Ya lo hemos
constatado otras veces. Lo que molesta es el tono. No es el contenido en sí
sino cómo se dicen las cosas. El tono. Se pueden explicar las cosas bien y
luego se pueden explicar las mismas cosas como si hubiera un error en el emisor
previo o en el receptor.
Ayer tuvo lugar
un encuentro con los vecinos por parte de la alcaldesa, en el colegio Santa Coloma, en principio para
explicar de una vez por todas, cómo va a ir esto del Paseo Alameda (cada vez
que dicen que el paseo Alameda, en realidad no tiene álamos, yo no sé qué me
da… hemos vivido en el engaño y el error toda la vida. Bien merecería el paseo
entonces ser arrasado y que no quedara de él…).
Al parecer,
durante los últimos meses, no se ha explicado bien el asunto y eso ha provocado
que los vecinos se hayan puesto un tanto de culo con el proyecto inicial. Un
proyecto que de manera virtual se anunció a bombo y platillo hace ya algún año
que otro y que, una vez que se ha bajado la pelota al suelo, se ha encontrado
con que ‘no se entendía’. Que si menos metros de acera, que si te comes las
terrazas, que si los puestos de comida, que si os lleváis la vida al otro lado,
que si los coches están más cerca, que si lo que pasa es que queréis cargaros
esto que hizo el Luis Hernández a toda costa… la gente no entiende que el progreso
es mejor, como siempre.
Vean la imagen.
Un montón de gente. Algarabía en el barrio y ganas de saber y de decir. Viene
la alcaldesa, pero no viene sola. Para darle peso y poso al tema, la acompañan
todos los concejales y con ellos, una marabunta de técnicos. Todos sentados en
fila, mirando al público, y tan solo la alcaldesa, el regidor de Urbanismo
Jordi Más y la técnica de participación Isuka Palau, de pie. Mientras los
mayores hablan, un montón de niños juegan y juegan como solo los niños son
capaces de hacer. Los niños y las niñas chillan, corren, se caen, se pelean,
llaman a sus madres, vuelven a chillar. Son niños.
Los adultos somos
de otra manera. También han venido regidores de la oposición, desde Ciudadanos
hasta SOM y hasta llegar los nuestros. Llámenos como quieran. Comunes,
Iniciativa, Gent d’esquerres, ICV-EUiA. El fuerte rechazo vecinal ha venido
acompañado de una oposición también a las formas de participación por parte de
los grupos políticos. Y, muy orgulloso, el gran trabajo realizado para conocer
el qué y el como por parte de nuestro grupo Municipal, ha tenido su fruto.
El Ajuntament se
ha visto obligado a, primero, hacer un acto como el de ayer, un acto en el que
la alcaldesa desautoriza todo el proceso previo y en un ‘si no vengo yo a
explicarlo, esto no sale adelante’, se pone como Stalin al frente de las tropas
simplemente porque es Stalin. Y punto. Y los demás, claca. Segundo, ante las
fuertes reticencias del vecindario con el primer proyecto, se pone en el
tablero un segundo proyecto, llamado con toda la mala idea ‘conservador’ por
parte de la alcaldesa que parece más una remodelación del paseo actual que el
hacer tabla rasa con todo del proyecto inicial.
No son cosas
menores. La presión vecinal y de los grupos políticos, e insisto, muy
especialmente el de ICV-EUiA, con Alexandra Sevilla y Jonatan Fornés, ha
provocado que pasara lo de ayer y que lo de ayer fuera un triunfo para todos y para todas.
Un triunfo al menos simbólico: han tenido que escuchar, han tenido que
rectificar, pero ojo, no han cambiado las formas.
Puede que por
falta de costumbre de batallar en asambleas y espacios abiertos, lo de ayer
situó al equipo de gobierno, a la alcaldesa, al regidor Jordi Mas y a la
técnica Isuka Palau contra las cuerdas en más de una ocasión. Evidenciando
nervios y falta de mano izquierda por parte de Palau, enojando al personal más
que tranquilizándolo, desconocimiento a veces y cierto aire de desgana que
transmite a veces el regidor de urbanismo; y el personalismo de la alcaldesa
que cuando la cosa se ponía fea, agarraba el micro saltándose turnos y
procedimientos, pasaba de la gente y hacía corrillos con vecinos, y pretendía
‘vender’ el proyecto inicial cuando, desde el primer momento en el que los
vecinos vieron el segundo, su suerte estaba echada.
Así, se anunció
un proceso ‘electoral’ por el que se elegirá cuál de los dos ‘paseos’quiere la
gente. Dos proyectos que, con todo y con eso, siguen siendo proyectos elaborados sin el consenso de los vecinos, como ya se demostró ayer. Un proceso en el que votarán todos los colomenses y que tendrá lugar en
octubre si no estamos mal informados. Estamos mal informados, es el 16 de septiembre.
El paseo Alameda
es un espacio muy querido y muy peleado por parte de los vecinos. Un espacio
que se ha ido dejando consumir, sin arreglar ni reacondicionar, esperando los
mágicos fondos Edusi que permitieran otra obra genial de construcción de esa
Nueva Santa Coloma que tanto gusta al PSC.
Pero se han
olvidado de que en el Paseo vive gente. Y la gente del Paseo, sabe lo que
quiere. Aunque le llamen Avenida, aunque le llamen bulevar, aunque en Europa
las cosas sean más bonitas.
El Paseo está vivo y ni una broma.
Buen artículo y muy buen análisis. La participación es esencial, pero sin trampas comno las que les quieren hacer a los vecinos del Passeig de la Salzereda o como las que nos quieren hacer a toda la ciudad con Can Zam. Solo podemos opinar entre sus opiniones (las del Govern Municipal). No nos dejan proponer ni debatir. Eso nos obliga a volver a la lucha, como hemos hecho mucha otras veces.
ResponderEliminarmuchas gracias! seguimos adelante!
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