lunes, 4 de diciembre de 2023

Roberto Bolaño - Cuentos


Este libro está en casa desde hace tiempo. Lo tenía porque alguien me lo dio, regaló, lo sacó de algún sitio y yo no pensaba leerlo porque son libros de cuentos que ya tengo por separado y había leído. Llamadas telefónicas, Putas asesinas, El gaucho insufrible, recogidos en un solo volumen. En mi cabeza, en la teoría, esos libros ya estaban leídos. En la práctica no. Porque así como ha habido cuentos que estaban en mi memoria, otros parecía que venían a mí por primera vez. Y que te venga por primera vez algo de Bolaño, es repetir otra vez la experiencia que significa leer algo de alguien que no solo está escribiendo, sino que está viviendo la escritura y te la hace vivir a ti y te vuela la cabeza. Así que para volver a leer o releer o lo que sea es te libro me he tomado mi tiempo. Un tiempo dedicado a leer uno o dos cuentos al día, no más. Porque no es cuestión de leer a bulto, de leer al peso, sino de disfrutar y digerir lo leído, de no pasarlo por alto. Y de apreciar que, lo que se está leyendo, no es únicamente un ejercicio de composición, efectos, intrigas, tramas, etc., es algo más. Es una memoria de vida, inventada o real, real e inventada, todo a la vez y en todas partes. Desde los cuentos más opresivos a los más abiertos, de las historias más deliberadamente convencionales a las más barrocas, todo parece que está vivo, que pasa, que está pasando una y otra vez. Lo peor de todo es que piensas que todo eso te puede pasar a ti. Que todo eso que estás leyendo podría ser también tu vida. Y porqué tú no estás escribiendo todo eso que también te pasa. Que también te imaginas que te puede pasar, que le puede pasar a la gente que conoces. Naturalmente hay una vida de Bolaño que tú no vas a vivir, la vida del chileno exiliado, la vida del escritor latinoamericano y el peso de una fama buscada y encontrada con la que emular a los grandes que pesan tanto. La vida del adolescente mexicano, la vida del escritor que solo vive por la escritura, la vida del hijo, de la pareja, de lo que sea, la vida. En estos cuentos está Bolaño, está A. Está Belano. Están todos los personajes reales e irreales, las situaciones espantosas, negras tristísimas, las relaciones sentimentales más absurdas, las más apasionadas, todas. Está el peso de la literatura latinoamericana, el peso de los grandes, de los pequeños, de los escondidos, de los tótems, de lo que se aspira a ser y no se será nunca, pero se es. Están las ganas de escribir siempre como si fueras Bolaño. Está plantarte ante la necesidad de escribir un texto y encontrarte que ya no eres capaz de, ni siquiera, intentar escribir como Bolaño, de hacerlo a tu manera, que se han agotado los temas, que ya no eres ni serás nunca lo que hace veinte años, cuando leíste esos mismos cuentos y los libros grandes de Bolaño, pretendiste emular, pretendiste ser. Falsas imitaciones de un escritor cuya vida tú no alcanzarás a vivir, ni te atreverás a imitar. Estos tres libros de cuentos, un solo volumen de cuentos, no son lo mejor de Bolaño porque todo el mundo ya ha canonizado qué es lo mejor de Bolaño. Y sin embargo, en estos cuentos está también lo mejor de Bolaño. No creo que haya que decir mucho más. 

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