en el que jugó Pelé durante unos años. El fútbol en los Estados Unidos no tiene mucha implantación. O igual sí que la tiene y lo que pasa es que como lo ven sólo latinoamericanos, no se considera un deporte de primera. No sé. Me puedo mover en toda una serie de conceptos y tópicos que me dan para todo el día. Así que tocar el arpa me sirve para intentar, al menos, quitarme de encima toda esa serie de pensamientos convencionales y crear otros que sean míos. Originales. No sé tocar el arpa. Pulso las cuerdas, de vez en cuando rasgo, dejo que suene y resuene... y es ese sonido el que me hace viajar. Viajar por los espacios insondables que llena el... insondable es que no los puedes... que no los puedes... medir con un sónar será. Será. No lo sé. Es sencillo, lo miras en el google y todo sale. Será el sónar y la posibilidad o no de medir algo con el sónar lo que hace de los espacios algo insondable. Tocando el arpa estoy, como digo, durante unos pocos minutos. Los suficientes. Porque la medicina tiene una posología determinada. Y se debe administrar cuando toca. Toco el arpa un rato y lo dejo. Cuando dejo el arpa, cuando ya no estoy tocando el arpa, cuando la medicina ha sido suministrada, soy una persona diferente. Me he limpiado y me he convertido en una entidad distinta. Pero siempre la misma. otro concepto y otra frase que se pone por que sí. Como todo. Al final uno tiene que deberse a su público. Pulso las cuerdas, me limpio y sigo adelante. Todos los días. Y ya en comunión con todos vosotros os digo que estoy dispuesto a que me llevéis a cuestas rodeado de roscas de pan. Por una tradición que ahora no viene al caso, eso es así. Yo intento todos los días, tocando el arpa, un arpa que no sé tocar, entenderlo, concentrarme, ser distinto, pero una vez y otra, no puedo dejar de serlo. Cuando termino de tocar el arpa, algo me ocurre que me paraliza. Me deja como acorchado. Quizás, pienso, es la tenebrosa perspectiva de un nuevo día que viene por delante a demostrarme una vez más que no vale uno para nada. Y me paralizo, me quedo rígido, y vienen a buscarme. Y es cierto que uno podría reflexionar algo más antes de que las cosas pasen. Pero es lo que hay. Me quedo así. De esta manera que os estoy indicando. Mirad la figura. Repasad el índice. ¿Dónde está mi cámara? No la veo. Es igual, supongo que me estarán filmando. ¿Si o no? Me vienen a buscar los vecinos que han acudido a una supuesta llamada de mi arpa. Porque yo con el arpa no quiero llamar a nadie, pero oiga, hay gente que lo entiende así. Como una llamada. Y uno no es quién para decir qué o qué no. Así que vienen, todos los días, rompen la puerta y me cogen como desesperados. Me agarran de donde pueden, me colocan en una plancha, me enderezan y empiezan a pasearme. Y así se pasan todo el día. Estando acorchado no siento sed ni hambre. Cuando ellos consideran necesario soltarme, me devuelven a mi casa. Al cabo de poco, ya oscurecido todo, vuelvo a mi ser natural. Poco dotado para la reflexión como estoy, no me planteo cómo puedo arreglar todo esto. Supongo que pienso que al día siguiente la vida me dirigirá a otra parte. Pero... a veces pienso. ¿Y si todo esto lo hago conscientemente? ¿Y si realmente toco el arpa, me paralizo y me hago de madera, para que venga la gente y me pasee en alzas? ¿Y si soy realmente así?
Y algunas noches, no puedo dormir y todo del disgusto. Menos mal que al día siguiente, patatín y patatán.
Y algunas noches, no puedo dormir y todo del disgusto. Menos mal que al día siguiente, patatín y patatán.
miércoles, 14 de mayo de 2014
La izquierda contra la izquierda. Un debate en Can Sisteré
No, claro, este no era el objeto del debate. Organizado por el Colectiu Sentit Comú de Santa Coloma el acto llevaba como título L'esquerra davant la crisi de l'europeisme. Especialmente indicado, ya que estamos en una apasionante campaña electoral por las Europeas del 25.M. El moderador y los conferenciantes eran todos gente provinente de la izquierda. Algunos, militantes reconocidos de EUiA, como Ramon Boixadera y otros pertenecientes a colectivos, espacios de debate o colaboradores de revistas del entorno. Bien. El asunto era tratar cómo la izquierda, catalana, española y europea, se había enfrentado al hecho de la construcción de la Unión Europea y tratar de vislumbrar cuál era una posible salida a la coyuntura a la que se enfrenta esta izquierda toda vez que la situación en este territorio ha causado daños irreparables a la clase trabajadora. Irreparables, no debería haber utilizado esta palabra. Nada es irreparable.
¿O si? Bien. Diagnósticos claros. La pobreza avanza, está en la calle, la situación para mucha gente es la de acostumbrarse a malvivir como el nuevo bienestar. Agresiones a los derechos laborales, civiles, sociales. Todo esto ya lo sabemos, muchas gracias. ¿De quién es la culpa? El historiador Giaime Pala habló de la postura de la izquierda, socialdemócrata y comunista, ante la construcción de la UE. Si bien en un primer momento parecía entender la postura del eurocomunismo a toro pasado, después vino a decir que seguir confiando en una Unión Europea transformada desde dentro, era una ilusión, porque no se tenía fuerza para ello. Por lo que se debía apostar por romper con el euro, la UE y no colaborar. Ramon Boixadera, economista de EUiA, hizo un profuso análisis económico de la situación en caso de que España saliese de la UE, del euro. No pasaría nada. Al menos eso creí entender. De todos los que habló fue el menos... inteligible. Lástima. Porque me dio la impresión de que era con el que más estaba yo de acuerdo. Pero se le entendió poco. Y por último Ramón Tafalla se dedicó a llamar a la unidad contra la UE... señalando los errores de la izquierda. No abundaré demasiado en lo que dijo Ramón Tafalla, pero diré que no me gustó nada.
