martes, 21 de octubre de 2025

Thank you, Goodnight: The Bon Jovi Story - Gotham Chopra


Yo era pequeño y mi madre compró una especie de canasta pequeñísima con una pelota de baloncesto también pequeña y yo jugaba a ser Kareem Abdul Jabbar y hacía ganchos que nunca entraban mientras escuchaba la radio y sonaban en los 40 Bon Jovi y dos canciones, Bad Medicine y Living on a Prayer. Ni confirmo ni desmiento que tarareaba esas canciones. Bon Jovi no me interesó jamás y si he visto este documental de cuatro episodios sobre su vida y milagros es porque el mes de agosto es largo y las siestas con Martí pueden ser eternas. A mí me gusta entre poco y nada Bon Jovi y la pregunta que me hago al final del documental es si a Jon Bon Jovi le gusta Bon Jovi. Porque durante todo el documental pareciera que Jon Bon Jovi no quiso ser otra cosa que Bruce Springsteen, que por edad es un poco mayor y que, al compartir prácticamente vecindario y orígenes, es un poco el espejo en el que se mira. Esa lucha por la autenticidad no resuelta, ese no poder desligarse de algo que además te está matando, esos agudos de heavy suavón que vas arrastrando toda la vida y te están quitando la voz. A Jon Bon Jovi se le ve a disgusto en muchos momentos del documental ya que lo filman mientras está recuperándose de una afección vocal que no le permite darlo todo y si no lo das todo no eres auténtico y si no eres auténtico no te pareces a Bruce. Y he salido a pasear en coche con Bruce. Y sale el propio Bruce diciendo cosas en el docu, porque es su amigo. La historia de Bon Jovi contada por ellos mismos, también por Richie Sambora, guitarrista y rockero a gusto con su papel de rockero fiestero y melenas y cliché absoluto, que acabará fuera de la banda porque no puedes ser dos cosas a la vez y tienes que elegir y al final vale, mi banda puede tener vicios, pero lo auténtico no puede compararse con lo cliché. Y Jon Bon Jovi quiere ser auténtico y sonar bien y si tiene que pillar músicos los pilla para que suene todo bien y tu solo de guitarra ya no vale. La historia de Bon Jovi, la banda que se ve obligada a parecer metalera cuando no lo es, cuando no lo siente así su vocalista y alma mater. Tu público son los de las camisetas negras, les dice un primer manager, y tienen que hacer conciertos de metal con bandas de metal, tampoco nada excesivo, Scorpions por ejemplo, pero huir de eso, salir de eso para irse al rock auténtico, cortarse la melena, esa banda sonora como de forajidos. Son cuatro episodios en los que aparecen todos los clichés, la amistad, el teclista que es un entusiasta, el batería vicioso, el bajista que palma, el guitarrista guaperas pero más guaperas es el cantante, la rivalidad, encontrar tu sitio en el panorama musical y terminar con cara de estar hasta el gorro y preocupado porque no llegas a esa parte de Living on a Prayer en la que lo más sano sería dejar al público que grite. Un documental sobre la historia de Bon Jovi desde que salen de New Jersey hasta que no me acuerdo si al final termina dando una gira después de operarse o no. Han pasado muchas cosas y he visto muchas mierdas. ¿Os he dicho que he visto un documental de dos episodios sobre Billy Joel? 

