Cuánto ruido. Cuánto bullicio. Cuánta gente caminando con tanta prisa y tantas cosas tan importantes por hacer. No se paren, continúen, sigan, por favor, no lo dejen para mañana, háganlo ya, ahora mismo. Cuántas luces, cuánto apetito, cuánto por ganar. Dígame, claro, es verdad, si, naturalmente, se lo envío ya. Es así como tiene que ser, si quiere se lo preparo ahora mismo. Lo tendrá mañana. Vamos por aquí, no te apoyes en esa barandilla, quédate donde te vea. No, no me de esa, deme esa otra. Este me queda un poco estrecho, pero ya lo arreglará mi madre. Dónde me ha dicho que queda ese bonito restaurante, rápido, que tenemos que llegar para comer. El taxista nos ha estafado porque podría haberse ido por aquí y se ha ido por otro sitio. Me gustaría comentarle un par de cosas, pero ahora no tengo tiempo porque he quedado casi en la otra punta y si eso, ya mañana podemos concretar algo más. Qué follón, pero me han dicho que este sitio está muy bien, no sé, pero lo he leído. Cuánta gente, pero está bien. Está bien, pero es que no puedo ir porque tengo que quedarme en casa, no pasa nada, no, pero prefiero quedarme en casa. No por nada, es que no puedo ir. Tengo mucha prisa y no me he podido parar a mirarlo. ¿Qué era? ¿Tenemos que ir? ¿No nos podemos quedar un rato más aquí sin hacer nada? ¿Hay que hacerlo ahora? Cuánta gente, qué velocidad, ha quedado el segundo pero a sólo dos décimas del primero. Quizás en la siguiente ronda pueda alcanzar al primero. Esperemos que sí, todos estamos apoyándole. Lo importante son los puntos. Lo importante es jugar bien. Queremos ir arriba y tener la pelota. Posesión, es mío, lo estoy pagando y me lo llevo. Es que tengo para pagar eso y más. Tengo el dinero. Dinero. El dinero me lo debes y me lo vas a pagar. El reloj. El dinero. El reloj. Tengo que llegar allí antes de las menos cuarto o el cliente se me va a enfadar. Si no le mando eso esta misma mañana, verás. El camino es duro, pero tiene recompensa. Seamos prácticos y hagamos lo que tenemos que hacer. Tenemos que pagar una letra antes del día 4. Si no la pagamos nos tenemos que ir del piso. El alquiler viene y no tengo el dinero. Viene el alquiler y no tengo el dinero. Tengo que pagar. Tiene que haber dinero en alguna parte. El dinero. El reloj. Tengo que llegar. Tengo que pagar. Me lo tengo que comprar y no puedo. Tiene que haber alguna manera.... PEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEENNNNNNNNNNNNNNNNNNNG
Y suena una nota. Y el Pandit rasca un poquito el sitar y suena una nota, que parece al azar. Y la raga va avanzando, primero de forma aparentemente deslavazada. Como si no. Como si estuvieran probando algo. Puede estar él solo o puede haber otro más tocando. Igual no tocan los dos el sitar, y el otro toca la vina, por ejemplo. Y al cabo de los minutos van fundiéndose. Y la cosa coge cuerpo. Y ya no estás allí.
El Pandit Ravi Shankar ha muerto a la edad de 92 años.
Urlstan te ama.
Bueno, bueno, ánimo Tolya.
ResponderEliminar¿Sabe lo que hizo un americano aquí, al que su empresa no le pagaba porque se había ido a la quiebra? Se llevo un portátil. Ni siquiera se lo reclamaron, le debían más que eso.
Va ser assabentar-me de la noticia de la mort d'en Ravi Shankar i pensar en tu.
ResponderEliminarAvui, al llarg de tot el dia, jo he sigut una d'aquestes persones que corria i mirava el rellotge... espero que demà sigui un dia més tranquil, o que com a mínim jo no vagi tard a tot arreu...
bona tarda!