Como yo tampoco soy economista, ni siquiera un político, y mucho menos un profesor de nada, también quiero dar mi opinión. Y como siempre será deslabazada y sin hilar. Pero es lo que hay. Autocrítica. A la unidad por la autocrítica. Debemos ser muy críticos con nosotros mismos. Da la impresión de que, si la Unión Europea lleva una política X, si las consecuencias de su actuación tienen las consecuencias que tienen... es culpa nuestra. O del que no lo ha hecho bien, que siempre suele ser otro. O del que es flojo, del que no ha plantado cara, del que no es tan valiente como lo soy yo.
Me llamó la atención la reflexión, creo que fue de Pala, que dijo que con 35 o 50 diputados en el Parlamento Europeo no se hace nada. Que da igual participar en las elecciones, porque... es inútil. ¿Entonces? Ramon Tafalla, decía que si no se proponen medidas realmente radicales y de ruptura, el voto de los desesperados se va a las fuerzas fascistas y de extrema derecha, como se está viendo en muchos países. Se habla de desideologización de la izquierda y de abandono de ésta de sus principios. La culpa es siempre nuestra.
Rearme moral e ideológico. Pala hablaba muy bien del rearme ideológico y moral de la derecha a finales de los setenta y principios de los ochenta. Nosotros no nos rearmamos. Nosotros ejercemos la autocrítica. Siempre. No estamos orgullosos de nada, siempre tenemos una pega, una falta. Bueno, si, del Partido Comunista de Portugal. Llamamos a la unidad porque queremos que los que están a nuestro lado abran lo ojos y digan... es verdad, tenéis razón, vamos. Y así estamos, esperando a que ellos dejen de ser tan radicales y se avengan a pensar como yo. O los otros dejen de venderse al mercado y no tengan miedo y llamen a una revuelta de las masas trabajadoras que... me coja en casa que yo no puedo ir.
Ahora digo esto y lo dejo ya. La Unión Europea es un club. Nos hemos metido en ese club. Tienen unas normas y unos propósitos. Podemos o salirnos de ese club o reformar las normas. Salgamos de ese club. Vale. ¿Cuántos somos? Propongámoslo. Salgamos de ese club. Pero claro, nosotros solos no podemos, porque no tenemos fuerza. Que los de ICV-EUiA lo digan también. Vale. Venga. Pero que también lo digan los de PSC. Vale. Que diga todo el mundo lo que a mí me parece. Yo no convenzo al pueblo, pero si las estructuras que habitualmente lo hacen cambian su discurso entonces si. Yo, y ya hablo por mí, no estoy bien con lo que hay. Me gustaría que fuera de otra forma. Eso es todo. De otra forma llamándolo UE, llamándolo RFE, saliéndome y aliándome con Rusia, con Mercosur... me da igual. ¿Somos capaces primero de mirar con buenos ojos al que está en la silla de al lado? ¿Al que está en la silla de detrás? ¿Al que está en la tarima hablando? ¿Al que come en la otra mesa?
La autocrítica está bien, hasta que uno se da cuenta de que los demás no se autocritican nunca y les va divinamente.
¿Perdón por el rollo? No, basta de autocritica.
¿O si? Bien. Diagnósticos claros. La pobreza avanza, está en la calle, la situación para mucha gente es la de acostumbrarse a malvivir como el nuevo bienestar. Agresiones a los derechos laborales, civiles, sociales. Todo esto ya lo sabemos, muchas gracias. ¿De quién es la culpa? El historiador Giaime Pala habló de la postura de la izquierda, socialdemócrata y comunista, ante la construcción de la UE. Si bien en un primer momento parecía entender la postura del eurocomunismo a toro pasado, después vino a decir que seguir confiando en una Unión Europea transformada desde dentro, era una ilusión, porque no se tenía fuerza para ello. Por lo que se debía apostar por romper con el euro, la UE y no colaborar. Ramon Boixadera, economista de EUiA, hizo un profuso análisis económico de la situación en caso de que España saliese de la UE, del euro. No pasaría nada. Al menos eso creí entender. De todos los que habló fue el menos... inteligible. Lástima. Porque me dio la impresión de que era con el que más estaba yo de acuerdo. Pero se le entendió poco. Y por último Ramón Tafalla se dedicó a llamar a la unidad contra la UE... señalando los errores de la izquierda. No abundaré demasiado en lo que dijo Ramón Tafalla, pero diré que no me gustó nada.
Como yo tampoco soy economista, ni siquiera un político, y mucho menos un profesor de nada, también quiero dar mi opinión. Y como siempre será deslabazada y sin hilar. Pero es lo que hay. Autocrítica. A la unidad por la autocrítica. Debemos ser muy críticos con nosotros mismos. Da la impresión de que, si la Unión Europea lleva una política X, si las consecuencias de su actuación tienen las consecuencias que tienen... es culpa nuestra. O del que no lo ha hecho bien, que siempre suele ser otro. O del que es flojo, del que no ha plantado cara, del que no es tan valiente como lo soy yo.
