Repasando con una compañera las películas de Ridley Scott, se da cuenta uno de que tiene muchas películas buenas. Más que buenas, entretenidas. Gladiator es una de ellas. Una película de domingo por la tarde. Una película de romanos, de gladiadores, con algo de intriga política pero no demasiado para no agobiar. Una película para pasar la tarde.
La película se basa muy libremente en la trágica historia del emperador romano Cómodo, hijo de Marco Aurelio que, se chaló de tal manera que acabó creyéndose Júpiter y murió asesinado víctima de una conspiración. Si tienen algo de memoria cinéfila, hay otra película que va más o menos de lo mismo, bastante anterior, 'La Caída del Imperio Romano', con Christopher Plummer en el papel de Cómodo y Sofía Loren como su hermana Lucila.
El caso es que el Imperio se enfrenta a unos bárbaros en la batalla de Vindobonna, Viena en la actualidad, y sobresale la figura de un general hispano llamado Máximo que gana la batalla con una intervención audaz. Acaba la batalla y Marco Aurelio el emperador, que está a punto de palmar, pero que no parece que vaya a palmar inmediatamente, parece que no tiene claro que la sucesión en el cargo la vaya a dejar en manos de Cómodo.
Cómodo es Joaquin Phoenix. Si yo fuera responsable de algo y tuviera en algún momento que fiarme de alguien encarnado en el rostro de Joaquin Phoenix, albergaría serias dudas. Por lo pronto, en toda la película, Joaquín Phoenix no hace ni un solo discurso heroico improvisado. Máximo, Lucila, se marcan unos discursos de aquellos épicos que enardecen a tropas y plebe en dos segundos, sin necesidad de nada de preparación, ni de borradores, ni de modificaciones consensuadas, ni nada. Adelante. En cambio Joaquin Phoenix, Cómodo, no. Joaquin Phoenix, con esa mirada turbia (no hay otra manera de definir a este actor como turbio) hace honor a la fama de pirado de Cómodo, pero quizás el personaje de Christopher Plummer resultaba algo más terrible, porque Plummer parecía que te iba a caer bien en algún momento y no. En cambio sabes que Joaquin Phoenix la va a cagar, que al final va a hacer algo chalado, algo loco, algo raro. Porque lo ves. Porque tiene esa mirada.
Cómodo llega a la batalla ya con la cosa hecha. Se da cuenta de que su padre y Máximo tienen buen rollo. ¿A que este me quita el puesto? Celos, envidias, Máximo se había liado con su hermana de Cómodo hacía años, a Cómodo le mola su hermana... Marco Aurelio quiere decirle a Cómodo que le quiere mucho pero que... Cómodo se cabrea y se carga a su padre.
Y a correr. Hay que matar a Máximo, Máximo se escapa, a Máximo le matan a toda la familia (una mujer española con cara de estar viviendo en Marbella, operadísima, y un niño), Máximo es prendido como esclavo y lo venden para trabajar de gladiador en un escenario de provincias.
¿Cuánto dura la Liga Española? Seguro que más de 150 días. 150 días de juegos es lo que promete el nuevo emperador. Cómodo quiere ganarse al pueblo mediante la guaracha. Ergo, juegos, circo... gladiadores. Hay tal escasez que recurren a gladiadores de provincias.
Y entonces Máximo va a Roma. Y eso.
No hemos dicho quién es Máximo, que es el australiano Russel Crowe.
En fin. Una película que debería narrar, en principio, el fin de una época de esplendor y triunfo del Imperio, como hizo la película de Plummer, pero aquí nos dicen que no, que el futuro es siempre a mejor. Que después de la muerte del loco Cómodo, no comenzó una guerra terrible, sino que, como anuncia Lucila en un discurso de esos que tenía aquí apuntado en un papel por si acaso... el sueño de Roma. Y tan contentos.
Una película entretenida, con Djimon Honsou haciendo de Djimon Honsou. Con Connie Nielsen haciendo de Lucila, también bastante equívoca. Con Oliver Reed haciendo de Próximo (Próximo, Máximo...). Con batallas, combates y cortes publicitarios en los combates.
Y con Joaquin Phoenix con esa cara de 'como se me tuerza el carro, verás'.
Y menos mal que tenemos la enciclopedia Larousse a mano para conocer la verdad de las cosas.
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