domingo, 19 de octubre de 2025

M. Il figlio del secolo - Joe Wright


Apabullante y terrorífica. Una serie que no es documental, pero que quiere ser un documento, sobre el ascenso al poder de Benito Mussolini y su propuesta política, vanguardista, moderna, revolucionaria y desprejuiciadamente criminal. Un viaje a través de los primeros años del fascismo sin romanticismos, sin blanqueamientos, sin ocultamientos, sin edulcoramientos, sin tecnicismos, sin lágrimas, sin llantos y sin paños calientes. Una serie documental de ocho episodios con unos episodios de entrada salvajes, tremendos, que te dejan sin aliento, que te incomodan y te molestan, que pueden provocar que dejes la serie porque no te gusta nada lo que ves, no te gusta lo que estás sintiendo, no te mola nada ese terror, con unos episodios centrales que se enredan en el proceloso mar de la política más subterránea y finalmente emergen con un último episodio esquizoide, alucinógeno, pirado, con un final en el que el personaje principal, Benito Mussolini, asume que finalmente es Benito Mussolini y que le da igual. Como si no le hubiera dado igual antes. La serie nos explica de manera sencilla qué es el fascismo y lo hace sin necesidad de recurrir a análisis, a símiles o a complejidades. Es una propuesta política que nace de la mierda, que está impulsada desde el odio y el rencor, que se nutre y se abastece de violencia y que sin el auxilio interesado de la burguesía, que proporciona dinero y miedo, se hubiera quedado en eso, una propuesta de matones sin rumbo y con un pirado al mando con capacidad de crear una síntesis basada en el odio. El odio, el rencor, la violencia. El fascismo es estar contra todo. Es todo y contra todo. Son diferentes los momentos en los que esta serie ejemplar nos muestra qué es el fascismo y porqué puede triunfar. Triunfa principalmente si piensas que lo puedes utilizar, si crees que puedes domesticarlo, si crees que te puede ser de provecho para algo. Si le das alas a los matones de la porra, ya no hay salida. Esta serie es un hallazgo, un producto absolutamente revolucionario hecho desde una Italia que todavía es capaz de mirarse hacia dentro y reconocer las señales de su dolor. Una Italia que sufrió y padeció a un personaje que creyó ser tan amado por todos los italianos que incluso en el odio animal que generó, vio amor. Benito Mussolini, sin ningún escrúpulo, sin ningún asidero moral, sin ninguna brida ideológica y conocedor de todos los recursos ideológicos, es capaz de crear una bestia que matará de miedo a Italia y será el faro que iluminará a todos los hijosdeputa del mundo. Mussolini viola, miente, engaña, utiliza, se arrastra, grita, se exaspera, golpea, vocifera y sobre todo, maneja las situaciones de manera que nos puede parecer un personaje especial, único, providencial en su locura. Todo eso si no fuera porque sin el apoyo acobardado de los burgueses, los empresarios, los eclesiásticos de alto rango, su dinero y sus facilidaes, su permisividad y su tolerancia, el fascismo, los fascistas, hubieran muerto ya en 1919. Y sin embargo, no lo olvidemos, si el fascismo gana, si el fascismo avanza, si los imitadores de mierda, si los fetichistas del uniforme, si los totalitarios de postal, pueden alzar la voz y levantar cabeza es porque a otros, elegantes, cultivados, serenos, majestuosos, regios, les interesa y abren sus billeteras para comprar más uniformes, balas, porras. Una serie que es un recital de interpretación de un Luca Marinelli que no sé si se ha visto en otra igual que esta, pero que debe haber vivido una experiencia tan abrumadora como la que nosotros sentimos en la pantalla viéndolo interpretar a un... ¿Cómo es que no la están viendo ya?