Me llamó la atención la reflexión, creo que fue de Pala, que dijo que con 35 o 50 diputados en el Parlamento Europeo no se hace nada. Que da igual participar en las elecciones, porque... es inútil. ¿Entonces? Ramon Tafalla, decía que si no se proponen medidas realmente radicales y de ruptura, el voto de los desesperados se va a las fuerzas fascistas y de extrema derecha, como se está viendo en muchos países. Se habla de desideologización de la izquierda y de abandono de ésta de sus principios. La culpa es siempre nuestra.
Rearme moral e ideológico. Pala hablaba muy bien del rearme ideológico y moral de la derecha a finales de los setenta y principios de los ochenta. Nosotros no nos rearmamos. Nosotros ejercemos la autocrítica. Siempre. No estamos orgullosos de nada, siempre tenemos una pega, una falta. Bueno, si, del Partido Comunista de Portugal. Llamamos a la unidad porque queremos que los que están a nuestro lado abran lo ojos y digan... es verdad, tenéis razón, vamos. Y así estamos, esperando a que ellos dejen de ser tan radicales y se avengan a pensar como yo. O los otros dejen de venderse al mercado y no tengan miedo y llamen a una revuelta de las masas trabajadoras que... me coja en casa que yo no puedo ir.
Ahora digo esto y lo dejo ya. La Unión Europea es un club. Nos hemos metido en ese club. Tienen unas normas y unos propósitos. Podemos o salirnos de ese club o reformar las normas. Salgamos de ese club. Vale. ¿Cuántos somos? Propongámoslo. Salgamos de ese club. Pero claro, nosotros solos no podemos, porque no tenemos fuerza. Que los de ICV-EUiA lo digan también. Vale. Venga. Pero que también lo digan los de PSC. Vale. Que diga todo el mundo lo que a mí me parece. Yo no convenzo al pueblo, pero si las estructuras que habitualmente lo hacen cambian su discurso entonces si. Yo, y ya hablo por mí, no estoy bien con lo que hay. Me gustaría que fuera de otra forma. Eso es todo. De otra forma llamándolo UE, llamándolo RFE, saliéndome y aliándome con Rusia, con Mercosur... me da igual. ¿Somos capaces primero de mirar con buenos ojos al que está en la silla de al lado? ¿Al que está en la silla de detrás? ¿Al que está en la tarima hablando? ¿Al que come en la otra mesa?
La autocrítica está bien, hasta que uno se da cuenta de que los demás no se autocritican nunca y les va divinamente.
¿Perdón por el rollo? No, basta de autocritica.
martes, 13 de mayo de 2014
Fiesta de aniversario
De las memorias del Barón Yanáyev:
'... y me dijeron que tenía que conocerla. Había llegado de China y decían que era encantadora, que traía un séquito de sirvientes que no cabía en el palacio de Versalles, que su ajuar lo habían tenido que ir trayendo desde un año antes, que no era capaz de pisar el suelo si éste antes no había sido perfumado con una loción cuya composición sólo ella y un viejo químico que viajaba siempre con ella y al que mantenía encerrado bajo llave, conocían. Decían que se había encaprichado con la idea de vivir una fiesta de aniversario en otro país y le habían dicho que París, en Francia, era en aquellos momentos la capital del mundo. Aquella princesa china no movió un sólo músculo cuando le comunicaron que el viaje iba a ser largo y que podría llegar a ser ciertamente incómodo atravesar ciertas regiones del país. Se contaban historias y sucesos tremendos acaecidos durante el largo trayecto a través de desiertos, montañas, ríos, reinos hostiles... pero finalmente, el día había llegado y puntualmente, la embajada rusa había recibido una invitación para el magno evento que iba a celebrarse en los mismos jardines reales, dado que el rey Luis había consentido en prestar sus dominios para tan reconocido personaje.
El embajador, para mi sorpresa, me trasladó la petición para que fuera yo el que asistiera a aquella fiesta y me sentí ciertamente halagado. El día de la fiesta, me engalané como pocas veces suelo hacer y, sufriendo por la tan alta responsabilidad y sin más regalo que unas pieles de oso que a buen seguro ella ya tendría a toneladas, le dije a nuestro cochero que se dirigiese a palacio.
Imaginen, nuevamente, mi sorpresa cuando llegué y no había preparaciones de fiesta, ni ambiente, ni nada. Me la habían vuelto a jugar. Consternado, sin saber qué hacer, fui al palacio de la Condesa de Croissant, donde ella, que siempre anda mucho más despierta que yo, me contó lo que había sucedido.
'Monsieur, usted siempre en las nubes. Sepa que todo París está en el juego de la fiesta de aniversario. Al parecer, el padre de la princesa, el Emperador, se negó en redondo a que su hija hiciera ese viaje tan arriesgado. Así, pagó a una maestra de su hija, extranjera, la Señorita Rayo Volador, para que proyectase un viaje que nunca se haría. Rayo Volador ha ido dibujando unos decorados y un recorrido que asemejaría al que realmente haría la pobre princesa si hubiera salido de China, pero sin salir de ella. Ha imaginado cómo debe ser el desierto, el Pamir, las tribus, un asalto por parte de una banda túrquica, vivir en una yurta, beber de la ubre de una camella afgana, una estancia en un harén, el puerto de San Juan de Acre y por último París, todo ello lo ha dibujado y un ejército de trabajadores lo ha ido creando para que la princesa sueñe que ha estado y vivido su cumpleaños en París, cosa que jamás pasó. Y ahora, si quiere le invito a una copita de sake, que es un licor japonés de arroz, y aunque no sea lo mismo que un licor chino, bien puede valer para brindar por la señorita Rayo Volador y la capacidad de hacer creer a la gente que uno está donde no está.'
Feliz día, otra vez con retraso, señorita YPRH!!
