Y yo vi cómo nuestros globos verdes volaban voluntariosos y se encontraban en el camino con una formación de globos bien uniformados que les cerraron el paso en el aire. El aire no es de nadie y es de todos y yo he visto y no lo he visto porque me lo han contado que uno de estos días nuestra carpa se volaba. Y yo he visto balones de colores y gente con bolsas. Y yo he visto el suelo lleno de balones y de niños felices que jugaban con ellos en el césped. El césped del río que es de todos. Y yo he escuchado en una peluquería, early in the morning, alabar a ese muchacho tan bueno que habla en la tele que dicen que van a pasar de tres a trece. Eso no fue el día ocho, o el siete. Ya no recuerdo. Yo he visto estado el viernes por la mañana repartiendo revistas en Santa Rosa y poner cara de ahá mientras me decían que a Nuria Fergó no la iban a votar. Y uno dice, ahá. Y yo me he tomado un cortado con el Copi a ritmo de Tijeritas, mientras los tres de Palacagüina movíamos la cabeza así. Yo he sufrido un dolor de narices y he seguido en pie, y a veces también he seguido sentado mientras la gente en Santa Rosa nos explicaba viejas historias del PSUC. Yo he escuchado una voz gutural decirme ‘gélido, gélido, vente al lado oscuro y engorda’. Yo he escuchado voces decir que tengo retórica. Yo he visto un incendio de cerca. Yo he visto cómo se transfiguran las caras de la gente cuando el incendio está ahí y la responsabilidad asoma. Yo he visto a los Chochos en concierto y todavía nos estamos preguntando, desde el respeto que como músicos nos debemos tener unos a los otros, qué narices toca el Miguel del Xocala. Yo he visto de cerca a los miembros de Barcelona en Comú y son como nosotros. Son nosotros. Yo he visto carteles preciosos, hechos con dineros, carteles del stablishment colomense, que sabes quiénes son y a dónde van. Yo he visto al stablishment del pan con chocolate hacer preguntas sobre si somos o no somos, sobre si haremos lo que todos nos dicen que no debemos hacer y que a todos los del stablishment les interesa. Yo he visto a los Chochos y todavía no recuerdo haber bailado. Yo recuerdo haber bailado rock con un poeta. Yo recuerdo haber estado a punto de cargarme a un poeta. Yo recuerdo, como si fuera ahora mismo, haber tenido a un poeta entre mis piernas. Yo podría haber matado a Joan de la Vega. Yo soy Antonio Molina, El magnánimo. Yo recuerdo haber opinado mucho y bien sobre la fealdad. Sobre la fealdad de uno mismo. Sobre lo feo que recuerdo haber sido siempre. Yo recuerdo haber sido una persona con la autoestima muy baja, siempre. Recuerdo, como si fuera ahora mismo, haber asistido a un recital de Nelson Poblete y de José Luis Lozano y debo estar en una fase muy tonta de mi vida, porque me está empezando a gustar todo. Yo no sé por qué día voy. Yo recuerdo haber estado, como en un sueño, en el Fondo. Yo recuerdo haber repartido y repartido centenares de revistas. Y recuerdo una camisa blanca. Y recuerdo un sol de justicia. Y recuerdo bolsas azules en lugar de rojas. Y recuerdo haber empezado a usar lo de ‘un papelito de la competencia’, para entregar los panfletos. Panfleto. Y recuerdo haber escuchado en una emisora local decir que los pactos se decidirían en asamblea. Y no era la voz melodiosa y agradable de nuestra candidata, que era la voz recia del candidato de quienes nos relegaron al rincón de la historia por haber dicho que nosotros los pactos los decidíamos en asamblea. Y debe ser cosa de convertirse en Stablishment. Y recuerdo como si los hubiera visto hoy mismo, carteles de una formación nueva y novedosa, que puede hacer lo que quiera, apostar por una coalición de partidos como la nuestra pero que no es la nuestra. Y luego todos somos amigos y si pasa su coche nos saludamos y todo mola, pero yo me acuerdo de las cosas, porque todavía no tengo los cuarenta y me funciona la retentiva. Y yo he hablado con el Angel de bambas, porque