No le conozco
desde toda la vida. No sé cómo decirlo mejor. Le desconozco desde siempre.
Hemos vivido casi en la misma calle, hemos frecuentado los mismos sitios, pero
no le he visto en mi vida. A veces ocurre que alguien te suena, su cara te
resulta familiar, lo tienes visto de alguna parte. Te informas, quién es. Es
tal y entonces caes en que es cierto, que compartís algo. Otras veces ocurre
que alguien parece haber estado toda la vida ahí y tú nunca has sabido de él.
Ocurre otras veces que ese alguien no pasa desapercibido, que por una cosa o
por otra llama la atención. Y tú, que te precias de ser una persona observadora
y que, poco más o menos, puede decir que conoce ‘de vista’ a todo el mundo, has
de reconocer que alguien se te ha escapado del radar. Y te sientes mejor cuando
esto es común, que le pasa a más gente. Alguien a quien no conocemos desde
siempre, se ha colado en nuestra vida.
Y nos lo
encontramos en todos los conciertos de pequeño formato a los que solíamos ir y
en los que examinamos con lupa cualquier cara nueva o cualquier cara extraña o
cualquier cara familiar para certificar que hemos venido los que hemos venido,
que ha venido quien no es habitual. Y nos lo encontramos en los bares que
frecuentamos tan asiduamente que vigilamos la puerta para ver quién entra quién
sale, quién está hablando con quien, quién se ha sentado en un rincón que no le
pertoca. Y está ahí. Y está en lugares insospechados, y en otros que no guardan
relación con la vida festiva y alocada que llevamos en este pueblo de dios. Y
está caminando por la calle y te lo encuentras y entonces te das cuenta de que
no sabes quién es e indagas y resulta que es alguien que está ahí de toda la
vida y que dónde estás tú metido para no haber sabido nunca quién es.
Y no le conoces y
ya es parte de tu vida. Y todos, todos los días le ves en alguna circunstancia,
o te aparecen publicaciones en las que está presente, y participa en tu día a
día como si fuera uno más. Y caes en la cuenta de que ya forma parte de ti, y
quizás la cuadratura del círculo sería que os presentarais y que os conocierais
y que participarais juntos de un recorrido que, a fin de cuentas, estáis
haciendo ya en común. Y sería maravilloso, porque es perfecto. Es un
desconocido perfecto porque es como tú, incluso mejor que tú, una versión
perfeccionada y resulta que no lo conoces. Quizás deberías…
Y no. Lo mejor es
el misterio. Y en el misterio está todo. En no saber quién es, en no saber a
qué se dedica, en no saber cuál es su nombre, su profesión, su nada. Porque entonces
sería una historia convencional de desconocimiento y encuentro. Y lo mejor es
no saber. En mantenernos como desconocidos perfectos. Haciendo las cosas que
nos gustan, apareciendo en los sitios donde se debe estar, participando en las
cosas que nos hacen ser. Yo estoy, él está, no necesito más.Inspired by R.
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