'... y me dijeron que tenía que conocerla. Había llegado de China y decían que era encantadora, que traía un séquito de sirvientes que no cabía en el palacio de Versalles, que su ajuar lo habían tenido que ir trayendo desde un año antes, que no era capaz de pisar el suelo si éste antes no había sido perfumado con una loción cuya composición sólo ella y un viejo químico que viajaba siempre con ella y al que mantenía encerrado bajo llave, conocían. Decían que se había encaprichado con la idea de vivir una fiesta de aniversario en otro país y le habían dicho que París, en Francia, era en aquellos momentos la capital del mundo. Aquella princesa china no movió un sólo músculo cuando le comunicaron que el viaje iba a ser largo y que podría llegar a ser ciertamente incómodo atravesar ciertas regiones del país. Se contaban historias y sucesos tremendos acaecidos durante el largo trayecto a través de desiertos, montañas, ríos, reinos hostiles... pero finalmente, el día había llegado y puntualmente, la embajada rusa había recibido una invitación para el magno evento que iba a celebrarse en los mismos jardines reales, dado que el rey Luis había consentido en prestar sus dominios para tan reconocido personaje.
El embajador, para mi sorpresa, me trasladó la petición para que fuera yo el que asistiera a aquella fiesta y me sentí ciertamente halagado. El día de la fiesta, me engalané como pocas veces suelo hacer y, sufriendo por la tan alta responsabilidad y sin más regalo que unas pieles de oso que a buen seguro ella ya tendría a toneladas, le dije a nuestro cochero que se dirigiese a palacio.
Imaginen, nuevamente, mi sorpresa cuando llegué y no había preparaciones de fiesta, ni ambiente, ni nada. Me la habían vuelto a jugar. Consternado, sin saber qué hacer, fui al palacio de la Condesa de Croissant, donde ella, que siempre anda mucho más despierta que yo, me contó lo que había sucedido.
'Monsieur, usted siempre en las nubes. Sepa que todo París está en el juego de la fiesta de aniversario. Al parecer, el padre de la princesa, el Emperador, se negó en redondo a que su hija hiciera ese viaje tan arriesgado. Así, pagó a una maestra de su hija, extranjera, la Señorita Rayo Volador, para que proyectase un viaje que nunca se haría. Rayo Volador ha ido dibujando unos decorados y un recorrido que asemejaría al que realmente haría la pobre princesa si hubiera salido de China, pero sin salir de ella. Ha imaginado cómo debe ser el desierto, el Pamir, las tribus, un asalto por parte de una banda túrquica, vivir en una yurta, beber de la ubre de una camella afgana, una estancia en un harén, el puerto de San Juan de Acre y por último París, todo ello lo ha dibujado y un ejército de trabajadores lo ha ido creando para que la princesa sueñe que ha estado y vivido su cumpleaños en París, cosa que jamás pasó. Y ahora, si quiere le invito a una copita de sake, que es un licor japonés de arroz, y aunque no sea lo mismo que un licor chino, bien puede valer para brindar por la señorita Rayo Volador y la capacidad de hacer creer a la gente que uno está donde no está.'
Feliz día, otra vez con retraso, señorita YPRH!!
lunes, 12 de mayo de 2014
El nostre home a l'Havana - Graham Greene
Ya estoy aquí. Hace unos cuantos años, un señor que venía a rehabilitación conmigo, al verme siempre tan enfrascado en la lectura (una estrategia para seguir las apasionantes conversaciones de las personas que allí acudían sin tener que estar con la vista puesta en ellas), me dijo que me iba a traer unos libros que tenía por casa y que no sabía dónde meterlos. Eran todos libros de una colección del Observador, Classics de la Literatura Universal. Ahí estaban, Els cossacs de Tolstoi, El perfecte marit, de Dostoievski, y otros libros que no me he leído aún. Entre ellos, este, El nostre home a l'Havana, de Graham Greene.
Graham Greene debe ser el autor que más habitualmente se encuentre en los hogares de España. Este gran país. Que muchas cajas de ahorro regalasen en su tiempo 'El factor humano', debe haber contribuido a ello. El americano impasible o El tercer hombre, también son muy conocidas, claro. Y esta, Nuestro hombre en la Habana. Un libro que ha quedado como una frase hecha. 'Eres nuestro hombre en la Habana'. Pues bien, hasta hace muy poco no me he atrevido a leerme en serio nada de este hombre y este libro me ha parecido... cuando menos divertido. Y no esperaba que fuera divertido, ni mucho menos.
Tampoco he visto la película, y eso que sale Alec Guinness.
Bueno. Al lío. En la Habana, un inglés llamado Wormold, que vive con su hija Milly, regenta una tienda de aspiradoras. Su mujer le abandonó hace tiempo y él se desvive por su hija, que es muy guapa y un poco presumida. De gustos caros, trae por la calle de la amargura al padre. Wormold tiene un amigo, el doctor Hasselbacher, un alemán borrachín y él mismo es coleccionista de botellas de whisky. Un día, un agente del Servicio Secreto Británico entra en su tienda y le propone, de forma progresiva, claro, que se convierta en agente británico en la Habana, en una época en la que el régimen de Batista se tambalea.
A partir de ahí, y por dinero, claro, Wormold va urdiendo una trama de agentes falsos, planes descacharrantes, construcciones militares ful e intrigas que no conoce nadie más que él y su imaginación... que serán creídas a pies juntillas en Londres para su propia desesperación. En Londres y en otras partes, claro. Y la consecuencias en algunos casos serán lamentables para personas que ni se imaginaban que eran agentes del Servicio Secreto Británico.
