'Car que vos i el vostre cor
m'heu malmés l'esperit
fent fals l'omnívol pensament
que en mi brodava sens fi,
no sou pas conscients
en tot i per sempre,
en la melsa tèrbola
d'uns llavis perduts
en uns versos, que a vos,
i a mi, ara mateix,
dins d'un ferèstec munt de gent
ens costa entendre.
Cor que tens dins teu
i un dit que m'amenaça
amb no compendre pas
la nit dels savis.
Jo no ho he entés. pas
que tú pensis sense pena'.
Si uno se para a pensar. El poema expuesto arriba fue presentado en el tercer 'Recull poètic de Sant Ventretort de Gemega', en 1979, en tiempos en los que todavía se consideraba a la poesía como un arma cargada de futuro y esas cosas, pero en las que el mismo autor, el recordado y añorado Antemi i Joanot, ya había conducido sus pasos a un puesto de técnico en el Ayuntamiento de Femella de l'Alta Fesomia. Antemi i Joanot se labró fama de poeta vanguardista en los círculos más avanzados de la 'intelligentsia' local, allá por los años cincuenta y fue en los sesenta, cuando editó el poemario 'Tristos de sempre', cuando alcanza la popularidad, al menos entre la cultura si no oficial, sí respetada de una ciudad que pugnaba por recuperar sus constantes vitales, al menos en lo que a Alta cultura se refiere.
Antemi i Joanot no trabajaba entonces en nada y vivía de lo que su padre, representante de una casa comercial de lavadoras de capital americano, le iba pasando para que el muchacho encontrase su camino. Poeta y bohemio, entre palmas y alegría, en una premonitoria carta de 1965 prefiguraba cuál iba a ser su camino en la poesía.
'Querida Ramoneta, voy forzando la máquina y sé lo que quiero decir. Pero llegará un día en el que no sepa realmente qué más se puede hacer. Mis trucos, mis versos, todo, se irán acabando. Se me verá la trampa. No entenderé que me entiendan tanto.'
Aupado al calor de la reivindicaciones populares y consensuadas como voz del pueblo, o al menos, de una importante y mediática parte de él, Antemi i Joanot, edita toda una serie de poemarios desde finales de los sesenta hasta casi mediados de los setenta, entre los que destacan 'Vocables consonants', 'Jesucrist explicat', 'Orriols, Orriols...', y el tantas veces imitado 'Guitarreta petita guitarreta'. En la cumbre de su éxito, cuando debería haberse convertido en el poeta oficial de las nuevas inaugiradas, perdón, inauguradas instituciones y el cantor de la democracia y la libertad, Antemi i Joanot, aprueba unas oposiciones y entra a trabajar en el citado Ayuntamiento.
Abandona la poesía y cualquier relación con la cultura establecida.
Sin embargo, hace pocos días hemos encontrado en la revista digital 'Momennts de doble N', unos versos con el título 'Inequívoc' con su firma que, si uno se para a pensar...
'Rafel Nadal és una màquina,
el millor, incontestable,
el tennis, l'esport, és el millor,
màquina de ferro, voluntat de gegant,
espèrit de bola pel.luda.
Un set de més,
grinyolo tot'.
¿Están los tiempos para poesía de combate de nuevo? Dejo ahí la reflexión.
Pues no sé, monsieur, porque yo soy más de prosa. Pero no veo por qué dejar ahí la reflexión en lugar de llevarla más adelante, ya puestos. Usted es bueno llevando reflexiones, no importa a dónde. Llévela, monsieur, llévela, no la deje ahí.
ResponderEliminarBuenas noches
Bisous