Un tren sale de la ciudad de Barcelona a las 3 de la tarde a una velocidad constante de 80 kilómetros por hora con destino a Valencia. A la misma hora, sale de Valencia un señor, al que llamaremos Señor Señor, porque se llama Alberto Señor, que se espera al tren que sale de Barcelona en la estación de tren de Valencia. Estas historias y otras historias semejantes son las historias que se te ocurren cuando otras historias te han fallado. La clásica historia del tren y del rozamiento del tren contra las vías, la del viento de cara que también dificulta el desplazamiento del tren. Obviamos por supuesto la historia del tren que sale de Madrid a la misma hora también, a una velocidad constante de 90 kilómetros por hora y que no es consciente de que no se encontrará con el otro tren, porque nadie le ha avisado sobre ese aspecto. Uno cree que siempre se va a encontrar con quien rutinariamente se ha encontrado, que todo es como tiene que ser, y puede que un día, salgas de Madrid a una velocidad constante y el tren se haya ido a Valencia.
Un tren sale de la ciudad de Barcelona y en ese tren sales tú, que no sabes todavía cómo ni porqué has llegado a ese tren a esa hora cuando tú ibas a coger un avión con destino a Bilbao. Bilbao es una ciudad peculiar. Parece más fea de lo que es. Bilbao es una ciudad que tiene en su interior básicamente el estadio en el que juega el Athletic. No sé si habrás llegado a ver nunca un partido del Athletic. El Athletic es mi equipo de fútbol. Un tren sale de Barcelona contigo dentro y no sabes que a mí me gusta el fútbol, y que soy del Athletic. Este año lo estamos pasando mal.
Ese tren sale de Barcelona a una velocidad constante de 80 kilómetros por hora. Yo soy consciente de que ese tren no ha salido disparado a 80 kilómetros por hora. No soy muy hábil con los problemas matemáticos. No sé porqué se me ocurre en muchos casos este ejemplo del tren que sale a una velocidad constante de la estación de ferrocarril de Valladolid y que a la misma hora sales tú de tu casa que vas a ir a mirarte unas bambas o a tomarte unas birras con unos colegas. Son ejemplos de algo que no sé definir con exactitud. Ejemplos un poco absurdos de una falta de creatividad cada vez más palmaria.
Un tren sale de la ciudad de Barcelona a una velocidad constante de unos 70 kilómetros por hora, pero va aumentando ya que cada 100 kilómetros pierde un coche de los que carga. He olvidado decir que el tren carga coches. Cada cien kilómetros pierde un coche. Va más rápido. Este tren no va a ninguna ciudad. No va a Valencia. Un señor que se llama Alberto Señor ya ha perdido la esperanza de que ese tren llegue a Valencia. En el hilo musical de la estación suena algo parecido a Brian Eno, pero uno ya no sabe si lo de que suene algo parecido a Brian Eno es cosa de Brian Eno o no. Brian Eno.
Un tren sale cada cierto tiempo de la ciudad de Barcelona. Lleva cosas, animales, plantas, cosas.
Un tren sale de la ciudad de Barcelona con la intención de acumular en su interior todas las historias que podrías haber leído, contado, cantado.
Todas las cosas que pasan cuando un tren sale de una ciudad.
Creo que tenía la frase final del texto ya casi decidida, pero se me ha ido. No sé de qué manera, pero todo ha sido muy así. Otra vez será mejor.
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