El repaso anual de los libros que he leído. Este presuntuoso espacio se debe a un reto que un redactor de La Página Definitiva se propuso hace unos años, leer unos 50 libros y comentarlos a final de curso. Bien, he intentado cumplir este reto en la medida de mis posibilidades y algún año he llegado a superar los 30 libros, si no recuerdo mal. Ya el año pasado hubo un descenso sensible en el volumen de lectura, pero este año ha sido escandaloso. Oprobio y vergüenza. No es cierto. Si no he leído más durante buena parte del año ha sido porque no ha podido ser. ¿Es mejor leer mucho o vivir? Elijan ustedes la respuesta.
1- Joseph Roth - La llegenda del Sant Bevedor. Un libro precioso. Austrohúngaro. Un borrachín de origen centroeuropeo en París, que no tiene nada, se encuentra milagrosamente con una cantidad de dinero que emplea en seguir bebiendo y viviendo a pecho descubierto. Las consecuencias son nefastas pero que le quiten lo bailao. Me da la sensación de que hace mil años que leí este libro.
2- Sergi Pàmies - Cançons d'amor i de pluja. Un libro de cuentos de Pàmies nunca defrauda. Tendrá cuentos que no y otros que sí. Hay cuentos con referencias a historias de su propia familia. Recuerdo un cuento en el que dice que uno de sus tíos era un figura, un crack, un dandy y que era del Athletic de Bilbao y que muere en la Guerra Civil por una tontería. Siempre es un valor seguro Pàmies.
3- CK. Chesterton - Cómo escribir relatos policiales. De este libro tengo un recuerdo vago. Se trata de un compendio de diversos artículos y ensayos de Chesterton sobre la novela policíaca y detectivesca. Con muchas referencias tanto a sus obras, de las que he leído más bien pocas o ninguna. ¿El hombre que fue Jueves? Creo que la empecé. Sea como sea, el libro está bien para conocer qué piensa un escritor sobre lo que escribe y porqué lo escribe. Ya es algo.
4- Stefan Zweig - El mundo de ayer. Memorias de un europeo. Uno de los libros del año y quizás de la vida. Los que me conocen ya saben que le tengo mucha fe a Zweig, a sus biografías sobre todo y a todo lo que escriba, en general. En este caso es su propia autobiografía, con reflexiones sobre la Europa de finales del XIX y principios del XX, con los dramas que suponen para él la Primera Guerra Mundial y el inicio de la Segunda. Un libro para enmarcar, para tenerlo en casa. Porque este buen señor podría no ser de los míos, pero yo quisiera parecerme a él un poquito al menos. Alguien que quiere a la gente y que quiere que viva tranquila, digna y en paz. Nada menos. No lo consiguió.
5- Javier Tomeo - El cantor de Boleros. Marina me recomendó a Javier Tomeo. Me recomendó otro libro, pero no encontré el ejemplar en la Biblioteca y empecé por este. Es una historia un tanto tristona, también. De barrio, con algo de fantasía o de misterio. Me gustó, pero no seguí leyendo cosas de Tomeo. Un chico vive sólo, no parece estar muy bien, le van tomando el pelo, en fin.
6- George Simenon - La noche en la encrucijada. Sólo dos libros de Simenon en un año. Así estamos. Este libro lo protagoniza de nuevo Maigret. Un crimen en un lugar solitario, por el que pasan unos cuantos coches y que habitan personajes que no parecen tener relación entre sí y al final están más liados que... Lo mismo de siempre con Simenon. Las personas por un duro o por una locura de amor, somos capaces de caer hasta el mismo infierno.
7- Ricardo Piglia - La invasión. Primer libro de Piglia que me leía y me gustó mucho. Pero mucho de verdad. Porque tenía de todo lo que me gusta. Historia argentina del siglo XIX, rollo peronista, Buenos Aires y la gente rara que puede aparecer en un libro sobre Buenos Aires y sobre Argentina. Pero ahí me quedé. No he seguido adelante. Sé que en este libro aparece un personaje que luego protagoniza una serie de novelas. Pero no he podido leer más.
8- Lev Tolstoi - Felicitat Conjugal. El diable. Estoy fatal. Ayer estaba pensando en este libro y pensaba que era de Turgeniev. Libro cortito con dos cuentos. Uno en el que una chica joven se casa con un señor mayor. Todo tiene pinta de que va a ir muy bien, pero ya sabemos que no va a ser posible, porque cómo va a ir bien. No recuerdo cómo acaba. El diable es la historia de enamoramiento de un petimetre con una sirvienta que le pone malísimo desde siempre. La cosa acaba mal. ¿Porqué se me ha metido en la cabeza que este libro era de Turgeniev? ¿De Turgeniev sólo leí algo el año pasado? De verdad, qué cabeza más mala.
9- Adrian Goldsworthy - Julio César. La biografía definitiva. Bueno, otro de esos libros que te dan para casi medio año. Repasando, quizás pensarán que claro, leyendo según que libros, debe ocuparle a uno prácticamente la vida terminarlos. No es verdad. Se tarda, se van leyendo, pero no es tan grave. No hay excusa. Biografía exhaustiva sobre Julio César. Cómo se construye un personaje, cómo va ocupando espacios de poder, cómo está a punto de ser lo que fueron otros, pero no le dejan. Porque lo matan. Fin. Lo normal, mientras estabas leyendo este libro, sólo hablabas de César. Cuando me leí el de la Segunda Guerra Mundial, pues lo mismo. Así son las cosas.