lunes, 13 de octubre de 2025

Becoming Led Zeppelin - Bernard MacMahon


El documental acaba quizás con uno de los momentos más auténticos y que representan mejor lo que eran esos primeros Led Zeppelin, pero nos hurta las imágenes para dejarnos únicamente con el sonido. Se trata del concierto en el Royal Albert Hall de Londres en 1970, un concierto que significa la consagración oficial de la banda en su tierra natal después de haber conquistado los Estados Unidos. Este concierto se proyectó íntegramente en el In-Edit hace algunos años ya, en una de esas noches de Halloween en las que se programaba una maratón de conciertos clásicos y este fue uno de ellos. El concierto es un repaso de los primeros clásicos de Led Zeppelin, con todas sus idas de olla presentes, con un Jimmy Page ataviado con un suetercillo de rombos que me robó el corazón y con un final que me dejó turulato. El final es que, cuando ya han acabado y se han metido en el backstage, al menos Robert Plant, Jimmy Page y John Bonham comienzan a tocar C'mon Everybody, un clásico del rock and roll, y Robert Plant pone cara como de 'pero qué es esto' y sale a cantar esta y Something Else. Son dos canciones de un punkismo total, que suenan en los títulos de crédito y que, lamentablemente, no podemos ver. Están en Youtube. Y es una lástima porque son dos canciones, dos interpretaciones, que ilustran perfectamente lo que el propio documental quiere enseñarnos. Este documental nos habla, tal y como quieren los propios miembros de Led Zeppelin vivos, supongo, de la formación y conjunción de una banda que tiene una historia que en nada se diferencia a la historia de otras bandas británicas de los 60's y 70's. Chavales nacidos en la guerra o en la postguerra mundial, que crecen con la música y la cultura de los Estados Unidos y que a poco que les da la vida, intentan meterse en el mundo de la música. La diferencia con otras bandas es que, en el caso de Jimmy Page y John Paul Jones, su andadura musical no será la de estar delante sino la de estar detrás o muy al fondo, como músicos de sesión para grandes figuras, por lo que adquirirán durante esos años sesenta una formación y destreza musical al alcance de muy pocos. En el caso de Robert Plant, su camino será el de buscarse la vida como cantante, como frontman, hasta que encuentra su sitio. Y el de John Bonham, un tanto similar, a unos y otros, un valor seguro esperando encontrar su banda. Es Jimmy Page el que lo tiene todo en la cabeza y el que sabe qué quiere hacer, qué música es la que quiere desarrollar y qué es lo que quiere que la gente reciba cuando grabe su primer disco, también qué es lo que quiere mostrar en sus actuacions en directo. Para ello, un frontman resultón y de voz particular, un batería auténticamente salvaje y un todoterreno en la instrumentación. No aparece en este documental ni una pizca de mal rollo, de ningún reproche, de ninguna desavenencia, se trata de unos primeros años felices en los que todo viene de cara y que se saldan con un éxito rotundo tanto del primer como del segundo disco. Hay grabaciones brutales, como uno de esos primeros conciertos en los que el cámara se entretiene enfocando a niños que se tapan los oídos del follón que se arma cuando tocan Communication Breakdown, también los clásicos momentos que hacen que a veces odies a Led Zeppelin como los insoportables solos de batería de Bonham. Todos hablan, todos nos cuentan sus vidas, sus inquietudes, sus habilidades, su amor por el rock and roll y el blues y el rythm and blues y cómo ese amor será el que tamizado y empaquetado será el que les dará de comer a base de bien. El documental está pensado para que te quedes con un buen sabor de boca que te invite a recuperar esos dos primeros discos de Led Zeppelin. Cómo conquistaron el oeste. Cómo volvieron a casa a petarlo y a divertirse tocando Something Else más punkamente que los propios Sex Pistols. Soy perro viejo y ya sé que los dos primeros discos así de golpe no, sáltate Dazed and Confused, por ejemplo, sáltate todas las pajaradas y vete a lo concreto. Pero nunca reniegues de Led Zeppelin. Pero qué sabré yo. 