La importancia del asunto es tan grande que este Servicio Secreto le adosa a una secretaria y un ayudante para que haga mejor su función. Una función que es absolutamente irreal y que no puede confesar que es incierta. Las cosas se van complicando hasta que al final... pues eso, que si el libro se hubiera llamado 'tonto el que lo lea', se hubieran quedado tan anchos. Un poco como la trama de 'Quemar después de leer', de los Cohen, o esas pelis sobre guerras inventadas. Cuando hay ganas de jaleo todo vale.
El libro, intriga a parte, me pareció muy gracioso, escrito con una ironía muy descreída y reflexiones sobre la guerra, la patria, el amor y el compromiso que merecen mucho la pena. Dicen que el propio Greene fue agente del Servicio Secreto. No sé si sus otros libros serán así de divertidos, por lo irónicos, pero este es de verdad muy recomendable.
Y dan ganas de ver la peli con un dedito de whisky.
Graham Greene debe ser el autor que más habitualmente se encuentre en los hogares de España. Este gran país. Que muchas cajas de ahorro regalasen en su tiempo 'El factor humano', debe haber contribuido a ello. El americano impasible o El tercer hombre, también son muy conocidas, claro. Y esta, Nuestro hombre en la Habana. Un libro que ha quedado como una frase hecha. 'Eres nuestro hombre en la Habana'. Pues bien, hasta hace muy poco no me he atrevido a leerme en serio nada de este hombre y este libro me ha parecido... cuando menos divertido. Y no esperaba que fuera divertido, ni mucho menos.
Tampoco he visto la película, y eso que sale Alec Guinness.
Bueno. Al lío. En la Habana, un inglés llamado Wormold, que vive con su hija Milly, regenta una tienda de aspiradoras. Su mujer le abandonó hace tiempo y él se desvive por su hija, que es muy guapa y un poco presumida. De gustos caros, trae por la calle de la amargura al padre. Wormold tiene un amigo, el doctor Hasselbacher, un alemán borrachín y él mismo es coleccionista de botellas de whisky. Un día, un agente del Servicio Secreto Británico entra en su tienda y le propone, de forma progresiva, claro, que se convierta en agente británico en la Habana, en una época en la que el régimen de Batista se tambalea.
A partir de ahí, y por dinero, claro, Wormold va urdiendo una trama de agentes falsos, planes descacharrantes, construcciones militares ful e intrigas que no conoce nadie más que él y su imaginación... que serán creídas a pies juntillas en Londres para su propia desesperación. En Londres y en otras partes, claro. Y la consecuencias en algunos casos serán lamentables para personas que ni se imaginaban que eran agentes del Servicio Secreto Británico.
La importancia del asunto es tan grande que este Servicio Secreto le adosa a una secretaria y un ayudante para que haga mejor su función. Una función que es absolutamente irreal y que no puede confesar que es incierta. Las cosas se van complicando hasta que al final... pues eso, que si el libro se hubiera llamado 'tonto el que lo lea', se hubieran quedado tan anchos. Un poco como la trama de 'Quemar después de leer', de los Cohen, o esas pelis sobre guerras inventadas. Cuando hay ganas de jaleo todo vale.
El libro, intriga a parte, me pareció muy gracioso, escrito con una ironía muy descreída y reflexiones sobre la guerra, la patria, el amor y el compromiso que merecen mucho la pena. Dicen que el propio Greene fue agente del Servicio Secreto. No sé si sus otros libros serán así de divertidos, por lo irónicos, pero este es de verdad muy recomendable.
Y dan ganas de ver la peli con un dedito de whisky.
martes, 6 de mayo de 2014
Volveré
Miradme bien. Quedaos con mi cara. Me estáis viendo ¿no? Pues no voy a repetirlo. No soy persona de andar explicando una cosa una y mil veces. Las cosas claras. Volveré. Ahora me voy porque me tengo que ir. Pero voy a volver. Mírame. Tú, sí, ese que te ríes así como diciendo... con lo acabado que estás... qué amenazas... pues sí, te lo digo casi sin mover los labios que queda más... volveré. Y cuando vuelva dudo que me estén esperando todos ustedes que ahora no os dais cuenta de que lo que estáis haciendo no es el principio de vuestra victoria, si no el auténtico final de vuestra carrera. En cualquier campo, no me voy a parar ahora a considerar si en este o en el otro. Volveré. Volveré. Estoy seguro. Miradme bien. Porque voy a volver. ¿Qué os creéis? ¿Que por tener a un fulano aquí con el kalashnikov voy a tener yo miedo? Me cago en todos los kalashnikovs. Así de claro. En el kalashnikov con tiritas ese. Me cago en él. Qué pasa. Miradme bien, porque voy a volver. Ahora me voy porque no me queda otro remedio, soy consciente de ello. He perdido. Pero es el principio de vuestra derrota completa. Estáis paladeando algo efímero No os va a servir de nada. Os va a salir muy caro todo lo que estáis ahora celebrando. Me voy pero voy a volver. Volveré. Volveré. Miradme bien. Miradme. Todo lo que os creéis que estáis haciendo y que me vais a hacer... no vale de nada. De nada. Porque volveré. Volveré por el mismo sitio por donde he venido. No, mejor, volveré por otro sitio mejor. Volveré no por la misma puerta del aeropuerto en el que ahora me custodian, no. Volveré a pie, y el guarda de la frontera me abrirá el paso. Y las multitudes se agolparán durante el camino de vuelta. Y recorreré los pueblos, las aldeas, los caminos, las ciudades, hasta llegar de nuevo al lugar que me pertenece. Miradme. Creedlo. Volveré. Y todo el mundo sabrá que yo, que he controlado el Universo, volveré a hacerlo. No os riáis. Volveré. Tened miedo. Tened mucho miedo. Miradme bien.
lunes, 5 de mayo de 2014
Entre pillos anda el juego - John Landis
El capitalismo es muy fácil de entender. Gente que tiene un interés económico en algo, hace lo posible por que su beneficio crezca. Y que crezca siempre. Y si para eso tiene que ir contra lo que haga falta... pues se hace. Al mismo tiempo, hay cosas que por más que te las expliquen, no la entenderás. El funcionamiento de la bolsa, por ejemplo. O la idea de que algunos pueden hacer con la vida de los demás lo que quieran.
