Del relato épico 'La Conquista de lo que no era nuestro', de Messer Wunther Heithss recogemos un curioso episodio, que, en principio no tiene nada que ver con lo que venimos contando pero que estirando del hilo, quizás podamos encajar.
'...por que habíamos destrozado a las fuerzas del Mariscal Franedammer y nos creíamos capaces de todo, convocamos una junta de los señores y caballeros y decidimos seguir avanzando hacia la ciudad de Pasterheimmer para hacernos con ella y acabar de una vez con esta sangrienta campaña ahora que estábamos consiguiendo nuestro objetivo de terminar con el Terror y Conquistar lo que no era nuestro. Marchábamos soldados, señores y acompañantes varios por entre los bosques de Grunehunde cuando de repente, al oscurecer, se nos apareció un hada. Un hada vestida con un impresionante vestido blanco, que cegó con un brillo magnífico a todo nuestro Ejército, se presentó ante nosotros. Su cabello era rojo como el mismo néctar sangriento que brotaba de la garganta de nuestros enemigos. Su piel blanca como la nieve del monte Blanco. Y sus ojos despedían fuego, un fuego que prometía abrasarnos a todos. Sobrevolándonos fue diciéndonos lo siguiente:
- Sois prisioneros de vuestro afán dominador y seréis vosotros los que seréis dominados. Os insto a que no vayáis hacia la ciudad prohibida porque no la podréis conquistar. No vayáis hacia la ciudad que se ve tras esas nubes, porque os destruirá a todos. Si queréis seguir siendo jóvenes y fuertes, si queréis seguir teniendo ilusiones y esperanzas. Si lo que queréis es triunfar y dominar el mundo, no vayáis hasta la ciudad que os está esperando para masacraros. Yo soy el hada Windkaltin y vengo desde el pasado y desde el futuro. Soy el hada Windkaltin y tengo las armas y el conocimiento. Yo ya he visto cuál será vuestro porvenir si os dirigís hacia la ciudad que terminará con vuestra raza. Yo os digo que si queréis triunfar no debéis seguir adelante. Deteneos, dirigid vuestra fuerza hacia otra parte, podéis ganar, pero de otra manera. Seguid mi consejo. No vayáis a Pasterheimmer, ciudad maldita!!!
En principio todos la escuchamos atemorizados. Cuando terminó su advertencia, nos volvimos a reunir los señores, los caballeros, representantes de la tropa... y decidimos seguir hacia delante.
Y conquistamos Pasterheimmer y no pasó nada. El hada debía andar despistada por algo.
Ah, bueno, ya pensaba yo que le había salido competencia a Baal. Pero no, el hada aún tiene que hacer unos cuantos cursillos. Yo creo que la enviaron los de Pasterheimmer como recurso desesperado.
ResponderEliminarFeliz comienzo de semana
Bisous
Llevas razón, las hadas no existen, al menos las buenas. La malas puede.
ResponderEliminarUn abrazo y buena semana