lunes, 14 de marzo de 2022

50 años de El Padrino


Ya me gustaría a mí hacer un texto que tuviera el contenido, la enjundia, de esos podcasts tan ingeniosos, de la gente de Todopoderosos por ejemplo, de algún crítico o crítica de cine, de alguien que tuviera algo que decir realmente importante sobre el 50 aniversario de El Padrino, The Godfather, la primera película de la saga de películas que cambia la historia del cine y no sabría deciros porqué. ¿Es El Padrino la mejor película que veremos jamás? Una pregunta que se respondería con un sí o con un no, con una retahíla de datos o de análisis sobre producción, guiones, interpretaciones, la mística que rodea a una historia que hace que por primera vez veas a los mafiosos, a los malos, a los gángsteres, como gente respetable y a la que te quisieras parecer, una pregunta que quedaría sin responder pero que yo me atrevo a decir que, naturalmente que sí que me parece la mejor película, aunque no sabría distinguir qué es de la primera película y qué de la segunda. Todo esto me gustaría decirlo. Todo lo que en El Padrino aparece, esa historia de lucha por el poder, de traiciones, de asunción de responsabilidades no queridas, de quién vale para hacer unas cosas y quién no vale para hacerlas, de lo que importa el amor por la familia, qué es la familia, qué tiene que ver el amor con todo eso, las historias ocultas, las historias paralelas, los personajes que tienen trasuntos en la vida real. Todo eso que es El Padrino, creo que la hace una película que cambia el mundo. A partir de El Padrino se harán otras películas. Todo esto que cuento no lo pensaría si no fuera por el libro de Moteros tranquilos, Toros Salvajes. La generación que cambió Hollywood, que me parece fundamental para entender ese cine que ahora vemos o que ya casi no vemos, el alumbramiento de los Coppola, Scorsese, Spielberg, Cimino... me dejo a alguno seguro. Me hago mayor y no recuerdo. No recuerdo más que algunos tópicos sobre porqué esta película y porqué la segunda película son tan buenas. Recuerdo que la veo y siempre descubro algo. Incluso la Tercera película me parece buena, porque siendo inferior, quizás porque no se puede igualar. Pero estamos hablando de la primera peli de El Padrino. Las naranjas en el suelo, Fredo con la pistola en la mano que se le cae, la cara de progresiva amargura que se le va poniendo a Michael Corleone cuando ve venir que o se pone él o se van a la mierda. Todo esto tendría que estar más desarrollado, pero no puedo, tengo prisa y escribo este texto a la carrera. Por escribir que hoy se cumplen 50 años de El Padrino y quiero dejar constancia de lo mucho que me gusta esa película, de lo bien contada que está esa historia, de lo que le debemos a nuestro imaginario colectivo (sea eso lo que sea, se dicen cosas, se manejan conceptos, no sabemos nada y somos capaces de ponerle nombres a las cosas que ni siquiera sabemos qué cosas son), en definitiva, de todo lo que El Padrino ha hecho por nosotros. Y te habrás leído el libro y te habrás visto la versión el montaje del nosequé, y todo eso. Y con todo, no dejarás de verla y descubrir cosas. Ese viaje a Italia, esa boda, esa venganza eterna. Quizás me gusta El Padrino porque no tiene final. Porque es eso, una venganza eterna, una lucha eterna, una película donde alguien empieza a construir una historia que sigue de una manera e implica a los demás a seguirla de otra. Y nadie sabe cómo empezó todo y ahí sigue. Me tengo que ir corriendo. Fredo, sé que fuiste tú. Esa es de la segunda, pero qué más da. 

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