martes, 19 de septiembre de 2017

Reconoce el dolor


Pon el brazo aquí. Quieto. Extendido. Ahora abre la mano. No la muevas. Ahora. ¿Te ha dolido? Sí que te ha dolido porque has hecho un gesto. Un gesto de dolor. Es importante que reconozcas la sensación y te acuerdes de ella para lo que te va a venir. Ahora siéntate. Encoge un poco la pierna derecha y deja la izquierda estirada. Ahora. ¿Has sentido cómo se partía la rodilla? Sí ¿verdad? lo has sentido. Porque te estás retorciendo y pones cara de haber experimentado una sensación de rotura muy vívida. No te ha gustado. Eso es el dolor. Mira, ahora levántate un momento. Ponte de cara a la pared. Pon las manos en la pared y saca un poco el culo. Ahora. Y otra vez. Y ahora otra vez. ¿Sientes algo? Esto es más clásico porque la zapatilla igual la recuerdas de cuando eras pequeño si acaso en tu casa... Eso es. Igual por ahí. En el recuerdo. Ponte ahora de frente a mí. Déjate las gafas puestas, no parpadees. Ahora. Se te han metido algunos cristales dentro del ojo. Duele un poco, claro. Te molesta cuando parpadeas. Eso es dolor. Está bien que lo vayas reconociendo. Abre ahora la mano un poco. Ahora. Te ha sorprendido que no fuera en la mano y que te pinchara en el muslo. Ahí hemos conjugado el dolor con la sorpresa. Antes solo esperabas dolor y reconocerlo, ahora no te esperabas que el dolor apareciera en otro sitio. Ahora. Ahora ni siquiera esperabas que fuera a pasar algo y te has tragado dos dientes de la patada en la boca que te he dado. Estás empezando a comprender lo que es el dolor. Deja el brazo otra vez extendido. Ahora. Estabas sufriendo porque no sabías si te iba a hacer algo en el brazo o en otra parte. Y te he pellizcado en el brazo. No es demasiado grave pero ya estás asustado. Y te da un poco igual dónde recibas el impacto. Es otra clase de dolor, quizás, pero está bien que lo reconozcas. Vivir asustado. Vivir con miedo a que te venga de alguna parte. Ahora. Y vives con miedo porque eres una mierda, eres una persona que no vale nada, que no vale para nada, que para lo único que sirves es para ser parte del paisaje, para hacer lo que te diga yo que tienes que hacer, y que todo lo que tienes es porque yo lo permito y ahora voy a decidir, porque soy yo y no tú quien tiene el control aquí, que lo que tienes, tu novia, tu hija pequeña, tu madre, el imbécil de tu padre, toda tu familia, van a irse de sus casas y van a vivir en la calle y quien tenga suerte mendigará y quien yo decida venderá su cuerpo al mejor postor, o al peor postor, eso da igual. No pintas nada, ya no hace falta que vengas más, te hemos utilizado bastante, no nos sirves, era todo mentira. Y a partir de este momento mis amigos y yo nos vamos a mear en la cara de tu familia, de tus amigos, de todos los seres que conozcas y les vamos a obligar a rebajarse y humillarse delante de ti, para que lo veas, mira, aquí está tu hermana, la ves, ahora la vamos a desnudar y... exacto. Eso es el dolor. Lloras. Bueno, es normal que llores. Reconoce el dolor. Es bueno.

No hay comentarios:

Publicar un comentario