jueves, 30 de octubre de 2025
Tratado sobre la perfección humana
Son muchas cosas y todo es tan difícil. Resulta que el metro circula por debajo del suelo, durante varios kilómetros y llegado a un punto sale a la superficie y sin que te des cuenta, aunque a medida de que vas haciendo viajes y viajes te das cuenta de que sube una rampa y esa rampa lleva a los vagones a una suerte de superficie elevada a unos cuantos metros del suelo que es donde se encuentra la estación y no he ido nunca más allá, pero quién sabe si el metro seguirá circulando a cielo abierto o volverá a sumergirse. El hombre ha hecho todo eso. El ser humano. Ha hecho los vagones, los ha perfeccionado desde hace años y años y ahora son vagones confortables en los que hace fresco en verano y no lo hace en invierno. La estación de metro está elevada y para bajar de nuevo a lo que sería la calle, hay que coger unas escaleras mecánicas y si no quieres cruzarte con nadie y entablar conversaciones que no sabes cómo iniciar y mucho menos como transcurrir y peor aún si tienes que dejarlas colgadas, si eso te pasa, puedes coger un ascensor. Por debajo de esa superficie elevada pasa una calle que, como el lugar no está colmado de edificios residenciales y solo hay o naves o aparcamientos de coches o camiones o policías, más que una calle pareciera una carretera. Y es precisamente a pie de calle cuando se aprecia más y mejor la perfección del ser humano que ha llevado asfalto y calles y carreteras con sentidos diversos y formas adecuadas para que los coches circulen por sitios, lleven a lugares y al mismo tiempo otros medios de transporte hagan también su papel, mediante pasos elevados o bien subterráneos e incluso a ras de suelo. Son solo unos metros, pero qué armonía y que organización tan perfecta de todo para que camiones, coches, personas, vagones de metro, motocicletas de cilindradas diversas, circulen, quemen rueda, chirríen hierros y metales o plásticos duros. Carreteras, raíles, pasos elevados, edificios desde los que se gestionan cosas importantes y desconocidas, una cárcel que será un centro penitenciario que será, será. Autobuses que toman la curva fuerte. Personas viviendo en centros o en tiendas. Todo convive en comunión y con un sentido. Cosas, personas, que van de un lado a otro, a veces no van a ningún lado, cuando haces un trayecto determinado cada día, no estás yendo, no estás viajando, estás para irte a la cama ya. Te noto cansado.
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