Seguimos adelante con las 'Espantosas escenas en la vida de Quirino Barrantes', de Benito Repojo Ostiz, galardonado con el premio aquel que ya comentamos. A ver cómo sigue la cosa:
'Áureo 'Eldorado', había tenido un día maravilloso. Áureo 'Eldorado' hacía mucho tiempo que no se reía tanto. Había llegado a su despacho un lugareño, llamado Facundo Kohlthenberg, que tenía a gala disponer de muchas y muchas tierras distribuidas por todo el término del municipio, dándose la circunstancia de que prácticamente su posesión rodeaba el casco urbano. Facundo Kohlthenberg, pese a tan rimbombante y germanizado apellido, poseía un garbo más bien escuálido, triste, pobretón. Su riqueza venía de herencias, de casamientos, de unos con los otros, de no dejar nada para los de abajo, y él no era más que la prueba de cruces entre primos, primos segundos, sobrinos con nietas, y demás mezclas. O no. Piensen ustedes en el juicio que acabamos de hacer. La sangre con la sangre, como si uno supiera de eso. Es lo que se decía por el pueblo. La sangre con la sangre, al final, sale rana. Y Facundo Kohlthenberg respondía al mito. Su vida transcurría entre el domicilio familiar en el que vivía como un monje y la biblioteca del pueblo, donde se guardaba un Archivo de documentos antiguos de Villastanza de Llorera en el que Kohlthenberg buscaba y rebuscaba el origen de su apellido, de su familia, del qué y porqué. Quería hacer un estudio y publicarlo y de paso, intentar encontrar a sus familiares que parecían venir de Sajonia. Y en eso llevaba casi toda la vida. Soltero, solo, se había dedicado a consumir su vida sin otro objeto que dejarse las pestañas con ese tema. Y el día de marras fue al despacho de Áureo 'Eldorado', para hacerle una consulta.
-Mire usted, señor Áureo. He hecho un descubrimiento en mis investigaciones genealógicas y quisiera, cómo decirlo, registrar el archivo que he encontrado de manera que se reconozca mi propiedad sobre él. Verá. Se trata de un documento, fechado en 1647, en el que se habla de unos ritos que se realizaban en Villastanza de Llorera en los que se decía que se veía la Aurora Boreal. Verá. Se ve que en el Cerrete Mocho se juntaban unos cuantos señores tanto de Villastanza de Llorera como de otros pueblos y villas, junto con sus señoras esposas y allí, consumiendo sepa dios qué setas o qué cosas, entraban en unos trances y unos estados por los cuales decían ver la Aurora Boreal. Este documento compromete a un lejano pariente mío, un Kohlthenberg de los primeros que por aquí vinieron y me gustaría, en tanto que sale citado y soy el único heredero... pues iniciar los trámites para adquirirlo.
Áureo 'Eldorado' se quedó con los ojos como platos. Le informó que eso era difícil de conseguir porque los Archivos debían pertenecer al Ayuntamiento o a la Diputación y que no estaban en venta, pero que de todas maneras preguntaría a ver.
En cuanto se marchó Facundo Kohlthenberg, estalló en una carcajada. Así que veían la Aurora Boreal desde el Cerro Mocho...
Qué cosas, eh?, parece que tener un apellido germanizado no va bien con un aire pobretón. Propaganda de la Merkel, supongo.
ResponderEliminarPero mire, ya salió Boreal! Vaya calidad la de esas setas. A saber a cuánto saldría el kilo en el mercado.
Feliz tarde, monsieur
Bisous
Pero, pero Tolya, qué producción. Todo esto de V. de LL. y el ojo ovoide y demás, se lo debe dictar Baal u otras voces que le hablan. Si no, no me explico. Felis año nuevo chino caballero.
ResponderEliminargracias yprh! félix año nuevo chino para usted también!
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