nos gusta hablar de bambas y de cosas así superficiales, entre comunistas y socialdemócratas, unas bambas muy guapas verdes y amarillas, que no casan bien los colores pero da lo mismo, que le han costado 55 euros en el Maraton. Y nos hacemos fotos de bambas como para enseñarlas luego, pero da igual. Total. A mí no me lee nadie y no voy a publicar nunca nada, porque he estado a punto de matar a un poeta. Y yo he estado delante de un secretario general y como cúpula que soy, le he dicho que yo ‘me hago el comunista’ a veces. Y espero que la gente se ría y no se ríe. Porque no hace gracia. Y yo recuerdo haber estado en un parque, allí arriba en las Oliveras, la placeta de las Oliveras, reivindicando algo que ya había subido a solucionar el día de antes quien ya manda en la ciudad en el siguiente mandato. Y yo he escuchado las preguntas y deciden por nosotros. Y nosotros no decimos una casa y luego es un pato. Esto lo he escrito porque ya no quiero escribir más. Porque escribo muy bien y abuso. Porque hace mucho que no escribo y cuento cosas cuando lo que me gustaría hacer es un vídeo. Yo salgo corriendo desde el fondo, llego al primer plano y me presento, la cámara se gira y sale la candidata y dice que nos voten. Yo creo que mola. Y yo he estado tocando balón por la mañana y viendo a Iñaki Williams marcar un golete molón por la tarde noche. Y he ido al día siguiente a una carpa en la Rambla Sant Sebastià y hablar en el paralelo 35 con los del equipo naranja y no llegar a ningún acuerdo. Y no me quiero enfadar y yo pensaba que los partidos nuevos y los viejos no tenían nada que ver y resulta que los partidos nuevos forman coaliciones, pactan y ya veremos, o bien se ufanan de no haber ido a una reunión y no saber exactamente, pero te la suelto igual y yo me río y tú te ríes y te he hecho una entrevista blandita pero no pasa nada, tocándola, muévela en el centro del campo, así atrás, asegura, empezamos otra vez.
Hola, soy el Toni, estoy hoy pasando frío en Singuerlin porque hoy toca Singuerlin y Chamizo nos dice que pone una pegatina de la virgencita en el poste de la luz y así cuando se toma la cervecita dice, mírala. Y ahí está. Y repartimos más y más panfletos de propaganda. Ya tengo vuestro papel, sois los comunistas. A ver cómo le explico yo a este señor… y yo he estado en una plaza escuchando al Centella y a los de Movistar. No a un tío haciéndose el Movistar, no. A los de Movistar. Y hemos tomado el mando de la coalición, con las llaves en la mano. Hemos conseguido la vieja aspiración del partido, volver a la unidad. Por primera vez nos han dejado las llaves del local. Es el principio. La unidad. Unidos. Ahora sí que no tenéis nada que hacer, gente del stablishment de los carteles bien hechitos y las infos molonguis. Ahora sí. Y yo no escribía así. Que yo antes me lo pasaba bien y no estaba pendiente de las cosas. Pero es que me he cohibido mucho. Estoy muy flojo. Escribo cada vez más flojo. Flojo, fuerte. Y esa voz diciéndome, ‘gélido, gélido, pásate al lado oscuro, que escribes muy bien’. Me asusto. Me asusto de pensar. Porque soy muy asustadizo. Y mañana nos toca en… no sé. Creo que nos toca por Riera Alta. Y no mola que decidan por uno. Nosotros no somos vosotros. Eso debería haber quedado claro antes. Nosotros no somos vosotros. No somos. Estamos. Hacemos. Y nos lo curramos un huevo. Y vamos a liarla parda el 24. Aunque llueva. Porque tenemos a gente como el Gabriel que es un fenómeno que se come una reunión y descubre a propios y extraños que hay cosas en Santa Coloma que no conocen hasta que se las dice él. O a la Joe, que vale más que un sol. O a la Africa, que se empeña en combinar el verde y el amarillo. Y no puede ser. Ahora en serio. ¿Qué toca Miguel con los Chochos? Yo recuerdo haber podido matar a un poeta y no lo hice. Pero lo llevo bien. Estoy en plena forma.
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