Sobre la literatura de viajes, poco puedo decir, porque yo no viajo mucho o casi nada así que, bueno, me gusta leer lo que a otros les pasa cuando viajan pero también me da un poco de coraje. Yo no viajo. Me gusta tomarme la literatura de viajes como literatura de ficción. Lo que les pasa a los viajeros me es tan ajeno como la ciencia ficción, por ejemplo. Dicho esto, me ha llamado mucho la atención el compendio de textos del italiano Lippo Tagliatti, sobre su viaje a los Estados Unidos. No conozco al tal Lippo Tagliatti, he buscado por Internet y tampoco sale nada. El tal compendio se titula 'Indeed' y este estracto es el relativo, creo, a Arkansas.
'Kansas y Arkansas. Hasta ahora el viaje ha transcurrido bien porque no he salido de las ciudades. Las ciudades norteamericanas son enormes, todo es grande. Y curiosamente, lo que al principio te parece desmesurado, como europeo, acaba pareciéndote normal y vas buscando cosas aún más grandes para seguir asombrándote. Una vez que pruebas el asombro y lo descomunal, no puedes estancarte. Y sin embargo, ya no podía visitar más ciudades si lo que quería era vivir la experiencia americana en su conjunto. De esta manera, me desplacé a Kansas y acto seguido a Arkansas. Kansas no se parece a Arkansas. Son muchos los lugares del mundo que tienen nombres parecidos. Kansas y Arkansas parecen la misma cosa. Y no lo son. Kansas podría ser la capital de Arkansas, pero es la capital del Estado de Kansas. Y la capital de Arkansas se llama Little Rock.
Lo que extraigo de mi paso por Kansas y Arkansas puede describirse como una cierta sensación de pérdida. Si me dijeran, por ejemplo, qué diferencias hay entre un estado y otro, diría que hay miles de diferencias. Lo que más me llama la atención sin embargo es la denominación de los Estados.
Quizás porque llevo muchos días viajando por aquí y las cosas son bastante similares en todas partes, aunque salvando las diferencias entre el medio urbano y el medio rural, aunque se esfuercen como todo grupo humano en parecer singulares respecto al otro. Es decir, que, a falta de llegar a otros estados en los que espero que se me sorprenda de alguna manera, he de decir que lo que he visto de Kansas y Arkansas en su conjunto me ha parecido bastante similar. Si me dejaran en un pueblo de Kansas y me dijeran que estoy en Arkansas, no lo notaría. No creo que, los propios lugareños, tuvieran una impresión muy alejada de la mía. Pero dirían lo contrario.
Kansas tiene una capital que es también una capital del juego. Del vicio. Kansas. O lo fue. Kansas City. No tuve tiempo de comprobarlo y sí que vi en cambio que era una ciudad muy satisfecha de sí misma. Algo que, por otra parte, no difiere del resto de ciudades. No he ido a Detroit aún.
Arkansas. No he visto nada que me haya llamado la atención, la verdad. Espacios naturales, un río muy grande, el Arkansas, y bueno, algún lugar pintoresco que he inmortalizado en fotografías diversas, pero que tengo la impresión que tienen un interés muy relativo.
Arkansas me ha gustado mucho más que Kansas. Es como que Arkansas es algo más que Kansas y que dentro de Arkansas no hay nada.
Sigo mi viaje.'
Ay, ya se le ha pasao el trance político...
ResponderEliminarPues claro que es ficción. El primero, o uno de los primeros, Marco Polo, se despachó a gusto con sus historias. Hasta las noticias, a las que se les supone cierta objetividad, tienen mucho de ficción.