miércoles, 14 de febrero de 2024

Ángel Pestaña. El caballero de la triste figura - César Alcalá


Pues nada. Que uno lleva mucho tiempo detrás de leer algo, alguna biografía sobre todo de Ángel Pestaña. Uno va por la Central a buscar libros, siempre se acuerda de Ángel Pestaña y solo ve el libro este de cuando fue a Rusia. Y de repente, estas navidades, me encuentro con este libro. Sin encomendarme a Dios ni al diablo, ni leer la solapa, ni leer la bio del autor, ni leer nada, preso de la emoción, me lo llevo. Ya en casa, al día siguiente, ansioso por empezar a leerlo, me leo algo sobre el autor que aparece en la solapa y, horror, veo que el autor está especializado en libros sobre la Guerra Civil... pero del otro lado. A Google. Horror. El horror. Me he comprado un libro facha. Comienzo a leer el libro y sí, nos cuenta mucho sobre la honradez, la austeridad, el compromiso, la fidelidad, lo incomprendido... pero que se entrevistó o se pudo entrevistar con José Antonio Primo de Rivera y que fíjate tú si eso hubiera cuajado qué bien todo. Esto aparece ya como premisa inicial para presentar el libro y el porqué se ha dedicado al personaje. El estómago revuelto. Pero no me voy a rendir. Porque el libro es una fascistada, claro, pero para hablar de la vida de Pestaña, de la vida propiamente dicha de Pestaña, ha recurrido a la propia autobiografía de Pestaña y al libro escrito por Ángel María de Lera sobre Pestaña y éste era un compañero de Pestaña en el Partido Sindicalista. Todo el resto, todo el contexto histórico, toda la explicación de fenómenos como el pistolerismo, los testimonios que recoge sobre el tema, el delirante relato del comienzo de la guerra civil, la revolución de octubre del 34, está claramente situado en testimonios de la derecha de la época o si no, el autor lo lleva todo al terreno que le conviene. El caos de la izquierda, lo inevitable de la guerra, el plan anarquista para la revolución social que ya tenían preparado en el 36, todo y más en una narración torpe y asquerosa por donde revolotea la vida de Pestaña de una manera inexplicable. Porque no tiene nada que ver todo lo que cuenta de Pestaña con su perorata derechista pero el mero hecho de querer presentarle como alguien que, ay, podría haber sido algo que jamás fue, le sirve para ver si cuela. Y no cuela. Nos enteramos de la vida paupérrima de Pestaña contada por él mismo, de una infancia terrorífica, de su vagabundear, de cómo endereza el rumbo en el norte de África, de su llegada a Barcelona ya metido en el anarcosindicalismo, de su ascenso en la CNT, de sus posicionamientos, de su evolución que no es evolución sino reafirmar una idea que tiene que ver con lo expuesto con Seguí pero que en el caso de Pestaña le lleva a acabar planteando algo parecido al laborismo, es decir, un partido de los trabajadores que se nutre a partir de los sindicatos, rompiendo con el anarquismo de revolución constante e inmediata... Yo quiero entender al autor. Le interesa la tesis, no expuesta, pero aprovechada en otros países fascistas o populistas que absorbieron base obrera (como el peronismo, por ejemplo) que les daba una legitimidad que los señoritos que conformaban la élite del fascismo no tenían. Y por ahí la quiere colar, pero no cuela. A testimonios de derechistas, le siguen fragmentos de la vida de Pestaña, insisto, corta y pega de su libro y de la biografía de Lera. Y como no puede contar otra cosa en el final, tiene que hacer cortas y pegas de las prensa de  la época, la republicana, claro, que narra el entierro y los panegíricos que se hicieron sobre Pestaña y uno ya solo puede sentir entre pena y alivio porque se ha acabado un tiempo ignominioso en el que he tenido entre las manos un engendro que, al llegar al final, se despide diciendo que ha sido impreso el día de San Fernando rey de Castilla y de León. Váyase usted a la mierda. 


Por cierto, que hoy es el cumpleaños de Ángel Pestaña. Qué casualidad. 

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