Ha sido muchísima faena, la de estos locos, locos días de agosto y no hemos podido atender todas las entradas de textos y sugerencias que nos han llegado, pero poco a poco estamos intentando ponernos al día. El señor Lalo Venta, nos hace llegar un perturbador volumen de relatos de un desconocido escritor nórdico llamado Harald Galvansson, presentado bajo el título 'Personas enfermas de nuestro entorno', del que entresacamos este texto titulado 'Enferma'.
'Mi madre me decía que me estaba pasando. Los últimos años de su vida se los pasó recriminándome continuamente que me hubiera creído el papel de enferma y que iba a terminar con ella. Ella, tan vital y tan alegre, tan pasional y tan sana, no entendía cómo yo podía haber renunciado a la vida a los 12 años de edad. Fue durante una primavera en la que el campo estaba especialmente hermoso. Los niños salíamos del colegio con la sonrisa puesta en el rostro, con ganas de disfrutar del campo, de jugar en el prado que había entre la escuela y el río, bajo la atenta mirada del profesor Kristenssen, despojándonos ya de la gruesa ropa que nos había acompañado durante todo el invierno. En aquel momento, yo no era consciente de nada. Reía, saltaba, corría con el resto de mis compañeros y participaba en los juegos que el severo profesor Kristenssen nos proponía. Debéis fortalecer vuestro cuerpo con el ejercicio, el contacto con la naturaleza hará de vosotros hombres y mujeres dignos de vuestra raza, la vida que fluye por estos campos, estos ríos, estos bosques, es la que debéis recoger en vuestro interior, vosotros sois también parte de la naturaleza, vosotros sois la expresión más grande de la vida, nos decía el profesor Kristenssen mientras nos contemplaba, tan digno, tan recto. Aquel día, algo pasó. Mi padre había muerto hacía unos años. En el pueblo nadie hablaba de ello, nadie hablaba de nada, pero al parecer bebía mucho y algunos niños de mi colegio comentaban que se había suicidado porque era débil. No sé lo que ocurrió aquel día, pero mientras veía a todos mis amigos saltar, correr, tirarse al suelo, forcejear... me acordé de mi padre y me entristecí. Me dirigí al profesor Kristenssen y le dije que me encontraba cansada y que quería ir a casa. El profesor ni siquiera me miró, sólo comentó 'este día tenía que llegar'. Llegué a mi casa y mi madre estaba trabajando en el corral, le dije que quería subir a mi cuarto, que me tumbaría un poco porque estaba algo cansada.
No me he vuelto a levantar. Han pasado los años y sigo aquí, en la cama. De vez en cuando el tío Ulf me levanta y me lleva a la sillita donde veo a los niños jugar. Ni me gusta, ni me disgusta. Mi madre murió sin entender qué me pasaba. Los médicos no encontraban ninguna explicación a mi postración. Decidí ser la enferma. En un mundo perfecto siempre debe haber alguien que sirva de contraste. Esa soy yo. La enferma del pueblo. Yo no seré como mi padre. Yo no soy débil. Estoy enferma. Yo os enterraré a todos.'
Foto robada del blog de Yprh. Christian Krogh - La niña enferma
Ay, ay, criatura... Y el caso que te hacen cuando estás enferma...?
ResponderEliminar