jueves, 27 de abril de 2023

Kiko Veneno. Un día Lobo López - Alejandro G. Salgado


Comencemos por el principio. A mí cuando salió este disco no me gustó. Este disco, con el paso de los años, se ha convertido en una referencia, en el punto sobre el que pivota todo un género y una iconografía y una mitología y una manera de hacer y de contar y de tocar y de interpretar y de narrar, que en pocas ocasiones consigue gustarme. Dicho esto. Decir que Kiko Veneno es un grandísimo. Un enorme de la escena musical. Y no lo es, para mí, por este disco, sino por todo lo que vino antes, todo lo que pasó después también. Es el germen, no este disco, sino Kiko Veneno, de una manera de llevar la música andaluza a otro nivel, del que no acabó de salir él con buen pie, pero sí que lo hicieron otros que tuvieron más suerte o menos riesgo, quizás. El caso es que este documental cuenta cómo Kiko Veneno, desesperado (aunque no sea la manera más acertada de decirlo), decide darse una última oportunidad antes de dejarlo por imposible, su experimentación, su riesgo, su innovación, no le estaba dando de comer y necesitaba demostrarse que sí, que podía ser un artista con reconocimiento más allá de la frikada que fueron los ochenta para él. Así que con la colaboración de Santiago Auserón, fue confeccionando un disco con todo un imaginario que ha pasado a la historia como el punto de partida de todo un género que ahora aquí no me voy a poner a definir pero que ya saben. Y lo hace poniendo su sabiduría y su conocimiento esta vez en manos de gente que puede hacer las cosas de una manera más definida, no tantas aristas, no tanto riesgo, el riesgo aquí será otro, conseguir que lo indómito pueda ser digerible. Es muy buena la anécdota que cuenta que cuando empezaron a rodar las canciones en directo, antes incluso de grabarlas, van a tocar a un pueblo de Sevilla, puede que Utrera y la gente ya consideraba Joselito como una canción que llevase ahí toda la vida. Ya la habían asumido como un clásico y no estaba ni grabada. El disco se graba en Londres, con músicos de la vieja guardia de Kiko, otros nuevos y músicos británicos. El disco es el 'Échate un cantecito' y todos nos conocemos seguro más de una y más de dos canciones. Un disco que supuso un antes y un espera un momento, que esto va a parecer una crónica de verdad. El documental está bien y pone el foco donde debe, en que, a veces, hay que dejarse llevar, aconsejar y manipular si quieres que tu esencia perviva y resalte. Y ya está. Y mañana ya diremos otra cosa. 

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