10- Graham Greene - El nostre home a l'Havana. Este libro lo tiene en casa todo el mundo. Yo lo tengo en una de esas ediciones de bolsillo del año catapún que me dejó un señor que venía a rehabilitación de la rodilla y al que le sobraban en casa. Como uno es un prejuicioso, pensaba que Graham Greene escribía novelas de intriga, de espías, con tufillo anticomunista. Pues no, este libro es muy divertido y deja igual de mal a unos que a los otros. A los suyos no los pone muy bien. Unos tontainas de tomo y lomo. Un vendedor de electrodomésticos pasa a convertirse en agente secreto por unas cuantas libras y se mete en un lío de mil demonios, claro. Pero él no tiene la culpa, que son los de arriba, que están como cafeteras.
11- Emmanuel Carrere - Limonov. Otro libro. Este también tuvo su miga. Limonov, personajazo. Ruso nacionalbolchevique. Empiezas a leer y descubres a muchos Limonov posibles a tu alrededor. Mucho héroe de la clase obrera, mucho intelectual hecho cisco del tarro, mucho revolucionario de los alardes. Pero como Limonov, pocos. La biografía de Eduard Limonov, desde su infancia soviética, hasta su vida lamentable en América, su estrellato como zumbado ruso oficial y su pequeño ocaso y autoparodia de sí mismo. Gente abollada. Me acuerdo tanto de tanta gente...
12- Francisco González Ledesma - Las calles de nuestros padres. A González Ledesma le descubrí el año pasado y me gustó mucho. Barcelona. Postguerra. Etc. Pero no ha ido posible ir a más. Este libro es muy entretenido. Un asesinato, las conexiones entre el lumpen y las clases altas barcelonesas, el policía Méndez y su cara de reptil. Policías, periodistas, empresarios, hijos de papá, buscavidas, etc. Están ahí y mejor no tenerlos demasiado cerca. Y son los que mandan.
13- David Byrne - Cómo funciona la música. Este libro me lo regalaron para mi cumpleaños. La San. Qué libro tan bueno. David Byrne, líder de los Talking Heads, explica en este libro cosas sobre la música muy básicas. Dónde escucharla, porqué la escuchamos así o así, porqué se hace música, qué es la música, cómo funciona un grupo, qué hacer en un escenario, y un sinfín de cosas, a veces más técnicas otras veces más de cajón, que hacen de este libro una lectura obligatoria para los que quieran decir 'pues esto es mono, o esto es estéreo', y que te miren como si fueras Einstein. Qué pena.
14- George Simenon - El puerto de las brumas. El segundo libro de Simenon creo que me lo iba leyendo en el pueblo. No recuerdo nada más. Un tío en un barco, una especie de contrabando, algo. No me acuerdo de nada de este libro. Me parece que es también un libro de Maigret. Si, como siempre es el norte de Francia, mucho frío, las brumas, etc. De eso me acuerdo. Pero no del qué.
15- Antony Beevor - La Segunda Guerra Mundial. El libro gordo de Petete. Más de mil y pico páginas con todo lo que pasó en la Segunda Guerra Mundial. Prácticamente todo. O casi todo. No sé. El caso es que ir narrando batallón a batallón las batallas, los desplazamientos, las tácticas, los problemas, los cómos y los porqués de la Segunda Guerra Mundial, a veces puede resultar un poco pesado. Con el paso del tiempo no le he ido guardando demasiada simpatía al libro, no sé. Como si hubiera sido demasiado trabajoso al final terminarlo. Como si acabar el libro ya hubiera sido una cosa obligatoria más allá del placer de la lectura. Tiene anécdotas y situaciones y reflexiones muy buenas, pero ya digo, al final, estás un poco agobiado con el tema.
16- Lleó Tolstoi - La sonata a Kreutzer. Libro maquillaje. Este libro me lo terminé ayer. Libro cortito de Tolstoi en el que incide otra vez sobre las relaciones conyugales y de pareja. Un señor en un tren se mete en una conversación sobre el amor y los matrimonios de conveniencia. Termina contando su propia historia. La historia tiene miga. Un vivalavirgen se casa con una chica que le gusta pero que no le gusta tanto como parecía y están todo el día de bulla hasta que entra en escena un músico y ya se imaginan cómo sigue la cosa. Pero mal.
Y eso es todo. Habrá a quien le parezca mucho y otros que verán que es poco. Yo creo que es poco. Ahora, no ha habido ni uno malo.
Sí, es poco, sí. Pero bueno, oiga, otros no pueden anotarse ni uno.
ResponderEliminarEspero ver mi novela en la lista del próximo año!
Feliz fin de año. Tolya.
Bisous
Sólo me he leído el de Limonov. Recomiende menos, que no se por dónde atacar. El número 1, quizá.
ResponderEliminarNo he hecho el recuento de los libros que leí en 2014, pero creo que menos que usted :/
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