lunes, 11 de marzo de 2024
20 años del 11M.
Aquellos días, en esos días, yo estaba emocionado porque iba a ir a Madrid por primera vez a ver a mi amigo Edu, que se había ido a vivir allí y estaba yo nada más que pensando en aquel viaje. De repente, estábamos en el curro, en Doblezeta, cuando empezamos a escuchar lo de los trenes. Qué ha pasado, qué barbaridad. Pero quién ha sido. El Gobierno lanzó la idea de que era ETA. Todo era ETA entonces. El Gobierno era el del Aznar más grotesco y había comenzado el oscuro camino de relacionar cualquier disidencia con el Constitucionalismo de marras con ETA. Todo era ETA. Si todo era ETA y el culpable del atentado era ETA, solo quedaba el PP. Ni PSOE, ni nadie. Esos días fueron tremendos. Finalmente viajé a Madrid y una de esas noches, la del sábado, estuvimos ante la sede del PP en la calle Génova, en aquellas concentraciones del 'quién ha sido'. Si era el terrorismo islamista, estaba claro que la diana estaba en Aznar y sus fotos con Bush y su apoyo a la guerra de Irak. Esas elecciones las ganó el PSOE de Zapatero. Y el PP comenzó una carrera hacia el desquicie que continúa. Quizás y solo quizás, uno de los momentos más bochornosos de la historia reciente de nuestro país haya sido el acoso, burla, escarnio y menosprecio a la figura de Pilar Manjón, la madre de una de las víctimas de los trenes que se erigió en la portavoz y cara visible de la Asociación de afectados por el terrorismo 11M. Si habitualmente estábamos acostumbrados a las víctimas del terrorismo de ETA, a las que el PP utilizaba de manera escandalosa, de repente, esta mujer daba otro mensaje, otro perfil, de repente las víctimas del terrorismo, como por ensalmo, esas víctimas del terrorismo, dejaban de ser españoles de bien y pasaban a engrosar ese amplio catálogo de elementos que vienen a romper la paz y la concordia que nos hemos dado entre todos. Malos españoles. Españoles y españolas que buscan en las cunetas, que quieren justicia, que quieren saber quién fue, quién mató a sus familiares, qué se ha pagado por ello, quién nos metió en una guerra contra la opinión de la mayoría que sabíamos que tendría consecuencias sobre nosotros algún día, quién nos miente, quién lo tergiversa, quién te culpabiliza, quién acaba buscando que te hundas, que te vayas, que te vayas, que te pires, que abandones, que te calles, que compruebes por ti mismo que este país es así, señora, cállese de una vez, no ve que nos está molestando. Pilar Manjón pasó a ser un símbolo, pero pasó a ser un símbolo también para quienes concentraron su odio, su resentimiento por haber perdido unas elecciones, un ejemplo de cómo hundir a quien se atreve a disentir. Y así seguimos. Han pasado diferentes gobiernos, han pasado diferentes líderes del Partido Popular, han pasado y han surgido propuestas políticas de todo tipo, pero en este país parece mantenerse la idea, que hasta entonces no existía como tal, de que el Gobierno, de que el país, de que todo, era suyo. Si bien los años de gobiernos socialistas podrían haber hecho pensar que este país había cambiado, los años de Aznar nos devolvieron a la derecha consciente de que los demás estábamos de prestado y que cómo te ibas a atrever a cuestionar eso. Esto. Y así seguimos. Murieron 202 personas por la vacilada de quien pensaba que estaba allí en el mundo para convertirse en el Cid Campeador y fue desalojado del Gobierno por mentiroso. Y 20 años después, todavía lo tienes que ver diciendo que a él que le cuentas. Y cállese, señora.
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