domingo, 12 de octubre de 2025

Tu amigo Edu


Yo al Edu lo conozco desde siempre. Recordarás al Edu saliendo de su casa, con la hora justa como nosotros, con un carterón que casi no podía con él, con el pelo largo, muy largo, bamboleándole de lado a lado. Conozco a mucha gente desde siempre, tampoco significa nada. Con la edad, qué cosas, hablo con gente que conozco desde siempre y a la que pensé que ya no iba a hablar, que ya no me iban a hablar. Con el Edu hablo desde siempre, pero creo que puedo datar exactamente el momento en el que el Edu y yo nos hicimos amigos. Queridos amigos, antes, mucho antes, escuchábamos también los 40 Principales con la esperanza de que sonara alguna vez un temita de AC/DC o Siniestro Total. Entonces no sabíamos porqué esperábamos eso, quizás lo entendimos justo ese día. Ese día, sonó en la radio una canción de Radio Futura. Estoy convencido de que fue a mediodía. Yo salía del colegio, iba a casa, comía y mientras comía con mi madre y mi hermanillo, ponía la radio. Y sonó 37 grados. El disco es del año 1987, por lo que teníamos 12 años. Volví al colegio y no dejaba de tararear esa canción. Yo me sentaba delante o detrás del Edu. Como quiera que me escuchó canturrearla, se giró y la cantó conmigo, qué si esto que si lo otro. Hasta hoy. Antes, ya antes, cuando jugábamos en el famoso C, el C, el equipo de los que no habían entrado en el A ni en el B y que solo entrenábamos en el corralito del Seimar sin salir a jugar fuera de lo malos que éramos, o se creyó alguien que éramos. El Edu jugaba de 9 y cuando marcaba un gol cantaba el Pavo Real de José Luis Rodríguez, El Puma, y se tiraba al suelo de rodillas y hacía todas las payasadas posibles. Éramos el equipo de los payasos. Y así hemos seguido. Quizás fue ahí que de alguna manera conectamos. La música y cierto sentido de la tontuna. Ha habido muchos momentos en los que me he preguntado porqué el Edu era mi amigo. Qué había hecho yo. Quién era yo. Qué les aportaba. La música, la perra, el dvd. Ir a casa del Edu, no sé si todavía en octavo o cuando íbamos al insti, a poner la maqueta de Tijuana in Blue que nos sabíamos como si la hubiéramos hecho nosotros y la madre del Edu pensar que realmente éramos nosotros los que cantábamos Sugar baby love a grito pelao en la habitación donde había colgada una guitarra eléctrica, una Gibson parecía, sin cuerdas o con cuerdas que le faltaban, todo un presagio. El Ramón me ha grabado el It's Alive de los Ramones, vamos a tu casa y te grabas la cinta. La música, la perra, el dvd. Al salir de colegio el Edu, el Abel y el Mario se fueron a estudiar a Barcelona y esperaba a que llegara el viernes para reencontrarlos, en el Casti. Éramos cuatro, todavía somos cuatro. Nos encontrábamos con otros chavales del cole, el Maño, el Merchán, el Javi. Pero éramos los cuatro, aunque el Mario se fuera pronto a Barcelona. Éramos cuatro aunque el Edu se fuera luego a Madrid. Cuando el Edu se fue a Madrid y nos quedamos solos el Abel y yo. El Edu es mi amigo, pero es tu amigo. Es tu amigo porque es muy buena gente, es muy buena gente porque no es otra cosa que el Edu. Eduardo Checa Martínez. Eduardo Checa y Checa y dos mil millones de veces Checa. Eduardo Checa Martínez Martínez Checa. El Edu puede ser tu amigo perfectamente. El Edu siempre tiene un momento para tomarse algo, para escucharte, para quitarle hierro a las cosas, para ofrecer ese punto de vista de persona que está en el mundo y que no está para mucho filosofar. Juega al espacio, como debe ser. Si la bola está aquí, ponla allí. El Edu hace poco confesó que les había jodido la vida con la música. Que les había prohibido grupos, estilos. Por eso, en cuanto se fue a Madrid y desde entonces, no para de ir a festivales, conciertos, lo que sea. Se ha librado del yugo acusador. El Edu ha cumplido 50 años el otro día, el 8 de octubre. No le felicitamos, felicitamos al Abel. Debería haberle llamado. Llegamos a los 50 años con la mirada todavía clara y las esperanzas intactas. Llegamos a los 50 años echando la vista atrás y, satisfechos con los retos conseguidos, levantamos la vista para afrontar nuevas metas. Llegamos a los 50 años en nuestro mejor momento. Llegamos a los 50 años siempre planteándonos dónde está el siguiente objetivo. No os juntéis con nosotros, no vengáis con nosotros, no es necesario. Los cuatro estábamos bien, los cuatro nos entendíamos y nos morimos de risa repasando mil millones de veces anécdotas del cole, las cosas del Puro, el Vega entrando marcha atrás en clase, el día que el Pepe se ponía las gafas y el Franki se las quitaba, muchas mierdas, la música, la perra, el dvd. Nos vamos a ir y nos vamos a meter lo mejor, el Toni, el Edu, el Abel, la música, la perra, tu madre, el Dvd. Fuego a tope, muerte a los falsos okupas. El Edu es tu amigo porque se sabe todas las historias, estuvo en todas. El Edu era un genio de las matemáticas, un auténtico cabecita. El Edu es un auténtico cabecita, otro ideólogo. Nos hicimos unas camisetas para el concierto de despedida de Siniestro: 'para no llegar, mejor no comenzar, es más fácil así'. El Edu es mi amigo. El Edu es tu amigo. 50 años tiene el pájaro. 

jueves, 9 de octubre de 2025

Crónica del #PleGramenet de septiembre. Humo.


