miércoles, 8 de agosto de 2018

Martin Ritt - El Espía que surgió del frío

Novelas de John Le Carré en las estanterías de todas las casas. Las daban en los bancos, colecciones, eran populares. Hoy no sé sé si se siguen leyendo. Como las de Graham Greene. Libros sobre espías, la guerra fría, traiciones, diplomáticos, etc. Y las películas.
Esta es El Espía que surgió del frío, con Richard Burton nada menos que como protagonista y Claire Bloom como actriz principal. ¿De qué va la cosa? Vamos a verlo.
Richard Burton es al parecer jefe de algo, de alguna sección del servicio de espionaje británico en Berlin. Guerra Fría, el Muro recién construido, alemanes, soviéticos, ingleses, americanos, franceses. Al parecer, están detrás de un alemán del Este para que se pase al Oeste, llevan muchos intentos y siempre fracasan. El jefe de los espías del otro lado, Mundt, los pilla siempre. En la primera escena, Richard Burton está esperando a que pase, que llegue, que le salga bien. Le vuelve a salir mal. Y lo mandan para casa. Digamos que lo despiden.
Pero no es así. No es tanto así. En realidad es otra cosa.
No descifraremos más de la peli si es que no lo hemos hecho ya en demasía. La película nos habla de cómo un super agente acaba trabajando en una biblioteca de barrio, de la relación que establece con una compañera de curro, que es comunista, y de cómo poco a poco va cayendo en una red que, de manera vertiginosa, le vuelve a poner en el foco.
Las cosas se complican de tal manera que... la cosa no termina bien.
Uno espera de la película, hecha en mitad del follón propagandístico, un alegato contra los comunistas malos y a favor de los ingleses buenos. Y no. Lo que se encuentra es a dos sistemas que han perdido el porqué de lo que están haciendo y utilizan a la gente para mantenerse ahí arriba, manejando los hilos. La chica comunista que se toma en serio las reuniones y la organización. El apesadumbrado funcionario británico que quiere servir a su país y se frustra. El subalterno alemán que quiere demostrar que su jefe es un traidor. Todos son herramientas, utilizados, usados, por la causa. Una causa que ya no saben cuál es.
La película no es Misión Imposible, precisamente. Creo que hay unos pocos disparos al comenzar y otros pocos al concluir. Diálogos, paseos de Richard Burton, conversaciones, pero pasar pasar, pasan pocas cosas. Salvo las sensaciones descritas. Películas en las que se habla poco, se hace poco, pero se está contando mucho.
Y la sensación de que antes y ahora, nos enzarzamos en luchas, batallas, nos lanzamos a la arena en aras de algo que otros ya han perdido la consciencia de lo que es. 

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