lunes, 13 de febrero de 2017

Promesa de libertad


Cambiando un poco el sesgo que estaba tomando esto, nos parece oportuno recuperar un texto sencillo titulado 'Promesa de libertad', obra de Paul Presentwinter y que aparece en una antología de autores norteamericanos recopilada por la editorial Floherty, de la que no hemos tenido noticias y que hemos encontrado en un baratillo del mercado de Sant Antoni, lo que nos hace dudar de su autenticidad pero nos ha tenido entretenidos.
'Edel Greenmaister cerró la puerta de su granja a las ocho y media de la mañana. Antes había controlado cómo iba la producción en su aparato portátil. Antes se había aseado. Antes se había levantado de la cama. Salió por la puerta y cogió su furgoneta. Se dirigió al pueblo. Compró algunas cosas de consumo personal y otras las encargó para que se las llevasen porque eran para procurar un mejor funcionamiento para la granja. En el establecimiento habló con una mujer que conocía y que se llamaba Evelyn Ashford, como la atleta famosa, pero no tenía nada que ver con ella. Siempre que se veían Evelyn le contaba alguna historia sobre confusiones que había vivido con su nombre. Se tomó un café en el Café de Bill Samspon y éste siempre le contaba historias sobre gente que confundía su nombre con alguien llamado Sampson. El café estaba hirviendo. Samspon le ofreció algo de comer y ella pidió un sandwich con todo. Estaba de buen humor y comió bien. Cuando acabó de desayunar, fue hacia otro almacén en el que encargó una serie de aparatos que necesitaba para cumplir con una normativa. Una vez que hizo el encargo, se paró a hablar un momento con Eleanor Fosswell que siempre tenía una fotografía de Eleanor Roosevelt en el despacho. Eleanor y Edel eran amigas desde la infancia. Eleanor se casó y Edel también se casó. Edel terminó de hablar con Eleanor y volvió hacia la furgoneta. Volvió hacia su casa y a eso de las doce ya estaba de vuelta. Se puso a trabajar con unos pedidos que le habían hecho. Llamó a unos cuantos clientes. Se reunió con Thomas y con Gregor, encargados de la granja. Estuvieron haciendo una serie de planes hasta la hora de comer. Edel y el resto de empleados comieron juntos, como siempre. Asado de ternera y patatas. Durante la comida hablaron de las cosas habituales. Temas de la granja, algo del partido de baseball, un poco de fútbol. Al terminar de comer volvieron al trabajo. El director del banco fue a hacerle una visita a Edel. El director del banco se llamaba José Alfredo Pontevedra y era un tipo muy serio. Hablaron de una manera muy formal de las distintas líneas de crédito que tenía Edel en el banco y luego, se hicieron el amor, como casi siempre, de manera un tanto abrupta, con mucho estropicio y celeridad. José Alfredo Pontevedra abandonó la casa de Edel a eso de las ocho de la tarde. Edel preparó algo para cenar y encendió la televisión. Daban una película de no se sabe cuándo, que se llamaba 'Promesa de Libertad'. Se aburrió a los quince minutos y se fue a la cama.'

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