Permítanme que robe esta foto de la web de l'Ajuntament de Santa Coloma de Gramenet. Permítanme que vaya por una línea más técnica. Esto último lo dijo el joven regidor de Vox horas después de haber dicho que, atención, si quitamos los carriles bici habría más carriles para coches, por lo que la circulación sería más fluída y habría menos contaminación. Técnicamente no se puede más. Y este es el nivel de los plenos de Santa Coloma de Gramenet. Una espesa y contaminante nube de humo tóxico que sobrevuela durante todo el pleno, que en este caso fueron nada menos que cinco horas y cinco minutos de humo, donde tiene más importancia lo que se suelta que lo que es, lo que se lanza al aire que lo que va pasando. Cinco horas en las que el otro regidor de Vox, se permite el lujo de decir que en el Barcelonés no hay contaminación, sin despeinarse. Cinco horas en el que un 'espontáneo' de Vox, se lanza al ruedo para hablar de la clase trabajadora como si fuera o fuese él en algún momento portavox, perdón, portavoz, de otra cosa que no sea un mensaje criminal contra la clase trabajadora. Humo, tóxico, contundente. Humo con mensajes racistas, clasistas, discriminatorios, a veces tan zafios y groseros que hacen reír, otras veces tan estúpidos que no sabes a qué obedecen, otras simplemente mentiras sin más pretensión que alargar debates que no tienen pies ni cabeza. Pero permítanme que le demos el premio en esta ocasión al otro regidor del PP, no al emérito señor Jurado, sino al otro, que como respuesta a la espectacular intervención del joven portavoz de Tajdid respondiendo a su vez a una aberrante moción de Vox sobre la enseñanza de árabe en Santa Coloma finalizó su absurda absurdidad diciendo 'ja s'ho faran'. Viva España con todas las letras de su santo nombre, sí señor. Esto es lo que le parece al otro regidor del PP todo esto de lo que se estaba hablando, ja s'ho faran. Pues este es el nivel de los agitadores de opinión de nuestra amadísima ciudad de Santa Coloma de Gramenet que es lo que más quiero yo en este mundo y que es más bonita que el mismo cielo azul que no se ve en la foto por el humo de mierda que desprenden las mierdas que dice Vox. PP y Vox se van turnando como oposición agitadora de las masas colomenses mediante todo un reguero de humo tóxico en el que se mezcla el populismo derechista, las mentiras, los bulos, la falsedad y el miedo. Saber qué piensa el PSC de ese troleo constante a una acción de gobierno que sigue el trantran de los anuncios de un optimismo un poco unicornial sobre la construcción de una segunda residencia o unos fondos europeos que así anunciados parece que mucho y luego se quedan en que no sabemos en qué se están gastando, es un misterio. A veces da la sensación de que los socialistas quieren imprimir algo más de izquierdismo a su discurso, a veces simplemente parece que responden a las tontunas de la derecha con respuestas en las que afirman que eso que dice la derecha no pasa porque ya lo estamos haciendo, como toda la vida, vamos. Esta serie de textos sobre los plenos siempre ha tenido un especial interés en lo méramente estético y no haré aquí un repaso de mis particulares manías sobre el tema de vestuarios, ropajes, peinados, etc. Sí que comentaré que el joven regidor de Vox, ataviado con su particular barba perillesca afilada abascalina, ha debido de quedar consternado por esa delirante intervención de su congénere señor Hegseth, secretario de Defensa o de Ataque de los Estados Unidos haciendo un alegato contra las barbas y demás chorradas que llevan los soldados varoniles y machotunos de los USA. Esa barba ya no es kosher, joven regidor de Vox. Y así vamos avanzando pleno tras pleno, dándole vueltas a temas como la taxa de residus, volviendo a enmarañar con el tema de la zona de bajas emisiones, con mociones que lo único que buscan es un espacio de exabrupto fácil y poco más. Cinco horas de pleno y una cierta sensación de patada hacia delante, un mes menos y ya en el pleno próximo veremos que pasa, cuál será la próxima concentración convocada por Vox bajo camuflaje, qué nuevo anuncio aparecerá de la chistera para evitar un debate incómodo, qué nueva artimaña buscará el señor del PP para no verse solapado por su extrema derecha. La situación política de Santa Coloma parece que no se sacude una cierta sensación de provisionalidad que revolotea en el ambiente. Hay quien piensa que el tiempo hasta el 2027 se le va a hacer largo, a otros corto, que lo que disfrutan ahora será poco con el reino de los cielos que vendrá o que deben creer que su situación será así porque así debe ser y será. Se inicia la cuenta atrás hasta las próximas elecciones municipales y hay que echar ya toda la carne en el asador para evitar que la izquierda en Santa Coloma se quede de nuevo sin voz y voto en el ayuntamiento. Responder desde las peticiones de palabra, como hacemos en Comuns, es una tarea fundamental, pero lo realmente importante es que se note que hay una posición de izquierdas en la política colomense. El pleno dura cinco horas y solo la primera hora y media tiene contenido ejecutivo, el resto son declaraciones, mociones, tomas de posición y desmentir humo. Que el humo deje paso a la luz, ahí nos vemos. 

