lunes, 20 de febrero de 2017

Mil amigos en Facebook

A lo largo de este fin de semana he alcanzado la mágica cifra de mil amigos en el Facebook. Precisamente, la persona que ha respondido afirmativamente a la solicitud de amistad, es una compañera que esta semana no ha vivido precisamente los mejores días, por lo que me acordaré siempre de quién fue. Del resto..
¿Mil amigos? No tengo mil amigos ni de broma. Nadie tiene tantos amigos. Ni conocidos. Ni saludados. De vez en cuando veo a gente que dice que va a hacer limpieza de gente en el facebook o en el twitter, gente que no sabe porqué es amiga pero ahí está. Yo no lo  he hecho nunca.
¿Por qué tengo yo facebook? En principio, no tuve facebook hasta hace pocos años debido a un interés méramente comercial. Estaba entonces en el trance de comenzar un proyecto de crowfounding para editar un libro. Yo, sí amigos, pese a todo lo que pueda decir, también he comenzado proyectos. Que no llegaron a nada, naturalmente, me acojoné y no seguí adelante. Abrí el facebook para dar a conocer el proyecto y todo eso. Creo que ya tenía twitter, no recuerdo bien. Como digo, el asunto aquel lo frustré porque me hice caquita y el facebook continuó.
¿Qué uso le daba yo al facebook? Hacía dos cosas. Colgar una canción que me molara, intentando no repetir y compartir lo que escribía en el blog. Como quiera que mi actividad en el partido también se relacionaba con la comunicación, el uso se fue aumentando. Cosas mías y cosas del partido. Como el grupo de música y la peña del Athletic también debían tener páginas y demás, pues más uso.
Y de ahí a ir compartiendo las cosas en los grupos de Santa Coloma. Y si alguien comenta o algo, más o menos de buen rollo, pues se le pide amistad. Y si te piden amistad, si no es alguien que ves que sale medio en pelotas (sea chica o chico), pues se la aceptas.
No sabría decir qué cantidad de esos 1000 amigos, son gente conocida de verdad. De hecho, amigos de siempre, de toda la vida, tienen una relación con el facebook escasa o nula. Ninguno de los tres sudamericanos del Seimar usa el facebook regularmente sin o es para piponear. El resto de amigos de Santako de siempre, usan facebook pero no es un constante publicar y publicar. Yo soy mucho más pesado. El blog, la canción, cosas del partido. Algún artículo sesudo sobre algo sin interés. Publicaciones en otras revistas o diarios locales. Y así.
Mil amigos.
Pensaba yo que si alcanzabas los mil amigos saldría algo, algún globito felicitándote o así, pero no. No ha pasado nada. Esta misma mañana, alguien, un bar creo, me ha pedido amistad. Le he dado que sí. Tengo conocidos que llegan casi a los 5000 amigos. De qué barbaridad estamos hablando.
Ayer en el Salvados se hablaba de lo hiperconectados que estamos, del enganche al móvil. Yo soy uno de ellos. Mirar el facebook, a ver qué se cuece. Mirar el twitter, a ver qué se cuece. Ahora también tengo instagram, pero no le hago mucho caso. Facebook. Lo que dice aquel, la pamplina de este, el artículo sobre tal cosa, esa foto mirando nosequé, los vídeos de gatitos o de niños, el partido, los críticos del partido, los del nuevo partido, lo que dice el equipo rival, la gente del pueblo. La importancia de la gente del pueblo. Gente del pueblo que te suena, te piden amistad, pasan unos días mirando la foto, al final le das. Gente de Santako que conoces de siempre, de vista, que no has saludado jamás, pero que en facebook te ponen cosas o te piden amistad y te preguntas... qué cosas. Y luego, en vivo, me cuesta hablarles. Supongo que nadie espera que hable.
Mil amigos en el facebook. No tengo mil amigos ni de casualidad. Y no es que sean mucho amigos tampoco. Bueno.
Decía el Zygmunt Bauman en el programa, que debió grabarse poco antes de morir, algo sobre la necesidad de no sentirnos solos, de no quedarnos fuera del mundo, de la sociedad. De lo que necesitamos estar en contacto con otros y saber que hay alguien al otro lado.
Mil amigos, ni de lejos. Ni quinientos. Ni cien. Cincuenta amigos... veinte. No sé. Amigos.
¿Qué es ser amigo o amiga?
Qué debate. Qué necesidad habrá.

3 comentarios:

  1. Pues oiga, Felicidades.
    Nunca tuve Facebook. Una vez me di alta y corriendo, corriendo, lo cancelé. Siempre-siempre me dio mal fario por una cosa o por otra. Su éxito se debe a ser la bomba para alimentar el ego, pero es que no me lo creo.
    Y lo más peligroso de todo, ahí es el primer sitio a donde van a investigar los curiosos, jefes, compañeros de trabajo... Al blogspot no, es un lugar más seguro.
    Imagínese que Facebook lo hubiese impuesto el gobierno, que hubiese sido obligatorio hacer público tu círculo de amistades, las fotos de tu hijo, una foto sexy en desabillé... Se hubiese montao una que la Revolución Francesa hubiera palidecido a su lado. Pero como es "libre".
    Perdone, no quería amargarle sus celebraciones. Es que a mí facebook, no.

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  2. Guau, mil amigos. Yo tengo 400 y pico, y muchos son gente que conocí una vez y nunca más volví a ver, jaja. No lo suelo actualizar casi nunca ya. Y la gente solo cuelga vídeos y noticias, si pusieran cosas de su vida quizás me interesaría más...

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