Pues nada, que el otro día viene una colega y me dice que finalmente ha conseguido crear una bomba atómica. 'Ostia', le dije, 'pues ya es casualidad porque yo también la he terminado'. Y era verdad, estábamos los dos desde hacía tiempo detrás de conseguir una bomba atómica y al final fíjate por dónde, que los dos la teníamos. 'Lo que pasa', me contó, 'es que me parece que la he hecho mal'. '¿Mal?'. 'Si, mal', porque la hemos estado probando y no sé porqué pero se nos muere muchísima gente'. 'Pero bueno', le contesté un tanto sorprendido, 'es que eso es lo normal. Con la bomba atómica, lo suyo es que se muera muchísima gente'. Y ella con el gesto triste me dijo que vaya, que no se lo esperaba, que se creía que eso de la bomba atómica era otra cosa. Qué mundo.
Ya. Claro, es que a veces uno sabe lo que quiere, pero no sabe para qué lo quiere. Es un grave problema. Las gaditanas, mismamente, las bombas que tiraban los fanfarrones las querían para hacerse tirabuzones.Nunca se sabe, Tolya, hay gente pa todo.
ResponderEliminarFeliz domingo, monsieur
Bisous
Qué honor estar entre la gente bien.
ResponderEliminarBueno, pues que pruebe otras cosas su colega... como el ganchillo.