miércoles, 10 de septiembre de 2014

Spectrum - Soul Kiss (Glide Divine)

Los discos de música moderna son desconcertantes. Tienen que tener muchas cosas y tienen que sonar muchas cosas y el cantante tiene que estar todo el rato ahí. Tienen que dejarte claro que todos los músicos están tocando, todo el rato, que saben, que tienen las máquinas, que lo dominan y que se han dejado un tiempo y un dinero para que tú lo aprecies y digas... pues muy bien.
Spectrum. Peter Kember es un músico británico cuya primera banda se llama Spacemen 3. Si no los conocen ya están tardando. Podría comentar, si no lo he hecho ya en otro sitio, que Spacemen 3 tiene algunos discos y sobre todo, algunas canciones, que le cortan a uno el alma. Cualquier disco de Spacemen 3 podría ser comentado aquí con la misma alegría que comentaremos este de Spectrum. Soul Kis (Glide Divine), es el primer disco de Peter Kember como Spectrum y, la verdad, se diferencia poco o nada de los discos de Spacemen 3, lo cual está muy bien, porque si uno ya tiene la línea hecha, para qué cambiarla.
El disco es de 1992. Qué jóvenes éramos. Diecisiete añitos teníamos. No sabíamos ni tentarlas. Si llegamos a saber que todo esto iba a ser así... En fin. El disco Soul Kiss lo hace Peter Kember junto con dos multiinstrumentistas más que aparecen en la foto y cuyos nombres nos interesan si somos unos ansias de la música, pero si lo que queremos es sentarnos y escuchar y dejarnos ir, nos va a dar bastante lo mismo. Peter Kember, Spectrum, Sonic Boom, E.A.R, Spacemen 3, esto es lo que deben retener. Si aparecen estos nombres, está todo bien.
Pero, preguntarán, ¿de qué va este disco? ¿qué estilo? ¿qué etiqueta? Habitualmente uno escribe esta serie de crónicas de discos enumerando una canción detrás de otra, diciendo que esta va de esto, en esta cuenta esto, en esta el punteo es tal o cual... en esta ocasión no me apetece.
Diremos que la primera canción es una canción, más o menos definida, How you satisfy me, y que a partir de aquí, como en muchos discos de Spacemen 3... se nos va. Peter Kember no chilla, no grita, no canta. Peter Kember susurra, respira, va repitiendo que está bien, que todo está allright, que está feeling good, que si jesus... y así.
Hay discos y hay músicas que invitan a moverse, a ir, a hacer cosas entretenidas, a pensar en lo bello de la vida, o bien otros que te empujan a pensar también en lo oscuro, en lo chungo, en la tristeza del abandono. Hay música que te obliga. Este disco de Spectrum es nada.
Esta es la explicación. Tras la primera canción, la nada. Los sintetizadores y las guitarras se van mezclando y van sucediéndose largas canciones en las cuales no pasa aparentemente nada y uno se va quedando colgado. Colgadísimo. Entra uno en un estado de superación absoluta de la realidad, por la cual, literalmente te la bufa si estás aquí, si te la están colando doblada, si vas bien, si está yendo muy mal, si estás cansado, si te vas a cansar, si el problema viene de aquí o de allí, si el calor te abrasa, si estás podrido por dentro, si el mundo se encamina hacia otro mundo, si ese señor te está jodiendo vivo, si aquella chica un día te va a matar... todo te da igual.
Soul Kiss es eso, un beso en el alma. Un toque en la patatita con el que trasciendes. No sé si lo digo correctamente, si me estoy yendo muy lejos, pero te vas. Te vas de donde estás. Por ejemplo, The Drunken Suite, una pieza de nueve minutos en la que el vaivén te va meciendo hasta que ya no estás en la salita de tu casa en Santa Coloma de Gramenet, ya te has ido. Estás tan fuera, tan en otra parte, tan a gusto, que cuando acaba deseas volver a repetir esa sensación, una y mil veces. Y las vas dosificando, porque no se puede escuchar el Soul Kiss todos los días. Debe ser a ratitos, en momentos, casi sin pretenderlo. Supongo que algunos estarán pensando en sensaciones con sustancias, trayendo a colación que Peter Kember... piensen lo que quieran.
Música que nos saca del sitio y nos lleva a un lugar blanco, metalizado pero confortable, un sitio que está lejos y que, al fin, nos hace olvidar que aquí, en este lugar, en esta pequeña salita, o en esta habitación, en esta puta mierda, nada sale como debería.
Por favor, escuchen este disco.

2 comentarios:

  1. Deberían pagarle por promocionarlos tan bien, monsieur, en serio se lo digo. Ya quisieran muchos grandes tener críticos así. De lujo!

    Feliz tarde

    Bisous

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  2. No los conozco... Ya estoy tardando... Voy a buscar.

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