Entre pillos anda el juego es una película dirigida por John Landis, director de películas como The Blues Brothers, Desmadre a la americana, Lobo hombre americano en Londres... un clásico de la comedia americana de los ochenta. En esta película, cuenta con la participación de dos fenómenos de la comedia, que venían del Saturday Night Live, Dan Aykroyd y Eddie Murphy, así como la estrella del cine de terror Jamie Lee Curtis. Junto a ellos, dos leyendas del cine clásico, como Ralph Bellamy y Don Ameche. Bien. Empecemos.
Esta película la han puesto en la tele unos dos millones de veces, pero revisitarla justo el día del Primero de Mayo, que fue cuando la emitieron en nosequé canal, tiene su guasa.
Dos hermanos millonarios, ancianos, pero voraces como pirañas igual que si tuvieran doce años, salen de su mansión camino de la sede de su empresa y discuten en el coche si el hombre es o se hace. Si es el ambiente o es la persona misma la que lleva en los genes su bondad y valía. Deciden poner en práctica un experimento para comprobar si es una cosa o bien es la otra y hacen una apuesta.
En esta empresa, trabaja como inversor el personaje de Dan Aykroyd, un remilgado aprendiz de ricacho, atendido por un servicial mayordomo, con una novia pijísima y unos amigos que dan una grima tremenda. Educado en Harvard, Exeter, miembro de un selecto club, todo en su vida parece ir de perlas y, como no, en plena época Reagan, considera que los que están abajo es porque no se esfuerzan y se lo merecen. Un día, Billy Rae Valentine, el personaje de Eddie Murphy, que interpreta a un vagabundo buscavidas, mientras huye de la policía choca con él y el pusilánime Aykroyd le acusa de querer robarle. La poli lo detiene y lo mete en el calabozo. Los vejetes ponen en práctica su plan. Descabalgarán a Winthorpe, el personaje de Aykroid, de su posición y colocarán en su lugar a Billy Rae. A Whinthorpe le joderán la vida y al otro lo utilizarán como mono de feria.
A Whintorpe le ayudará a resurgir una chica que trabaja como prostituta y que participa en el plan de hundirle haciéndole pasar por traficante de drogas. Ophelia, así se llama, le acoge y le cuida. Billy Rae se convierte en William y Whinthorpe en un perdido resentido que roba comida de la fiesta de lujo de su ex empresa. Pero, Eddie Murphy descubre por casualidad que ha sido objeto de un engaño y que por un dólar, el importe de la apuesta, los hermanitos han jugado con la vida de la gente.
Planean la venganza y consiguen mandar a la ruina a los hermanos tras una jugada en la Bolsa. Vende, compra, compra, compra... vende! Creo que nunca lo entenderé.
Una película con unos puntos memorables, como las dos veces en las que Murphy mira a cámara, una al ser detenido y otra mientras le están explicando cómo funciona la Bolsa. O la interpretación de Aykroyd clavándolo como pijo bobo. O el momento Bo Diddley en la casa de empeños. Todos están muy bien y te ríes un rato. Y eso. Que por un dólar, esta gente es capaz de hacer de tu vida un infierno.
Entre pillos anda el juego es una película dirigida por John Landis, director de películas como The Blues Brothers, Desmadre a la americana, Lobo hombre americano en Londres... un clásico de la comedia americana de los ochenta. En esta película, cuenta con la participación de dos fenómenos de la comedia, que venían del Saturday Night Live, Dan Aykroyd y Eddie Murphy, así como la estrella del cine de terror Jamie Lee Curtis. Junto a ellos, dos leyendas del cine clásico, como Ralph Bellamy y Don Ameche. Bien. Empecemos.
Esta película la han puesto en la tele unos dos millones de veces, pero revisitarla justo el día del Primero de Mayo, que fue cuando la emitieron en nosequé canal, tiene su guasa.
Dos hermanos millonarios, ancianos, pero voraces como pirañas igual que si tuvieran doce años, salen de su mansión camino de la sede de su empresa y discuten en el coche si el hombre es o se hace. Si es el ambiente o es la persona misma la que lleva en los genes su bondad y valía. Deciden poner en práctica un experimento para comprobar si es una cosa o bien es la otra y hacen una apuesta.
En esta empresa, trabaja como inversor el personaje de Dan Aykroyd, un remilgado aprendiz de ricacho, atendido por un servicial mayordomo, con una novia pijísima y unos amigos que dan una grima tremenda. Educado en Harvard, Exeter, miembro de un selecto club, todo en su vida parece ir de perlas y, como no, en plena época Reagan, considera que los que están abajo es porque no se esfuerzan y se lo merecen. Un día, Billy Rae Valentine, el personaje de Eddie Murphy, que interpreta a un vagabundo buscavidas, mientras huye de la policía choca con él y el pusilánime Aykroyd le acusa de querer robarle. La poli lo detiene y lo mete en el calabozo. Los vejetes ponen en práctica su plan. Descabalgarán a Winthorpe, el personaje de Aykroid, de su posición y colocarán en su lugar a Billy Rae. A Whinthorpe le joderán la vida y al otro lo utilizarán como mono de feria.
