Muchos no lo saben, pero tengo familia en Las Palmas. Casi todo el mundo lo sabe, la verdad. Un hermano de mi abuela Juliana, el tito Gabriel (tito Gabrielín allí), fue a Canarias a hacer la mili y ya no volvió. Mi padre cuenta que lloraron como malvas cuando supieron que no volvía. Allí se casó y montó una pastelería, mejor dicho, una 'industria', donde fabricaban pasteles. En Las Palmas, aunque la industria estaba en otro pueblo, Telde... no recuerdo. El caso es que en el año del señor de 1985 recibimos la visita de sus hijos en Santa Coloma. Mi tito Blasín (que no sé si vino o lo vimos allí luego), mi tita Juanita, y también vino su madre... venían a Alimentaria y me llevaron a Alimentaria. Imaginar un chaval de diez años en Alimentaria. El apocalipsis. Fueron días caóticos, pero muy divertidos. Nosotros, tan acostumbrados a todo ordenadito, tan normalito todo, yo, tan cagón, tan repelentillo. Visitamos Montserrat (nunca había estado y creo que nunca he vuelto), dimos vueltas por Barcelona, creo que me salté días de colegio y todo. En agosto, bajaron con nosotros a Vilches, tremendo viaje. Y finalmente viajamos a Las Palmas en avión. 1985, pedazo de año.
Las Palmas. Yo no he estado en ninguna ciudad de América, pero he estado en Las Palmas. Si la visita ya me pareció entrar en un reino del caos, la estancia canaria fue la hostia. Tenía y tengo un carromato de primos, nos pasó de todo, visitamos la isla de arriba abajo, me bañé en todo tipo de playas, desayuné gofio, chorizo blanco, disparé una escopeta de balines, vi catorce veces la película 'Mátalo jefe, te ayudo', conocí todo tipo de primos, me monté en el BMW de mi tito Blasín, vi un volcán, tuvimos muchas risas, tuvimos un drama porque una prima mía creo se dio un porrazo con un bate de baseball y por poco... mis primos, Gabrielín, Guaté, Soraya... mi tito Juan Rafael desayunando... no había norma ni ley.
Para acabar de arreglarlo, como era agosto, finales de Agosto y comenzaba la liga, dijeron de ir a ver el fútbol al Estadio Insular. Las Palmas - Sporting de Gijón. Era el último año de Quini como jugador. En las Palmas jugaba Coque Contreras. El Sporting entonces era un equipo la mar de majo. Mesa, Redondo, Jiménez, Joaquín, Ablanedo, Eloy y Quini.
Nunca había estado en un estadio de fútbol. Todo era alucinante. La llegada, el campo, la gente comunicándose con silbidos, y el partido.
El partido fue un repaso del Sporting de principio a fin. Ganó el Sporting 1-3, con dos goles de Quini. Quini había sido jugador del Barça, por entonces yo era furibundamente anticulé, venía de disfrutar de las dos ligas de mi Athletic y de todo el asunto Maradona y no podía ver un culé ni en pintura. Pero Quini ya se había ido del Barça, ya había pasado todo aquello del secuestro y había vuelto a Gijón para retirarse. Me encantaba el fútbol. Conocía todos los jugadores, tenía los cromos, todo. Durante el partido Quini dio una lección. Era como el padre de todos los jugadores, tenía 36 años y parecía que tenía 50. Pero hizo lo que le dio la gana. El Sporting tenía un equipazo, con Mino, Eloy, Mesa (que era de la Línea de la Concepción), Cundi (que llevaba bigote), Esteban (que creo que llegó a jugar en el Madrid), pero en aquel partido no jugó Joaquín.
En Las Palmas jugaba Coque Contreras, el chileno, que era muy bueno. Un delantero que se llamaba Narciso. Y también Juanito, central que luego estuvo en el Atlético de Madrid y que debería ser un crío.
Ver a Quini fue la hostia, ver un estadio por primera vez, tan lejos, todo tan extraño, con mi padre y no sé qué tío vino con nosotros, el partido tan bestia que hizo aquel tío. Le sustituyeron en el minuto 60 y la gente recuerdo que se puso a aplaudirle, porque había sido una pasada.
No he vuelto a ir a Las Palmas. Últimamente mi tita Juanita ha vuelto a visitarnos. Es igual que mi abuela Juliana.
El tiempo pasa. Ayer se murió Quini, que todavía salía en la tele porque era algo del Sporting. Uno ve sus fotos jugando, un gol que le marca al Madrid desde su puñetera casa, esa foto en blanco y negro haciendo una tijera... y piensa en qué cojones se ha convertido el Fútbol. Y todo, así en general.
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