viernes, 3 de octubre de 2025

Berlinguer. La gran ambición - Andrea Segre


Esta película es interesantísima por muchas cosas. Es dolorosa por muchas cosas. Esta película está hecha no sé con qué intención. No sé si es la de elevar la moral de la tropa o si es la de ponernos frente a un espejo. Esta película hiere. Esta película también nos muestra cuan difícil es todo lo que intentamos, los enemigos a los que nos enfrentamos incluso cuando todos somos uno, cuando estamos unidos, cuando vamos a una. Incluso ahí, lo tenemos todo en contra. Lo hemos tenido incluso cuando hemos aprendido de nuestros propios errores. Incluso cuando no hemos cometido errores y hemos intentado aprender de nuestras fantasías idealistas. Incluso sin tener fantasías idealistas, sin tener nada más que esa gran ambición de la que se habla y por esa gran ambición someterse a sacrificios que dejan atrás dogmas y sumisiones a gentes o símbolos o rincones confortables o memorias que son anclas, incluso ahí, incluso teniéndolo todo, incluso ahí, lo tenemos todo en contra. Incluso siendo el PCI, teniendo una historia de la que aprender, teniendo una organización modélica, teniendo cuadros que piensan, teniendo dirigentes que actúan con sentido y con rigor, teniendo intelectuales y teniendo una base que está en contacto con la vida de la calle porque ellos son la vida de la calle. Todo eso nos lo enseña una película que retrata unos años cruciales en la historia de Italia pero también en la historia de lo que podríamos llamar movimiento comunista. Así sin mucho lío. Enrico Berlinguer, después de la experiencia truncada del socialismo en Chile, truncada y asesinada por los fascistas que ni consienten ni permiten una vía democrática al socialismo, Berlinguer como digo, secretario general del PCI llega a la conclusión de que en lugar de enfrentarse con la Democracia Cristiana como en Chile, perdón, en lugar de considerar a la Democracia Cristiana parte del bloque antidemocrático o dejarles en ese rincón, es mejor atraerlos, convencerlos de que hay dos bandos: los demócratas y los antidemócratas. Y los comunistas, incluso contraviniendo las directrices soviéticas, son demócratas. Este sería el plan. Convencer a los propios y a los ajenos, de eso trata el hilo de la película. Esa pretensión de abandonar el dogmatismo revolucionario o falsamente contrario a la democracia liberal, no será fácil y los propios se convencen y los extraños se extrañan. Pero se asume, se consigue, se trabaja, se explica y se convence. El problema son los otros, claro. Y todo queda meridianamente claro en unas declaraciones de un Agnelli, uno de esos cavalieres, de esos señores tan elegantes, con tanta clase, tan aplaudidos en las revistas por su estilo, su sobriedad, su... pero que dice que hará todo lo posible para que Italia no sea comunista ni eurocomunista. Todo lo posible. 
Todo lo posible. 
Y así, efectivamente todo lo posible se termina haciendo y pese a que el PCI mantendrá un apoyo electoral considerable que obligará a fórmulas de gobierno rocambolescas para no permitir su entrada en el gobierno durante los ochenta, la táctica funciona. Comunistas o eurocomunistas, donde mejor estamos es en nuestro rincón. 
Y si esta lección es sangrante o dolorosa, mucho más lo es contemplar esas imágenes de archivo en las que se muestra en todo su esplendor lo que era el mayor partido comunista de Europa occidental. El poder de convocatoria, de identificación, de implicación. Lo que es un modelo de organización y de compromiso. Son imágenes de manifestaciones, de fiestas del partido, de funerales, de fábricas, de la calle. El orgullo de ser comunista y de saber que perteneces a algo que nos hace mejores, a todos y todas. 
Y la tristeza inmensa que te asalta cada vez que piensas que esas imágenes de muchedumbres, de rostros orgullosos, tan solo quince o veinte años después, se quedan en nada. En nada, sin referentes, sin continuidad, sin memoria, sin hilo conductor, en el vacío. Hoy qué queda en Italia de todo eso. Queda quizás algo como el Partido Demócrata, pensarás, querido lector. Piénsalo y si es eso lo que queda, qué pasó. Qué pudo pasar. Cómo pudo pasar.
Ver esta película con orgullo y con la ambición de querer un futuro mejor en tiempos de tanta zozobra y oscuridad. Ver esta película como la eterna vindicación de algo que se fue y que se ha ido. Antes. Pero es hoy. Para hoy. 
Lo tenemos todo en contra. Hasta la memoria.