A Whintorpe le ayudará a resurgir una chica que trabaja como prostituta y que participa en el plan de hundirle haciéndole pasar por traficante de drogas. Ophelia, así se llama, le acoge y le cuida. Billy Rae se convierte en William y Whinthorpe en un perdido resentido que roba comida de la fiesta de lujo de su ex empresa. Pero, Eddie Murphy descubre por casualidad que ha sido objeto de un engaño y que por un dólar, el importe de la apuesta, los hermanitos han jugado con la vida de la gente.
Planean la venganza y consiguen mandar a la ruina a los hermanos tras una jugada en la Bolsa. Vende, compra, compra, compra... vende! Creo que nunca lo entenderé.
Una película con unos puntos memorables, como las dos veces en las que Murphy mira a cámara, una al ser detenido y otra mientras le están explicando cómo funciona la Bolsa. O la interpretación de Aykroyd clavándolo como pijo bobo. O el momento Bo Diddley en la casa de empeños. Todos están muy bien y te ríes un rato. Y eso. Que por un dólar, esta gente es capaz de hacer de tu vida un infierno.
viernes, 2 de mayo de 2014
Miscelánea
Ahí está. El garboso y la foca monje contemplando qué iban a hacer los muchachos subiéndose a la estatua de... ¿a la estatua de quién? Es lo que tiene Barcelona, que siempre te sorprende. Pasando por delante del busto unas quinientas veces y sin saber nunca quién es. Y lo sospechas... será Cambó o será otro... Y sí. Es Cambó. Y ahí estamos nosotros, mirando a ver qué es y qué no es. Qué pasa. Vamos bajando. Se ha abierto hueco entre los nuestros y el resto, ya llegaremos. Barcelona y su busto a Cambó. Somos formidables. Al lado del busto, una parada de la ANC. Que si sí, que si no. Ahora que Prat de la Riba es el nuevo faro... cómo se nos ocurre pintar la calva de Cambó! Es que no tenemos vergüenza, señora, ya lo puede decir. Si Marx me viera cogiendo la banderita con semejante garbo... lloraría de pena. Una bonita canción sobre Barcelona. O no. Kamenbert y Terciopelo Azul.
https://www.youtube.com/watch?v=ht40R3u0qpg
El otro día en la radio, escuché una canción que me gustó muchísimo. Pero mucho, mucho, de verdad. La misma historia de siempre, escuchas la canción y no sabes ni quién la canta, ni cómo se llama, ni nada. Porque en la radio dicen el autor de una canción al anunciarla, pero no suelen volver a repetir el nombre cuando termina la canción. Error. Hay que buscar. Investigar. Y la encontré. Se llama Obsesionado y la canta Jose Domingo. Jose Domingo es, al parecer, sobrino de Pep Laguarda, que hizo un disco muy majo en los setenta... ahora ponemos una canción. Esta, Obsesionado, es... brutal. Es tan... años setenta... que da miedo. Porque estas cosas por aquí... o yo no las veo o no sé, pero es difícil escucharlas. A ver, tiene un disco anterior que es más acústico y está bien... a ver si puedo pillar este Almería. Mola mucho la canción, de verdad.
https://www.youtube.com/watch?v=AwqFp495eZk
Aquí está. Pep Laguarda & Tapineria con su disco Brossa d'ahir. Un discazo para escuchar por la mañana de sábado, o de domingo si no curras. Ahora que viene el calor. Te levantas y lo pones y ya empiezas el día con la tensión a su nivel. Alceu-vos, xe, que ja és de dia. Ahí estaban todos. O al menos, una buena parte de la tropa. Disco grabado en las Baleares, en Deià, en los estudios Bananamoon de Daevid Allen. Daevid Alien. Con Pau Riba y su hermano Xavier Riba por allí. El disco es una celebración de eso tan así de levantarte, sentarte al solete y dejar pasar el día. O hacer tus cosas. Hacer lo que te venga en gana, pero sin ponernos nerviosos. A qué hora, dónde es, quién lo lleva. Nada. Ya iré. Alceu-vos, xe, que ja és de dia.
https://www.youtube.com/watch?v=FHdoB5FnKug
Tengo la sensación de que siempre enlazo los vídeos del mismo autor. Kunkeiro69. Debe tener todo el archivo de la música que a mí me gusta. Qué curioso. Bueno, pongamos a los Hawkwind y veamos qué pasa. Pongamos a la mítica banda Hawkwind con el clásico Brainstorm. Una canción río, de once minutos, en los que el contenido es sencillo... brainstorm, brainstorm. Una canción que vale por todas las canciones del universo conocido. Brainstorm. Esta canción aparece en el legendario y quizás mejor directo de la historia de los directos Space Ritual, pero escucharemos la versión en disco, la del Doremifasol latido. Un discazo, por otra parte. De hecho, buena parte del Space Ritual se basa en el Doremifasol latido. No sé, cada cierto tiempo necesito ponerme una canción de Hawkwind. Es como una droga.
https://www.youtube.com/watch?v=g0att2_Zc1A
He redescubierto en esta semana a Bertrand Burgalat. Principalmente por los dos discos que tengo, el The Genius of Bertrand Burgalat y el The Ssound of music. Una canción especialmente me ha dejado picueto, se me habría pasado o algo... Juillet 66, en la voz de Julien Baer. Este Julien Baer también tiene buena pinta. Pero es imposible encontrar la canción en Youtube. Una lástima. Escucharemos una canción del Ssound of Music, precisamente la de Sound of Music, pero en una versión en directo, al parecer. The Sssound of Mmmusic. Ese bajo que golpea, ese bajo y esos coros. Eso es lo que habría que conseguir alguna vez. El sonido de la música.
