jueves, 11 de octubre de 2012

Soberano

Porque en España nosequé nosecuantos. Algo así cantaba Manolo Escobar. Bien. En unos días, en unos meses, quizás en unos años, en los que la tan cacareada soberanía nacional parece algo que se limita a ponerse la camiseta de la selección de fútbol y gritar oé oé, mientras que todo lo demás nos lo deciden personas que están en otras partes o que incluso, están aquí mismo, pero con la cabeza puesta en otro sitio, pues bien, es en estos días en los que se nos albura un futuro absolutamente espeluznante, cuando el ministro de Educación, o de Cultura, o de lo que sea, se marca un tanto hacia la Reconquista del Reino de Catalunya, perdón Cataluña, queriendo 'españolizar' a la masa irredenta.
Resulta cuando menos... no sé. ¿Para qué queremos que los niños catalanes sean más españoles? ¿Dónde está la ventaja? ¿Qué se están perdiendo? ¿Merece la pena para los propios niños españoles, ser españoles?
Si hay algo que puede hacer que alguien quiera dejar de ser español, o al menos, no considerar eso de ser español como algo de lo que merezca la pena ir alardeando por ahí, es estudiar nuestra Historia. Con mayúsculas. Una historia plagada de saqueos, robos, estafas, aplastamientos, esfuerzos denodados por no hacer nada en beneficio del común, ganas de excluir a lo diferente, mantenimiento de privilegios y prebendas por encima de cualquier otra cosa, expulsión de lo distinto, vaciamiento cultural, expolio económico... en fin. Todo maravilloso.
Al mismo tiempo, de toda esa miseria hay que reconocer que han surgido cosas buenas. Claro. Tan mal, tan mal, pues tampoco. Pero da la impresión de que eso que merece la pena, ha surgido siempre (o me lo parece a mí) al margen de la oficialidad, de lo que desde arriba se instituye como 'lo español', cuando no abiertamente enfrentado a ello. No hay más que repetir las palabras de Franco respecto a Berlanga. No es que fuera un comunista, es que le parecía un 'mal español'. Pues eso.
Y mientras discutimos sobre si la bandera ha de ser así de grande o así de pequeña, por el horizonte se nos viene encima un futuro realmente aterrador. Mientras se discute si es o no posible que el país con el campeón del Mundo y de Europa no pueda ver el partido de fútbol contra Bielorrusia, pagando un millón y medio de pavos, por ahí fuera empiezan a especular con nuestro desastre.
Se hacen cálculos, se nos enseña el fantasma del futuro cuando se habla de Portugal o de Grecia, pero no nos queremos enterar. Seguimos pensando que en realidad, no va a pasar nada. Que esas noticias sobre la pobreza en España, en realidad le pasan a otros. No a mí. Yo no. Y si me va mal, total, con irme...
Un colega dice que hay que coger un avión y largarse. Irse de aquí. Aquí no hay nada que rascar. Y encima, los años malos de verdad nos van a pillar ya mayores. Sin tiempo de recibir la buena nueva de la españolización, o mejor aún si cabe, de disfrutar de los placeres sin cuento de la independencia de Catalunya. Hay que largarse. Al menos para pasar la vejez en algún sitio en el que la afición nacional no sea darle por el culo al vecino. Pero bien dado.
Y si nos quedamos, al menos habrá que hacer algo para que no nos tomen el pelo, o en su versión más contundente, que no nos den por el buyate. Mientras nos ponemos de acuerdo en el tema, seguimos para bingo. Mira, mira, ya vienen. Standard and Poor's dice que nuestra deuda es casi basura. Ole. Mira, mira, ya vienen.

3 comentarios:

  1. Qué gente tan palurda nos gobierna.

    De todas formas, con estas polémicas creo que el Gobierno está encantado, porque así no se habla de los que pasan hambre, pero hambre de verdad, en esta España de pandereta, somos tan pueblerinos, cuando viajo al extranjero cada vez más a gusto estoy.
    Te das cuenta, ahora voy a ser forofa de un equipo de fútbol extranjero, ¡visca Barça!
    Chao,

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  2. Ya está recuperado.
    Oiga, yo le había posteado, o lo he soñado?

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