No es por darme pisto, aunque voy a dármelo un poco, pero hace unos meses recibí por vía interna un correo en el que una lectora asidua de las sandeces que aparecían por aquí me preguntó si no estaría interesado en participar en un certamen literario organizado por el Ayuntamiento de una población de cierta relevancia en el panorama provincial. Dicha lectora decía que le gustaban mucho algunas de mis historias, no todas, y que había pensado que quizás me interesaría participar. Junto a los diversos premios, se garantizaba que los quince mejores relatos, se publicarían en un libro editado por el consistorio. Razón más que suficiente, pues, para presentar un relato. Como soy bastante vago no consideré necesario hacer nada nuevo, así que simplemente refrité o refreí o como se diga un texto anterior y lo adapté al formato requerido.
El cuento se llamaba 'Eunadio de Pocascosas y la salvación de la Princesa'. Ambientado en la Francia que estaba inmersa en el pandemonium de la Guerra de los Cien Años, contaba una historia que (no es por hacerme el chulo) estaba bastante bien, aunque como suele ser habitual en mi, giraba sobre un único tema que siempre me acaba brotando como una erupción cutánea: la espera, el no, el no llegar a hacer lo que se tiene que hacer. El caballero Eunadio se enamoraba de la Princesa, ella también de él, él llamaba su atención, ella se daba por enterada, él no se atrevía a dar el paso, ella estaba a otra cosa pero tampoco demasiado importante, él tal, ella pascual, el caso es que nada de nada. En fin.
El relato no ganó. Quedó fuera de los premios, pero sí que entró en la lista de los publicables. Así que cuando se presentó el libro, me mandaron una invitación y acudí. No era el más joven. Siempre había pensado que yo sería el más joven de los escritores de allí, pero no. Había chavales más jóvenes. De hecho, la ganadora era una chica jovencita, que había presentado un texto muy truculento sobre una investigación detectivesca mezclada con mariachis, de ambientación lógicamente mexicana. La presentación tuvo lugar en el teatro de la localidad, habló la concejal de cultura, se entregaron los premios, subió a hablar la ganadora, y luego el propio alcalde presentó el libro.
Y largando estaba su discurso el alcalde, cuando cogió el libro y hojeando entre sus páginas dijo 'la verdad es que todos los cuentos están muy bien, pero hay uno que me parece que, sinceramente, está un poco por debajo del nivel'. Un pequeño apuro, un algo, se apoderó de mí.
- Yo no soy muy experto en muchas cosas (risas de la gente), pero tengo a bien haber sido profesor de instituto durante años. Profesor de historia. Y bueno. El cuento sobre el caballero y la princesa... a ver. Cómo lo diría. Que no me lo creo. Que es muy libre el autor de hacer lo que quiera, llevar la acción al tiempo que desee, pero no me parece creíble. Por muchas cosas. Pero oye, yo no soy del jurado y el libro está ya impreso y listos. Pero vamos. Tirar así el dinero... Que no digo yo que lo de los mejicanos esté más visto que el tebeo, pero mira, tiene su público, pero lo de la Edad Media, si no te lo preparas bien... Bueno, a ver si el año que viene espabilamos un poquito. No quiero que se ofenda el autor, que veo que hay muchos escritores jóvenes.
Todos miraban buscando a ver quién era el que había escrito. No nos conocíamos, así que yo también hice como si buscara a alguien entre el público. Aguanté el tirón, me tomé una copa de cava, me comí dos crusanes con jamón dulce, le tiré la caña a una técnica de cultura y me fui para casa como un pepe. Estuve llorando dos días con sus dos noches. Cuando terminé de llorar quise hacer un poema, pero me contuve.
Pues sí que aguanta usted mal las críticas!
ResponderEliminarLo de que no es creíble ya lo sabía usted, vaya descubrimiento. Ni que le hubiera señalado algo nuevo en lo que no hubiera reparado. Nosotros no venimos a leerle porque sea o no creíble.
En cualquier caso, el relato acabó publicado, lo que yo considero un final feliz para su historia de hoy, usted no sé.
Feliz comienzo de semana, monsieur.
Bisous
Pero el relato de hoy ¿está basado en hechos reales o es fruto de su imaginación? Es que, no puede ser, dando los premios y soltando vinagre... ¡Ánimo Tolya, que no se hunda el barco!
ResponderEliminarAdemás, ud nunca pretende que sus textos sean creíbles.
En la propera història a concurs que presentis pots explicar el que penses tu de la feina dels batlles, dels batlles en general i d'un de particular... I si no saps què fan, t'ho inventes! De tota manera les teves històries no son creïbles... :p Però com diu yprh, tu mai pretens que ho siguin, i saps què? això és part del seu encant.
ResponderEliminarptns.