Los poetas preparan su actuación. Los poetas buscan en sus recuerdos momentos emocionantes para llevarnos, con ellos, a ese lugar del que vienen ellos mismos, los poetas. Los poetas no tienen abierto un supermercado un domingo para que vayan otros poetas a comprar una garrafa de agua. Los poetas también hacen teatro. Los poetas están solos mientras las autoridades se saludan fuera. Los poetas ya han sido agasajados a su debido tiempo y ahora no hay más que decirles. Los poetas se ríen con sus propias bromas y nos hacen reír a nosotros con ellas. Los poetas vienen de Nueva York, han estado hace poco en Japón, leen sus obras aún frescas en el Iphone. Los poetas son capaces de hablar varios idiomas, pero utilizan un traductor local para que les entendamos. Los poetas comparten referencias y lenguajes y símbolos y pecas y niñeces y amor por la familia y amigos. Los poetas se reconocen entre ellos y buscan la complicidad con la mirada. Los poetas están en el banquillo y calientan para salir. Los poetas hacen como que están escuchando a otros poetas, pero en realidad piensan en lo suyo. Los poetas saben que los demás poetas no les están escuchando. Los poetas leen de un folio. Los poetas leen de sus propios libros escritos en edición autoproducida. Los poetas se buscan la vida como pueden y como saben. Algunos poetas no están allí. Muchos de los poetas están solos. Los poetas esperan pacientemente a que les llegue su turno de aparición y actúan como un resorte. Los poetas se levantan por las mañanas de una manera bien diferente. El combate cotidiano de los poetas se termina cuando miran hacia atrás y ven las sillas vacías. Los poetas se han visto en situaciones muy difíciles, terribles, absolutamente fantásticas, porque las han escrito. Los poetas se ríen de sus propios poemas. Los poetas están solos. Los poetas valoran que les leas un poema, su poema y des tu opinión. Los poetas tienen un círculo propio de actuación y quisieran que ese círculo fuera tan grande como la canción de Roberto Carlos. Los poetas se ríen, casi mayoritariamente, de Roberto Carlos. Los poetas declaman y eso no está bien. Los poetas hacen poesía en prosa y eso es difícil de explicar a un niño. Hay adultos que tampoco entienden a los poetas. Seguro que si le digo a mi hermano que podría ser un poeta se enfadaría. Los poetas a veces parecen invisibles. Los poetas sentados en una silla, uno junto al otro, esperando a que llegue su turno, buscando en el suelo la inspiración, o cobertura para el móvil. Los poetas tienen familias interesantes a las que merece la pena incluir en poemas. Los poetas están aquí y mañana allí. Los poetas, sin saber uno por qué, tienen una voz prodigiosa, limpia, cristalina. Los poetas saben leer. Los poetas montan un espectáculo todos los días para que la poesía brote. Sin teatro no hay poesía. Los poetas están solos esperando a que les llegue su turno. A los poetas no les molesta que les hagan fotos, o que les graben en vídeo. Los poetas no se molestan en contarlo todo sobre sus poemas, pero hacen amagos de. Los poetas descubren cada día un mundo nuevo y a mí me da en la nariz que no les voy a entender por muchos esfuerzos que haga. Los poetas miran al poeta mayor con veneración pero también con ganas de que termine. Los poetas se burlan de otros poetas. Los poetas están solos esperando a que les llegue el turno para pintar.
* Foto de Manuel Rivas (camisa blanca) y Kirmen Uribe (camisa oscura) en el Auditori de la Biblioteca de Singuerlin de Santa Coloma de Gramenet, el 27 de septiembre de 2013.
¿Les tiene manía a los poetas? No me lo esperaba. Se ha dejado decir: Los poetas se mueren de hambre.
ResponderEliminarQue sería de nuestro mundo sin poesía.
ResponderEliminarUn abrazo y buena semana