Es muy fácil reírse, es muy fácil hacer broma con estas cosas. Es muy fácil sentarse el sábado noche con un colega en el sofá y pasar los canales y ahora ponte un quintito, y ahora voy a abrir esta Xibeca a ver, y si no quiéres que te prepare un gintonic... y pasar canales y canales hasta que aparecen ellos. Es muy fácil reírse.
La JMJ en Río de Janeiro, retransmitida en directo, en trepidante directo, en frenético directo, por 13tv. Paloma Gómez Borrero (vicino a te io voglio stare), un cura con pelo espelichao y una chica que me dicen que era de ETB. Gracias por existir. Gracias por regalarnos una experiencia imborrable. Gracias por obligarnos una vez más a hacernos preguntas profundas. Preguntas que requieren una respuesta meditada y sentida. Unas preguntas que se dirigen no a la persona, al individuo, si no a algo que va más allá. A lo eterno.
¿Cómo puede ser? Esa gente, adulta alguna, joven y extremadamente joven otra, llorando, esas barraqueras, esa emoción incontenible, esos lagrimones cayendo de los ojos enrojecidos... Francisco, el Papa, está hablando y nos dice que tenemos que patear hacia delante, que no balconeemos la vida, que tomemos las riendas porque las tomarán otros. Distribución. Un pequeño corralito de gente, que deben ser gente escogida, los más buenos del corral, apartados en un lado. Luego unos alegres y risueños bailarines y figurantes en otro plano. Unos fulanos se han vestido de frailes del siglo XV e incluso han tonsurado sus coronillas. Tremendo. Y luego están ellos. En otro apartado, en otro corral, están los capitostes. Algunos, como debe hacer frío, se han puesto una especie de chandalico para taparse.
No lo entiendo.
Y salen diversos cantantes, arrodillados, interpretando temas de cariz religioso, cristiano, eminentemente católico. Jesús, el corazón, Jesús, contigo, Jesús. Eché de menos alguna canción de Spacemen 3, que tienen unos preciosos diálogos con Jesús. Y planos de gente con la lágrima en la mejilla. Y gente con mucho sentimiento. Y banderas. Venimos de Colombia con nuestra bandera. Somos argentinos del Camino Neocatecumenal. Somos brasileños. Somos Ecuatorianos. Somos de aquí. Somos de allí. Hay monjitas rezando. Hay muchachos con las manos alzadas al cielo.
Momento de extremo silencio. Seis o siete minutos en los que no se oye más que el helicóptero de seguridad. Rezan. Y siguen cantando. Jesús y el corazón. Jesús y el alma. Jesús me acompaña. El Papa ha hablado un poco pero luego ha pasado a ser un ente que está allí. Habla en español y en portugués.
Y yo no entiendo nada, y hacemos las bromas de siempre, y sigo sin entenderlo.
Esta es la juventud del Papa. Le digo al colega que me están entrando los siete sueños y que me piro a casa. Y me dice que, joder, que ahora que empezaba lo bueno.
Encima cachondeo.
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