domingo, 14 de abril de 2019

Crónica del inicio de la campaña electoral. ¿Qué nos va a pasar?

Lo importante no es lo que sale en la foto, porque si lo importante fuera lo que sale en la foto, podríamos discutir y muy mucho sobre qué sale en las fotos. Coge la guitarra amigo mío, coge la guitarra, que hace mucho frío. Los carteles electorales. Dicen que hay mucha gente que todavía no ha decidido el voto, pero por lo que dicen las encuestas, la gente parece haber decidido o tiene que decidir haber decidido que nosotros no. Nosotros, no. De todas las maneras posibles. Nosotros no. Con coma y sin coma al principio o al final de la frase. Y no va a haber punto y aparte porque tengo prisa y hace mucho que no escribo y tengo muchas cosas que decir. A ver, lo del cartel socialista. Las caras, pero sin eslogan. Es esto lo que nos va a pasar. Nos va a pasar que no hay nada que ofrecer, nada que decir, ni un slogan que medio nos engañe, es el voto sumidero de esto es lo que te ha quedado, amigo o amiga, tienes que votarnos porque no hay otra cosa y no hace falta ni que te expliquemos nada. Tres chavales, este domingo por la tarde, poniendo carteles del Front Republicà, con toda su voluntad y sus buenas intenciones. Con su cubo. Como nosotros. Los socialistas tenían los carteles puestos ya de antes. No hables mal de los socialistas, que muy posiblemente tengamos que pactar con ellos. ¿Qué nos va a pasar? ¿Qué nos ocurrirá? El viernes tuvimos nuestro acto colomense y nuestro acto de presentación de candidatura. 27 hombres y mujeres que tienen un corazón que no nos cabe en el pecho, más buenos que todo. Qué personas más personas. Yo no necesito poder, me comunican por vía interna. Somos personas que el viernes se presentaron. El Jonatan Fornés hizo un discurso memorable, porque hizo un discurso que recordaremos, en un escenario en el que todo el mundo piensa que ya no, va él y dice que nosotros sí, como si no importaran las hondonadas de mierda que vierten por encima nuestro, como si no importara nada la mierda de las mierdas que nos van aporreando por sistema, como si no importara nada, ahí, con vehemencia y con ilusión. Y eso mola. Qué nos va a pasar. Qué va a quedar de nuestro imperio, de nuestro bonito imperio en el que nos íbamos a comer el mundo. Pues no lo sabe nadie. Porque no me puedo creer que de verdad, después de todo lo que ha pasado y lo que tiene que pasar, la solución sea el vacío, la nada, el cartel en blanco y negro y la nada. Y la cara y nada más. Vota. Nada más. No te queda otra alternativa. Y pones las noticias y no sabes qué. Y los otros carteles, los de la otra nada con el puño en alto esperando la oportunidad, ensanchando la base, comprando a gente, levantando el puño, cantando el himno, poniendo como slogan algo que ya no sabes si lo has leído o lo has escuchado en otro sitio. Y deben pensar que finalmente todos nos convertiremos a la religión de las antiguas creencias y que todo debe ser así. Y tendré que pasar debajo del cartel todos los días y me acordaré de que tengo que ir a cagar. Qué nos va a pasar. No nos va a pasar nada que no hayamos cultivado antes. Recoges lo que siembras. O recoges un estado de lo que sea. Expliquemos con claridad las cosas. El pasado viernes, en el museu torre balldovina, Jaume Asens demostró que no es un candidato mitinero, pero sí que lo es Aina Vidal, pero no le hace falta demostrar a Jaume Asens que no es mitinero, porque sus virtudes son otras. Y sus aliados, sus compañeros somos nosotros. Que quede claro. Y ya no hay más base que ensanchar, ni compañeros que colocar. Ni compañeras que colocar. Y en el otro lado del río un cartel que nos dice vamos. Vamos a donde. Que con ese paso firme y esa mirada de tenerlo claro, no sé. No me fío. No quiero ir. No vamos a ir contigo. No íbamos a ir antes, pero ciudadano, mucho ciudadano, te voy a decir una cosa, tan malo es parecer la novia cadáver en el cartel como parecer que te has engordado ¿Te has engordado? Es que no te cabe la cara en el cartel. De verdad, no te cabe la cara. Y eso hace feo. Tanto estudiar y tantos equipos de márqueting y de marketing y de coaching para poner todo un careto que no cabe en un cartel. Tenemos tanta cara que. Y lo mismo pasa si pones muchas fotitos de mucha gente, que te tienes que parar a mirar y cuando te quieres dar cuenta no sabes. Si era mucho más sencillo, poner la foto de Albano y que la gente cayera rendida ante su sinceridad, su honestidad y su sincero y manifiesto apoyo al President Torra y tal. O al cual. Da igual. Su cara en un cartel. Lo decía la canción de La Polla. Por fin lo consiguió, su papada en un cartel. Sigamos adelante. ¿Qué nos va a pasar? ¿30 diputados? Mítines llenos de gente mayor esperando a que uno se ponga a aplaudir para que los demás aplaudan. Mítines llenos de gente puesta para que parezca que haya más gente. Tengo interés por ver los carteles del Casado. No sé. Esta campaña electoral. Esos carteles sin caras, con cosas escritas, de colores azul y rojo y blanco. No me pongas el cartel en la puerta del bar, porque es que luego viene la gente y se enfada. No pongamos el cartel en la puerta del bar. No se enfade nadie. Qué más nos falta. ¿Qué hemos hecho mal? Tan mal. A lo largo del tiempo uno acaba pensando que no ha hecho nada bien. Nada, absolutamente, y cuando llega la hora de la verdad no entiende qué ha pasado. Qué ha podido pasar. ¿Qué nos va a pasar? No lo sé. Empieza una carrera de quince días a la que seguirá otra acto seguido. Cansancio en las piernas de no hacer nada. Llevar la escalera, apoyar al que está subiéndose en las escaleras porque servidor no se puede subir y no ya que no pueda subir es que si me subo luego tener que hacer el nudo es un drama, pero un drama de los de... así. Ese tipo. Y somos nosotros otra vez. Con los cuters, con las cuerdas, con la cola, reutilizando, armando, pegando, repegando, perdiendo horas de vida, porque no tenemos a nadie que nos lo haga. Con estas manos trabajadoras que no sé yo cómo no me han mandado ya a cagar. Mira, cada vez que me acuerdo de cagar me acuerdo del cartel. Muñeco de barro. Y aunque solo sea por todo el coraje, vamos a tener que seguir dando el callo. Y defendiendo que la propuesta, la idea, es la que es, y no hay otra manera que defenderla que con alegría, humor y manos. Manos que se han de comer los gusanos. Manos que acarician el rostro del mañana con los callos que te han salido hoy. Hola, buenas tardes. Quién es. Soy pablo Neruda. Ostia. Abandona la sala. Y además hostia va con hache. Que llevas mil años escribiendo y no hay manera humana de que te entre en la cabeza que hostia va con hache. No he visto ningún debate todavía y cambio de tema. Vosotros habéis visto ya algo o qué. Si no hemos visto ninguno nada, es que tenemos un problema. Entonces tenemos un problema. Porque entonces va a tener razón el del cartel en blanco y negro que no dice nada. Y es que no hay nada que decir. Y si no hay nada que decir, pues muy buenas noches.

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