https://www.youtube.com/watch?v=e-hyAwQ2BDc
Y para acabar, una pieza tremenda. No he encontrado la versión en la que Enrique Morente y Estrella Morente cantan por encima de la pieza, pero es brutal. Se trata de la Rondeña de Ramón Montoya, guitarrista flamenco. Esto lo he descubierto, una vez más, escuchando la radio. Radio Clásica y su programa de flamenco de las doce de la noche de los... no me acuerdo. Llevaban dos días poniendo Rondeñas y cada uno la interpreta a su manera y todo eso. Bueno, bueno. Al parecer, todo son variaciones del mismo tema, pero interpretadas a su estilo. Esta grabación debe ser antigua. No sé. No tengo palabras.
https://www.youtube.com/watch?v=P7Tu8Wd3WPA
Y se acabó. Que tengan muy buena semana todos ustedes. Y a disfrutar de la vida, que se nos escapa. Qué bonito.
https://www.youtube.com/watch?v=ht40R3u0qpg
El otro día en la radio, escuché una canción que me gustó muchísimo. Pero mucho, mucho, de verdad. La misma historia de siempre, escuchas la canción y no sabes ni quién la canta, ni cómo se llama, ni nada. Porque en la radio dicen el autor de una canción al anunciarla, pero no suelen volver a repetir el nombre cuando termina la canción. Error. Hay que buscar. Investigar. Y la encontré. Se llama Obsesionado y la canta Jose Domingo. Jose Domingo es, al parecer, sobrino de Pep Laguarda, que hizo un disco muy majo en los setenta... ahora ponemos una canción. Esta, Obsesionado, es... brutal. Es tan... años setenta... que da miedo. Porque estas cosas por aquí... o yo no las veo o no sé, pero es difícil escucharlas. A ver, tiene un disco anterior que es más acústico y está bien... a ver si puedo pillar este Almería. Mola mucho la canción, de verdad.
https://www.youtube.com/watch?v=AwqFp495eZk
Aquí está. Pep Laguarda & Tapineria con su disco Brossa d'ahir. Un discazo para escuchar por la mañana de sábado, o de domingo si no curras. Ahora que viene el calor. Te levantas y lo pones y ya empiezas el día con la tensión a su nivel. Alceu-vos, xe, que ja és de dia. Ahí estaban todos. O al menos, una buena parte de la tropa. Disco grabado en las Baleares, en Deià, en los estudios Bananamoon de Daevid Allen. Daevid Alien. Con Pau Riba y su hermano Xavier Riba por allí. El disco es una celebración de eso tan así de levantarte, sentarte al solete y dejar pasar el día. O hacer tus cosas. Hacer lo que te venga en gana, pero sin ponernos nerviosos. A qué hora, dónde es, quién lo lleva. Nada. Ya iré. Alceu-vos, xe, que ja és de dia.
https://www.youtube.com/watch?v=FHdoB5FnKug
Tengo la sensación de que siempre enlazo los vídeos del mismo autor. Kunkeiro69. Debe tener todo el archivo de la música que a mí me gusta. Qué curioso. Bueno, pongamos a los Hawkwind y veamos qué pasa. Pongamos a la mítica banda Hawkwind con el clásico Brainstorm. Una canción río, de once minutos, en los que el contenido es sencillo... brainstorm, brainstorm. Una canción que vale por todas las canciones del universo conocido. Brainstorm. Esta canción aparece en el legendario y quizás mejor directo de la historia de los directos Space Ritual, pero escucharemos la versión en disco, la del Doremifasol latido. Un discazo, por otra parte. De hecho, buena parte del Space Ritual se basa en el Doremifasol latido. No sé, cada cierto tiempo necesito ponerme una canción de Hawkwind. Es como una droga.
https://www.youtube.com/watch?v=g0att2_Zc1A
He redescubierto en esta semana a Bertrand Burgalat. Principalmente por los dos discos que tengo, el The Genius of Bertrand Burgalat y el The Ssound of music. Una canción especialmente me ha dejado picueto, se me habría pasado o algo... Juillet 66, en la voz de Julien Baer. Este Julien Baer también tiene buena pinta. Pero es imposible encontrar la canción en Youtube. Una lástima. Escucharemos una canción del Ssound of Music, precisamente la de Sound of Music, pero en una versión en directo, al parecer. The Sssound of Mmmusic. Ese bajo que golpea, ese bajo y esos coros. Eso es lo que habría que conseguir alguna vez. El sonido de la música.
https://www.youtube.com/watch?v=e-hyAwQ2BDc
Y para acabar, una pieza tremenda. No he encontrado la versión en la que Enrique Morente y Estrella Morente cantan por encima de la pieza, pero es brutal. Se trata de la Rondeña de Ramón Montoya, guitarrista flamenco. Esto lo he descubierto, una vez más, escuchando la radio. Radio Clásica y su programa de flamenco de las doce de la noche de los... no me acuerdo. Llevaban dos días poniendo Rondeñas y cada uno la interpreta a su manera y todo eso. Bueno, bueno. Al parecer, todo son variaciones del mismo tema, pero interpretadas a su estilo. Esta grabación debe ser antigua. No sé. No tengo palabras.
https://www.youtube.com/watch?v=P7Tu8Wd3WPA
Y se acabó. Que tengan muy buena semana todos ustedes. Y a disfrutar de la vida, que se nos escapa. Qué bonito.
Suscribirse a:
Entradas (Atom)