miércoles, 3 de abril de 2013

Los reyes godos

No es muy habitual que yo me levante a las doce del mediodía, pero por motivos que no vienen al caso, hace unas cuantas jornadas me di cuenta de que ya valía con la broma aproximadamente a esa hora y salí de la cama. No se imaginan ustedes la sensación de pesadumbre, angustia y culpabilidad que se me vino encima. Se lo imaginan, seguro, no es algo tan extraño. El día se te va. Todo eso. En fin.
Calculando, consideré que salvábamos la mañana si me daba tiempo a comprar el pan y quizás intentar acercarme a comprar leche. El pan y la leche no están en el mismo sitio, al menos para mí. Seré como sea, pero tengo mis cosas y el pan se compra en un sitio y la leche en otro. La leche es indiferente. El pan no. Dándome prisa para tener la sensación de estar haciendo algo con premura, me duché y salí de casa sin desayunar ni nada. Al menos, vamos a hacer esto bien.
Salgo de casa, saludo a los del bar levantando la mano -no me ven-, y me dispongo a cruzar la calle cuando a mi lado se sitúa una chica con una incipiente barrigueta, muy desaliñada, muy poco lustrosa, ya la tengo vista, con unos lasters y una camisetucha de manga larga que no le cubre la barrigueta entera. Está embarazada, claro. Naturalmente. Un proyecto de futuro. A su lado un hombre, mayor que ella, moreno, pero no extranjero, moreno tostado, tostadísimo. Quemado por el sol. Hablan de algo que no entiendo bien lo que es. Hay obras en la calle y el ruido es total. Pero entiendo que ella le dice a él lo siguiente:
- Que no se te escape que si la Burgundia se nos resiste, este hijo que esperamos ha de servirnos y mucho para alcanzar nuestros propósitos. Si conseguimos que Heriberta de Tolosa se avenga a que su nietecita Ilda se case con nuestro pequeño, habremos asegurado una posesión muy valiosa.
- Pero reina, quizás no estés al tanto de los manejos de tu padre, pero Vescenvinto es una persona con mil ojos, con siete cabezas y muchos pensamientos para todo, por lo que no creo yo que consienta que su nieto vaya a servirnos a nosotros y no a él. Antes que permitir que afiancemos una alianza con los de Tolosa, será capaz de todo. Y cuando digo de todo, es de todo. Y porqué no hemos cogido mejor el autobús, que podríamos haberlo esperado, antes que atravesar este maldito paraje para llegar a la estación de metro. Sufrirás más y en tu estado...
- No te apures. Estoy bien. Pero quiero que sepas que si mi padre, por muy Vescenvinto que sea, se opone a esta futura unión, su actitud será muy firme ahora, pero Vescenvinto, por muy Vescenvinto que sea, ya tiene una edad y no ha de ser eterna su presencia. Si no quiere ahora, cuando no esté lo que quiera o deje de querer no tendrá importancia.
Me había dejado la cartera en casa, no tenía dinero suelto para comprar el pan y tuve que volver a subir a por ella. Para algo interesante que daban por la calle.

4 comentarios:

  1. ¿Está seguro de que se había levantado de la cama? ¿O en STC hablan en castellano antiguo?

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  2. A mí nunca me hicieron aprender los reyes godos, pero parece una historia super interesante.

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  3. Y por qué no los siguió? Total, por un día de ayuno no pasa nada, monsieur. Y así servía para compensar lo de haberse levantado a las doce, porque ya se sabe eso que se dice de "ser más largo que un día sin pan". Sin comprar el pan, sería más largo el día, y sería como ganar horas.

    Feliz tarde

    Bisous

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  4. No dormis tant, que no et senta bé!

    ptns

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