Para ir ya preparándonos, este año no voy a leer ni la mitad que el año pasado. Me lo estoy viendo venir. Los viajes en metro, ya no son viajes en metro, así que de leer y leer, nada de nada. Leo en casa. Eso, por ejemplo ha tenido como consecuencia que 'El maestro y Margarita' me haya ocupado prácticamente un mes largo en su lectura, cuando no debería haber sido para tanto. Entre los viajes en metro y que... uy, no. Mejor no. A ver cómo lo explico.
Este libro es un regalo de mi hermano. A mi hermano le gusta mucho este libro, le gustó tanto en su tiempo, que como por arte del mismo diablo, cuando estaba enfrascado en su lectura llegó a su vida un gato negro, al que llamó como no podía ser de otra manera, Popota. Mi hermano hizo que mi padre se leyera el libro, y como vio que yo, rusófilo convencido, no me lanzaba a devorar el libro en cuestión, me lo regaló en Navidad. Pues a leerlo.
Contra el libro ya iba yo prevenido, y si no lo había leído antes era por que el mantra 'es un libro contra el estalinismo, contra la rigidez soviética, el autor fue represaliado', me echaba un poco para atrás. 'Ya estamos, el libro es bueno no porque sea bueno si no porque claro, es anticomunista'.
Bien. a leer. El prólogo ya nos insiste en la crítica, en cómo el libro habla de cosas de la propia vida de Bulgákov y cómo el diablo no es tan malo, si no bueno. O al menos mejor que lo que se encuentra uno en la Unión Soviética en los años 30. También nos dice que el libro no está acabado, que hay fallos estructurales, o que está un poco escrito de aquella manera en algunas partes. Pues mira qué bien.
Empecemos. Dos literatos están paseando por Moscú y discuten sobre una novela sobre Jesús, un poema sobre Jesús, y cómo puede ser que siendo una obra escrita para estar en contra, sea interpretada como una obra a favor. Jesús no existe, claro, pero escrito así, parece más real de lo normal. Y entonces un personaje extraño, que parece extranjero, se aparece ante ellos y les destroza la vida. De eso va, de destrozar la vida de quienes se amparan en la formalidad, en lo que tiene que ser, en la hipocresía, en lo que parece pero que en realidad es mentira. Voland, que es como se llama el diablo, y su séquito, entre los que hay un hombre gato o gato hombre o gato que habla, van sembrando el pánico entre literatos, funcionarios teatrales y todo aquel que se ponga por delante.
En medio, el maestro y Margarita. El maestro también ha escrito un libro sobre Jesús y se lo han destrozado. El maestro está enamorado de una mujer casada, Margarita. Margarita lo quiere dejar todo por él. El maestro está en el manicomio, allí coincide con uno de los literatos, el poeta, el diablo sobrevuela la ciudad.
El diablo se lleva a Margarita, vuela Margarita, hay una fiesta extraña, la historia de Poncio Pilatos. Esta parte, la historia de Poncio Pilatos y Jesús no tiene nada que ver con el resto de la historia moscovita y diablesca. Está mejor escrita, de otra manera, más currada. Y desasosiega más que la historia moscovita, que a veces parece hacer reir, y otras... nada.
Un libro extraño, confuso, que dicen que se bufa de Stalin, que Stalin es Pilatos, pero yo no veo dónde está la crítica, tan cortito soy. ¿Jesús es Trotsky? No creo. En fin.
El libro, de tan extraño y confuso como es, al final me acabó gustando. Por que es un libro loco, que no tiene porqué ser tomado como algo real, como una crítica real, como si señalase a alguien concreto. Nos señala a todos, por rancios, por aprovechados, por formales, por creernos lo que es a pies juntillas, por idiotas.
Vamos, que otro libro ruso, otra muesca en el revólver, y a seguir viviendo con alegría, que el diablo puede venir y liarla parda.
¡Demoníaca Margarita! ¡¿por qué la ha nombrado?! Ya le contaré la historia de Rayito y Margarita.
ResponderEliminarDisculpe, tomo nota que me interesa.
Y me alegro por sus éxitos musicales.
Oiga, yo no sé si es por cómo lo cuenta usted, pero me ha dejado un poco preocupada su hermano. Qué se yo, me da la impresión de que de momento me voy a perder la fiesta de Poncio Pilatos y las voladeras de Margarita y eso.
ResponderEliminarPero claro, hombre, siendo ruso ya me extrañaba a mí que usted no lo hubiera leído antes! Supongo que comerá ensaladilla frecuentemente.
Feliz día, monsieur
Bisous
Yo la semana pasada me leí el cuento de "la nariz", de Gogol, regalo de la señorita yprh. No soy muy pro rusa yo. pero está gracioso. Eso sí, la traducción me pareció un poco extraña. Pero claro, no leo ruso así que no sé cómo es el original...
ResponderEliminar